Meditación 9 de Abril… Dar

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós recalca la necesidad de moverse en el ciclo de dar-recibir. porque esto favorece la armonía de nuestro cuerpo.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:
Aprender a dar sanamente puede ser un reto. Muchos de nosotros nos embarcamos en dar de forma compulsiva, actos caritativos motivados por sentimientos no caritativos de culpa, vergüenza, obligación, lastima y superioridad moral.
Ahora entendemos que ser nanas de los demás y dar en forma compulsiva no funciona. Nos sale el tiro por la culata.
Cuidar desmedidamente a los demás hace que nos sigamos sintiendo victimas.
Muchos de nosotros dimos demasiado, pensando que estábamos haciendo bien las cosas; y luego nos confundimos porque nuestra vida y nuestras relaciones no estaban funcionando. Muchos de nosotros dimos tanto y durante tanto tiempo, pensando que estábamos haciendo la voluntad de Dios, que luego en la recuperación nos negamos a dar, a querer o a amar durante un tiempo.
Eso está bien. Tal vez necesitábamos un descanso. Pero dar sanamente es parte de vivir sanamente. La meta en la recuperación es el equilibrio, una actitud solicitada motivada por un verdadero deseo de dar, con una actitud subyacente de respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.
La meta en la recuperación es elegir lo que queremos dar, a quién, cuándo y cuánto. La meta en la recuperación es dar y no sentirnos victimados porque damos.
¿Estamos dando porque queremos hacerlo o porque es nuestra responsabilidad? ¿O estamos dando porque nos sentimos obligados, avergonzados o superiores? ¿Estamos dando porque nos da miedo a decir no? ¿Resultan útiles las maneras como tratamos de ayudar a la gente, o le impiden a los demás afrontar sus verdaderas responsabilidades?¿Estamos dando para caerle bien a la gente o para que se sienta obligada hacia nosotros? ¿Estamos dando para probar que somos valiosos? ¿O estamos dando porque queremos dar y porque nos sentimos bien al hacerlo?
La recuperación incluye un ciclo de dar y recibir. Mantiene una sana energía fluyendo entre nosotros,nuestro Poder Superior y los demás. Aprender a dar de manera sana lleva su tiempo. Se lleva su tiempo aprender a recibir. Sé paciente. El equilibrio vendrá.

«Díos mío, por favor guía hoy mis motivos para dar».

Mi Reflexión: El codependiente es un cuidador compulsivo. Toda su vida ha entregado su energía a cuidar y ayudar a otros. Poco ha recibido de los demás. A través de la recuperacion aprendemos a manejar el ciclo de dar-recibir. Lo hacemos confiados que este ciclo es positivo, sano y armoniza nuestras energías. (Alpha).

¿Eres un codependiente en recuperacion? ¿Estas dispuesto a mover tu energía en el ciclo de dar-recibir? Comparte tu experiencia al respecto.

Meditación 1 de Julio … Permítete recibir algo



He aquí un ejercicio:
Hoy, deja que alguien te dé. Deja que alguien haga algo bueno por ti. Deja que alguien te haga un cumplido o te diga algo bueno acerca de ti mismo. Deja que alguien te ayude.
Luego, quédate ahí parado y acéptalo. Siéntelo. Sabe que vales la pena y eres merecedor. No te disculpes.
No digas: «No debes tenerlo». No te sientas culpable, atemorizado, avergonzado y con pánico. No trates de dar inmediatamente algo a cambio.
Simplemente di, «gracias».
«Hoy me permitiré recibir algo de otra persona y me permitiré sentirme a gusto con ello».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 9 de Abril… Dar



Aprender a dar sanamente puede ser un reto. Muchos de nosotros nos embarcamos en dar de forma compulsiva, actos caritativos motivados por sentimientos no caritativos de culpa, vergüenza, obligación, lastima y superioridad moral.
Ahora entendemos que ser nanas de los demás y dar en forma compulsiva no funciona. Nos sale el tiro por la culata.
Cuidar desmedidamente a los demás hace que nos sigamos sintiendo victimas.
Muchos de nosotros dimos demasiado, pensando que estábamos haciendo bien las cosas; y luego nos confundimos porque nuestra vida y nuestras relaciones no estaban funcionando. Muchos de nosotros dimos tanto y durante tanto tiempo, pensando que estábamos haciendo la voluntad de Dios, que luego en la recuperación nos negamos a dar, a querer o a amar durante un tiempo.
Eso está bien. Tal vez necesitábamos un descanso. Pero dar sanamente es parte de vivir sanamente. La meta en la recuperación es el equilibrio, una actitud solicitada motivada por un verdadero deseo de dar, con una actitud subyacente de respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.
La meta en la recuperación es elegir lo que queremos dar, a quién, cuándo y cuánto. La meta en la recuperación es dar y no sentirnos victimados porque damos.
¿Estamos dando porque queremos hacerlo o porque es nuestra responsabilidad? ¿O estamos dando porque nos sentimos obligados, avergonzados o superiores? ¿Estamos dando porque nos da miedo a decir no? ¿Resultan útiles las maneras como tratamos de ayudar a la gente, o le impiden a los demás afrontar sus verdaderas responsabilidades?¿Estamos dando para caerle bien a la gente o para que se sienta obligada hacia nosotros? ¿Estamos dando para probar que somos valiosos? ¿O estamos dando porque queremos dar y porque nos sentimos bien al hacerlo?
La recuperación incluye un ciclo de dar y recibir. Mantiene una sana energía fluyendo entre nosotros,nuestro Poder Superior y los demás. Aprender a dar de manera sana lleva su tiempo. Se lleva su tiempo aprender a recibir. Sé paciente. El equilibrio vendrá.
«Díos mío, por favor guía hoy mis motivos para dar».


(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 12 de Enero… Encuentra el equilibrio



La meta de la recuperación es el equilibrio; ese precioso punto medio.
Muchos de nosotros hemos ido de un extremo al otro: años de cuidar de todos menos de nosotros mismos, seguidos de una temporada en que nos negamos a concentrarnos en las necesidades de nadie, más que en las nuestras.
Tal vez pasamos años negándonos a identificar nuestros sentimientos, a sentirlos y a manejarlos, seguidos de un periodo de obsesión absoluta con toda huella de energía emocional que pasara por nuestro cuerpo.
Podemos sucumbir a la impotencia, al desamparo y a la victimización, y luego ir al otro extremo blandiendo con agresividad el poder sobre los que nos rodean.
Podemos aprender a dar a los demás al mismo tiempo que asumimos la responsabilidad para con nosotros mismos, a cuidar nuestros sentimientos, así como nuestras necesidades físicas, mentales y espirituales, y a alimentar la callada confianza que nos da el apropiarnos de nuestra fuerza para comportarnos de igual a igual en nuestras relaciones con los demás.
La meta de la recuperación es el equilibrio, pero a veces llegamos a él yéndonos a los extremos.
«Hoy seré amable conmigo mismo, comprendiendo que a veces, para alcanzar el justo medio del equilibrio, necesito explorar las cimas y los valles. A veces, la única manera que tengo de salir de un valle es brincar lo suficientemente alto para aterrizar en la cima y luego, lentamente, deslizarme hacia abajo».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).