
Querido Dios, Gracias por el hermanito, pero oré fue por un cachorro (Cartas de los niños a Dios).
A veces miramos alrededor, evaluamos la situación y decidimos qué creemos que necesitamos. Entonces vamos a Dios y comenzamos a orar.
De la nada, nuestras oraciones son respondidas. Pero la respuesta no es lo que solicitamos. Fuimos muy específicos, pensamos. Ahora, esto, esto ha venido. No obtuvimos lo que pedimos. Nuestras oraciones fueron respondidas, pero obtuvimos algo más.
No te amargues ni te involucres tanto con el sentimiento de tristeza por no obtener lo que solicitaste como para perderte lo que recibiste. Los deseos y las necesidades están estrechamente relacionados. Y todas nuestras necesidades, incluso aquellas de las que aún no estamos enterados, se cumplirán. Se agradecido de que Dios sepa más de lo que nosotros necesitamos que nosotros.
A veces, cuando oramos, obtenemos lo que queremos. A veces obtenemos lo que necesitamos. Acepta ambas respuestas, la del sí y la de los demás, con sincera gratitud. Luego mira a tu alrededor y ve cuál es su lección y regalo.
«Dios, ayúdame a recordar estar agradecido incluso cuando el obsequio no sea el esperado.»
(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).

Categoría: autoaprobacion
Meditación 28 de Junio … Cuando las cosas no funcionan

Frecuentemente, al enfrentarnos a un problema, podemos intentar resolverlo de un modo en particular. Cuando ese modo no funciona, podemos seguir tratando de resolver el problema de esa misma manera.
Podemos frustrarnos, esforzarnos mas, frustrarnos mas y luego ejercer mas energía e influencia para forzar la misma solución que ya hemos probado y que no funciona.
Ese método nos vuelve locos.Tiende a dejarnos atorados y atrapados. De eso esta hecha la ingobernabilidad.
Podemos quedar atrapados en este mismo patrón difícil, en las relaciones, en las tareas, en cualquier área de nuestra vida. Iniciamos algo, no funciona, no fluye, nos sentimos fatal, luego probamos mas duro con el mismo método, aunque no esta funcionando ni fluyendo.
A veces es apropiado o ceder y esforzarnos mas duramente. A veces resulta mas apropiado dejarlo ir, desapegarse y dejar de estar esforzándonos tanto.
Si no funciona, si no fluye, tal vez la vida nos está tratando de decir algo. La vida es una maestra amable. No siempre nos manda señales de neón para guiarnos. A veces, las señales son más sutiles. ¡Algo que no está funcionando puede ser una señal!
Déjalo ir. Si nos hemos llegado a frustrar a causa de repetidos esfuerzos que no están produciendo los resultados deseados, podemos estar tratando de forzarnos a tomar el camino equivocado. A veces resulta apropiado una solución diferente. A veces se abre un camino distinto. Con frecuencia, la respuesta surgirá más claramente en la quietud del dejar ir que en la urgencia, la frustración y la desesperación de estar esforzándose más duro.
Aprende a reconocer cuando algo no está funcionando o no está fluyendo. Da un paso atrás y espera una guía clara.
«Hoy no me volveré loco probando repetidas soluciones que han probado no tener éxito. Si algo no está funcionando, daré un paso atrás y esperaré la guía».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Reflexión del Dia: 27 de Junio

El cuidado de uno mismo es una actitud hacia nosotros y hacia nuestras vidas que dice: soy responsable de mi persona. Tengo la responsabilidad no sólo de vivir mi vida, sino de conducirla. Tengo la responsabilidad de atender mi bienestar espiritual, emocional, físico y económico. Tengo la responsabilidad de identificar mis necesidades y satisfacerlas. Tengo la responsabilidad de solucionar mis problemas o de aprender a vivir con aquellos que no puedo resolver. Soy responsable por las elecciones que hago. Soy responsable de lo que doy y de lo que recibo. También soy responsable de fijar mis metas y de cumplirlas. Soy responsable de qué tanto disfruto de la vida, por la cantidad de placer que encuentro en las actividades cotidianas. Soy responsable por amar a alguien y por la manera en que expreso ese amor. Soy responsable de lo que hago a los demás y por lo que permito que los otros me hagan. Soy responsable de mis necesidades y deseos. Toda mi persona, todo aspecto de mi ser, es importante. Yo cuento. Yo importo. Se puede confiar en mis sentimientos. Mi manera de pensar es apropiada. Valoro mis necesidades y deseos. No merezco ni toleraré el abuso ni el maltrato constante. Tengo derechos, y es mi responsabilidad reclamar esos derechos. Las decisiones que tomo y la manera como me conduzco reflejarán mí alta autoestima. Mis decisiones tomarán en cuenta las responsabilidades que tengo para conmigo mismo.
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).

Meditación 26 de Junio … Sobrevivamos a los atorónes

Un atorón puede durar varios días. Nos sentimos perezosos, faltos de concentración y a veces abrumados por sentimientos que no logramos clasificar. Podemos no entender qué nos está pasando. Hasta nuestros intentos por practicar conductas de recuperación parecen no funcionar. Todavía no nos sentimos emocional, mental y espiritualmente tan bien como quisiéramos.
En un atorón podemos descubrirnos revirtiendonos instintivamente a viejos patrones de pensamiento, de sentimiento y de comportamiento, aunque ahora sepamos mejor como hacer las cosas. Podemos descubrir que nos estamos obsesionando, aunque sepamos que eso es precisamente lo que estamos haciendo y que no funciona.
Podemos descubrirnos buscando frenéticamente a otra persona que nos haga sentir mejor, sabiendo todo el tiempo que nuestra felicidad y bienestar no están en los demás.
Podemos empezar a tomarnos personalmente cosas que no son asunto nuestro y a reaccionar en formas que bien hemos aprendido que no nos funcionan.
Estamos en un atorón. No durará para siempre. Estos periodos son normales, necesarios incluso. Estos son los días que debemos superar. Son días para concentrarse en conductas de recuperación, aunque las recompensas ocurran o no en forma inmediata. Estos, a veces, son días para dejarnos ser como somos y amarnos a nosotros mismos tanto como podamos.
No tenemos por qué sentirnos avergonzados, no importa cuánto tiempo hayamos estado en recuperación. No tenemos por qué esperar de una manera poco razonable «más » de nosotros mismos. Ni siquiera tenemos que esperar de nosotros mismos que vivamos la vida a la perfección.
Atraviesa el atorón. Este terminará. A veces, un atorón puede durar varios días y luego, en el curso de una hora, ver que salimos de él y nos sentimos mejor. A veces puede durar un poco más.
Practica una conducta de recuperación en un área pequeña y empieza a subir cuesta arriba. Pronto, el atorón desaparecerá. Nunca podemos juzgar dónde estaremos mañana por el sitio donde nos encontramos hoy.
«Hoy me concentraré en practicar una conducta de recuperación en uno de mis asuntos, confiando en que esta práctica me hará seguir adelante. Recordaré que la aceptación, la gratitud y el desapego son un buen lugar para empezar».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 22 de Junio … Historiales laborales

Al igual que tenemos historiales de relaciones, la mayoría de nosotros tenemos historiales laborales.
Al igual que tenemos una circunstancia actual que aceptar y con la cual lidiar en nuestra vida de relaciones, tenemos una circunstancia actual que aceptar y con la cual lidiar en nuestra vida de trabajo.
Al igual que desarrollamos una actitud sana hacia nuestra historia de relaciones – que nos ayudará a aprender y a seguir adelante podemos desarrollar una actitud sana hacia nuestra historia laboral.
En mi vida he tenido muchos empleos, desde que tenía once años. Al igual que he aprendido muchas cosas acerca de mí misma a través de mis relaciones, he aprendido muchas lecciones a través de mi trabajo. A menudo, estas lecciones corren paralelas a las lecciones que estoy aprendiendo en otras áreas de mi vida.
He trabajado en empleos que odiaba, pero de los cuales dependía temporalmente. Me he quedado atorada en empleos porque me daba miedo lanzarme yo sola y encontrar mi siguiente serie de circunstancias.
He estado en algunos empleos para desarrollar habilidades. A veces, no supe que estaba desarrollado esas habilidades hasta más tarde, cuando se convirtieron en una parte importante de la carrera que elegí.
He trabajado en empleos donde me he sentido victimada, donde sentía que daba y daba sin recibir nada a cambio. He estado en relaciones donde fabricaba sentimientos similares.
He trabajado en algunos empleos que me han enseñado lo que no quería en absoluto; y en otros que han despertado en mí la idea de lo que realmente quería y me merecía en mi carrera.
Algunos de mis empleos me han ayudado a fortalecer el carácter; otros, a desarrollar habilidades sutiles. Todos han sido un lugar dónde practicar conductas de recuperación.
Al igual que tuve que lidiar con mis sentimientos y con los mensajes acerca de mí misma en mis relaciones, he tenido que lidiar con mis sentimientos y con los mensajes acerca de mí misma, y de lo que creía que me merecía en mi trabajo.
Así como he tenido que limpiar los despojos de sentimientos acerca de relaciones del pasado, he necesitado concluir mis asuntos en lo relativo a mis trabajos y a mi carrera.
En mi vida he atravesado por dos cambios importantes de carrera: Aprendí que ninguna de esas carreras fue un error y que en ningún empleo fue un desperdicio de tiempo. he aprendido algo en cada empleo que he tenido, y mi historia laboral me ha ayudado a crear lo que soy.
Aprendí algo mas: había un Plan, estaba siendo guiada. Entre mas confiaba en mis instintos, en lo que quería y en lo que sentía era correcto, mas sentía que era guiada.
Entre mas me rehusaba a perder mi alma en un empleo y trabajaba en el porque lo quería y no por la paga, menos victimada me sentía por cualesquiera de mis carreras, aun en aquellos empleos donde recibía un magro salario. Entre mas fijaba metas y trabajaba responsablemente por lograr el tipo de carrera que quería, mas podía decidir si un empleo en particular encajaba en el esquema de las cosas. Podía entender por que estaba trabajando en ese empleo en particular y cómo me beneficiaría de ello.
Hay veces en que he sentido pánico en el trabajo y acerca de dónde me encontraba en mi historia laboral. El pánico nunca me ayudó. Lo que me ayudó fue confiar y trabajar mi programa.
Hubo veces en que miraba a mi alrededor y me preguntaba por qué estaba donde estaba. Hubo veces en que la gente pensó que yo debía estar en otro sitio diferente. Pero cuando veía en mi interior y veía a Dios, yo sabía que estaba en el lugar correcto, por el momento.
Hubo veces en que no fui promovida como quería. Hubo veces en que me negué a ser promovida porque no lo sentía correcto.
Hubo veces en que tuve que renunciar a un empleo y alejarme para ser fiel a mí misma. A veces, eso era atemorizante. A veces, me sentía un fracaso. Pero aprendí esto: si estaba trabajando mi programa y me era fiel a mí misma, nunca tendría que temer hacia dónde se me estaba guiando.
Ha habido veces en que no podía sobrevivir con la escasa cantidad de dinero que estaba recibiendo. En vez de llevar ese asunto ante un jefe o patrón en particular y echarle la culpa, he tenido que aprender a llevar ese asunto ante mí misma y ante mi Poder Superior. He aprendido que yo soy la responsable de fijar mis límites y de establecer lo que creo que merezco. También he aprendido que es Dios, y no un patrón en particular, la fuente de mi guía.
He aprendido que no estoy atorada o atrapada en un trabajo al igual que no lo estoy en una relación. Tengo alternativas. Tal vez no pueda verlas claramente ahora, pero tengo alternativas. He aprendido que si realmente quiero cuidar de mí misma de una forma en particular en un empelo, lo haré. Y si realmente quiero ser
victimada en un empleo, también permitiré que eso ocurra.
Yo soy responsable de lo que elijo, y tengo alternativas. Por encima de todo lo demás, he aprendido a aceptar mis circunstancias actuales en el trabajo y a confiar en ellas. Eso no significa doblegarse; no significa renunciar a nuestros límites. Significa confiar, aceptar y luego cuidarme a mí misma lo mejor que pueda en cualquier día dado.
«Dios mío, ayúdame a llevar mis conductas de recuperación a los asuntos relacionados con mi carrera».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 19 de Junio … Hagamos la vida mas fácil

La vida no tiene por qué ser dura.
Sí, hay veces que necesitemos soportar, batallar y confiar en nuestras habilidades para la supervivencia. Pero no tenemos por qué hacer la vida, el crecimiento, la recuperación, el cambio o nuestros asuntos cotidianos tan duros todo el tiempo.
Hacer que la vida sea tan dura es un remanente de nuestro martirio, un sobrante de las viejas maneras de pensar, de sentir y de creer.
Somos valiosos, aunque la vida ya no sea tan dura. Nuestro valor y nuestra valía no se determinan por lo duro que batallemos.
Si la estamos haciendo tan dura, podemos estar haciéndola más dura de lo que necesita ser, dijo una mujer.
Aprende a dejar que las cosas ocurran fácil y naturalmente. Aprende a dejar que los eventos, y tu participación en ellos, caigan en su sitio. Puede ser fácil ahora. Más fácil de lo que ha sido. Podemos ir con la marea, quitarnos el mundo de los hombros y dejar que nuestro Poder Superior nos facilite el camino hacia donde necesitemos estar.
«Hoy dejaré de batallar tan duro. Dejaré mi creencia de que la vida y la recuperación tienen que ser duras. La remplazaré con la creencia de que puedo andar este viaje tranquilo y en paz. Y a veces, de hecho, puede ser divertida».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 13 de Junio… Se agradecido cuando obtienes algo más

Querido Dios, Gracias por el hermanito, pero oré fue por un cachorro (Cartas de los niños a Dios).
A veces miramos alrededor, evaluamos la situación y decidimos qué creemos que necesitamos. Entonces vamos a Dios y comenzamos a orar.
De la nada, nuestras oraciones son respondidas. Pero la respuesta no es lo que solicitamos. Fuimos muy específicos, pensamos. Ahora, esto, esto ha venido. No obtuvimos lo que pedimos. Nuestras oraciones fueron respondidas, pero obtuvimos algo más.
No te amargues ni te involucres tanto con el sentimiento de tristeza por no obtener lo que solicitaste como para perderte lo que recibiste. Los deseos y las necesidades están estrechamente relacionados. Y todas nuestras necesidades, incluso aquellas de las que aún no estamos enterados, se cumplirán. Se agradecido de que Dios sepa más de lo que nosotros necesitamos que nosotros.
A veces, cuando oramos, obtenemos lo que queremos. A veces obtenemos lo que necesitamos. Acepta ambas respuestas, la del sí y la de los demás, con sincera gratitud. Luego mira a tu alrededor y ve cuál es su lección y regalo.
«Dios, ayúdame a recordar estar agradecido incluso cuando el obsequio no sea el esperado.»
(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).

Meditación 11 de Junio… Vayamos hacia delante

Por mucho que nos gustara, no podríamos traer a todo el mundo con nosotros en este viaje llamado recuperación. No estamos siendo desleales al permitirnos seguir adelante. No tenemos por qué esperar a que los que amamos decidan cambiar también.
A veces necesitamos darnos a nosotros mismos permiso para crecer, aunque la gente que amemos no esté lista para cambiar. Podemos necesitar incluso dejar atrás a la gente en su disfunción o en su sufrimiento porque no podemos recuperarnos por ella. No necesitamos sufrir con ella.
No sirve de nada.
No nos sirve de nada quedarnos atascados porque alguien que amamos está atascado. El potencial para ayudar a los demás es mucho mayor cuando nos desapegamos, trabajamos en nosotros mismos y dejamos de tratar de forzar a los demás a que cambien junto con nosotros.
Cambiar nosotros mismos, permitirnos crecer mientras otros buscan su propio camino, es como tenemos el impacto más benéfico sobre la gente que amamos. Nosotros somos responsables de nosotros mismos. Ellos son responsables de ellos. Los dejamos ir y nos dejamos crecer a nosotros.
«Hoy afirmaré que es mi derecho crecer y cambiar, aunque alguien a quien ame pueda no estar creciendo y cambiando junto conmigo».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 2 de Junio… Paz con el pasado

Incluso Dios no puede cambiar el pasado. (Agathon).
Aferrarse al pasado, ya sea a través de la culpa, el anhelo, la negación o el resentimiento, es una pérdida de valiosa energía-energía que puede usarse para transformar el presente y el futuro.
«Solía vivir en mi pasado», dijo una mujer en recuperación. «Estaba tratando de cambiarlo, o estaba dejando que me controlara». Usualmente ambos.
«Constantemente me sentía culpable por las cosas que habían sucedido. Cosas que había hecho; las cosas que otros me habían hecho, a pesar de que había enmendado todo, la culpa era profunda. Todo fue de alguna manera mi culpa. Nunca podría simplemente dejarlo ir.
«Me aferré a la ira durante años, diciéndome a mí mismo que estaba justificado. Estaba en negación sobre muchas cosas. A veces, trato de olvidarme por completo de mi pasado, pero nunca me detuve y lo resolví; mi pasado era como una nube oscura que me seguía, y no podía evitarlo. Creo que tenía miedo de dejarlo ir, temeroso de hoy, con miedo al mañana.
«Me he estado recuperando ahora durante años, y me ha llevado casi tantos años obtener la perspectiva adecuada de mi pasado. Estoy aprendiendo que no puedo olvidarlo; Necesito sanar de eso. Necesito sentir y dejar ir cualquier sentimiento que todavía tenga, especialmente la ira.
«Debo dejar de culparme a mí mismo por los eventos dolorosos que tuvieron lugar, y confiar en que todo ha sucedido a tiempo, y realmente todo está bien. Aprendí a dejar de lamentarme y a comenzar a estar agradecido.
«Cuando pienso en el pasado, agradezco a Dios por la curación y el recuerdo. Si ocurre algo que necesita una enmienda, lo hago y termino con eso. Aprendí a mirar mi pasado con compasión por mí mismo, confiando en que mi Poder Superior tenía el control, incluso entonces.
«He sanado de algunas de las peores cosas que me han pasado. He hecho las paces conmigo mismo sobre estos temas, y he aprendido que la recuperación de algunos de estos problemas me ha permitido ayudar a otros a sanar también. Soy capaz de ver cómo las peores cosas ayudaron a formar a mi personaje y desarrollé algunos de mis puntos más finos.
«Incluso he desarrollado gratitud por mis relaciones fallidas porque me han traído a quién y dónde estoy hoy.
«Lo que he aprendido ha sido la aceptación, sin culpa, enojo, culpa o vergüenza. Incluso tuve que aprender a aceptar los años que pasé sintiéndome culpable, enojado, vergonzoso y culpando».
No podemos controlar el pasado. Pero podemos transformarlo permitiéndonos sanar de él y al aceptarlo con amor hacia nosotros mismos y hacia los demás. Lo sé, porque esa mujer soy yo.
«Hoy, comenzaré a estar agradecido por mi pasado. No puedo cambiar lo que sucedió, pero puedo transformar el pasado al poseer mi poder ahora, aceptar, sanar y aprender de ello».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adios-Serie de Meditaciones).

Meditacion 31 de Mayo… Permitiéndonos ser necesitados

Podemos aceptarnos a nosotros mismos como personas que tienen necesidades: la necesidad de comodidad, amor, comprensión, amistad, toque saludable. Necesitamos refuerzo positivo, alguien que nos escuche, alguien que nos dé. No somos débiles por necesitar estas cosas. Estas necesidades nos hacen humanos y saludables. Satisfacer nuestras necesidades -creer que nos merecemos que las cumplan- nos hace felices.
También hay momentos en los que, además de nuestras necesidades habituales, nos volvemos particularmente necesitados. En estos momentos, necesitamos más de lo que tenemos que dar. Eso está bien también.
Podemos aceptar e incorporar nuestras necesidades y nuestro lado necesitado en todos nosotros. Podemos asumir la responsabilidad de nuestras necesidades. Eso no nos hace débiles o deficientes. No significa que no estamos recuperándonos adecuadamente, ni tampoco significa que estamos siendo dependientes de una manera no saludable. Hace que nuestras necesidades, y nuestro lado necesitado, sean manejables. Nuestras necesidades dejan de controlarnos y ganamos el control.
Y, nuestras necesidades comienzan a cumplirse.
«Hoy, aceptaré mis necesidades y mi lado necesitado. Creo que merezco satisfacer mis necesidades, y permitiré que eso suceda».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).
