Reflexión del Dia: 24 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que el codependiente se convierte en un cuidador-rescatador de los demás y deja de lado la responsabilidad de cuidarse el mismo. Asume una conducta que le destruye.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

No nos sentimos adorables, de modo que nos conformamos con sentirnos necesarios. No nos sentimos bien con nosotros mismos, de modo que nos vemos obligados a hacer algo en particular que pruebe qué tan buenos somos.
Rescatamos porque tampoco sentimos que la gente esté bien. A veces con justificación, a veces sin ella, decidimos que otras personas sencillamente no pueden ser responsables de ellas mismas. Aunque esto parezca ser verdad, no lo es del todo. A menos que una persona tenga daño cerebral, un serio impedimento físico o sea un niño pequeño, esta persona puede ser responsable de sí misma.
A veces rescatamos porque resulta más fácil que manejar la incomodidad y la molestia de encarar los problemas irresueltos de otras personas. No hemos aprendido a decir “Qué pena que estés atravesando por ese problema, ¿qué necesitas de mí?”. En cambio, nos hemos acostumbrado a decir: “Mira, lo haré por ti”.
Algunos aprendimos a ser cuidadores cuando éramos niños. Quizá fuimos casi forzados a ello como resultado de vivir con un padre alcohólico o con algún otro problema familiar. Algunos podemos habernos convertido en cuidadores más tarde en la vida como resultado de estar dentro de una relación de compromiso con un alcohólico o con otra persona que se rehusara y pareciera incapaz de cuidar de sí misma. Decidimos contender —para sobrevivir— de la mejor manera que pudimos, levantándole su carretilla y asumiendo sus responsabilidades.

Reflexión: Cuando aprendemos desde la infancia a resolver los problemas de los demás, de adultos tendemos a mantener la conducta de «cuidadores-rescatadores».Eso nos genera problemas, nos acostumbramos a resolver las dificultades de los otros, abandonando nuestra primera tarea: «cuidar de nosotros mismos». Luego de iniciado este círculo dañino es muy «cuesta arriba» detener esta conducta autodestructiva. (Alpha).

¿Vives una situación similar? ¿Cómo la estás abordando? Comenta aquí.

Reflexión del Dia: 10 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que no hay que avergonzarse de ser un codependiente. Podemos sanar, si nos proponemos hacerlo. Debemos tomar una decisión y ejecutarla.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

¡No hay necesidad de sentir vergüenza de ser (y quedarse) Codependiente!
No hay que avergonzarse de haber pasado por el proceso de permitir que la codependencia (de una manera negativa) impacte nuestras vidas, y luego aprender a dejar de tratar de hacer lo imposible (controlar a los demás) y empezar a centrarse en lo posible: Nosotros mismos. Conscientemente y de una manera que toma en consideración a otros y a nosotros mismos al tomar decisiones.
Sentirse avergonzado acerca de las diferentes etapas de la vida que experimentamos en el camino a convertirse en lo que somos ahora no es diferente de encogerse cuando vemos fotos de cómo usamos nuestro cabello hace 25 años. Podemos sentirnos así; pero no es necesario. Estábamos haciendo lo que pensamos mejor en ese momento.
No estábamos locos, ni siquiera a la altura de nuestra obsesión y control. Estábamos codependiente de factores no saludables en nuestras decisiones y comportamientos.
Para muchos millones de nosotros, esa revelación fue y sigue siendo un gran alivio. Nos ponemos libres para vivir nuestras vidas de una manera que fue y sigue siendo en nuestro mejor interés.
¡No hay vergüenza en eso!

Reflexión: No sintamos vergüenza de ser codependientes. Cuando nos movemos en el sendero espiritual de la recuperación, pasamos por etapas que van quitando el dolor y sufrimiento para dar paso a la «serenidad y paz interior». Todo es valido, nada debe avergonzarnos. Por el contrario hemos recorrido mucho terreno para llegar al lugar que estamos ahora. (Alpha).

¿Antes de iniciar la recuperación te sentías avergonzado? ¿Cómo te percibes actualmente con respecto a tu codependencia? Comparte tus experiencias acá.

Reflexión del Dia: 17 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente»reitera que la codependencia es un trastorno que puede llevar al codependiente al límite de insanidad. Estar obsesionado trastoca su psiquis y le incapacita para «deslastrarse» de este problema. Pierde el control sobre su vida danzando en un círculo vicioso de obsesión-compulsión imparable.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablar, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Está preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiandolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.

Reflexión: La sensación más «inmanejable» es la «obsesión». Cuando estamos obsesionado por alguien entramos en un «remolino» de sentimientos y pensamientos repetitivos que nublan la claridad y solo podemos pensar en la misma situación todo el tiempo. Tristemente el codependiente se maneja en esa escenario, donde la obsesión-compulsión le quita la serenidad y paz interior, dejándolo a la deriva, imposibilitado para «zafarse» de ese problema. Es desgastante estar obsesionado y no conduce sino a un deterioro físico y emocional que nos enferma seriamente. (Alpha).

¿Estás obsesionado por alguien o alguna cosa en especial? ¿Cuál es tu conducta cuando estas obsesionado? Comparte tu vivencia con nosotros.

Meditación 15 de Septiembre… Negación

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reitera que del proceso de duelo, el codependiente se mantiene «pegado» en la negación. Esta etapa difícil de pasar, propicia las conductas autodestructivas de la codependencia, e impide que se elabore el duelo de manera sana.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

La negación es un caldo de cultivo fértil para los comportamientos que llamamos codependientes: controlar, centrarse en los demás y descuidarnos. La enfermedad y las conductas compulsivas o adictivas también pueden surgir durante la negación.
La negación puede ser confusa porque se asemeja a dormir. No somos conscientes de que lo estamos haciendo hasta que hayamos terminado de hacerlo. Forzarnos a nosotros mismos, o a cualquier otra persona, a enfrentar la verdad generalmente no ayuda. No enfrentaremos los hechos hasta que estemos listos. Tampoco, al parecer, nadie más. Podemos admitir la verdad por un momento, pero no nos permitiremos saber lo que sabemos hasta que nos sintamos seguros, y preparados para lidiar con ello.
Ayuda hablar con amigos que nos conocen, nos aman, nos apoyan, nos alientan y nos afirman.
Ser amable, cariñoso y afirmarse con nosotros mismos ayuda. Nos ayuda a nosotros mismos, y a nuestro Poder Superior, a guiarnos hacia y a través del cambio.
El primer paso hacia la aceptación es la negación. El primer paso para avanzar a través de la negación es aceptar que podemos negarnos y luego permitirnos avanzar suavemente.

«Dios, ayúdame a sentirme lo suficientemente seguro como para aceptar lo que tengo que aceptar».

Mi Reflexión: Al atravesar el Duelo, los codependientes tienden a mantenerse en negación. Siendo que esta fase es la que «dispara» nuestras conductas autodestructivas: los hace victimarse, desconfiar de su poder y controlar obsesivamente a los demás. Quienes deseen sanar, les toca utilizar todas las herramientas para salir «suavemente» de la negación. Solo es difícil lograrlo. Buscar ayuda profesional y adscribirse a un Programa de Doce Pasos es una excelente alternativa para lograrlo. Deben caminar hacia la «Aceptación», moviéndose a su propio ritmo, aunque para ello deban «fajarse» en el trayecto hasta responsabilizarse de si mismo, y ¡asumir con firmeza esa tarea! (Alpha).

¿Durante el Duelo te has estancado en la negación? ¿Has buscado ayuda para transitar el proceso de Duelo? ¿Cuales herramientas usaste? Comparte tus resultados aquí.

Reflexión del Dia: 7 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» detalla el triangulo del Drama de Karpman, en el cual se mueve continuamente el codependiente practicando su rol como rescatador. Permite visualizar como pasamos de controladores a controlados, haciendo de la existencia algo incierto, sin disfrute alguno. Vivimos solo a través de rescatar a quienes creemos lo necesitan, sin detenernos a pensar que nos corresponde «cuidarnos y amarnos» como tarea primaria.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Déjenme ilustrar refiriéndoles un rescate. Una amiga mía estaba casada con un alcohólico. Cada vez que él se emborrachaba, ella manejaba por toda la ciudad, pedía la ayuda de sus amigos y perseguía despiadadamente a su marido hasta que lo encontraba. Por lo general ella se sentía benévola, preocupada y apenada por él —lo cual era una advertencia de que se aproximaba un rescate— hasta que lo llevaba de regreso a casa y lo metía en cama asumiendo la responsabilidad por él y por su sobriedad. Cuando él ponía la cabeza sobre la almohada, las cosas cambiaban. Asumió ella entonces el papel de perseguidor. No quería a este hombre en su casa. Esperaba que él se lamentara días enteros de lo enfermo que estaba. Él era incapaz de asumir sus responsabilidades dentro de la familia, y en general actuaba de manera lastimosa. ¡Había hecho esto tantas veces! De modo que ella lo atacaba, comenzando con uno que otro tijeretazo y al final con una explosión total. Él toleraba su persecución por breve tiempo y luego de ser una desamparada víctima se volvía un perseguidor vengativo. Entonces ella asumía el papel de la víctima. Lástima de sí misma, sentimientos de desamparo, de vergüenza y de desesperación se apoderaban de ella. Esta era la historia de su vida, se lamentaba. Después de todo lo que había hecho por él, ¿cómo podía tratarla de esta manera? ¿Por qué a ella siempre le pasaba esto? Se sentía víctima de las circunstancias, víctima de la indignante conducta de su marido, víctima de la vida. Nunca se le ocurrió que era también víctima de sí misma y de su propia conducta.

Reflexión: Los codependientes somos aquellas personas que nos caracterizamos por «rescatar» a quienes consideramos «víctimas». En esas conductas autodestructivas transcurre nuestra vida, sin detenernos a pensar que estamos «soslayando» la responsabilidad de «cuidarnos» y atender nuestras reales necesidades». Hacemos del rescate una forma de vida, en detrimento de la salud física y emocional. ¿Hasta cuando asumimos estos comportamientos? Hasta que llegamos al límite de nuestras fuerzas y sucumbimos enfermandonos, es allí cuando entendemos que debemos ser mas consecuente con nuestras vidas, aceptar que el control no conduce a nada positivo y que llegado el momento nos toca «CAMBIAR». (Alpha).

¿Cuántas veces has actuado como «rescatador»? ¿Cuáles sentimientos y emociones sientes durante esta experiencia? ¿Lograste salir de esa situación? ¿Cómo lo hiciste? Coméntanos tus vivencias y aquellas estrategias que usaste.

Reflexión del Dia: 5 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente»caracteriza al codependiente como «reaccionarios», con sentimientos de ira, odio y amargura hacia nosotros mismos. El codependiente sufre por cualquier causa, se conduce en el drama y se hace víctima de cualquier situación. Actúa de manera colérica ante el entorno, generando pugnas y dificultades para el grupo donde se moviliza. Nuestros sentimientos se descarrilan con extrema facilidad.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

La mayoría de los codependientes son reaccionarios. Reaccionamos con ira, culpa, vergüenza, odio a nosotros mismos, preocupación, sentimientos heridos, gestos controladores, acciones solícitas, depresión, desesperación y furia. Reaccionamos con miedo y ansiedad. Algunos de nosotros reaccionamos tanto que nos resulta doloroso estar cerca de la gente, y torturante encontrarnos dentro de un grupo grande de personas. Es normal reaccionar y responder a nuestro medio ambiente. Reaccionar es parte de la vida. Es parte de interactuar, es parte de ser humano y de estar vivo. Pero nos permitimos irritamos tanto y distraernos tanto.
Pequeñeces, cosas mayores —lo que sea— tienen el poder de descarrilarnos. Y nuestra respuesta después de que reaccionamos a menudo no es la que más nos conviene.
Podemos haber empezado a reaccionar y a responder urgente y compulsivamente con patrones que nos lastiman. El solo hecho de sentir urgencia y compulsión es suficiente para herirnos. Nos mantenemos en un estado de crisis, fluyendo la adrenalina y tensos los músculos, listos para reaccionar ante emergencias que generalmente no son tales. Alguien hace algo, de modo que nosotros debemos hacer algo a la vez. Alguien se siente de determinada manera de modo que nosotros debemos sentirnos de otra determinada manera.
BRINCAMOS DENTRO DEL PRIMER SENTIMIENTO QUE NOS ATRAVIESA Y LUEGO NOS EMPANTANAMOS EN ÉL. Pensamos en el primer pensamiento que cruza por nuestra cabeza y luego elucubramos sobre él. Decimos lo primero que nos viene a la lengua y a veces nos arrepentimos. Hacemos lo primero que nos viene a la mente, generalmente sin pensarlo. Ese es el problema: reaccionamos sin pensar, sin haber pensado honestamente lo que necesitamos hacer y cómo queremos manejar la situación. Nuestras emociones y conductas controladas —disparadas— por cualquier persona o cosa en nuestro entorno. Indirectamente estamos permitiendo que los demás nos digan qué hacer. Eso significa que hemos perdido el control. Estamos siendo controlados.
Cuando reaccionamos abdicamos a nuestro poder personal, dado por Dios, para pensar, sentir y actuar de acuerdo con nuestro mejor interés

Reflexión: Para los codependientes vivir alterados, confrontados, a cualquier situación se convierte en un un comportamiento habitual. Cuando esto pasa entregamos nuestro poder a los demás, y pasamos de ser controladores a ser controlados, movidos por cualquier situación por mas «tonta» que parezca. Nos «regodeamos» en las dificultades, nos victimizamos fácilmente, perdemos el control de nuestras emociones, luego no sabemos como desentramparnos. El origen de nuestras conductas está en una «baja autoestima». Pasamos la vida entrando y saliendo de ese drama, hasta que sentimos la necesidad de «gobernar de nuevo nuestra vida», buscamos ayuda y nos proponemos a sanar. ¡Sí se puede detener esta tortura! (Alpha).

¿Te sientes identificado con esta reflexión?¿ Has vivido situaciones de reacciones sin sentido alguno? ¿Has buscado ayuda profesional? ¿Cuales han sido tus herramientas y te han sido de utilidad? Comenta aquí.

Reflexon del Dia: 2 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» hace especial mención a las reacciones que provoca en los codependientes el apego afectivo. La obsesión pasa a ocupar «todos los pensamientos» y se crea un remolino de «pensamientos compulsivos» que impide pensar en otra cosa que no sea el objeto de su apego. ¡Se pierde el control, el poder y la serenidad!

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Preocuparnos y obsesionarnos nos mantiene con tal maraña en la cabeza que no podemos resolver nuestros problemas. Cada vez que nos apegamos de esta manera a alguien o a algo, nos separamos de nosotros mismos. Perdemos contacto con nosotros mismos. Damos en prenda nuestro poder y nuestra capacidad para pensar, sentir, actuar y cuidar de nosotros mismos. ¡Perdemos el control!
Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema. ¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablar, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Esta preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiandolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.

Reflexión: Quienes hemos sentido apego por otra persona, sabemos sobradamente que nos volvemos «obsesivos», y entregamos el control de nuestra vida. Los pensamientos repetitivos generan confusión y desorden al punto de centrar toda nuestra atención en el objeto del apego. No podemos pensar en otra cosa, actuamos con base en las necesidades de la otra persona, y nos olvidamos tristemente de cuidarnos a nosotros mismos. Nos descontrolamos y la preocupación constante nos «desgasta» física y emocionalmente. Necesitamos parar esta «locura», pero no sabemos cómo hacerlo. (Alpha).

¿Has tenido apego por otra persona? ¿Has sentido estas manifestaciones? ¿ Has salido de ese círculo obsesivo-compulsivo? ¿Cuales herramientas has utilizado?. Coméntanos aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 21 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» nos hace reflexionar sobre el «dolor y sufrimiento» que siente el codependiente cuando asume hábitos de conductas autodestructivas cuando se relaciona con otros, y cómo se va desdibujando su autoestima hasta anularse como persona por ejercer un control enfermizo sobre los demás. Debemos aprender a amarnos, a aceptarnos como somos. Al relacionarnos nos corresponde fijar límites sanos para no caer en esos hábitos que solo nos llevan a perder nuestra paz interior.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Sea cual sea el problema que tenga la otra persona, la codependencia implica un sistema habitual de pensar, de sentir y de comportarnos hacia nosotros y hacia los demás que nos causa dolor. Las conductas o hábitos codependientes son autodestructivos. Con frecuencia reaccionamos a las personas que se autodestruyen; reaccionamos aprendiendo a autodestruirnos. Estos hábitos nos pueden conducir a, o mantenernos en, relaciones destructivas que no funcionan. Estas conductas pueden sabotear relaciones que en otras condiciones sí hubieran funcionado. Estas conductas pueden impedirnos encontrar la paz y la felicidad con la persona más importante en nuestra vida: uno mismo. Estas conductas pertenecen a la única persona que cada uno de nosotros puede controlar –a la única persona que podemos hacer cambiar– a uno mismo. Estos son nuestros problemas.

Reflexión: Nuestras conductas sólo pueden ser modificadas por cada uno de nosotros. Si nos planteamos sanar, asumimos que debemos comprometernos con buscar alternativas saludables para mantener las relaciones, que no trae paz vivir controlando, que es una ilusión creer que podemos cambiar a los otros. Enfoquemos la tarea en «CAMBIARNOS A NOSOTROS MISMOS», eso sí podemos y debemos hacerlo por nuestro propio bien. Basta ya de sufrir pretendiendo lo que es imposible. Recapacitemos y asumamos un plan de acción que nos conduzca a un mejor final… liberarnos de los apegos. Con fe, fuerza, tenacidad y amor hacia nosotros mismos podemos lograrlo (Alpha).

¿Has reflexionado que ya llegó el momento de introducir los cambios en tu vida? De soltar todo apego que nos agobia y nos hace infelices. Comenta si fijaste algunas metas concretas y si estas te han dado resultados positivos.

Lectura Biblica sugerida: Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. (Marcos 8:34).

Reflexión del Dia: 20 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ofrece su enfoque sobre la Codependencia. Para Melody las reacciones de los Codependientes son propias de aquellas enfermedades que cursan con conductas autodestructivas que van desde la preocupación, la tristeza, hasta llegar a la depresión y otros trastornos psicosomáticos que impactan la salud física y emocional de quien la padece. Puede empeorar si no se aborda a tiempo su tratamiento.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Quizá alguna de las razones por las cuales los profesionales consideran enfermedad a la codependencia es porque muchos codependientes están reaccionando a una enfermedad tal como el alcoholismo.
Otra razón por la cual se le llama enfermedad a la codependencia es porque es progresiva. A medida que la gente a nuestro alrededor se enferma más, podemos empezar a reaccionar en forma más intensa aún. Lo que empezó como una pequeña preocupación puede disparar el aislamiento, la depresión, una enfermedad física o emocional, o fantasías suicidas. Una cosa lleva a la otra, y las cosas se empeoran. La codependencia puede no ser una enfermedad, pero puede enfermarte. Y también puede contribuir a que la gente a tu alrededor permanezca enferma.
Otra razón más por la que se le llama enfermedad a la codependencia es porque las conductas codependientes –como muchas conductas autodestructivas– se vuelven habituales. Repetimos los hábitos sin pensarlo. Los hábitos cobran vida propia.

Reflexión: La Codependencia bien cae en ese rango de enfermedad psicoafectiva. Los codependientes pasamos de una simple preocupación hasta llegar incluso a tornarnos obsesivos-compulsivos«controlar» a los demás. Nos vamos envolviendo en una dependencia a las personas que se vuelve repetitiva, y ello nos toca nuestra salud física y altera en ocasiones nuestra psiquis. No atinamos a entender que ocurre y como llegamos a ese lugar, ni como salir de ese atolladero. Sentimos emociones tan fuertes que nos desbordan en muchas ocasiones y nos descontrolamos hasta «creer que estamos perdiendo la razón». Todo eso puede cambiar, solo que debemos comprometernos en nuestra tratamiento para recuperarnos. (Alpha).

¿Has sentido ese cúmulo de emociones alguna vez? ¿Cómo te sientes en relación con la codependencia?. ¿Estás trabajando en tu tratamiento para recuperarte? Coméntanos tus vivencias.

Lectura Bíblica sugerida: Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. (Lucas 10:27).

Reflexión del Dia: 12 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el codependiente asuma un comportamiento saludable responsabilizándose de si mismo.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Sobreinvolucarnos de alguna manera puede mantenernos en un estado de caos; puede mantener a la gente que nos rodea en ese estado. Si concentramos toda nuestra energía en la gente y en los problemas, nos queda poco para dedicar el acto de vivir nuestra propia vida. Y ya hay bastante preocupación y responsabilidad en el ambiente. Si la tomamos toda nosotros, no queda nada para la gente que nos rodea. Esto nos hace trabajar en exceso a nosotros y quitarles bastante trabajo de encima a los demás. Y aún más, preocuparnos por la gente y por los problemas no funciona. No resuelve los problemas, no ayuda a los demás y no nos ayuda a nosotros mismos. Es energía desperdiciada.

Reflexión: El codependiente se involucra en la vida e los demás. Esa conducta autodestructiva trae problemas graves físicos y emocionales. Lo sano es confiar en nuestro poder superior para asumir una comportamiento saludable.

Eres una persona que se involucra en la vida de los demás? Comenta aquí.

Lectura Bíblica sugerida: Ve y proclama estas palabras hacia el norte. Dirás: ‘Vuelve, oh apóstata Israel, dice el SEÑOR. No haré caer mi ira sobre ustedes, porque soy misericordioso, dice el SEÑOR. No guardaré enojo para siempre (Jeremias 3:12).