
En cuanto digas: «Quiero cambiar», y haces un programa para lograrlo, se creara una fuerza contraria que te impide el cambio. Los cambios están teniendo lugar por sí mismos. Si profundizas más en lo que eres, si aceptas lo que hay allí, entonces un cambio ocurre automáticamente por sí mismo. ¡Esta es la paradoja del cambio! (Frederick S. Perls).
El Dr. Frederick S. Perls, fundador de la Terapia Gestalt, influenció profundamente mi vida. Cuando trabajé en comunidades terapéuticas, para «Gestalt», un sentimiento significaba entrar completamente en ese sentimiento, volverme uno con ese sentimiento, aceptar total y completamente el sentimiento y la experiencia como un medio de trascender, sanar o manejarlo.
¿Cómo cambiamos? No te fuerces. Déjate cambiar. Déjate ser. Adéntrate plenamente en la experiencia de tu vida, tus sentimientos y ser tú lo que puedas.
Cuando salgas, serás diferente.
Acepta también quién eres.
No intelectualices tu vida. Experimentala.
«Dios, ayúdame a aceptar quién y dónde estoy, y cómo me siento hoy. Entonces mañana, ayúdame a hacer lo mismo».
(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).

Etiqueta: liberacion
Reflexión del Dia: 16 de Mayo

¡Empieza ahora! Podemos aprender a ser amables, amorosos, y cariñosos con nosotros mismos. De todas las conductas de recuperación que estamos luchando por lograr, amarnos a nosotros mismos puede ser la mas difícil y la mas importante. Si habitualmente somos duros y críticos con nosotros mismos, aprender a ser ambles puede requerir de un dedicado esfuerzo.
¡Pero que valiosa aventura!
Al no gustarnos a nosotros mismos, podemos estar perpetuando el desprecio, el abandono o el abuso que recibimos durante la niñez por parte de la gente importante en nuestra vida: No nos gusto lo que sucedió entonces, pero nos descubrimos copiando a aquellos que nos maltrataron al tratarnos mal a nosotros mismos.
Podemos detener ese patrón.
Podemos empezar a darnos el tratamiento amoroso, respetuoso, que merecemos.
En vez de criticarnos, podemos decirnos que nos hemos desempeñado suficientemente bien.
Podemos despertar por la mañana y decirnos que nos merecemos tener un día bueno.
Podemos hacer el compromiso de cuidar bien de nosotros mismos durante el día.
Podemos reconocer que somos merecedores de amor.
Podemos hacer cosas amorosas por nosotros mismos.
Podemos amar a otras personas y dejarlas que nos amen.
La gente que en verdad se ama a sí misma no se centra destructivamente en sí misma. No abusa de los demás. No deja de crecer y de cambiar. La gente que se ama bien a sí misma aprende a amar también a los demás. Continuamente crece para convertirse en gente más sana, aprendiendo que colocó su amor en el lugar correcto.
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 16 de Mayo… Espontaneidad

En recuperación, ¡estamos aprendiendo a dejarnos llevar! Estamos aprendiendo a ser espontáneos.
La espontaneidad puede asustar a algunos de nosotros. Podemos temer la pérdida de control relacionada con la espontaneidad. Todavía podemos estar operando bajo las reglas codependientes que prohíben la espontaneidad: ser bueno; tener razón; ser perfecto; sé fuerte; no te diviertas; y siempre estar en control.
Podemos asociar la espontaneidad con actuar de una manera adictiva, compulsiva, autodestructiva o irresponsable.
No es de eso de lo que estamos hablando en recuperación. La espontaneidad positiva implica expresar libremente quiénes somos, de una manera que sea divertida, saludable, que no nos hiera y que no infrinja los derechos de los demás.
Aprendemos a ser espontáneos y libres a medida que crecemos en autoconciencia y autoestima. La espontaneidad surge a medida que aumenta nuestra confianza en nosotros mismos, y nos volvemos más seguros en nuestra capacidad de mantener límites saludables.
Ser espontáneo está conectado a nuestra capacidad de jugar y lograr la intimidad. Para todos esos actos deseables, debemos ser capaces de dejar de lado nuestra necesidad de controlarnos a nosotros mismos y a los demás, y entrar plena y libremente en el momento presente.
Suelta tus riendas sobre ti mismo. Entonces, ¿qué pasa si te equivocas? Entonces, ¿qué pasa si estás equivocado? Disfruta de tus imperfecciones.
Déjate un poco necesitado, un poco vulnerable. ¡Tomar un riesgo!
Podemos ser espontáneos sin lastimarnos a nosotros mismos ni a los demás. De hecho, todos se beneficiarán con nuestra espontaneidad.
«Hoy, tiraré el libro de reglas y disfrutaré de ser quien soy. Me divertiré un poco con el don de la vida, de mí mismo y de otros».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).
Meditación 15 de Mayo… ¿Qué esperas?

La clave de la vida y el poder es simple. Es saber quiénes somos. Es saber lo que pensamos, lo que sentimos, lo que creemos, lo que sabemos e incluso lo que sentimos. Es entender dónde hemos estado, dónde estamos y hacia dónde queremos ir. A menudo, eso es diferente de lo que pensamos que debemos ser, de lo que otros quieren que seamos, nos digan que seamos, y algunas veces hasta nos dicen que sí lo somos. (Melody Beattie)
Es fácil engancharse a las expectativas que otras personas tienen de nosotros. A veces, es incluso más fácil engancharse a lo que creemos que esperan de nosotros.
Una de las mayores trampas es encerrarnos en una noción preconcebida de nosotros mismos. Podemos mantenernos tan ocupados viviendo a la altura de una imagen de nosotros mismos que olvidemos quiénes somos en realidad. Es lo suficientemente fuerte como para liberarse de las expectativas, habladas y no dichas, que otros nos imponen. Es más insidioso cuando comenzamos a decirnos que somos lo que creemos que otras personas esperan que seamos, ya sea que lo sean o no.
Mirate en el espejo. Si ves a una persona confinada con una imagen limitante que ya no le queda bien o no se siente bien, libérate.
«Dios, ayúdame a soltar el ego. Ayúdame a dejar de vivir las caricaturas autoimpuestas de quien creo que se supone que soy».
Actividad: Esta semana, haz dos cosas que quieras hacer que creas que otras personas normalmente no esperarían de ti. No hagas nada que te lastime a ti mismo ni provoques dolor a otro. Puede que se sorprendas de lo fácil y divertido que es ser tu mismo.
(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).

Meditación 14 de Mayo… Disculpas

A veces, actuamos de una manera que no nos sentimos cómodos. Eso es humano. Es por eso que tenemos las palabras: «Lo siento». Sanan y acortan la brecha. Pero no tenemos que decir «lo siento» si no hicimos nada malo. Una sensación de vergüenza puede mantenernos disculpándonos por todo lo que hacemos, cada palabra que decimos, por estar vivos y ser lo que somos.
No tenemos que disculparnos por cuidarnos a nosotros mismos, lidiar con los sentimientos, establecer límites, divertirnos o recuperar la salud.
Nunca tenemos que cambiar nuestro rumbo, si es en nuestro mejor interés, pero a veces una disculpa general reconoce otros sentimientos y puede ser útil cuando los problemas de una circunstancia o relación no son claros. Podríamos decir: «Lo siento por el alboroto que tuvimos. Lo siento si lo que necesitaba hacer para cuidarme te lastimaba; no fue pensado de esa manera».
Una vez que hacemos una disculpa, no tenemos que seguir repitiendo. Si alguien quiere continuar librándonos de una disculpa por el mismo incidente, ese es el problema de la persona, y no tenemos que engancharnos.
Podemos aprender a tomar nuestras disculpas en serio y no repartirlas cuando no son válidas. Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, sabemos cuándo es el momento de decir que lo sentimos y cuándo no.
«Hoy intentaré ser claro y saludable en mis disculpas, tomando responsabilidad por mis acciones y las de nadie más. Dios, ayúdame a descubrir por qué necesito disculparme y qué no es mi responsabilidad».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).

Meditación 13 de Mayo… ¿Quién es el propietario?

Una herramienta útil en nuestra recuperación, especialmente en la conducta que llamamos desapego, es aprender a identificar ¿quién es propietario de qué? Luego dejamos que cada persona posea la propiedad que legítimamente le corresponde.
Si otra persona tiene una adicción, un problema,un sentimiento, o una conducta contraproducente, ésa es su propiedad, no la nuestra. Si alguien es un mártir, está inmerso en la negatividad, es controlador o manipulador, ése es asunto suyo, no nuestro.
Si alguien ha actuado de cierta manera y ha experimentado una consecuencia particular, tanto la conducta como la consecuencia le pertenecen a esa persona.
Si alguien está en negación o no puede pensar claramente acerca de un asunto en particular, esa confusión le pertenece a él o a ella.
Si alguien tiene una capacidad limitada para amar y ser solícito, o está impedido para ello, ésa es su propiedad, no la nuestra. Si alguien no tiene aprobación o cariño para dar, eso es propiedad de esa persona.
Las mentiras de la gente, sus engaños, trucos, manipulaciones, conductas abusivas, conductas inadecuadas y conductas tramposas, le pertenecen a ella también. No a nosotros.
Las esperanzas y sueños de la gente son propiedad suya. Sus sentimientos de culpa le pertenecen también. Su felicidad o su desdicha es también suya. Y lo mismo sus creencias y mensajes.
Si algunas personas no se gustan a sí mismas, ésa es su elección. Las elecciones de los demás son de su propiedad, no de la nuestra.
Lo que la gente opta por decir y hacer es asunto suyo.
¿Qué es propiedad nuestra?
Nuestra propiedad incluye nuestras conductas, problemas, sentimientos, felicidad, desdicha, alternativas y mensajes; nuestra capacidad para amar, para ser solícitos y cariñosos; nuestros pensamientos, nuestra negación, nuestras esperanzas y nuestros sueños. Si permitimos que nos controlen, nos manipulen, nos engañen, o nos maltraten, eso es asunto nuestro.
En la recuperación aprendemos a tener un sentido adecuado de la propiedad. Si algo no es nuestro, no lo tomamos. Si lo tomamos, aprendemos a regresarlo. Dejemos que los demás tengan sus propiedades y aprendamos a poseer y a cuidar bien de las nuestras.
«Hoy trabajare por desarrollar un sentido claro de lo que me pertenece y de lo que no. Si no es mio, no me quedare con el. Yo lidiare conmigo mismo, con mis asuntos y mis responsabilidades. Quitare las manos de lo que no es mio».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 12 de Mayo… Dejar que las cosas buenas sucedan

Antes de la recuperación, mis relaciones eran pésimas. No me fue muy bien en mi trabajo. Estaba enredado en mi familia disfuncional ¡Pero al menos sabía qué esperar! (Anónimo).
Quiero que la segunda mitad de mi vida sea tan buena como la primera mitad fue miserable. A veces, me temo que no será así. A veces, estoy asustado de que pueda ser.
Lo bueno puede asustarnos. El cambio, incluso un buen cambio, puede ser aterrador. De alguna manera, los buenos cambios pueden ser más aterradores que los tiempos difíciles.
El pasado, particularmente antes de la recuperación, puede haber llegado a ser confortablemente familiar. Sabíamos qué esperar en nuestras relaciones. Fueron predecibles. Eran repeticiones del mismo patrón: los mismos comportamientos, el mismo dolor, una y otra vez. Puede que no hayan sido lo que queríamos, pero sabíamos lo que iba a suceder.
Esto no es así cuando cambiamos patrones y comenzamos a recuperarnos.
Es posible que hayamos sido bastante buenos para predecir eventos en la mayoría de las áreas de nuestra vida. Las relaciones serían dolorosas Estaríamos privados.
Cada año sería casi una repetición de la última. A veces empeoraba un poco, a veces un poco mejor, pero el cambio no era drástico. No hasta el momento en que comenzamos la recuperación.
Entonces las cosas cambiaron. Y cuanto más avanzamos en este programa milagroso, más cambian nosotros y nuestras circunstancias. Comenzamos a explorar territorio inexplorado.
Las cosas se ponen bien. Ellos mejoran todo el tiempo. Comenzamos a tener éxito en el amor, en el trabajo, en la vida. Un día a la vez, lo bueno comienza a suceder y la miseria se disipa.
Ya no queremos ser una víctima de la vida. Hemos aprendido a evitar crisis y traumas innecesarios.
La vida se pone bien.
«¿Cómo manejo las cosas buenas?», Preguntó una mujer. «Es más difícil y más extraño que el dolor y la tragedia».
«De la misma manera en que manejamos las experiencias difíciles y dolorosas» respondí. «Un día a la vez.»
«Hoy, Dios, ayúdame a dejar de lado mi necesidad de sentir dolor y crisis. Ayúdame a moverme lo más rápido posible a través de sentimientos y problemas tristes. Ayúdame a encontrar mi base y equilibrio en paz, alegría y gratitud. Ayúdame a trabajar tan duro para aceptar lo que es bueno como lo he trabajado en el pasado al aceptar lo doloroso y lo difícil.»
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).

Reflexión del Dia: 11 de Mayo

Muchos de nosotros nos criticábamos sin misericordia antes de la recuperación. También podemos tener la tendencia a criticarnos después de empezar la recuperación.
«Si realmente me estuviera recuperando, no estaría haciendo eso de nuevo…» Debería estar más adelantada de lo que estoy». Estas son afirmaciones en las que caemos cuando estamos sintiendo vergüenza. No necesitamos tratarnos a nosotros mismos de esa manera. No hay ningún beneficio en ello.
Recuerda, la vergüenza nos bloquea, pero el amor propio y la aceptación nos permiten crecer y cambiar.Si realmente hemos hecho algo de lo que nos sentimos culpables, podemos corregirlo con una reparación del daño y con una actitud de autoaceptación y amor.
Aunque recaigamos en nuestras viejas codependientes maneras de pensar, de sentir y de comportarnos, no necesitamos sentirnos avergonzados. Todos tenemos regresiones de vez en cuando. Así es como aprendemos a crecer. La recaída, o reciclaje, es una parte importante y necesaria de la recuperación. Y la manera de salir del reciclaje es no avergonzándonos a nosotros mismos. Eso nos hunde más hondo en la codependencia.
El exceso de dolor viene de tratar de ser perfectos. La perfección es imposible a menos que pensemos en ella de una nueva manera: perfección es ser quienes somos y donde estamos hoy; es aceptarnos y amarnos tal como somos. Todos estamos justo donde debemos estar en nuestra recuperación.
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 11 de Mayo… Refrescate

Hay un botón «actualizar» que puedes hacer clic en la computadora cuando estás en línea. Hace que la computadora funcione de manera más eficiente.
A veces nos ponemos un poco perezosos también. Hemos estado presionando demasiado. Reflexionando sobre los mismos pensamientos una y otra vez. Haciendo las mismas cosas una y otra vez. A veces necesitamos un cambio de escenario. A veces necesitamos refrescar nuestros pensamientos con oración, meditación, algunas palabras de un amigo o pasar un buen rato con un buen libro.
Quizá es nuestro cuerpo el que necesita refrescarse. Necesitamos una bebida fría, una caminata rápida, una siesta o una ducha caliente.
Quizás necesitemos un refrigerio más grande: un fin de semana en un spa, unas vacaciones. Incluso si nuestro presupuesto es bajo, podemos armar una carpa en un parque y disfrutar de la refrescante belleza del mundo que nos rodea.
Mira alrededor. El mundo está lleno de cosas refrescantes. La próxima vez que te empantanes, deja de empujar tan fuerte. Haz lo que necesitas hacer para ser eficiente y operar con facilidad.
¡Refrescate!
«Dios, ayúdame a comprender el poder de tomar el tiempo para relajarme. Entonces ayúdame a dejar de pensar en eso y realmente hacerlo.»
(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).

Reflexión del Dia: 9 de Mayo

La vida es una Maestra Suave que quiere ayudarnos a aprender. Las lecciones que quiere enseñarnos son aquellas que necesitamos aprender. Algunos dicen que ésas son las lecciones que hemos escogido aprender antes de nacer. Otros, que son lecciones que otros nos escogieron.
Es frustrante estar en medio del aprendizaje. Es como sentarse en clase de álgebra, escuchando al maestro explicar un tema que está más allá de nuestra comprensión. Nosotros no entendemos, pero el maestro da por sentado que sí.
Podemos sentirnos como si alguien estuviera tratando de atormentarnos con mensajes que nunca entenderemos. Nos esforzamos y nos esforzamos. Llegamos a enojarnos. A frustrarnos. A confundirnos. Finalmente, desesperados, nos retiramos, decidiendo que esa formula nunca estará al alcance de nuestra mente.
Mas tarde, mientras damos un silenciosos paseo, lo comprendemos. Calladamente, el don del entendimiento ha llegado a nuestro lugar mas profundo. Comprendemos. Hemos aprendido. Al siguiente día, en clase, nos resulta difícil imaginar que no sabíamos. Es difícil recordar la frustración y la confusión de aquellos que aun no han entendido. Parece tan fácil… ahora.
La vida es una Maestra Suave . Seguirá repitiendo la lección hasta que la aprendamos. Esta bien que lleguemos a sentirnos frustrados. Confundidos. Enojados. A veces esta bien llegar a desesperarnos. Luego, esta bien apartarnos y permitir que nos llegue el entendimiento.
¡Lo hará!
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
