Reflexión del Dia: 4 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que el codependiente vive apegado y solo soltando puede alcanzar su serenidad y paz interior.

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Reflexiona sobre esto:

El desapego implica “vivir en el momento presente” –vivir en el aquí y en el ahora–-. Permitirnos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho de cada día.
El desapego también implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios, en otras personas, en el orden natural y en el destino de las cosas en este mundo. Nos liberamos de nuestros pesares y preocupaciones y nos damos a nosotros mismos la libertad para disfrutar de la vida a pesar de nuestros problemas no resueltos. Confiamos en que todo está bien a pesar de los conflictos. Confiamos en que Alguien más grande que nosotros sabe, ha ordenado y se preocupa de lo que está sucediendo.
Entendemos que este Alguien puede hacer mucho más por resolver el problema que nosotros. De modo que tratamos de no estorbar su camino y dejar que Él lo haga. A su tiempo, sabremos que todo está bien porque vemos cómo las cosas más extrañas (y a veces, las más dolorosas) se solucionan de la mejor manera y en beneficio de todos.

Mi Reflexión: El codependiente vive apegado a personas, circunstancias. La única vía para sanar es el desapego. Puede que el no crea que está obsesionado, apegado afectivamente, porque así ha vivido parte de su vida. Para recuperar su foco y asumir la responsabilidad de su vida cuidando de él mismo, debe asumir soltar aquello que lo encadena y hace perder su paz interior. (Alpha).

¿Estás apegado a alguien?¿Cómo estás enfrentando tu desapego? Comenta acá.

Meditación 2 de Diciembre… Ser es suficiente

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente debe darle importancia a lo que ocurre a su alrededor, sin preguntarse siempre el por que. Su actitud permanente de búsqueda de la verdad lo lleva a la angustia que en nada resuelve su situación, es más lo hace más propenso a la desazón y el temor.

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Medita sobre esto:

No siempre somos claros acerca de lo que estamos experimentando, o por qué.
En medio del dolor, la transición, la transformación, el aprendizaje, la curación o la disciplina, es difícil tener una perspectiva.
Eso es porque aún no hemos aprendido la lección. Estamos en medio de eso. El regalo de la claridad aún no ha llegado.
Nuestra necesidad de controlar puede manifestarse como una necesidad de saber exactamente qué está pasando. No siempre podemos saber A veces, debemos dejarnos y confiar en que la claridad vendrá más tarde, en retrospectiva.
Si estamos confundidos, eso es lo que se supone que somos. La confusión es temporal. Veremos. La lección, el propósito, se revelará a sí mismo, a tiempo, en su propio tiempo.
Todo tendrá perfecto sentido, más tarde.

«Hoy, dejaré de esforzarme por saber lo que no sé, para ver lo que no puedo ver, para entender lo que aún no entiendo. Confiaré en que el ser es suficiente y dejaré de lado mi necesidad de resolver las cosas.»

Mi Reflexión: El codependiente vive en una constante búsqueda de la verdad. Controla a los demás y desea conocer, saber lo que ocurre a su alrededor. Esa búsqueda sin respuestas lo desacomoda e inquieta, de allí que su vida este marcada por la incertidumbre mezclada con el permanente deseo de saber todo cuanto acontece a su alrededor. Llegó el momento de desprenderse de ese deseo inconcluso y aceptar que basta con dejar pasar las cosas sin buscarle respuestas, lo más importante es aceptar lo que que ocurre de manera natural. (Alpha).

¿Has sentido ese deseo permanente de controlar todo lo que ocurre a tu alrededor? ¿Cómo has trabajado con ese deseo? Comenta acá.

Meditación 1 de Diciembre… Derribar esas paredes

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la necesidad de «salir» de las dificultades a tiempo, sin regodearse en aquellos eventos que nos mantienen en un drama permanente.

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Medita sobre esto:

Frank era un hombre felizmente casado, o al menos eso pensaba. Entonces, un día, su esposa de diez años llegó a casa y le dijo que ya no tenía ganas de volver a casarse. «Te amo. Simplemente no estoy enamorado de ti», dijo, saliendo por la puerta.
Frank estaba devastado. Se enojó con su esposa, enojado con su iglesia y enojado con Dios. Él se enojó, y se quedó de esa manera. Echó humo y generalizó. Decidió que todas las mujeres deben ser así y, tarde o temprano, cualquiera que se acercara demasiado lo lastimaría.
Muchos de nosotros experimentamos dolor en la vida. Viene con el juego.
Está bien lastimar, enojarse, incluso ser amargo por un tiempo. Pero a nadie le interesa escuchar nuestra historia de amor perdida diez años después de que sucediera.
Incluso nos cansamos de escucharlo, nosotros mismos.
A veces es hora de nutrir nuestro dolor. A veces es hora de superarlo y volver al juego.
Todos caemos. La mayoría de las personas cambia de opinión. Todos cometemos errores.
No tenemos que permitir que una mala experiencia en la vida nos impida tener experiencias positivas en el futuro. Las paredes son indiscriminadas. Si bien pueden protegernos de ser heridos de nuevo, también nos evitarán experimentar alegría.

«Dios me ayude a soltar las actitudes de autosabotaje formadas en un momento de dolor. Ábreme a la belleza que espera cuando me acerco a la vida con el corazón abierto.»

Mi Reflexión: Los seres humanos tendemos a autosabotear nuestros momentos de alegría, de paz, de serenidad. Si bien podemos vivir momentos difíciles, también lo es que tratemos de «salir» de nuestro dolor de la mejor y mas rápida manera posible. Es oportuno que entendamos que quedarnos allí en ese sito de sufrimiento no es una buena opción y hay formas de «romper» con ese evento y darnos oportunidad para ser feliz y dichosos. Confiemos en el Poder Superior y lo lograremos. (Alpha).

¿Tiendes a sabotear tu felicidad? ¿Has intentado salir de momentos difíciles? ¿Cuales herramientas te han resultado positivas? Comparte acá.

Meditación 30 de Noviembre… Desapego

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que la una manera de liberarnos de nuestros apegos a los demás es desapegarnos, convirtiéndonos en responsables de conducir nuestra vida, dejando a los demás libres para hacer lo que deseen hacer.

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Medita sobre esto:

Un día, mi hijo trajo a casa a vivir con nosotros a un hámster. Lo pusimos en una jaula. Poco tiempo después, el hámster escapo.
Durante los siguientes seis meses, el animal corría asustado y salvaje por toda la casa. Y lo mismo nosotros para atraparlo.
“Ahí está. ¡Agárralo!”, gritabamos cada vez que alguien veía al hámster. Mi hijo o yo dejábamos lo que estuviéramos haciendo, corríamos por toda la casa y nos lanzábamos sobre el animal con la esperanza de atraparlo.
Me preocupaba por él, aunque no lo viéramos. “Esto no esta bien”, pensaba. “No puedo tener a un hámster corriendo suelto por la casa. Tenemos que atraparlo. Tenemos que hacer algo”.
Un pequeño animal del tamaño de un ratón tenía en agitación toda la casa. Un día, mientras estaba sentada en la sala, vi al animal correr por el pasillo. En estado de frenesí, empecé a abalanzarme sobre él, como generalmente lo hacía, y luego me detuve.
No, me dije. Estoy harta. Si ese animal quiere vivir en los rincones y escondrijos de esta casa, voy a dejar que lo haga. Estoy harta de preocuparme por él .Estoy harta de perseguirlo. Esta es una circunstancia irregular, pero así es justamente como va a tener que ser.
Dejé que el hámster corriera sin que yo reaccionara. Me sentía un poquito incómoda con mi nueva reacción -no reaccionar-, pero me ceñí a ella de todas maneras.
Me sentí más a gusto con mi nueva reacción, no reaccionar. Al poco tiempo, estaba perfectamente en paz con la situación. Había dejado de pelear con el hámster. Una tarde, unas cuantas semanas después de que empecé a practicar mi nueva actitud, el hámster corrió cerca de mí, como lo había hecho tantas veces y apenas lo mire. El animal se paró en seco, volteó y me miró. Empecé a abalanzarme sobre él. Él empezó a correr. Me relajé.
Muy bien”, dije. “Haz lo que quieras”. Y lo decía en serio. Una hora después, el hámster vino, se paró junto a mí y esperó.
Gentilmente lo levanté y lo coloqué en su jaula, donde ha vivido feliz desde entonces. ¿La moraleja de la historia? No te balancees sobre el hámster. El ya está asustado, y tratar de atraparlo lo único que logra es asustarlo más y a nosotros nos vuelve locos.
¡El desapego funciona!

«Hoy me sentiré a gusto con mi nueva reacción de no reaccionar. Me sentiré en paz.

Mi Reflexión: Para el codependiente que pasa su vida apegado emocionalmente, la única salida válida para su recuperación es el Desapego. Entendiendo que este es un proceso gradual, en el cual no dejamos de amar a las personas, solo que cambiamos nuestra percepción del papel que ellas deben tener en sus vidas. Entendemos que solo podemos cambiarnos a nosotros mismos, los demás quedan libres de actuar como deseen hacerlo. Eso es liberador y nos enseña a valorarnos y responsabilizarnos de nuestra vida. (Alpha).

¿Estás teniendo un vínculo de apego afectivo? ¿Estás trabajando en desapegarte? Comenta tu vivencia.

Meditación 29 de Noviembre… Mire su «nunca»

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que el codependiente debe aceptar el dolor como una lección para aprender. Mostrarse vulnerable ayuda a enfrentar el sufrimiento.

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Medita sobre esto:

Ten cuidado con lo que dices que nunca volverás a hacer. Puede que esté construyendo un muro entre tu y lo bueno en su vida.
Me lastimó, así que nunca volveré a hablar con él. Ella me lastimó, así que nunca volveré a involucrarme con mujeres.
A veces, nuestros sentimientos de dolor pueden ser avisos precisos y confiables de que debemos alejarnos y permanecer alejados. Pero, por lo general, cuando decimos que nunca, es porque no queremos ser vulnerables y sentimos el dolor que se nos presentó.
Decir nunca puede ser una indicación de que hemos cerrado nuestros corazones.
¿Has construido una pared con tus «nunca»? Mira. Mira debajo. ¿Hay un sentimiento de dolor que necesitas sentir?
¿Te quemaste cuando tocaste la estufa caliente, así que nunca más te acercarás a una estufa? Te perderás algunas comidas sabrosas.

«Dios, ayúdame a ser lo suficientemente vulnerable como para sentir mi dolor y aprender mi lección, en lugar de decir nunca y construir una gran pared.

Mi Reflexión: Los codependientes vivimos tantos sentimientos de tristeza y abandono que en muchas ocasiones queremos pensamos que no tenemos salida a nuestro problema. Es necesario, para sanar, que aceptemos el dolor y el sufrimiento como unos sentimientos que si bien lucen negativos, nos harán abrirnos y aceptarlos hasta buscar ayuda para recuperarnos. Ser vulnerables es positivo. Alejarnos y encerrarnos no nos lleva a ninguna solución. (Alpha).

¿Evitas sentir dolor? ¿Enfrentas el dolor con optimismo para sanar? Comparte acá.

Meditacion 28 de Noviembre… Probándoselo a nosotros mismos

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que el codependiente debe plantearse como meta primaria aceptase tal cual es y aprender a cuidar de sí mismo. Dejar de controlar a los demás es necesario para su recuperación.

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Medita sobre esto:

Pasé un año tratando de demostrarle a mi esposo cuánto me estaba lastimando la bebida. Cuando comencé a recuperarme, me di cuenta de que era yo quien necesitaba darme cuenta de lo mucho que me estaba lastimando la bebida. (Anónimo).
Pasé meses tratando de demostrarle a un hombre con el que estaba saliendo lo responsable y saludable que era. Entonces me di cuenta de lo que estaba haciendo. No necesitaba darse cuenta de lo responsable y saludable que era. Yo si. (Anónimo).

Tratando de demostrar lo buenos que somos, tratando de demostrar que somos lo suficientemente buenos, tratando de mostrarle a alguien cuánto nos ha herido, tratando de mostrarle a alguien que estamos entendiendo, son señales de advertencia de que podemos estar en nuestra propia derrotando comportamientos.
Pueden ser una indicación de que estamos tratando de controlar a alguien. Pueden ser una indicación de que no creemos lo buenos que somos, que somos lo suficientemente buenos, que alguien nos está lastimando.
Pueden ser una advertencia de que nos hemos dejado enganchar a un sistema disfuncional. Pueden indicar que estamos atrapados en esa niebla nublada de negación o que estamos haciendo algo que no es bueno para nosotros.
Intentar en exceso para hacer un punto con otro puede significar que todavía no hemos hecho ese punto con nosotros mismos. Una vez que hagamos ese punto con nosotros mismos, una vez que comprendamos, sabremos qué hacer.
El problema no es que los demás nos entiendan y nos tomen en serio. El problema no es que los demás crean que somos buenos y lo suficientemente buenos. El problema no es que otros vean y crean cuán responsables, cariñosos o competentes somos.
El problema no es si los demás se dan cuenta de cuán profundamente estamos sintiendo un sentimiento en particular. Nosotros somos los que necesitamos ver la luz.

«Hoy, Dios, ayúdame a dejar de lado mi necesidad de controlar los resultados al influir en las creencias de los demás. Me concentraré en aceptarme a mí mismo en lugar de intentar probar algo sobre mí mismo. Si me encuentro en la trampa codependiente de tratar de enfatizar algo sobre mí mismo a otro, me preguntaré si necesito convencerme de ese punto.»

Mi Reflexión: El codependiente transita su existencia controlando a los demás, su comportamiento está ceñido a complacer y quedar bien con las personas En muchas ocasiones queremos dejar ver cuánto ha progresado en la recuperación, aunque esta conducta puede señalar lo contrario: seguimos tratando de controlar y hacer ver a las personas que somos buenos y estamos bien. Llegó el momento que entendamos que solo necesitamos estar claros nosotros mismos, que nuestra tarea primaria es atendernos, aceptarnos, cuidarnos, solo así alcanzaremos paz, serenidad y disfrutaremos de la vida ¡Ponte a cumplir tu tarea, deja que los demás vivan como deseen. (Alpha).

¿Sigues teniendo la necesidad de controlar a los otros? ¿Has iniciado tu proceso de recuperación? Comparte aquí tu experiencia al respecto.

Meditación 27 de Noviembre… Es nuestra lección

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que todos tenemos pruebas que superar en la vida. Hasta no conocer nuestro papel en la existencia tendremos sufrimiento.

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Medita sobre esto:

Cuando aprendes tus lecciones, el dolor desaparece. (Elisabeth Kübler-Ross, La rueda de la vida).

Algunas veces, esperamos y esperamos a que termine una situación dolorosa. ¿Cuándo dejará de beber? ¿Cuándo llamará? ¿Cuándo mejorará este aspecto financiero? ¿Cuándo sabré qué hacer a continuación?
La vida tiene su propia línea de tiempo. Tan pronto como recibimos la lección, el dolor se neutraliza y luego desaparece.
Y la lección es siempre nuestra.
Examina tu vida. ¿Estás esperando que alguien o algo fuera de ti suceda para hacerte sentir mejor? ¿Estás esperando que alguien aprenda su lección para que el dolor se detenga? Si es así, intente girar hacia adentro.
¡Vea lo que realmente es la lección!

«Dios, por favor muéstrame lo que se supone que debo aprender ahora mismo.»

Mi Reflexión: La persistencia de dolor y sufrimiento en nuestra vidas puede ser una señal inequívoca que algo tenemos para aprender y no lo hemos hecho aùn. No hay fórmulas mágicas. Nada ni nadie de nuestro entorno puede vivir nuestra existencia. Cada quien tiene sus pruebas que superar y solo así, nos liberaremos del dolor. Acércate a tu ser superior, allí están las respuestas. (Alpha).

¿Has accedido a Dios para hallar las respuestas a tu sufrimiento? ¿Crees en un Dios verdadero que tiene un plan específico para Tí en tu vida? Comenta acá tus vivencias al respecto.

Reflexión del Dia: 26 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que el codependiente reta la voluntad divina manteniendo una necesidad obsesiva de controlar a las personas y los eventos.

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Reflexiona sobre esto:

Cuando intentamos controlar a la gente y a las cosas que no tenemos por qué controlar, somos controlados por ellos. Abdicarnos a nuestro poder para pensar, sentir y actuar de acuerdo con lo que más nos conviene. A menudo perdemos el control sobre nosotros mismos. Con frecuencia, somos controlados no sólo por la gente, también por enfermedades tales como el alcoholismo, o las tendencias compulsivas en el comer y en los juegos de apuesta. El alcoholismo y otros trastornos destructivos son fuerzas poderosas. Nunca se debe olvidar que los alcohólicos y otras personas con problemas son expertos controladores. Encontramos la horma de nuestro zapato cuando tratamos de controlarlos a ellos o a su enfermedad. Perdemos la batalla. Perdemos la guerra. Nos perdemos a nosotros mismos, a nuestras vidas Como dice una frase de Al-Anón: Tú no lo provocaste; no lo puedes controlar; y no lo puedes curar. ¡Así que deja de tratar de hacerlo! Nos frustramos al máximo cuando tratarnos de hacer lo imposible. Y generalmente impedirnos que suceda lo posible Creo que asirse fuertemente a una persona o cosa, o forzar mi voluntad sobre cualquier situación elimina la posibilidad de que mi poder superior haga algo constructivo acerca de la situación, la persona o yo. Mi afán de controlar bloquea el poder de Dios. Bloquea la capacidad de otras personas para crecer y madurar. Impide que los sucesos ocurran de una manera natural. Me impide a mí disfrutar de la gente o de los eventos.

Mi Reflexión: En los codependientes la necesidad de controlar los eventos y las personas le sobrepasan y pierde la percepción de la realidad. En ocasiones pretende actuar como Dios. No puede parar esa necesidad y ello le dificulta disfrutar de la alegría, la serenidad y la felicidad. Solo, a través de la recuperación, desarrollando la confianza en su Poder Superior, será posible alcanzar un control de si mismo y de sus actos (Alpha).

¿Tienes necesidad de control sobre los eventos y las personas? ¿Compites con Dios en cuanto a actuar por ti mismo?. Comparte tu experiencia aquí.

Meditación 26 de Noviembre… Es hora de enojarse

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que tendemos a sentir enfado y no acertamos a saber como manejar este sentimiento. Lo mejor es interpretar las razones y actuar mejorando nosotros mismos.

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Medita sobre esto:

Ya es hora de que te enojes, sí, eso está enojado.
La ira puede ser una emoción tan potente y atemorizante. También puede ser un sentimiento que nos guía hacia decisiones importantes, a veces decisiones difíciles de tomar. Puede señalar los problemas de otras personas, nuestros problemas o simplemente los problemas que debemos abordar.
Negamos nuestra ira por una variedad de razones. No nos damos permiso para permitir que entre en nuestra conciencia, al principio. Comprende que no desaparece; se sienta en capas debajo de la superficie, esperando que estemos listos, seguros y lo suficientemente fuertes como para manejarlo.
Lo que podemos hacer en lugar de enfrentar nuestro enojo y lo que nos dice sobre el cuidado personal es sentirnos heridos, victimizados, atrapados, culpables e inseguros acerca de cómo cuidarnos a nosotros mismos. Podemos retirar, negar, poner excusas y esconder nuestras cabezas en la arena, por un tiempo.
Podemos castigar, desquitarnos, gimotear y preguntarnos.
Podemos perdonar repetidamente a la otra persona por comportamientos que nos lastiman. Podemos temer que alguien se vaya si tratamos con nuestra ira hacia él o ella. Podemos temer que tengamos que irnos si lidiamos con nuestra ira.
Podemos simplemente tener miedo de nuestra ira y la potencia de la misma. Es posible que no sepamos que tenemos un derecho, incluso una responsabilidad para nosotros mismos, de permitirnos sentir y aprender de nuestra ira.

«Dios,ayuda a que emerjan mis sentimientos de ira ocultos o reprimidos. Ayúdame a tener el valor de enfrentarlos. Ayúdame a entender cómo debo cuidarme con las personas a las que siento ira. Ayúdame a dejar de decirme a mí mismo que algo anda mal conmigo cuando las personas me victimizan y me siento enojado por la victimización. Puedo confiar en mis sentimientos para señalar los problemas que necesitan mi atención.»

Mi Reflexión: No siempre el sentimiento de enojo o enfado es negativo. Podemos aceptar este sentimiento y analizar las razones que motivan sentir ira. Es necesario interpretar por qué nos enojamos tan frecuentemente. Llegar a la raíz del asunto puede conducirnos a cambios en nosotros y nuestra percepción de las conductas de los demás para con nosotros. Puede convertirse en un estimulador para saber cuáles áreas deben ser atendidas, cuidando de nosotros mismos. (Alpha).

¿Sientes ira frecuentemente? ¿Has logrado analizar las causas? ¿Logras controlar tus momentos de enojo o de ira? ¿Cómo lo haces? Comparte acá.

Meditacion 25 de Noviembre… El alivio está a la vuelta de la esquina

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que es necesario probar cambiando la forma en que manejamos nuestra vida, en ocasiones de manera monótona y rutinaria. Refiere que llego el momento de incluir pequeños cambios que nos hacen movernos y repensar nuestra actitud.

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Medita sobre esto:

Necesitaba ir a la ciudad a hacer recados. Era una mañana fría en la playa, nisiquiera 70 grados. Me puse la chaqueta, subí al auto y salí. Doblé por la carretera del cañón y quedé impresionado por la belleza de la niebla que ardía, jugando al escondite con las paredes del cañón. Era 94 y soleado cuando llegué a la ciudad.
Ejecuté mis recados y me detuve en In-and-Out Burger para almorzar. Cuando volví al automóvil, el termómetro decía 102. Hacía calor. El tráfico fue malo, la temperatura llegó a 106 en la autopista e incluso el aire acondicionado no ayudó mucho.
Finalmente, volví a la carretera del cañón. La hierba era marrón y me preocupaban los incendios forestales; se ponen tan mal aquí. Pronto, noté que la temperatura había bajado a 94 ° otra vez, luego 90°, luego 88°. Las colinas se volvieron verdes. Doblé una esquina y pude ver el Océano Pacífico. La temperatura era 82°. Cuando llegué a casa, volví a 74°.
Me sorprendió la gran diferencia que hicieron algunas millas.
A veces, un pequeño cambio puede afectar la forma en que nos sentimos, mucho. ¿Te sientes abrumado o presionado? Haz otra cosa por un tiempo. ¡Date un regalo! A veces, el cambio más pequeño en nuestra rutina puede hacer maravillas para cambiar la temperatura en nuestras vidas.

«Dios, ayúdame a ver cualquier cambio que pueda hacer que tenga un efecto positivo en mi energía y en la forma en que me siento.»

Mi Reflexión: Cuando convertimos nuestra vida en rutinaria, bien vale la pena introducir pequeños cambios en nuestra vida. Partamos de la premisa que si movemos alguna pieza del tablero van a generarse cambios sutiles, que permiten obtener logros y éxito. Así podemos introducir cambios en nuestra forma de vivir, y veremos resultados inesperados. No importa cuán pequeños puedan ser, todo provoca «cambio de energía», eso es bueno para nuestra recuperación. (Alpha).

¿Te das el chance de introducir pequeños cambios en tu vida diaria? ¿Cómo te impactan estos cambios? Comenta acá.