Reflexión del Dia: 14 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que los codependientes viven a merced de lo que los otros necesitan. Se convierten en «veletas» que apuntan hacia la satisfacción de las necesidades de los demás, dejando de lado las propias. Viven reaccionando, enojándose cuando no se hace lo que dice y exige. Por ese control desmedido termina siendo dominado por las circunstancias que promueve.

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Reflexiona sobre esto:

La actitud reaccionaria del codependiente es un mecanismo de defensa, una forma de intentar controlar un entorno emocional que percibe como impredecible o inestable. Sin embargo, esta actitud suele resultar contraproducente. Al estar siempre en modo de ‘reacción’, el codependiente se deja llevar por las emociones y comportamientos de los demás, perdiendo el control sobre su propia vida y bienestar emocional.

Esta reactividad perpetúa un ciclo de desequilibrio emocional y relacionamientos tóxicos. No solo genera tensión y conflictos, sino que también eclipsa la habilidad del codependiente para ser proactivo en su propio proceso de sanación. La reactividad es, en esencia, una distracción de la verdadera tarea en cuestión: centrarse en el propio bienestar y establecer límites saludables.

Para romper con esta actitud reaccionaria, Beattie sugiere un cambio hacia el autoconocimiento y el autocuidado. Esto implica aprender a tomar un paso atrás, a respirar y a evaluar la situación antes de reaccionar. Al convertirse en observadores conscientes de sus propios patrones de pensamiento y comportamiento, los codependientes pueden aprender a responder en lugar de reaccionar, una habilidad clave en el camino hacia la recuperación y la construcción de relaciones más saludables.

Así que, según Beattie, enfrentar la reactividad no es solo un aspecto periférico del tratamiento de la codependencia; es fundamental para recuperar el control y la autonomía en la propia vida. (Alpha).

Trata de responder estas interrogantes ¿Vives reaccionando ante cualquier situación cotidiana? ¿Puedes detener esa necesidad de controlar? ¿Cómo lo haces? Comparte tus vivencias.

Reflexión del Dia: 6 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el codependiente debe asumir «desapegarse» cuando su vida se ha hecho ingobernable. Es saludable hacerlo a tiempo, no tiene otras opciones para sanar, solo «desapegarse».

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Reflexiona sobre esto:

¿Cuándo debemos desapegarnos? Cuando no podamos dejar de pensar, de hablar acerca de o de preocuparnos por alguien o por algo; cuando nuestras emociones estén en constante ebullición; cuando sintamos que tenemos que hacer algo acerca de alguien porque ya no podemos soportar la situación ni un minuto más; cuando estamos colgando de un hilo y sentimos que tal hebra está a punto de romperse; y cuando creemos que ya no podemos seguir viviendo con el problema con el que hemos estado tratando de vivir. ¡Es tiempo de desapegarnos! Aprenderán a reconocer cuándo es aconsejable desapegarse. Una buena regla a seguir es esta: cuando más necesitas desapegarte es cuando esto parece ser lo más lejano o lo menos posible de hacer.

Reflexión: En lugar de consumirte en las necesidades y deseos de otra persona, el desapego te invita a reinvertir esa energía en tu propio crecimiento y felicidad. En el proceso, creas el espacio para que la otra persona también lo haga. Por tanto, desapegarse con amor es liberar y ser liberado, permitiendo que cada uno busque su propia felicidad y plenitud, mientras sigue estando disponible en una capacidad más sana y equilibrada.(Alpha).

¿Has vivido situaciones de apego afectivo? ¿Has asumido el compromiso de desapegarte? ¿Cómo lo has hecho? ¿Te ha sido útil? Comenta aquí y comparte tus vivencias./em>

Reflexon del Dia: 2 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» hace especial mención a las reacciones que provoca en los codependientes el apego afectivo. La obsesión pasa a ocupar «todos los pensamientos» y se crea un remolino de «pensamientos compulsivos» que impide pensar en otra cosa que no sea el objeto de su apego ¡Se pierde el control, el poder y la serenidad!

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Reflexiona sobre esto:

Preocuparnos y obsesionarnos nos mantiene con tal maraña en la cabeza que no podemos resolver nuestros problemas. Cada vez que nos apegamos de esta manera a alguien o a algo, nos separamos de nosotros mismos. Perdemos contacto con nosotros mismos. Damos en prenda nuestro poder y nuestra capacidad para pensar, sentir, actuar y cuidar de nosotros mismos. ¡Perdemos el control!
Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema. ¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablar, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Esta preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiandolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.

Reflexión: En la codependencia, la preocupación y obsesión por otros a menudo se disfrazan de amor o deber, pero en realidad, nos roban la oportunidad de vivir nuestras propias vidas de manera plena. Dejar atrás estas conductas no es un acto de abandono hacia los demás, sino un acto de fidelidad hacia uno mismo. Al liberarnos de la compulsión de controlar o ‘salvar’ a otros, nos damos el espacio para centrarnos en nuestra propia sanación, descubriendo en el proceso un sentido de paz y libertad que no sabíamos que era posible. Es fundamental entender que cada individuo es responsable de su propia felicidad y bienestar; soltar esta preocupación obsesiva permite que cada persona en la relación respire, crezca y, finalmente, florezca. (Alpha).

¿Has tenido apego por otra persona? ¿Has sentido estas manifestaciones? ¿Has salido de ese círculo obsesivo-compulsivo? ¿Cuales herramientas has utilizado?. Coméntanos aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 1 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» refiere que los codependientes tendemos a «entregar el control de nuestra vida a los otros,» abdicando nuestro poder. Cuando nos hacemos dependientes, entramos en un torbellino de emociones y sentimientos que nos llevan hasta la desesperación, la tristeza y desordenamos nuestra existencia. Toda relación que se sustenta en el control, y no en el amor está signada por el fracaso.

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Reflexiona sobre esto:

La dependencia emocional y el sentirse atrapados también pueden provocar problemas en relaciones que podrían salvarse. Si estamos en una relación todavía buena, podemos ser demasiado inseguros para desapegamos y empezar a cuidar de nosotros mismos. Podemos extinguirnos y asfixiar o alejar a la otra persona. Esa necesidad extrema se vuelve obvia para los demás. Se puede sentir, percibir. En última instancia, la dependencia excesiva de otra persona puede matar el amor. Las relaciones que se basan en inseguridad emocional y en una necesidad, en vez de sustentarse en el amor, pueden volverse autodestructivas. No funcionan. Una necesidad demasiado grande aleja a la gente y extingue el amor. Asusta a la gente y hace que se vaya. Atrae a la gente equivocada. Y no satisface nuestras verdaderas necesidades.
Nuestras necesidades reales se hacen cada vez mayores, al igual que nuestra desesperación. Fijamos nuestra vida en torno a esta persona, tratando de proteger así nuestra fuente de seguridad y de felicidad. Abdicamos a vivir nuestra propia vida al hacer esto. Y sentimos ira contra esa persona. Somos controlados por ella. Dependemos de esa persona. Finalmente nos enojamos y nos resentimos con la persona de quien dependemos y quien nos controla, porque le hemos dado nuestro poder personal y nuestros derechos.

Reflexión: «La sanidad en las relaciones cuando se es codependiente comienza con el reconocimiento de que tu valor no está anclado en cómo te perciben los demás, sino en cómo te percibes a ti mismo. La clave está en establecer límites saludables que protejan tu bienestar emocional, permitiendo al mismo tiempo la conexión genuina con otros. No se trata de evitar las relaciones, sino de entrar en ellas de una manera más consciente y menos compulsiva. Al priorizar tu propio crecimiento y bienestar, creas un espacio en el que las relaciones pueden prosperar sin convertirse en la fuente única de tu identidad o felicidad. El primer paso para cualquier tipo de sanación es el reconocimiento del problema, seguido por el compromiso continuo con el cambio y el autocuidado. Mantener la salud en las relaciones siendo codependiente es un proceso de aprendizaje constante, uno que se facilita al amarte y respetarte a ti mismo primero.(Alpha).

¿Has tenido ese tipo de relaciones difíciles de dependencia afectiva?¿Has logrado salir «airoso» de estas relaciones? ¿Cuáles herramientas usaste? ¿Dieron resultados positivos? Comparte aquí en los comentarios.

Reflexión del Dia: 26 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ratifica la necesidad de dependencia afectiva que desarrolla el codependiente, hasta el punto de «conformarse» con lo poco que puede brindarle de atención y afecto la persona a la cual esta apegado. Esta situación de apego mas critico lo lleva incluso a «limitar» sus relaciones, para luego quedarse solo dependiendo aun mas de esa persona. Es un verdadero «drama».

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Reflexiona sobre esto:

Muchos de nosotros esperamos y necesitamos tanto de la gente que nos conformamos con muy poco.
Podemos volvernos dependientes de personas con problemas, de alcohólicos y otras personas con problemas. Podemos volvernos dependientes de personas que no precisamente nos gustan ni amamos. A veces, necesitamos tanto de la gente que nos conformamos casi con quien sea. Podemos necesitar a gente que no satisface nuestras necesidades. De nuevo, podemos encontrarnos en situaciones en las cuales necesitamos que alguien esté ahí para apoyarnos, pero que la persona que hemos elegido no puede o no podrá hacerlo.
Es posible incluso llegar a convencernos a nosotros mismos de que no podemos vivir sin alguien y que nos marchitaremos y moriremos si esa persona no está dentro de nuestra vida. Si esa persona es un alcohólico o tiene serios problemas, podremos tolerar el abuso y la enfermedad para mantenerla dentro de nuestra vida, a modo de proteger nuestra fuente de seguridad emocional. Nuestra necesidad se hace tan grande que nos conformamos con demasiado poco. Nuestras expectativas caen por debajo de lo normal, por debajo de lo que deberíamos esperar de nuestras relaciones. Luego, nos quedamos atrapados, varados.

Reflexión: El manejo «desordenado» de las relaciones por parte de los codependientes tiene un serio trasfondo de «baja autoestima». No se creen digno de ser amados. Solo sienten que dedicándole su tiempo a los otros, obtendrán atención y afecto. Así transcurre parte de su vida y cada día se limitan sus opciones de «desapegarse» hasta un momento crítico que puede generarles trastornos psicoafectivos que trastocan su salud física y emocional. ¿Cómo detener esto? solo haciéndose consciente de la seriedad y gravedad del asunto e iniciando una recuperación responsable. De no asumir esta última, serían lamentables las consecuencias. Podemos sanar… claro que SÍ, todo dependerá de nosotros mismos. (Alpha).

¿Has vivido este apego tan manifiesto por alguien? ¿Has logrado detenerte a tiempo? ¿Cuales herramientas has manejado? Comparte con nosotros tus comentarios.

Reflexión del Dia: 20 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ofrece su enfoque sobre la Codependencia. Para Melody las reacciones de los Codependientes son propias de aquellas enfermedades que cursan con conductas autodestructivas que van desde la preocupación, la tristeza, hasta llegar a la depresión y otros trastornos psicosomáticos que impactan la salud física y emocional de quien la padece. Puede empeorar si no se aborda a tiempo su tratamiento.

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Reflexiona sobre esto:

Quizá alguna de las razones por las cuales los profesionales consideran enfermedad a la codependencia es porque muchos codependientes están reaccionando a una enfermedad tal como el alcoholismo.
Otra razón por la cual se le llama enfermedad a la codependencia es porque es progresiva. A medida que la gente a nuestro alrededor se enferma más, podemos empezar a reaccionar en forma más intensa aún. Lo que empezó como una pequeña preocupación puede disparar el aislamiento, la depresión, una enfermedad física o emocional, o fantasías suicidas. Una cosa lleva a la otra, y las cosas se empeoran. La codependencia puede no ser una enfermedad, pero puede enfermarte. Y también puede contribuir a que la gente a tu alrededor permanezca enferma.
Otra razón más por la que se le llama enfermedad a la codependencia es porque las conductas codependientes –como muchas conductas autodestructivas– se vuelven habituales. Repetimos los hábitos sin pensarlo. Los hábitos cobran vida propia.

Reflexión: La Codependencia bien cae en ese rango de enfermedad psicoafectiva. Los codependientes pasamos de una simple preocupación hasta llegar incluso a tornarnos obsesivos-compulsivos«controlar» a los demás. Nos vamos envolviendo en una dependencia a las personas que se vuelve repetitiva, y ello nos toca nuestra salud física y altera en ocasiones nuestra psiquis. No atinamos a entender que ocurre y como llegamos a ese lugar, ni como salir de ese atolladero. Sentimos emociones tan fuertes que nos desbordan en muchas ocasiones y nos descontrolamos hasta «creer que estamos perdiendo la razón». Todo eso puede cambiar, solo que debemos comprometernos en nuestra tratamiento para recuperarnos. (Alpha).

¿Has sentido ese cúmulo de emociones alguna vez? ¿Cómo te sientes con relación a la codependencia? ¿Estás trabajando en tu tratamiento para recuperarte? Coméntanos tus vivencias.

Reflexión del Dia: 8 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ratifica la importancia de recuperarse de la codependencia. Asumir la responsabilidad por su propia vida es la misión más relevante del codependiente.

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Reflexiona sobre esto:

Analiza lo que ha sucedido. Si se trata de un incidente menor, serás capaz de sobreponerte tú solo. Si el problema es serio, o si te perturba seriamente, tal vez quieras discutirlo con un buen amigo que te ayude a aclarar tus pensamientos y emociones. Las dificultades y los sentimientos crecen cuando tratamos de apresarlos en nuestro interior. Habla acerca de tus sentimientos. Asume la responsabilidad de ellos. Siente verdaderamente lo que estés sintiendo. Nadie te hizo sentir así. Alguien pudo haberte ayudado a que te sintieras de determinada manera, pero el sentimiento lo sentiste tú. Manejalo. Luego, esclarece tú mismo la verdad sobre lo que sucedió ¿Estabas alguien tratando de molestarte? (Si hay duda al interpretar algo como un insulto o rechazo, prefiero creer que eso no tuvo nada que ver conmigo. Me ahorra tiempo y me ayuda a sentirme bien conmigo misma.) ¿Estabas tratando de controlar a alguien o algún evento? ¿Qué tan serio es el problema o el asunto? ¿Estás tomando la responsabilidad de otro? ¿Estás enojado porque alguien no adivinó lo que en realidad querías o lo que en verdad querías decir? ¿Estás tomando la conducta de otro de un modo demasiado personal?
¿Alguien oprimió tus botones de culpa o de inseguridad? ¿Es en verdad el fin del mundo, o es meramente algo triste y decepcionante?

Reflexión: Revisar sus conductas es una tarea permanente del codependiente. Habitualmente se hace responsable de la vida, sentimientos de otra persona. Interviene en su vida sin necesitarlo esa persona. Deja atrás su propia responsabilidad por asumir la ajena. Es una característica desgastante que impacta negativamente su calidad de vida.(Alpha).

¿Acostumbras asumir la responsabilidad de otros? Esa conducta ha deteriorado tus relaciones? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 6 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ratifica la necesidad de dependencia afectiva que desarrolla el codependiente, hasta el punto de «conformarse» con lo poco que puede brindarle de atención y afecto la persona a la cual esta apegado. Esta situación de apego mas critico lo lleva incluso a «limitar» sus relaciones, para luego quedarse solo dependiendo aun mas de esa persona. Es un verdadero «drama».

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Reflexiona sobre esto:

Muchos de nosotros esperamos y necesitamos tanto de la gente que nos conformamos con muy poco.
Podemos volvernos dependientes de personas con problemas, de alcohólicos y otras personas con problemas. Podemos volvernos dependientes de personas que no precisamente nos gustan ni amamos. A veces, necesitamos tanto de la gente que nos conformamos casi con quien sea. Podemos necesitar a gente que no satisface nuestras necesidades. De nuevo, podemos encontrarnos en situaciones en las cuales necesitamos que alguien esté ahí para apoyarnos, pero que la persona que hemos elegido no puede o no podrá hacerlo.
Es posible incluso llegar a convencernos a nosotros mismos de que no podemos vivir sin alguien y que nos marchitaremos y moriremos si esa persona no está dentro de nuestra vida. Si esa persona es un alcohólico o tiene serios problemas, podremos tolerar el abuso y la enfermedad para mantenerla dentro de nuestra vida, a modo de proteger nuestra fuente de seguridad emocional. Nuestra necesidad se hace tan grande que nos conformamos con demasiado poco. Nuestras expectativas caen por debajo de lo normal, por debajo de lo que deberíamos esperar de nuestras relaciones. Luego, nos quedamos atrapados, varados.

Reflexión: El manejo «desordenado» de las relaciones por parte de los codependientes tiene un serio trasfondo de «baja autoestima». No se creen digno de ser amados. Solo sienten que dedicándole su tiempo a los otros, obtendrán atención y afecto. Así transcurre parte de su vida y cada día se limitan sus opciones de «desapegarse» hasta un momento crítico que puede generarles trastornos psicoafectivos que trastocan su salud física y emocional. ¿Cómo detener esto? solo haciéndose consciente de la seriedad y gravedad del asunto e iniciando una recuperación responsable. De no asumir esta última, serían lamentables las consecuencias. Podemos sanar… claro que SÍ, todo dependerá de nosotros mismos. (Alpha).

¿Has vivido este apego tan manifiesto por alguien? ¿Has logrado detenerte a tiempo? ¿Cuales herramientas has manejado? Comparte con nosotros tus comentarios.

Reflexión del Dia: 25 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica la importancia de asistir a terapia para poder desprenderse de lo que agobia y martiriza la vida del codependiente.

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Medita sobre esto:

Muchos de nosotros esperamos y necesitamos tanto de la gente que nos conformamos con muy poco.
Podemos volvernos dependientes de personas con problemas, de alcohólicos y otras personas con problemas. Podemos volvernos dependientes de personas que no precisamente nos gustan ni amamos. A veces, necesitamos tanto de la gente que nos conformamos casi con quien sea. Podemos necesitar a gente que no satisface nuestras necesidades. De nuevo, podemos encontrarnos en situaciones en las cuales necesitamos que alguien esté ahí para apoyarnos, pero que la persona que hemos elegido no puede o no podrá hacerlo.
Es posible incluso llegar a convencernos a nosotros mismos de que no podemos vivir sin alguien y que nos marchitaremos y moriremos si esa persona no está dentro de nuestra vida. Si esa persona es un alcohólico o tiene serios problemas, podremos tolerar el abuso y la enfermedad para mantenerla dentro de nuestra vida, a modo de proteger nuestra fuente de seguridad emocional. Nuestra necesidad se hace tan grande que nos conformamos con demasiado poco. Nuestras expectativas caen por debajo de lo normal, por debajo de lo que deberíamos esperar de nuestras relaciones. Luego, nos quedamos atrapados, varados.

Reflexión: Depender de los demás es desgastante, conduce a frustrarnos y acaba con nuestra dignidad. Estamos llamados a recuperarnos y aceptar como prioridad «dejar ir» aquello que nos agobia y que nunca podremos controlar y mucho menos cambiar. Dediquemos esa energía en nosotros mismos, cuidándonos y amándonos. (Alpha).

¿Estás asistiendo a terapia? ¿Sientes cambios positivos en tus creencias? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 23 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que el rol preferido por el codependiente es de «cuidador compulsivo». También plantea que puede ejercer el de «victima», ejerciendo todo un drama a su alrededor para llamar la atención.

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Reflexiona sobre esto:

¡Rescatamos cada vez que cuidamos de los demás!
Al cuidar o rescatar podemos sentir uno o más de los siguientes sentimientos: incomodidad y malestar por el dilema de la otra persona; la urgencia de hacer algo; lástima; sentimiento de culpa; santidad; ansiedad; una extrema responsabilidad por esa persona o problema; miedo; la sensación de estar siendo forzado u obligado a hacer algo; una indisposición ligera o severa a hacer algo; mayor competencia que la persona a la que estarnos “ayudando”; u ocasionalmente resentimiento por haber sido colocados en esta posición. También pensamos que la persona a quien estamos cuidando está desvalida y es incapaz de hacer lo que nosotros hacemos por ella. Sentimos que temporalmente nos necesita.
No me refiero a actos de amor, de amabilidad, de compasión y de verdadera ayuda, a situaciones en las cuales legítimamente se desea y se necesita de nuestra ayuda y nosotros queremos darla. Estos actos son la sal de la vida. Rescatar o cuidar no lo son.
Cuidar de los demás parece un acto mucho más amistoso de lo que es. Requiere incompetencia por parte de la persona a quien estamos cuidando. Rescatamos “víctimas”, personas que creemos no son capaces de ser responsables de si mismas. Las víctimas en realidad son capaces de cuidar de sí mismas, aunque nosotros y ellas no lo admitimos. General mente nuestras víctimas están ahí esperando a un lado del triangulo a que nosotros hagamos el primer movimiento y brinquemos dentro del triángulo con ellas.
Después de que rescatamos, inevitablemente nos movemos a la siguiente esquina del triángulo: la persecución. Nos volvemos resentidos y nos enojamos con la persona a quien tan generosamente hemos “ayudado”. Hemos hecho algo que no queríamos hacer, algo fuera de nuestra responsabilidad, hemos ignorado nuestras propias necesidades y deseos, y nos enojamos por ello. Para complicar más el asunto, esta víctima, esta pobre persona que hemos rescatado, no siente gratitud por nuestra ayuda. No aprecia suficientemente el sacrificio que hemos hecho. La víctima no se porta corno debiera. Ni siquiera está siguiendo nuestro consejo, que tan prontamente le brindamos. Esta persona no nos deja recomponer sus sentimientos. Algo no ha funcionado bien, de modo que nos rasgamos nuestro halo y sacamos nuestro trinche.

Mi Reflexión: El codependiente habitualmente se mueve en un triangulo vicioso que se denomina «Triangulo del drama o de Karpman». En este escenario figuran tres actores: rescatador, víctima y victimario. El codependiente ejerce el rol de «rescatador-cuidador por excelencia». Vive pendiente de los otros, de intervenir en su vida, cambiarla, ofrecer consejos, sugerencias. No siempre se queda ejerciendo ese papel sino que en ocasiones pasa a ser víctima, se debilita, se desarma, dramatiza, solo para buscar amor, afecto, felicidad. Triste vida la del codependiente. Necesita ayuda para salir de esa trama insana. (Alpha).

¿En ese triángulo, cuál es tu rol? ¿Identificas claramente esa conducta autodestructiva que ocupa tu vida? Comenta acá.