Reflexión del Dia: 22 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que el codependiente puede y debe manejar el proceso del duelo sin quedarse estacionado en la negación del hecho. Es saludable buscar y utilizar las herramientas que le permitan lograr la aceptación.

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Reflexiona sobre esto:

“Sólo recientemente hemos empezado a darnos cuenta de que negar la pena es negar una función humana natural y que tal negación a veces produce espantosas consecuencias”.

La pena, como cualquier emoción auténtica, va acompañada por ciertos cambios físicos y por la liberación de una forma de energía psíquica. Si esa energía no se gasta en el proceso normal de apesadumbramiento, se vuelve destructiva dentro de la persona. Incluso la enfermedad física puede ser el castigo por una pena no resuelta… Cualquier evento, cualquier percepción que contenga un sentido de pérdida para ti puede, y debe, hacernos vivir un duelo. Esto no significa una vida de tristeza incesante. Significa estar dispuestos a admitir un sentimiento honesto en vez de siempre tener que reír para huir del dolor. No sólo es permisible admitir la tristeza que acompaña a cada pérdida, es la opción sana.

Mi Reflexión: La persona en duelo tiende a maximizar el tiempo en negar este evento de pérdida. Lo recomendable es vivir cada etapa de forma individual. No significa ello que pase toda una vida en negación. Permitirse vivir cada pérdida es razonable, salir de esta fase para caminar hacia la aceptación es lo más sano. (Alpha).

¿Cuando tienes pérdidas importantes logras atravesar cada etapa? ¿Cuáles herramientas usas? Comenta acá.

Meditación 22 de Noviembre: Esperar que el dolor sea una gran pena

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el ser humano vive su Duelo de diferente manera. En ocasiones este evento puede llevar años. En ese caso pidamos al Ser Superior que nos ayude a transitar este camino de dolor y sufrimiento.

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Medita sobre esto:

Tu dolor tomará más energía de la que jamás hubieras imaginado. (Therese A. Rando, Cómo seguir viviendo cuando alguien que amas muere).

El dolor es más de un sentimiento. Dependiendo de la naturaleza de la pérdida, puede convertirse en una forma de vida temporal. Puede durar ocho semanas u ocho años.
Deje ir cualquier juicio que tenga sobre el duelo y sobre cuánto tiempo cree que debería tomar para superar esa pérdida. En cambio, practica la compasión por otras personas y por ti mismo.
Mantenga sus expectativas realistas. Dale a cualquiera que esté afligido, ya sea tú o alguien más, más libertad de la que crees que podría ser necesaria.

«Dios, hay muchos corazones rotos en este planeta. Por favor, ayúdenos a sanarlos a todos, incluido el mío.»

Mi Reflexión: Cuando tenemos una pérdida cada quien reacciona de diferentes maneras. Pasamos por un proceso de duelo donde el sufrimiento se apodera de nuestras emociones y esto puede durar un tiempo largo que merma nuestra vida. Este momento debemos vivirlo hasta salir del dolor, a nuestro ritmo, sin dejarnos influenciar por las demás personas. Es momento de pedir mucho a la Divinidad que nos sostenga firmes para no desfallecer. Es también ocasión para compadecer a los demás que estén pasando por pérdidas importantes en su vida. (Alpha).

¿Estás viviendo un duelo por pérdidas en tu vida? ¿Cómo estás transitando estas etapas? Comenta acá.

Meditacion 28 de Octubre… Duelo y acción

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que toda persona pasa unas etapas ante pérdidas, pero que toca vencer el desaliento y desánimo buscando volver a la normalidad lo más pronto posible.

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Medita sobre esto:

Confía en Dios y haz algo. (Mary Lyon).

Es importante dejarnos llorar como un pasaje entre el ayer y el mañana. Pero no tenemos que ser controlados indebidamente por nuestro dolor.
Hay momentos en que nos hemos afligido, nos hemos rendido a la pesadez, el cansancio y el cansancio de una circunstancia el tiempo suficiente. Se convierte en hora de romper. Llega el momento de actuar.
Sabremos cuándo es el momento de romper la rutina del duelo. Habrá señales dentro y alrededor de nosotros. Nos cansaremos de la pesadez. Se producirá una idea. Se presentará una oportunidad. Podemos pensar:No. Demasiado esfuerzo. Hazlo de todos modos. Intenta algo. Alcanza lo que buscas. Haz algo inusual, algo diferente, algo especial.
Una nueva actividad puede ayudar a desencadenar el proceso de transformación. ¡Quédate despierto dos horas más tarde de lo habitual! Haz una cita para hacer algo por ti mismo que sea diferente de lo que normalmente haces. Visita a alguien que no has visto en años. Haz algo para animar y ayudar a que la nueva energía venga en tu camino.
Puede que no tengamos ganas de romper el dolor. Puede sentirse más seguro, más fácil, permanecer en nuestro capullo. Comienza a empujar de todos modos.
Prueba las paredes de tu capullo. Empuja. Empuja un poco más fuerte. Puede que sea hora de emerger.

Hoy, confiaré en Dios y en el proceso, pero también tomaré medidas para ayudarme a sentirme mejor».

Mi Reflexión: Si bien toda pérdida causa una aflicción, nos toca atravesar por esas etapas del duelo viviendo el proceso gradualmente y confiando en el poder superior para ayudarnos, pero también debemos empujar nuestro desánimo y salir poco a poco hasta lograr emerger. Nuestra responsabilidad es sentirnos mejor con nosotros mismos, ya el pasado debe quedar atrás. (Alpha).

¿Estás viviendo alguna perdida física? ¿Cómo manejas las etapas de duelo? Comparte tu experiencia al respecto.

Meditación 30 de Septiembre… Estar dispuesto

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente tiene miedos a aceptar los desafíos, que plantea la vida. Es más cómodo postergar los cambios.

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Medita sobre esto:

No hay nada contra ti que te tumbe, Pero yacer allí es una desgracia. (Edmund Vance Cooke).

Algunas veces el problema no es que no creamos que podamos. El problema es que no queremos hacerlo, cualquiera que sea la tarea o desafío actual.
Cuando comencé mi escritura y recuperación, quería hacer estas cosas. El desafío fue estimulante. Yo quería volver a subir. Yo quería seguir adelante. Yo quería entrar en el juego
Cuando mi hijo Shane murió, no quería levantarme.
No quería el desafío. No fue estimulante. No quería la pérdida, y no quería sanar de mi dolor.
Un día, en esos dolorosos y terribles primeros años de dolor, un amigo se detuvo en la casa. Lo conocía desde hace mucho tiempo. También había sufrido una pérdida permanente: el uso de los músculos de sus piernas debido a una forma de polio que había sufrido durante su adolescencia.
La gente no sabía qué hacer conmigo en ese momento. Me habían visto forcejear en mi dolor. Habían tratado de ser compasivos, y eso fue bueno. Pero en este momento la compasión no era exactamente lo que necesitaba escuchar.
«Tienes que levantarte», dijo mi amigo en voz alta. «Tienes que levantarte nuevamente. Levántate a la vida».
A veces los problemas y desafíos de la vida son vigorizantes. A veces no lo son. Pero no importa con qué nos golpeemos, tenemos que levantarnos nuevamente.
Permítete llorar. Déjate enfadar por tus pérdidas, si es necesario. Entonces, ya sea que quieras la pérdida o no, vuelve a subir. No tienes que querer; ni siquiera tienes que creer que puedes. A veces todo lo que tenemos que hacer es estar abiertos a querer y luego creer que podemos.

«Dios, ayúdame a creer en la vida».

Mi Reflexión: Los codependientes no solemos aceptar los cambios y postergamos casi todo lo que nos lleve a ello. Cuando entendamos que solo nosotros, con nuestro Poder Superior, debemos aceptar los desafíos y enfrentar la vida, no hay otra manera de salir adelante. Debemos darnos fuerza nosotros mismos, La vida nos espera y bien merecemos vivir felices, dejando atrás el dolor y sufrimiento que arrastramos durante tanto tiempo. (Alpha).

¿Has sentido que te fallan las fuerzas para cambiar tu vida? ¿Cuaáes han sido tus estrategias para hacerle frente a esas postergaciones? Comenta aquí tus vivencias.

Meditación 22 de Septiembre… Enfado

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el enfado y la culpa deben ser vistos como parte del comportamiento de las personas durante el proceso de duelo. Solemos lidiar con estos sentimientos y no tiene nada incorrecto sentirlos. Elaboremos el Duelo a nuestro propio ritmo hasta aceptar la pérdida.

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Medita sobre esto:

Sentirse enojado y, a veces culpar a los otros, es una parte natural y necesaria para aceptar la pérdida y el cambio del duelo. Podemos permitirnos a nosotros mismos y a los demás enojarnos a medida que pasamos de la negación a la aceptación.
A medida que aceptamos la pérdida y el cambio, podemos culparnos a nosotros mismos, a nuestro Poder Superior u otros. La persona puede estar conectada a la pérdida, o él o ella puede ser un espectador inocente. Podemos escucharnos a nosotros mismos decir: «Si solo él hubiera hecho eso». . . . Si no hubiera hecho eso. . . . ¿Por qué Dios no lo hizo de manera diferente? . . . «Sabemos que la culpa no ayuda». En recuperación, las consignas son responsabilidad propia y responsabilidad personal, no culpables. En última instancia, la rendición y la autoresponsabilidad son los únicos conceptos que nos pueden mover hacia adelante, pero para llegar allí es posible que tengamos que permitirnos sentirnos enojados y ocasionalmente culparnos.
Es útil, al tratar con los demás, recordar que ellos también pueden necesitar pasar por su etapa de enojo para lograr la aceptación. No permitir que otros, o nosotros mismos, pasemos por la ira y la culpa, puede ralentizar el proceso de duelo.
Confiemos en nosotros mismos y en el proceso de duelo. No nos enfadaremos para siempre. Pero es posible que tengamos que enojarnos por un tiempo mientras buscamos lo que pudo haber sido, para finalmente aceptar lo que es.

«Dios, ayúdame a aprender a aceptar mi enojo y el de los demás como parte normal para lograr la aceptación y la paz. Dentro de ese marco, ayúdame a luchar por la responsabilidad personal».

Mi Reflexión: Durante la elaboración del Duelo todo ser humano atraviesa sentimientos difíciles de manejar como el enfado la culpa por la pérdida sufrida. Los codependientes vemos este proceso con una óptica más dramática y «cuesta arriba», nos desequilibramos emocional y físicamente. Si nos planteamos transitar el duelo y aceptar esta pérdida, entendiendo que todo va a transcurrir conforme a la voluntad de Dios, veremos fluir y aceptar lo ocurrido sin deterioro de nuestra vida. Es importante observar que los demás también sufren su duelo y están haciendo su esfuerzo propio para lograr llegar a la aceptación. Todo va a volver a su cauce, es la ley de la existencia, no podemos alterar esos designios, sólo resignarnos y aceptarlo, sin olvidar que nuestra meta es «responsabilizarnos de nosotros mismos».(Alpha).

¿Has sentido ira y culpa al tener una pérdida importante en tus afectos? ¿Cómo manejas estos sentimientos y emociones?. Comenta aquí.

Reflexión del Dia: 20 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» ratifica que la base de la codependencia es la baja autoestima, y para abordar la solución a este problema, el codependiente debe asumir una serie de pautas para lograr la mejora gradual de la valía propia.

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Reflexiona sobre esto:

Aquí, algunas pautas que pueden ayudarte a mejorar tu autoestima si estás lidiando con la codependencia:

– Autoaceptación: Acepta quién eres en este momento, con todas tus imperfecciones y cualidades. Reconoce que eres digno de amor y respeto tal como eres.

– Practicar la compasión hacia uno mismo: Desarrolla un diálogo interno compasivo y amable contigo mismo en lugar de ser crítico y autocrítico. Trátate a ti mismo con el mismo cariño y comprensión que mostrarías a un amigo.

– Establecer límites saludables: Aprende a decir «no» cuando sea necesario y a establecer límites en tus relaciones. La capacidad de mantener límites saludables es un signo de autoestima y autovaloración.

– Trabajar en la autoimagen positiva: Cuestiona y reemplaza los pensamientos negativos sobre ti mismo con pensamientos más positivos y realistas. Haz una lista de tus logros y habilidades para recordarte constantemente tu valía.

– Practicar el autocuidado: Dedica tiempo a cuidar de ti mismo física, emocional y espiritualmente. Esto incluye actividades que te hagan sentir bien y te ayuden a mantener un equilibrio en tu vida.

– Aceptar que no puedes controlar a los demás: En la codependencia, a menudo tratamos de controlar o cambiar a otras personas. Aprende a soltar este deseo de control y enfócate en cambiar tus propias acciones y respuestas.

Aceptar la responsabilidad personal: Reconoce que eres responsable de tus propias acciones y elecciones. Asumir la responsabilidad personal te empodera para tomar decisiones saludables en tu vida.

Mi Reflexión: Recuerda que la mejora de la autoestima y la recuperación de la codependencia son procesos que llevan tiempo y esfuerzo. Ser paciente contigo mismo y estar dispuesto a trabajar en tu autoestima de manera constante te ayudará a superar los patrones codependientes y construir relaciones más saludables y satisfactorias. (Alpha).

Si deseas, examínate a la luz de estas interrogantes: ¿Has iniciado mi proceso de recuperación? ¿Buscaste ayuda con grupos de apoyo? Si deseas comenta tus respuesta, porque serán de utilidad a otros.

Meditación 15 de Septiembre… Negación

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reitera que del proceso de duelo, el codependiente se mantiene «pegado» en la negación. Esta etapa difícil de pasar, propicia las conductas autodestructivas de la codependencia, e impide que se elabore el duelo de manera sana.

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Medita sobre esto:

La negación es un caldo de cultivo fértil para los comportamientos que llamamos codependientes: controlar, centrarse en los demás y descuidarnos. La enfermedad y las conductas compulsivas o adictivas también pueden surgir durante la negación.
La negación puede ser confusa porque se asemeja a dormir. No somos conscientes de que lo estamos haciendo hasta que hayamos terminado de hacerlo. Forzarnos a nosotros mismos, o a cualquier otra persona, a enfrentar la verdad generalmente no ayuda. No enfrentaremos los hechos hasta que estemos listos. Tampoco, al parecer, nadie más. Podemos admitir la verdad por un momento, pero no nos permitiremos saber lo que sabemos hasta que nos sintamos seguros, y preparados para lidiar con ello.
Ayuda hablar con amigos que nos conocen, nos aman, nos apoyan, nos alientan y nos afirman.
Ser amable, cariñoso y afirmarse con nosotros mismos ayuda. Nos ayuda a nosotros mismos, y a nuestro Poder Superior, a guiarnos hacia y a través del cambio.
El primer paso hacia la aceptación es la negación. El primer paso para avanzar a través de la negación es aceptar que podemos negarnos y luego permitirnos avanzar suavemente.

«Dios, ayúdame a sentirme lo suficientemente seguro como para aceptar lo que tengo que aceptar».

Mi Reflexión: Al atravesar el Duelo, los codependientes tienden a mantenerse en negación. Siendo que esta fase es la que «dispara» nuestras conductas autodestructivas: los hace victimarse, desconfiar de su poder y controlar obsesivamente a los demás. Quienes deseen sanar, les toca utilizar todas las herramientas para salir «suavemente» de la negación. Solo es difícil lograrlo. Buscar ayuda profesional y adscribirse a un Programa de Doce Pasos es una excelente alternativa para lograrlo. Deben caminar hacia la «Aceptación», moviéndose a su propio ritmo, aunque para ello deban «fajarse» en el trayecto hasta responsabilizarse de si mismo, y ¡asumir con firmeza esa tarea! (Alpha).

¿Durante el Duelo te has estancado en la negación? ¿Has buscado ayuda para transitar el proceso de Duelo? ¿Cuáles herramientas usaste? Comparte tus resultados aquí.

Meditación 12 de Septiembre… El proceso de duelo

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós trae a colación el proceso de duelo, enumerando las 5 etapas por la que atraviesa el ser humano cuando enfrenta una pérdida. Plantea la Autora que los codependientes nos quedamos «varados» en la negación, dificultándose que transitemos las otras etapas hasta alcanzar la aceptación. Aun así, corresponde trabajar en lograr «movernos» y responsabilizarnos de nosotros mismo, aun en esos momentos de aflicción y pérdida.

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Medita sobre esto:

Permitirnos sufrir por completo nuestras pérdidas es la forma en que nos rendimos al proceso de la vida y la recuperación. Algunos expertos, como Patrick Carnes, llaman a los Doce Pasos «un programa para lidiar con nuestras pérdidas, un programa para lidiar con nuestro dolor».
¿Cómo nos duele?
Embarazosamente. Imperfectamente. Usualmente con una gran resistencia. A menudo con enojo e intentos de negociar. En última instancia, al rendirse al dolor.
El proceso de duelo, dice Elisabeth Kubler-Ross, es un proceso de cinco etapas: negación, enojo, negociación, tristeza y, finalmente, aceptación. Así es como nos lamentamos; así es como aceptamos; así es como nosotros perdonamos; así es como respondemos a los muchos cambios que la vida nos lanza.
Aunque este proceso de cinco pasos se ve ordenado en el papel, no es ordenado en la vida. No nos movemos a través de él de manera compartimentada. Por lo general, nos arrastramos, pataleamos y gritamos, con muchos movimientos de vaivén, hasta que alcanzamos ese estado pacífico llamado aceptación. Cuando hablamos de «asuntos pendientes» de nuestro pasado, generalmente nos referimos a pérdidas sobre las cuales no hemos completado el duelo. Estamos hablando de estar atrapados en algún lugar del proceso de duelo. Por lo general, para niños adultos y codependientes, el lugar donde nos quedamos atrapados es la negación. Pasar por la negación es la primera y más peligrosa etapa del duelo, pero también es el primer paso hacia la aceptación.
Podemos aprender a entender el proceso de duelo y cómo se aplica a la recuperación. Incluso los buenos cambios en la recuperación pueden traer pérdidas y, en consecuencia, dolor. Podemos aprender a ayudarnos a nosotros mismos y a los demás entendiendo y familiarizándonos con este proceso. Podemos aprender a llorar por completo nuestras pérdidas, sentir nuestro dolor, aceptar y perdonar, para que podamos sentir alegría y amor.

«Hoy, Dios, ayúdame a abrirme al proceso de duelo por mis pérdidas. Ayúdame a permitirme fluir a través del proceso de duelo, aceptando todas las etapas para poder lograr la paz y la aceptación en mi vida. Ayúdame a aprender a ser amable conmigo mismo y con los demás mientras pasamos por este proceso de sanación muy humano».

Mi Reflexión: «Enfrentar el duelo desde la codependencia afectiva requiere un reconocimiento doble: el dolor por la pérdida y la urgente necesidad de reevaluar cómo te relacionas emocionalmente. El duelo puede magnificar patrones codependientes, pero también ofrece una oportunidad para romper esos patrones. Es un llamado a ejercer el autocuidado en medio de la vulnerabilidad, a aprender a sostener tu propio espacio emocional sin depender del otro para completarte. En este periodo de pérdida, date permiso para sentir, pero también para reflexionar sobre cómo puedes crecer en autoconciencia y autocompasión. El duelo, doloroso como es, puede ser un catalizador para la transformación personal y la sanación emocional.» Al enfrentar el duelo con autenticidad y conciencia, puedes empezar a liberarte de las ataduras de la codependencia y abrir un nuevo capítulo de autonomía emocional y relaciones más saludables.(Alpha).

¿Has enfrentado el proceso de duelo? ¿Cómo te has conducido durante esos momentos difíciles? ¿Has podido moverte en las etapas del Duelo?. Comparte tus vivencias con nosotros.

Reflexión del Dia: 14 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera la importancia de sanar de la codependencia. Existe un Programa exitoso como es la Terapia en Doce pasos de CoDA. Busca adscribirte a algún Grupo de ayuda cercano a tu localidad.

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Reflexiona sobre esto:

Hemos sido usados otra vez. No nos han apreciado otra vez. Hemos luchado tanto por ayudar a la gente, de ser buenos con ella. Nos lamentamos, “¿Por qué? “ “¿Por qué me pasa esto SIEMPRE a mí?” Otra persona nos ha pisoteado, nos ha golpeado. Y pensamos: “¿Siempre seremos víctimas?” Probablemente, si no dejarnos de rescatar y de cuidar a los demás como si fuéramos su nana.
Muchos codependientes, en alguna época de su vida, fueron verdaderas víctimas, del abuso, de la negligencia, del abandono, del alcoholismo de otro, o de cualquier otra situación que puede hacer víctima a la gente. Estuvimos, en algún momento, realmente desvalidos e incapacitados para protegernos o solucionar nuestros problemas. Algo nos sobrevino, algo que no pedimos, y que nos hirió terriblemente. Eso es triste, verdaderamente triste. Pero un hecho todavía más triste es que muchos de los codependientes empezamos a vernos a nosotros mismos como víctimas. Nuestra dolorosa historia se repite. Como sus nanas, permitimos que la gente nos victimice, y participamos en nuestra victimización al seguir perpetuamente rescatando a la gente.
Rescatar o cuidar no son un acto de amor. El triángulo del drama es un triángulo de odio. Alimenta y mantiene el odio hacia uno mismo, y es un obstáculo para la expresión de nuestros sentimientos hacia los demás. El triángulo y los papeles cambiantes de rescatador, perseguidor y víctima son el proceso visible que atravesamos. Cambia el papel que desempeñamos y nos sobrevienen los cambios emocionales tan cierta y tan intensamente como si estuviéramos leyendo un libreto. Podemos completar el proceso en segundos, experimentando tan sólo emociones ligeras al cambiar de papel. O bien podemos llevarnos años en completar el triángulo y engendrando así una explosión mayor. Podemos, y muchos lo hacemos, rescatar veinte veces en un día.

Mi Reflexión: Hasta cuando rescatamos y cuidamos de los demás. Ese comportamiento es habitual, pero desgastante y autodestructivo. Llegó el momento de repensar la importancia de sanar de este padecimiento. Para ello, es necesario hacer consciente que se debe cambiar, Esto llega cuando ya nuestra vida se hace ingobernable y estamos impotentes. Solo no se puede lograr, para existen Grupos de Ayuda que manejan el Programa Doce Pasos de CoDA. (Alpha).

¿Estás consciente que debes cambiar tu vida? ¿Deseas aprender a cuidar de ti mismo? Comparte tu opinión acá.

Reflexión del Dia: 7 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma la necesidad que el codependiente asume prontamente un cambio en su estilo de vida. Pasar de sentirse inútil a servir a si mismo, cuidándose con amor.

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Reflexiona sobre esto:

Muchos codependientes se vuelven lo que la gente llama adictos al drama o a la crisis. Por extraño que parezca, podemos volvernos adictos a los problemas. Si vivimos con la suficiente cantidad de desdicha, crisis y disturbios durante un tiempo suficiente, el miedo y el estímulo provocados por los problemas pueden convertirse en una experiencia emocionalmente cómoda. Luego de un tiempo, si nos acostumbramos tanto a involucrar nuestras emociones con problemas y crisis que podemos llegar a apropiarnos de problemas que no nos conciernen y permanecer involucrados en ellos. Incluso podemos comenzar a hacer líos o a hacer los problemas más grandes de lo que son para crearnos una situación estimulante. Esto es verdad especialmente si hemos descuidado mucho nuestras propias vidas y sentimientos.
Cuando estamos involucrados en un problema, sabemos que estamos vivos. Cuando el problema se resuelve, podemos sentirnos vacíos y sin sentimientos. No tenemos nada que hacer. Estar en crisis se convierte en algo cómodo, y nos salva de nuestra monótona existencia. Es como volverse adicta a las telenovelas, excepto que las crisis diarias se suceden en nuestras vidas y en las de nuestros amigos y familiares.

Mi Reflexión: Para el codependiente que ha llevado una vida de crispación e inquietud por intervenir la vida de los demás, sentirse sereno no está en su diccionario. Se acostumbra a vivir de esa manera y no conoce otra forma. Entender que hay una manera saludable de vivir es su misión y asumir la tarea de cambiar pasa a ser su objetivo principal. (Alpha).

¿Sientes necesidad de introducir cambios positivos en tu vida? ¿Qué piensas hacer al respecto? Comparte aquí.