Reflexión del Dia: 14 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera la importancia de sanar de la codependencia. Existe un Programa exitoso como es la Terapia en Doce pasos de CoDA. Busca adscribirte a algún Grupo de ayuda cercano a tu localidad.

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Reflexiona sobre esto:

Hemos sido usados otra vez. No nos han apreciado otra vez. Hemos luchado tanto por ayudar a la gente, de ser buenos con ella. Nos lamentamos, “¿Por qué? “ “¿Por qué me pasa esto SIEMPRE a mí?” Otra persona nos ha pisoteado, nos ha golpeado. Y pensamos: “¿Siempre seremos víctimas?” Probablemente, si no dejarnos de rescatar y de cuidar a los demás como si fuéramos su nana.
Muchos codependientes, en alguna época de su vida, fueron verdaderas víctimas, del abuso, de la negligencia, del abandono, del alcoholismo de otro, o de cualquier otra situación que puede hacer víctima a la gente. Estuvimos, en algún momento, realmente desvalidos e incapacitados para protegernos o solucionar nuestros problemas. Algo nos sobrevino, algo que no pedimos, y que nos hirió terriblemente. Eso es triste, verdaderamente triste. Pero un hecho todavía más triste es que muchos de los codependientes empezamos a vernos a nosotros mismos como víctimas. Nuestra dolorosa historia se repite. Como sus nanas, permitimos que la gente nos victimice, y participamos en nuestra victimización al seguir perpetuamente rescatando a la gente.
Rescatar o cuidar no son un acto de amor. El triángulo del drama es un triángulo de odio. Alimenta y mantiene el odio hacia uno mismo, y es un obstáculo para la expresión de nuestros sentimientos hacia los demás. El triángulo y los papeles cambiantes de rescatador, perseguidor y víctima son el proceso visible que atravesamos. Cambia el papel que desempeñamos y nos sobrevienen los cambios emocionales tan cierta y tan intensamente como si estuviéramos leyendo un libreto. Podemos completar el proceso en segundos, experimentando tan sólo emociones ligeras al cambiar de papel. O bien podemos llevarnos años en completar el triángulo y engendrando así una explosión mayor. Podemos, y muchos lo hacemos, rescatar veinte veces en un día.

Mi Reflexión: Hasta cuando rescatamos y cuidamos de los demás. Ese comportamiento es habitual, pero desgastante y autodestructivo. Llegó el momento de repensar la importancia de sanar de este padecimiento. Para ello, es necesario hacer consciente que se debe cambiar, Esto llega cuando ya nuestra vida se hace ingobernable y estamos impotentes. Solo no se puede lograr, para existen Grupos de Ayuda que manejan el Programa Doce Pasos de CoDA. (Alpha).

¿Estás consciente que debes cambiar tu vida? ¿Deseas aprender a cuidar de ti mismo? Comparte tu opinión acá.

Reflexión del Dia: 13 de Agosto


Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» expone que las conductas reaccionarias del codependiente se deben a su apego afectivo por quienes le rodean. Esta conducta es señal inequívoca de baja autoestima. Debe enfocarse en asistir a terapia para incluir cambios, desafíos y retos.

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Reflexiona sobre esto:

Nuestras reacciones pueden ser el eslabón de una cadena de reacciones tal que a menudo los involucrados están irritados y nadie sabe por qué. Simplemente están irritados. Luego, todos están fuera de control y a la vez son controlados. A veces la gente se comporta de cierta manera para provocar que nosotros reaccionemos de otra. Si dejamos de reaccionar de esta cierta manera, la privamos de lo divertido que esto le resulta. Quedamos fuera de su control y le quitamos el poder que tiene sobre nosotros.
A veces nuestras reacciones provocan que los demás reaccionen de cierto modo. (Pero no necesitamos seguir haciéndolo, ¿o sí?) A veces el reaccionar estrecha nuestra visión en tal forma que nos quedamos varados reaccionando a los síntomas o a los problemas. Podemos estar tan ocupados reaccionando que no tenemos tiempo ni energía para identificar el problema real, y mucho menos para descubrir cómo solucionarlo. Podemos pasar años reaccionando ante cada incidente provocado por la bebida y la crisis resultante, ¡fallando completamente en reconocer que el verdadero problema es el alcoholismo! Aprende a dejar de reaccionar de maneras que no son necesarias y que no funcionan. Elimina las reacciones que te lastiman.

Mi Reflexión: El codependiente maneja las reacciones defensivas ante cualquier evento habitual. Sus respuestas airadas se convierten en una cadena de reacciones de enojo e ira en las personas que le rodean. Esa crispación se impone perdiéndose toda coherencia y serenidad. Se puede revertir este escenario y hacer cambios significativos. La respuesta está en la Terapia Doce Pasos de CoDA. (Alpha).

¿Asistes a reuniones de CoDA? ¿Cómo te sientes al respecto? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 2 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente afirma que la codependencia desvirtúa la esencia de la persona que la padece. Se acostumbra tanto a darse a los demás, es desmedro de sí mismo, que asume que ese es su misión de vida.

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Reflexiona sobre esto:

Reaccionar casi nunca funciona. Reaccionamos demasiado aprisa, con demasiada intensidad y urgencia. Rara vez podemos hacer lo más adecuado cuando nos encontramos en ese estado mental, Resulta irónico que no se nos requiera para hacer las cosas en este estado mental. Poco hay en nuestras vidas que no podamos hacer mejor si permanecemos apacibles. Pocas situaciones —no importa qué tanto parezcan demandarlo— pueden mejorarse si perdemos los estribos.
Entonces, ¿por qué lo hacemos?
Reaccionamos porque estamos ansiosos y temerosos de lo que está sucediendo, de lo que podría suceder y de lo que ha sucedido.
Muchos reaccionamos como si todo fuera una crisis porque hemos vivido tantas crisis durante tanto
tiempo que la reacción a la crisis se ha convertido en un hábito.
Reaccionamos porque pensamos que no deberían estar sucediendo las cosas como suceden.
Reaccionamos porque no nos sentimos bien con nosotros mismos.
Reaccionamos porque la mayoría de la gente reacciona.
Reaccionamos porque pensamos que tenemos que reaccionar.
No tenemos que hacerlo.
No debemos tener tanto miedo de la gente. Son gente como nosotros.
No tenemos que abdicar a nuestra paz. No sirve de nada. Disponemos de los mismos recursos y hechos cuando estamos en paz que de los que disponemos cuando estamos en un estado frenético y caótico.
De hecho disponemos de más recursos porque nuestras mentes y emociones están libres de actuar a su mayor potencial.
No debemos abdicar a nuestro poder para pensar y sentir por cuenta de los demás. Tampoco eso se requiere de nosotros.

Mi Reflexión: El mayor dilema del codependiente es la facilidad de «engancharse» en la vida de los demás. Es una disposición permanente para resolver las situaciones ajenas sin comprometerse consigo mismo. Es posible controlar esa compulsión? Si, solo que se requiere voluntad y fortaleza para mantenerse en el sendero espiritual que marca la recuperación. (Alpha).

¿Estás actualmente en recuperación? ¿Has visto y sentido cambios significativos? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 18 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica que el codependiente es un cuidador compulsivo. Se entrega tanto a los demás que se olvida cuidarse el mismo.

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Reflexiona sobre esto:

Algunas veces la conducta codependiente se enreda de un modo inexplicable con la de ser buena esposa, madre, hermano, marido o cristiano.
Marilys de cuarenta y tantos años, es una mujer atractiva, cuando se preocupa por sí misma. Sin embargo, la mayor parte del tiempo lo pasa atendiendo a sus cinco hijos y a su esposo, un alcohólico en recuperación. Dedicó su vida a hacerlos felices, pero no tuvo éxito.
Generalmente siente ira, estima que sus esfuerzos no son apreciados y su familia se enoja con ellas. Tiene relaciones íntimas con su esposo cada vez que él lo desea, sin importar cómo se sienta ella. Gasta una parte muy importante del presupuesto familiar comprando juguetes y ropa para los niños: les compra todo lo que quieren. Hace de su chofer, les lee, les cocina, les limpia, los acaricia, mima con exceso a quienes se encuentran a su alrededor pero nadie le da a ella. La mayoría de las veces ni siquiera le dicen “gracias”.
Marilys resiente este constante dar de sí misma a su gente querida. Resiente la manera en que su familia y las necesidades de esta controlan su vida. Eligió la crianza como su profesión, y frecuentemente lo reciente. “Pero me siento culpable cuando no hago lo que me piden. Me siento culpable cuando no vivo de acuerdo con mis estándares de lo que es ser madre y esposa. Me siento culpable cuando no vivo de acuerdo a los estándares que los otros tienen de mí. Sencillamente me siento culpable”, dice. “De hecho”, añade, “fijo mis actividades cotidianas, mis prioridades, de acuerdo con mis sentimientos de culpa.”
¿Qué el cuidar de otras personas, resentirlo y esperar nada a cambio significa que Marilys es una buena esposa y madre? ¿O podría significar que Marilys es codependiente?

Mi Reflexión: Cuando aceptamos convertirnos en cuidador-rescatador de otra persona estamos lapidandonos de por vida. Esta conducta al paso del tiempo nos pone en una situación difícil que solo nos conducirá a la autodestrucción de nuestros derechos y mermará nuestra salud física, emocional y mental. Hagamos lo máximo para despegarnos. (Alpha).

¿Eres una persona cuidadora de otros? ¿Estás apegada a esas conductas? Comparte tu experiencia en este rol.

Reflexión del Dīa: 14 de Julio


Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma que el codependiente desarrolla una obsesión por intervenir y controlar la vida de los demás.

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Reflexiona sobre esto:

Por fuerza del hábito, algunos de nosotros hemos desarrollado una actitud de apego, de preocuparnos, reaccionar y obsesivamente tratar de controlar. Quizá hemos vivido con personas y a través de eventos que estaban fuera de control. Tal vez obsesionándonos y controlando pudimos guardar un equilibrio o lograr que temporalmente las cosas no empeoraran. Y luego simplemente seguimos haciendo lo mismo. Quizá teníamos miedo de soltarnos, porque cuando nos soltamos en el pasado sucedieron cosas terribles y dolorosas. Tal vez hemos estado apegados a la gente –viviendo sus vidas por y a través de ella– durante tanto tiempo que ya no nos queda una vida propia por vivir. Es más seguro seguir apegados. Por lo menos sabríamos que estamos vivos si reaccionáramos. Al menos tendríamos algo qué hacer si estuviéramos obsesionándonos o controlando. Por varias razones los codependientes tienden a apegarse a los problemas y a la gente. No importa no solucionar nada al preocuparse. No importa que esos problemas rara vez tengan solución. No importa que estén tan obsesionados que ni siquiera puedan leer un libro, ver la televisión o salir a dar un paseo. No importa que sus emociones estén en constante torbellino por lo que la otra persona dijo o no dijo, de lo que hizo o no hizo, o de lo que hará después. ¡No importa que las cosas que estemos haciendo no ayuden a nadie!

Reflexión: Las personas codependientes suelen sentirse usadas y no apreciadas por todo lo que hacen por los demás. El codependiente utilizará gran cantidad de energía para hacerse cargo de la vida de los otros, todo bajo el disfraz del altruismo y del querer ayudar de manera sincera. Cuando la ayuda o el consejo es ignorado o no apreciado, el codependiente se siente enfadado y maltratado. (Psic. Juan Armando Corbin).

¿Sientes obsesión por las personas que te rodean? ¿Estás en terapia en la actualidad? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 10 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea la importancia de salirnos de los roles negativos dentro del triángulo del Drama de Karpman, y asumir un actitud proactiva y constructiva.

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Reflexiona sobre esto:

He aquí otra ilustración de un rescate. Un verano, una amiga me pidió que la llevara a una huerta de manzanos. Originalmente, yo quería ir, y fijamos una fecha. Pero cuando llegó esa fecha, yo estaba muy ocupada. La llamé, y en vez de decirle que no quería ir, le pedí que lo pospusiéramos. Me sentía culpable y responsable de sus sentimientos —otro rescate en camino—. No pude desilusionarla porque pensé que ella no podía ser responsable de sus sentimientos o que no podía manejarlos. No pude decirle a verdad, porque pensé que se enojaria conmigo —más responsabilidad emocional— como si el enojo de alguien me importara. Llegó el siguiente fin de semana y tuve que añadir el viaje a mi ya muy apretada agenda. Pero no quería ir. Ni siquiera necesitaba las manzanas; tenía dos cajones de mi refrigerador llenos de manzanas. Antes de estacionar mi coche frente a su casa, cambié mi papel por el de perseguidor. Me sentía tensa y resentida mientras íbamos a la huerta. Cuando llegamos y miramos las manzanas y las probamos, parecía que ninguna de las dos lo estábamos disfrutando. Después de unos cuantos minutos mi amiga me dijo: “En realidad no quiero las manzanas. Compré unas la semana pasada. Sólo vine porque pensé que tú querías venir, y no quería herir tus sentimientos”.
Este ejemplo es tan sólo el de uno de los millares de rescates a los que he dedicado mi vida. Cuando empecé a entender este proceso, me di cuenta de que pasaba la mayor parte de mis horas de vigilia yendo de un lado a otro de este triángulo asumiendo las responsabilidades de todo y de todos además de las mías. A veces me las arreglaba para hacer grandes rescates; a veces para hacer pequeños rescates. Mis amistades se iniciaban se mantenían y finalmente se rompían de acuerdo con la progresión de los rescates. El rescate infiltraba mis relaciones con mis familiares y mis clientes. La mayor parte del tiempo me mantenía agitada. Dos codependientes en una relación realmente pueden causarse un mutuo estrago. Imaginen a dos complacientes en una relación. Imaginen luego a dos complacientes en una relación cuando ambos quieren terminar con ella, Harán, como dice Earnie Larsen, cosas horribles. Casi se destruirán uno al otro y a sí mismos antes de que uno de ellos termine con el rescate y diga: “Quiero terminar con esta relación”.

Reflexión: La mayor parte de los conflictos en nuestras relaciones personales y profesionales surgen porque hemos adoptado un rol de perseguidor, salvador o víctima. Ninguna de las actitudes anteriores es recomendable, ya que nos vacía de fuerza y nos llena de emociones poco gratificantes. Nuestro desafío es salirnos de dicho triángulo poco recomendable a través de dos claves: reconocer nuestra actitud y asumir nuestra responsabilidad para transformarla en otra más favorable, retador, facilitador o creador. Solo así podremos cultivar relaciones saludables. (Psic. Pilar Jericó).

¿Identificas cuál rol juegas en el triangulo de Karpman? ¿Cómo lidias con eso? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 3 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que la dependencia emocional se extiende más allá de las relaciones de pareja. También se suele evidenciar con otras vinculaciones sociales: con amistades, compañeros, familia y personas del entorno. En general, es una situación que puede extenderse a casi cualquier ámbito.

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Reflexiona sobre esto:

Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema. ¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablar, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Está preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiandolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.
Muchas de las personas con quienes he trabajado en terapia familiar han estado así de obsesionadas por la gente importante para ellas. Cuando les preguntaba qué sentían, me decían lo que la otra persona estaba sintiendo. Cuando les preguntaba qué habían hecho, me decían lo que la otra persona había hecho.
Su concentración total estaba en alguien o en algo que no eran ellas mismas. Algunas de ellas habían pasado años de su vida haciendo esto: preocupándose por, reaccionando a y tratando de controlar a otros seres humanos. Eran cascarones, a veces casi invisibles, de persona. Su energía estaba agotada, dirigida hacia alguien más. No me podían decir lo que sentían y pensaban porque no lo sabían. Su concentración no estaba en ellas mismas.

Reflexión: El apego insano y obsesivo es el mayor detonante de malestares, de boicoteos y pérdidas de autoestima. Por tanto, debemos tenerlo claro: es necesario eliminar la dependencia emocional. hay que dar un paso efectivo para ser autónomos y emocionalmente solventes en materia afectiva. (Sara Clemente). Informate mas leyendo aquï

¿Estás sintiendo los estragos del apego afectivo? ¿Estás asistiendo a Terapia de Doce Pasos de CoDA? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 23 de Junio


Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que en la conducta del codependiente se impone la reacción permanente ante cualquier evento.

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Reflexiona sobre esto:

Tampoco tenemos que tomarnos de una manera personal las pequeñeces. Si alguien ha tenido un mal día o está enojado, no asumas por ello que tiene algo que ver contigo. Puede tener algo que ver contigo o no. Si así es, lo descubrirás. Generalmente las cosas tienen mucho menos que ver con nosotros de lo que pensarnos.
Una interrupción, el mal humor de otro, una lengua aguda, un mal día pensamientos negativos, problemas o el alcoholismo activo no tienen por qué manejar o arruinar nuestro día, ni siquiera una hora de nuestro día. Si la gente no quiere estar con nosotros o actuar de una manera saludable, esto no es reflejo de nuestra autoestima. Refleja, en cambio sus propias circunstancias actuales. Al practicar el desapego podemos disminuir nuestras reacciones destructivas hacia el mundo que nos rodea. Separate de las cosas. Déjalas estar, y deja que la gente sea como es. ¿Quién eres tú para decir que la interrupción, el estado de ánimo, las palabras, el mal día, el pensamiento o el problema no son una parte importante y necesaria de la vida? ¿Quién eres tú para decir si este problema no será en último término benéfico para ti o para alguien más?
No tenemos que reaccionar. Tenemos opciones. Esta es la alegría de la recuperación de la codependencia. Y cada vez que ejercitamos nuestro derecho para elegir cómo queremos actuar, pensar, sentir y comportarnos, nos sentimos mejores y más fuertes.

Mi Reflexión: Para el codependiente la conducta habitual es «reaccionar» ante cualquier situación por muy futil que esta sea. No es fácil controlarse cuando se inicia la reacción, Luego todo se sale de control y se desencadenan reacciones en cadena, todas desproporcionadas y autodestructivas. Es momento de buscar detener estas reacciones que nos acaban y descontrolan. (Alpha).

¿Eres un codependiente reaccionario? ¿Has podido controlar ese sentimiento negativo? ¿Has sentido la necesidad de buscar ayuda profesional? Comparte aquí tus vivencias al respecto.

Reflexión del Dia: 17 de Junio


Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma que el papel de víctima es uno de los preferidos por el codependiente, aunque pueda interactuar en el triángulo de Karpman o del Drama jugando los otros roles.

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Reflexiona sobre esto:

Muchos codependientes, en alguna época de su vida, fueron verdaderas víctimas, del abuso, de la negligencia, del abandono, del alcoholismo de otro, o de cualquier otra situación que puede hacer víctima a la gente. Estuvimos, en algún momento, realmente desvalidos e incapacitados para protegernos o solucionar nuestros problemas. Algo nos sobrevino, algo que no pedimos, y que nos hirió terriblemente. Eso es triste, verdaderamente triste. Pero un hecho todavía más triste es que muchos de los codependientes empezamos a vernos a nosotros mismos como víctimas. Nuestra dolorosa historia se repite. Como sus nanas, permitimos que la gente nos victimice, y participamos en nuestra victimización al seguir perpetuamente rescatando a la gente.
Rescatar o cuidar no son un acto de amor. El triángulo del drama es un triángulo de odio. Alimenta y mantiene el odio hacia uno mismo, y es un obstáculo para la expresión de nuestros sentimientos hacia los demás.
El triángulo y los papeles cambiantes de rescatador, perseguidor y víctima son el proceso visible que atravesamos. Cambia el papel que desempeñamos y nos sobrevienen los cambios emocionales tan cierta y tan intensamente como si estuviéramos leyendo un libreto. Podemos completar el proceso en segundos, experimentando tan sólo emociones ligeras al cambiar de papel. O bien podemos llevarnos años en completar el triángulo y engendrando así una explosión mayor. Podemos, y muchos lo hacemos, rescatar veinte veces en un día.

Mi Reflexión: El codependiente se mueve en un triángulo insano jugando roles variados. Salir de ese círculo le permitirá sanar sus heridas y asumir una responsabilidad consigo mismo. (Alpha).

¿Te sientes jugando varios roles en el triángulo insano de Karpman? ¿Has intentado romper este círculo vicioso? Comparte aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 8 de Junio


Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que el dependiente emocional antepone el bienestar de los demás al suyo. Esto se relaciona también con la sumisión que adoptan los dependientes a los demás

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Reflexiona sobre esto:

La dependencia excesiva de otra persona puede matar el amor. Las relaciones que se basan en inseguridad emocional y en una necesidad, en vez de sustentarse en el amor, pueden volverse autodestructivas. No funcionan. Una necesidad demasiado grande aleja a la gente y extingue el amor. Asusta a la gente y hace que se vaya. Atrae a la gente equivocada. Y no satisface nuestras verdaderas necesidades.
Nuestras necesidades reales se hacen cada vez mayores, al igual que nuestra desesperación. Fijamos nuestra vida en torno a esta persona, tratando de proteger así nuestra fuente de seguridad y de felicidad. Abdicamos a vivir nuestra propia vida al hacer esto. Y sentimos ira contra esa persona. Somos controlados por ella.
Dependemos de esa persona. Finalmente nos enojamos y nos resentimos con la persona de quien dependemos y quien nos controla, porque le hemos dado nuestro poder personal y nuestros derechos.

Mi Reflexión: Los dependientes emocionales poseen una baja tolerancia a la soledad, tienen miedo a estar solos, no son capaces de disfrutar de un tiempo consigo mismos. Siempre buscarán contacto, estar con esa persona o personas. La soledad les incomoda de manera ilógica, porque la relacionan con el valor que tiene para los demás, con no ser importante.(Alpha).

¿Sientes que eres un dependiente emocional? ¿Has buscado ayuda profesional? ¿Estás en terapia Doce Pasos de CoDA? Comparte aquí.