Reflexión del Dia: 27 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma la necesidad que el codependiente exprese abiertamente sus emociones, ello le ayudara a manejarse con las demás personas y le relajara de sus sentimientos negativos.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Los sentimientos pueden no ser siempre un barril de felicidad, pero reprimirlos puede ser verdaderamente desastroso. Así que, ¿cuál es la solución? ¿Qué hacemos con estos incómodos sentimientos que parecen ser tanto una carga como un deleite?
Los sentimos. Podemos sentir. Está bien sentir nuestros sentimientos, Está bien que tengamos sentimientos, todos los que hay. Incluso está bien que los hombres sientan. No está mal que haya sentimientos. Estos no son inadecuados. No necesitamos sentirnos culpables acerca de tos sentimientos. Los sentimientos no son hechos; sentir una furia homicida es enteramente distinto que cometer suicidio. Los sentimientos no se deben juzgar como buenos o malos. Los sentimientos son energía emocional; no son rasgos de personalidad.
La gente dice que hay cientos de sentimientos diferentes, que van de un ligero desagrado a un verdadero malhumor, de la exuberancia al deleite, etcétera. Algunos terapeutas han reducido la lista a cuatro: furia, tristeza, alegría y miedo, Estos son los cuatro grupos de sentimientos primarios, y todos los demás son matices y variaciones de ellos. Por ejemplo, sentirse solo y “estar azotadísimo” caerían dentro de la categoría de la tristeza; la ansiedad y el nerviosismo serían variaciones del miedo; ver todo color de rosa y estar contento se catalogarían dentro de la alegría. Pueden llamarlos como quieran; lo importante es sentirlos.
Eso no significa que tengamos siempre que estar en guardia por un sentimiento o por otro. No significa que tengamos que dedicar una cantidad extraordinaria de nuestras vidas a revolcarnos en el estiércol emocional. De hecho, manejar nuestros sentimientos significa que podemos salir del estiércol. Significa que si sobreviene un sentimiento —energía emocional—, podemos sentirla. Nos tomamos unos momentos, reconocemos la sensación, y seguimos al siguiente paso. No censuramos. No bloqueamos. No nos escapamos. No nos decimos a nosotros mismos: “No sientas eso. Algo debe de estar mal dentro de mí”. No nos juzgamos a nosotros mismos por nuestros sentimientos. Los experimentamos. Permitimos que la energía pase por nuestros cuerpos, y la aceptamos como nuestra energía emocional, como nuestro sentimiento.
Decimos “está bien.”

Mi Reflexión: Si bien los sentimientos no siempre son buenos, es saludable sentirlos y expresarlos con conductas apropiadas. El codependiente siente y reprime todo aquello que le hace sentir mal, alterado, ansioso. Es sano que aprenda a manifestarse abiertamente y eso le da tranquilidad, aunque al principio, sea difícil asumir ese nuevo comportamiento de franqueza. (Alpha).

¿Estás dando a conocer tus sentimientos y emociones? ¿Ese comportamiento nuevo te ofrece tranquilidad? Comenta acá.

Meditacion 27 de Marzo … La resaca

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refiere que el codependiente debe asumir un serio compromiso con su cuidado y para ello es propicio asumir la recuperación para cambiar su convicción sobre si mismo.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

«¿Cómo pude haberlo hecho?¿Como pude haberlo dicho? Aunque eso era lo que quería, aun así me siento avergonzado, culpable y asustado».
Esta es una reacción común ante conductas de recuperación nuevas, emocionantes. Cualquier cosa que hagamos para adueñarnos de nuestro poder y cuidar de nosotros mismos puede disparar sentimientos de vergüenza, de culpa y de miedo.
No tenemos por que permitir que estos sentimientos nos controlen. Son un contraataque, una resaca. Déjalos desintegrarse.
Cuando empezamos a confrontar y a atacar sentimientos y mensajes, experimentaremos algo de resaca.
La resaca es lo que habíamos permitido que controlara toda nuestra vida, sentimientos de vergüenza y de culpa.
– Muchos de nosotros crecimos con mensajes, con base en la vergüenza, que nos decían que no estaba bien cuidar de nosotros mismos, ser honestos, ser directos y adueñarnos de nuestro poder con la gente.
– Muchos de nosotros crecimos con mensajes que decían que no estaba bien ser quienes éramos y resolver nuestros problemas en las relaciones con los demás.
– Muchos de nosotros crecimos con el mensaje de que lo que queríamos y necesitábamos no estaba bien.
Deja que todo eso se queme hasta desintegrarse. No tenemos por qué tomarnos tan en serio la resaca. No permitamos ya que la resaca nos convenza de que estamos equivocados y de que no tenemos derecho a cuidar de nosotros mismos ni a fijar límites.ç
¿Realmente tenemos derecho a cuidar de nosotros mismos? ¿Tenemos realmente derecho a fijar límites? ¿Realmente tenemos derecho a ser directos y a decir lo que necesitamos decir? Por supuesto que lo tenemos.

«Hoy dejaré que se desintegre la resaca que siento después de practicar una nueva conducta de recuperación. No la tomaré tan en serio. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi vergüenza y mis miedos innecesarios acerca de lo que me ocurrirá si realmente empiezo a amarme y a cuidar de mí mismo».

Mi Reflexión: Para el codependiente su mayor desafío es «responsabilizarse de sí mismo». Esto lo alcanzará cuando asuma un compromiso serio y sostenido con su cuidado. Allí inicia una nueva y fructífera etapa de crecimiento personal que va a conducirlo por un camino de altibajos, pero también de logros, fortaleciéndose en cada evento que ocurra en su vida. (Alpha).

¿Sientes mayor seguridad en ti mismo? ¿Sientes mejoría por la recuperación? Comenta acá tus logros personales al respecto.

Reflexión del Dia: 26 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que el codependiente se mueve en un triángulo dramático insano que lo hace ejercer roles de víctima, perseguidor y victimario. Debe romperse este triángulo a través de la recuperación.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Rescatar y cuidar significan eso precisamente. Rescatamos a la gente de sus responsabilidades. Nos hacemos cargo, cuidamos de sus responsabilidades en vez de dejar que ellos lo hagan. Luego nos enojamos con ellos por lo que hemos hecho. Nos sentimos usados y nos da lástima de nosotros mismos. Ese es el patrón, el triángulo.
Rescatamos cada vez que tomamos las responsabilidades de otro ser humano, los pensamientos, sentimientos, decisiones, conductas, crecimiento, bienestar, problemas o destino de otra persona. Las acciones siguientes son una forma de rescatar:

– Hacer algo que no queremos hacer.
– Decir que sí cuando queremos decir que no.
– Hacer algo por alguien aunque esa persona es capaz de hacerlo por ella misma y debería estar haciéndolo.
– Satisfacer las necesidades de la gente sin que nos lo hayan pedido y antes de que hayamos consentido en hacerlo.
– Hacer más de lo que en justicia nos toca hacer una vez que se nos ha pedido ayuda.
– Consistentemente dar más de lo que recibimos en una situación particular.
– Arreglar tos sentimientos de la gente.
– Pensar por los demás.
– Hablar en nombre de otra persona.
– Sufrir las consecuencias de la conducta de los demás en vez de que sean ellos quienes las sufran.
– Solucionarle a la gente sus problemas.
– Poner más interés y mayor actividad en una labor conjunta que los que pone la otra persona.
– No pedir lo que nosotros queremos, necesitamos o deseamos.

Mi Reflexión: El codependiente se mueve en el triángulo dramático de Karpman, en el cual juega 3 roles: «víctima, perseguidor y victimario». Estas conductas autodestructivas solo podrán romperse cuando acepte sanar a través de una recuperación mantenida en la cual el codependiente se muestre comprometido en obtener las herramientas necesarias para lograrlo. (Alpha).

¿Te mueves en esos roles?¿Cómo has manejado este escenario? Comparte aquí.

Meditación 23 de Marzo… Negación

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reitera la dificultad que tiene la persona codependiente para mostrar solidaridad y comprensión a los demás, su vida tuvo llena de episodios de abandono y maltrato, esto le imposibilita para cuidar de sí mismo.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Me he estado recuperando muchos años. He usado la negación muchas veces. Ha sido una defensa, un dispositivo de supervivencia, un comportamiento de afrontamiento y, a veces, casi mi perdición. Ha sido a la vez un amigo y un enemigo.

Cuando era niño, usé la negación para protegerme y proteger a mi familia. Me protegí de ver cosas demasiado dolorosas para ver y sentimientos demasiado abrumadores para sentir. La negación me puso a salvo en muchas situaciones traumáticas, cuando no tenía otros recursos para sobrevivir.
El aspecto negativo del uso de la negación fue que perdí el contacto conmigo mismo y mis sentimientos. Pude participar en situaciones perjudiciales sin siquiera saber que estaba sufriendo. Pude tolerar una gran cantidad de dolor y abuso sin la nebulosa idea de que era anormal.
Aprendí a participar en mi propio abuso.
La negación me protegió del dolor, pero también me hizo cegar a mis sentimientos, mis necesidades y a mí mismo. Era como una gruesa manta que me cubría y sofocaba.
Finalmente comencé a recuperarme. Tuve un atisbo de conciencia sobre mi dolor, mis sentimientos, mis comportamientos. Empecé a verme a mí mismo, y al mundo, como lo éramos. Hubo tanta negación de mi pasado que si me hubiesen arrancado la manta por completo, habría muerto por el impacto de la exposición. Necesitaba abrazar las ideas, los recuerdos, la conciencia y la curación suavemente, gradualmente.
La vida participó en este proceso conmigo. Es un maestro amable. A medida que me recuperaba, me llevaron a los incidentes y las personas que necesitaba para recordarme lo que todavía negaba, para decirme dónde necesitaba más curación de mi pasado, ya que podía manejar estas ideas.
Aún uso, y paso a paso, la negación, según sea necesario. Cuando los vientos del cambio llegan, alteran una estructura familiar y me preparan para lo nuevo, recojo mi manta y me escondo, por un tiempo. A veces, cuando alguien que amo tiene un problema, me escondo debajo de la manta, momentáneamente. Los recuerdos surgen de cosas negadas, recuerdos que necesitan ser recordados, sentidos y aceptados para que pueda continuar siendo sanado, fuerte y saludable.
A veces, me siento avergonzado por cuánto tiempo me lleva luchar hasta la aceptación de la realidad. Me siento avergonzado cuando me encuentro nuevamente nublado por la niebla de la negación.
Entonces sucede algo, y veo que estoy avanzando. La experiencia fue necesaria, conectada, no fue en absoluto un error, sino una parte importante de la curación.
Es un proceso emocionante, este viaje se llama recuperación, pero entiendo que a veces puedo usar la negación para ayudarme a superar los problemas. También soy consciente de que la negación es un amigo y un enemigo. Estoy alerta a las señales de peligro: esos sentimientos nublados y confusos, energía lenta, sintiéndose compulsivo, corriendo muy rápido o duro, evitando mecanismos de apoyo.
Me he ganado un respeto saludable por nuestra necesidad de usar la negación como una manta para envolvernos cuando nos enfriemos demasiado. No es mi trabajo andar por ahí arrancando las mantas de las personas o avergonzando a otros por usar la manta. Quitarse la manta es peligroso. Podrían morir de exposición, de la misma manera que yo podría haberlo hecho.
Aprendí que lo mejor que puedo hacer con las personas envueltas en esta manta es hacer que se sientan a gusto y seguras. Cuanto más cálidos y seguros se sienten, más capaces son de dejar caer su manta. No tengo que apoyar o alentar su negación. Puedo ser directo Si otros niegan algo en particular y su actividad me resulta perjudicial, no tengo que estar cerca de ellos. Puedo desearles lo mejor y cuidarme. Verán, si me quedo demasiado tiempo cerca de alguien que me está dañando, inevitablemente levantaré mi manta de nuevo.
Tiendo a sentirme atraído por la gente cálida. Cuando estoy cerca de gente cálida, no necesito usar mi manta.
Me he ganado el respeto por crear ambientes cálidos, donde las mantas no son necesarias, o al menos no son necesarias por mucho tiempo. He ganado confianza en la forma en que las personas se recuperan y se ocupan de la vida.

«Dios, ayúdame a ser abierto y confiar en el proceso que me está sanando de todo lo que he negado de mi pasado. Ayúdame a esforzarme por la toma de conciencia y la aceptación, pero también ayúdame a practicar la gentileza y la compasión por mí mismo y por los demás, por aquellos momentos en que he usado la negación».

Mi Reflexión: El codependiente vive en constante negación, ello lo anula emocionalmente y se aísla de vivir a plenitud las situaciones de la vida. Despertar a la vida, conectarse con la realidad, manifestar apoyo a otros, es difícil de ejecutar por un codependiente. Esta aplanado emocionalmente. Le cuesta asumir ese compromiso de ayuda y protección, porque el no fue atendido en su infancia, por el contrario se le abandono y abuso de el como niño. (Alpha).

¿Te dedicas a ayudar a los demás brindandole apoyo y comprensión? ¿Estás cerrado a toda manifestación solidaria? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 21 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma que el codependiente mantiene un apego a cosas y personas, pero debe entender que solo puede cambiarse a sí mismo.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Puede parecer más fácil, en ocasiones, no sentir. Tenemos tantas responsabilidades porque hemos asumido muchas responsabilidades de la gente que nos rodea. Debemos de hacer lo que es necesario de todas maneras. ¿Para qué tomar tiempo en sentir? ¿Qué cambiaría eso?
A veces tratamos de hacer desaparecer nuestros sentimientos porque nos dan miedo, Reconocer lo que verdaderamente sentimos demandaría una decisión —acción o cambio— de parte nuestra.66 Nos enfrentará cara a cara con la realidad. Estaríamos conscientes de lo que estamos pensando de lo que queremos, y de lo que necesitamos hacer. Y todavía no estamos listos para hacer eso.
Los codependientes están oprimidos, deprimidos y reprimidos. Muchos de nosotros podemos decir rápidamente lo que alguien más está sintiendo, por qué una persona se siente de determinada manera, cuánto tiempo se han sentido así, y qué es lo que esa persona probablemente hará respecto a ese sentimiento.
Muchos de nosotros pasamos la vida inquietándonos por los sentimientos de los demás. Tratamos de componer los sentimientos de la gente. Tratamos de controlar los sentimientos de los demás. No queremos lastimar a la gente, no queremos irritarla, y no queremos ofenderle. Así de responsables nos sentimos por los sentimientos de los demás. Y, sin embargo, no sabemos lo que nosotros estamos sintiendo. Y si lo sabemos, no sabemos qué hacer para componernos. Muchos de nosotros hemos abandonado o nunca hemos asumido la responsabilidad por nuestro yo emocional.

Mi Reflexión: El codependiente pasa su vida tratando de enmendar los errores de los demás, de intervenir en sus vidas para arreglar las situaciones que les aquejan, sin darse cuenta que el necesita encargarse de si mismo. No sabe que hacer con su vida, por ello manipula la de los otros. (Alpha).

¿Estás apegado a personas o cosas? ¿Practicas el desapego? Comenta acá.

Meditación 20 de Marzo … Liberar

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós recalca que los sentimientos negativos anclan la vida del codependiente, impidiéndole ser feliz y estar centrado y confiado. Lo que procede en soltar todo aquello que nos impide sentirnos libres.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Deja que se vayan los miedos. Deja ir también cualquier creencia negativa, limitante, autodestructiva que esté enterrada en tu subconsciente. Estas creencias pueden ser acerca de la vida, del amor o de ti mismo. Las creencias crean la realidad. Déjalos ir. Por profundos que estén enterrados tus miedos, resentimientos y creencias negativas, déjalos ir todos. Deja que aflore la creencia o el sentimiento. Acéptalos; ríndete ante ellos. Siente la incomodidad o el desasosiego. Luego, déjalos ir. Deja que las nuevas creencias reemplacen a las viejas. Deja que la paz y la alegría reemplacen el miedo. Date a ti mismo y a tu cuerpo permiso de dejar ir los miedos, resentimientos y creencias negativas. Libera todo aquello que ya no te resulta útil. Confía en que estás siendo curado y preparado para recibir lo bueno.

«Hoy, Dios mío, ayúdame a disponerme a dejar ir los viejos sentimientos y creencias que me puedan estar lastimando. Suavemente apártalos de mí y reemplázalos con creencias y sentimientos nuevos. Me merezco lo mejor que la vida y el amor pueden ofrecer. Ayúdame a creerlo».

Mi Reflexión: La persona que padece de codependencia es un esclavo de miedo, culpa, vergüenza, ansiedad, etc. Sentimientos negativos que le atan haciendo de su vida cotidiana un verdadero tormento. Prácticamente no se atreve a vivir, sólo a sobrellevar su existencia lo mejor que pueda. Cuando se da cuenta que «no gobierna su vida», que están otros al mando, asume que debe actuar revirtiendo ese escenario y entrar a su recuperación. (Alpha).

¿Sientes que tu vida es ingobernable? ¿Estás en recuperación? Comparte acá.

Meditacion 17 de Marzo… Cuidando de nosotros mismos en el trabajo

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente debe asumir comportamientos sanos en su ambiente laboral. Es necesario trasladar las bondades de la recuperación a todos los entornos donde vivamos.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Está bien que nos cuidemos en el trabajo. No solo está bien, es necesario.
Cuidarnos en el trabajo significa que manejamos los sentimientos de manera apropiada; nos hacemos responsables de nosotros mismos. Nos separamos, cuando se requiere desapego. Establecemos límites, cuando tenemos que hacer eso.
Negociamos conflictos; tratamos de separar nuestros problemas de los problemas de la otra persona, y no esperamos la perfección de nosotros mismos o de los demás.
Dejamos ir nuestra necesidad de controlar aquello que no podemos controlar. En cambio, luchamos por la paz y la capacidad de gestión, por poseer nuestro poder para ser lo que somos y para cuidar de nosotros mismos.
No toleramos el abuso, ni abusamos o maltratamos a nadie más. Trabajamos para soltar nuestro miedo y desarrollar una confianza apropiada. Tratamos de aprender de nuestros errores, pero nos perdonamos a nosotros mismos cuando los hacemos.
Tratamos de no establecernos tomando trabajos que posiblemente no funcionen, o trabajos que no son adecuados para nosotros. Si nos encontramos en una de esas circunstancias, abordamos el problema de manera responsable.
Comprendemos cuáles son nuestras responsabilidades, y generalmente nos atendemos a ellas, a menos que se haga otro acuerdo. Dejamos espacio para grandes días y días no tan buenos.
Somos amables y afectuosos con las personas siempre que sea posible, pero somos asertivos y firmes cuando eso es necesario. Aceptamos nuestras fortalezas y nos apoyamos en ellas. Aceptamos nuestras debilidades y limitaciones, incluidas las limitaciones de nuestro poder.
Nos esforzamos por dejar de tratar de controlar y cambiar lo que no es nuestro negocio para cambiar. Nos enfocamos en cuál es nuestra responsabilidad y qué podemos cambiar.
Establecemos metas razonables. Nos tomamos en cuenta. Nos esforzamos por mantener el equilibrio
A veces, nos damos una buena sesión de quejas para dejarlo todo, pero lo hacemos de manera apropiada, de una manera que tiene por objeto cuidar de nosotros mismos y liberar nuestros sentimientos, no para sabotearnos a nosotros mismos. Nos esforzamos por evitar los chismes maliciosos y otras conductas autodestructivas.
Evitamos la competencia, nos esforzamos por la cooperación y un espíritu amoroso. Entendemos que es posible que nos gusten algunas personas con las que trabajamos y que no nos gustan los demás, pero nos esforzamos por encontrar la armonía y el equilibrio con todos. No negamos cómo nos sentimos con respecto a una determinada persona, pero nos esforzamos por mantener buenas relaciones de trabajo siempre que sea posible.
Cuando no sabemos, decimos que no sabemos. Cuando necesitamos ayuda, la solicitamos directamente. Cuando aparece el pánico, abordamos el pánico como un problema separado y tratamos de no permitir que nuestro trabajo y nuestro comportamiento sean controlados por el pánico.
Nos esforzamos por cuidarnos de manera responsable al preguntar apropiadamente por lo que necesitamos en el trabajo, sin descuidarnos a nosotros mismos.
Si somos parte de un equipo, luchamos por un trabajo en equipo saludable como una oportunidad para aprender cómo trabajar en cooperación con los demás.
Si algo se pone o se vuelve loco, si nos encontramos trabajando con una persona que es adicta o tiene algún tipo de disfunción que es problemática, no nos enloquecemos al negar el problema. Lo aceptamos y luchamos en paz para descubrir qué debemos hacer para cuidarnos a nosotros mismos.
Dejamos ir nuestra necesidad de ser mártires o rescatadores en el trabajo. Sabemos que no tenemos que quedarnos en situaciones que nos hacen miserables. En lugar de sabotear un sistema o a nosotros mismos, planificamos una solución positiva, comprendiendo que debemos asumir la responsabilidad por nosotros mismos a lo largo del camino.
Nos eliminamos como víctimas, y trabajamos para creer que merecemos lo mejor. Practicamos la aceptación, la gratitud y la fe.
Un día a la vez, nos esforzamos por disfrutar de lo que es bueno, resolvemos los problemas que nos corresponden para resolver y obsequiarnos en el trabajo.

«Hoy, prestaré atención a los comportamientos de recuperación que podría practicar y que mejorarían mi vida laboral. Me ocuparé solo en el trabajo. Dios, ayúdame a dejar de lado mi necesidad de ser víctima del trabajo. Ayúdame a estar abierto a todas las cosas buenas que tengo disponibles a través del trabajo».

Mi Reflexión: El ambiente laboral generalmente es un medio que genera estrés y en ocasiones podemos asumir comportamientos diferentes al de nuestro hogar. Es saludable que el codependiente adopte herramientas saludables que permitan moverse con sus compañeros en un clima de convivencia sana. Mientras nos recuperamos es positivo asumir los cambios incluyendo el ambiente de trabajo. (Alpha).

¿Cómo te sientes en tu ambiente laboral? ¿Has asumido comportamientos sanos en tu trabajo? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 16 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que todo sentimiento por negativo que sea debe ser expresado, allí radica que podamos sanar la codependencia.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Los sentimientos son energía. Los sentimientos reprimidos bloquean nuestra energía. No estamos en la mejor forma cuando estamos bloqueados.
Otro problema con los sentimientos reprimidos es que estos no desaparecen. Se prolongan, a veces haciéndose cada vez más fuertes y provocando que hagamos cosas peculiares. Debemos mantenernos un paso adelante del sentimiento, tenemos que mantenernos ocupados, tenemos que hacer algo. No nos atrevemos a quedarnos quietos y en paz porque entonces podríamos sentir esas emociones. Y el sentimiento podría irrumpir de todas maneras, imponiéndonos hacer algo que nunca tuvimos la intención de hacer: gritarles a los niños, dar una patada al gato, derramar algo sobre nuestro vestido favorito, o llorar en una fiesta. Nos quedamos varados en los sentimientos porque estamos tratando de reprimirlos y al igual que un vecino insistente, no se irán hasta que reconozcamos su presencia.
La gran razón para no reprimir esos sentimientos es que el aislamiento emocional nos hace perder nuestros sentimientos positivos. Perdemos la capacidad para sentir. A veces este puede ser un alivio bienvenido si el dolor se vuelve demasiado grande o demasiado constante, pero este no es un buen plan de vida. Podemos cerrar nuestras hondas necesidades —las de amar y de ser amados— cuando cerramos nuestras emociones. Podemos perder nuestra capacidad para disfrutar del sexo, del tacto humano. Perdemos la capacidad de sentirnos cerca de la gente, que se conoce como intimidad. Perdemos nuestra capacidad para disfrutar de las cosas placenteras de la vida.
Perdemos contacto con nosotros y con nuestro medio ambiente. Ya no estamos en contacto con nuestros instintos. No percibimos nuestros sentimientos, ni lo que nuestros sentimientos nos están diciendo, ni problema alguno en nuestro medio ambiente. Perdemos el poder motivador de los sentimientos. Si no sentimos, probablemente no estamos analizando el pensamiento que acompaña al sentimiento, y no sabemos lo que nuestros yos nos están diciendo. Y si no manejamos nuestros sentimientos no cambiamos y no crecemos. Nos quedamos varados.
Los sentimientos pueden no ser siempre un barril de felicidad, pero reprimirlos puede ser verdaderamente desastroso. Así que, ¿cuál es la solución? ¿Qué hacemos con estos incómodos sentimientos que parecen ser tanto una carga como un deleite?
Los sentimos. Podemos sentir. Está bien sentir nuestros sentimientos, Está bien que tengamos sentimientos, todos los que hay. Incluso está bien que los hombres sientan. No está mal que haya sentimientos. Estos no son inadecuados. No necesitamos sentirnos culpables acerca de tos sentimientos. Los sentimientos no son hechos; sentir una furia homicida es enteramente distinto que cometer suicidio. Los sentimientos no se deben juzgar como buenos o malos. Los sentimientos son energía emocional; no son rasgos de personalidad.

Mi Reflexión: Los sentimientos por muy agradables o negativos que sea deben ser expresados y esto lo hacemos a través de los comportamientos que asumimos. No tenemos porque reprimir ningún sentimiento, por el contrario deben expresarse y discutirse con grupos de apoyo en CoDA para así transformar nuestra conducta y hacerla saludable. (Alpha).

¿Cuáles son tus sentimientos habitualmente? ¿Qué haces con tus sentimientos negativos? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 15 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que el codependiente se mueve en el triángulo patológico de Karpman. Para mejorar debe trabajar hasta salir de este drama permanente.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Como codependientes, podemos estar temerosos de nuestra ira y de la de los demás, Quizá creemos en uno o en más mitos acerca de ella. O tal vez tengamos temor de la ira por otras razones. Alguien puede habemos pegado o abusado de nosotros cuando se encontraba enojado o enojada. Algunos podemos haberle pegado a alguien o haber abusado de él cuando estábamos enojados. En ocasiones simplemente el nivel de energía que acompaña a la ira puede ser atemorizante, especialmente si esa persona está ebria.
Reaccionamos a la ira, tanto a la propia como a la de los demás. Es una emoción provocadora. Puede ser contagiosa. Y muchos de nosotros reaccionamos a ella. Tenemos mucha de la ira que acompaña a la pena, al dolor. Tenemos la ira que proviene de la etapa de persecución, del rescate o del cuidar de los demás. Muchos de nosotros estamos varados en esa esquina del triángulo. Tenemos sentimientos de ira irracionales sin justificación que pueden deberse a un pensamiento de reacción de tipo desastroso: los debería de, los qué horror, los nuncas y los siempres. Tenemos ira justificada, todos los sentimientos locos que cualquiera sentiría si alguien le hubiera hecho eso a él o a ella. Tenemos la ira que manifiesta cómo nos sentimos cuando hemos sido lastimados o tenemos miedo. Los sentimientos de temor y de tristeza se convierten en ira, y muchos de nosotros hemos sido muy lastimados y hemos tenido mucho miedo.
Tenemos la ira que proviene de sentirnos culpables. Los sentimientos de culpa tanto los genuinos como los que no merecemos, fácilmente se convierten en ira.Los codependientes también tienen mucho de ello. Y, créanlo o no, lo mismo es aplicable a los alcohólicos. Sólo que estos son más propensos a convertirlos en ira.

Mi Reflexión: El codependiente vive moviéndose en el triángulo del Drama de Karpman. En ocasiones actúa como víctima y otras como victimario, ambos roles patológicos y desgastantes. ¿Cómo salir de ese triángulo insano? No es fácil, pero tampoco imposible, Hay una manera de recuperarse, y esto pasa por someterse a la Terapia en Doce pasos de CoDA. Solo hace falta proponerse cambiar y desistir de una vida llena de crisis y desenlaces negativos para el codependiente. (Alpha).

¿Te ves reflejado en el triángulo del Drama de Karpman? ¿Cuáles herramientas piensas utilizar para salir de esta crisis? Comparte aquí tus experiencias.

Meditación 15 de Marzo… Dilación

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reafirma que es necesario que el codependiente se proponga dejar de postergar las decisiones que alivian su angustia y estrés en su vida. Debe dejar de dilatar las decisiones.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

La procrastinación, no actuar cuando es el momento adecuado, es un comportamiento contraproducente. Produce ansiedad, culpa, desarmonía y una persistente conciencia de la tarea que la vida nos dice que es hora de hacer.
No siempre estamos postergando cuando posponemos hacer algo. A veces, hacer algo antes de que sea el momento adecuado puede ser tan contraproducente como esperar demasiado tiempo.
Podemos aprender a discernir la diferencia. Escúchate a ti mismo. Escucha al Universo. ¿Qué está pendiente por hacer y te crea ansiedad y presión dentro de ti?
¿Hay algo en tu vida que estás evitando porque no quieres enfrentarlo? ¿Hay una ansiedad creciente por posponer esto?
A veces, la ira, el miedo o sentirse impotente pueden motivar la postergación. Algunas veces, la procrastinación simplemente se ha convertido en algo habitual.
Confía y escúchate a ti mismo, a tu Poder Superior y al Universo. Esta atento a los signos y señales. Si es hora de hacer algo, hazlo ahora. Si aún no es el tiempo, espera hasta que llegue el momento.

«Dios, ayúdame a aprender a estar a tiempo y en armonía con mi vida. Ayúdame a sintonizar y confiar en tu Tiempo y Orden Divinos».

Mi Reflexión: Cuánto le cuesta al codependiente asumir una decisión, tiende a dilatar el momento, dejando pasar oportunidades valiosas para resolver alguna situación particular. Esta conducta de procrastinar no es saludable. Evita que se resuelvan pendientes que le mantienen en crispación. La persona codependiente está presa de su miedo, culpa, vergüenza, por ello no actúa en el preciso momento. Toda su vida es una dilación permanente. (Alpha).

¿Actúas dilatando las situaciones dolorosas? ¿Estás trabajando en vencer ese miedo a decidir en tu vida? Comenta acá.