Algunos de nosotros aprendimos estas conductas de odio a sí mismo dentro de nuestras familias, posiblemente con la ayuda de uno de nuestros padres que era alcohólico. Algunos reforzamos ese desdén que sentimos por nosotros mismos dejando a un padre alcohólico para casarnos con un alcohólico. Podemos haber iniciado relaciones adultas con una frágil autoestima, para luego descubrir que lo que nos quedaba de autoestima se ha desintegrado. Pocos los alcohólicos como en los codependientes. Recuerden, el alcoholismo y otros trastornos compulsivos son autodestructivos Algunos de nosotros podemos ni siquiera estar conscientes de nuestra baja autoestima y de nuestro odio a sí mismos porque nos hemos estado comparando con los alcohólicos y con las otras personas locas que hay en nuestras vidas; en comparación, estamos por encima de ellos. La baja autoestima puede venírsenos encima cada vez que la dejemos actuar.
En realidad, no importa cuándo empezamos a torturarnos. Debernos parar ahora. Ahora mismo podemos darnos un gran abrazo mental y emocional. Estamos bien. Es maravilloso ser quienes somos.
Nuestros pensamientos están bien. Nuestros sentimientos son adecuados. Estamos justo en donde debíamos de estar hoy, en este momento. No hay nada mal con nosotros. No hay nada que en lo fundamental esté mal en nosotros. Si hemos fallado, no hay problema; estábamos haciéndolo lo mejor que podíamos.
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
Día: 28 de agosto de 2018
Meditación 28 de Agosto… No recojas energía que no es tuya
Entré en el restaurante de la pequeña ciudad y me senté en el mostrador. Yo era el único cliente, pero la camarera me ignoró. Esperé mientras ella se sentaba en una cabina, leyendo el periódico. Finalmente, ella bajó el periódico. «¿Hay algo que quieras?», ladró desde el otro lado de la habitación.
Cuando salí del restaurante, me sentí tan malhumorado como pareció estarlo la mesera. Me tomó un tiempo descubrir qué pasó, qué cambió mi estado de ánimo. Entonces me di cuenta de que había recobrado sus sentimientos negativos de energía que no tenían nada que ver conmigo. Era como si alguien hubiera salpicado mi parabrisas con barro.
La mayoría de nosotros tenemos días malhumorados y una gran cantidad de nuestros propios sentimientos con los que lidiar.
No necesitamos permitir que otros salpiquen su energía negativa sobre nosotros. No necesitamos levantarlo y llevarlo con nosotros. Si alguien salpica el parabrisas con barro mientras conduces por el camino, ¿qué haces? Lo lavas y sigues tu camino.
Aprenda a decir cuándo lo que siente son sus emociones y su negocio. Aprende a decir cuándo alguien te ha salpicado. No tiene que asumir la responsabilidad de lo que no es suyo. Termine con esto lo más rápido posible.
Los pensamientos son energía. Los pensamientos malhumorados y las emociones malhumoradas pueden ser como el barro. Si alguien te salpica, lava el parabrisas, envíales una bendición y continúa por el camino.
(Melody Beattie).