Muchos de nosotros esperamos y necesitamos tanto de la gente que nos conformamos con muy poco.
Podemos volvernos dependientes de personas con problemas, de alcohólicos y otras personas con problemas. Podemos volvernos dependientes de personas que no precisamente nos gustan ni amamos. A veces, necesitamos tanto de la gente que nos conformamos casi con quien sea. Podemos necesitar a gente que no satisface nuestras necesidades. De nuevo, podemos encontrarnos en situaciones en las cuales necesitamos que alguien esté ahí para apoyarnos, pero que la persona que hemos elegido no puede o no podrá hacerlo.
Es posible incluso llegar a convencernos a nosotros mismos de que no podemos vivir sin alguien y que nos marchitaremos y moriremos si esa persona no está dentro de nuestra vida. Si esa persona es un alcohólico o tiene serios problemas, podremos tolerar el abuso y la enfermedad para mantenerla dentro de nuestra vida, a modo de proteger nuestra fuente de seguridad emocional. Nuestra necesidad se hace tan grande que nos conformamos con demasiado poco. Nuestras expectativas caen por debajo de lo normal, por debajo de lo que deberíamos esperar de nuestras relaciones. Luego, nos quedamos atrapados, varados.
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
Mes: agosto 2018
Meditación 26 de Agosto… Reparemos daños
Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros. (Paso Nueve de Al-Anón).
Cuando reparemos daños, necesitamos ser claros acerca de la causa por la que estamos ofreciendo disculpas y de la mejor manera de decir que lo sentimos. Lo que realmente estamos haciendo con nuestra reparación es asumir la responsabilidad de nuestra conducta. Necesitamos estar seguros de que el proceso mismo no sea contraproducente o doloroso.
A veces necesitamos disculparnos directamente por una cosa que hemos hecho en particular o por la parte que nos corresponde en un problema.
Otras, en vez de decir «lo siento», lo que necesitamos hacer es trabajar por cambiar nuestra conducta hacia la persona.
Hay veces en que sacar a relucir lo que hemos hecho y ofrecer disculpas por ello empeoraría las cosas.
Tenemos que confiar en el momento adecuado, en la intuición, y en la guía en este proceso de la reparación de daños. Una vez que estemos dispuestos, podemos dejarlos ir y proseguir con nuestra reparación en forma pacífica,consistente, armoniosa. Si nada nos parece bien o apropiado, si sentimos que lo que estamos a punto de hacer provocaría una crisis o causaría estragos, necesitamos confiar en ese sentimiento.
Aquí cuentan la honestidad, el ser abiertos y el estar dispuestos. En paz y armonía podemos esforzarnos por poner en claro nuestras relaciones.
Merecemos estar en paz con nosotros mismos y con los demás.
«Hoy estaré abierto a reparar cualquier daño que necesite reparar con la gente. Esperaré la Guía Divina en el proceso de hacer cualquier reparación que no tenga bien clara. Actuaré cuando se me guíe a hacerlo. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi miedo de enfrentar a la gente y asumir la responsabilidad de mi conducta. Ayúdame a saber que no estoy menoscabando mi autoestima al hacer esto; la estoy mejorando».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
Reflexión del Dia: 25 de Agosto
Muchos de nosotros tenemos noches oscuras. Muchos tenemos incertidumbre soledad y el aguijón de necesidades y deseos que suplican ser satisfechos, y que sin embargo aparentemente pasan desapercibidos.
A veces el camino está brumoso y resbaloso y no tenemos esperanza. Lo único que podemos sentir es miedo. Lo único que podemos ver es la oscuridad. Una noche yo iba manejando con este tipo de clima. No me gusta manejar, y particularmente no me gusta manejar cuando hay mal tiempo. Estaba tiesa y asustada hasta el tuétano. Apenas podía ver; las calaveras tan sólo iluminaban unos cuantos metros de la carretera. Estaba casi ciega. Empecé a sentir pánico. ¡Podría suceder cualquier cosa! Luego, un pensamiento tranquilizante entró en mi mente. El camino sólo estaba iluminado unos cuantos metros, pero cada vez que pasaba esos cuantos metros, se iluminaba un pedazo nuevo. No importaba que no pudiera ver muy a lo lejos. Si me relajaba, podía ver tan lejos como era necesario por el momento. La situación no era ideal, pero podría sobrellevarla si mantenía la calma y trabajaba con lo que disponía.
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
Meditación 25 de Agosto … Estemos dispuestos a reparar los daños
El Paso Ocho está hablando de un cambio de corazón, de un cambio curativo.
Esta actitud puede ser el principio de una gran cadena de recuperación y de curación en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Significa que estamos dispuestos a dejar ir nuestra dureza de corazón, uno de los más grandes obstáculos para nuestra capacidad de dar y recibir amor.
En el Paso Ocho hacemos una lista de toda la gente que hemos dañado, y nos permitimos a nosotros mismos experimentar una actitud curativa hacia ellos. Es una actitud de amor.
En este Paso, no nos arrojamos con locura y empezamos a gritar: «¡Lo siento!». Hacemos nuestra lista, no para sentirnos culpables, sino para facilitar la curación. Antes de que realmente reparemos daños o empecemos a considerar la manera apropiada de repararlos, nos permitimos a nosotros mismos cambiar nuestra actitud. Ahí es donde comienza la curación, en nuestro interior.
Esto puede cambiar la energía. Puede cambiar la dinámica. Puede hacer comenzar el proceso, antes de que abramos la boca y digamos lo siento. Abre la puerta del amor. Abre la puerta a la energía del amor y de la curación. Nos capacita para llenarnos de sentimientos y energía positivos.
Esa energía se puede sentir alrededor del mundo, y comienza dentro de nosotros.
¿Con cuánta frecuencia, después de haber sido lastimados, deseábamos que la persona simplemente reconociera nuestro dolor y dijera, «lo siento»? ¿ Cuán tan a menudo hemos deseado que la persona simplemente nos viera, nos escuchara y volviera hacia nosotros la energía del amor? ¿Cuán frecuentemente hemos anhelado por lo menos un cambio de corazón, una pequeña dosis de reconciliación, en las relaciones manchadas por asuntos inconclusos y malos sentimientos? Muy a menudo.
Los otros también lo desean. Eso no es ningún secreto. La energía de la curación comienza con nosotros. Nuestra disposición para reparar el daño puede beneficiar o no a la otra persona; el o ella pueden estar o no dispuestos a olvidarse del asunto.
Pero nosotros nos curamos. Nos volvemos capaces de amar.
«Hoy trabajare por lograr un cambio de corazón si están presentes la dureza del corazón, la defensividad, la culpa o la amargura. Me dispondré a dejar ir esos sentimientos y a reemplazarlos por la energía curativa del amor».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
Reflexión del Dia: 24 de Agosto
Las personas que aman, que se preocupan o que trabajan con personas trastornadas pueden ser codependientes. Las personas que se preocupan por las personas que tienen trastornos de la alimentación probablemente son codependientes. En su libro La obesidad es un problema familiar, Judi Hollins afirma que una persona con trastornos de la alimentación puede mantener ocupados de quince a veinte codependientes.
Muchas personas con trastornos de la alimentación son codependientes también. “En una encuesta informal, descubrí que por lo menos el 40 por ciento de las esposas de los alcohólicos eran obesas”.
La codependencia es muchas cosas. Es una dependencia de los demás: de sus estados de ánimo, de su conducta, de su enfermedad o bienestar y de su amor. Es una dependencia paradójica. Parece que los demás dependen de los codependientes, pero en realidad ellos son los dependientes. Parecen fuertes pero se sienten desamparados. Parecen controladores pero en realidad son controlados ellos mismos, a veces por una enfermedad tal como el alcoholismo.
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
Meditación 24 de Agosto … Soluciona los problemas
¡Los problemas son para resolverlos!
Algunos de nosotros nos pasamos más tiempo reaccionando al hecho de que tenemos un problema que tratando de solucionarlo. «¿Por qué me está pasando esto a mí?»… «¿No es horrible la vida?»… «¿Por qué tenía que ocurrir esto?»… «Ay, caray. Esto es terrible»… «¿Por qué Dios (el universo, una agencia, una persona o la vida) la toma conmigo?»
Los problemas son inevitables. Algunos problemas se pueden anticipar. Otros son sorpresas. Pero la idea de que los problemas se dan en forma regular no necesita ser nunca una sorpresa.
Las buenas noticias son que para cada problema hay una solución. A veces, la solución es inmediata o nos lleva cierto tiempo descubrirla. Otras, la solución implica dejarlo ir. A veces, el problema debemos resolverlo nosotros; otras no. A veces, hay algo que podemos hacer claramente para solucionar el problema; otras, necesitamos batallar, patalear, hacer nuestra parte y luego confiar en la ayuda de nuestro Poder Superior.
A veces, el problema simplemente es parte de la vida; otras, es importante porque estamos aprendiendo algo a través de él y de su solución. A veces, los problemas acaban resultando ser algo bueno en nuestra vida. Nos hacen volvernos en una dirección que es mejor a la que de otra manera hubiéramos tomado.
A veces, los problemas simplemente son; otras, son una señal de advertencia de que estamos en el camino equivocado.
Podemos aprender a aceptar los problemas como parte inevitable de la vida. Podemos aprender a resolver problemas. Podemos aprender a identificar cuáles están tratando de conducirnos en una nueva dirección y cuáles simplemente piden una solución.
Podemos aprender a concentrarnos en la solución más que en el problema y mantener una actitud positiva hacia la vida y hacia el inevitable flujo de problemas y soluciones.
«Hoy aprenderé a confiar en las soluciones, en vez de sentirme victimado por los problemas. No usaré los problemas para probar que estoy desamparado, acosado o martirizado. No señalaré mis problemas para probar lo horrible que es la vida. Aprenderé a confiar en el flujo de problemas y soluciones. Dios mío, ayúdame a resolver los problemas que puedo resolver hoy. Ayúdeme a dejar ir el resto. Ayúdame a crecer en mi capacidad para afrontar los problemas y resolverlos. Ayúdame a confiar en la corriente. Para cada problema, hay una solución».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
Reflexión del Dia: 23 de Agosto
Maneja los sentimientos de culpa. Deshazte de los sentimientos de culpa gratuitos. Deshazte de todo sentimiento de culpa. La culpa no ayuda nada. Dios nos perdonará de todo lo que hemos hecho. Además, apuesto a que Él sabe que no hemos hecho tantas cosas mal como nosotros pensamos.
Una vez que comenzamos a manejar la ira, posiblemente nos demos cuenta de que nos sentimos enojados la mayor parte del tiempo. Esto es común. Somos como niños con juguete nuevo. Luego nos calmaremos. Seamos pacientes. No vamos a manejarla a la perfección. Nadie lo hace. Cometeremos errores, pero también aprenderemos de ellos. La razón por la cual se nos dice que no busquemos venganza es porque desquitarse es una respuesta común a la ira. Si hemos hecho o hacemos cosas inadecuadas, manejemos nuestros bien ganados sentimientos de culpa y sigamos desde ahí hacia adelante. Luchemos por progresar.
Necesitamos ser gentiles con nosotros mismos si hemos estado reprimiendo montones de sentimientos de ira. Las cosas llevan su tiempo. Podemos necesitar estar así de enojados en este momento. Cuando ya no necesitemos estar enojados, dejaremos de estarlo si así lo deseamos. Si pensamos que podemos estar varados en la ira, busquemos ayuda profesional.
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
Meditación 23 de Agosto … El cuidado de uno mismo
¿Cuándo nos volveremos dignos de ser amados? ¿Cuándo nos sentiremos seguros? ¿Cuándo tendremos toda la protección, los mimos y el amor que tanto merecemos?. Lo tendremos cuando empecemos a dárnoslo a nosotros mismos. (Más Allá de la Codependencia).
La idea de darnos a nosotros mismos lo que queremos y necesitamos puede causar confusión, especialmente si hemos pasado muchos años no sabiendo que está bien que nos cuidemos a nosotros mismos. Quitar nuestra energía y nuestra concentración de los demás y de sus responsabilidades y poner esa energía sobre nosotros y nuestras responsabilidades es una conducta de recuperación que se puede adquirir. La aprendemos a través de la práctica cotidiana.
Empezamos por relajarnos, respirar profundamente y dejar ir los miedos lo suficiente para sentirnos lo más en paz que podamos. Luego, nos preguntamos a nosotros mismos: ¿qué necesito hacer para cuidar de mí mismo hoy, o en este momento?
¿Qué necesito y qué quiero hacer?
¿Qué demostraría amor y autorresponsabilidad?
¿Estoy atrapado en la creencia de que los otros son responsables de hacerme feliz, de que son responsables de mí? Entonces, lo primero que debo hacer es corregir mi sistema de creencias. Yo soy responsable de mí mismo.
¿Me siento ansioso y preocupado por una responsabilidad que he estado descuidando? Entonces, tal vez necesito dejar ir mis miedos y atender esa responsabilidad.
¿Me siento abrumado, fuera de control? Quizás necesite volver al primero de los Doce Pasos.
¿He estado trabajando demasiado? Tal vez lo que necesite hacer sea darme un descanso y hacer algo divertido.
¿He estado descuidando mi trabajo o mis tareas cotidianas? Entonces, tal vez lo que necesite hacer es volver a mi rutina.
No hay una receta, una fórmula, una guía para el cuidado de uno mismo. Cada uno de nosotros tiene una guía, y esa guía está en nuestro interior. Necesitamos hacernos la pregunta: ¿Qué necesito hacer para cuidar amorosa, responsablemente de mí mismo? Luego, necesitamos escuchar la respuesta. Cuidar de uno mismo no es tan difícil. La parte más desafiante está en confiar en la respuesta, y en tener el valor de actuar conforme a ella una vez que la hemos escuchado.
«Hoy me concentraré en cuidar de mí mismo. Confiaré en mí mismo y en mi Poder Superior para guiarme en este proceso».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
Reflexión del Dia: 22 de Agosto
</22
Creo que Dios quiere que ayudemos a la gente y que compartamos nuestro tiempo, talento y dinero. Pero creo también que Él quiere que demos desde una posición de alta autoestima Creo que los actos de amabilidad no son amables a menos que nos sintamos bien con nosotros mismos, con lo que estamos haciendo y con la persona para la cual estarnos haciéndolo. Creo que Dios está en cada uno de nosotros y que nos habla a cada quien. Si no podemos sentirnos bien en absoluto acerca de algo que estamos haciendo, entonces no debemos hacerlo, no importa cuán caritativo parezca ser. Tampoco debemos hacer por los demás las cosas que ellos deben y son capaces de hacer por sí mismos. Los demás no son inválidos. Nosotros tampoco.
“Dios nos dijo que perdiéramos nuestras vidas. Nos dijo que diéramos a la gente”.
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
Meditación 22 de Agosto … Rescatémonos a nosotros mismos
A nadie le gusta un mártir.
¿Cómo nos sentimos cerca de los mártires? Culpables, enojados, atrapados, negativos y ansiosos por escapar.
De alguna manera, muchos de nosotros hemos desarrollado la creencia de que privándonos, no cuidando de nosotros mismos, siendo víctimas y sufriendo sin necesidad conseguiremos lo que deseamos.
Es nuestra labor darnos cuenta de nuestras capacidades, de nuestros puntos fuertes y cuidar de nosotros mismos desarrollándolos y actuando de acuerdo con ellos.
Es nuestra labor percatarnos de nuestro dolor y cansancio y cuidar adecuadamente de nosotros mismos.
Es nuestra labor percatarnos de nuestra privación, también, y empezar a dar pasos para darnos a nosotros mismos abundancia. Esto comienza en nuestro interior, cambiando lo que creemos merecer, renunciando a nuestra privación y tratándonos a nosotros mismos de la manera como merecemos ser tratados.
La vida es dura, pero no tenemos por qué hacerla más difícil descuidándonos a nosotros mismos. No hay gloria en el sufrir, sólo hay sufrimiento. Nuestro dolor no cesará cuando llegue un rescatador, sino cuando asumamos la responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos y detengamos nuestro dolor.
«Hoy yo seré mi propio rescatador. Dejare de estar esperando a que alguien mas resuelva mis asuntos y solucione mis problemas por mi».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).