Reflexión del Dia: 23 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que el control es una ilusión que solo ocasiona desesperación y crispación a la persona codependiente. Lo mejor es olvidar esa actitud y empezar a recuperarse.

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Reflexiona sobre esto:

El control es una ilusión. No funciona. No podemos controlar el alcoholismo. No podemos controlar las conductas compulsivas de nadie: comer en exceso, una conducta sexual exagerada, la apuesta compulsiva, ni ninguna otra de sus conductas. No podemos (y no es asunto nuestro hacerlo) controlar las emociones, la mente o las elecciones de nadie. No podemos controlar el resultado de los eventos. No podemos controlar a la vida. Algunos de nosotros apenas podemos controlamos a nosotros mismos.
A fin de cuentas las personas hacen lo que quieren hacer. Se sienten como se quieren sentir (o como se están sintiendo); piensan lo que quieren pensar; hacen las cosas que creen que necesitan hacer; y cambiarán sólo cuando estén listos para cambiar. No importa si ellos no tienen la razón y nosotros sí. No importa que se estén lastimando a sí mismos. No importa que nosotros podríamos ayudarles si tan sólo nos escucharan y cooperaran con nosotros. ¡NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA!
No podemos cambiar a las personas. Cualquier intento de controlarlas es un engaño y una ilusión. Se resistirán a nuestros esfuerzos o redoblarán los suyos para probar que no podemos controlarlas. Podrán adaptarse temporalmente a nuestras demandas, pero cuando nos demos la vuelta regresarán a su estado natural. Y aún más, la gente nos castigara por obligarla a hacer algo que no quiere, o a ser como no quiere ser. Ningún control será suficiente para efectuar un cambio permanente o deseable en otra persona. A veces podremos hacer cosas que aumenten la probabilidad de que la gente quiera cambiar, pero ni aun eso podemos garantizar o controlar.
Y esa es la verdad. Es una desgracia. A veces es difícil de aceptar, especialmente si alguien a quien amas se lastima a sí mismo o a sí misma y a ti. Pero así es. La única persona a la que puedes o podrás hacer cambiar es a ti misma. La única persona que te atañe controlar eres tú misma.

Reflexión: Quien crea que puede controlar a los demás y lograr hacerles cambiar sus costumbre está totalmente equivocado. Cuando intentamos mantener el control sobre los otros nos damos cuenta que es imposible lograr esto: es más, terminamos enfermándonos y dejando de lado el cuidado propio, que si es nuestra total y única responsabilidad. (Alpha).

Estás tratando de controlar a los demás? Cómo te has sentido haciendo esto? Comparte aquí.

Lectura Biblica sugerida: Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes. (Salmos 27:13)./strong>

Reflexión del Dia: 21 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica la necesidad de asumir cuando se está apegado afectivamente a una persona para iniciar con compromiso el desapego.

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Reflexiona sobre esto:

El apego puede adoptar varias formas:

-Podemos preocuparnos excesivamente por una persona o un problema (en cuyo caso es apego es de nuestra energía mental.
– Podemos acostumbrarnos y comenzar a obsesionarnos con la gente y los problemas que existen en nuestro ambiente y tratar de controlarlos (en cuyo caso nuestra energía mental, física y emocional está dirigida al objeto de nuestra obsesión).
– Podemos volvernos reaccionarios en vez de actuar auténticamente por voluntad propia (el apego es de nuestra energía mental, física y emocional).
– Podemos volvernos emocionalmente dependientes de las personas que nos rodean (entonces sí estamos verdaderamente apegados).
– Podemos volvernos niñeras (rescatadores-facilitadores) de las personas a nuestro alrededor (apegándonos firmemente a la necesidad que tienen de nosotros).

El apego no lleva a nada positivo, por el contrario, trae consecuencias terribles a la vida de la persona apegada. Todo nos lleva a la necesidad de desapegarnos de aquellos eventos, personas, o situaciones que merman nuestra paz y nos mantienen inquietos, coléricos y en una tristeza terrible. Basta ya de autoflagelarse», asumamos una postura de defensa de nosotros mismos. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero si puedo decirles que es posible. (Alpha).

Te sientes apegado emocionalmente? Comenta acá tu experiencia al respecto.

Lectura Bíblica sugerida: Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían. (Nahúm 1:7).

Reflexión del Dia: 18 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera la necesidad que el codependiente asuma el control de su vida. Solo puede cambiarse a si mismo.Los demás deben asumir su propio cuidado.

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Reflexiona sobre esto:

Los codependientes nunca saben qué esperar, especialmente si están en cercana relación con un alcohólico, un drogadicto, un criminal, un jugador empedernido, o con cualquiera otra persona que tenga un problema serio o un trastorno compulsivo. Estamos bombardeados de problemas, pérdidas y cambio. Soportamos ventanas hechas añicos, citas a las que no se acude, promesas rotas, y francas mentiras. Perdemos nuestra seguridad económica, nuestra seguridad emocional, la fe en las personas que amamos, la fe en Dios, y la fe en nosotros mismos. Podemos perder nuestro bienestar físico, nuestros bienes materiales, nuestra capacidad para disfrutar del sexo, nuestra reputación, nuestra vida social, nuestra carrera, nuestro autocontrol, nuestra autoestima, y a nosotros mismos.
Algunos le perdemos el respeto y la confianza a la gente que amamos. A veces incluso perdemos el amor y nuestro compromiso con una persona que alguna vez amamos. Esto es común. Es una consecuencia natural, normal de la enfermedad.

Reflexión: El codependiente apegado vive en continua zozobra tratando de intervenir en la vida de los demás, y abandona su propio cuidado. Debe revertir este escenario de autoabandono y entrar a interesarse por si mismo, asumiendo su propio cuidado.(Alpha).

¿Te interesas mas por el cuidado de otros que por ti mismo? Comparte tu experiencia aquí.

Lectura Bíblica sugerida: Y ésta es la voluntad de mi Padre: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final (Juan 6:40).

Reflexión del Dia: 7 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente refiere la actitud reaccionaria del codependiente, quien se deja llevar por cualquier situación para responder exageradamente.

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Reflexiona sobre esto:

No tenemos que tomar las cosas tan a pecho (a nosotros mismos, a los eventos y a las otras personas). Sacamos las cosas fuera de toda proporción —nuestros sentimientos, pensamientos, acciones y errores—. Hacemos lo mismo con los sentimientos, pensamientos y acciones de otras personas. Nos decimos a nosotros mismos que las cosas son temibles, terribles, una tragedia y el fin del mundo. Muchas cosas pueden ser tristes, muy malas o desagradables, pero lo único que es el fin del mundo es el fin del mundo. Los sentimientos son importantes, pero son sólo sentimientos. Los pensamientos son importantes, pero son tan sólo pensamientos y todos pensamos en muchas cosas diferentes, y nuestros pensamientos están sujetos a cambio. Lo que hacemos y decimos es importante, lo que otros dicen y hacen es importante, pero el mundo no pende de ninguna fraseo acción en particular. Y si es particularmente importante decir o hacer algo, no nos preocupemos: sucederá. Aligérate. Date a ti mismo y a los demás espacio para moverse, para hablar, para ser lo que somos: humanos. Dale oportunidad a la vida para que las cosas se den solas. Date a ti mismo oportunidad para disfrutarlo.

Reflexión: La persona codependiente tiene un temperamento explosivo y sucumbe ante cualquier situación por muy tonta que parezca. La mueve cualquier evento, estallando con enfado e ira ante los demás. Esa actitud reaccionaria le impide mantener vínculos efectivos y saludables con las personas a su alrededor. (Alpha).

¿Actúas con enfado ante cualquier evento? Comparte aquí.

Lectura Bíblica sugerida: Dios mío, tú eres mi fuerza; ¡en ti confío! Eres mi escudo, mi poderosa salvación, ¡mi alto refugio! Salvador mío, tú me salvas de la violencia (2 Samuel 22:3).

Reflexión del Dia: 6 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que el codependiente no tiene porque obsesionarse por cuidar a los demás. Esa conducta es autodestructiva y lleva a dañar sus áreas emocional y física.

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Reflexiona sobre esto:

Preocuparse, obsesionarse y controlar son ilusiones. Son trucos que construimos nosotros mismos. Sentimos que estamos haciendo algo para solucionar nuestros problemas, pero no es así. Muchos de nosotros hemos reaccionado de esta manera con justificada buena razón. Podremos haber vivido con problemas complicados y serios que han perturbado nuestra vida, y que a cualquier persona normal podrían volver ansiosa, perturbada, preocupada y obsesionada. Podemos amar a alguien que tiene problemas, alguien fuera de control. Su problema puede ser el alcoholismo, un trastorno de la alimentación, apostar de una manera compulsiva, un problema emocional o mental, o cualquier combinación de estos.
Algunos de nosotros podremos haber vivido con problemas menos serios, pero que nos preocupan de todas maneras. Las personas que amamos o que nos importan pueden tener cambios súbitos en sus estados de ánimo. Pueden hacer cosas que desearíamos que no hicieran. Podemos pensar que él o ella podrían hacer las cosas de otra manera, de un modo mejor, de una forma que creemos que no causaría tantos problemas.
Por fuerza del hábito, algunos de nosotros hemos desarrollado una actitud de apego, de preocuparnos, reaccionar y obsesivamente tratar de controlar. Quizá hemos vivido con personas y a través de eventos que estaban fuera de control. Tal vez obsesionándonos y controlando pudimos guardar un equilibrio o lograr que temporalmente las cosas no empeoraran. Y luego simplemente seguimos haciendo lo mismo. Quizá teníamos miedo de soltarnos, porque cuando nos soltamos en el pasado sucedieron cosas terribles y dolorosas. Tal vez hemos estado apegados a la gente –viviendo sus vidas por y a través de ella– durante tanto tiempo que ya no nos queda una vida propia por vivir. Es más seguro seguir apegados. Por lo menos sabríamos que estamos vivos si reaccionáramos. Al menos tendríamos algo qué hacer si estuviéramos obsesionándonos o controlando. Por varias razones los codependientes tienden a apegarse a los problemas y a la gente. No importa no solucionar nada al preocuparse. No importa que esos problemas rara vez tengan solución. No importa que estén tan obsesionados que ni siquiera puedan leer un libro, ver la televisión o salir a dar un paseo. No importa que sus emociones estén en constante torbellino por lo que la otra persona dijo o no dijo, de lo que hizo o no hizo, o de lo que hará después. ¡No importa que las cosas que estemos haciendo no ayuden a nadie! Sin importarnos el costo, persistiremos en ello. Apretaremos los dientes, nos asiremos a la curda y nos prenderemos a ella más fuerte que nunca. Algunos de nosotros ni siquiera nos daremos cuenta de que nos hemos estado agarrando tan fuerte. Otros nos habremos convencido de que debemos asirnos así de fuerte. Creemos que no existe otra alternativa que la de reaccionar a esta persona o problema de esta manera obsesiva. A menudo, cuando le sugiero a la gente que se aparte de esta persona o de este problema, me responden con horror. “¡Oh, no!”, dicen, “nunca podría hacer eso. Yo lo amo, o la amo, demasiado. Me importa demasiado para hacerle eso. Este problema o esta persona es demasiado importante para mí. Tengo que permanecer apegado a ella (o a esto)”.

Reflexión: Obsesionarse, preocuparse y entregarse al cuidado de los demás pretendiendo controlar sus vidas es una tarea «desgastante» que solo lleva al codependiente a desmejorarse emocional y físicamente. Esa conducta insana destruye aún más su autoestima, llegando al extremo de dejar de cuidar de si mismo. (Alpha).

¿Vives obsesionado por manipular la vida de otros? ¿Has asumido que necesitas terapia? Comenta acá.

Lectura Bíblica sugerida: Esfuércense y cobren ánimo; no teman, ni tengan miedo de ellos, porque contigo marcha el Señor tu Dios, y él no te dejará ni te desamparará» (Deuteronomio 31:6).

Reflexión del Dia: 5 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera la actitud como rescatador-cuidador obsesivo dejando de cuidarse el mismo por ayudar a los otros.

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Reflexiona sobre esto:

Siendo codependientes, pasamos mucho de nuestro tiempo rescatando. Somos la prueba viviente de que la gente puede ganarle a Dios. Por lo general yo detecto a un codependiente los primeros cinco minutos después de conocerlo y hablar con él. Él o ella o bien me ofrecerán ayuda que no he pedido, o seguirán hablando conmigo aunque resulta obvio que están incómodos y desean terminar con la conversación. La persona empieza la conversación tomando la responsabilidad por mí y no tomándola para sí misma.
Algunos nos cansamos tanto del enorme peso—la responsabilidad total por todos los seres humanos— que podemos brincarnos los sentimientos de lástima y preocupación que acompañan a los actos de rescate y seguirnos con la ira o el enojo. Estamos enojados todo el tiempo; sentimos ira y resentimiento contra víctimas potenciales. Una persona con una necesidad o un problema provoca que sintamos la necesidad de hacer algo o nos sentiremos culpables. Después del rescate, no ocultamos nuestra hostilidad hacia este incómodo predicamento.
El cuidar como nana no ayuda, sólo provoca problemas. Cuando tomamos a la gente a nuestro cuidado y hacemos cosas que no deseamos hacer, ignoramos necesidades, deseos y sentimientos personales. Nos hacemos a un lado a nosotros mismos. En ocasiones estamos tan ocupados cuidando a los demás que dejamos nuestra vida entera en suspenso. Muchos cuidadores se sienten inquietos y abrumados; no disfrutan ninguna de sus actividades. Los cuidadores aparentamos ser muy responsables, pero no lo somos; pues no asumimos el compromiso de nuestra responsabilidad más alta: nosotros mismos.

Reflexión: El codependiente se desempeña generalmente como cuidador compulsivo que dedica parte de su tiempo en cuidar-rescatar a los demás, dejando atrás su propio cuidado.(Alpha).

¿Eres un codependiente cuidador-rescatador? ¿Cómo ha impactado tu vida esa conducta? Comenta acá.

Lectura Bíblica sugerida: Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos. (1 Timoteo 6:12).

Reflexión del Dia: 2 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea la imperiosa necesidad que el codependiente asuma que requiere ayuda e nicie voluntariamente la Terapia, solo así se recuperara y podrá asumir el compromiso de cuidar de el mismo.

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Reflexiona sobre esto:

No tienen por qué ser perfectas las decisiones tomadas. No tenemos que ser perfectos. Ni siquiera tenemos que ser casi perfectos. Podemos ser simplemente quienes somos. Podemos equivocarnos en nuestras elecciones. No somos tan frágiles que no podamos manejar el hecho de haber cometido un error. ¡No es para tanto! Es parte del vivir.
Podemos aprender de nuestros errores, o sencillamente podemos tomar otra decisión. La cita que sigue trata acerca de la toma de decisiones en el mundo de los negocios, y creo que también se aplica a otras áreas de la vida:
Si tomas una decisión, te convertirás en un héroe dentro del mundo de los negocios. Si el 30 por ciento de tus decisiones son correctas, serás un gran triunfador!78
Incluso podemos cambiar de manera de pensar. Y luego volver a cambiar. Y luego otra vez. Los codependientes vacilan. Como codependientes, estamos en medio de situaciones perturbadoras.
Podemos ir de aquí para allá; podemos correr al alcohólico, y luego recibirlo de nuevo. Podemos irnos, regresar, luego irnos otra vez. Así es como llegaremos a donde vamos. Está bien. Demos un paso más adelante, es normal y a menudo necesario.
“Pero”, un codependiente puede objetar, “no sabes cómo es mi mente. En ocasiones tengo pensamientos terribles. A veces tengo fantasías inenarrables”. Todos los tenemos, y es normal, especialmente si vivimos con un alcohólico. En nuestra mente podemos haber ido cien veces al funeral de nuestro cónyuge alcohólico. Nuestros pensamientos son la clave para nuestros sentimientos. Nuestros sentimientos son la clave para nuestros pensamientos. No tenemos que reprimir. Necesitamos dejar que los pensamientos y sentimientos nos atraviesen, y luego determinar qué debemos hacer para cuidar de nosotros mismos.

Reflexión: Prácticamente la mente del codependiente es un «caos permanente». Vive sintiendo emociones negativas que le atormentan y le resulta imposible creer que es normal lo que piensa y hace. Acallar esa mente es posible, solo que asumir la terapia de recuperación es a voluntad propia y quien debe asumir el compromiso es el propio afectado. Nadie puede hacerlo por esa persona. (Alpha).

¿Sientes la necesidad perentoria de iniciar la recuperación? ¿Comparte aquí tus vivencias.

Lectura Bíblica sugerida: Dios mío, tú eres mi fuerza; ¡en ti confío! Eres mi escudo, mi poderosa salvación, ¡mi alto refugio! Salvador mío, tú me salvas de la violencia (2 Samuel 22:3).

Reflexión del Dia: 29 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que todo codependiente busca afanosamente llegar a un grado de independencia para volver a decidir por sí mismo y asumir el verdadero rol de responsabilidad propia que le corresponde.

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Reflexiona sobre esto:

La gente atrapada busca escapar. Los codependientes que se sienten varados en una relación pueden empezar a planear un escape. Algunas veces nuestra ruta de escape es positiva, saludable.
Podemos comenzar a dar pasos para volvernos no-dependientes, emocional y económicamente. “No-dependencia” es un término que Penélope Russianoff utiliza en su libro para describir ese equilibrio deseable por medio del cual reconocemos y satisfacemos la necesidad sana y natural que tenemos de la gente y del amor, sin que dependamos de manera envolvente y dañina de tal necesidad.
Podemos regresar a la escuela, conseguir un empleo, o fijarnos otras metas que nos den libertad. Y por lo general fijamos esas metas cuando estamos suficientemente hartos de estar atrapados. Algunos codependientes, sin embargo, planean escapes destructivos. Podemos tratar de escapar de nuestra prisión usando alcohol o drogas. Podemos volvemos fanáticos del trabajo. Podernos buscar un escape volviéndonos emocionalmente dependientes de otra persona que es como la persona de la que intentamos escapar, otro alcohólico, por ejemplo. Muchos codependientes comienzan a contemplar la vía del suicidio. Para algunos, terminar con su vida parece ser la única salida de esta situación terriblemente dolorosa.
La dependencia emocional y el sentirse atrapados también pueden provocar problemas en relaciones que podrían salvarse. Si estamos en una relación todavía buena, podemos ser demasiado inseguros para desapegamos y empezar a cuidar de nosotros mismos. Podemos extinguirnos y asfixiar o alejar a la otra persona. Esa necesidad extrema se vuelve obvia para los demás. Se puede sentir, percibir.

Reflexión: El proceso de recuperación de la codependencia es enriquecedor para la persona con este padecimiento En este sendero espiritual va cambiando interiormente y asume un rol protagónico en cuanto a su cuidado y compromiso con su curación. Caminar hacia la «nodependencia» es el reto. (Alpha).

¿Estás transitando el camino transformador de la recuperación? ¿Cuál es la percepción actual de ti mismo? Comparte aquí.

Lectura Bíblica sugerida:¿Qué otro Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su pueblo? Tú no guardas el enojo todo el tiempo, porque te deleitas en la misericordia (Miqueas 7:18).

Reflexión del Dia: 27 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca la intolerancia del codependiente ante eventos a su alrededor, y como la ira y otras emociones negativas alteran su equilibrio mental y trastocan su serenidad y paz.

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Reflexiona sobre esto:

Como codependientes, podemos estar temerosos de nuestra ira y de la de los demás, Quizá creemos en uno o en más mitos acerca de ella. O tal vez tengamos temor de la ira por otras razones. Alguien puede habemos pegado o abusado de nosotros cuando se encontraba enojado o enojada. Algunos podemos haberle pegado a alguien o haber abusado de él cuando estábamos enojados. En ocasiones simplemente el nivel de energía que acompaña a la ira puede ser atemorizante, especialmente si esa persona está ebria.
Reaccionamos a la ira, tanto a la propia como a la de los demás. Es una emoción provocadora. Puede ser contagiosa. Y muchos de nosotros reaccionamos a ella. Tenemos mucha de la ira que acompaña a la pena, al dolor. Tenemos la ira que proviene de la etapa de persecución, del rescate o del cuidar de los demás. Muchos de nosotros estamos varados en esa esquina del triángulo. Tenemos sentimientos de ira irracionales sin justificación que pueden deberse a un pensamiento de reacción de tipo desastroso: los debería de, los qué horror, los nuncas y los siempres. Tenemos ira justificada, todos los sentimientos locos que cualquiera sentiría si alguien le hubiera hecho eso a él o a ella. Tenemos la ira que manifiesta cómo nos sentimos cuando hemos sido lastimados o tenemos miedo. Los sentimientos de temor y de tristeza se convierten en ira, y muchos de nosotros hemos sido muy lastimados y hemos tenido mucho miedo.
Tenemos la ira que proviene de sentirnos culpables. Los sentimientos de culpa tanto los genuinos como los que no merecemos, fácilmente se convierten en ira.75 Los codependientes también tienen mucho de ello. Y, créanlo o no, lo mismo es aplicable a los alcohólicos. Sólo que estos son más propensos a convertirlos en ira.
Y también tenemos ira reactiva. Nos enojamos porque la otra persona está enojada. Luego ella se enoja aún más, y nosotros aumentamos el enojo porque ella se enojó más. Pronto todo mundo está enojado, y nadie sabe bien a bien por qué. Pero todos estamos fuera de sí y nos sentimos culpables por ello.
A veces preferimos permanecer enojados. Nos ayuda a sentirnos menos vulnerables y más poderosos. Es como un escudo protector. Si estamos enojados, no nos sentiremos lastimados o temerosos, por lo menos no se nos notará.
Tristemente, muchos de nosotros no tenemos a dónde ir con toda esa ira. Nos la tragamos, nos mordemos la lengua, sacamos el pecho, la lanzamos a nuestro estómago, la dejamos zumbar en nuestra cabeza, escapamos de ella, le damos medicamentos, o le damos una galleta. Nos culpamos a nosotros mismos, convertimos la ira en depresión, nos metemos en cama, tenemos la esperanza de que nos muramos, y nos enfermamos a causa de ello. Finalmente le pedimos a Dios que nos perdone por ser una persona tan horrible o por sentir ira en primer lugar.

Reflexión: Se caracteriza al codependiente como «reaccionario». Esto significa que es una persona que vive a la defensiva siempre. Esta conducta autodestructiva obstaculiza sus logros personales y profesionales, de allí la importancia de aprender el manejo de la ira y otras emociones negativas. Solo en Terapia de Doce Pasos de CoDA podrá transitar un camino que lo moldee espiritualmente y crea en el como persona. (Alpha).

¿Eres una persona que maneja reacciones de ira? ¿Cuáles herramientas usas para modificar esa actitud? Comenta acá.

Lectura Bíblica sugerida: Dios mío, ¡cuán preciosa es tu misericordia! ¡La humanidad se acoge a la sombra de tus alas! (Salmos 36:7).

Reflexión del Dia: 26 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que el codependiente debe activarse y buscar ayuda para salir del círculo insano en el que está sumido.

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Reflexiona sobre esto:

Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema. ¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablar, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Está preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiándolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.
Muchas de las personas con quienes he trabajado en terapia familiar han estado así de obsesionadas por la gente importante para ellas. Cuando les preguntaba qué sentían, me decían lo que la otra persona estaba sintiendo. Cuando les preguntaba qué habían hecho, me decían lo que la otra persona había hecho.
Su concentración total estaba en alguien o en algo que no eran ellas mismas. Algunas de ellas habían pasado años de su vida haciendo esto: preocupándose por, reaccionando a y tratando de controlar a otros seres humanos. Eran cascarones, a veces casi invisibles, de persona. Su energía estaba agotada, dirigida hacia alguien más. No me podían decir lo que sentían y pensaban porque no lo sabían. Su concentración no estaba en ellas mismas.

Reflexión: El codependiente tiene a manipular y controlar la vida de los demás, ese es su conducta habitual. Le da poder cree el, aunque al paso del tiempo es el controlado por las personas. Cuando decida puede salir de esa situación, solo con determinación podrá sanar. (Alpha).

¿Eres un codependiente controlador? ¿Has decidido entrar a Terapia CoDA? Comparte tus vivencias.

Lectura Bíblica sugerida: Es porque el SEÑOR los ama y guarda el juramento que hizo a sus padres, que los ha sacado de Egipto con mano poderosa y los ha rescatado de la casa de esclavitud, de mano del faraón, rey de Egipto (Deuteronomio 7:8).