Reflexión del Dia: 20 de Octubre

Melody Bo.eattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que el codependiente, en aras de amar a su prójimo; cae fácilmente en el círculo vicioso de cuidar-rescatar. Eso lo hace compulsivamente. No es sano mantenerse en el triángulo de Karpman.

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Reflexiona sobre esto:

El Triángulo de Karpman, a menudo conocido como el «Triángulo del Drama» o «Triángulo de la Víctima,» es un modelo que describe dinámicas tóxicas en las relaciones interpersonales. Este triángulo involucra tres roles: la Víctima, el Salvador y el Perseguidor. Melody Beattie aborda cómo estos roles están relacionados con la codependencia y cómo salir de este círculo vicioso en su obra «Ya No Seas Codependiente.»

a) La Víctima: La persona en el papel de la Víctima se siente impotente, desvalida y a menudo busca simpatía y atención de otros. En el contexto de la codependencia, la Víctima puede ser alguien que se siente atrapado en una relación tóxica y busca constantemente la ayuda y la validación de los demás.

b) El Salvador: El Salvador es el individuo que asume el papel de rescatador o cuidador, a menudo a expensas de sus propias necesidades. En el contexto de la codependencia, esta persona tiende a sobreinvertir en las necesidades de los demás, a menudo para sentirse necesitada y valiosa.

c) El Perseguidor: El Perseguidor es aquel que crítica o controla a otros, a veces de manera autoritaria. En el contexto de la codependencia, esto puede reflejar a alguien que busca cambiar o controlar a la persona a la que está vinculado.

Salir de este círculo vicioso implica varios pasos:

– Reconocimiento: El primer paso es reconocer y aceptar que uno está atrapado en estas dinámicas y asume uno de estos roles en las relaciones.

– Autoconciencia: Examina tus propias conductas, pensamientos y sentimientos. Pregunta por qué estás asumiendo el papel que asumes y qué necesidades emocionales estás tratando de satisfacer a través de este rol.

– Establecimiento de Límites: Aprende a establecer límites saludables en tus relaciones. Esto implica reconocer tus propias necesidades y respetarlas, al tiempo que permites a los demás responsabilizarse de sus propias vidas.

– Comunicación Abierta: Practica la comunicación abierta y asertiva. Habla honesta y respetuosamente de tus necesidades y sentimientos sin intentar controlar o rescatar a los demás.

– Buscar Apoyo Profesional: En algunos casos, puede ser beneficioso buscar la ayuda de un terapeuta o consejero especializado en codependencia para explorar estas dinámicas y aprender estrategias para romper el ciclo.

Salir del Triángulo de Karpman y superar la codependencia es un proceso que requiere tiempo, autoexploración y esfuerzo continuo. Sin embargo, es fundamental para construir relaciones más saludables y vivir una vida más auténtica y satisfactoria.

Hazte estas preguntas y trata de responderlas: ¿Cuál es tu rol preferido en el triangulo de Karpman? ¿Logras identificarlo? ¿Cómo abordas salir de ese círculo vicioso? Comenta acá tu experiencia.

Reflexión del Dia: 10 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que no hay que avergonzarse de ser un codependiente. Podemos sanar, si nos proponemos hacerlo. Debemos tomar una decisión y ejecutarla.

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Reflexiona sobre esto:

La vergüenza a menudo está relacionada con una baja autoestima. Las personas codependientes suelen tener una opinión negativa de sí mismas, y la vergüenza refuerza esta percepción negativa. Cuando se sienten avergonzadas, pueden creer que no merecen una relación saludable o el amor y la atención de los demás, lo que las mantiene atrapadas en patrones codependientes. La vergüenza puede hacer que las personas codependientes eviten la comunicación abierta y honesta. Temen ser juzgadas o rechazadas si expresan sus necesidades, deseos o emociones. Esto dificulta la resolución de problemas en las relaciones y perpetúa la codependencia, ya que no pueden abordar los problemas de manera efectiva.

La vergüenza puede llevar a las personas codependientes a negar sus propios sentimientos y necesidades, así como los problemas en sus relaciones. Pueden evitar enfrentar la realidad de la codependencia y seguir comportándose de manera disfuncional debido a la vergüenza de admitir que tienen un problema.

La vergüenza a menudo está relacionada con un deseo de ser perfecto para evitar la crítica y el rechazo. Las personas codependientes pueden esforzarse demasiado por ser todo para todos y nunca cometer errores. Este perfeccionismo es agotador y mantiene la codependencia, ya que nunca pueden alcanzar sus estándares autoimpuestos.

La vergüenza puede hacer que las personas codependientes dependan aún más de la aprobación y la atención de los demás para sentirse valoradas. Esto puede llevar a una dependencia emocional más profunda en sus relaciones, lo que perpetúa la codependencia.

La vergüenza puede llevar a las personas codependientes a sentirse culpables por sus propios sentimientos y necesidades. Pueden sentirse culpables por querer espacio, tiempo para sí mismas o establecer límites, lo que dificulta la creación de relaciones saludables.
Las personas codependientes a menudo sienten vergüenza de admitir que necesitan ayuda o de buscar apoyo externo, como terapia. Esto puede evitar que busquen el apoyo necesario para romper los patrones codependientes.

En resumen, la vergüenza puede ser un factor significativo que mantiene a las personas atrapadas en patrones codependientes. Es importante reconocer la vergüenza como un obstáculo en la recuperación y buscar ayuda profesional para abordarla de manera efectiva. Trabajar en la construcción de una autoestima saludable y en la superación de la vergüenza es esencial para romper los ciclos de codependencia y establecer relaciones más saludables y equilibradas.

¿Antes de iniciar la recuperación te sentías avergonzado? ¿Cómo te percibes actualmente con respecto a tu codependencia? Comparte tus experiencias acá.

Reflexión del Dia: 4 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» caracteriza el apego afectivo, detallando aquellas conductas que permiten ver claramente cuando estamos apegados a las personas.

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Reflexiona sobre esto:

El papel del rescatador compulsivo en la codependencia es un patrón emocional que a menudo pasa desapercibido pero tiene un impacto profundo. El rescatador siente la necesidad de salvar a los demás, sacrificando sus propias necesidades y bienestar. Sin embargo, esta necesidad de control es una ilusión y puede robarles la oportunidad de empoderamiento a los demás. La reflexión sobre este papel nos lleva a cuestionar por qué sentimos la necesidad de rescatar y nos invita a sanar nuestras propias heridas subyacentes. A través de la autenticidad y el amor genuino, podemos liberarnos de la codependencia y establecer relaciones más saludables y equitativas.

El rescatador compulsivo en la codependencia es un rol que a menudo se basa en el deseo de sentirse necesario y valioso al salvar a otros. Sin embargo, este patrón puede tener un alto costo emocional y físico para el rescatador. La ilusión de control que proporciona el rescate puede llevar a una sensación de impotencia cuando no podemos «arreglar» a quienes amamos. Reflexionar sobre este papel nos lleva a explorar nuestras propias heridas no resueltas y a sanar. El verdadero amor implica apoyo y respeto en lugar de control, y al liberarnos de la necesidad de rescatar, podemos construir relaciones más auténticas y saludables. (Alpha).

¿Estás teniendo conductas que indican apego a las relaciones? ¿Has buscado ayuda para iniciar la recuperación? Comparte tus vivencias en los comentarios.

Reflexión del Dia: 29 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente»plantea que el codependiente mantiene la creencia erronea de manipular e intervenir en la vida de los demás.

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Reflexiona sobre esto:

La manipulación en la codependencia puede manifestarse de diversas maneras, como la búsqueda de atención constante, el uso de la culpa para obtener lo que se quiere, la victimización excesiva o la evitación de conflictos a través de la manipulación emocional. Estos patrones pueden surgir debido a la necesidad de controlar a los demás para sentirse seguros o valorados.

Es importante destacar que la manipulación no es una estrategia de comunicación saludable ni una herramienta efectiva en las relaciones a largo plazo. Aunque puede proporcionar resultados momentáneos, a menudo daña la confianza y debilita la calidad de las relaciones. Cómo evitar usarla en nuestras relaciones, tratando que cada día, éstas sean mas saludables:

– Autoconciencia: El primer paso para superar la manipulación en la codependencia es la autoconciencia. Reflexiona sobre tus patrones de comportamiento y reconoce cuándo estás recurriendo a la manipulación. Identificar estos patrones es esencial para el cambio.

– Autoaceptación: Practica la autoaceptación y el amor propio. Reconoce que mereces amor y apoyo sin necesidad de manipular a los demás para obtenerlo. Trabaja en fortalecer tu autoestima.

– Comunicación Asertiva: Aprende y practica la comunicación asertiva. La comunicación asertiva te permite expresar tus necesidades, deseos y límites de manera directa y respetuosa, sin recurrir a la manipulación.

– Establecimiento de Límites Saludables: Trabaja en el establecimiento de límites claros y saludables en tus relaciones. Estos límites protegen tu bienestar emocional y fomentan relaciones más equilibradas.

– Terapia y Apoyo: Considera la posibilidad de buscar la ayuda de un terapeuta especializado en codependencia. La terapia puede proporcionar herramientas y apoyo para abordar la manipulación y desarrollar habilidades de comunicación saludables.

– Responsabilidad Personal: Reconoce tu responsabilidad personal en tus acciones y decisiones. Aprende a tomar responsabilidad por tus propias emociones y necesidades en lugar de intentar controlar a los demás.

La manipulación puede ser un patrón difícil de superar, pero es fundamental en el proceso de recuperación de la codependencia. A medida que desarrollas una mayor autoconciencia, estableces límites saludables y practicas la comunicación asertiva, puedes liberarte de la necesidad de manipular a los demás y construir relaciones más auténticas y satisfactorias. La clave está en trabajar en tu propio crecimiento personal y en abordar las raíces de la codependencia para lograr relaciones más saludables y equilibradas. (Alpha).

Te invito a leer y responderte estas interrogantes: ¿Has usado este patrón de forma recurrente en tus relaciones? Si es positiva tu respuesta, ¿cómo te has sentido al respecto? ¿Cuáles han sido las reacciones de las personas con quienes te relacionas? Comparte aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 18 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» explica que controlar es una ilusión, y el codependiente sustenta su comportamiento en «obsesionarse y preocuparse exageradamente por los otros, descuidando su cuidado». Aun cuando hayamos vivido problemas en el pasado el presente nos obliga a aceptar la recuperación como vía para alcanzar la independencia.

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Reflexiona sobre esto:

La noción de que podemos controlar a otras personas o situaciones es una de las ilusiones más destructivas en la codependencia afectiva. Esta creencia en el control puede manifestarse de muchas maneras, desde intentar cambiar el comportamiento de alguien hasta tratar de manejar sus emociones o decisiones.

El deseo de controlar se origina generalmente de un sentido profundo de inseguridad o vulnerabilidad. La persona codependiente puede creer que si pudiera controlar todo a su alrededor, se sentiría segura y amada. Sin embargo, esta es una ilusión. Beattie enfatiza que cada individuo es responsable de sí mismo, sus sentimientos, decisiones y acciones. No importa cuánto lo intentemos, no podemos tomar ese control por otra persona.

Al intentar ejercer control sobre otros, el codependiente no solo limita la autonomía y el crecimiento del otro, sino que también se desempodera a sí mismo. Este comportamiento consume tiempo y energía que podría utilizarse para el autocuidado y el autodescubrimiento, perpetuando así el ciclo de la codependencia. Además, en el proceso, se establece una dinámica de relación tóxica basada en el poder y la sumisión en lugar del amor y el respeto mutuo.

Melody Beattie sugiere que el antídoto a esta ilusión de control es el desapego con amor, donde se permite que los demás sean responsables de sus propias vidas y decisiones. Esto no significa no importarle o abandonar a la otra persona; significa liberar tanto a nosotros mismos como a ellos de la carga de nuestras expectativas y necesidades no satisfechas.

Reconocer que el control es una ilusión no es una señal de impotencia, sino todo lo contrario. Es un acto liberador que abre la puerta a relaciones más saludables y a un sentido más auténtico de sí mismo.

Responde para ti mismo estas interrogantes: ¿Tienes claro que controlar es una ilusión? ¿Has logrado desapegarte de las personas? ¿Cómo lo hiciste? Si deseas, comparte aquí con nosotros tus vivencias.

Reflexión del Dia: 17 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que la codependencia es un trastorno que puede llevar al codependiente al límite de insanidad. Estar obsesionado trastoca su psiquis y le incapacita para «deslastrarse» de este problema. Pierde el control sobre su vida danzando en un círculo vicioso de obsesión-compulsión imparable.

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Reflexiona sobre esto:

La obsesión no es un signo de amor o cuidado, sino un síntoma de una profunda inseguridad emocional y una necesidad de controlar variables externas para sentirse seguros interiormente.

La compulsión se traduce en pensamientos y comportamientos repetitivos que consumen la mente del codependiente, a menudo hasta el punto de descuidar sus propias necesidades y bienestar. Puede manifestarse en múltiples formas, como la necesidad de saber dónde está la otra persona en todo momento, qué está haciendo o sintiendo, o incluso intentar controlar sus acciones y decisiones para aliviar la ansiedad propia. Esta conducta es contraproducente; no solo desgasta emocionalmente al codependiente, sino que también puede resultar en una dinámica tóxica que aleja a la otra persona.

Melody Beattie argumenta que el primer paso para liberarse de la obsesión compulsiva es reconocerla y aceptarla como una señal de que algo no va bien. Luego, la tarea es redirigir ese enfoque hacia uno mismo. ¿Por qué existe esta obsesión? ¿Qué necesidades emocionales no están siendo satisfechas? ¿Cómo se puede obtener una sensación de seguridad y bienestar sin depender de otra persona?

Una vez que se hace este trabajo de autoconciencia, el siguiente paso es desarrollar herramientas y estrategias para manejar el comportamiento compulsivo, lo que a menudo implica el establecimiento de límites saludables y la práctica de técnicas de manejo del estrés como la meditación, el ejercicio o la terapia.

En resumen, la obsesión compulsiva en el contexto de la dependencia afectiva es una señal de alarma que no debe ignorarse. Según Beattie, la clave para superarla radica en cambiar el enfoque de controlar a otros a cuidar de uno mismo, estableciendo un sentido de autonomía y autoestima que no dependa de factores externos. (Alpha).

Trata de responder estas preguntas: ¿Estás obsesionado por alguien o alguna cosa en especial? ¿Cuál es tu conducta cuando estás obsesionado? Comparte tu vivencia con nosotros.

Reflexión del Dia: 12 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» explica la actitud controladora del codependiente. Enfatiza que su necesidad de conducir la vida de los demás, le da pie para gobernar de manera «tiránica». Interviene en la vida de quienes le rodean sin ser solicitada su ayuda,. Esa es la forma que ellos tienen de vivir, «controlando» y «dominando». No aprendieron otra manera.

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Reflexiona sobre esto:

En la búsqueda de amor, aprobación o salvación externa, perdemos de vista nuestra propia valía y bienestar.
Melody Beattie nos insta a mirar hacia adentro para encontrar fuerza y sanación. Recuperar el control sobre nuestras propias vidas no es un acto de egoísmo; es un acto de amor propio que, paradójicamente, nos permite amar a los demás de una manera más genuina y saludable. La clave para romper el ciclo de la codependencia es el autoconocimiento, el autocuidado y el establecimiento de límites, lo que nos permite vivir vidas más auténticas y enriquecedoras.

Subraya la idea de que la codependencia nos atrapa en un ciclo en el que buscamos validación externa a costa de nuestra propia salud emocional. Esto suele llevar a relaciones desequilibradas donde nuestra autoestima y bienestar están inextricablemente vinculados a cómo nos perciben o tratan los demás.Lo irónico es que, en nuestra búsqueda de amor y conexión, terminamos socavando la autenticidad y la reciprocidad que son fundamentales para cualquier relación saludable. Nos volvemos controladores o complacientes, siempre intentando manejar las emociones y comportamientos de los demás para sentirnos seguros, pero en el proceso nos perdemos a nosotros mismos.

Beattie sugiere que la única manera de romper este ciclo es centrándonos en nuestra propia recuperación y bienestar. Esto incluye aprender a establecer límites saludables, desarrollar una mayor autoconciencia y, en última instancia, aprender a llenar nuestras propias necesidades emocionales en lugar de depender de otros para hacerlo.

El autocuidado no es un acto de egoísmo, sino de autoconservación. Al practicar el amor propio, estamos en mejor posición para ofrecer amor y apoyo genuinos a los demás, sin la necesidad de manipulación o control. Al final, romper con la codependencia es un acto liberador que nos permite vivir con mayor autenticidad, profundidad y libertad tanto para nosotros mismos como para aquellos a quienes amamos. (Alpha).

Trata de responder a estas interrogantes: ¿Tu vida se maneja en una necesidad de control permanente? ¿Logras detener esta conducta autodestructiva?¿Cómo lo logras? Comparte aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 10 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» refiere como la codependencia se instala en nuestras vidas, esas conductas autodestructivas inician con una preocupación y avanzan hasta llegar a obsesión y compulsión. De allí en adelante la vida del codependiente se torna ingobernable y el se vuelve impotente para salir de ese círculo vicioso.

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Reflexiona sobre esto:

Tal vez tú hayas estado obsesionada con alguien o con algo. Alguien dice o hace algo. Se te ocurre un pensamiento. Algo te recuerda un evento pasado. Entra un problema en tu conciencia. Algo sucede o no sucede. O percibes que algo está sucediendo, pero no estás segura de qué es.
Podrás no saber qué es, podrás no saber por qué es, y no estás segura de cuándo, pero sabes que algo malo –algo terrible– ha sucedido, sucede o va a suceder.
Te da algo en el estómago. El sentimiento te abruma, esa ansiedad tan común en los codependientes que te hace retorcerte y estrujarte las manos. Es la que nos lleva a hacer muchos de los actos que nos lastiman; es la sustancia de la que se alimentan la preocupación y la obsesión. Es el peor de los miedos. Por lo general el miedo viene y se va, nos deja volando, listos para pelear, o sólo temporalmente asustados. Pero la ansiedad perdura. Se adhiere a la mente, paralizándola para todo excepto para sus propios propósitos, un interminable fárrago de los mismos pensamientos inútiles. Es el combustible que nos impele a incurrir en conductas controladoras de todo tipo. No podemos pensar más que en seguirle echando ojo a las cosas, en controlar el problema y hacer que se vaya; es el material del que está hecha la codependencia.

Mi Reflexión: Aprender a soltar la necesidad de control es un paso esencial para curar la codependencia. Implica enfrentar y aceptar la incertidumbre de la vida y comprender que cada persona es dueña de su propio destino, incluido uno mismo. Al renunciar al control, abrimos la puerta a relaciones más auténticas y a una mayor paz interior. (Alpha).

¿Te has responsabilizado de ti mismo? ¿Cuáles herramientas estás usando para lograr esto? Comenta acá tus experiencias y resultados.

Reflexión del Dia: 8 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que el codependiente esta tan obsesionado por resolver problemas de los demás que olvida vivir. Se siente que solo a través de «estar apegado» puede «sentirse vivo». Por costumbre se adapta a «reaccionar» ante situaciones que le son ajenas, pero que el las asume como propias; en eso pierde el foco y su interés se desmarca del cuidado responsable de si mismo.

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Reflexiona sobre esto:

Quizás hemos vivido con personas y a través de eventos que estaban fuera de control. Tal vez obsesionándonos y controlando pudimos guardar un equilibrio o lograr que temporalmente las cosas no empeoraran. Y luego simplemente seguimos haciendo lo mismo. Quizá teníamos miedo de soltarnos, porque cuando nos soltamos en el pasado sucedieron cosas terribles y dolorosas. Tal vez hemos estado apegados a la gente –viviendo sus vidas por y a través de ella– durante tanto tiempo que ya no nos queda una vida propia por vivir. Es más seguro seguir apegados. Por lo menos sabríamos que estamos vivos si reaccionáramos. Al menos tendríamos algo qué hacer si estuviéramos obsesionándonos o controlando. Por varias razones los codependientes tienden a apegarse a los problemas y a la gente. No importa no solucionar nada al preocuparse. No importa que esos problemas rara vez tengan solución. No importa que estén tan obsesionados que ni siquiera puedan leer un libro, ver la televisión o salir a dar un paseo. No importa que sus emociones estén en constante torbellino por lo que la otra persona dijo o no dijo, de lo que hizo o no hizo, o de lo que hará después. ¡No importa que las cosas que estemos haciendo no ayuden a nadie! Sin importarnos el costo, persistiremos en ello. Apretaremos los dientes, nos asiremos a la cuerda y nos prenderemos a ella más fuerte que nunca. Algunos de nosotros ni siquiera nos daremos cuenta de que nos hemos estado agarrando tan fuerte. Otros nos habremos convencido de que debemos asirnos así de fuerte. Creemos que no existe otra alternativa que la de reaccionar a esta persona o problema de esta manera obsesiva.
A menudo, cuando le sugiero a la gente que se aparte de esta persona o de este problema, me responden con horro. “¡Oh, no!”, dicen, “nunca podría hacer eso. Yo lo amo, o la amo, demasiado. Me importa demasiado para hacerle eso».Este problema o esta persona es demasiado importante para mí. Tengo que permanecer apegado a ella (o a esto)”. Mi respuesta es: “¿Quien dice que tienes que hacerlo?” Les tengo noticias, buenas noticias. No “tenemos” que hacerlo así. Existe una forma mejor. Se llama “separación”. Al principio puede darnos miedo, pero a fin de cuentas funcionará mejor para todas las personas involucradas.

Mi Reflexión: Los codependientes viven apegados a situaciones ajenas, tratando desesperadamente de resolver problemas de otros, dejan de cuidarse a si mismo por solucionar lo que en muchas ocasiones resulta imposible hacer. No comprende que esta perdiendo el sentido de «responsabilizarse de sí mismo», de resolver sus propias situaciones, de aceptar la realidad en un contexto sano, donde cada persona tiene las capacidades para actuar como y cuando lo desee. Resulta lamentable que así vivamos, lejos de todo deseo de aprender a amarnos y atender nuestras reales necesidades. (Alpha).

¿Vives apegado a personas? ¿Gastas tu tiempo en controlar y reaccionar ante los problemas de los demás? ¿Has asumido un rol más activo en tu recuperación del apego afectivo? ¿Cómo lo has logrado? Comenta tus experiencias en los comentarios./strong>

Reflexión del Dia: 7 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» detalla el triangulo del Drama de Karpman, en el cual se mueve continuamente el codependiente practicando su rol como rescatador. Permite visualizar como pasamos de controladores a controlados, haciendo de la existencia algo incierto, sin disfrute alguno. Vivimos solo a través de rescatar a quienes creemos lo necesitan, sin detenernos a pensar que nos corresponde «cuidarnos y amarnos» como tarea primaria.

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Reflexiona sobre esto:

Déjenme ilustrar refiriéndoles un rescate. Una amiga mía estaba casada con un alcohólico. Cada vez que él se emborrachaba, ella manejaba por toda la ciudad, pedía la ayuda de sus amigos y persiguia despiadadamente a su marido hasta que lo encontraba. Por lo general ella se sentía benévola, preocupada y apenada por él —lo cual era una advertencia de que se aproximaba un rescate— hasta que lo llevaba de regreso a casa y lo metía en cama asumiendo la responsabilidad por él y por su sobriedad. Cuando él ponía la cabeza sobre la almohada, las cosas cambiaban. Asumió ella entonces el papel de perseguidor. No quería a este hombre en su casa. Esperaba que él se lamentara días enteros de lo enfermo que estaba. Él era incapaz de asumir sus responsabilidades dentro de la familia, y en general actuaba de manera lastimosa. ¡Había hecho esto tantas veces! De modo que ella lo atacaba, comenzando con uno que otro tijeretazo y al final con una explosión total. Él toleraba su persecución por breve tiempo y luego de ser una desamparada víctima se volvía un perseguidor vengativo. Entonces ella asumía el papel de la víctima. Lástima de sí misma, sentimientos de desamparo, de vergüenza y de desesperación se apoderaban de ella. Esta era la historia de su vida, se lamentaba. Después de todo lo que había hecho por él, ¿cómo podía tratarla de esta manera? ¿Por qué a ella siempre le pasaba esto? Se sentía víctima de las circunstancias, víctima de la indignante conducta de su marido, víctima de la vida. Nunca se le ocurrió que era también víctima de sí misma y de su propia conducta.

Mi Reflexión: Los codependientes somos aquellas personas que nos caracterizamos por «rescatar» a quienes consideramos «víctimas», pero llego el momento que en lugar de asumir la responsabilidad por los problemas de alguien más, debemos guiarlo para que encuentre sus propias soluciones. Esto no solo es más saludable para ti, sino que también es más empoderador para la otra persona.(Alpha).

¿Cuántas veces has actuado como «rescatador»? ¿Cuáles emociones sientes durante esta experiencia? ¿Lograste salir de esa situación? ¿Cómo lo hiciste? Coméntanos tus vivencias y aquellas estrategias que usaste.