Reflexión del Dia: 8 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ratifica la importancia de recuperarse de la codependencia. Asumir la responsabilidad por su propia vida es la misión más relevante del codependiente.

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Reflexiona sobre esto:

Analiza lo que ha sucedido. Si se trata de un incidente menor, serás capaz de sobreponerte tú solo. Si el problema es serio, o si te perturba seriamente, tal vez quieras discutirlo con un buen amigo que te ayude a aclarar tus pensamientos y emociones. Las dificultades y los sentimientos crecen cuando tratamos de apresarlos en nuestro interior. Habla acerca de tus sentimientos. Asume la responsabilidad de ellos. Siente verdaderamente lo que estés sintiendo. Nadie te hizo sentir así. Alguien pudo haberte ayudado a que te sintieras de determinada manera, pero el sentimiento lo sentiste tú. Manejalo. Luego, esclarece tú mismo la verdad sobre lo que sucedió ¿Estabas alguien tratando de molestarte? (Si hay duda al interpretar algo como un insulto o rechazo, prefiero creer que eso no tuvo nada que ver conmigo. Me ahorra tiempo y me ayuda a sentirme bien conmigo misma.) ¿Estabas tratando de controlar a alguien o algún evento? ¿Qué tan serio es el problema o el asunto? ¿Estás tomando la responsabilidad de otro? ¿Estás enojado porque alguien no adivinó lo que en realidad querías o lo que en verdad querías decir? ¿Estás tomando la conducta de otro de un modo demasiado personal?
¿Alguien oprimió tus botones de culpa o de inseguridad? ¿Es en verdad el fin del mundo, o es meramente algo triste y decepcionante?

Reflexión: Revisar sus conductas es una tarea permanente del codependiente. Habitualmente se hace responsable de la vida, sentimientos de otra persona. Interviene en su vida sin necesitarlo esa persona. Deja atrás su propia responsabilidad por asumir la ajena. Es una característica desgastante que impacta negativamente su calidad de vida.(Alpha).

¿Acostumbras asumir la responsabilidad de otros? Esa conducta ha deteriorado tus relaciones? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 6 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ratifica la necesidad de dependencia afectiva que desarrolla el codependiente, hasta el punto de «conformarse» con lo poco que puede brindarle de atención y afecto la persona a la cual esta apegado. Esta situación de apego mas critico lo lleva incluso a «limitar» sus relaciones, para luego quedarse solo dependiendo aun mas de esa persona. Es un verdadero «drama».

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Reflexiona sobre esto:

Muchos de nosotros esperamos y necesitamos tanto de la gente que nos conformamos con muy poco.
Podemos volvernos dependientes de personas con problemas, de alcohólicos y otras personas con problemas. Podemos volvernos dependientes de personas que no precisamente nos gustan ni amamos. A veces, necesitamos tanto de la gente que nos conformamos casi con quien sea. Podemos necesitar a gente que no satisface nuestras necesidades. De nuevo, podemos encontrarnos en situaciones en las cuales necesitamos que alguien esté ahí para apoyarnos, pero que la persona que hemos elegido no puede o no podrá hacerlo.
Es posible incluso llegar a convencernos a nosotros mismos de que no podemos vivir sin alguien y que nos marchitaremos y moriremos si esa persona no está dentro de nuestra vida. Si esa persona es un alcohólico o tiene serios problemas, podremos tolerar el abuso y la enfermedad para mantenerla dentro de nuestra vida, a modo de proteger nuestra fuente de seguridad emocional. Nuestra necesidad se hace tan grande que nos conformamos con demasiado poco. Nuestras expectativas caen por debajo de lo normal, por debajo de lo que deberíamos esperar de nuestras relaciones. Luego, nos quedamos atrapados, varados.

Reflexión: El manejo «desordenado» de las relaciones por parte de los codependientes tiene un serio trasfondo de «baja autoestima». No se creen digno de ser amados. Solo sienten que dedicándole su tiempo a los otros, obtendrán atención y afecto. Así transcurre parte de su vida y cada día se limitan sus opciones de «desapegarse» hasta un momento crítico que puede generarles trastornos psicoafectivos que trastocan su salud física y emocional. ¿Cómo detener esto? solo haciéndose consciente de la seriedad y gravedad del asunto e iniciando una recuperación responsable. De no asumir esta última, serían lamentables las consecuencias. Podemos sanar… claro que SÍ, todo dependerá de nosotros mismos. (Alpha).

¿Has vivido este apego tan manifiesto por alguien? ¿Has logrado detenerte a tiempo? ¿Cuales herramientas has manejado? Comparte con nosotros tus comentarios.

Reflexión del Dia: 25 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica la importancia de asistir a terapia para poder desprenderse de lo que agobia y martiriza la vida del codependiente.

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Medita sobre esto:

Muchos de nosotros esperamos y necesitamos tanto de la gente que nos conformamos con muy poco.
Podemos volvernos dependientes de personas con problemas, de alcohólicos y otras personas con problemas. Podemos volvernos dependientes de personas que no precisamente nos gustan ni amamos. A veces, necesitamos tanto de la gente que nos conformamos casi con quien sea. Podemos necesitar a gente que no satisface nuestras necesidades. De nuevo, podemos encontrarnos en situaciones en las cuales necesitamos que alguien esté ahí para apoyarnos, pero que la persona que hemos elegido no puede o no podrá hacerlo.
Es posible incluso llegar a convencernos a nosotros mismos de que no podemos vivir sin alguien y que nos marchitaremos y moriremos si esa persona no está dentro de nuestra vida. Si esa persona es un alcohólico o tiene serios problemas, podremos tolerar el abuso y la enfermedad para mantenerla dentro de nuestra vida, a modo de proteger nuestra fuente de seguridad emocional. Nuestra necesidad se hace tan grande que nos conformamos con demasiado poco. Nuestras expectativas caen por debajo de lo normal, por debajo de lo que deberíamos esperar de nuestras relaciones. Luego, nos quedamos atrapados, varados.

Reflexión: Depender de los demás es desgastante, conduce a frustrarnos y acaba con nuestra dignidad. Estamos llamados a recuperarnos y aceptar como prioridad «dejar ir» aquello que nos agobia y que nunca podremos controlar y mucho menos cambiar. Dediquemos esa energía en nosotros mismos, cuidándonos y amándonos. (Alpha).

¿Estás asistiendo a terapia? ¿Sientes cambios positivos en tus creencias? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 23 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que el rol preferido por el codependiente es de «cuidador compulsivo». También plantea que puede ejercer el de «victima», ejerciendo todo un drama a su alrededor para llamar la atención.

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Reflexiona sobre esto:

¡Rescatamos cada vez que cuidamos de los demás!
Al cuidar o rescatar podemos sentir uno o más de los siguientes sentimientos: incomodidad y malestar por el dilema de la otra persona; la urgencia de hacer algo; lástima; sentimiento de culpa; santidad; ansiedad; una extrema responsabilidad por esa persona o problema; miedo; la sensación de estar siendo forzado u obligado a hacer algo; una indisposición ligera o severa a hacer algo; mayor competencia que la persona a la que estarnos “ayudando”; u ocasionalmente resentimiento por haber sido colocados en esta posición. También pensamos que la persona a quien estamos cuidando está desvalida y es incapaz de hacer lo que nosotros hacemos por ella. Sentimos que temporalmente nos necesita.
No me refiero a actos de amor, de amabilidad, de compasión y de verdadera ayuda, a situaciones en las cuales legítimamente se desea y se necesita de nuestra ayuda y nosotros queremos darla. Estos actos son la sal de la vida. Rescatar o cuidar no lo son.
Cuidar de los demás parece un acto mucho más amistoso de lo que es. Requiere incompetencia por parte de la persona a quien estamos cuidando. Rescatamos “víctimas”, personas que creemos no son capaces de ser responsables de si mismas. Las víctimas en realidad son capaces de cuidar de sí mismas, aunque nosotros y ellas no lo admitimos. General mente nuestras víctimas están ahí esperando a un lado del triangulo a que nosotros hagamos el primer movimiento y brinquemos dentro del triángulo con ellas.
Después de que rescatamos, inevitablemente nos movemos a la siguiente esquina del triángulo: la persecución. Nos volvemos resentidos y nos enojamos con la persona a quien tan generosamente hemos “ayudado”. Hemos hecho algo que no queríamos hacer, algo fuera de nuestra responsabilidad, hemos ignorado nuestras propias necesidades y deseos, y nos enojamos por ello. Para complicar más el asunto, esta víctima, esta pobre persona que hemos rescatado, no siente gratitud por nuestra ayuda. No aprecia suficientemente el sacrificio que hemos hecho. La víctima no se porta corno debiera. Ni siquiera está siguiendo nuestro consejo, que tan prontamente le brindamos. Esta persona no nos deja recomponer sus sentimientos. Algo no ha funcionado bien, de modo que nos rasgamos nuestro halo y sacamos nuestro trinche.

Mi Reflexión: El codependiente habitualmente se mueve en un triangulo vicioso que se denomina «Triangulo del drama o de Karpman». En este escenario figuran tres actores: rescatador, víctima y victimario. El codependiente ejerce el rol de «rescatador-cuidador por excelencia». Vive pendiente de los otros, de intervenir en su vida, cambiarla, ofrecer consejos, sugerencias. No siempre se queda ejerciendo ese papel sino que en ocasiones pasa a ser víctima, se debilita, se desarma, dramatiza, solo para buscar amor, afecto, felicidad. Triste vida la del codependiente. Necesita ayuda para salir de esa trama insana. (Alpha).

¿En ese triángulo, cuál es tu rol? ¿Identificas claramente esa conducta autodestructiva que ocupa tu vida? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 19 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que el codependiente debe aceptar que existen sentimientos positivos y negativos, y que la vida es un eterno contraste entre esas dos condiciones.

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Reflexiona sobre esto:

Los sentimientos de intensa felicidad pueden ser tan perturbadores y atemorizantes como los sentimientos de intensa tristeza, especialmente para los codependientes que no están acostumbrados a los sentimientos de felicidad. Muchos codependientes creen que a los sentimientos de felicidad siempre deben seguir los de tristeza, porque esa es la manera como han sucedido en general las cosas en el pasado. Algunos codependientes creen que no podemos, no debemos y no merecemos sentirnos felices. A veces hacemos cosas para provocar sentimientos de tristeza después de experimentar sentimientos de felicidad, o cada vez que existe una posibilidad de que exista un sentimiento de alegría. Está bien sentirse feliz. Está bien sentirse triste. Dejemos que la energía emocional nos atraviese, y luchemos por obtener la paz y el equilibrio.
Hay ocasiones en que podemos requerir de ayuda profesional para manejar nuestras emociones. Si estamos varados en cualquier sentimiento en particular debemos darnos a nosotros mismos lo que necesitamos. Ver a un terapeuta, a un consejero, a un psicoanalista, o a un sacerdote. También podemos desear buscar ayuda profesional si hemos estado reprimiendo nuestros sentimientos durante un largo periodo o si sospechamos que hemos estado reprimiendo algo intenso.

Reflexión: Para el codependencia, en su visión errónea de la vida solo existen los matices de «»momentos de alegría» y tristeza, y así se ha movido toda su vida. Sus sentimientos han sido atemorizantes, pasando de la «pseudofelicidad» a la depresión todo el tiempo. Es momento de cambiar esta creencia y darle paso a la realidad, nada es absoluto en nuestra esfera emocional, todo debe tener cabida. Aceptar las emociones, enfrentarlas como vengan y no «encariñarse» con lo malo, es una tarea a cumplir. (Alpha).

¿Estás dispuesto a cambiar los mitos que te han acompañado toda tu vida? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 18 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica que el codependiente es un cuidador compulsivo. Se entrega tanto a los demás que se olvida cuidarse el mismo.

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Reflexiona sobre esto:

Algunas veces la conducta codependiente se enreda de un modo inexplicable con la de ser buena esposa, madre, hermano, marido o cristiano.
Marilys de cuarenta y tantos años, es una mujer atractiva, cuando se preocupa por sí misma. Sin embargo, la mayor parte del tiempo lo pasa atendiendo a sus cinco hijos y a su esposo, un alcohólico en recuperación. Dedicó su vida a hacerlos felices, pero no tuvo éxito.
Generalmente siente ira, estima que sus esfuerzos no son apreciados y su familia se enoja con ellas. Tiene relaciones íntimas con su esposo cada vez que él lo desea, sin importar cómo se sienta ella. Gasta una parte muy importante del presupuesto familiar comprando juguetes y ropa para los niños: les compra todo lo que quieren. Hace de su chofer, les lee, les cocina, les limpia, los acaricia, mima con exceso a quienes se encuentran a su alrededor pero nadie le da a ella. La mayoría de las veces ni siquiera le dicen “gracias”.
Marilys resiente este constante dar de sí misma a su gente querida. Resiente la manera en que su familia y las necesidades de esta controlan su vida. Eligió la crianza como su profesión, y frecuentemente lo reciente. “Pero me siento culpable cuando no hago lo que me piden. Me siento culpable cuando no vivo de acuerdo con mis estándares de lo que es ser madre y esposa. Me siento culpable cuando no vivo de acuerdo a los estándares que los otros tienen de mí. Sencillamente me siento culpable”, dice. “De hecho”, añade, “fijo mis actividades cotidianas, mis prioridades, de acuerdo con mis sentimientos de culpa.”
¿Qué el cuidar de otras personas, resentirlo y esperar nada a cambio significa que Marilys es una buena esposa y madre? ¿O podría significar que Marilys es codependiente?

Reflexión: Cuando aceptamos convertirnos en cuidador-rescatador de otra persona estamos lapidandonos de por vida. Esta conducta al paso del tiempo nos pone en una situación difícil que solo nos conducirá a la autodestrucción de nuestros derechos y mermará nuestra salud física, emocional y mental. Hagamos lo máximo para despegarnos.(Alpha).

¿Eres una persona cuidadora de otros? ¿Estás apegada a esas conductas? Comparte tu experiencia en este rol.

Reflexión del Dīa: 14 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma que el codependiente desarrolla una obsesión por intervenir y controlar la vida de los demás.

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Reflexiona sobre esto:

Por fuerza del hábito, algunos de nosotros hemos desarrollado una actitud de apego, de preocuparnos, reaccionar y obsesivamente tratar de controlar. Quizá hemos vivido con personas y a través de eventos que estaban fuera de control. Tal vez obsesionándonos y controlando pudimos guardar un equilibrio o lograr que
temporalmente las cosas no empeoraran. Y luego simplemente seguimos haciendo lo mismo. Quizá teníamos miedo de soltarnos, porque cuando nos soltamos en el pasado sucedieron cosas terribles y dolorosas. Tal vez hemos estado apegados a la gente –viviendo sus vidas por y a través de ella– durante tanto tiempo que ya no nos queda una vida propia por vivir. Es más seguro seguir apegados. Por lo menos sabríamos que estamos vivos si reaccionáramos. Al menos tendríamos algo qué hacer si estuviéramos obsesionándonos o controlando. Por varias razones los codependientes tienden a apegarse a los problemas y a la gente. No importa no solucionar nada al preocuparse. No importa que esos problemas rara vez tengan solución. No importa que estén tan obsesionados que ni siquiera puedan leer un libro, ver la televisión o salir a dar un paseo. No importa que sus emociones estén en constante torbellino por lo que la otra persona dijo o no dijo,
de lo que hizo o no hizo, o de lo que hará después. ¡No importa que las cosas que estemos haciendo no ayuden a nadie!

Reflexión: Las personas codependientes suelen sentirse usadas y no apreciadas por todo lo que hacen por los demás. El codependiente utilizará gran cantidad de energía para hacerse cargo de la vida de los otros, todo bajo el disfraz del altruismo y del querer ayudar de manera sincera. Cuando la ayuda o el consejo es ignorado o no apreciado, el codependiente se siente enfadado y maltratado. (Psic.Juan Armando Corbin).

¿Sientes obsesión por las personas que te rodean? ¿Estás en terapia en la actualidad? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 11 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica que el apego afectivo corta toda posibilidad de alcanzar la paz y serenidad en la vida del codependiente.

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Reflexiona sobre esto:

Una persona codependiente es aquella que ha permitido que la conducta de otra persona la afecte, y que está obsesionada con controlar la conducta de esa persona. La otra persona puede ser un niño o adulto o un amante o un cónyuge, un hermano o hermana, un abuelo o abuela, un cliente o un amigo íntimo. Estas personas pueden ser alcohólicas, drogadictas, gente mental o físicamente enferma, una persona normal que de vez en cuando tiene sentimientos de tristeza, o una de las personas mencionadas anteriormente.
Pero el núcleo de la definición y de la recuperación no está en la otra persona, no importa cuánto lo creamos así, Está en nosotros mismos, en la manera en que permitimos que la conducta de otra persona nos afecte y en la forma en que tratamos de afectarla a ella: en los cuidados obsesivos, controladores, “ayudadores”, en la baja autoestima que raya en el odio hacia uno mismo, en la autorepresión, en la abundancia de ira y de culpa, en la peculiar dependencia de gente peculiar, en la atracción por y en la tolerancia de lo bizarro, en el estar centrado en otro que conduce al abandono de uno mismo, en problemas de comunicación, problemas de intimidad y en un continuo torbellino a través de las cinco fases del proceso de duelo.

Reflexión» El apego corrompe. Para mí, es el principal motivo de sufrimiento en la historia de la humanidad. Si el apego corrompe, pierdes tu dignidad, tu respeto, tus valores más esenciales. También pierdes libertad, y no puedes decidir cómo te vas a mover. Pierdes tranquilidad porque una de las características del apego es el miedo a perder aquello que deseas. Finalmente, pierdes también la alegría. Tu mente está tan metida en invertir recursos que pierde la posibilidad de disfrutar la vida con muchas otras cosas, te absorbe. (Walter Riso).Deseas profundizar en este concepto lee aquí

¿Estás apegado a algo o a alguien? ¿Sientes las consecuencias de ese apego? Comparte tus vivencias.

Reflexión del Dia: 3 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que la dependencia emocional se extiende más allá de las relaciones de pareja. También se suele evidenciar con otras vinculaciones sociales: con amistades, compañeros, familia y personas del entorno. En general, es una situación que puede extenderse a casi cualquier ámbito.

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Reflexiona sobre esto:

Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema. ¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablar, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Está preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiándolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.
Muchas de las personas con quienes he trabajado en terapia familiar han estado así de obsesionadas por la gente importante para ellas. Cuando les preguntaba qué sentían, me decían lo que la otra persona estaba sintiendo. Cuando les preguntaba qué habían hecho, me decían lo que la otra persona había hecho.
Su concentración total estaba en alguien o en algo que no eran ellas mismas. Algunas de ellas habían pasado años de su vida haciendo esto: preocupándose por, reaccionando a y tratando de controlar a otros seres humanos. Eran cascarones, a veces casi invisibles, de persona. Su energía estaba agotada, dirigida hacia alguien más. No me podían decir lo que sentían y pensaban porque no lo sabían. Su concentración no estaba en ellas mismas.

Reflexión: El apego insano y obsesivo es el mayor detonante de malestares, de boicoteos y pérdidas de autoestima. Por tanto, debemos tenerlo claro: es necesario eliminar la dependencia emocional. hay que dar un paso efectivo para ser autónomos y emocionalmente solventes en materia afectiva.(Sara Clemente). Informate mas leyendo aquï

¿Estás sintiendo los estragos del apego afectivo? ¿Estás asistiendo a TErapia CoDA? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 8 de Junio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que el dependiente emocional antepone el bienestar de los demás al suyo. Esto se relaciona también con la sumisión que adoptan los dependientes a los demás

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Reflexiona sobre esto:

La dependencia excesiva de otra persona puede matar el amor. Las relaciones que se basan en inseguridad emocional y en una necesidad, en vez de sustentarse en el amor, pueden volverse autodestructivas. No funcionan. Una necesidad demasiado grande aleja a la gente y extingue el amor. Asusta a la gente y hace que se vaya. Atrae a la gente equivocada. Y no satisface nuestras verdaderas necesidades.
Nuestras necesidades reales se hacen cada vez mayores, al igual que nuestra desesperación. Fijamos nuestra vida en torno a esta persona, tratando de proteger así nuestra fuente de seguridad y de felicidad. Abdicamos a vivir nuestra propia vida al hacer esto. Y sentimos ira contra esa persona. Somos controlados por ella.
Dependemos de esa persona. Finalmente nos enojamos y nos resentimos con la persona de quien dependemos y quien nos controla, porque le hemos dado nuestro poder personal y nuestros derechos.

Reflexión: Los dependientes emocionales poseen una baja tolerancia a la soledad, tienen miedo a estar solos, no son capaces de disfrutar de un tiempo consigo mismos. Siempre buscarán contacto, estar con esa persona o personas. La soledad les incomoda de manera ilógica, porque la relacionan con el valor que tiene para los demás, con no ser importante.

S¿ientes que eres un dependiente emocional? Has buscado ayuda profesional? ¿Estás en terapia Doce Pasos de CoDA?Comparte aquí.