Reflexión del Dia: 15 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependienteplantea que el codependiente se mueve en el triángulo patológico de Karpman. Para mejorar debe trabajar hasta salir de este drama permanente.

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Reflexiona sobre esto:

Como codependientes, podemos estar temerosos de nuestra ira y de la de los demás, Quizá creemos en uno o en más mitos acerca de ella. O tal vez tengamos temor de la ira por otras razones. Alguien puede habemos pegado o abusado de nosotros cuando se encontraba enojado o enojada. Algunos podemos haberle pegado a alguien o haber abusado de él cuando estábamos enojados. En ocasiones simplemente el nivel de energía que acompaña a la ira puede ser atemorizante, especialmente si esa persona está ebria.
Reaccionamos a la ira, tanto a la propia como a la de los demás. Es una emoción provocadora. Puede ser contagiosa. Y muchos de nosotros reaccionamos a ella. Tenemos mucha de la ira que acompaña a la pena, al dolor. Tenemos la ira que proviene de la etapa de persecución, del rescate o del cuidar de los demás. Muchos de nosotros estamos varados en esa esquina del triángulo. Tenemos sentimientos de ira irracionales sin justificación que pueden deberse a un pensamiento de reacción de tipo desastroso: los debería de, los qué horror, los nuncas y los siempres. Tenemos ira justificada, todos los sentimientos locos que cualquiera sentiría si alguien le hubiera hecho eso a él o a ella. Tenemos la ira que manifiesta cómo nos sentimos cuando hemos sido lastimados o tenemos miedo. Los sentimientos de temor y de tristeza se convierten en ira, y muchos de nosotros hemos sido muy lastimados y hemos tenido mucho miedo.
Tenemos la ira que proviene de sentirnos culpables. Los sentimientos de culpa tanto los genuinos como los que no merecemos, fácilmente se convierten en ira.Los codependientes también tienen mucho de ello. Y, créanlo o no, lo mismo es aplicable a los alcohólicos. Sólo que estos son más propensos a convertirlos en ira.

Reflexión: El codependiente vive moviéndose en el triángulo del Drama de Karpman. En ocasiones actúa como víctima y otras como victimario, ambos roles patológicos y desgastantes. ¿Cómo salir de ese triángulo insano? No es fácil, pero tampoco imposible, Hay una manera de recuperarse, y esto pasa por someterse a la Terapia en Doce pasos de CoDA. Solo hace falta proponerse cambiar y desistir de una vida llena de crisis y desenlaces negativos para el codependiente. (Alpha).

¿Te ves reflejado en el triángulo del Drama de Karpman? ¿Cuáles herramientas piensas utilizar para salir de esta crisis? Comparte aquí tus experiencias.

Reflexión del Dia: 14 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependienterecalca que la baja autoestima es la base de sustento de la codependencia. Para recuperarse hace falta asumir un compromiso serio y constante.

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Reflexiona sobre esto:

La mayoría de los codependientes sufre de esa vaga pero penetrante aflicción que es la baja autoestima. No nos sentimos bien con nosotros mismos, no nos gustamos, y ni siquiera pensamos en amarnos a nosotros mismos. Para algunos de nosotros tener una baja autoestima es quedarnos cortos. No sólo no nos gustamos, sino que nos odiamos a nosotros mismos.
No nos gusta nuestra apariencia. No soportamos nuestro cuerpo. Pensamos que somos tontos, incompetentes, faltos de talento, y, en muchos casos, indignos de ser amados. Pensamos que nuestros pensamientos son malos e inadecuados. Pensamos que nuestros sentimientos son equivocados e impropios.
Creemos que no somos importantes, y aunque nuestros sentimientos no sean equivocados, pensamos que no importan. Estamos convencidos de que nuestras necesidades no son importantes. Y nos abochornamos por los deseos o los planes de otro. Pensamos que somos inferiores y diferentes al resto del mundo, no únicos, sino bizarra e inadecuadamente distintos. Nunca nos hemos puesto de acuerdo con nosotros mismos, y nos miramos no a través de esos cristales de color de rosa, sino a través de una película sucia, marrón-gris.
Podemos haber aprendido a disfrazar nuestros verdaderos sentimientos acerca de nosotros mismos vistiéndonos bien, peinándonos bien, viviendo en la casa correcta, y trabajando en el empleo correcto. Podemos presumir de nuestros logros, pero bajo las galas se encuentra un calabozo dentro del cual secreta e incesantemente nos castigamos y nos torturamos. En ocasiones, podemos castigarnos abiertamente ante el mundo entero, diciendo cosas degradantes acerca de nosotros mismos. A veces, llegamos incluso a pedir a otros que nos ayuden a odiarnos a nosotros mismos, como cuando permitimos que ciertas personas o costumbres religiosas nos ayuden a sentirnos culpables, o cuando le permitimos a la gente que nos lastime. Pero nuestros peores latigazos nos los damos en privado, dentro de nuestras mentes.
Nos molestamos de manera interminable, haciendo pilas de “deberías de” en nuestra conciencia y fabricando montones de sentimientos de culpa que para nada sirven. No confundan esto con los sentimientos de culpa auténticos y verdaderos que nos motivan a cambiar, que nos enseñan lecciones valiosas, y que nos llevan a establecer una relación más cercana con nosotros mismos, con los demás y con nuestro poder superior. Constantemente nos colocamos en situaciones imposibles en las cuales no tenernos otra alternativa que sentirnos mal con nosotros mismos. Tenemos un pensamiento, y luego nos decimos que no deberíamos pensar así. Tenemos un sentimiento, y después nos decimos que no deberíamos de sentir así. Tomamos una decisión, actuamos de acuerdo con ella, y luego nos decimos que no deberíamos de haber actuado así. No hay nada qué corregir en estas situaciones, ninguna enmienda qué hacer; no hemos hecho nada malo. Nos hemos empeñado en una forma de castigo diseñada para hacernos sentir ansiosos, irritados y sofocados. Nos ponemos una trampa solos.

Reflexión: Si sabemos que la codependencia tiene su asiento en una baja autoestima podemos entender mejor la conducta del codependiente. Para sanar debe transitar un camino laborioso, de cambios profundos que le motiven a quererse, aceptarse como es, a cuidar de sí mismo y a decidir tomar otros senderos espirituales para recuperarse. Toda una odisea llena de tropiezos y dificultades a vencer ¡Allí esta el RETO! (Alpha).

¿Estás dispuesto a asumir el reto? ¿Estás en recuperación? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 13 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependienteenfatiza en lo negativo de la dependencia emocional. Esta dependencia es autodestructiva.

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Reflexiona sobre esto:

La dependencia emocional y el sentirse atrapados también pueden provocar problemas en relaciones que podrían salvarse. Si estamos en una relación todavía buena, podemos ser demasiado inseguros para desapegamos y empezar a cuidar de nosotros mismos. Podemos extinguirnos y asfixiar o alejar a la otra persona. Esa necesidad extrema se vuelve obvia para los demás. Se puede sentir, percibir.
En última instancia, la dependencia excesiva de otra persona puede matar el amor. Las relaciones que se basan en inseguridad emocional y en una necesidad, en vez de sustentarse en el amor, pueden volverse autodestructivas. No funcionan. Una necesidad demasiado grande aleja a la gente y extingue el amor. Asusta a la gente y hace que se vaya. Atrae a la gente equivocada. Y no satisface nuestras verdaderas necesidades.
Nuestras necesidades reales se hacen cada vez mayores, al igual que nuestra desesperación. Fijamos nuestra vida en torno a esta persona, tratando de proteger así nuestra fuente de seguridad y de felicidad. Abdicamos a vivir nuestra propia vida al hacer esto. Y sentimos ira contra esa persona. Somos controlados por ella. Dependemos de esa persona. Finalmente nos enojamos y nos resentimos con la persona de quien dependemos y quien nos controla, porque le hemos dado nuestro poder personal y nuestros derechos.

Reflexión: La codependencia cursa con una necesidad enfermiza de manipular la vida de los demás. El mundo del codependiente gira alrededor de otro ser humano, desarrollando una dependencia psicoafectiva que opaca la vida propia de esta persona enferma. Lo anula y le impide responsabilizarse por el mismo. (Alpha).

¿Actúas como una persona apegada queriendo tener el control de otro? ¿Cómo te sientes actuando así? ¿Estás dispuesto a recuperar tu vida? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 12 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependienteenfatiza en la necesidad de mantenerse responsable de su vida. Enfrentar los cambios al respecto modifican grandemente los resultados.

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Reflexiona sobre esto:

Este niño en nuestro interior cree que no somos dignos de ser amados y que nunca encontraremos el consuelo que buscamos; a veces esta criatura vulnerable siente demasiada desesperación. La gente nos ha abandonado, emocional y físicamente. La gente nos ha rechazado. La gente ha abusado de nosotros, nos ha hecho a un lado. La gente nunca ha estado ahí cuando la hemos necesitado; no ha visto, escuchado o respondido a nuestras necesidades. Podemos llegar a creer que la gente nunca estará ahí cuando la necesitamos. Para muchos de nosotros, hasta Dios parece haberse retirado.
Nosotros hemos estado ahí cuando tantos otros nos han necesitado. La mayoría de nosotros quiere desesperadamente que alguien por fin esté ahí cuando le necesitemos. Necesitamos a alguien, a quien sea, que nos rescate de la helada soledad, del aislamiento y del dolor. Queremos de lo bueno, y lo bueno no está dentro de nosotros mismos. Dentro tenemos dolor Nos sentimos tan desvalidos y desconcertados. Los otros se ven tan poderosos y seguros. Concluimos que algo de magia hay en ellos.
De modo que nos volvemos dependientes de ellos. Podemos volvernos dependientes de nuestros amantes, cónyuges, amigos, parientes o de nuestros hijos. Nos volvemos dependientes de su aprobación. Nos volvemos dependientes de su presencia. Nos volvemos dependientes de la necesidad que tienen de nosotros. Nos volvemos dependientes de su amor, aun cuando creemos que nunca recibimos su amor; creemos que no somos dignos de ser amados y que nadie nos ha amado nunca de una manera que satisfaga nuestras necesidades.

Reflexión: La persona codependiente ha estado allí dispuesto disponible para satisfacer las necesidades de los demás, pero llegado el momento no es retribuido en afecto y amor por quienes significan afectivamente para el. Esto mella u autoestima, y se siente abandonado, engañado y traicionado. ¿Cómo enfrentar esta situación? Solo despegándose y responsabilizándose de sí mismo. (Alpha).

¿Cómo te sientes con respecto a las personas que te rodean? ¿Dejo de importarte la opinión que tenga de ti? ¿Estás valorándote mejor ahora? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 10 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente insiste en la necesidad de salir de la dependencia afectiva que siente y asumir el compromiso de recuperarse de la codependencia.

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Reflexiona sobre esto:

Necesitar demasiado a la gente puede causar problemas. Otras personas se convierten en la clave de nuestra felicidad. Creo que gran parte del estar centrado en los demás, con nuestras vidas en órbita alrededor de otras personas, va de la mano de la codependencia y mana de nuestra inseguridad emocional. Creo que, en gran medida, la búsqueda incesante de aprobación en la que nos embarcamos proviene también de la inseguridad. La magia está en los demás, no en nosotros, creemos, El sentirse bien está en ellos, no en nosotros. Entre menos cosas buenas encontremos en nosotros mismos, más las buscaremos en los demás,
Ellos lo tienen todo; nosotros no tenemos nada. Nuestra existencia no es importante. Hemos sido abandonados y relegados tan a menudo que también nosotros nos abandonamos.
Necesitar tanto a la gente, y sin embargo creer que no somos dignos de ser amados y que la gente nunca estará ahí cuando la necesitemos, puede volverse una creencia profundamente imbuida. A veces, pensamos que la gente no está ahí para ayudarnos cuando en realidad lo está. Nuestra necesidad puede bloquear nuestra visión, impidiéndonos ver el amor que está ahí esperándonos.

Reflexión: Esa sensación de abandono persigue la vida del codependiente. Los abusos sufridos durante su infancia o pubertad lo marcan, a tal punto que busca agradar y ser reconocido por los demás, dándose plenamente aun cuando en ello le vaya su dignidad y salud física y mental. Se desdibuja a si mismo y vive la vida de la otra persona. Se convierte en un «complacedor de gente». El dolor y el sufrimiento solo se detendrá cuando acepte iniciar la recuperación para sanar. (Alpha).

¿Eres un «complacedor de gente»? ¿Cómo estás lidiando con esa dependencia afectiva? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 5 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que la codependencia es una enfermedad recuperable siempre y cuando se den los cambios que se necesitan en la vida de esa persona apegada a cosas y relaciones.

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Reflexiona sobre esto:

La codependencia es muchas cosas. Es una dependencia de los demás: de sus estados de ánimo, de su conducta, de su enfermedad o bienestar y de su amor. Es una dependencia paradójica.
Parece que los demás dependen de los codependientes, pero en realidad ellos son los dependientes. Parecen fuertes pero se sienten desamparados. Parecen controladores pero en realidad son controlados ellos mismos, a veces por una enfermedad tal como el alcoholismo.
Estos son los hechos que dictaminan la recuperación. Solucionar estos problemas hace divertida la recuperación. Muchas recuperaciones de problemas que involucran la mente, las emociones y el espíritu de una persona son largas y engorrosas. No es así en el caso de la codependencia. Exceptuando emociones humanas normales que estaríamos sintiendo de cualquier manera, y de piquetes de incomodidad que tenemos cuando empezamos a comportarnos de manera diferente, la recuperación de la codependencia es emocionante. Es liberadora. Nos permite ser lo que somos. Permite a los demás ser como son. No ayuda a ejercitar el poder que Dios nos ha dado para pensar, sentir y actuar. Se siente uno bien. Nos brinda paz. Nos permite amarnos a nosotros mismos y a los demás. Nos permite recibir amor, esa maravilla que todos buscamos. Brinda un ambiente óptimo para que la gente a nuestro alrededor se cure y permanezca sana. Y la recuperación detiene el insoportable dolor con el que hemos vivido muchos de nosotros.

Reflexión: Recuperarse de la codependencia lleva su tiempo. El único protagonista de ese cambio es el propio codependiente. Muchas personas pueden apoyarlo, solo que es el quien debe introducir cambios en su vida. Iniciar la recuperación es la vía expedita para lograr la sanación. Hay que comprometerse con ese cambio de perspectiva. (Alpha).

¿¿Estás en recuperación? ¿Cómo te sientes introduciendo cambios de creencias en tu vida? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 4 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma la equivocación en la que vive el codependiente negándose la posibilidad de desapegarse de sus apegos y asumir un compromiso serio y mantenido con su propio cuidado.

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Reflexiona sobre esto:

Podemos experimentar nuestros sentimientos, hablar de nuestros miedos, aceptarnos a nosotros mismos y a nuestras condiciones actuales, y luego empezar el camino hacia la no-dependencia.
Podemos hacerlo. No necesitamos sentirnos fuertes todo el tiempo para ser no-dependientes y para cuidar de nosotros mismos. Podemos tener y probablemente tengamos sentimientos de miedo, de debilidad y quizá hasta de desesperanza. Esto es normal e incluso saludable. El poder verdadero viene de asumir nuestros sentimientos no de ignorarlos. La verdadera fuerza viene, no de aparentar fortaleza todo el tiempo, sino de reconocer nuestras debilidades y vulnerabilidades cuando así nos sintamos.
Muchos de nosotros tenemos noches oscuras. Muchos tenemos incertidumbre soledad y el aguijón de necesidades y deseos que suplican ser satisfechos, y que sin embargo aparentemente pasan desapercibidos.
A veces el camino está brumoso y resbaloso y no tenemos esperanza. Lo único que podemos sentir es miedo. Lo único que podemos ver es la oscuridad.

Reflexión: El codependiente maneja sentimientos y emociones negativas que perturban su serenidad y paz interior. Como persona obsesionada y apegada reprime tales sentimientos, ocupándose sólo de atender y complacer a otras personas ajenas a él. Así transcurre parte de su tiempo, dejando de lado interesarse y responsabilizarse de cuidarse a sí mismo. Solo haciéndose consciente de su error podrá avanzar en la recuperación y lograr su tranquilidad y sanación. (Alpha).

¿Eres una persona apegada? ¿Estás en recuperación actualmente? Comparte aquí tus logros.

Reflexión del Dia: 2 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que el codependiente deja de ser el mismo para convertirse en la persona que «cuida a otro». Pierde su perspectiva personal.

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Reflexiona sobre esto:

Los codependientes están oprimidos, deprimidos y reprimidos. Muchos de nosotros podemos decir rápidamente lo que alguien más está sintiendo, por qué una persona se siente de determinada manera, cuánto tiempo se han sentido así, y qué es lo que esa persona probablemente hará respecto a ese sentimiento.
Muchos de nosotros pasamos la vida inquietándonos por los sentimientos de los demás. Tratamos de componer los sentimientos de la gente. Tratamos de controlar los sentimientos de los demás. No queremos lastimar a la gente, no queremos irritarla, y no queremos ofenderle. Así de responsables nos sentimos por los sentimientos de los demás. Y, sin embargo, no sabemos lo que nosotros estamos sintiendo. Y si lo sabemos, no sabemos qué hacer para componernos. Muchos de nosotros hemos abandonado o nunca hemos asumido la responsabilidad por nuestro yo emocional.

Reflexión: La persona codependiente está tan «entretenida», controlando y manipulando la vida de los demás por tanto tiempo, que sabe lo que piensa, siente y actúa ante cada momento de su vida. Caso contrario, se desdibuja de sus sentimientos. Le es imposible saber quien es? como piensa? como actúa el mismo? ¡Es una triste paradoja! (Alpha). ¿Actúas de esta manera? ¿Quê piensas hacer al respecto? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 1 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependientereafirma que el codependiente como persona obsesiva se enfrenta a problemas en su cotidianidad que no sabe manejar. Su control falla y se desencadenan problemas difíciles de manejar.

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Reflexiona sobre esto:

Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema. ¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablar, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Está preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiándolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.
Tal vez tú hayas estado obsesionada con alguien o con algo. Alguien dice o hace algo. Se te ocurre un pensamiento. Algo te recuerda un evento pasado. Entra un problema en tu conciencia. Algo sucede o no sucede. O percibes que algo está sucediendo, pero no estás segura de qué es. Él no te llama, y generalmente lo hace a estas horas. Él no contesta el teléfono, y debería hacerlo. Es el día de paga. En el pasado siempre se emborrachaba el día de paga. Tan sólo ha estado sobrio durante tres meses. ¿Sucederá lo mismo ahora?
Podrás no saber qué es, podrás no saber por qué es, y no estás segura de cuándo, pero sabes que algo malo –algo terrible– ha sucedido, sucede o va a suceder. Te da algo en el estómago. El sentimiento te abruma, esa ansiedad tan común en los codependientes que te hace retorcerte y estrujarte las manos. Es la que nos lleva a hacer muchos de los actos que nos lastiman; es la sustancia de la que se alimentan la preocupación y la obsesión. Es el peor de los miedos. Por lo general el miedo viene y se va, nos deja volando, listos para pelear, o sólo temporalmente asustados. Pero la ansiedad perdura. Se adhiere a la mente, paralizándola para todo excepto para sus propios propósitos, un interminable fárrago de los mismos pensamientos inútiles. Es el combustible que nos impele a incurrir en conductas controladoras de todo tipo. No podemos pensar más que en seguirle echando ojo a las cosas, en controlar el problema y hacer que se vaya; es el material del que está hecha la codependencia.
Cuando estás obsesionada, no puedes apartar tu mente de esa persona o de ese problema. No sabes lo que estás sintiendo. No sabes lo que está pensando. Ni siquiera estás segura de lo que debes hacer, pero, ¡por Dios, debes hacer algo! ¡Y pronto!

Reflexión: Cuando se maneja una actitud obsesiva-compulsiva es un verdadero caos para quien lo vive. En el caso del codependiente, apegado a personas y cosas, esta actitud es una constante que aprendió desde su infancia. Toda vez que se dispara el motivo, por muy fútil que este sea, se suceden acontecimientos que van en crescendo. Ya la situación es incontrolable. Nada mas aterrador que vivir una experiencia como esta. Todo esta confuso. No tiene herramientas para controlarse. Aparece el «caos». (Alpha).

¿Te ves como una persona rescatadora-compulsiva? ¿Tienes y has probado alguna herramienta para controlarte en esos casos? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 28 de Febrero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que el codependiente se acostumbró a intervenir manipulando controlando la vida de los demás, dejando de lado asumir la responsabilidad de su vida.

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Reflexiona sobre esto:

Algunos nos cansamos tanto del enorme peso —la responsabilidad total por todos los seres humanos— que podemos brincarnos los sentimientos de lástima y preocupación que acompañan a los actos de rescate y seguirnos con la ira o el enojo. Estamos enojados todo el tiempo; sentimos ira y resentimiento contra víctimas potenciales. Una persona con una necesidad o un problema provoca que sintamos la necesidad de hacer algo o nos sentiremos culpables. Después del rescate, no ocultamos nuestra hostilidad hacia este incómodo predicamento.
El cuidar como nana no ayuda, sólo provoca problemas. Cuando tomamos a la gente a nuestro cuidado y hacemos cosas que no deseamos hacer, ignoramos necesidades, deseos y sentimientos personales.
Nos hacemos a un lado a nosotros mismos. En ocasiones estamos tan ocupados cuidando a los demás que dejamos nuestra vida entera en suspenso. Muchos cuidadores se sienten inquietos y abrumados; no disfrutan ninguna de sus actividades. Los cuidadores aparentamos ser muy responsables, pero no lo somos; pues no asumimos el compromiso de nuestra responsabilidad más alta: nosotros mismos.

Reflexión: El codependiente carga con responsabilidades ajenas. Su vida como persona apegada y obsesionada por cuidar a otros, le anula para responsabilizarse de si mismo. Esa inversión de conceptos y creencias pasa factura y llegado un momento crucial se da cuenta que ya no gobierna ni su vida ni la de los demás, allí siente la necesidad perentoria de cambiar y salir de ese atolladero emocional que vive. (Alpha).