Reflexión del Dia: 13 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» expone que las conductas reaccionarias del codependiente se deben a su apego afectivo por quienes le rodean. Esta conducta es señal inequívoca de baja autoestima. Debe enfocarse en asistir a terapia para incluir cambios, desafíos y retos.

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Reflexiona sobre esto:

Nuestras reacciones pueden ser el eslabón de una cadena de reacciones tal que a menudo los involucrados están irritados y nadie sabe por qué. Simplemente están irritados. Luego, todos están fuera de control y a la vez son controlados. A veces la gente se comporta de cierta manera para provocar que nosotros reaccionemos de otra. Si dejamos de reaccionar de esta cierta manera, la privamos de lo divertido que esto le resulta. Quedamos fuera de su control y le quitamos el poder que tiene sobre nosotros.
A veces nuestras reacciones provocan que los demás reaccionen de cierto modo. (Pero no necesitamos seguir haciéndolo, ¿o sí?) A veces el reaccionar estrecha nuestra visión en tal forma que nos quedamos varados reaccionando a los síntomas o a los problemas. Podemos estar tan ocupados reaccionando que no tenemos tiempo ni energía para identificar el problema real, y mucho menos para descubrir cómo solucionarlo. Podemos pasar años reaccionando ante cada incidente provocado por la bebida y la crisis resultante, ¡fallando completamente en reconocer que el verdadero problema es el alcoholismo! Aprende a dejar de reaccionar de maneras que no son necesarias y que no funcionan. Elimina las reacciones que te lastiman.

Reflexión: El codependiente maneja las reacciones defensivas ante cualquier evento habitual. Sus respuestas airadas se convierten en una cadena de reacciones de enojo e ira en las personas que le rodean. Esa crispación se impone perdiéndose toda coherencia y serenidad. Se puede revertir este escenario y hacer cambios significativos. La respuesta está en la Terapia Doce Pasos de CoDA. (Alpha).

¿Asistes a reuniones de CoDA? ¿Cómo te sientes al respecto? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 6 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ratifica la necesidad de dependencia afectiva que desarrolla el codependiente, hasta el punto de «conformarse» con lo poco que puede brindarle de atención y afecto la persona a la cual esta apegado. Esta situación de apego mas critico lo lleva incluso a «limitar» sus relaciones, para luego quedarse solo dependiendo aun mas de esa persona. Es un verdadero «drama».

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Reflexiona sobre esto:

Muchos de nosotros esperamos y necesitamos tanto de la gente que nos conformamos con muy poco.
Podemos volvernos dependientes de personas con problemas, de alcohólicos y otras personas con problemas. Podemos volvernos dependientes de personas que no precisamente nos gustan ni amamos. A veces, necesitamos tanto de la gente que nos conformamos casi con quien sea. Podemos necesitar a gente que no satisface nuestras necesidades. De nuevo, podemos encontrarnos en situaciones en las cuales necesitamos que alguien esté ahí para apoyarnos, pero que la persona que hemos elegido no puede o no podrá hacerlo.
Es posible incluso llegar a convencernos a nosotros mismos de que no podemos vivir sin alguien y que nos marchitaremos y moriremos si esa persona no está dentro de nuestra vida. Si esa persona es un alcohólico o tiene serios problemas, podremos tolerar el abuso y la enfermedad para mantenerla dentro de nuestra vida, a modo de proteger nuestra fuente de seguridad emocional. Nuestra necesidad se hace tan grande que nos conformamos con demasiado poco. Nuestras expectativas caen por debajo de lo normal, por debajo de lo que deberíamos esperar de nuestras relaciones. Luego, nos quedamos atrapados, varados.

Reflexión: El manejo «desordenado» de las relaciones por parte de los codependientes tiene un serio trasfondo de «baja autoestima». No se creen digno de ser amados. Solo sienten que dedicándole su tiempo a los otros, obtendrán atención y afecto. Así transcurre parte de su vida y cada día se limitan sus opciones de «desapegarse» hasta un momento crítico que puede generarles trastornos psicoafectivos que trastocan su salud física y emocional. ¿Cómo detener esto? solo haciéndose consciente de la seriedad y gravedad del asunto e iniciando una recuperación responsable. De no asumir esta última, serían lamentables las consecuencias. Podemos sanar… claro que SÍ, todo dependerá de nosotros mismos. (Alpha).

¿Has vivido este apego tan manifiesto por alguien? ¿Has logrado detenerte a tiempo? ¿Cuales herramientas has manejado? Comparte con nosotros tus comentarios.

Reflexión del Dia: 4 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica la necesidad imperiosa que el codependiente asuma el control de su vida y deje atrás las situaciones que involucren intervenir y controlar a los otros.

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Reflexiona sobre esto:

Estoy convencida de que mostramos la mayoría de nuestras conductas codependientes en esta etapa, obsesionándonos, controlando, reprimiendo sentimientos. También creo que muchas de nuestras sensaciones de “locura” están vinculadas a esta etapa. Nos sentimos enloquecer porque nos estamos mintiendo. Nos sentimos enloquecer porque creemos en las mentiras de otras personas. Nada nos ayudará con más rapidez a sentir que estamos enloqueciendo que caer en la mentira de los demás. Creer en mentiras rompe el núcleo de nuestro ser. La parte profunda, instintiva de nosotros sabe la verdad, pero hacemos a un lado esa parte diciéndole, “¡Estás mal, Cállate”!

Reflexión: Es inútil que el codependiente se desgaste pretendiendo cambiar a los demás, eso es imposible. A la única persona que puede y debe cambiar es a si mismo. (Alpha).

¿Estás asumiendo conductas obsesivo-compulsivas? ¿Cómo te sientes con esas conductas? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 2 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente afirma que la codependencia desvirtúa la esencia de la persona que la padece. Se acostumbra tanto a darse a los demás, es desmedro de sí mismo, que asume que ese es su misión de vida.

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Reflexiona sobre esto:

Reaccionar casi nunca funciona. Reaccionamos demasiado aprisa, con demasiada intensidad y urgencia. Rara vez podemos hacer lo más adecuado cuando nos encontramos en ese estado mental, Resulta irónico que no se nos requiera para hacer las cosas en este estado mental. Poco hay en nuestras vidas que no podamos hacer mejor si permanecemos apacibles. Pocas situaciones —no importa qué tanto parezcan demandarlo— pueden mejorarse si perdemos los estribos.
Entonces, ¿por qué lo hacemos?
Reaccionamos porque estamos ansiosos y temerosos de lo que está sucediendo, de lo que podría suceder y de lo que ha sucedido.
Muchos reaccionamos como si todo fuera una crisis porque hemos vivido tantas crisis durante tanto
tiempo que la reacción a la crisis se ha convertido en un hábito.
Reaccionamos porque pensamos que no deberían estar sucediendo las cosas como suceden.
Reaccionamos porque no nos sentimos bien con nosotros mismos.
Reaccionamos porque la mayoría de la gente reacciona.
Reaccionamos porque pensamos que tenemos que reaccionar.

No tenemos que hacerlo.
No debemos tener tanto miedo de la gente. Son gente como nosotros.
No tenemos que abdicar a nuestra paz. No sirve de nada. Disponemos de los mismos recursos y hechos cuando estamos en paz que de los que disponemos cuando estamos en un estado frenético y caótico.
De hecho disponemos de más recursos porque nuestras mentes y emociones están libres de actuar a su mayor potencial.
No debemos abdicar a nuestro poder para pensar y sentir por cuenta de los demás. Tampoco eso se requiere de nosotros.

Reflexión: El mayor dilema del codependiente es la facilidad de «engancharse» en la vida de los demás. Es una disposición permanente para resolver las situaciones ajenas sin comprometerse consigo mismo. Es posible controlar esa compulsión? Si, solo que se requiere voluntad y fortaleza para mantenerse en el sendero espiritual que marca la recuperación. (Alpha).

¿Estás actualmente en recuperación? ¿Has visto y sentido cambios significativos? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 19 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que el codependiente debe aceptar que existen sentimientos positivos y negativos, y que la vida es un eterno contraste entre esas dos condiciones.

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Reflexiona sobre esto:

Los sentimientos de intensa felicidad pueden ser tan perturbadores y atemorizantes como los sentimientos de intensa tristeza, especialmente para los codependientes que no están acostumbrados a los sentimientos de felicidad. Muchos codependientes creen que a los sentimientos de felicidad siempre deben seguir los de tristeza, porque esa es la manera como han sucedido en general las cosas en el pasado. Algunos codependientes creen que no podemos, no debemos y no merecemos sentirnos felices. A veces hacemos cosas para provocar sentimientos de tristeza después de experimentar sentimientos de felicidad, o cada vez que existe una posibilidad de que exista un sentimiento de alegría. Está bien sentirse feliz. Está bien sentirse triste. Dejemos que la energía emocional nos atraviese, y luchemos por obtener la paz y el equilibrio.
Hay ocasiones en que podemos requerir de ayuda profesional para manejar nuestras emociones. Si estamos varados en cualquier sentimiento en particular debemos darnos a nosotros mismos lo que necesitamos. Ver a un terapeuta, a un consejero, a un psicoanalista, o a un sacerdote. También podemos desear buscar ayuda profesional si hemos estado reprimiendo nuestros sentimientos durante un largo periodo o si sospechamos que hemos estado reprimiendo algo intenso.

Reflexión: Para el codependencia, en su visión errónea de la vida solo existen los matices de «»momentos de alegría» y tristeza, y así se ha movido toda su vida. Sus sentimientos han sido atemorizantes, pasando de la «pseudofelicidad» a la depresión todo el tiempo. Es momento de cambiar esta creencia y darle paso a la realidad, nada es absoluto en nuestra esfera emocional, todo debe tener cabida. Aceptar las emociones, enfrentarlas como vengan y no «encariñarse» con lo malo, es una tarea a cumplir. (Alpha).

¿Estás dispuesto a cambiar los mitos que te han acompañado toda tu vida? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 15 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma que el codependiente desarrolla una obsesión por intervenir y controlar la vida de los demás.

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Reflexiona sobre esto:

Rescatamos porque tampoco sentimos que la gente esté bien. A veces con justificación, a veces sin ella, decidimos que otras personas sencillamente no pueden ser responsables de ellas mismas. Aunque esto parezca ser verdad, no lo es del todo. A menos que una persona tenga daño cerebral, un serio impedimento físico o sea un niño pequeño, esta persona puede ser responsable de sí misma.
A veces rescatamos porque resulta más fácil que manejar la incomodidad y la molestia de encarar los problemas irresueltos de otras personas. No hemos aprendido a decir “Qué pena que estés atravesando por ese problema, ¿qué necesitas de mí?”. En cambio, nos hemos acostumbrado a decir: “Mira, lo haré por ti”.
Algunos aprendimos a ser cuidadores cuando éramos niños. Quizá fuimos casi forzados a ello como resultado de vivir con un padre alcohólico o con algún otro problema familiar. Algunos podemos habernos convertido en cuidadores más tarde en la vida como resultado de estar dentro de una relación de compromiso con un alcohólico o con otra persona que se rehusara y pareciera incapaz de cuidar de sí misma. Decidimos contender —para sobrevivir— de la mejor manera que pudimos, levantándole su carretilla y asumiendo sus responsabilidades.
A muchos codependientes se les han enseñado otros modos de ser cuidadores. Tal vez alguien nos dijo estas mentiras, y nosotros las creímos: no seas egoísta, sé siempre amable y ayuda a la gente, nunca hieras a otros porque “se sienten” nunca digas que no, y no menciones tus necesidades y deseos personales porque no es de buena educación hacerlo.

Reflexión: Ser cuidador puede lucir altruista ante la sociedad, solo que habria que fijarse en las razones para asumir ese comportamiento. En el caso del codependiente no es nada sano, por cuanto hay apego, obsesión y control sobre la vida de esa persona. (Alpha).

¿Eres un obsesionado por cuidar y rescatar a otros? Comenta acá.

Reflexión del Dīa: 14 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma que el codependiente desarrolla una obsesión por intervenir y controlar la vida de los demás.

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Reflexiona sobre esto:

Por fuerza del hábito, algunos de nosotros hemos desarrollado una actitud de apego, de preocuparnos, reaccionar y obsesivamente tratar de controlar. Quizá hemos vivido con personas y a través de eventos que estaban fuera de control. Tal vez obsesionándonos y controlando pudimos guardar un equilibrio o lograr que
temporalmente las cosas no empeoraran. Y luego simplemente seguimos haciendo lo mismo. Quizá teníamos miedo de soltarnos, porque cuando nos soltamos en el pasado sucedieron cosas terribles y dolorosas. Tal vez hemos estado apegados a la gente –viviendo sus vidas por y a través de ella– durante tanto tiempo que ya no nos queda una vida propia por vivir. Es más seguro seguir apegados. Por lo menos sabríamos que estamos vivos si reaccionáramos. Al menos tendríamos algo qué hacer si estuviéramos obsesionándonos o controlando. Por varias razones los codependientes tienden a apegarse a los problemas y a la gente. No importa no solucionar nada al preocuparse. No importa que esos problemas rara vez tengan solución. No importa que estén tan obsesionados que ni siquiera puedan leer un libro, ver la televisión o salir a dar un paseo. No importa que sus emociones estén en constante torbellino por lo que la otra persona dijo o no dijo,
de lo que hizo o no hizo, o de lo que hará después. ¡No importa que las cosas que estemos haciendo no ayuden a nadie!

Reflexión: Las personas codependientes suelen sentirse usadas y no apreciadas por todo lo que hacen por los demás. El codependiente utilizará gran cantidad de energía para hacerse cargo de la vida de los otros, todo bajo el disfraz del altruismo y del querer ayudar de manera sincera. Cuando la ayuda o el consejo es ignorado o no apreciado, el codependiente se siente enfadado y maltratado. (Psic.Juan Armando Corbin).

¿Sientes obsesión por las personas que te rodean? ¿Estás en terapia en la actualidad? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 11 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica que el apego afectivo corta toda posibilidad de alcanzar la paz y serenidad en la vida del codependiente.

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Reflexiona sobre esto:

Una persona codependiente es aquella que ha permitido que la conducta de otra persona la afecte, y que está obsesionada con controlar la conducta de esa persona. La otra persona puede ser un niño o adulto o un amante o un cónyuge, un hermano o hermana, un abuelo o abuela, un cliente o un amigo íntimo. Estas personas pueden ser alcohólicas, drogadictas, gente mental o físicamente enferma, una persona normal que de vez en cuando tiene sentimientos de tristeza, o una de las personas mencionadas anteriormente.
Pero el núcleo de la definición y de la recuperación no está en la otra persona, no importa cuánto lo creamos así, Está en nosotros mismos, en la manera en que permitimos que la conducta de otra persona nos afecte y en la forma en que tratamos de afectarla a ella: en los cuidados obsesivos, controladores, “ayudadores”, en la baja autoestima que raya en el odio hacia uno mismo, en la autorepresión, en la abundancia de ira y de culpa, en la peculiar dependencia de gente peculiar, en la atracción por y en la tolerancia de lo bizarro, en el estar centrado en otro que conduce al abandono de uno mismo, en problemas de comunicación, problemas de intimidad y en un continuo torbellino a través de las cinco fases del proceso de duelo.

Reflexión» El apego corrompe. Para mí, es el principal motivo de sufrimiento en la historia de la humanidad. Si el apego corrompe, pierdes tu dignidad, tu respeto, tus valores más esenciales. También pierdes libertad, y no puedes decidir cómo te vas a mover. Pierdes tranquilidad porque una de las características del apego es el miedo a perder aquello que deseas. Finalmente, pierdes también la alegría. Tu mente está tan metida en invertir recursos que pierde la posibilidad de disfrutar la vida con muchas otras cosas, te absorbe. (Walter Riso).Deseas profundizar en este concepto lee aquí

¿Estás apegado a algo o a alguien? ¿Sientes las consecuencias de ese apego? Comparte tus vivencias.

Reflexión del Dia: 10 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea la importancia de salirnos de los roles negativos dentro del triángulo del Drama de Karpman, y asumir un actitud proactiva y constructiva.

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Reflexiona sobre esto:

He aquí otra ilustración de un rescate. Un verano, una amiga me pidió que la llevara a una huerta de manzanos. Originalmente, yo quería ir, y fijamos una fecha. Pero cuando llegó esa fecha, yo estaba muy ocupada. La llamé, y en vez de decirle que no quería ir, le pedí que lo pospusiéramos. Me sentía culpable y responsable de sus sentimientos —otro rescate en camino—. No pude desilusionarla porque pensé que ella no podía ser responsable de sus sentimientos o que no podía manejarlos. No pude decirle a verdad, porque pensé que se enojaria conmigo —más responsabilidad emocional— como si el enojo de alguien me importara. Llegó el siguiente fin de semana y tuve que añadir el viaje a mi ya muy apretada agenda. Pero no quería ir. Ni siquiera necesitaba las manzanas; tenía dos cajones de mi refrigerador llenos de manzanas. Antes de estacionar mi coche frente a su casa, cambié mi papel por el de perseguidor. Me sentía tensa y resentida mientras íbamos a la huerta. Cuando llegamos y miramos las manzanas y las probamos, parecía que ninguna de las dos lo estábamos disfrutando. Después de unos cuantos minutos mi amiga me dijo: “En realidad no quiero las manzanas. Compré unas la semana pasada. Sólo vine porque pensé que tú querías venir, y no quería herir tus sentimientos”.
Este ejemplo es tan sólo el de uno de los millares de rescates a los que he dedicado mi vida. Cuando empecé a entender este proceso, me di cuenta de que pasaba la mayor parte de mis horas de vigilia yendo de un lado a otro de este triángulo asumiendo las responsabilidades de todo y de todos además de las mías. A veces me las arreglaba para hacer grandes rescates; a veces para hacer pequeños rescates. Mis amistades se iniciaban se mantenían y finalmente se rompían de acuerdo con la progresión de los rescates. El rescate infiltraba mis relaciones con mis familiares y mis clientes. La mayor parte del tiempo me mantenía agitada. Dos codependientes en una relación realmente pueden causarse un mutuo estrago. Imaginen a dos complacientes en una relación. Imaginen luego a dos complacientes en una relación cuando ambos quieren terminar con ella, Harán, como dice Earnie Larsen, cosas horribles. Casi se destruirán uno al otro y a sí mismos antes de que uno de ellos termine con el rescate y diga: “Quiero terminar con esta relación”.

Reflexión: La mayor parte de los conflictos en nuestras relaciones personales y profesionales surgen porque hemos adoptado un rol de perseguidor, salvador o víctima. Ninguna de las actitudes anteriores es recomendable, ya que nos vacía de fuerza y nos llena de emociones poco gratificantes. Nuestro desafío es salirnos de dicho triángulo poco recomendable a través de dos claves: reconocer nuestra actitud y asumir nuestra responsabilidad para transformarla en otra más favorable, retador, facilitador o creador. Solo así podremos cultivar relaciones saludables. (Psic. Pilar Jericó).

¿Identificas cuál rol juegas en el triangulo de Karpman? ¿Cómo lidias con eso? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 7 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que cada cual debe aprender a responsabilizarse de su vida, venimos a vivir las experiencias de nuestra propia vida, no de la vida de otros. Enseñar a los demás a hacerse cargo de sí mismos es el mejor regalo que les puedes hacer.

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Reflexiona sobre esto:

Es más seguro seguir apegados. Por lo menos sabríamos que estamos vivos si reaccionáramos. Al menos tendríamos algo qué hacer si estuviéramos obsesionándonos o controlando. Por varias razones los codependientes tienden a apegarse a los problemas y a la gente. No importa no solucionar nada al preocuparse. No importa que esos problemas rara vez tengan solución. No importa que estén tan obsesionados que ni siquiera puedan leer un libro, ver la televisión o salir a dar un paseo. No importa que sus emociones estén en constante torbellino por lo que la otra persona dijo o no dijo, de lo que hizo o no hizo, o de lo que hará después. ¡No importa que las cosas que estemos haciendo no ayuden a nadie! Sin importarnos el costo, persistiremos en ello. Apretaremos los dientes, nos asiremos a la cuerda y nos prenderemos a ella más fuerte que nunca. Algunos de nosotros ni siquiera nos daremos cuenta de que nos hemos estado agarrando tan fuerte. Otros nos habremos convencido de que debemos asirnos así de fuerte. Creemos que no existe otra alternativa que la de reaccionar a esta persona o problema de esta manera obsesiva. A menudo, cuando le sugiero a la gente que se aparte de esta persona o de este problema, me responden con horror. “¡Oh, no!”, dicen, “nunca podría hacer eso. Yo lo amo, o la amo, demasiado. Me importa demasiado para hacerle eso. Este problema o esta persona es demasiado importante para mí. Tengo que permanecer apegado a ella (o a esto)”.

Reflexión: El desapego es saber vivir en la incertidumbre. Es decir, es saber vivir en el aquí y el ahora, es vivir cada instante como es, dando lo mejor de sí mismo y entregárselo a las personas para que hagan con aquello lo que ellos crean conveniente y, dicho de otra manera, lo que ellos crean conveniente y libremente. Y nosotros lo que pretendemos es empoderar a la gente, darles el poder. Y si quieres vivir las circunstancias como víctima vas a caer en el apego, y si hoy vives como maestría vas a vivir en la incertidumbre, estarás creciendo como persona y estarás despertando tu consciencia. Mira este video

¿Estás en disposición de desapegarte? Comparte aquí.