Reflexión del Dia: 30 de Enero



Deja de buscar la felicidad en los demás, Nuestra fuente de felicidad y bienestar no está dentro de los demás, está dentro de nosotros mismos. Aprendamos a centrarnos en nosotros mismos.
Deja de centrarte y de poner tu atención en otras personas. Confórmate contigo mismo. Deja de buscar tanta aprobación y validación de parte de los demás. No necesitamos la aprobación de todos ni de nadie. Sólo necesitamos aprobarnos nosotros. Tenemos iguales fuentes de felicidad y de elección en nuestro interior que los demás. Encuentra y desarrolla tu propio suministro interno de paz, de bienestar y de autoestima. Las relaciones ayudan, pero no pueden ser nuestra fuente. Desarrolla núcleos personales de seguridad emocional dentro de ti mismo.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
desapego de chopra1

Meditación 26 de Enero… Ya no estamos enganchados



Podemos aprender a no quedarnos enganchados en conductas poco sanas, contraproducentes, en nuestras relaciones, conductas tales como cuidar obsesivamente de los demás, controlar, devaluarnos a nosotros mismos y creer mentiras.
Podemos aprender a ver estas conductas, a identificarlas y a decidir que no vamos a permitirnos quedar atrapados en ellas.
A menudo, la gente, conscientemente o sin pensar, hace cosas que nos arrastran a una serie de conductas contraproducentes que llamamos codependencia . Lo mas frecuente es que esos «ganchos» pueden ser casi deliberados, y los resultados predecibles.
Alguien se puede poner frente a nosotros y comentar algo o lanzar un suspiro acerca de un problema, sabiendo o esperando que esa conducta nos enganche para que nosotros nos hagamos cargo de él. Eso es manipulación.
Cuando la gente se ponga frente a nosotros y comente o suspire por algo, y luego diga tímidamente, “Pero no importa, tú no te preocupes por ello”, eso es un truco . Necesitamos reconocerlo. Estamos a punto de que nos envuelva si permitimos que esto ocurra.
Podemos aprender a insistir en que la gente nos pida sin cortapisas lo que quiere y necesita.
¿Cuáles son las palabras, las señales, las miradas, los comentarios, las claves que nos enganchan en una conducta predecible, a menudo contraproducente? ¿Qué te hace sentir simpatía por alguien? ¿Qué te hace sentir culpa? ¿Qué te hace sentirte responsable de otro?
Nuestro punto fuerte es que nos preocupemos demasiado por los demás. Nuestro punto débil es que a menudo subestimamos a la gente con la que tratamos. Ella sabe lo que está haciendo. Es tiempo de que abandonemos nuestra ingenua suposición de que la gente no hace lo que mejor le conviene, y no necesariamente lo que mejor nos conviene a nosotros.
También debemos observarnos a nosotros mismos. ¿Lanzamos “ganchos” a los demás, les lanzamos miradas,comentarios, con la esperanza de engancharlos? Necesitamos asistir en comportarnos con los demás en forma honesta y directa, en vez de esperar que vengan en nuestro rescate.
Si alguien quiere algo de nosotros, insistamos en que esa persona nos pida las cosas directamente. Pidámonos lo mismo a nosotros mismos. Si alguien lanza el anzuelo, no tenemos por qué morderlo.
«Hoy estaré consciente de las “conductas gancho” que me llevan a convertirme en cuidador de los demás y que me hacen sentir victimado. Ignoraré los comentarios, las miradas y las palabras que me enganchan, y esperaré de los demás la conducta directa y honesta que merezco».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Reflexión del Dia: 18 de Enero



El cuidado de uno mismo es una actitud hacia nosotros y hacia nuestras vidas que dice: soy responsable de mi persona. Tengo la responsabilidad no sólo de vivir mi vida, sino de conducirla. Tengo la responsabilidad de atender mi bienestar espiritual, emocional, físico y económico. Tengo la responsabilidad de identificar mis necesidades y satisfacerlas. Tengo la responsabilidad de solucionar mis problemas o de aprender a vivir con aquellos que no puedo resolver. Soy responsable por las elecciones que hago. Soy responsable de lo que doy y de lo que recibo. También soy responsable de fijar mis metas y de cumplirlas. Soy responsable de qué tanto disfruto de la vida, por la cantidad de placer que encuentro en las actividades cotidianas. Soy responsable por amar a alguien y por la manera en que expreso ese amor. Soy responsable de lo que hago a los demás y por lo que permito que los otros me hagan. Soy responsable de mis necesidades y deseos. Toda mi persona, todo aspecto de mi ser, es importante. Yo cuento. Yo importo. Se puede confiar en mis sentimientos. Mi manera de pensar es apropiada. Valoro mis necesidades y deseos. No merezco ni toleraré el abuso ni el maltrato constante. Tengo derechos, y es mi responsabilidad reclamar esos derechos. Las decisiones que tomo y la manera como me conduzco reflejarán mí alta autoestima. Mis decisiones tomarán en cuenta las responsabilidades que tengo para conmigo mismo.
Mis decisiones también tornarán en cuenta mis responsabilidades hacia otras personas: mi cónyuge, mis hijos, mis familiares. Examinaré y decidiré exactamente cuáles son estas responsabilidades mientras tomo mis decisiones. También tendré en cuenta los derechos de los que me rodean, el derecho de vivir sus vidas como ellos quieran. No tengo por qué imponerme sobre el derecho de los demás a cuidar de ellos mismos, y ellos tampoco tienen el derecho de imponerse por encima de mis derechos.
El cuidado de uno mismo es una actitud de respeto mutuo. Significa aprender a vivir nuestras vidas responsablemente. Significa permitir a los demás que vivan su vida como ellos elijan siempre y cuando no interfieran con nuestras decisiones de vivir como hemos elegido hacerlo. Cuidar de nosotros mismos no es tan egoísta como muchas personas asumen que es, pero tampoco es tan no egoísta como muchos codependientes creen.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
desapego de chopra1

Reflexión del Dia: 16 de Enero



¿Aceptar la realidad? La mitad del tiempo ni siquiera sabemos lo que es la realidad. Se nos miente; nos mentimos a nosotros mismos; y todo nos da vueltas en la cabeza. La otra mitad del tiempo, encarar la realidad sencillamente es más de lo que podemos soportar, más de lo que cualquiera puede soportar. ¿Por qué resulta tan misterioso que la negación sea una parte integral del alcoholismo o de cualquier problema serio que provoque pérdidas continuas? Tenemos demasiado qué aceptar; nuestras circunstancias actuales son abrumadoras. A menudo, nos vemos tan envueltos en crisis y en caos intentando resolver los problemas de los demás que perdemos la capacidad de aceptar algo. Y sin embargo, a veces debemos ponernos de acuerdo con lo que es. Si las cosas alguna vez van a ser distintas, debemos aceptar la realidad. Si alguna vez vamos a remplazar nuestros sueños perdidos con sueños nuevos y sentirnos sanos y en paz otra vez, debemos aceptar la realidad.
Por favor comprendan que aceptación no significa adaptación. No significa resignación ante el lamentable y mísero estado en que están las cosas. No significa aceptar o tolerar ningún tipo de abuso.
Significa, en el momento presente, que reconocemos y aceptamos nuestras circunstancias, incluyéndonos a nosotros mismos y a las personas en nuestras vidas, tal y como somos nosotros y ellas. Sólo desde tal estado poseemos la paz y la capacidad para evaluar esas circunstancias, hacer los cambios adecuados y resolver nuestros problemas. Una persona de quien se abusa no tomará las decisiones necesarias para detener ese abuso hasta que él o ella lo reconozcan. La persona debe entonces dejar de pretender que el abuso de alguna manera terminará mágicamente, dejar de pretender que no existe, o dejar de poner pretextos de por qué existe.
En un estado de aceptación somos capaces de responder con responsabilidad hacia nuestro entorno. En este estado recibimos el poder para cambiar las cosas que podemos cambiar. Los alcohólicos no pueden dejar de beber hasta que aceptan su impotencia ante el alcohol y ante su alcoholismo. Las personas con trastornos en su manera de comer no pueden solucionar sus problemas con la comida hasta que aceptan su impotencia ante la comida. Los codependientes no podemos cambiar hasta que aceptamos nuestras características codependientes, nuestra impotencia ante la gente, ante el alcoholismo y ante otras circunstancias que tan desesperadamente hemos tratado de controlar. La aceptación es la más grande paradoja: no podemos cambiar hasta que aceptemos la manera de ser que tenemos.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
desapego de chopra1

Reflexión del Dia: 15 de Enero



Como codependientes, tendemos a entablar relaciones totalmente antagónicas en nuestro interior.45 Algunos de nosotros aprendimos estas conductas de odio a sí mismo dentro de nuestras familias, posiblemente con la ayuda de uno de nuestros padres que era alcohólico. Algunos reforzamos ese desdén que sentimos por nosotros mismos dejando a un padre alcohólico para casarnos con un alcohólico. Podemos haber iniciado relaciones adultas con una frágil autoestima, para luego descubrir que lo que nos quedaba de autoestima se ha desintegrado. Pocos de nosotros podemos haber guardado nuestra autoestima completamente intacta hasta que lo conocimos a él o a ella o hasta que surgió ese problema; repentina o gradualmente nos encontramos odiándonos a nosotros mismos. El alcoholismo y otros trastornos compulsivos destruyen la autoestima tanto en los alcohólicos como en los codependientes. Recuerden, el alcoholismo y otros trastornos compulsivos son autodestructivos. Algunos de nosotros podemos ni siquiera estar conscientes de nuestra baja autoestima y de nuestro odio a sí mismos porque nos hemos estado comparando con los alcohólicos y con las otras personas locas que hay en nuestras vidas; en comparación, estamos por encima de ellos. La baja autoestima puede venírsenos encima cada vez que la dejemos actuar.
En realidad, no importa cuándo empezamos a torturarnos. Debernos parar ahora. Ahora mismo podemos darnos un gran abrazo mental y emocional. Estamos bien. Es maravilloso ser quienes somos.
Nuestros pensamientos están bien. Nuestros sentimientos son adecuados. Estamos justo en donde debíamos de estar hoy, en este momento. No hay nada mal con nosotros. No hay nada que en lo fundamental esté mal en nosotros. Si hemos fallado, no hay problema; estábamos haciéndolo lo mejor que podíamos.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
desapego de chopra1

Reflexión del Dia: 14 de Enero



Desapégate. Renuncia. A veces cuando hacemos esto el resultado que habíamos esperado sucede rápida, a veces milagrosamente. A veces, no sucede. A veces nunca sucede. Pero tú saldrás beneficiado. No tienes que dejar de ocuparte o de amar. No tienes que tolerar el abuso. No tienes que abandonar métodos constructivos, como la intervención profesional, para solucionar tus problemas. Lo único que tienes que hacer es poner tus manos emocionales, mentales, espirituales y físicas otra vez dentro de tus propios bolsillos y dejar a las cosas y a la gente solas. Déjalas estar. Toma cualquier decisión que necesites tomar para ocuparte de ti mismo, pero no las tomes para controlar a los demás. ¡Empieza a ocuparte de ti mismo.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
desapego de chopra1

Reflexión del Dia: 13 de Enero



No necesitamos eliminar todas nuestras reacciones hacia la gente y hacia los problemas. Las reacciones pueden ser útiles. Pueden ayudarnos a identificar lo que nos gusta y lo que nos hace sentirnos bien.
Nos ayudan a identificar los problemas dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Pero la mayoría de nosotros reaccionamos demasiado. Y gran parte de las cosas a las que reaccionamos son tonterías. No son tan importantes, y no ameritan el tiempo ni la atención que les damos. Algunas de nuestras reacciones son respuestas a las reacciones que los demás tienen frente a nosotros. (Estoy furiosa porque él se puso furioso; él se puso furioso porque yo estaba enojada; yo estaba enojada porque pensé que él estaba enojado conmigo; pero no estaba enojado sino herido porque…)
Nuestras reacciones pueden ser el eslabón de una cadena de reacciones tal que a menudo los involucrados están irritados y nadie sabe por qué. Simplemente están irritados. Luego, todos están fuera de control y a la vez son controlados. A veces la gente se comporta de cierta manera para provocar que nosotros reaccionemos de otra. Si dejamos de reaccionar de esta cierta manera, la privamos de lo divertido que esto le resulta. Quedamos fuera de su control y le quitamos el poder que tiene sobre nosotros.
A veces nuestras reacciones provocan que los demás reaccionen de cierto modo. (Pero no necesitamos seguir haciéndolo, ¿o sí?) A veces el reaccionar estrecha nuestra visión en tal forma que nos quedamos varados reaccionando a los síntomas o a los problemas. Podemos estar tan ocupados reaccionando que no tenemos tiempo ni energía para identificar el problema real, y mucho menos para descubrir cómo solucionarlo. Podemos pasar años reaccionando ante cada incidente provocado por la bebida y la crisis resultante, ¡fallando completamente en reconocer que el verdadero problema es el alcoholismo! Aprende a dejar de reaccionar de maneras que no son necesarias y que no funcionan. Elimina las reacciones que te lastiman.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
desapego de chopra1

Meditación 12 de Enero… Encuentra el equilibrio



La meta de la recuperación es el equilibrio; ese precioso punto medio.
Muchos de nosotros hemos ido de un extremo al otro: años de cuidar de todos menos de nosotros mismos, seguidos de una temporada en que nos negamos a concentrarnos en las necesidades de nadie, más que en las nuestras.
Tal vez pasamos años negándonos a identificar nuestros sentimientos, a sentirlos y a manejarlos, seguidos de un periodo de obsesión absoluta con toda huella de energía emocional que pasara por nuestro cuerpo.
Podemos sucumbir a la impotencia, al desamparo y a la victimización, y luego ir al otro extremo blandiendo con agresividad el poder sobre los que nos rodean.
Podemos aprender a dar a los demás al mismo tiempo que asumimos la responsabilidad para con nosotros mismos, a cuidar nuestros sentimientos, así como nuestras necesidades físicas, mentales y espirituales, y a alimentar la callada confianza que nos da el apropiarnos de nuestra fuerza para comportarnos de igual a igual en nuestras relaciones con los demás.
La meta de la recuperación es el equilibrio, pero a veces llegamos a él yéndonos a los extremos.
«Hoy seré amable conmigo mismo, comprendiendo que a veces, para alcanzar el justo medio del equilibrio, necesito explorar las cimas y los valles. A veces, la única manera que tengo de salir de un valle es brincar lo suficientemente alto para aterrizar en la cima y luego, lentamente, deslizarme hacia abajo».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 8 de Enero… Vulnerabilidad



Algunos de nosotros hemos tomado la decisión de que nadie nos iba a volver a lastimar. Podemos recurrir automáticamente al “congelamiento de sentimientos” cuando encaramos dolor emocional. O bien, podemos terminar una relación en cuanto nos sentimos heridos.
Que a veces nos hieran es parte de la vida, de las relaciones y de la recuperación.
Es comprensible que no queramos sentir más dolor. Muchos ya hemos tenido más que suficiente. De hecho, en alguna época de nuestra vida quizá nos hayamos visto agobiados, extenuados o nos hayamos detenido en nuestro camino por el profundo dolor que sentíamos. Quizá no hayamos tenido los recursos para lidiar con nuestro dolor o cuidar
de nosotros mismos.
Pero eso fue ayer. Hoy no tenemos por qué temerle tanto al dolor. Este no tiene por qué agobiarnos. Nos estamos volviendo bastante fuertes para manejar nuestros sentimientos cuando nos sentimos lastimados. Tampoco tenemos que convertirnos en mártires, diciendo que el sufrimiento y el dolor es lo único que existe en la vida.
Lo único que necesitamos es que cuando sea apropiado, nos permitamos sentirnos vulnerables para sentirnos heridos y tomemos responsabilidad de nuestros sentimientos, de nuestras conductas y de lo que necesitemos hacer para cuidar de nosotros mismos. No tenemos que analizar nuestros sentimientos ni justificarlos. Necesitamos sentirlos y no dejar que controlen nuestra conducta.
Quizá nuestro dolor nos esté mostrando que necesitamos fijar un límite, que estamos yendo en dirección equivocada o quizá esté disparando un profundo proceso curativo.
Está bien sentirnos heridos, llorar, curarnos, experimentar el siguiente sentimiento, pero sólo cuando sea tiempo para ello. Nuestra disposición y capacidad para sentirnos lastimados con el tiempo igualarán nuestra disposición y capacidad para sentir alegría. Estar en recuperación no significa ser inmune al dolor; significa aprender a cuidar amorosamente de nosotros mismos cuando nos sintamos dolidos.
«Hoy no me lanzaré en contra de los que me causan dolor. Sentiré mis emociones y asumiré la responsabilidad de ellas. Aceptaré el hecho de sentirme herido como parte del tener relaciones. Estoy dispuesto a rendirme tanto al dolor como a las alegrías de la vida».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 7 de Enero… El manejo de los sentimientos dolorosos



El sentimiento de haber sido lastimados y el de ira son los más difíciles de encarar. Nos podemos sentir vulnerables, asustados e impotentes cuando estos sentimientos comienzan a aflorar, porque pueden disparar el recuerdo de ocasiones similares en que nos sentíamos impotentes.
A veces, para recuperar el sentido de control, quizá castiguemos a la gente que está a nuestro alrededor, ya sea que los culpemos de esos sentimientos o que sean víctimas inocentes. Quizá tratemos de “desquitarnos” o de manipular a espaldas de la gente para ganar la sensación de poder sobre la situación. Estas acciones quizá nos den un sentimiento temporal de satisfacción, pero sólo nos harán posponer la decisión de afrontar nuestro dolor.
Sentirse herido no tiene que ser algo tan atemorizante ni tenemos que trabajar tan duro para evitarlo. Aunque sentirse herido no es tan bonito como sentirse feliz, los sentimientos siguen siendo eso, sentimientos.
Podemos someternos a ellos, sentirlos y seguir adelante. Eso no significa que tengamos que buscar sentirnos heridos o detenernos innecesariamente en este tipo de sentimientos El dolor emocional no tiene por que devastarnos. Podemos sentarnos derechos, sentir el dolor, indagar si necesitamos hacer algo para cuidar de nosotros mismos y luego proseguir con nuestra vida.
No tenemos que actuar con prisas; tenemos que castigar a los demás para tener control sobre nuestros sentimientos. Podemos empezar compartiendo con otros nuestro dolor de sentirnos lastimados. Esto trae un alivio y a menudo la curación tanto para ellos como ara nosotros.
Con el tiempo aprenderemos la lección de que la verdadera fuerza proviene de que nos permitamos a nosotros mismos ser lo bastante vulnerables como para sentir el dolor. La verdadera fuerza proviene de saber que podemos cuidar de nosotros mismos, aunque sintamos dolor emocional. La verdadera fuerza nos viene cuando dejamos de hacer responsables a los demás de nuestro dolor y asumimos la responsabilidad de nuestros propios sentimientos.
«Hoy me someteré a mis sentimientos, incluso a los que son emocionalmente dolorosos. En vez de actuar con urgencia, o de intentar castigar a alguien, seré lo bastante vulnerable para experimentar mis sentimientos».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).