Reflexión del Dia: 23 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que el rol preferido por el codependiente es de «cuidador compulsivo». También plantea que puede ejercer el de «victima», ejerciendo todo un drama a su alrededor para llamar la atención.

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Reflexiona sobre esto:

¡Rescatamos cada vez que cuidamos de los demás!
Al cuidar o rescatar podemos sentir uno o más de los siguientes sentimientos: incomodidad y malestar por el dilema de la otra persona; la urgencia de hacer algo; lástima; sentimiento de culpa; santidad; ansiedad; una extrema responsabilidad por esa persona o problema; miedo; la sensación de estar siendo forzado u obligado a hacer algo; una indisposición ligera o severa a hacer algo; mayor competencia que la persona a la que estarnos “ayudando”; u ocasionalmente resentimiento por haber sido colocados en esta posición. También pensamos que la persona a quien estamos cuidando está desvalida y es incapaz de hacer lo que nosotros hacemos por ella. Sentimos que temporalmente nos necesita.
No me refiero a actos de amor, de amabilidad, de compasión y de verdadera ayuda, a situaciones en las cuales legítimamente se desea y se necesita de nuestra ayuda y nosotros queremos darla. Estos actos son la sal de la vida. Rescatar o cuidar no lo son.
Cuidar de los demás parece un acto mucho más amistoso de lo que es. Requiere incompetencia por parte de la persona a quien estamos cuidando. Rescatamos “víctimas”, personas que creemos no son capaces de ser responsables de si mismas. Las víctimas en realidad son capaces de cuidar de sí mismas, aunque nosotros y ellas no lo admitimos. General mente nuestras víctimas están ahí esperando a un lado del triangulo a que nosotros hagamos el primer movimiento y brinquemos dentro del triángulo con ellas.
Después de que rescatamos, inevitablemente nos movemos a la siguiente esquina del triángulo: la persecución. Nos volvemos resentidos y nos enojamos con la persona a quien tan generosamente hemos “ayudado”. Hemos hecho algo que no queríamos hacer, algo fuera de nuestra responsabilidad, hemos ignorado nuestras propias necesidades y deseos, y nos enojamos por ello. Para complicar más el asunto, esta víctima, esta pobre persona que hemos rescatado, no siente gratitud por nuestra ayuda. No aprecia suficientemente el sacrificio que hemos hecho. La víctima no se porta corno debiera. Ni siquiera está siguiendo nuestro consejo, que tan prontamente le brindamos. Esta persona no nos deja recomponer sus sentimientos. Algo no ha funcionado bien, de modo que nos rasgamos nuestro halo y sacamos nuestro trinche.

Mi Reflexión: El codependiente habitualmente se mueve en un triangulo vicioso que se denomina «Triangulo del drama o de Karpman». En este escenario figuran tres actores: rescatador, victima y victimario. El codependiente ejerce el rol de «rescatador-cuidador por excelencia». Vive pendiente de los otros,de intervenir en su vida, cambiarla, ofrecer consejos, sugerencias. No siempre se queda ejerciendo ese papel sino que en ocasiones pasa a ser victima, se debilita, se desarma, dramatiza, solo para buscar amor, afecto, felicidad. Triste vida la del codependiente. Necesita ayuda para salir de esa trama insana. (Alpha).

¿En ese triángulo cuál es tu rol? ¿Identificas claramente la conducta autodestructiva en tu vida? Comenta acá.

Lectura Bíblica sugerida: Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él. Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada. (Salmo 68:4-5)

Reflexión del Dia: 19 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que el codependiente debe aceptar que existen sentimientos positivos y negativos, y que la vida es un eterno contraste entre esas dos condiciones.

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Reflexiona sobre esto:

Los sentimientos de intensa felicidad pueden ser tan perturbadores y atemorizantes como los sentimientos de intensa tristeza, especialmente para los codependientes que no están acostumbrados a los sentimientos de felicidad. Muchos codependientes creen que a los sentimientos de felicidad siempre deben seguir los de tristeza, porque esa es la manera como han sucedido en general las cosas en el pasado. Algunos codependientes creen que no podemos, no debemos y no merecemos sentirnos felices. A veces hacemos cosas para provocar sentimientos de tristeza después de experimentar sentimientos de felicidad, o cada vez que existe una posibilidad de que exista un sentimiento de alegría. Está bien sentirse feliz. Está bien sentirse triste. Dejemos que la energía emocional nos atraviese, y luchemos por obtener la paz y el equilibrio.
Hay ocasiones en que podemos requerir de ayuda profesional para manejar nuestras emociones. Si estamos varados en cualquier sentimiento en particular debemos darnos a nosotros mismos lo que necesitamos. Ver a un terapeuta, a un consejero, a un psicoanalista, o a un sacerdote. También podemos desear buscar ayuda profesional si hemos estado reprimiendo nuestros sentimientos durante un largo periodo o si sospechamos que hemos estado reprimiendo algo intenso.

Reflexión: Para el codependencia, en su visión errónea de la vida solo existen los matices de felicidad y tristeza, y así se ha movido toda su vida. Sus sentimientos han sido atemorizantes, pasando de la alegría a la depresión todo el tiempo. Es momento de cambiar esta creencia y darle paso a la realidad, nada es absoluto en nuestra parte emocional, todo tiene cabida. (Alpha).

Estás dispuesto a cambiar los mitos que te han acompañado toda tu vida? Comparte aquí.

Lectura Biblica sugerida: Mi escondedero y mi escudo eres tú; En tu palabra he esperado. (Salmo 119:114).

Reflexión del Dia: 18 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica que el codependiente es un cuidador compulsivo. Se entrega tanto a los demás que se olvida cuidarse el mismo.

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Reflexiona sobre esto:

Algunas veces la conducta codependiente se enreda de un modo inexplicable con la de ser buena esposa, madre, hermano, marido o cristiano.
Marilys de cuarenta y tantos años, es una mujer atractiva, cuando se preocupa por sí misma. Sin embargo, la mayor parte del tiempo lo pasa atendiendo a sus cinco hijos y a su esposo, un alcohólico en recuperación. Dedicó su vida a hacerlos felices, pero no tuvo éxito.
Generalmente siente ira, estima que sus esfuerzos no son apreciados y su familia se enoja con ellas. Tiene relaciones íntimas con su esposo cada vez que él lo desea, sin importar cómo se sienta ella. Gasta una parte muy importante del presupuesto familiar comprando juguetes y ropa para los niños: les compra todo lo que quieren. Hace de su chofer, les lee, les cocina, les limpia, los acaricia, mima con exceso a quienes se encuentran a su alrededor pero nadie le da a ella. La mayoría de las veces ni siquiera le dicen “gracias”.
Marilys resiente este constante dar de sí misma a su gente querida. Resiente la manera en que su familia y las necesidades de esta controlan su vida. Eligió la crianza como su profesión, y frecuentemente lo reciente. “Pero me siento culpable cuando no hago lo que me piden. Me siento culpable cuando no vivo de acuerdo con mis estándares de lo que es ser madre y esposa. Me siento culpable cuando no vivo de acuerdo a los estándares que los otros tienen de mí. Sencillamente me siento culpable”, dice. “De hecho”, añade, “fijo mis actividades cotidianas, mis prioridades, de acuerdo con mis sentimientos de culpa.”
¿Qué el cuidar de otras personas, resentirlo y esperar nada a cambio significa que Marilys es una buena esposa y madre? ¿O podría significar que Marilys es codependiente?

Reflexión: Cuando aceptamos convertirnos en cuidador-rescatador de otra persona estamos lapidandonos de por vida. Esta conducta al paso del tiempo nos pone en una situación difícil que solo nos conducirá a la autodestrucción de nuestros derechos y mermará nuestra salud física, emocional y mental. Hagamos lo máximo para despegarnos… (Alpha).

Eres una persona cuidadora de otros? Estás apegada a esas conductas? Comparte tu experiencia en este rol.

Lectura Biblica sugerida: Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.(Isaías 26:3).

Reflexión del Dia: 11 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica que el apego afectivo corta toda posibilidad de alcanzar la paz y serenidad en la vida del codependiente.

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Reflexiona sobre esto:

Una persona codependiente es aquella que ha permitido que la conducta de otra persona la afecte, y que está obsesionada con controlar la conducta de esa persona. La otra persona puede ser un niño o adulto o un amante o un cónyuge, un hermano o hermana, un abuelo o abuela, un cliente o un amigo íntimo. Estas personas pueden ser alcohólicas, drogadictas, gente mental o físicamente enferma, una persona normal que de vez en cuando tiene sentimientos de tristeza, o una de las personas mencionadas anteriormente.
Pero el núcleo de la definición y de la recuperación no está en la otra persona, no importa cuánto lo creamos así, Está en nosotros mismos, en la manera en que permitimos que la conducta de otra persona nos afecte y en la forma en que tratamos de afectarla a ella: en los cuidados obsesivos, controladores, “ayudadores”, en la baja autoestima que raya en el odio hacia uno mismo, en la autorepresión, en la abundancia de ira y de culpa, en la peculiar dependencia de gente peculiar, en la atracción por y en la tolerancia de lo bizarro, en el estar centrado en otro que conduce al abandono de uno mismo, en problemas de comunicación, problemas de intimidad y en un continuo torbellino a través de las cinco fases del proceso de duelo.

Reflexión» El apego corrompe. Para mí, es el principal motivo de sufrimiento en la historia de la humanidad. Si el apego corrompe, pierdes tu dignidad, tu respeto, tus valores más esenciales. También pierdes libertad, y no puedes decidir cómo te vas a mover. Pierdes tranquilidad porque una de las características del apego es el miedo a perder aquello que deseas. Finalmente, pierdes también la alegría. Tu mente está tan metida en invertir recursos que pierde la posibilidad de disfrutar la vida con muchas otras cosas, te absorbe. (Walter Riso).Deseas profundizar en este concepto lee aquí

Estás apegado a algo o a alguien? Sientes las consecuencias de ese apego? Comparte tus vivencias.

Lectura Bíblica sugerida: Me diste asimismo el escudo de tu salvación;Tu diestra me sustentó. Y tu benignidad me ha engrandecido. Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado. (Salmo 18:35-36).

Reflexión del Dia: 3 de Julio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que la dependencia emocional se extiende más allá de las relaciones de pareja. También se suele evidenciar con otras vinculaciones sociales: con amistades, compañeros, familia y personas del entorno. En general, es una situación que puede extenderse a casi cualquier ámbito.

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Reflexiona sobre esto:

Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema. ¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablar, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Está preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiándolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.
Muchas de las personas con quienes he trabajado en terapia familiar han estado así de obsesionadas por la gente importante para ellas. Cuando les preguntaba qué sentían, me decían lo que la otra persona estaba sintiendo. Cuando les preguntaba qué habían hecho, me decían lo que la otra persona había hecho.
Su concentración total estaba en alguien o en algo que no eran ellas mismas. Algunas de ellas habían pasado años de su vida haciendo esto: preocupándose por, reaccionando a y tratando de controlar a otros seres humanos. Eran cascarones, a veces casi invisibles, de persona. Su energía estaba agotada, dirigida hacia alguien más. No me podían decir lo que sentían y pensaban porque no lo sabían. Su concentración no estaba en ellas mismas.

Reflexión: El apego insano y obsesivo es el mayor detonante de malestares, de boicoteos y pérdidas de autoestima. Por tanto, debemos tenerlo claro: es necesario eliminar la dependencia emocional. hay que dar un paso efectivo para ser autónomos y emocionalmente solventes en materia afectiva.(Sara Clemente). Informate mas leyendo aquï

Estás sintiendo los estragos del apego afectivo? Estás asistiendo a Terapia CoDA? Comparte aquí.

Lectura Bíblica sugerida: Pero Dios, cuya misericordia es abundante, por el gran amor con que nos amó (Efesios 2:4).

Reflexión del Dia: 8 de Junio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que el dependiente emocional antepone el bienestar de los demás al suyo. Esto se relaciona también con la sumisión que adoptan los dependientes a los demás

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Reflexiona sobre esto:

La dependencia excesiva de otra persona puede matar el amor. Las relaciones que se basan en inseguridad emocional y en una necesidad, en vez de sustentarse en el amor, pueden volverse autodestructivas. No funcionan. Una necesidad demasiado grande aleja a la gente y extingue el amor. Asusta a la gente y hace que se vaya. Atrae a la gente equivocada. Y no satisface nuestras verdaderas necesidades.
Nuestras necesidades reales se hacen cada vez mayores, al igual que nuestra desesperación. Fijamos nuestra vida en torno a esta persona, tratando de proteger así nuestra fuente de seguridad y de felicidad. Abdicamos a vivir nuestra propia vida al hacer esto. Y sentimos ira contra esa persona. Somos controlados por ella.
Dependemos de esa persona. Finalmente nos enojamos y nos resentimos con la persona de quien dependemos y quien nos controla, porque le hemos dado nuestro poder personal y nuestros derechos.

Reflexión: Los dependientes emocionales poseen una baja tolerancia a la soledad, tienen miedo a estar solos, no son capaces de disfrutar de un tiempo consigo mismos. Siempre buscarán contacto, estar con esa persona o personas. La soledad les incomoda de manera ilógica, porque la relacionan con el valor que tiene para los demás, con no ser importante.

Sientes que eres un dependiente emocional? Has buscado ayuda profesional? Estás en terapia Doce Pasos de CoDA?Comparte aquí.

Lectura Biblica sugerida: Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? —No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús—. (Mateo 18:21-22).

Reflexión del Dia: 6 de Junio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que la codependencia como padecimiento psicoafectivo puede ser controlado y es al codependiente a quien le corresponde transitar con seriedad ese sendero espiritual.

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Reflexiona sobre esto:

No afirmo que los codependientes sean una especie peculiar porque necesitan y quieren amor y aprobación. La mayoría de la gente quiere estar dentro de una relación amorosa. Quieren tener a una persona especial en sus vidas. La mayoría de la gente quiere y necesita tener amigos. La mayoría de la gente quiere que las personas cercanas en sus vidas la amen y la aprueben. Estos son deseos naturales, sanos. En la mayoría de las relaciones está presente cierta cantidad de dependencia emocional, aun en las más sanas. Pero muchos hombres y mujeres no sólo quieren y necesitan a la gente: necesitamos a la gente. Podemos ser manejados, controlados por esta necesidad.
Necesitar demasiado a la gente puede causar problemas. Otras personas se convierten en la clave de nuestra felicidad. Creo que gran parte del estar centrado en los demás, con nuestras vidas en órbita alrededor de otras personas, va de la mano de la codependencia y mana de nuestra inseguridad emocional. Creo que, en gran medida, la búsqueda incesante de aprobación en la que nos embarcamos proviene también de la inseguridad. La magia está en los demás, no en nosotros, creemos, El sentirse bien está en ellos, no en nosotros. Entre menos cosas buenas encontremos en nosotros mismos, más las buscaremos en los demás,
Ellos lo tienen todo; nosotros no tenemos nada. Nuestra existencia no es importante. Hemos sido abandonados y relegados tan a menudo que también nosotros nos abandonamos.

Reflexión: Sentirse aprobado por los demás es necesario y saludable hasta cierto límite. Cuando estos se exceden empiezan las dificultades y la autoestima ya golpeada baja aún más hasta niveles patológicos. De tu interés, escucha este audio aquí

Sientes necesidad de ser aprobado por los demás? Comenta acá.

Lectura Biblica sugerida: Sin embargo, es tal tu compasión que no los destruiste ni abandonaste, porque eres Dios clemente y compasivo. (Nehemías 9:31).

Reflexión del Dia: 26 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que no tenemos porque preocuparnos por los demás hasta obsesionarnos. Eso solo nos conduce a enfermarnos.

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Reflexiona sobre esto:

Preocuparse, obsesionarse y controlar son ilusiones. Son trucos que construimos nosotros mismos. Sentimos que estamos haciendo algo para solucionar nuestros problemas, pero no es así. Muchos de nosotros hemos reaccionado de esta manera con justificada buena razón. Podremos haber vivido con problemas complicados y serios que han perturbado nuestra vida, y que a cualquier persona normal podrían volver ansiosa, perturbada, preocupada y obsesionada. Podemos amar a alguien que tiene problemas, alguien fuera de control. Su problema puede ser el alcoholismo, un trastorno de la alimentación, apostar de una manera compulsiva, un problema emocional o mental, o cualquier combinación de estos.
Algunos de nosotros podremos haber vivido con problemas menos serios, pero que nos preocupan de todas maneras. Las personas que amamos o que nos importan pueden tener cambios súbitos en sus estados de ánimo. Pueden hacer cosas que desearíamos que no hicieran. Podemos pensar que él o ella podrían hacer las cosas de otra manera, de un modo mejor, de una forma que creemos que no causaría tantos problemas.
Por fuerza del hábito, algunos de nosotros hemos desarrollado una actitud de apego, de preocuparnos, reaccionar y obsesivamente tratar de controlar. Quizá hemos vivido con personas y a través de eventos que estaban fuera de control. Tal vez obsesionándonos y controlando pudimos guardar un equilibrio o lograr que temporalmente las cosas no empeoraran. Y luego simplemente seguimos haciendo lo mismo. Quizá teníamos miedo de soltarnos, porque cuando nos soltamos en el pasado sucedieron cosas terribles y dolorosas. Tal vez hemos estado apegados a la gente –viviendo sus vidas por y a través de ella– durante tanto tiempo que ya no nos queda una vida propia por vivir. Es más seguro seguir apegados. Por lo menos sabríamos que estamos vivos si reaccionáramos. Al menos tendríamos algo qué hacer si estuviéramos obsesionándonos o controlando. Por varias razones los codependientes tienden a apegarse a los problemas y a la gente. No importa no solucionar nada al preocuparse. No importa que esos problemas rara vez tengan solución. No importa que estén tan obsesionados que ni siquiera puedan leer un libro, ver la televisión o salir a dar un paseo. No importa que sus emociones estén en constante torbellino por lo que la otra persona dijo o no dijo, de lo que hizo o no hizo, o de lo que hará después. ¡No importa que las cosas que estemos haciendo no ayuden a nadie! Sin importarnos el costo, persistiremos en ello. Apretaremos los dientes, nos asiremos a la curda y nos prenderemos a ella más fuerte que nunca. Algunos de nosotros ni siquiera nos daremos cuenta de que nos hemos estado agarrando tan fuerte. Otros nos habremos convencido de que debemos asirnos así de fuerte. Creemos que no existe otra alternativa que la de reaccionar a esta persona o problema de esta manera obsesiva. A menudo, cuando le sugiero a la gente que se aparte de esta persona o de este problema, me responden con horror. “¡Oh, no!”, dicen, “nunca podría hacer eso. Yo lo amo, o la amo, demasiado. Me importa demasiado para hacerle eso. Este problema o esta persona es demasiado importante para mí. Tengo que permanecer apegado a ella (o a esto)”.

Reflexión: No podemos desentendernos por completo de las opiniones de los demás, porque somos seres eminentemente sociales. Sin embargo, cuando te importa más el qué dirán que tu satisfacción, cuando priorizas la aceptación de los demás sobre tu propia felicidad, entonces, antes o después, tu camino se torcerá y cuando mires a tu alrededor, solo verás insatisfacción.

Te importa mucho la aprobación de los demás? Comenta aquí.

Lectura Biblica sugerida: Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían. (Nahúm 1:7).

Reflexión del Dia: 23 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que el control es una ilusión que solo ocasiona desesperación y crispación a la persona codependiente. Lo mejor es olvidar esa actitud y empezar a recuperarse.

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Reflexiona sobre esto:

El control es una ilusión. No funciona. No podemos controlar el alcoholismo. No podemos controlar las conductas compulsivas de nadie: comer en exceso, una conducta sexual exagerada, la apuesta compulsiva, ni ninguna otra de sus conductas. No podemos (y no es asunto nuestro hacerlo) controlar las emociones, la mente o las elecciones de nadie. No podemos controlar el resultado de los eventos. No podemos controlar a la vida. Algunos de nosotros apenas podemos controlamos a nosotros mismos.
A fin de cuentas las personas hacen lo que quieren hacer. Se sienten como se quieren sentir (o como se están sintiendo); piensan lo que quieren pensar; hacen las cosas que creen que necesitan hacer; y cambiarán sólo cuando estén listos para cambiar. No importa si ellos no tienen la razón y nosotros sí. No importa que se estén lastimando a sí mismos. No importa que nosotros podríamos ayudarles si tan sólo nos escucharan y cooperaran con nosotros. ¡NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA!
No podemos cambiar a las personas. Cualquier intento de controlarlas es un engaño y una ilusión. Se resistirán a nuestros esfuerzos o redoblarán los suyos para probar que no podemos controlarlas. Podrán adaptarse temporalmente a nuestras demandas, pero cuando nos demos la vuelta regresarán a su estado natural. Y aún más, la gente nos castigara por obligarla a hacer algo que no quiere, o a ser como no quiere ser. Ningún control será suficiente para efectuar un cambio permanente o deseable en otra persona. A veces podremos hacer cosas que aumenten la probabilidad de que la gente quiera cambiar, pero ni aun eso podemos garantizar o controlar.
Y esa es la verdad. Es una desgracia. A veces es difícil de aceptar, especialmente si alguien a quien amas se lastima a sí mismo o a sí misma y a ti. Pero así es. La única persona a la que puedes o podrás hacer cambiar es a ti misma. La única persona que te atañe controlar eres tú misma.

Reflexión: Quien crea que puede controlar a los demás y lograr hacerles cambiar sus costumbre está totalmente equivocado. Cuando mantenemos control sobre los otros nos damos cuenta que es imposible lograr esto: es más, terminamos enfermandonos y dejando de lado el cuidado propio, que si es nuestra total y única responsabilidad. (Alpha).

Estás tratando de controlar a los demás? Cómo te has sentido haciendo esto? Comparte aquí.

Lectura Biblica sugerida: Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes. (Salmo 27:13)./strong>

Reflexión del Dia: 18 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera la necesidad que el codependiente asuma el control de su vida. Solo puede cambiarse a si mismo.Los demás deben asumir su propio cuidado.

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Reflexiona sobre esto:

Los codependientes nunca saben qué esperar, especialmente si están en cercana relación con un alcohólico, un drogadicto, un criminal, un jugador empedernido, o con cualquiera otra persona que tenga un problema serio o un trastorno compulsivo. Estamos bombardeados de problemas, pérdidas y cambio. Soportamos ventanas hechas añicos, citas a las que no se acude, promesas rotas, y francas mentiras. Perdemos nuestra seguridad económica, nuestra seguridad emocional, la fe en las personas que amamos, la fe en Dios, y la fe en nosotros mismos. Podemos perder nuestro bienestar físico, nuestros bienes materiales, nuestra capacidad para disfrutar del sexo, nuestra reputación, nuestra vida social, nuestra carrera, nuestro autocontrol, nuestra autoestima, y a nosotros mismos.
Algunos le perdemos el respeto y la confianza a la gente que amamos. A veces incluso perdemos el amor y nuestro compromiso con una persona que alguna vez amamos. Esto es común. Es una consecuencia natural, normal de la enfermedad.

Reflexión: El codependiente apegado vive en continua zozobra tratando de intervenir en la vida de los demás, y abandona su propio cuidado. Debe revertir este escenario de autoabandono y entrar a interesarse por si mismo, asumiendo su propio cuidado.(Alpha).

¿Te interesas mas por el cuidado de otros que por ti mismo? Comparte tu experiencia aquí.

Lectura Bíblica sugerida: Y ésta es la voluntad de mi Padre: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final (Jn 6:40).