Meditación 4 de Enero… Desliguémonos de los asuntos familiares

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la importancia zafarse de un núcleo familiar disfuncional para asumir el compromiso de independencia en la vida del codependiente.

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Medita sobre esto:

Podemos pintar una raya sana, un límite saludable, entre nosotros y nuestra familia nuclear, es decir, nos podemos desligar de sus asuntos.
Es posible que algún familiar nuestro sea adicto al alcohol o a alguna otra droga y que aún no esté en recuperación de su adicción.
También puede ser que tengamos familiares con rasgos codependientes no resueltos. Esos parientes pueden ser adictos a la desgracia, al dolor, al sufrimiento, al martirio y a la victimización.
Otros familiares también pueden presentar aspectos de abuso o de familia de origen no resueltos.
Podemos tener parientes adictos al trabajo, a la comida o al sexo. En nuestra familia puede haber una estrecha comunicación o, por el contrario, ser una familia disfuncional en la cual los miembros tienen escaso contacto.
Podemos ser como nuestra familia. Podemos amar a nuestra familia. Sin embargo hay que recordar que somos seres humanos individuales con derechos y asuntos personales. Uno de nuestros principales derechos es el de empezar a sentirnos mejor y entrar en recuperación, independientemente de que nuestros parientes elijan hacer lo mismo o no.
No tenemos que sentirnos culpables por descubrir la felicidad y una vida que funciona. No tenemos que hacer nuestros los asuntos de la familia para demostrarle nuestra lealtad y nuestro amor.
A menudo, cuando empezamos a cuidar de nosotros mismos, nuestros parientes responden con intentos abiertos y encubiertos para hacernos caer dentro del viejo sistema y los antiguos roles. No tenemos por qué hacerlo. Sus intentos por hacernos sucumbir son asunto de ellos. El hecho de que cuidemos de nosotros mismos y nos curemos no quiere decir que no los amemos. Lo que quiere decir es que estamos solucionando nuestros problemas.
No tenemos que juzgarlos porque tengan asuntos sin resolver, ni tenemos por qué permitirles que nos hagan lo que quieran simplemente porque son nuestros parientes.
Ahora somos libres, libres para cuidar de nosotros mismos con todos y con nuestros familiares. Nuestra libertad comienza cuando dejemos de negar sus problemas y, en forma adecuada pero asertiva, se los devolvemos para, de esa forma, solucionar nuestros propios problemas.

«Hoy me apartaré de mis parientes. Soy un ser humano individual, aunque pertenezca a una unidad llamada familia. Tengo derecho a solucionar mis propios problemas y a crecer; mis familiares tienen derecho a sus propios problemas y el derecho a elegir cuando y donde solucionarlos. Puedo aprender a apartarme con amor de mis parientes y de mis problemas. Estoy dispuesto a sortear cualquier sentimiento para lograrlo».

Reflexión: El codependiente ha vivido en familias disfuncionales que marcan su comportamiento de adulto. Es propicio entonces que asuma la decisión de «separarse» de ese núcleo familiar insano para desarrollar sus propias herramientas de vida más saludables. No es fácil asumir esta decisión, pero todo pasa por lograr la independencia necesaria y asumir el control de su vida. (alpha).

¿Has vivido en una familia disfuncional? ¿Has asumido separarte para lograr tu independencia? ¿Conoces a Dios? Comenta aquí.

Meditación 3 de Enero… Cuidar de nosotros mismos

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea como primera tarea para el codependiente, responsabilizarse de su cuidado. Exhorta que tenemos que confiar plenamente en la guía divina para lograr la recuperación.

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Medita sobre esto:

¿Qué necesitamos hacer para cuidar de nosotros mismos? Escuchar la voz interior ¿Qué te hace enojar? ¿De qué estás harto?¿En qué no confías? ¿Qué no te parece bien? ¿Qué no puedes soportar? ¿Qué te pone incómodo? ¿Qué quieres? ¿Qué necesitas? ¿Qué no quieres ni necesitas? ¿Qué te gusta? ¿Qué te hace sentir bien?

En la recuperación aprendemos que cuidar de uno mismo nos conduce al sendero de la voluntad de Dios y al plan que Él tiene para nuestra vida. El cuidar de uno mismo nunca nos aparta de lo que es nuestro mayor beneficio; nos conduce a ello.
Aprende a cultivar esa voz interior. Podemos confiar en nosotros mismos y cuidar de nosotros mismos. Somos más sabios de lo que pensamos. Nuestra guía es interior y siempre está presente. Escucha esa guía, confía en ella y cultívala.

«Hoy afirmare que soy un regalo para mí mismo y para el Universo. Recordaré que el amoroso cuidado de uno mismo hace posible ese regalo en su forma más superior».

Reflexión: Para el codependiente el cuidado de sí mismo ha estado siempre relegado a un segundo lugar. Cuando se hace consciente que ese es su primer propósito en la recuperación, el asume un papel más protagónico y empieza a darse cuenta del impacto positivo de trabajar en ese sentido. Para alcanzar la serenidad y paz interior es impostergable «comportarse amorosamente consigo mismo», lo demás se lo otorgara la Divinidad. (Alpha).

¿Estás en disposición de responsabilizarte de tu propio cuidado? ¿Crees en Dios como guia de tu vida? Comenta acá.

Meditación 2 de Enero… Suelta las corrientes emocionales negativas

Melody Beattie, en su Libro Mas del Lenguaje del Adiós plantea la importancia de alejarse de escenarios negativos que perturban la recuperación.

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Medita sobre esto:

Un día caminaba por un parque nacional cuando me topé con un arroyo. No estaba mirando de cerca. Decidí meterme en el agua y caminar por ella para llegar al otro lado. Cuando miré más de cerca, jadeé y retrocedí. La corriente era turbia y asquerosa. No quería meterme en eso.
La mayoría de los maestros de nuestros tiempos y de tiempos pasados, desde el Dalai Lama hasta Emmet Fox, están de acuerdo en una cosa: mantenerse alejado de las corrientes emocionales turbias y afectadas. Evítalos a toda costa.
Hay muchas corrientes afligidas por ahí: codicia, envidia, negatividad, arrepentimiento, venganza, resentimiento, arrogancia, victimización, coraje, amargura, control, odio, resentimiento y miedo paralizante son solo algunos. Cuando entramos en una corriente emocional afligida, esa emoción colorea todo lo que hacemos. Una corriente afligida es más que una emoción aislada. Es una posición, una postura, una actitud, un patrón que nos envenenará y nuestra vida. Mira alrededor. Estar atentos No seas descuidado y entra en una corriente afligida. Si accidentalmente se ha deslizado en uno, entonces salga rápidamente.
Sentirse inquieto, irritable y descontento es definitivamente una corriente afligida. Si te encuentras en eso, sal de la gratitud.

«Dios, ayúdame a dejar mis emociones antes de que ese sentimiento se convierta en una forma de vida. Guía mi pensamiento y perspectiva de la vida. Mantenme fuera de las corrientes afligidas».

Reflexión: Cuando estamos recuperándonos de la codependencia es vital alejarnos que las emociones que son negativas para la curación. Mantenernos firmes en «aprender a amarnos y cuidar de nosotros mismos» pasa por «dejar de lado» aquellos sentimientos negativos que solo restan energías y retardan esa recuperación. No es fácil lograrlo, pero hay que tenerlo presente para «dejarlos ir cuando aparezcan en el camino de la sanación». (Alpha).

¿Estás moviendo tu recuperación lejos de fuerzas negativas que te mantienen apegada? ¿Cómo lo logras? Comenta acá.

Meditación 1 de Enero… El Año Nuevo

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la importancia de preparar nuestras actividades para este nuevo año. Es un ejercicio que nos guía en las metas que nos proponemos cumplir.

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Medita sobre esto:

Fija tus metas de Año Nuevo. Escarba dentro de ti y descubre lo que te gustaría que pasara en este año en tu vida. Esto te ayudará a hacer tu parte. Es una afirmación de que estás interesado en vivir plenamente la vida en este año que apenas empieza.
Las metas nos fijan una dirección. Ponen en juego una fuerza poderosa a un nivel universal, consciente y subconsciente. Las metas le dan dirección a nuestra vida.
¿Qué te gustaría que ocurriera este año en tu vida? ¿Qué quisieras hacer y qué quisieras lograr? ¿Qué bien quisieras atraer a tu vida? ¿En cuáles áreas particulares de crecimiento interior te gustaría avanzar? ¿De cuáles obstáculos, o defectos de carácter, te gustaría deshacerte?¿Qué quieres lograr? ¿Pequeñas y grandes cosas? ¿A dónde quisieras ir? ¿Qué te gustaría que te sucediera en el renglón de la amistad y del amor? ¿Qué te gustaría que sucediera en tu vida familiar?
Recuerda: con nuestras metas no estamos controlando a los demás, estamos tratando de darle una dirección a nuestra vida. ¿Qué problemas te gustaría ver resueltos? ¿Qué decisiones quisieras tomar? ¿Qué te gustaría que pasara en tu trabajo? ¿Qué te gustaría que pasara en tu interior y a tu alrededor?
Escríbelo. Toma una hoja de papel, dedica unas cuantas horas de tu tiempo y escríbelo todo, como una afirmación de ti mismo, de tu vida y de tu capacidad para elegir. Luego, déjalo ir.
Ciertamente ocurren cosas que están fuera de nuestro control. A veces, esos eventos son gratas sorpresas; otras, de naturaleza distinta. Sin embargo, todos ellos forman parte del capítulo en el que este año se convertirá tu vida y que añadirán una página más a tu historia.
El año nuevo está frente a nosotros, como un capítulo de un libro, esperando ser escrito. Podemos ayudar a escribir esa historia fijando nuestras metas.

«Hoy recordaré que hay una poderosa fuerza motivadora en el hecho de escribir metas. Haré eso ahora mismo, para este año que empieza, y de manera regular conforme lo vaya necesitando. No lo haré para controlar, sino como mi contribución para vivir mi vida».

Reflexión: El comienzo de un nuevo año nos coloca en un escenario donde se hace indispensable «fijar metas» para alcanzar. Es momento para inventariar lo realizado y emprender nuevas actividades para seguir creciendo personalmente. Es un ejercicio positivo, enriquecedor y nos mantiene claros en los propósitos por cumplir. (Alpha).

¿Enumeraste tus metas venideras? Expresa tu experiencia al respecto.

Meditación 20 de Diciembre… Celebrar

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós planta que cuando el codependiente está en recuperación debe valorar los cambios que va alcanzando en ese camino a la sanidad. Reafirma lo importante de continuar atravesando ese sendero espiritual con alegría.

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Medita sobre esto:

Mira tu vida ¡Mira el camino que has caminado hasta aquí y celebra!
Una de las alegrías de caminar hasta la cima de una montaña es mirar hacia atrás, hasta qué punto has llegado. Es maravilloso pararse en una cresta alta y ver el pequeño sendero que se extiende en la distancia.
Celebra con asombro lo lejos que has llegado en esos primeros pasos de sobriedad y en tu fe y disposición para dejar de lado tus miedos.
Celebra esos primeros momentos vacilantes de aprender lo que significaba cuidarse a sí mismo. Incluso ahora, con cada paso que das, estás siendo transformado.
¡Celebra!
Da la vuelta. Mira. Mira lo lejos que has llegado. Celebra el viaje que has tomado hasta ahora.
Y espera la aventura que se avecina.

«Dios, ayúdame a celebrar todos nuestros triunfos. Gracias por caminar conmigo, incluso cuando sentí que estaba caminando sola».

Reflexión: Cuando el codependiente decide asumir el compromiso de su recuperación transita un camino de altibajos increíble. Ese tránsito genera temor y miedo, pero al propio tiempo esperanzas en su curación. Hay que alegrarse de cada cambio por mínimo que este sea. Estar dispuesto a transformar su vida es una meta difícil, pero liberadora. (Alpha).

¿Estás en recuperación? ¿Has visto cambios significativos en tu vida producto de la terapia CoDA? Comparte aquí tus vivencias.

Meditación 15 de Diciembre… Cuidando de nosotros mismos

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que como única tarea el codependiente esta destinado a responsabilizarse de su propio cuidado, sólo así alcanzará la sanación.

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Medita sobre esto:

No podemos establecer un límite al mismo tiempo y cuidar los sentimientos de otra persona. Es imposible; los dos actos contradicen.
¡Qué gran ventaja tener compasión por los demás! ¡Qué difícil puede ser esa misma calidad para establecer límites!
Es bueno preocuparse por otras personas y sus sentimientos; es esencial cuidarnos a nosotros mismos también. A veces, para cuidarnos bien, tenemos que hacer una elección.
Algunos de nosotros vivimos con un mensaje profundamente arraigado de nuestra familia, o de la iglesia, sobre no dañar nunca los sentimientos de otras personas. Podemos reemplazar ese mensaje con uno nuevo, uno que dice que no está bien lastimarse a nosotros mismos. A veces, cuando nos ocupamos de nosotros mismos, otros reaccionan con sentimientos heridos.
Esta bien. Aprenderemos, creceremos y nos beneficiaremos con la experiencia; ellos también lo harán. El impacto más poderoso y positivo que podemos tener sobre otras personas se logra asumiendo la responsabilidad de nosotros mismos, y permitiendo que los demás sean responsables de sí mismos.
El cuidado funciona. Cuidar no es así. Podemos aprender a caminar en la línea entre los dos.

«Hoy, estableceré los límites que necesito establecer. Dejaré de lado mi necesidad de cuidar los sentimientos de otras personas y, en su lugar, cuidar de los míos. Me daré permiso para cuidarme, sabiendo que es lo mejor que puedo hacer por mí y por los demás.»

Reflexión: El codependiente aferrado a mantener el control sobre los demás deja de lado «cuidarse y quererse el mismo». Cuando el comprende y hace consciente que su sanación se sustenta en «responsabilizarse de su cuidado» inicia una serie de acciones que lo llevaran a hacer todo lo necesario para lograrlo. Esa es su verdadera y genuina tarea, no otra. Los demás que hagan lo suyo, a él le toca estimarse y aprender a desapegarse para cuidar de sí mismo. (Alpha).

¿Estás en la tarea de aprender a cuidarte? ¿Cúales herramientas estás utilizando para lograrlo? Comenta acá.

Meditación 14 de Diciembre… Se feliz ahora

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que todo ocurre en el momento presente. Podemos y debemos ser felices y alcanzar nuestras metas en el ahora.

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Medita sobre esto:

«El tiempo es lo que evita que todo suceda a la vez», decía la pegatina del parachoques que tenía delante.
Tal vez, pensé. Estaba corriendo de vuelta a casa desde la tienda de computadoras, haciendo mis diligencias, tratando de hacer las cosas. Noté un restaurante y un centro comercial a mi derecha, en la autopista. Tenía curiosidad por este lugar por casi un año. Hoy, en lugar de conducir, pague la autopista y entré en el estacionamiento. Pasé las siguientes tres horas navegando por las tiendas llenas de antigüedades, baratijas y alimentos gourmet. Luego disfruté de una cena tranquila, una jugosa hamburguesa y una malta de chocolate, en el restaurante antes de regresar a casa. Las tiendas siempre habían estado allí; Siempre me había pasado. Hoy paré, satisfice mi curiosidad, y me divertí.
Es fácil pasar nuestras vidas trabajando hacia una meta, convencidos de que si solo pudiéramos llegar allí, seríamos verdaderamente felices en ese momento. Hoy es el único momento que tenemos. Si esperamos hasta mañana para ser felices, nos perderemos la belleza de hoy.
Ten tus planes. Fijar metas.
Déjate ser feliz ahora.

«Dios, ayúdame a ser consciente de la alegría que está frente a mí ahora, en lugar de esperar a que el mañana me traiga felicidad».

Reflexión: Cuando comprendemos que la serenidad, paz y felicidad están en vivir el momento presente, asumimos una conducta diferente ante los acontecimientos de la vida. No tenemos que esperar lograr todo lo anhelado para alcanzar esta dicha. Todo ocurre en el Ahora. Aquí estamos y aquí debemos alcanzar nuestras metas. (Alpha).

¿Estás comprendiendo que significa vivir el momento presente? ¿Cómo te sientes al respecto? Comparte aquí tus vivencias.

Meditación 10 de Diciembre… Démonos poder

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refiere que el codependiente con la recuperación busca recuperar los derechos a ser feliz responsabilizándose de su vida.

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Medita sobre esto:

Tú puedes pensar. Puedes tomar buenas decisiones. Puedes tomar alternativas adecuadas para ti.
Sí, todos cometemos errores de vez en cuando. Pero nosotros no somos errores.
Podemos tomar una nueva decisión que tome en cuenta una nueva información.
Podemos cambiar de manera de pensar de vez en cuando. Ese también es nuestro derecho.
No tenemos que ser intelectuales para tomar buenas alternativas. En la recuperación, cada uno de nosotros tenemos a nuestra disposición un regalo y una meta. El regalo se llama sabiduría.
La demás gente puede pensar también. Y eso significa que ya no nos tenemos que seguir sintiendo responsables de las decisiones de otra gente.
Eso también significa que nosotros somos responsables de lo que escogemos.
Podemos acudir a los demás para que nos retroalimenten. Podemos pedirles información. Podemos tomar en cuenta sus opiniones. Pero es nuestra labor tomar nuestras propias decisiones. Tenemos el placer y el derecho de tener nuestras propias opiniones.
Cada uno de nosotros es libre de aprovechar y de disfrutar el tesoro de nuestra propia mente, intelecto y sabiduría.

«Hoy guardaré como un tesoro el regalo de mi mente. Yo pensaré solo, decidiré mis propias alternativas y valoraré mis opiniones. Estaré abierto a lo que piensan los demás, pero asumiré la responsabilidad de mí mismo. Pediré ser guiado por la Divina Sabiduría y confiaré en que lo estoy siendo».

Mi Reflexión: La persona codependiente pasa una buena parte de su vida atendiendo los problemas de los otros, dejando de lado su propia tensión personal. En ese proceso cede los derechos que le asisten a cuidar de si mismo, a responsabilizarse de desarrollar sus talentos y a buscar ser feliz. Cuando se está en recuperación se alcanza la sabiduría y conciencia necesarias para actuar conforme a sus criterios mas sólidos y buscar realmente aquello que oriente sus acciones para alcanzar la serenidad y seguridad, dejando a los demás realizar aquello que ellos creen. Al recuperar sus derechos se está empoderando.(Alpha).

¿Has intentado responsabilizarte de tus actos? ¿Cómo lo logras? Comenta acá tu experiencia.

Meditación 9 de Diciembre… Pidamos ayuda

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refiere que durante la recuperación es valido solicitar ayuda para incluir cambios de conductas y así llegar a la recuperación.

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Medita sobre esto:

Está bien pedir ayuda.
Una de las cosas más absurdas que nos hacemos a nosotros mismos es no pedir la ayuda que necesitamos de un amigo, de un miembro de la familia, de nuestro Poder Superior o de la fuente adecuada.
No tenemos por qué batallar solos con sentimientos y problemas. Podemos pedir la ayuda de nuestro Poder Superior y pedirle apoyo y aliento a nuestros amigos.
Ya sea que lo que necesitemos sea información, aliento, una mano, una palabra, un abrazo, alguien que nos escuche o un empujón, podemos pedirlo. Podemos pedirle a la gente lo que necesitemos de ella. Podemos pedirle a Dios lo que necesitemos de El.
Es autodestructivo no pedir la ayuda que necesitamos. Nos mantiene atorados. Si lo pedimos durante el tiempo y con la energía suficiente, si dirigimos nuestra petición a la fuente adecuada, tendremos la ayuda que necesitamos.
Hay una diferencia entre pedirle a alguien que nos respete y pedirle a alguien en forma directa la ayuda que necesitamos de él o de ella. Podemos ir al grano y dejar que los otros elijan si nos ayudan o no. Si la respuesta es no, podemos lidiar con eso.
Es autodestructivo insinuar, lamentarnos, manipular u obligar a la gente a que nos ayude. Es molesto acudir a la gente en plan de víctimas y esperar que ellos nos rescaten. Es sano pedir ayuda cuando lo que necesitamos es ayuda.
«Mi problema es la vergüenza», dijo una mujer. «Quería pedir ayuda para lidiar con esto, pero me daba demasiada vergüenza. ¿No es una locura?.
Nosotros que estamos ávidos de ayudar a los demás podemos aprender a permitirnos a nosotros mismos recibir ayuda. Podemos aprender a hacer tratos limpios acerca de pedir y recibir la ayuda que necesitamos.

«Hoy pediré ayuda si la necesito, de la gente y de mi Poder Superior. No seré una víctima, esperando impotente a que me rescaten. Mi petición de ayuda la haré específica y al grano y le daré espacio a la persona para que elija si me quiere ayudar o no. Ya no seguiré siendo un mártir rehusándome a recibir la ayuda que merezco en la vida, la ayuda que hace la vida más fácil. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de hacerlo todo solo. Ayúdame a usar el vasto universo de recursos que tengo a mi disposición».

Reflexión: Cuando el codependiente transita su recuperación maneja una variedad de sentimientos y emociones que pudieran ser difíciles de asumir en solitario, por ello necesita ayuda para aclararse y reformular los cambios que necesites hacer en su vida. En muchas ocasiones por pena, miedo u otro sentimiento evita solicitarla. Es válido no solo pedir ayuda, sino darse el chance de seleccionar a quién va a pedirla. No tiene nada negativo hacer esto, por el contrario es de mucha ayuda. (Alpha).

¿Solicitas ayuda frecuentemente? ¿Es positivo hacerlo? Comparte aquí.

Meditación 8 de Diciembre… Dejando ir

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que la codependencia tiene recuperación y esta pasa por transitar el camino del desapego. Soltar nos libera y permite mantener el control de nuestras vidas.

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Medita sobre esto:

«¿Cuánto necesitamos soltar?», preguntó un amigo un día. «No estoy segura», respondí, «pero tal vez todo».

Dejar ir es un proceso espiritual, emocional, mental y físico, un proceso metafísico a veces misterioso de liberar a Dios y al Universo a lo que estamos aferrados tan firmemente.
Dejamos de lado a las personas, los resultados, las ideas, los sentimientos, los deseos, las necesidades, los deseos, todo. Dejamos de intentar controlar nuestro progreso en la recuperación. Sí, es importante reconocer y aceptar lo que queremos y lo que queremos que suceda. Pero es igualmente importante seguir adelante dejando ir.
Dejar ir es la parte de acción de la fe. Es un comportamiento que le da permiso a Dios y al Universo para enviarnos lo que estamos destinados a tener.
Dejar ir significa que reconocemos que aguantar tan fuerte no ayuda a resolver el problema, a cambiar a la persona ni a obtener el resultado que deseamos. No nos está ayudando. De hecho, aprendemos que mantenernos a menudo nos impide obtener lo que queremos y necesitamos.

¿Quiénes somos para decir que las cosas no están sucediendo exactamente como deben suceder?
Hay magia en dejar ir. A veces obtenemos lo que queremos poco después de dejarnos ir. A veces lleva más tiempo. A veces el resultado específico que deseamos no sucede. Algo mejor pasa.
Soltarnos nos libera y nos conecta con nuestra Fuente.
Soltarse crea el entorno óptimo para los mejores resultados y soluciones posibles.

«Hoy me relajaré. Voy a dejar ir lo que más me molesta. Confiaré en que al dejar ir, he puesto en marcha las ruedas para que las cosas funcionen de la mejor manera posible».

Reflexión: Está demostrado que la curación de la codependencia llega cuando aprendemos a «soltar» lo que nos nos hace daño. El «dejar ir» nos libera, nos ubica en el camino a recuperar ese control sobre nuestra vida que habíamos cedido a otros. Ese camino laborioso pasa por diversos eventos, y aunque no luzca estar bien, debemos continuar transitando el desapego. Es la mejor vía para liberarnos. (Alpha).

¿Practicas el desapego para soltarte de aquello que te resta paz? ¿Te ha dado resultados visibles el desapegarte? Comparte aquí.