Reflexión del Dia: 18 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca la necesidad de entrar en recuperación para que el codependiente logre alcanzar la serenidad y calma en su vida.

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Reflexiona sobre esto:

La gente dice que los codependientes son controladores. Molestamos; damos sermones; gritamos; damos alaridos; lloramos; suplicamos; sobornamos; ejercemos coerción; protegemos; acusamos; perseguimos; nos escapamos; forzamos una conversación; nos evadimos de una conversación; intentamos imbuir sentimientos de culpa; seducimos; atrapamos; verificamos; demostramos cuánto nos han herido; a nuestra vez herimos a la gente para que vean lo que se siente; amenazamos con hacernos daño a nosotros mismos; desplegamos juegos de poder; ponemos ultimátum; hacemos cosas por los demás; nos rehusamos a hacer cosas por los demás; nos vengamos; hacemos berrinches; ventilamos nuestra furia; actuamos como desamparados; sufrimos en silencio a viva voz; tratamos de complacer; hacemos pequeñas bajezas; hacemos grandes bajezas; nos estrujamos el corazón y amenazamos con morirnos; nos cogemos la cabeza y amenazamos con volvernos locos; nos golpeamos en el pecho y amenazamos con matar; hacemos una lista de quienes nos apoyan; medimos cuidadosamente nuestras palabras; nos acostamos con; nos negarnos a acostarnos con; tenemos hijos con; regateamos; corremos a la terapia; nos salimos corriendo de la terapia; hablamos perversamente acerca de algo; hablamos perversamente acerca de alguien; insultamos; condenamos; rezamos pidiendo milagros; pagamos por que ocurran milagros; acudimos a lugares a los cuales no queremos ir; nos quedamos cerca; supervisamos; dictamos; mandamos; nos quejamos; escribimos cartas acerca de algo; le escribimos cartas a alguien; nos quedamos en casa esperando; salimos y buscamos a; llamamos a todas partes buscando a; manejamos en la noche por callejuelas oscuras esperando ver a; caminamos en la noche por callejuelas oscuras con la esperanza de pescar a; corremos en la noche por callejuelas oscuras huyendo de; traemos a casa a; guardamos en casa a; encerramos; nos retiramos; regañamos; tratamos de impresionar; aconsejamos; damos lecciones a; aclaramos; insistimos; cedemos; aplacamos; provocamos; tratamos de instigar celos; tratamos de instigar miedo; recordamos; inquirimos; seguimos pistas; revisamos bolsillos; espiamos carteras; buscamos en los cajones; escarbamos las guanteras; miramos dentro del depósito del baño; tratamos de ver el futuro; hurgamos en el pasado; llamamos a nuestros familiares; razonamos con ellos; dejamos las cosas en claro de una vez por todas; las aclaramos de nuevo; castigamos; premiamos; casi nos damos por vencidos; luego tratamos con más ahínco aún; y tenemos toda una lista de otras mañosas maniobras que se me han olvidado o que no he probado todavía.

Reflexión: Los codependientes mantienen su entorno en un torbellino de emociones. Se mueven en una amalgama de sentimientos y emociones negativas que impiden que haya paz en su vida y en su entorno. Se manejan e desde el miedo, la culpa y la vergüenza. Así ha transcurrido su existencia. Para sanar deben pasar por una recuperación continua, sólo asi alcanzarán la paz y serenidad. (Alpha).

¿Eres un codependiente? ¿Estás en recuperación actualmente? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 16 de Febrero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera la actitud insana del codependiente al dedicar su vida en intentar manipular la vida de las personas, siendo que nunca va a lograrlo, por el contrario, pierde su vida.

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Reflexiona sobre esto:

Muchos codependientes combinan sus tácticas, empleando una variedad de métodos. ¡Cualquier cosa que funcione! (O, para ser más exactos, esperando resultados de cualquier cosa que no funcione).
No importa cuáles sean las tácticas, las metas siguen siendo las mismas, Conducen a otras personas a hacer lo que tú quieres que hagan. Las llevan a comportarse como tú piensas que deben hacerlo. No las dejan actuar de modos que tú consideras incorrectos para ellas, pero que quizá intentarían, si no fuera por tu “ayuda”. Fuerzan los eventos de la vida para que se desarrollen y se desenreden de la manera y a la hora que tú has designado. No dejan que ocurra lo que ocurre, o lo que podría suceder. Nosotros hemos escrito la obra, y nos encargaremos de que los actores se comporten y de que las escenas se desarrollen exactamente como nosotros hemos decidido que debe ser. No importa que sigamos colándonos de la realidad. Si nos abocamos a la carga con suficiente insistencia, podremos (creemos) detener el flujo de la vida, transformar a la gente y cambiar las cosas a nuestro antojo.

Reflexión: Tristemente el codependiente agota su tiempo desgasta sus fuerzas y no logra cumplir sus deseos enfermizos de «controlar/manipular a las personas y los eventos». Cuando se consume y le es ingobernable su vida, asume la responsabilidad consigo mismo. (Alpha).

¿Estás en estos momentos lidiando con tu adicción a controlar a los demás? ¿Qué estás haciendo al respecto? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 9 de Febrero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica la necesidad de curación del codependiente con base en propiciar vínculos afectivos sanos, creencia firme en el poder superior como guía divina, y en el compromiso de responsabilizarse de sí mismo.

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Reflexiona sobre esto:

Necesitamos rehusarnos a entrar en una relación antagónica al interior de nosotros. Dejar de culpamos y de ser víctimas, y dar los pasos necesarios para apartar a la víctima. Suprime los sentimientos de culpa. La culpa y la vergüenza no sirven a ningún propósito a largo plazo. Sólo son útiles para indicar momentáneamente cuándo podemos haber violado nuestros propios códigos morales. La culpa y la vergüenza no son útiles como un modo de vida. Suprime los “debería de”. Volvámonos conscientes de cuándo nos estamos castigando y torturando y hagamos un esfuerzo concertado para decirnos mensajes positivos a nosotros mismos. Si debíamos de estar haciendo algo, hagámoslo. Si nos estamos autotorturando, dejemos de hacerlo. Se hace cada vez más fácil. Podemos reírnos de nosotros mismos, decirnos que no nos veremos entrampados, darnos un abrazo a nosotros mismos, y luego vivir como elijamos hacerlo. Si tenernos sentimientos de culpa verdaderos, manejémoslos. Dios nos perdonará. Él sabe que hicimos las cosas lo mejor que pudimos, aunque las hayamos hecho de lo peor. No tenernos que castigarnos sintiéndonos culpables para probarle a Dios o a nadie más cuánto nos importa. Necesitamos perdonarnos, hagamos los pasos cuarto y quinto (ver el capítulo de Haz el Programa de Doce Pasos); habla con un sacerdote; habla con Dios; enmiéndate; y luego da el asunto por terminado.

Reflexión: La sanación pasa por dejar de desestimarnos e iniciar un proceso de valoración y aceptación de cada uno de nosotros como personas con derecho a cometer errores, pero también con opción a rectificar, excusarse y seguir adelante con los vínculos afectivos que necesitemos mantener a nuestro lado. No nos sobre exigamos, todo llega en el momento preciso. El poder superior nos guía siempre y a nosotros nos toca creer y tener una profunda confianza que todo va a llegar en su momento. (Alpha).

¿Estás dispuesto a iniciar tu recuperación? ¿Asistes a Grupos CoDA? Comparte aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 7 de Febrero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependienteratifica que nadie puede cambiar a las personas, y el codependiente se maneja en el triangulo del Drama de Karpman.

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Reflexiona sobre esto:

Cerca de un año después de comenzar a recuperarme de mi codependencia me di cuenta de que aún estaba haciendo algo que me causaba dolor. Percibí que este patrón tenía algo que ver con el por qué muchas de las relaciones que establecía se agriaban. Pero no sabia qué era “eso” que estaba yo haciendo, de modo que no pude dejar de hacerlo. ¿Qué es esa cosa que los codependientes hacen una y otra vez? ¿Por qué nos seguimos sintiendo tan mal?”
Pensó un momento en mi pregunta antes de responderme. “Los codependientes son cuidadores de los demás, rescatadores. Rescatan, luego persiguen, y terminan siendo víctimas. Estudia el triángulo del drama de Karpman”, me dijo. El triángulo del drama de Karpman y sus papeles de rescatador, perseguidor y víctima.
Eso era. Ese era mi patrón. Este es nuestro patrón. Esto es lo que hacemos repetidamente con nuestros amigos, familiares, conocidos, clientes o cualquiera que se encuentre a nuestro alrededor. Como codependientes, podernos hacer muchas cosas, pero este patrón es el que seguimos mejor y con mayor frecuencia. Esta es nuestra reacción favorita.
Somos rescatadores, quienes todo lo proporcionan. Somos grandes madrinas o padrinos del mundo entero. No sólo satisfacernos las necesidades de la gente, sino que las anticipamos.
Arreglamos los asuntos de los demás, los enseñamos, nos afligimos por ellos, Les solucionamos, los atendemos. Y lo hacemos todo tan bien. “Tu deseo es un mandato para mí”, es nuestro lema. “Tu problema es mi problema.” Somos cuidadores.
Rescatamos a la gente de sus responsabilidades. Nos hacemos cargo, cuidamos de sus responsabilidades en vez de dejar que ellos lo hagan. Luego nos enojamos con ellos por lo que hemos hecho. Nos sentimos usados y nos da lástima de nosotros mismos. Ese es el patrón, el triángulo.

Reflexión: El codependiente se moviliza como rescatador en el Triangulo del Drama de Karpman. Este escenario insano es una constante en la existencia del codependiente. Esa actitud autodestructiva de victimizarse hace que sufra seriamente un largo tiempo, desgastándose física y emocionalmente. (Alpha).

¿Te mueves en el Triangulo de Karpman? ¿Cómo te sientes actuando como víctima/rescatador? Comenta acá tus vivencias.

Reflexión del Dia: 3 de Febrero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependientereitera que solo con la aceptación de nuestras limitaciones humanas para cambiar a los demás podremos asumir la recuperación de la codependencia.

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Reflexiona sobre esto:

El desapego también implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios, en otras personas, en el orden natural y en el destino de las cosas en este mundo. Nos liberamos de nuestros pesares y preocupaciones y nos damos a nosotros mismos la libertad para disfrutar de la vida a pesar de nuestros problemas no resueltos. Confiamos en que todo está bien a pesar de los conflictos. Confiamos en que Alguien más grande que nosotros sabe, ha ordenado y se preocupa de lo que está sucediendo.
Entendemos que este Alguien puede hacer mucho más por resolver el problema que nosotros. De modo que tratamos de no estorbar su camino y dejar que Él lo haga. A su tiempo, sabremos que todo está bien porque vemos cómo las cosas más extrañas (y a veces, las más dolorosas) se solucionan de la mejor manera y en beneficio de todos.

Reflexión: La solución es desapegarse. Esto significa entender con claridad meridiana que no podemos cambiar a los demás, ni cambiar la realidad que nos rodea, y aceptar que estamos limitados a lograr cambios en nosotros mismos. (Alpha).

¿Estás trabajando en el desapego?¿Asistes a Grupos de 12 Pasos de CoDA? Comenta acá..

Reflexión del Dia: 2 de Febrero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera la necesidad del codependiente de rescatar y cuidar a los demás, aun sin necesitar su ayuda.

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Reflexiona sobre esto:

Rescatamos cada vez que cuidamos de los demás. Al cuidar o rescatar podemos sentir uno o más de los siguientes sentimientos: incomodidad y malestar por el dilema de la otra persona; la urgencia de hacer algo; lástima; sentimiento de culpa; santidad; ansiedad; una extrema responsabilidad por esa persona o problema; miedo; la sensación de estar siendo forzado u obligado a hacer algo; una indisposición ligera o severa a hacer algo; mayor competencia que la persona a la que estarnos “ayudando”; u ocasionalmente resentimiento por haber sido colocados en esta posición. También pensamos que la persona a quien estamos cuidando está desvalida y es incapaz de hacer lo que nosotros hacemos por ella. Sentimos que temporalmente nos necesita.
No me refiero a actos de amor, de amabilidad, de compasión y de verdadera ayuda, a situaciones en las cuales legítimamente se desea y se necesita de nuestra ayuda y nosotros queremos darla. Estos actos son la sal de la vida. Rescatar o cuidar no lo son.
Cuidar de los demás parece un acto mucho más amistoso de lo que es. Requiere incompetencia por parte de la persona a quien estamos cuidando. Rescatamos “víctimas”, personas que creemos no son capaces de ser responsables de si mismas. Las víctimas en realidad son capaces de cuidar de sí mismas, aunque nosotros y ellas no lo admitimos. Generalmente nuestras víctimas están ahí esperando a un lado del triángulo a que nosotros hagamos el primer movimiento y brinquemos dentro del triángulo con ellas.

Reflexión: ¿Por que mantenerse atado a la «necesidad enfermiza» de rescatar-cuidar a los demás? Para el codependiente es parte de sus hábitos de vida. Quizá no conoce que hay una manera sana de relacionarse con los otros. No tiene porque hacerlo, pero el se siente útil y necesario. Esa creencia errada solo está en su mente y de manera compulsiva lo hace día a día. Desatarse o desapegarse es una solución difícil de asumir ¿Cuándo lo hará? En aquel momento que no pueda mas gobernar su vida, que este menoscabado física y emocionalmente. El solo puede asumir voluntariamente su recuperación. Nadie puede hacer ese trabajo, puede ayudarlo, mas no hacerlo. (Alpha).

¿Mantienes vínculos de rescate con las personas? ¿Cómo te sientes al respecto? Comparte aquí tu experiencia.

Reflexión del Dia: 27 de Enero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que el codependiente utiliza los métodos inimaginables para mantener el control sobre las personas, los sucesos a su alrededor.

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Reflexiona sobre esto:

Muchos codependientes combinan sus tácticas, empleando una variedad de métodos. ¡Cualquier cosa que funcione! (O, para ser más exactos, esperando resultados de cualquier cosa que no funcione).

No importa cuáles sean las tácticas, las metas siguen siendo las mismas, Conducen a otras personas a hacer lo que tú quieres que hagan. Las llevan a comportarse como tú piensas que deben hacerlo. No las dejan actuar de modos que tú consideras incorrectos para ellas, pero que quizá intentarían, si no fuera por tu “ayuda”. Fuerzan los eventos de la vida para que se desarrollen y se desenreden de la manera y a la hora que tú has designado.
No dejan que ocurra lo que ocurre, o lo que podría suceder. Nosotros hemos escrito la obra, y nos encargaremos de que los actores se comporten y de que las escenas se desarrollen exactamente como nosotros hemos decidido que debe ser. No importa que sigamos colándonos de la realidad. Si nos abocamos a la carga con suficiente insistencia, podremos (creemos) detener el flujo de la vida, transformar a la gente y cambiar las cosas a nuestro antojo.
Nos estamos haciendo tontos.

Reflexión: Para el codependiente mantener el control le genera una satisfacción personal. No importa cuantas técnicas de manipulación tenga que utilizar, solo desea controlar a los demás y a los eventos. Esta conducta autodestructiva va mermando su capacidad para vivir en paz. Al llegar a sentirse que no gobierna su vida, busca ayuda y empieza a caminar por un sendero espiritual que lo lleva a mostrar interés por él mismo y por los demás. La terapia va sacándole gradualmente de ese «atolladero» donde él mismo se metió por años. (Alpha).

¿Estás controlando los sucesos y las personas que te rodean? ¿Cuál es tu percepción sobre esta situación? ¿Iniciaste terapia en CoDA? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 26 de Enero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que el codependiente es un controlador compulsivo que se vuelve un tirano con tal de manipular la vida de los demás.

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Reflexiona sobre esto:

No somos las personas que “hacemos que sucedan las cosas.” Los codependientes son aquellas personas que consistentemente, y con gran cantidad de esfuerzo y energía, tratan de forzar que sucedan las cosas.
Controlamos en nombre del amor.
Lo hacemos porque “sólo estamos tratando de ayudar”.
Lo hacemos porque nosotros sí sabemos cómo deben hacerse las cosas y cómo deben comportarse las personas.
Lo hacemos porque nosotros estamos bien y ellos están mal.
Controlamos porque nos da miedo no hacerlo.
Lo hacemos porque no sabemos qué otra cosa hacer.
Lo hacemos para dejar de sufrir.
Controlamos porque pensamos que tenemos que hacerlo.
Controlamos porque no pensamos.
Controlamos porque solamente podemos pensar en controlar.

En última instancia quizá controlemos porque esa es la manera en que siempre hemos hecho las cosas.
Tiránicos y dominantes, algunos gobiernan con mano de hierro desde un trono que ellos mismos se han atribuido. Son poderosos. Ellos siempre saben más. Y, por Dios, que las cosas se harán a su modo. Ellos se encargaran de que así sea.

Reflexión: Los codependientes como manipuladores-controladores se desgastan tratando de forzar que sucedan aquellas situaciones que les hacen conservar su «supuesto poder de cambiar las cosas». Esa obsesión por controlar la vida de los demás los vuelve tiránicos. Piensan y sienten que manejan las situaciones y que solo ellos pueden cambiar los eventos que mejoren la vida de los otros. En esa tarea insana se desmejoran física y emocionalmente hasta enfermarse. (Alpha).

¿Actúas como un controlador compulsivo? ¿Cómo es la reacción de quienes te rodean? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 23 de Enero

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente»reitera que los codependientes nos creamos una falsa creencia de dominio sobre la voluntad de los demás, y eso es ilusorio y debemos modificarla.

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Reflexiona sobre esto:

Cuando intentamos controlar a la gente y a las cosas que no tenemos por qué controlar, somos controlados por ellos. Abdicamos a nuestro poder para pensar, sentir y actuar de acuerdo con lo que más nos conviene. A menudo perdemos el control sobre nosotros mismos. Con frecuencia, somos controlados no sólo por la gente, también por enfermedades tales como el alcoholismo, o las tendencias compulsivas en el comer y en los juegos de apuesta. El alcoholismo y otros trastornos destructivos son fuerzas poderosas. Nunca se debe olvidar que los alcohólicos y otras personas con problemas son expertos controladores. Encontramos la horma de nuestro zapato cuando tratamos de controlarlos a ellos o a su enfermedad. Perdemos la batalla. Perdemos la guerra. Nos perdemos a nosotros mismos, a nuestras vidas Como dice una frase de Al-Anón: Tú no lo provocaste; no lo puedes controlar; y no lo puedes curar. ¡Así que deja de tratar de hacerlo! Nos frustramos al máximo cuando tratarnos de hacer lo imposible. Y generalmente impedirnos que suceda lo posible Creo que asirse fuertemente a una persona o cosa, o forzar mi voluntad sobre cualquier situación elimina la posibilidad de que mi poder superior haga algo constructivo acerca de la situación, la persona o yo. Mi afán de controlar bloquea el poder de Dios. Bloquea la capacidad de otras personas para crecer y madurar. Impide que los sucesos ocurran de una manera natural. Me impide a mí disfrutar de la gente o de los eventos.
El control es una ilusión. No funciona. No podemos controlar el alcoholismo. No podemos controlar las conductas compulsivas de nadie: comer en exceso, una conducta sexual exagerada, la apuesta compulsiva, ni ninguna otra de sus conductas. No podemos (y no es asunto nuestro hacerlo) controlar las emociones, la mente o las elecciones de nadie. No podemos controlar el resultado de los eventos. No podemos controlar a la vida. Algunos de nosotros apenas podemos controlamos a nosotros mismos.

Reflexión: Debemos admitir conscientemente que asumir patrones de control sobre los otros no conduce sino a frustración. Llegó el momento de asumir, con total convicción, que no podemos controlar a nadie, sólo podemos cambiarnos a nosotros mismos y despegarnos de la persona por quien sentimos ese apego emocional enfermizo. Al hacer consciente esta realidad, nos disponemos a establecer los cambios necesarios para «alcanzar paz y serenidad» en nuestras agitadas e incontrolables vidas» (Alpha).

¿Has logrado soltar tus patrones de control sobre los demás? ¿Cómo lo has logrado? Comparte tus vivencias aquí.

Reflexión del Dia: 22 de Enero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea la actitud reaccionaria habitual del codependiente. Esto expresa: la ingobernabilidad de su vida y su baja autoestima.

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Reflexiona sobre esto:

¡No tenemos que reaccionar! Tenemos opciones. Esta es la alegría de la recuperación de la codependencia. Y cada vez que ejercitamos nuestro derecho para elegir cómo queremos actuar, pensar, sentir y comportarnos, nos sentimos mejores y más fuertes.
No necesitamos eliminar todas nuestras reacciones hacia la gente y hacia los problemas. Las reacciones pueden ser útiles. Pueden ayudarnos a identificar lo que nos gusta y lo que nos hace sentirnos bien. Nos ayudan a identificar los problemas dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Pero la mayoría de nosotros reaccionamos demasiado. Y gran parte de las cosas a las que reaccionamos son tonterías. No son tan importantes, y no ameritan el tiempo ni la atención que les damos. Algunas de nuestras reacciones son respuestas a las reacciones que los demás tienen frente a nosotros. (Estoy furiosa porque él se puso furioso; él se puso furioso porque yo estaba enojada; yo estaba enojada porque pensé que él estaba enojado conmigo; pero no estaba enojado sino herido porque…).

Reflexión: Al codependiente se le caracteriza como una persona «reaccionaria» ante cualquier evento. Esta conducta en si misma evidencia una baja autoestima y un grado alto de dependencia afectiva a los demás. Con esa conducta a la defensiva pretende ocultar que su vida es ingobernable, y no tiene control alguno sobre sus acciones, vale decir es un comportamiento habitual y autodestructivo. No siempre las reacciones son inútiles, en ocasiones pueden servir de «termómetro» de nuestro estado emocional. (Alpha).

¿Reaccionas frecuentemente a cualquier evento? ¿Estás en recuperación? Comenta acá.