La recuperación trata de algo más que de alejarse. A veces significa aprender a quedarse y a hacer un trato. Trata acerca de construir y mantener relaciones que funcionan. (Más allá de la Codependencia).
Los problemas y los conflictos son parte de la vida y de las relaciones con los amigos, los familiares, los seres amados y en el trabajo. La solución de problemas y la negación de conflictos son destrezas que podemos adquirir y mejorar con el tiempo.
El no estar dispuestos a acatar y resolver problemas en las relaciones conlleva a sentimientos no resueltos de ira y victimización, a ruptura en las relaciones, a problemas no resueltos y a juegos de poder que intensifican el problema y desperdician tiempo y energía. No estar dispuestos a encarar y a solucionar problemas significa que podemos volver a tener ese problema.
Algunos problemas con la gente no se pueden solucionar de una forma mutuamente satisfactoria. A veces, el problema es acerca de un límite que tenemos, y ahí no cabe el negociar. En ese caso necesitamos entender claramente lo que queremos y necesitamos y cuál es nuestra última palabra.
Sin embargo, algunos problemas con la gente se pueden resolver y negociar satisfactoriamente. A menudo hay opciones que funcionan para solucionar problemas que ni siquiera vemos hasta que nos abrimos al concepto de resolver los problemas dentro de nuestras relaciones, en vez de huir de los problemas.
Para negociar los problemas, debemos estar dispuestos a identificar el problema, dejar ir la vergüenza y el echar culpas y concentrarnos en posibles soluciones creativas. Para negociar y resolver con éxito los problemas en nuestras relaciones, debemos saber cuál es nuestra última palabra y cuáles son nuestros límites para no perder tiempo tratando de negociar cosas que no son negociables.
Necesitamos aprender a identificar lo que las dos personas realmente quieren y necesitan, y las diferentes posibilidades que existen para resolver el conflicto. Podemos aprender a ser flexibles sin ser demasiado flexibles. Las relaciones de intimidad, donde hay un compromiso, significan que dos personas están aprendiendo a solucionar juntas sus problemas y conflictos para que esa solución funcione de la manera mas conveniente para ambos.
«Hoy estaré abierto a negociar los conflictos que tengo con la gente. Luchare por lograr el equilibrio sin ser demasiado sumiso o demasiado exigente. Luchare por lograr una flexibilidad adecuada en mis esfuerzos para resolver problemas».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
Categoría: Honestidad-Franqueza
Meditación 23 de Marzo… Negación
Me he estado recuperando muchos años. He usado la negación muchas veces. Ha sido una defensa, un dispositivo de supervivencia, un comportamiento de afrontamiento y, a veces, casi mi perdición. Ha sido a la vez un amigo y un enemigo.
Cuando era niño, usé la negación para protegerme y proteger a mi familia. Me protegí de ver cosas demasiado dolorosas para ver y sentimientos demasiado abrumadores para sentir. La negación me puso a salvo en muchas situaciones traumáticas, cuando no tenía otros recursos para sobrevivir.
El aspecto negativo del uso de la negación fue que perdí el contacto conmigo mismo y mis sentimientos. Pude participar en situaciones perjudiciales sin siquiera saber que estaba sufriendo. Pude tolerar una gran cantidad de dolor y abuso sin la nebulosa idea de que era anormal.
Aprendí a participar en mi propio abuso.
La negación me protegió del dolor, pero también me hizo cegar a mis sentimientos, mis necesidades y a mí mismo. Era como una gruesa manta que me cubría y sofocaba.
Finalmente comencé a recuperarme. Tuve un atisbo de conciencia sobre mi dolor, mis sentimientos, mis comportamientos. Empecé a verme a mí mismo, y al mundo, como lo éramos. Hubo tanta negación de mi pasado que si me hubiesen arrancado la manta por completo, habría muerto por el impacto de la exposición. Necesitaba abrazar las ideas, los recuerdos, la conciencia y la curación suavemente, gradualmente.
La vida participó en este proceso conmigo. Es un maestro amable. A medida que me recuperaba, me llevaron a los incidentes y las personas que necesitaba para recordarme lo que todavía negaba, para decirme dónde necesitaba más curación de mi pasado, ya que podía manejar estas ideas.
Aún uso, y paso a paso, la negación, según sea necesario. Cuando los vientos del cambio llegan, alteran una estructura familiar y me preparan para lo nuevo, recojo mi manta y me escondo, por un tiempo. A veces, cuando alguien que amo tiene un problema, me escondo debajo de la manta, momentáneamente. Los recuerdos surgen de cosas negadas, recuerdos que necesitan ser recordados, sentidos y aceptados para que pueda continuar siendo sanado, fuerte y saludable.
A veces, me siento avergonzado por cuánto tiempo me lleva luchar hasta la aceptación de la realidad. Me siento avergonzado cuando me encuentro nuevamente nublado por la niebla de la negación.
Entonces sucede algo, y veo que estoy avanzando. La experiencia fue necesaria, conectada, no fue en absoluto un error, sino una parte importante de la curación.
Es un proceso emocionante, este viaje se llama recuperación, pero entiendo que a veces puedo usar la negación para ayudarme a superar los problemas. También soy consciente de que la negación es un amigo y un enemigo. Estoy alerta a las señales de peligro: esos sentimientos nublados y confusos, energía lenta, sintiéndose compulsivo, corriendo muy rápido o duro, evitando mecanismos de apoyo.
Me he ganado un respeto saludable por nuestra necesidad de usar la negación como una manta para envolvernos cuando nos enfriemos demasiado. No es mi trabajo andar por ahí arrancando las mantas de las personas o avergonzando a otros por usar la manta. Quitarse la manta es peligroso. Podrían morir de exposición, de la misma manera que yo podría haberlo hecho.
Aprendí que lo mejor que puedo hacer con las personas envueltas en esta manta es hacer que se sientan a gusto y seguras. Cuanto más cálidos y seguros se sienten, más capaces son de dejar caer su manta. No tengo que apoyar o alentar su negación. Puedo ser directo Si otros niegan algo en particular y su actividad me resulta perjudicial, no tengo que estar cerca de ellos. Puedo desearles lo mejor y cuidarme. Verán, si me quedo demasiado tiempo cerca de alguien que me está dañando, inevitablemente levantaré mi manta de nuevo.
Tiendo a sentirme atraído por la gente cálida. Cuando estoy cerca de gente cálida, no necesito usar mi manta.
Me he ganado el respeto por crear ambientes cálidos, donde las mantas no son necesarias, o al menos no son necesarias por mucho tiempo. He ganado confianza en la forma en que las personas se recuperan y se ocupan de la vida.
«Dios, ayúdame a ser abierto y confiar en el proceso que me está sanando de todo lo que he negado de mi pasado. Ayúdame a esforzarme por la toma de conciencia y la aceptación, pero también ayúdame a practicar la gentileza y la compasión por mí mismo y por los demás, por aquellos momentos en que he usado la negación».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).
Reflexión del Dia: 22 de Marzo
Podemos ser asertivos y sostenernos sin ser abrasivos ni agresivos. Aprendamos a decir: “Hasta aquí llego. Este es mi límite. No toleraré esto”. Y querer decir esas palabras.
Podemos mostrarnos compasivos y preocupados por los demás sin rescatarlos. Aprendamos a decir: “Parece que tienes un problema. ¿Qué necesitas de mí?” Aprendamos a decir: “Me da pena que tengas ese problema”. Luego desapégate. No tenemos que arreglarlo nosotros.
Podemos discutir nuestros problemas y sentimientos sin esperar tampoco que la gente nos rescate. Nos podemos conformar con que se nos escuche. Eso es, de todos modos, tal vez lo único que queríamos.
Una queja común que escucho por parte de los codependientes es: “¡Nadie me toma en serio!” Tomémonos a nosotros mismos en serio. Equilibremos eso con un sentido del humor adecuado y no tendremos que preocupamos acerca de lo que cualquier otro haga o no haga.
Aprendamos a escuchar lo que la gente dice y lo que no dice. Aprendamos a escucharnos, al tono de voz que empleamos, a las palabras que elegimos, al modo como nos expresamos y a los pensamientos que cruzan por nuestra mente.
El habla es una herramienta y un deleite. Hablamos para expresarnos. Hablamos para que nos escuchen. Hablar nos permite comprendernos a nosotros mismos y nos ayuda a entender a los demás. Hablar nos ayuda a enviar mensajes a otras personas. A veces hablamos para lograr cercanía e intimidad. Quizá no siempre tenemos algo espectacular que decir, pero queremos tener contacto con la gente. Queremos tender un puente entre nuestras brechas. Queremos compartir y mantenernos cerca. A veces hablamos para divertirnos—para jugar, disfrutar, burlarnos y entretenernos—. Hay veces en que hablamos para cuidar de nosotros mismos, para que quede claro que no permitiremos que se nos insulte ni se abuse de nosotros, que nos amamos a nosotros mismos, y de que hemos tomado decisiones de acuerdo con lo que nos conviene más. Y a veces simplemente hablamos.
Necesitamos asumir la responsabilidad por la comunicación. Que nuestras palabras reflejen una elevada autoestima al igual que estimación por los demás. Seamos honestos. Seamos directos. Seamos abiertos. Seamos gentiles y amorosos cuando sea apropiado serlo. Seamos firmes cuando la situación exige firmeza. Pero, por encima de todo, seamos quienes somos y digamos lo que necesitamos decir.
En amor y dignidad, hablemos con la verdad —-así como la pensamos, la sentirnos y la sabemos— y la verdad nos hará libres.
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
Meditacion 21 de Marzo… Aceptemos lo mejor de nosotros
No tenemos porque hacer lo mejor que nosotros siempre
Hagamos nuestro mejor esfuerzo por el momento, luego dejemoslo ir. Si tenemos que rehacerlo, podemos hacer nuestro mejor esfuerzo en otro momento, más tarde.
Nunca podemos hacer más o mejor de lo que somos capaces de hacer en este momento. Nos castigamos a nosotros mismos y nos enloquecemos al esperar más de lo razonable por el momento.
Esforzarse por la excelencia es una cualidad positiva.
Esforzarse por la perfección es contraproducente.
¿Alguien nos dijo que esperaba que hiciéramos, diéramos o fuéramos mejores? ¿Alguien siempre busco la aprobación de los otros?
Llega un momento en que sentimos que hemos hecho lo mejor posible. Cuando llegue ese momento, déjemoslo ir.
Hay días en que nuestro mejor esfuerzo es menor de lo que esperábamos. Dejemos que esos tiempos también se vayan. Comencemos mañana. Hay que trabajar las cosas hasta que llegue nuestro mejor momento.
Hay un tiempo para la crítica constructiva, pero si eso es todo lo que nos damos, nos daremos por vencidos.
Empoderarnos y felicitarnos a nosotros mismos no nos hará perezosos. Nos nutrirá y nos permitirá dar, hacer y ser lo mejor posible.
«Hoy, haré lo mejor que pueda, luego lo dejaré ir. Dios, ayúdame a dejar de criticarme a mí mismo para poder comenzar a apreciar lo lejos que he llegado».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).
Reflexión del Dia: 20 de Marzo
El desapego implica “vivir en el momento presente” –vivir en el aquí y en el ahora-. Permitirnos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho de cada día.
El desapego también implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios, en otras personas, en el orden natural y en el destino de las cosas en este mundo. Nos liberamos de nuestros pesares y preocupaciones y nos damos a nosotros mismos la libertad para disfrutar de la vida a pesar de nuestros problemas no resueltos. Confiamos en que todo está bien a pesar de los conflictos. Confiamos en que Alguien más grande que nosotros sabe, ha ordenado y se preocupa de lo que está sucediendo.
Entendemos que este Alguien puede hacer mucho más por resolver el problema que nosotros. De modo que tratamos de no estorbar su camino y dejar que Él lo haga. A su tiempo, sabremos que todo está bien porque vemos cómo las cosas más extrañas (y a veces, las más dolorosas) se solucionan de la mejor manera y en beneficio de todos.
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
Reflexión del Dia: 9 de Marzo
Imaginémonos de pie en la playa. A lo lejos hay una isla llamada serenidad, donde existen la paz, la felicidad y la libertad de esa desesperación que son el alcoholismo y otros problemas. En verdad queremos llegar a esa isla, pero tenemos que encontrar una manera de cruzar el agua, ese enorme vacío que existe entre nosotros y el lugar a donde queremos ir. Tenemos dos opciones. En el agua está un barco crucero que se ve realmente fino y agradable. Se llama tratamiento, terapia. Cerca de él, en la playa, está sentado un grupo de personas de apariencia extraña. Parecen estar remando arriba de un bote, pero no vemos ningún bote, y tampoco vemos los remos. Vemos tan sólo a esta gente feliz sentada en la playa, remando en un bote invisible con remos invisibles, El bote invisible se llama Al-Anón (o AA o cualquier otro Programa de Doce Pasos).
El barco crucero toca su sirena, llamándonos a subir a bordo para la travesía de tratamiento y terapia. Podemos ver a la gente a bordo: están felices y nos hacen gestos de saludo con las manos. Y luego estas gentes raras están gritándonos para que nos les unamos a su bote invisible.
¿Escogeremos el crucero, o el bote invisible? Desde luego, nos subiremos al crucero, al barco de lujo. Lo siguiente de que tenemos noticia es que nos dirigimos a la isla de la felicidad.
El problema se da a medio camino. El barco crucero se detiene, se da la vuelta y se regresa a la playa en la cual comenzó el viaje. Entonces el capitán ordena que todos nos bajemos del barco. Cuando le preguntamos: “¿Por qué?”, nos dice: “Nuestro crucero sólo llega hasta allí, a única forma en que alguna vez podrán llegar a la isla es subiéndose al bote invisible (llamado Al-Anón)”. De modo que nos encogemos de hombros y caminamos hacia a gente que se encuentra en el bote. “¡Súbanse!”, nos gritan. “¡No vemos ningún bote al que nos podamos subir!”, les gritamos nosotros a la vez. “Súbanse de todas maneras”, nos dicen. De modo que nos subimos, y muy pronto nos dicen: “Cojan un remo y empiecen a remar (a trabajar los pasos)”. No vemos ningunos remos”, les respondemos. “De todas maneras, ¡cójanlos y comiencen a remar!” Así que tomamos unos remos invisibles y empezamos a remar, y muy pronto vemos el bote. Antes de que nos demos cuenta, vemos los remos también. De lo siguiente que nos damos cuenta es de que estamos tan felices remando en bote con esa gente que nos parecía tan rara, que ya no nos importa llegar al otro lado.(Clancy Imislund).
(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
Meditación 5 de Marzo … Sé como eres
Cuando conozco gente o entro en una nueva relación, empiezo a imponerme toda esta serie de restricciones. No puedo sentir lo que siento. No puedo tener los deseos y necesidades que tengo. No puedo tener la historia que tengo. No puedo hacer las cosas que quiero, sentir lo que estoy sintiendo o decir lo que necesito decir. Me convierto en ese robot reprimido, perfeccionista, en vez de ser lo que soy: Yo (Anónimo).
A veces, nuestra reacción instintiva al estar en una nueva situación es: no seas tú mismo.
Y, ¿quién más podemos ser? ¿Quién más te gustaría ser? No necesitas ser nadie más.
El mayor regalo que podemos llevar a una relación es ser como somos. Quizá pensemos que no les gustaríamos a los demás. Tal vez tengamos miedo de que, si simplemente nos relajamos y somos nosotros mismos, la otra persona se alejará o nos hará sentirnos avergonzados. Quizá nos preocupemos de lo que vaya a pensar la otra persona. Pero cuando nos relajamos y nos aceptamos a nosotros mismos, la gente a menudo se siente mucho mejor cerca de nosotros que cuando somos rígidos y reprimidos. Es agradable estar cerca de nosotros.
Si los demás no nos aprecian, ¿realmente queremos estar cerca de ellos? ¿Necesitamos permitir que las opiniones de otros nos controlen a nosotros y a nuestra conducta?
Darnos permiso de ser como somos puede tener una influencia curativa sobre nuestras relaciones. Se relaja el tono de las mismas. Nos relajamos nosotros. La otra persona se relaja. Y luego, todo el mundo siente un poco menos de vergüenza, porque han sabido la verdad.
Ser lo que somos es lo único que podemos ser, lo único que estamos destinados a ser y eso basta. Está bien.
Lo único que verdaderamente importa es la opinión que tengamos de nosotros mismos. Y podemos darnos a nosotros mismos toda la aprobación que queremos y necesitamos.
«Hoy me relajaré y seré como soy en mis relaciones. No haré esto en forma degradante o inapropiada, sino de una manera que demuestre que me acepto a mí mismo y me valoro como soy. Ayúdame, Dios mío a dejar ir mis miedos acerca de ser yo mismo».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
Reflexión del Dia: 3 de Marzo
«Estamos del mismo lado» es una frase popular. Significa que las personas están trabajando juntas o tienen intenciones u objetivos similares en una relación. Si nada más, puede significar simplemente que las personas están de acuerdo sobre un plan por una hora, día o semana.
Puede ser tentador probar lo diferentes que somos de las personas que nos rodean. Podemos ser diferentes. A veces es importante no comprometerse. Pero otras veces, al armonizar nuestras intenciones con quienes nos rodean, podemos hacer que esa diferencia sea importante.
A veces es divertido decir o hacer cosas para desafiar o provocar deliberadamente a otros. El conflicto puede ser bueno. Y a veces es importante defender nuestros derechos.
Pero algunos de nosotros nos volvemos adictos al caos. Nos gusta el drama que viene del alboroto. Podemos comenzar a confundir las emociones de alta adrenalina creadas por el caos con el amor o pensar que así es como la vida siempre tiene que ser.
No queremos entrar en la rutina. Pero no subestime la compatibilidad. Está bien cuando las cosas van bien también. No te preocupes El cambio y el desafío llegarán pronto, por su cuenta.
Desafío: lo más difícil de la armonización puede ser superar el temor de que perdamos nuestra identidad o de que de alguna manera nos rendimos y perdemos al armonizar con alguien o algo más. Podemos ser nosotros mismos y seguir siendo parte de una pareja, equipo, entorno o grupo. Y tendremos mucha más energía cuando no la estemos usando para dominar o resistir a alguien.
(Melody Beattie de su Libro 52 semanas de Contacto Consciente).
Meditación 22 de Febrero… Honestidad en las relaciones
Podemos ser honestos y directos sobre nuestros límites en las relaciones y sobre los parámetros de una relación particular.
Quizá ninguna área de nuestra vida refleja nuestra singularidad e individualidad en la recuperación más que nuestras relaciones. Algunos de nosotros estamos en una relación comprometida. Algunos de nosotros estamos saliendo. Algunos de nosotros no estamos saliendo. Algunos de nosotros estamos viviendo con alguien. Algunos de nosotros deseamos estar saliendo. Algunos de nosotros deseamos estar en una relación comprometida. Algunos de nosotros entramos en nuevas relaciones después de la recuperación. Algunos de nosotros permanecemos en la relación en la que estábamos antes de que comenzáramos a recuperarnos.
También tenemos otras relaciones. Tenemos amistades Las relaciones con los niños, con los padres, con la familia extendida. Tenemos relaciones profesionales: relaciones con personas en el trabajo.
Necesitamos ser capaces de ser honestos y directos en nuestras relaciones. Un área sobre la que podemos ser honestos y directos es sobre los parámetros de nuestras relaciones. Podemos definir nuestras relaciones con las personas, y podemos pedirles que sean honestos y directos sobre la definición de su visión de la relación con nosotros.
Es confuso estar en una relación y no saber dónde nos encontramos, ya sea en el trabajo, en una amistad, con miembros de la familia o en una relación de amor. Tenemos derecho a ser directos acerca de cómo definimos la relación, qué queremos que sea. Pero las relaciones son iguales a dos personas que tienen los mismos derechos. La otra persona también debe ser capaz de definir la relación. Tenemos derecho a saber y preguntar Ellos también.
La honestidad es la mejor política.
Podemos establecer límites. Si alguien quiere una relación más intensa que nosotros, podemos ser claros y honestos sobre lo que queremos, sobre nuestro nivel deseado de participación. Podemos decirle a la persona qué esperar razonablemente de nosotros, porque eso es lo que queremos dar. Cómo se enfrenta la persona es su problema. Si le decimos a la persona o no, es nuestra.
Podemos establecer límites y definir amistades cuando éstas causan confusión.
Incluso podemos definir relaciones con niños, si esas relaciones se han vuelto pegajosas y han excedido nuestros parámetros. Necesitamos definir las relaciones de amor y lo que eso significa para cada persona. Tenemos derecho a preguntar y recibir respuestas claras. Tenemos el derecho de hacer nuestras propias definiciones y tener nuestras propias expectativas. También lo hace la otra persona.
La honestidad y la franqueza es la única política. A veces no sabemos lo que queremos en una relación. Algunas veces la otra persona no sabe. Pero cuanto antes podamos definir una relación, con la ayuda de la otra persona, antes podremos decidir sobre un curso de conducta apropiado para nosotros.
Cuanto más claros podamos ser al definir las relaciones, más podremos cuidarnos a nosotros mismos en esa relación. Tenemos derecho a nuestros límites, deseos y necesidades. También lo hace la otra persona. No podemos obligar a alguien a tener una relación o participar en un nivel que deseemos si él o ella no quiere. Todos nosotros tenemos el derecho de no ser forzados.
La información es una herramienta poderosa, y tener la información sobre lo que es una relación particular -los límites y las definiciones de la misma- nos permitirá cuidar de nosotros mismos en ella.
Las relaciones tardan un tiempo en formarse, pero en algún momento podemos esperar razonablemente una definición clara de lo que es esa relación y cuáles son sus límites. Si las definiciones entran en conflicto, somos libres de tomar una nueva decisión basada en la información adecuada sobre lo que debemos hacer para cuidarnos.
«Hoy, lucharé por la claridad y la franqueza en mis relaciones. Si ahora tengo algunas relaciones turbias y mal definidas, y si les he dado el tiempo adecuado para formarse, comenzaré a tomar medidas para definir esa relación. Dios, ayúdame a dejar de lado mis temores sobre la definición y comprensión de la naturaleza de mis relaciones actuales. Guíeme hacia un pensamiento claro y saludable. Ayúdame a saber que lo que quiero está bien. Ayúdame a saber que si no puedo obtener eso de la otra persona, lo que quiero todavía está bien, pero no es posible en este momento. Ayúdame a aprender a no renunciar a lo que quiero y necesito, sino que me capacite para tomar decisiones apropiadas y saludables sobre dónde conseguirlo.»
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
Reflexión del Dia: 4 de Febrero
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BUSCAMOS A TRAVÉS DE LA ORACIÓN Y LA MEDITACIÓN MEJORAR NUESTRO CONTACTO CONSCIENTE CON DIOS, COMO NOSOTROS LO CONCEBIMOS, PIDIÉNDOLE SOLAMENTE QUE NOS DEJASE CONOCER SU VOLUNTAD PARA CON NOSOTROS Y NOS DIESE LA FORTALEZA PARA CUMPLIRLA. (Onceavo Paso de CoDA).
BUSCAMOS A TRAVÉS DELA ORACIÓN
La voluntad de Dios a veces quiere decir poner mis límites y saber defenderme en vez de pedir a Dios que cambie a las personas que me lastiman.
A veces la voluntad de Dios significa que yo pida perdón. Siempre, estoy aprendiendo, significa que yo me acepte y me cuide.
Además de la disciplina de la oración matutina, rezo durante el día. A veces hablo de lo que me molesta. A veces grito pidiendo ayuda.
Pido guía y dirección cuando me siento insegura. Y entre más recuerdo agradecer, sin importar qué sucede, todo sucede mejor.
Rezar nos transforma. Oraciones de agradecimiento transforman nuestra vida y nuestras circunstancias. La gratitud convierte la energía negativa en positiva. Crea aceptación y realza lo mejor de cualquier circunstancia.
Algunos días me envuelven las ocupaciones cotidianas antes de tener tiempo para rezar. No me gustan esos días, pero estoy aprendiendo a confiar que, aun en esos días, Dios no me abandona ni me abandonará.
Paulatinamente entrego más partes de mí misma a Dios. Aprendo a confiar en Dios. Esa confianza no quiere decir que jamás sentiré dolor, estrés o situaciones que no me gustan. Sí significa que puedo confiar que lo que sucede es para bien.
También aprendo que puedo hacer cualquier petición a Dios. Ninguna es demasiado grande, demasiado pequeña o sin importancia. Puedo ponerlo todo en cada oración, luego soltar y pedir que se haga la voluntad de Dios.
Cada uno de nosotros podemos encontrar nuestra manera personal de orar, nuestra propia disciplina de oración, nuestro propio método para comunicarnos. A algunas personas les gusta las oraciones sugeridas por ciertas religiones. Algunas disfrutan un acercamiento menos estructurado en su comunicación con Dios.
La manera en que rezamos no es tan importante como el esfuerzo por hacerlo. Estoy aprendiendo a rezar tenga ganas o no. Aprendo que puedo confiar, me sienta con inclinación a hacerlo o no.
Muchas veces he rogado a Dios por algo, me he enfurecido porque no me lo ha dado para luego sentirme agradecida un año más tarde cuando la agenda de Dios resultó mucho mejor que la mía.
Con frecuencia, termino agradeciendo profusamente a Dios por no haberme permitido salirme con la mía.
Gradualmente aprendo que está bien agradecer a Dios por todo lo que sucede, aun cuando no es lo que yo deseo, aun cuando no siento agradecimiento el día de hoy.
A veces me enterco y rehusó pedir la ayuda que necesito. Con frecuencia se me recuerda que, aunque soy fuerte y competente, existe un Poder que me ayudará en formas milagrosas, vitalizantes y curativas.
Es mediante la oración que nos mantenemos a nosotros mismos y a nuestras almas conectados a Dios. Aquí empieza el cambio.
(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).