Meditación 29 de Septiembre… Desarrollando tolerancia saludable

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la capacidad que tiene el codependiente de aguantar situaciones abusivas por parte de las personas de su entorno. Aclara que eso debe ser modificado y fijar límites en el marco de una tolerancia que evite ser abusado.

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Medita sobre esto:

Muchos de nosotros somos expertos en negar y descontar lo que nos duele. Podemos soportar una situación particular, diciéndonos repetidamente que no es tan malo; no deberíamos ser tan exigentes; cambiará cualquier día; deberíamos ser capaces de vivir con eso; no nos molesta; la otra persona realmente no lo decía en serio; no duele; tal vez somos solo nosotros.
Podemos pelear y discutir sobre la realidad y la validez de nuestro dolor, nuestro derecho a sentirlo y hacer algo al respecto.
A menudo toleramos tanto o tanto que nos ponemos furiosos y nos negamos a tolerar más.
Podemos aprender a desarrollar tolerancia saludable.
Hacemos eso al establecer límites saludables y confiar en nosotros mismos para ser dueños de nuestro poder con las personas. Podemos disminuir nuestro dolor y sufrimiento al validar y prestar atención a nosotros mismos. Podemos trabajar para acortar el tiempo entre identificar la necesidad de establecer un límite y tomar una acción clara y directa.
No estamos locos. Algunas conductas realmente nos molestan. Algunos comportamientos realmente son inapropiados, molestos, hirientes o abusivos.
No tenemos que sentirnos culpables por ocuparnos de nosotros mismos una vez que identificamos un límite que debe establecerse. Mire la experiencia como un experimento para poseer nuestro poder, establecer límites y límites nuevos y saludables para nosotros mismos.
No tenemos que sentirnos culpables, pedir disculpas o explicarnos después de haber establecido un límite. Podemos aprender a aceptar la incomodidad y la incomodidad de establecer límites con las personas. Podemos establecer nuestros derechos a tener estos límites.
Podemos darle a la otra persona espacio para tener y explorar sus sentimientos; podemos darnos espacio para tener nuestros sentimientos, mientras luchamos por poseer nuestro poder y crear buenas relaciones de trabajo.
Una vez que podemos confiar en nuestra capacidad de cuidarnos, desarrollaremos una tolerancia sana y razonable de los demás.

«Dios, ayúdame a comenzar a luchar por límites saludables y tolerancia saludable para mí y para los demás».

Mi Reflexión: Los codependientes aceptamos tratos abusivos por mucho tiempo sin quejarnos, en aras de tener compañía y atención, pero todo tiene su límite y cuando decidimos detener ese comportamiento de las demás personas, fijamos límites para mantenernos en un marco de tolerancia y convivencia con nuestro entorno familiar, laboral, social. Podemos permitir que cada quien exprese sus sentimientos, pero con respeto. Durante la recuperación vamos asumiendo nuestro Poder y haciendo valer nuestros derechos ¡Es lo saludable! (Alpha).

¿Cómo son tus relaciones familiares, laborales y sociales? ¿Obtienes el respeto de parte de estas personas? Comenta aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 4 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» nos hace comprender la necesidad de mantenernos en calma interior para asumir las decisiones que nos ayuden a salir de los problemas que creamos y enfrentamos como personas apegadas y guiadas por una necesidad enfermiza de «controlar» la vida de los demás.

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Reflexiona sobre esto:

Descubre que necesitas hacer para cuidar de ti mismo. Toma tus decisiones basándote en la realidad y tómalas en un estado de ánimo apacible. ¿Necesitas pedir disculpas? ¿Quieres olvidarte del asunto?
¿Necesitas hablar con alguien de corazón a corazón? ¿Necesitas tomar otra decisión para cuidar de ti mismo?
Cuando tomes tu decisión ten en mente cuáles son tus responsabilidades. No tienes la responsabilidad de que los otros “vean la luz” y no necesitas “enderezarlos”. Tienes la responsabilidad de ayudarte a ti mismo a ver la luz y de enderezarte. Si no te sientes en paz con alguna decisión, olvídala. No es tiempo para tomarla todavía. Espera hasta que tu mente esté consistente y tus emociones estén tranquilas.
Cálmate. No necesitas sentirte tan asustado. No necesitas sentirte tan frenético. Mantén las cosas en perspectiva. ¡Hazte la vida más fácil!

Mi Reflexión: En la sanación de la codependencia, aprender a cuidar de uno mismo no es un lujo, sino una necesidad imperante. La codependencia nos enseña a poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras, a tal punto que descuidar nuestro propio bienestar se vuelve la norma. Sin embargo, la verdadera sanación solo puede comenzar cuando reorientamos ese cuidado hacia nosotros mismos. Al hacerlo, no solo ganamos una mayor estabilidad emocional y autoestima, sino que también creamos el espacio para relaciones más saludables y equitativas. Cuidar de ti mismo es el primer paso para romper el ciclo de la codependencia, pues nos permite establecer límites saludables y practicar la autoafirmación de una manera que enriquece nuestra vida y la de los que nos rodean. El autocuidado en este contexto se convierte en un acto radical de autoamor, esencial para desmantelar los patrones y creencias que sostienen la codependencia. Al cuidar de ti mismo, te das el permiso para ser una persona completa, y no solo un satélite en la órbita de alguien más. (Alpha).

¿Has asumido decisiones para cuidar de ti mismo en el sendero a la recuperación? ¿Cuáles herramientas te han funcionado? Comenta acá tus vivencias al respecto.

Meditación 1 de Septiembre… Tú eres digno de ser amado.

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós nos reitera que los codependientes aprendimos desde la infancia por razones diversas, que no merecemos recibir amor y a descartar amar a los demás de manera saludable, pero esa actitud debe cambiar. Aun con sentimientos negativos hacia nosotros mismos (miedo, vergüenza, tristeza), transitamos la vida sin saber que las vivencias sucedidas son «lecciones para aprender».

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Medita sobre esto:

Nos regresamos… y nos regresamos… y nos regresamos… a través de las capas de miedo, de vergüenza, de heridas y de encantamientos negativos cuando descubrimos al niño exuberante, sencillo, encantador y amoroso que había, y que aún hay, en nosotros. (Más allá de la codependencia).

Tú eres digno de ser amado. Sí, tú.
Tan sólo porque la gente no haya estado contigo, tan sólo porque ciertas personas no hayan sido capaces de demostrarte amor de maneras que sí funcionarán, tan sólo porque las relaciones hayan fracasado o se hayan agriado, eso no significa que no seas digno de ser amado.
Has tenido lecciones que aprender. A veces, esas lecciones te han lastimado.
Deja ir el dolor. Abre tu corazón al amor.
Tú eres digno de ser amado.
Tú eres amado.

«Hoy me diré a mí mismo que soy digno de ser amado. Esto lo seguiré haciendo hasta que lo crea.

Mi Reflexión: El primer paso hacia la sanación de la codependencia no es aprender a vivir sin los demás, sino aprender a vivir contigo mismo. El amor propio no es egoísmo; es la base desde la cual se construyen relaciones más saludables. Al nutrirte a ti mismo, te haces más fuerte, menos dependiente de la validación externa y más capaz de amar de una forma que enriquece en lugar de agotar. Este proceso de autoamor es esencial para desmantelar los patrones de codependencia, permitiendo que emerja un yo más auténtico y completo. (Alpha).

¿Has sentido el rechazo de los demás? ¿Qué has pensado y sentido al respecto? ¿Has aprendido a amarte a ti mismo? Si has logrado crecer en ese sentido comparte tus herramientas en los comentarios.

Meditación 30 de Agosto… La gratitud no es negación

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reafirma que el practicar la «gratitud al Creador» se hace frecuentemente e indistinto de las circunstancias que estemos viviendo. aun en los momentos mas adversos. Los codependientes mantenemos una vida llena de sufrimiento y sentirnos deprimidos es recurrente, pues allí es valido «agradecer», aunque luzca ilógico ¡Hagamos de esta práctica algo cotidiano!

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Medita sobre esto:

La gratitud no es negación. Podemos practicar la gratitud sin negar cómo nos sentimos. Algunas veces necesitamos cambiar las circunstancias en nuestras vidas. Pero generalmente no podemos hacer eso hasta que aceptemos lo que tenemos y quiénes somos ahora.
Un desafío para practicar la gratitud es que las cosas que más necesitamos agradecer son a menudo las que nos causan más sufrimiento. Practicar la gratitud cuando más necesitamos hacerlo puede parecer el acto más antinatural del mundo.
Practicar la gratitud puede ser difícil cuando estamos deprimidos o sufriendo un profundo dolor. Algunas cosas en la vida son tan trágicas que nunca estaremos agradecidos de que el evento haya ocurrido.
No estoy agradecido por la muerte de mi hijo. Lo haría regresar en un abrir y cerrar de ojos si pudiera. Pero estoy agradecido de haberlo tenido en mi vida. Estoy agradecido por las lecciones que aprendí desde que murió. Y estoy agradecido de que estoy feliz de nuevo.

«Hoy, practicaré la gratitud rindiéndome ante Dios y confiando en su voluntad.

Mi Reflexión: «La gratitud nos saca del ciclo de necesidad y carencia, permitiéndonos ver la riqueza de lo que ya poseemos. Al enfocarnos en lo que tenemos, en lugar de lo que pensamos que necesitamos de los demás, empezamos a sanar desde dentro. En ese reconocimiento de nuestra propia valía, la dependencia afectiva pierde terreno y se abre el espacio para relaciones más sanas y equilibradas.» La práctica de la gratitud puede ser una herramienta poderosa para reorientar tu enfoque y apreciar tu propio valor, lo cual es crucial para superar la codependencia afectiva. (Alpha).

¿Has mostrado agradecimiento ante el Creador aun en dificultades? ¿Practicas la Gratitud todos los días de tu vida? ¿Has visto resultados tangibles? Coméntanos tus vivencias.

Reflexión del Dia: 29 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» enfatiza que la clave es «cuidarnos responsablemente». Para llegar a esta meta, tenemos que pasar por un proceso gradual, que no es fácil, pero sí necesario para sanar. Postergarlo solo complica nuestra vida y no detenemos el sufrimiento.

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Reflexiona sobre esto:

Desapegate. Renuncia. A veces cuando hacemos esto el resultado que habíamos esperado sucede rápida, a veces milagrosamente. A veces, no sucede. A veces nunca sucede. Pero tú saldrás beneficiado. No tienes que dejar de ocuparte o de amar. No tienes que tolerar el abuso. No tienes que abandonar métodos constructivos, como la intervención profesional, para solucionar tus problemas. Lo único que tienes que hacer es poner tus manos emocionales, mentales, espirituales y físicas otra vez dentro de tus propios bolsillos y dejar a las cosas y a la gente solas. Déjalas estar. Toma cualquier decisión que necesites tomar para ocuparte de ti mismo, pero no las tomes para controlar a los demás. ¡Empieza a ocuparte de ti mismo!

Mi Reflexión: El desapego no es indiferencia ni abandono; es la liberación del anhelo de controlar lo incontrolable. Al soltar las cadenas de la dependencia emocional, nos damos permiso para ser plenamente nosotros mismos, y en ese espacio, hallamos nuestra verdadera libertad y paz. (Alpha).

¿Te ocupas de ti mismo? ¿Te sientes a plenitud cuando aceptas que eres el único responsable de tu cuidado? Cuáles herramientas utilizas para alcanzar la paz y sosiego? Comparte en los comentarios.

Meditación 25 de Agosto … Estemos dispuestos a reparar los daños

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós. refuerza la necesidad de «reparar daños» a aquellas personas a quienes ofendimos, y como este proceso gradual alivia nuestro corazón, modifica nuestra actitud, permitiéndonos liberarnos de sentimientos negativos de ira, amargura y vergüenza. Esta decisión saludable nos hace entender que debe prevalecer el «AMOR» en nuestras vidas, aunque para llegar hasta allí debamos transitar un proceso laborioso, pero valioso porque permitirá alcanzar nuestra real curación.

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Medita sobre esto:

El Paso Ocho está hablando de un cambio de corazón, de un cambio curativo.
Esta actitud puede ser el principio de una gran cadena de recuperación y de curación en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Significa que estamos dispuestos a dejar ir nuestra dureza de corazón, uno de los más grandes obstáculos para nuestra capacidad de dar y recibir amor.

En el Paso Ocho hacemos una lista de toda la gente que hemos dañado, y nos permitimos a nosotros mismos experimentar una actitud curativa hacia ellos. Es una actitud de amor.
En este Paso, no nos arrojamos con locura y empezamos a gritar: «¡Lo siento!». Hacemos nuestra lista, no para sentirnos culpables, sino para facilitar la curación. Antes de que realmente reparemos daños o empecemos a considerar la manera apropiada de repararlos, nos permitimos a nosotros mismos cambiar nuestra actitud. Ahí es donde comienza la curación, en nuestro interior.
Esto puede cambiar la energía. Puede cambiar la dinámica. Puede hacer comenzar el proceso, antes de que abramos la boca y digamos lo siento. Abre la puerta del amor. Abre la puerta a la energía del amor y de la curación. Nos capacita para llenarnos de sentimientos y energía positivos.
Esa energía se puede sentir alrededor del mundo, y comienza dentro de nosotros.
¿Con cuánta frecuencia, después de haber sido lastimados, deseábamos que la persona simplemente reconociera nuestro dolor y dijera, «lo siento»? ¿ Cuán tan a menudo hemos deseado que la persona simplemente nos viera, nos escuchara y volviera hacia nosotros la energía del amor? ¿Cuán frecuentemente hemos anhelado por lo menos un cambio de corazón, una pequeña dosis de reconciliación, en las relaciones manchadas por asuntos inconclusos y malos sentimientos?
Muy a menudo.
Los otros también lo desean. Eso no es ningún secreto. La energía de la curación comienza con nosotros. Nuestra disposición para reparar el daño puede beneficiar o no a la otra persona; el o ella pueden estar o no dispuestos a olvidarse del asunto.
Pero nosotros nos curamos. Nos volvemos capaces de amar.

«Hoy trabajaré por lograr un cambio de corazón si están presentes la dureza del corazón, la defensividad, la culpa o la amargura. Me dispondré a dejar ir esos sentimientos y a reemplazarlos por la energía curativa del amor».

Mi Reflexión: Sanar interiormente pasa por reconocer las ofensas que hemos proferido a los otros y reparar esos daños. No es fácil para nadie, menos aún para los codependientes, pedir disculpas o perdón. Solamente «aliviando nuestro corazón», asumiremos esa tarea. Muchos hemos vivido sintiendo el desamparo, el abandono de quienes amamos y creíamos nos amaban, ello hizo que nuestros sentimientos de amargura, ira, culpa se instalaran en nuestro corazón y no floreciera el amor, de allí que nos cueste «darlo». Al trabajar sobre la «reparación de daños» drenamos esos sentimientos negativos que endurecen nuestra alma, y empezamos a sanar progresivamente, pasando de ser ofensivos, iracundos, coléricos, a amorosos y comprensivos. La tarea requiere paciencia, perseverancia y coraje. No pongamos trabas a este proceso, una vez iniciado con convicción de la necesidad de hacerlo para nuestra curación, no debemos frenar hasta lograrlo. (Alpha).

¿Estás dispuesto a trabajar en la reparación de daños? ¿Lo has hecho y tienes resultados tangibles?. Comenta aquí.

Meditación 3 de Agosto… Dejar ir el caos

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós resalta la necesidad que el codependiente se comprometa seria y responsablemente de su recuperación. Salir de la crisis en que vive y ser responsable por sí mismo.

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Medita sobre esto:

Ningún buen trabajo proviene de los disturbios.
El malestar, el miedo, la ira o la tristeza pueden motivarnos. Estos sentimientos a veces tienen la intención de obligar a la acción. Pero nuestro mejor trabajo surge después de que estos sentimientos han sido reemplazados por la paz.
No cumpliremos con nuestra tarea más pronto, o mejor, al realizarla por un sentido de urgencia, miedo, enojo o tristeza.
Deja ir el malestar. Deja que la paz llene el vacío. No tenemos que renunciar a nuestro poder, nuestro poder personal dado por Dios, o nuestra paz, para hacer el trabajo que estamos llamados a hacer hoy. Se nos dará todo el poder que necesitamos para hacer lo que debemos hacer, cuando sea el momento.
Deja que la paz sea lo primero. Luego procede. La tarea se realizará, naturalmente y a tiempo.

«Hoy, tendré paz primero, y dejaré que mi trabajo y mi vida emerjan de esa base».

Mi Reflexión: El codependiente se conduce bien en el caos y la crisis. Ese ha sido su escenario la mayor parte de su vida. Salir de esa situación caótica no será fácil, pero sí necesaria y saludable. (Alpha).

¿Te mueves en situación de crisis permanentemente? ¿Cómo lidias con tus problemas? Comparte aquí.

Meditación 2 de Agosto… Estar en medio


Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente debe mantenerse firme en su recuperación. En ocasiones va a atravesar retrocesos y deseos de dejar todo como esta, pero debemos animarnos a seguir adelante.

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Medita sobre esto:

A veces, para ir desde donde estamos hasta donde estamos yendo, tenemos que estar dispuestos a estar a la mitad.

Una de las partes más duras de la recuperación es el concepto de dejar ir lo que es viejo y familiar, pero que no queremos, y estar dispuestos a quedarnos con las manos vacías mientras esperamos a que Dios las llene.
Esto se puede aplicar a los sentimientos. Podemos haber estado llenos de ira y de dolor. En cierta forma, estos sentimientos se han vuelto confortablemente familiares. Cuando por fin encaramos nuestra pena y nos despojamos de ella, podemos sentirnos vacíos un tiempo.
Estamos en medio del dolor y de la alegría de la serenidad y de la aceptación.
Estar en medio se puede aplicar a las relaciones. Para prepararnos para las nuevas, primero necesitamos dejar ir las viejas. Esto puede ser atemorizante. Podemos sentirnos vacíos y perdidos durante un tiempo. Podemos sentirnos completamente solos, preguntándonos en qué estamos mal por haber dejado ir el proverbial pájaro en mano, cuando aún no hay nada en el arbusto.
Estar en medio se puede aplicar a muchas áreas de la vida y de la recuperación. Podemos estar entre dos empleos, carreras, hogares o metas. Podemos estar entre dos conductas mientras dejamos ir las viejas y aun no estamos seguros con qué las remplazaremos. Eso se pude aplicar a conductas que nos han protegido y nos han servido bien toda nuestra vida, tales como cuidar excesivamente a los demás o ser controladores.
Podemos experimentar muchos sentimientos cuando estamos en medio: brotes de pena por lo que hemos perdido o hemos dejado ir, y sentimientos de ansiedad, miedo y aprensión acerca de lo que viene.
Estos son sentimientos normales cuando se está en medio. ¡Acéptalos. Siéntelos. Libéralos!
Estar en medio no es divertido, pero es necesario. No durará para siempre. Podemos sentirnos como si estuviéramos parados, quietos, pero no es así. Estamos parados en un lugar que ésta en medio. Así es como llegamos desde aquí hasta allá. Este estado no es el destino final.
Estamos yendo hacia delante, aunque ahora estemos en medio.

«Hoy aceptaré el sitio en donde estoy como el lugar ideal para mí. Si estoy en medio luchare por tener la fe en que este lugar no carece de un propósito y de que me está llevando hacia algo bueno».

Mi Reflexión: La persona codependiente está tan familiarizada con conductas autodestructivas que suele ocurrir, que al iniciar su recuperación y asumir nuevos retos de cuidarse a sí misma, sienta un vacío enorme y quiera retornar al punto de partida. Debemos saber que eso va a pasar y estaremos mejor a futuro. Confiemos en nuestra intuición y sigamos avanzando hacia la meta de sanación. (Alpha).

¿Estás en recuperación? ¿Cómo te has sentido en la Terapia? Comparte acá.

Meditacion 31 de Julio… Dejemos ir lo que queremos


Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reafirma que el codependiente debe asumir un compromiso personal de soltar y dejar ir aquellas personas y objetos que te atan, sólo así iniciara su recuperación.

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Medita sobre esto:

Para aquellos de nosotros que hemos sobrevivido controlando y sometiéndonos, dejar ir puede no resultar fácil. (Más Allá de la Codependencia).

En la recuperación aprendemos que es importante identificar lo que queremos y necesitamos. ¿Con qué nos deja este concepto? Con un paquete grande pero claramente identificado de deseos y necesidades que actualmente no están satisfechos. Nos hemos arriesgado a dejar de negar y a empezar a aceptar lo que queremos y necesitamos. El problema es que ahí están, insatisfechos, los deseos y necesidades. Esta posición puede ser frustrante, dolorosa, enojosa y, a veces, productora de obsesión.
Después de identificar nuestras necesidades hay un siguiente paso a seguir para satisfacer nuestros deseos y necesidades. Este paso es una de las ironías de la recuperación. El siguiente paso es dejar ir nuestros deseos y necesidades después de que hemos seguido pasos concienzudos para identificarlos.
Los dejamos ir, renunciamos a ellos, a nivel mental, emocional, espiritual y físico. A veces, esto significa que necesitamos renunciar. No siempre es fácil llegar a este lugar, pero generalmente es a donde necesitamos llegar.
Con qué frecuencia he negado un deseo o una necesidad, y luego he seguido los pasos para identificar mis necesidades, sólo para sentirme enojada, frustrada y desafiada porque no tengo lo que quiero y no sé como conseguirlo. Si entonces me embarco en un plan para controlar o influir en la consecución de ese deseo o necesidad, por lo general empeoro las cosas. Buscar, tratar de controlar el proceso, no funciona. He aprendido, para mi consternación, a dejarlos ir.
A veces tengo que llegar al punto de decir: «No lo quiero. Me doy cuenta de que es importante para mí, pero que no puedo controlar el hecho de obtenerlo en mi vida. Ahora, ya no me importa si lo tengo o no. Voy a ser absolutamente feliz sin eso y sin ninguna esperanza de conseguirlo, porque estar con la esperanza de conseguirlo, me está volviendo loca, cuanta más esperanza tengo de conseguirlo y trato de hacerlo más frustrada me siento porque no lo estoy consiguiendo».
No sé por qué este proceso funciona de esta manera. Lo único que sé es cómo me funciona a mí. No he encontrado otra alternativa al proceso de dejar ir.
A menudo podemos obtener lo que deseamos y necesitamos, o algo mejor. Dejarlo ir es parte de lo que hacemos para conseguirlo.

«Hoy lucharé por dejar ir esos deseos y necesidades que me están provocando frustración. Los pondré en mi lista de metas y luego lucharé por dejarlos ir. Confiaré en que Dios traerá a mí los deseos de mi corazón, en el tiempo que Dios quiera y a su manera».

Mi Reflexión: El codependiente controlador se aferra a personas, objetos, eventos; y eso destruye su paz y serenidad interior. Una terapia efectiva es el «desapego de aquello que hace daño». Con base en ello, sugiero que hagas una lista de lo que te ata e inicies acciones factibles para deshacerte de estas. Nadie dijo que era fácil, pero si efectivas y saludables. Comprométete contigo mismo. (Alpha).

¿Has identificado lo que ata y desacomoda afectivamente? ¿Has trabajado en soltar eso que te agobia? Comenta acá.

Meditacion 18 de Julio… Deja ir lo que no puedes ver

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reafirma que todo está debidamente planificado por la Divinidad. Solo queda que nosotros aceptemos tales designios. Conservar la calma y armonía es positivo y sano.

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Medita sobre esto:

Deja que la vida se desarrolle, incluso si no puedes ver el bien que deseas que se cruce en tu camino. ¿Estás preocupado por lo que va a pasar después? ¿Hubo un cambio en tu trabajo o relación que te estresa?

Deja que la vida se desarrolle. No lo limites por el pasado o incluso por lo que puedes ver y visualizar. No niegues que te sientes desanimado o ansioso. ¡Deja que hoy se desarrolle. Entonces mañana, haz lo mismo. Si te has estado preocupando por algo y no puedes ver cómo podría funcionar y no hay nada que hacer ahora, relájate y deja que las cosas se desarrollen!
A veces las cosas inesperadas que se manifiestan son mejores de lo que podemos imaginar o ver. Incluso si no podemos ver lo bueno que viene en nuestro camino, ¡Dios si puede!

«Dios, ayúdame a saber que lo que no se ve hoy se dejará en claro cuando sea el momento adecuado».

Mi Reflexión: La persona codependiente vive tan en crispación que le es difícil ver lo que le esta ofreciendo la vida. Su ansiedad y control permanentes evita que se haga consciente de lo que Dios tiene reservado positivamente en su vida. (Alpha).

¿Eres una persona ansiosa? ¿Estás en Terapia para sanar tu codependencia? Comparte aquí.