Reflexión del Dia: 18 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ratifica que el codependiente es reaccionario. Mantiene una actitud negativa, con sentimientos de enojo e ira permanentes. Recalca que hay otro modo de vivir cuando aceptamos cambiar y recuperarnos.

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Reflexiona sobre esto:

Reaccionamos porque estamos ansiosos y temerosos de lo que está sucediendo, de lo que podría suceder y de lo que ha sucedido.
Muchos reaccionamos como si todo fuera una crisis porque hemos vivido tantas crisis durante tanto tiempo que la reacción a la crisis se ha convertido en un hábito.
Reaccionamos porque pensamos que no deberían estar sucediendo las cosas como suceden.
Reaccionamos porque no nos sentimos bien con nosotros mismos.
Reaccionamos porque la mayoría de la gente reacciona.
Reaccionamos porque pensamos que tenemos que reaccionar.
No tenemos que hacerlo.
No debemos tener tanto miedo de la gente. Son gente como nosotros.
No tenemos que abdicar a nuestra paz. No sirve de nada. Disponemos de los mismos recursos y
hechos cuando estamos en paz que de los que disponemos cuando estamos en un estado frenético y caótico.
De hecho disponemos de más recursos porque nuestras mentes y emociones están libres de actuar a su mayor potencial.
No debemos abdicar a nuestro poder para pensar y sentir por cuenta de los demás. Tampoco eso se requiere de nosotros.

Mi Reflexión: El codependiente es un reaccionario y son muchas las razones para asumir esta conducta insana. La recuperación tiene como propósito revertir el comportamiento que mantiene nuestra vida en crispación y ansiedad permanentes. Hay otra manera de vivir; en paz, serenos, con control de nuestro poder interior. La tendremos cuando nos propongamos cambiar con ayuda de nuestro poder superior. (Alpha).

¿Vives reaccionado a cualquier situación? ¿Como lo estás enfrentando? Comparte tu experiencia aquí.

Reflexión del Dia: 17 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ratifica la actitud reaccionaria del codependiente y como esto altera su capacidad de tomar decisiones, por ceder su control a otros.

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Reflexiona sobre esto:

Podemos haber empezado a reaccionar y a responder urgente y compulsivamente con patrones que nos lastiman. El solo hecho de sentir urgencia y compulsión es suficiente para herirnos. Nos mantenemos en un estado de crisis, fluyendo la adrenalina y tensos los músculos, listos para reaccionar ante emergencias que generalmente no son tales. Alguien hace algo, de modo que nosotros debemos hacer algo a la vez. Alguien se siente de determinada manera de modo que nosotros debemos sentirnos de otra determinada manera.
Pensamos en el primer pensamiento que cruza por nuestra cabeza y luego elucubramos sobre él. Decimos lo primero que nos viene a la lengua y a veces nos arrepentimos. Hacemos lo primero que nos viene a la mente, generalmente sin pensarlo. Ese es el problema: reaccionamos sin pensar, sin haber pensado honestamente lo que necesitamos hacer y cómo queremos manejar la situación. Nuestras emociones y conductas controladas —disparadas— por cualquier persona o cosa en nuestro entorno.
Indirectamente estamos permitiendo que los demás nos digan qué hacer. Eso significa que hemos perdido el control. Estamos siendo controlados.
Cuando reaccionamos abdicamos a nuestro poder personal, dado por Dios, para pensar, sentir y actuar de acuerdo con nuestro mejor interés. Permitimos que otros determinen cuándo nos sentiremos felices; cuándo nos sentiremos en paz; cuándo nos sentiremos irritados; y qué es lo que diremos, haremos, pensaremos y sentiremos. Abdicamos a nuestro derecho de sentirnos en paz al capricho de nuestro medio ambiente. Somos como una pizca de papel a merced de la tormenta, dejándonos arrastrar por cualquier viento.

Mi Reflexión: El codependiente como reaccionario a cualquier evento que pase a su alrededor pierde el control de sus actos y con ello está en minusvalía para mantenerse ecuánime. Esa conducta autodestructiva lo lleva a asumir cualquier comportamiento que transgreda sus derechos. Es negativo mantenerse en esa crispación constante. Debe detenerse iniciando su recuperación para lograr sanar y salir de ese círculo vicioso. (Alpha).

¿Estás en recuperación? ¿Te ha sido de utilidad? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 16 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea la particularidad que tiene el codependiente para reaccionar ante cualquier evento de su vida. Exagera esa respuesta viviendo de manera compulsiva.

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Reflexiona sobre esto:

La mayoría de los codependientes son reaccionarios. Reaccionamos con ira, culpa, vergüenza, odio a nosotros mismos, preocupación, sentimientos heridos, gestos controladores, acciones solícitas, depresión, desesperación y furia. Reaccionamos con miedo y ansiedad. Algunos de nosotros reaccionamos tanto que nos resulta doloroso estar cerca de la gente, y torturante encontrarnos dentro de un grupo grande de personas. Es normal reaccionar y responder a nuestro medio ambiente. Reaccionar es parte de la vida. Es parte de interactuar, es parte de ser humano y de estar vivo. Pero nos permitimos irritamos tanto y distraernos tanto. Pequeñeces, cosas mayores —lo que sea— tienen el poder de descarrilarnos. Y nuestra respuesta después de que reaccionamos a menudo no es la que más nos conviene.
Podemos haber empezado a reaccionar y a responder urgente y compulsivamente con patrones que nos lastiman. El solo hecho de sentir urgencia y compulsión es suficiente para herirnos. Nos mantenemos en un estado de crisis, fluyendo la adrenalina y tensos los músculos, listos para reaccionar ante emergencias que generalmente no son tales. Alguien hace algo, de modo que nosotros debemos hacer algo a la vez. Alguien se siente de determinada manera de modo que nosotros debemos sentirnos de otra determinada manera.

Mi Reflexión: Una conducta habitual en el codependiente es la «reacción permanente e inusual a todo evento o situación a su alrededor». Esta conducta aprendida acompaña nuestros actos parte de nuestra vida. Nos mantenemos en crispación, actuamos de manera compulsiva y desgastamos las energías en cualquier tontería. Eso impide que vivamos serenos y tranquilos. (Alpha).

¿Vives reaccionando a cualquier evento? ¿Esa conducta te hace sentir bien? ¿Cómo tratas ese problema? Comparte tu experiencia al respecto.

Reflexión del Dia: 15 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea las consecuencias del apego afectivo y como este genera serias dificultades a quien lo padece.

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Reflexiona sobre esto:

Los problemas que causa el apego son muchos. Sobreinvolucarnos de alguna manera puede mantenernos en un estado de caos; puede mantener a la gente que nos rodea en ese estado. Si concentramos toda nuestra energía en la gente y en los problemas, nos queda poco para dedicar el acto de vivir nuestra propia vida. Y ya hay bastante preocupación y responsabilidad en el ambiente. Si la tomamos toda nosotros, no queda nada para la gente que nos rodea. Esto nos hace trabajar en exceso a nosotros y quitarles bastante trabajo de encima a los demás. Y aún más, preocuparnos por la gente y por los problemas no funciona. No resuelve los problemas, no ayuda a los demás y no nos ayuda a nosotros mismos. Es energía desperdiciada.
Preocuparnos y obsesionarnos nos mantiene con tal maraña en la cabeza que no podemos resolver nuestros problemas. Cada vez que nos apegamos de esta manera a alguien o a algo, nos separamos de nosotros mismos. Perdemos contacto con nosotros mismos. Damos en prenda nuestro poder y nuestra capacidad para pensar, sentir, actuar y cuidar de nosotros mismos. Perdemos el control.

Mi Reflexión: Definitivamente estar apegado emocionalmente a otra persona genera desordenes físicos y psicoafectivos que perturban la vida de quien lo vive. El apego afectivo hace que nos despersonalicemos y vivamos la vida a través de los demás. Perdemos el control y estamos a merced de cualquier situación. (Alpha).

¿Estás apegado a alguien? ¿Cómo estás enfrentando esta situación? ¿Has buscado ayuda con Grupos de CoDA? Comenta acá.

Meditación 15 de Diciembre… Cuidando de nosotros mismos

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que como única tarea el codependiente esta destinado a responsabilizarse de su propio cuidado, sólo así alcanzará la sanación.

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Medita sobre esto:

No podemos establecer un límite al mismo tiempo y cuidar los sentimientos de otra persona. Es imposible; los dos actos contradicen.
¡Qué gran ventaja tener compasión por los demás! ¡Qué difícil puede ser esa misma calidad para establecer límites!
Es bueno preocuparse por otras personas y sus sentimientos; es esencial cuidarnos a nosotros mismos también. A veces, para cuidarnos bien, tenemos que hacer una elección.
Algunos de nosotros vivimos con un mensaje profundamente arraigado de nuestra familia, o de la iglesia, sobre no dañar nunca los sentimientos de otras personas. Podemos reemplazar ese mensaje con uno nuevo, uno que dice que no está bien lastimarse a nosotros mismos. A veces, cuando nos ocupamos de nosotros mismos, otros reaccionan con sentimientos heridos.
Esta bien. Aprenderemos, creceremos y nos beneficiaremos con la experiencia; ellos también lo harán. El impacto más poderoso y positivo que podemos tener sobre otras personas se logra asumiendo la responsabilidad de nosotros mismos, y permitiendo que los demás sean responsables de sí mismos.
El cuidado funciona. Cuidar no es así. Podemos aprender a caminar en la línea entre los dos.

«Hoy, estableceré los límites que necesito establecer. Dejaré de lado mi necesidad de cuidar los sentimientos de otras personas y, en su lugar, cuidar de los míos. Me daré permiso para cuidarme, sabiendo que es lo mejor que puedo hacer por mí y por los demás.»

Mi Reflexión: El codependiente aferrado a mantener el control sobre los demás deja de lado «cuidarse y quererse el mismo». Cuando el comprende y hace consciente que su sanación se sustenta en «responsabilizarse de su cuidado» inicia una serie de acciones que lo llevaran a hacer todo lo necesario para lograrlo. Esa es su verdadera y genuina tarea, no otra. Los demás que hagan lo suyo, a él le toca estimarse y aprender a desapegarse para cuidar de sí mismo. (Alpha).

¿Estás en la tarea de aprender a cuidarte? ¿Cúales herramientas estás utilizando para lograrlo? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 12 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que la codependencia tiene salida si y sólo si el codependiente se compromete a soltarse de la dependencia afectiva a las personas a través del mecanismo del desapego.

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Reflexiona sobre esto:

El desapego implica “vivir en el momento presente” –vivir en el aquí y en el ahora– . Permitirnos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho de cada día.
El desapego también implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios, en otras personas, en el orden natural y en el destino de las cosas en este mundo. Nos liberamos de nuestros pesares y preocupaciones y nos damos a nosotros mismos la libertad para disfrutar de la vida a pesar de nuestros problemas no resueltos. Confiamos en que todo está bien a pesar de los conflictos. Confiamos en que Alguien más grande que nosotros sabe, ha ordenado y se preocupa de lo que está sucediendo.
Entendemos que este Alguien puede hacer mucho más por resolver el problema que nosotros. De modo que tratamos de no estorbar su camino y dejar que Él lo haga. A su tiempo, sabremos que todo está bien porque vemos cómo las cosas más extrañas (y a veces, las más dolorosas) se solucionan de la mejor manera y en beneficio de todos.

Mi Reflexión: Al despegarnos, en el marco del amor, podemos alcanzar la serenidad, sabiduría y conciencia para vivir una vida en libertad. El codependiente necesita y merece estar bien. Cuando nos recuperamos lo hacemos para responsabilizarnos de nuestra vida. Basta ya de estar dando «tumbos» sin tener un norte seguro. Es momento de lograrlo. (Alpha).

¿Eres una persona que está despegándose? ¿Cuál es tu vivencia al respecto? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 10 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que la codependencia tiene salida si y sólo si el codependiente se compromete honestamente a seguir una recuperación continua, en la cual el desapego se utiliza como vía positiva para lograr su independencia efectiva.

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Reflexiona sobre esto:

El desapego no es un alejamiento frío, hostil; no es una aceptación resignada y desesperante de todo aquello que la vida y la gente nos tire en el camino; no es una manera robótica de ir por la vida, absortos, y totalmente indiferente a la gente y a los problemas; no es una actitud de inocente dicha infantil; ni un desentendimiento de lo que son nuestras verdaderas responsabilidades hacia nosotros mismos y hacia los demás; ni una ruptura en nuestras relaciones. Tampoco es que retiremos nuestro amor y nuestra solicitud, aunque a veces estas formas de desapegarnos pueden ser las mejores a seguir, por el momento.
De una manera ideal, desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o problema con amor. Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano (y a menudo doloroso) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver.

Mi Reflexión: La vía más expedita, aunque laboriosa para dejar atrás la dependencia emocional o apego afectivo es el «Desapego». Este término no implica en modo alguno dejar de amar a la personas o personas con quienes estemos involucrados, sino empezar a desprendernos del envolvimiento afectivo que hemos desarrollado durante parte de nuestra vida. Desapegarse no es nada sencillo, cuesta proponérselo y más aún hacerlo. Solo usando este mecanismo estaremos liberándonos de esa necesidad de controlar e intervenir en la vida de las personas. (Alpha).

¿Utilizas el desapego como mecanismo para liberarte de esa compulsión de control? ¿Estás en recuperación? Comparte acá tus vivencias.

Meditación 10 de Diciembre… Démonos poder

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refiere que el codependiente con la recuperación busca recuperar los derechos a ser feliz responsabilizándose de su vida.

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Medita sobre esto:

Tú puedes pensar. Puedes tomar buenas decisiones. Puedes tomar alternativas adecuadas para ti.
Sí, todos cometemos errores de vez en cuando. Pero nosotros no somos errores.
Podemos tomar una nueva decisión que tome en cuenta una nueva información.
Podemos cambiar de manera de pensar de vez en cuando. Ese también es nuestro derecho.
No tenemos que ser intelectuales para tomar buenas alternativas. En la recuperación, cada uno de nosotros tenemos a nuestra disposición un regalo y una meta. El regalo se llama sabiduría.
La demás gente puede pensar también. Y eso significa que ya no nos tenemos que seguir sintiendo responsables de las decisiones de otra gente.
Eso también significa que nosotros somos responsables de lo que escogemos.
Podemos acudir a los demás para que nos retroalimenten. Podemos pedirles información. Podemos tomar en cuenta sus opiniones. Pero es nuestra labor tomar nuestras propias decisiones. Tenemos el placer y el derecho de tener nuestras propias opiniones.
Cada uno de nosotros es libre de aprovechar y de disfrutar el tesoro de nuestra propia mente, intelecto y sabiduría.

«Hoy guardaré como un tesoro el regalo de mi mente. Yo pensaré solo, decidiré mis propias alternativas y valoraré mis opiniones. Estaré abierto a lo que piensan los demás, pero asumiré la responsabilidad de mí mismo. Pediré ser guiado por la Divina Sabiduría y confiaré en que lo estoy siendo».

Mi Reflexión: La persona codependiente pasa una buena parte de su vida atendiendo los problemas de los otros, dejando de lado su propia tensión personal. En ese proceso cede los derechos que le asisten a cuidar de si mismo, a responsabilizarse de desarrollar sus talentos y a buscar ser feliz. Cuando se está en recuperación se alcanza la sabiduría y conciencia necesarias para actuar conforme a sus criterios mas sólidos y buscar realmente aquello que oriente sus acciones para alcanzar la serenidad y seguridad, dejando a los demás realizar aquello que ellos creen. Al recuperar sus derechos se está empoderando.(Alpha).

¿Has intentado responsabilizarte de tus actos? ¿Cómo lo logras? Comenta acá tu experiencia.

Meditación 9 de Diciembre… Pidamos ayuda

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refiere que durante la recuperación es valido solicitar ayuda para incluir cambios de conductas y así llegar a la recuperación.

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Medita sobre esto:

Está bien pedir ayuda.
Una de las cosas más absurdas que nos hacemos a nosotros mismos es no pedir la ayuda que necesitamos de un amigo, de un miembro de la familia, de nuestro Poder Superior o de la fuente adecuada.
No tenemos por qué batallar solos con sentimientos y problemas. Podemos pedir la ayuda de nuestro Poder Superior y pedirle apoyo y aliento a nuestros amigos.
Ya sea que lo que necesitemos sea información, aliento, una mano, una palabra, un abrazo, alguien que nos escuche o un empujón, podemos pedirlo. Podemos pedirle a la gente lo que necesitemos de ella. Podemos pedirle a Dios lo que necesitemos de El.
Es autodestructivo no pedir la ayuda que necesitamos. Nos mantiene atorados. Si lo pedimos durante el tiempo y con la energía suficiente, si dirigimos nuestra petición a la fuente adecuada, tendremos la ayuda que necesitamos.
Hay una diferencia entre pedirle a alguien que nos respete y pedirle a alguien en forma directa la ayuda que necesitamos de él o de ella. Podemos ir al grano y dejar que los otros elijan si nos ayudan o no. Si la respuesta es no, podemos lidiar con eso.
Es autodestructivo insinuar, lamentarnos, manipular u obligar a la gente a que nos ayude. Es molesto acudir a la gente en plan de víctimas y esperar que ellos nos rescaten. Es sano pedir ayuda cuando lo que necesitamos es ayuda.
«Mi problema es la vergüenza», dijo una mujer. «Quería pedir ayuda para lidiar con esto, pero me daba demasiada vergüenza. ¿No es una locura?.
Nosotros que estamos ávidos de ayudar a los demás podemos aprender a permitirnos a nosotros mismos recibir ayuda. Podemos aprender a hacer tratos limpios acerca de pedir y recibir la ayuda que necesitamos.

«Hoy pediré ayuda si la necesito, de la gente y de mi Poder Superior. No seré una víctima, esperando impotente a que me rescaten. Mi petición de ayuda la haré específica y al grano y le daré espacio a la persona para que elija si me quiere ayudar o no. Ya no seguiré siendo un mártir rehusándome a recibir la ayuda que merezco en la vida, la ayuda que hace la vida más fácil. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de hacerlo todo solo. Ayúdame a usar el vasto universo de recursos que tengo a mi disposición».

Mi Reflexión: Cuando el codependiente transita su recuperación maneja una variedad de sentimientos y emociones que pudieran ser difíciles de asumir en solitario, por ello necesita ayuda para aclararse y reformular los cambios que necesites hacer en su vida. En muchas ocasiones por pena, miedo u otro sentimiento evita solicitarla. Es válido no solo pedir ayuda, sino darse el chance de seleccionar a quién va a pedirla. No tiene nada negativo hacer esto, por el contrario es de mucha ayuda. (Alpha).

¿Solicitas ayuda frecuentemente? ¿Es positivo hacerlo? Comparte aquí.

Meditación 8 de Diciembre… Dejando ir

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que la codependencia tiene recuperación y esta pasa por transitar el camino del desapego. Soltar nos libera y permite mantener el control de nuestras vidas.

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Medita sobre esto:

«¿Cuánto necesitamos soltar?», preguntó un amigo un día. «No estoy segura», respondí, «pero tal vez todo».

Dejar ir es un proceso espiritual, emocional, mental y físico, un proceso metafísico a veces misterioso de liberar a Dios y al Universo a lo que estamos aferrados tan firmemente.
Dejamos de lado a las personas, los resultados, las ideas, los sentimientos, los deseos, las necesidades, los deseos, todo. Dejamos de intentar controlar nuestro progreso en la recuperación. Sí, es importante reconocer y aceptar lo que queremos y lo que queremos que suceda. Pero es igualmente importante seguir adelante dejando ir.
Dejar ir es la parte de acción de la fe. Es un comportamiento que le da permiso a Dios y al Universo para enviarnos lo que estamos destinados a tener.
Dejar ir significa que reconocemos que aguantar tan fuerte no ayuda a resolver el problema, a cambiar a la persona ni a obtener el resultado que deseamos. No nos está ayudando. De hecho, aprendemos que mantenernos a menudo nos impide obtener lo que queremos y necesitamos.
¿Quiénes somos para decir que las cosas no están sucediendo exactamente como deben suceder?
Hay magia en dejar ir. A veces obtenemos lo que queremos poco después de dejarnos ir. A veces lleva más tiempo. A veces el resultado específico que deseamos no sucede. Algo mejor pasa.
Soltarnos nos libera y nos conecta con nuestra Fuente.
Soltarse crea el entorno óptimo para los mejores resultados y soluciones posibles.

«Hoy me relajaré. Voy a dejar ir lo que más me molesta. Confiaré en que al dejar ir, he puesto en marcha las ruedas para que las cosas funcionen de la mejor manera posible».

Mi Reflexión: Está demostrado que la curación de la codependencia llega cuando aprendemos a «soltar» lo que nos nos hace daño. El «dejar ir» nos libera, nos ubica en el camino a recuperar ese control sobre nuestra vida que habíamos cedido a otros. Ese camino laborioso pasa por diversos eventos, y aunque no luzca estar bien, debemos continuar transitando el desapego. Es la mejor vía para liberarnos. (Alpha).

¿Practicas el desapego para soltarte de aquello que te resta paz? ¿Te ha dado resultados visibles el desapegarte? Comparte aquí.