Reflexión del Dia: 15 de Septiembre


Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» enfatiza en la necesidad de dejar de actuar como cuidadores que viven rescatando a las personas aun cuando estas puedan responsabilizarse de ellas mismas.

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Reflexiona sobre esto:

El codependiente que asume el rol de rescatador a menudo lo hace con buenas intenciones, creyendo que está ayudando o incluso salvando a la otra persona. Sin embargo, este comportamiento suele ser más perjudicial que beneficioso, tanto para el rescatador como para la persona que se pretende ayudar. Al asumir la responsabilidad de los problemas de los demás, el rescatador se sume en una espiral de control y ansiedad, perdiendo de vista sus propias necesidades y límites.
Beattie nos recuerda que el papel de rescatador es una forma de evasión. Al enfocar toda la atención y energía en arreglar a otra persona, el codependiente evade enfrentar sus propios problemas y carencias emocionales. Este rol también desempodera a la otra persona, reforzando la noción de que no pueden cuidar de sí mismos y perpetuando su dependencia.
Para romper este ciclo como codependiente, debes reconocer que no puedes controlar o cambiar a otra persona, y este es un paso crucial hacia la recuperación. Al centrarte en su propia salud emocional, puedes empezar a liberarte del rol de rescatador y a establecer relaciones más equilibradas y saludables.

La adopción del rol de rescatador es un callejón sin salida que perpetúa la codependencia y el drama relacional. Solo al deshacernos de esta necesidad de «salvar a los demás» podemos empezar a salvarnos a nosotros mismos.

Te invito a reflexionar y responder estas preguntas: ¿Te has identificado como un rescatador en tus relaciones habituales? ¿Cómo abordas esta situación? Comparte tus vivencia acá.

Meditación 13 de Septiembre … Tiempo de reprogramar

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós enumera las bondades de la recuperación del Codependiente. Enfatiza que este sendero curativo debe ser transitado y tener la convicción que será beneficioso para lograr la confianza, serenidad y alegría que aminore el sufrimiento y dolor que signa la vida del codependiente. La autora cree firmemente que la recuperación es viable, si se asume con seriedad y compromiso.

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Medita sobre esto:

La recuperación no es puro trabajo agotador no recompensado. Hay tiempos de alegría y de descanso, tiempos en que cómodamente practicamos lo que hemos aprendido. Hay épocas de cambio, épocas en las que batallamos por aprender algo nuevo o por superar un problema en particular.
Éstas son las épocas en las que lo que hemos estado practicando en la recuperación empieza a mostrarse en nuestra vida. Estas épocas de cambio son intensas, pero tienen un propósito.
También hay épocas en las que, a un nivel profundo, estamos siendo «reprogramados». Empezamos a dejar ir creencias y conductas. podemos sentirnos asustados o confundidos durante estas épocas. Nuestras antiguas conductas o patrones podrán no habernos funcionado, pero eran cómodos y familiares.
Durante estas épocas podemos sentirnos vulnerables, solos y necesitados, como lo estamos en un viaje cuando no tenemos un mapa o una linterna, y nos sentimos como si nadie hubiera pasado antes por esta tierra.
Podemos no comprender lo que se está resolviendo en nuestro interior. Podemos no saber adonde se nos está conduciendo. Se nos está conduciendo. No estamos solos. Nuestro Poder Superior está obrando lo mejor para traer a nosotros un verdadero cambio. Otros han viajado por este camino también. Se nos conducirá hacia alguien que pueda ayudarnos, alguien que pueda brindar las señales que necesitamos. Se nos está preparando para recibir tanta alegría y amor como nuestro corazón puede albergar.
La recuperación es un proceso curativo. Podemos confiar en él, aunque no lo comprendamos. Estamos justo donde necesitamos estar dentro de este proceso. Estamos pasando exactamente por lo que necesitamos experimentar. Y a donde estamos yendo es mejor que cualquier lugar en el que hayamos estado.

«Hoy, Dios Mío ayúdame a creer que los cambios por los que estoy atravesando son para bien. Ayúdame a creer que el camino por el que estoy viajando me llevará a un lugar de luz, de amor y de alegría».

Mi Reflexión: Para detener el sufrimiento y el dolor debemos recuperarnos. Este sendero laborioso nos genera diversas reacciones. Sentirnos guiados por ese Poder Superior coloca en nuestra mente grandes interrogantes y plantea un compromiso serio con nosotros mismos. Experimentamos situaciones que antes no habíamos vivido, enfrentamos retos que creíamos insalvables, cambiamos creencias y preceptos enraizados; y sobre todo nos sentimos «liberados», con capacidad de asumir la responsabilidad de nuestra vida. Volver a sentirnos dichosos y mostrar la alegría perdida vale seguir adelante. ¡Nos sentimos plenos y radiantes de luz! (Alpha).

¿Estás en recuperación actualmente? ¿Asistes a un Programa de Doce Pasos? ¿Cómo te ha ido en estos encuentros? Coméntanos tus experiencias vividas.

Reflexión del Dia: 11 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que solo existe una manera de liberarnos del apego o dependencia afectiva a las personas y esta es el «Desapego». No hacerlo se traduce en mantenernos atados en un vínculo insano, desfavorable para nosotros.

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Reflexiona sobre esto:

De una manera ideal, desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o problema con amor. Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano (y a menudo doloroso) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver, de acuerdo con un manual titulado Desapego que ha circulado durante muchos años en los grupos de Al-Anón.
El desapego se basa en las premisas de que cada persona es responsable de sí misma, en que no podemos resolver problemas que no nos corresponde solucionar, y que preocuparnos no sirve de nada.
Adoptamos una política de no meter las manos en las responsabilidades de otras personas y en vez de ello, de atender a las nuestras. Si la gente se ha fabricado desastres a sí misma, le permitimos enfrentar las consecuencias. Le permitimos a la gente ser como es en realidad. Le damos la libertad de ser responsable y de madurar. Y nos damos nosotros mismos la misma libertad. Vivimos nuestra propia vida al máximo de nuestra capacidad. Luchamos para discernir qué es lo que podemos cambiar y qué es lo que no podemos cambiar. Luego dejamos de tratar de cambiar aquello que no podemos. Hacemos lo que podemos para resolver un problema, y luego dejamos de hacernos la vida de cuadritos. Si no podemos solucionar un problema después de intentarlo seriamente, aprendemos a vivir con ese problema o a pesar de él. Y tratamos de vivir felices, concentrándonos heroicamente en lo que de bueno tiene la vida hoy, y sintiéndonos agradecidos por ello. Aprendemos la mágica lección de que sacarle el máximo provecho a lo que tenemos multiplica lo bueno de nuestras vidas.

Mi Reflexión: El desapego es la clave para liberarse de la codependencia porque permite establecer límites emocionales saludables. No es una desconexión emocional, sino más bien una forma de interactuar sin perderse en las necesidades o problemas de los demás. Al practicar el desapego, te das permiso para vivir tu propia vida y permitir que los demás hagan lo mismo. En última instancia, el desapego te libera de la responsabilidad abrumadora de «salvar» a alguien más, y en el proceso, te brinda la libertad para enfocarte en tu propio bienestar y crecimiento. (Alpha).

¿Utilizas el desapego en tus relaciones afectivas? ¿Ves resultados positivos? Comenta aquí tus vivencias al respecto.

Meditación 11 de Septiembre … Conflicto y Desapego

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refiere que durante las relaciones el codependiente maneja diversas reacciones, y puede caer en conflicto intentando ayudar a la otra persona; y cuando esto ocurre el desapego es una alternativa saludable. Los codependientes muchas veces no están preparados para esta tarea. Deben centrarse entonces, en continuar responsabilizándose de si mismo, y dejar que haya un mejor momento para abordar y recomponer ese vinculo afectivo.

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Medita sobre esto:

En una relación hay esas épocas maravillosas en que las cosas transcurren suavemente para ambas personas, y ninguna de las dos necesita concentrarse demasiado en el concepto del desapego. Pero hay esas épocas desafiantes en que una persona está en crisis o está cambiando, y necesitamos desapegarnos.
Luego están también esos ciclos estresantes donde ambas personas están lidiando con cuestiones muy intensas. Ambos están necesitados y ninguno tiene nada que dar.
Hay época en que desapegarnos y cuidar de nosotros mismos es difícil. Es sutil, en esos momentos, identificar el problema. Ambas personas están lidiando y curándose. Ninguna tiene mucho que dar. por lo menos por el momento. Y ambas se sienten particularmente necesitadas.
Ese es el problema.
¿Cuál es la solución?
Puede no haber una solución perfecta. El desapego sigue siendo la clave, pero puede resultar difícil cuando nosotros mismos necesitamos apoyo. De hecho, la otra persona puede estar pidiendo apoyo más que ofreciéndolo.
Aun así podemos trabajar con el desapego. Aun así podemos manejar nuestros sentimientos. Podemos aceptarlo como un ciclo temporal en la relación y dejar de estar buscando que la otra persona nos de algo que él o ella no pueden dar por el momento.
Podemos también dejar de esperar que nosotros demos por el momento.
La comunicación ayuda. Identificar el problema y hablar acerca de él sin culpa ni avergonzar es un principio. Ingeniar sistemas de apoyo alternativos, o formas de satisfacer nuestras necesidades, ayuda. Seguimos siendo responsables de cuidar de nosotros mismos, aunque estemos en la mejor de las relaciones. Podemos esperar
razonablemente que los conflictos de necesidades y el choque de asuntos por resolver se den en las relaciones más amorosas, más sanas.
Es uno de los ciclos del amor, de la amistad y de la familia. Si es una relación sana, la crisis no continuará indefinidamente.
Recuperemos nuestro equilibrio. La otra persona lo recuperará también. Podemos dejar de estar volviéndonos locos esperando que la otra persona esté equilibrada cuando no lo está.
Hablemos las cosas. Resolvamos las cosas. Mantengamos nuestras expectativas acerca de nosotros mismos, de los demás y de nuestras relaciones sanas y razonables.
Una buena relación será capaz de mantenerse y de sobrevivir a los malos tiempos. A veces, los necesitamos para que ambos podamos crecer y aprender por separado.
A veces, la gente que por lo general está ahí para apoyarnos no puede hacerlo. Podemos encontrar otra manera de cuidar de nosotros mismos.

«Hoy recordaré que mis mejores relaciones tienen tiempos malos. Si el mal es la norma, consideraré cuánto de deseable es la relación. Si el mal tiempo es un ciclo temporal, practicaré el comprenderme a mí mismo y a la otra persona. Dios mío , ayúdame a recordar que la ayuda y el apoyo que quiero y necesito no viene nada más en forma de una sola persona. Ayúdame a estar abierto a opciones sanas para cuidar de mí mismo si no dispongo de mi sistema normal de apoyo».

Mi Reflexión: En la codependencia, el conflicto a menudo se ve como una amenaza que podría desequilibrar una relación delicada, y el desapego se percibe como una forma de abandono. Pero en realidad, tanto el conflicto como el desapego son aspectos naturales y saludables de cualquier relación interpersonal. El conflicto, cuando se maneja con respeto y comunicación abierta, puede llevar al crecimiento y al entendimiento mutuo. Por otro lado, el desapego no es una retirada del amor o el cuidado, sino una forma de establecer límites saludables que permiten a ambas partes crecer. Para el codependiente, aprender a manejar el conflicto sin perderse a sí mismo y practicar el desapego sin sentirse culpable son pasos cruciales hacia una vida más equilibrada y relaciones más saludables. (Alpha).

¿Tienes conflictos en tus relaciones? ¿Cómo conduces esas situaciones? ¿Te desapegas con facilidad?. Comparte en los comentarios tus vivencias

Reflexión del Dia: 9 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea su experiencia como consejera en relación con la actitud que se ha asumido para con los codependientes. Habitualmente se subestima la necesidad de tratar esta afectación, principalmente por los propios codependientes, quienes creen no requieren ayuda para detener su sufrimiento y dolor.

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Reflexiona sobre esto:

Los codependientes han sufrido a espaldas de la persona enferma. Si se recuperaron, lo hicieron a sus espaldas también. Hasta muy recientemente, muchos consejeros (como yo) no sabían qué hacer para ayudarles. A veces se culpaba a los codependientes, otras veces se les ignoraba, en ocasiones se esperaba de ellos que mágicamente se recompusieran (una actitud arcaica que no ha funcionado con los alcohólicos y que tampoco ha ayudado a los codependientes). Rara vez los codependientes fueron tratados como individuos que necesitaban ayuda para mejorarse. Rara vez se les dio un programa de recuperación personalizado para su tipo de problemas y su dolor. Empero, por su naturaleza, el alcoholismo y otros trastornos compulsivos convierten en víctimas a todos los afectados por la enfermedad: personas que necesitan ayuda aunque no beban, ni usen otras drogas, ni coman en exceso, ni apuesten ni tengan alguna otra compulsión.

Mi Reflexión: Las personas codependientes estamos «acostumbrados» a «solapar» nuestro sufrimiento, en aras de «atender» las necesidades de los demás», y por ello no buscamos la ayuda necesaria para recuperarnos. Muchos de nosotros preferimos mantenernos en esa vida ingobernable pero siempre dando primacía a lo que las otras personas requieren y necesitan de nosotros. Llegó el momento de tomarnos en cuenta y plantearnos salir de ese círculo que conduce a enfermarnos y ser infelices¡ Atrevámonos a mejorar nuestra vida. Bien valemos la pena! (Alpha).

¿Estás consciente que dependes afectivamente de otra(s) persona(s)? ¿Has buscado ayuda para recuperarte? ¿Te ha dado resultado? Comparte tus vivencias con nosotros.

Meditación 8 de Septiembre… Transformación a través del dolor

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós aclara que para alcanzar la Aceptación se requiere transitar por un proceso de cinco etapas, llamado proceso de duelo, muy difícil y laborioso transitarlo, solo que en el trayecto vamos sintiendo que «descargamos» el sufrimiento con el que vivimos durante parte de nuestra existencia.

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Medita sobre esto:

Nos esforzamos por la aceptación en la recuperación, la aceptación de nosotros mismos, nuestro pasado, otras personas y nuestras circunstancias actuales. La aceptación trae paz, sanación y libertad, la libertad de cuidar de nosotros mismos.
La aceptación no es un proceso de un solo paso. Antes de lograr la aceptación, avanzamos hacia ella en etapas de negación, enojo, negociación y tristeza. Llamamos a estas etapas el proceso de duelo. El dolor puede ser frustrante. Puede ser confuso. Podemos vacilar entre la tristeza y la negación. Nuestros comportamientos pueden vacilar. Otros pueden no entendernos. Es posible que no nos comprendamos a nosotros mismos ni a nuestro propio comportamiento mientras lamentamos nuestras pérdidas. Entonces, un día, las cosas se aclaran. La niebla se levanta y vemos que hemos estado luchando para enfrentar y aceptar una realidad en particular.
No te preocupes. Si estamos tomando medidas para cuidarnos, avanzaremos en este proceso al ritmo adecuado. Sé comprensivo contigo mismo y con los demás por la forma tan humana en que atravesamos la transición.

«Hoy, aceptaré la forma en que atravieso el cambio. Aceptaré el proceso de duelo y sus etapas, como la forma en que las personas aceptan la pérdida y el cambio».

Mi Reflexión: Llegar a la ACEPTACIÓN requiere de un inmenso deseo de cambio de conducta para con nosotros mismos. Nos comprometemos a transitar un camino tortuoso, pero liberador que nos llevará a la aceptación de nuestro pasado, a asumir las pérdidas de manera racional, a comprender conscientemente que debemos seguir batallando para enfrentar la realidad por muy dura que esta sea. Vamos a sentirnos confundidos, nos moveremos en las distintas etapas del Duelo, pero si sentimos que estamos responsabilizándonos de nosotros, debemos estar tranquilos, esa es la idea. (Alpha).

¿Has atravesado duelos? ¿Cómo te has conducido ante las pérdidas? ¿Sientes que te ha sido fácil lograr la aceptación de la realidad? ¿Sientes que responsablemente cuidaste de ti mismo durante la aflicción?. Comenta tus vivencias aquí.

Meditacion 4 de Septiembre… Encontremos una dirección

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós propone que para transitar el camino de la recuperación debemos fijar metas concretas y alcanzables para llevar una vida gobernable. Enfatiza que podemos ayudar a nuestro poder Superior a guiar nuestra vida.

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Medita sobre esto:

Yo solía pasar tanto tiempo reaccionando y respondiendo a todos los demás, que mi vida no tenía una dirección. La vida de otras personas, sus problemas y deseos disponían el curso de mi vida. Una vez que me di cuenta de que estaba bien que pensara en lo que quería y lo identificara, empezaron a tener lugar en mi vida cosas notables. (Anónimo).
Cada uno de nosotros tiene una vida que vivir, una vida que tiene un propósito y un significado. Podemos ayudarle a nuestro Poder Superior a que dé dirección y propósito a nuestra vida fijando metas.
Podemos fijar metas anual, mensual o diariamente en tiempos de crisis. Las metas crean una dirección y un ritmo; las metas nos ayudan a tener una vida gobernable dirigida de acuerdo con el curso que hemos elegido para nosotros mismos.
Podemos ayudarnos a dar dirección a nuestras vidas fijando metas.

«Hoy prestaré atención a fijar para mi vida un curso de acción, en vez de dejar que me arrastre cualquier viento».

Mi Reflexión: En la travesía para sanar de la codependencia, la dirección no es solo un deseo, es una necesidad. No se trata de vagar sin rumbo en un laberinto emocional, sino de seguir un camino claro y deliberado hacia un mejor bienestar. Esta dirección puede venir de múltiples fuentes: terapia profesional, grupos de apoyo, lecturas especializadas, y la autoexploración sincera. Pero más allá de los métodos, lo fundamental es tener una intención clara: la de vivir una vida más auténtica, más enriquecedora y más en sintonía con tu verdadero yo. Al encontrar y mantener esa dirección, convertimos el desafío de la codependencia en una oportunidad para el crecimiento personal y la transformación. El primer paso hacia la sanación siempre será reconocer la necesidad de cambiar y buscar activamente los recursos y el apoyo que te ayudarán a seguir adelante. La dirección en este contexto es menos acerca de llegar a un «destino» y más acerca de embarcarse en un viaje continuo de autoconciencia y mejora. (Alpha).

¿Tienes claridad con respecto al Poder de la Divinidad como tu guía? ¿Esta Creencia te ha ayudado en direccionar tu vida? Coméntanos tus vivencias.

Reflexión del Dia: 3 de Septiembre


Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea las bondades de desapegarse, dejar que los demás asuman la responsabilidad de sus vidas, y nosotros aprender a amarnos, a aceptarnos tal cual somos, a despreocuparnos por aquello que no podemos cambiar ¡Liberarnos es la clave!

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Reflexiona sobre esto:

Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe. Significa que aprendemos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos in volvernos locos. Dejamos de crear un caos en nuestra mente y en nuestro medio ambiente. Cuando no nos hallamos reaccionando de un modo ansioso compulsivo, nos volvemos capaces de tomar buenas decisiones acerca de cómo amar a la gente y de cómo solucionar nuestros problemas. Nos liberamos para comprometernos y para amar de modo que podamos ayudar a los demás sin lastimarnos a nosotros mismos.
Las recompensas que el desapego nos brinda son muchas: serenidad, una profunda sensación de paz interior, la capacidad de dar y de recibir amor de una manera que nos enaltece y nos llena de energía, y la libertad para encontrar soluciones reales a nuestros problemas. Encontramos la libertad para vivir nuestra propia vida sin sentimientos excesivos de culpa o de responsabilidad hacia los demás. En ocasiones el desapego llega a motivar y a liberar a la gente que se encuentra a nuestro alrededor para empezar a solucionar sus problemas. Dejamos de mortificarnos por ellos y lo perciben, de modo que finalmente comienzan a preocuparse por ellos. ¡Qué gran plan! Cada quien atiende sus propios asuntos.

Mi Reflexión: El desapego en la codependencia no es un acto de renuncia, sino más bien un acto de liberación. Al liberarnos de la necesidad compulsiva de controlar o ser validados por los demás, recuperamos nuestra propia autonomía y bienestar emocional. En el espacio que se crea, descubrimos que el amor verdadero no es una transacción de necesidades, sino una libre expresión de nuestra humanidad compartida. En el desapego, encontramos la libertad para ser quienes somos realmente, y en esa libertad, descubrimos el tipo de amor y conexión que siempre hemos buscado. Este tipo de desapego no es frío o indiferente, sino que es el medio por el cual se puede vivir de una manera más consciente y saludable, tanto para uno mismo como para los demás. (Alpha).

¿Has estado ejercitándote en la práctica del desapego? ¿Cuáles herramientas has utilizado para esto? ¿Sientes que has dado pasos positivos hacia el desapego? Coméntanos tus experiencias.

Meditación 31 de Agosto… Separarse con amor

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós recalca que el primer paso para lograr desapegarnos es comprender que el control es una ilusión y no lleva a nada positivo, y luego mantener el equilibrio interno, dejando actuar a ese ser superior en quien se debe confiar plenamente Abrámonos al entendimiento que nuestra vida debe ser guiada y solo no podemos sanarnos.

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Medita sobre esto:

Algunas veces las personas que amamos hacen cosas que no nos gustan o que no aprobamos. Nosotros reaccionamos Ellos reaccionan. En poco tiempo, todos estamos reaccionando el uno al otro, y el problema se intensifica.
¿Cuándo nos separamos? Cuando estamos atrapados en una reacción de ira, miedo, culpa o vergüenza. Cuando nos enganchamos en un juego de poder: un intento de controlar u obligar a otros a hacer algo que no quieren hacer. Cuando la forma en que reaccionamos no es ayudar a la otra persona ni resolver el problema. Cuando la forma en que reaccionamos nos está lastimando.
A menudo, es hora de separarse cuando el desprendimiento parece ser lo menos probable o posible de hacer.
El primer paso hacia el desapego es comprender que reaccionar y controlar no ayudan. El siguiente paso es lograr la paz: centrarse y restablecer el equilibrio.
Dar un paseo. Dejar la habitación. Ir a una reunión. Tomar un baño largo y caliente. Llamar a un amigo. Llamar a Dios. Respirar profundamente. ¡Encontrar paz!. Desde ese lugar de paz y centro emergerá una respuesta, una solución.

«Hoy, me rendiré y confiaré en que la respuesta está cerca.

Mi Reflexión: Desapegarse con amor es un acto de respeto mutuo y autoconservación. No significa que dejes de importarte la otra persona, sino que reconozcas los límites de tu influencia y responsabilidad en su vida. Al hacerlo, te liberas de la carga emocional de intentar ‘salvar’ a alguien más y te das permiso para centrarte en tu propio bienestar y crecimiento. Este tipo de desapego no es un signo de indiferencia o abandono, sino una afirmación de que cada individuo es, en última instancia, responsable de su propia felicidad y sanación. Desapegarse con amor te permite vivir de forma más auténtica, estableciendo relaciones que son libres, recíprocas y enriquecedoras para todas las partes involucradas.(Alpha).

¿Tienes actitudes reaccionarias cuando no puedes mantener el control de las situaciones?¿Qué haces para relajarte? ¿Obtienes resultados positivos usando determinadas estrategias? ¿Cuales son? Comenta los resultados.

Reflexión del Dia: 30 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que existe una sola vía para lograr sanar de esta enfermedad y es a través del «desapego». Has perdido tiempo negando esa verdad, te toca asumir que llego el momento de concretar esta práctica.

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Reflexiona sobre esto:

“Pero esto es tan importante para mí”, protestan muchos. “No me puedo desapegar”.
Si es tan importante para ti, yo sugiero que esa es la razón más importante para desapegarte. Escuché sabias palabras acerca del desapego de boca de niños chiquitos, de los míos. A veces mi hijo más pequeño, Shane, se queda abrazado a mi fuerte y largamente después de que le doy mimos. Me tambaleo. Pierdo el equilibrio, y me impaciento con él porque me sigue abrazando. Comienzo a resistírmele.
Tal vez lo hace para tenerme cerca más rato. Quizá sea una manera de controlarme. No lo sé. Una noche que hizo esto mi hija nos miró hasta que ella misma se sintió frustrada e impaciente.
“Shane”, le dijo, “hay un tiempo para soltarse”. Para cada uno de nosotros, llega un tiempo para soltarse. Sabrás cuándo ha llegado ese tiempo.
Cuando has hecho todo lo que se puede hacer, es tiempo de desapegarte. Maneja tus sentimientos. Enfréntate a tus miedos acerca de perder el control. Gana control sobre ti mismo y sobre tus responsabilidades. Dales a los demás la libertad para ser lo que son. Al hacerlo, te liberarás.

Mi Reflexión: Para el codependiente, el desapego se siente como una contradicción a su esencia, como si soltar lo que lo ata significara perder una parte de sí mismo. Pero es en el acto valiente de soltar donde se encuentra la verdadera libertad: la libertad de ser, de amar y de vivir sin cadenas emocionales que limitan el potencial de una vida plena. Esta dificultad en el desapego no es una sentencia de por vida; es mas bien un obstáculo que, una vez reconocido y enfrentado, puede ser superado para alcanzar una versión más saludable y autónoma de uno mismo. (Alpha).

¿Sientes que es el momento de soltar lo que te mantiene apegado y sufriendo? ¿Has intentado desapegarte anteriormente? ¿Has logrado concretar el desapego? Coméntanos tus vivencias al respecto.