Reemplazo los pensamientos de castigo por pensamientos de perdón.
Mi Yo Superior me enseña la manera de vivir sin dolor. Estoy aprendiendo a responder al dolor como si fuera el timbre de un despertador que me avisa para que tome conciencia de mi sabiduría interior.
Si siento dolor, inmediatamente comienzo mi trabajo mental. Suelo reemplazar la palabra «dolor» por «sensación». Mi cuerpo tiene muchas sensaciones. Este pequeño cambio de palabras me ayuda a centrar la conciencia en la curación, lo cual contribuye a que sane con mas rapidez.
Se que cuando modifico mi mente, solo un poco, mi cuerpo cambia en el mismo sentido.
Amo mi cuerpo y amo mi mente, y agradezco que estén tan estrechamente relacionados.
(Louise L. Hay de su Libro Meditaciones para sanar tu vida).