Reflexión del Dia: 2 de Febrero



BUSCAMOS A TRAVÉS DE LA ORACIÓN Y LA MEDITACIÓN MEJORAR NUESTRO CONTACTO CONSCIENTE CON DIOS, COMO NOSOTROS LO CONCEBIMOS, PIDIÉNDOLE SOLAMENTE QUE NOS DEJASE CONOCER SU VOLUNTAD PARA CON NOSOTROS Y NOS DIESE LA FORTALEZA PARA CUMPLIRLA. (Onceavo Paso de CoDA).
MEJORAR NUESTRO CONTACTO CONSCIENTE
Mi recuperación de las adicciones químicas comenzó con una oración. Estaba en tratamiento por una dependencia química. No quería estar allí. No quería estar sobria. Pero no me quedaba de otra. Recuerdo estar mirando fijamente al techo del pequeño cubículo que era mi cuarto y diciendo: «Dios, si estás allí y te importo en algo y existe un programa, una manera de que yo me recupere, por favor ayúdame a hacerlo.»
Pensé que mi oración había rebotado del techo y caído al suelo. Me equivoqué. En pocas semanas comenzó mi sobriedad. Alguien me dijo que pidiera ayuda a Dios cada mañana y le diera las gracias por ayudarme cada noche. Lo hice. Alguien más me entregó un ejemplar del libro de meditaciones diarias y me dijo que leyera una cada mañana. Hice eso también. Había dejado de hablarle a Dios cuando tenía once años. Aún recuerdo el día. Caminaba por la calle en dirección a la iglesia un domingo, llena de desesperación y confusión. No entendía a mi familia. No me entendía a mí misma. Estaba lastimada. Miré el cielo y meneé la cabeza. Si había un Dios, ese Dios no me quería. ¿Cómo podía un Dios amoroso dejarme sentir tanto dolor y miseria? Decidí olvidarme de Dios, olvidarme de la iglesia y encontrar mi propia forma de encargarme de mi dolor.
Un año más tarde era yo una alcohólica. Varios años más tarde, era adicta a los narcóticos.
Ahora, catorce años más tarde, me encontraba en un hospital del Estado para las adicciones, rezándole a un Dios que quizá no me escuchaba. Dios sí me escuchó. A pesar mío, dejé de beber en ese hospital. Creo que era hora de que eso sucediera en mi vida. Creo que sucedió por la gracia de Dios y debido a Dios. También creo en el poder de la oración. Mi alma por fin se abrió.
Pedí.
Así comenzó mi viaje hacia la oración y la meditación, mi viaje espiritual. Mis primeros pasos fueron sencillos y débiles, pero mis acciones fueron suficiente. Este Paso comenzó a trabajar en mi vida. Luego comencé a trabajar otra parte importante de este Paso: aprender a confiar en la voluntad y el plan de Dios para mi vida y aprender que este plan incluía cuidar de mí misma y amarme.

De todas las relaciones que aprendemos a reconstruir durante nuestra recuperación de la codependencia, nuestras relaciones con nosotros mismos y con nuestro Poder Superior son las más importantes. Son el fundamento de todas las demás relaciones en las que participaremos.
Nuestra relación con Dios, durante nuestra recuperación de la codependencia, nos llevará a una relación amorosa, cercana e íntima con nosotros mismos. Lo opuesto también es cierto. Una relación íntima y cercana con nosotros mismos nos acercará a Dios.
Como dijo una mujer:«Entonces, todas las demás relaciones se convierten en el betún del pastel».
Este Paso nos dice como lograr eso. Oramos y meditamos para mejorar nuestro contacto con Dios y con nosotros mismos. Pedimos que se nos muestre el mejor curso de acción posible para nosotros y que se nos dé el poder para hacer nuestra parte.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Reflexión del Dia: 1 de Febrero



BUSCAMOS A TRAVÉS DE LA ORACIÓN Y LA MEDITACIÓN MEJORAR NUESTRO CONTACTO CONSCIENTE CON DIOS, COMO NOSOTROS LO CONCEBIMOS, PIDIÉNDOLE SOLAMENTE QUE NOS DEJASE CONOCER SU VOLUNTAD PARA CON NOSOTROS Y NOS DIESE LA FORTALEZA PARA CUMPLIRLA. (Onceavo Paso de CoDA).
«Déjate llevar, Melody. Déjate llevar».
¿Cuántas veces he oído estas palabras en boca de mi madrina? ¿Cuántas veces me he enojado al oírlas?
Muchas veces.
¿Cómo puedo dejarme llevar? ¿Cómo puedo dejar de creer en pérdidas y privaciones y comenzar a creer en plenitud?

Paulatinamente aprendo que no sólo puedo dejarme llevar, sino que también puedo confiar. Soy parte del fluir de la vida. Si estoy conectada con mi Poder Superior y con la voluntad de Dios para mí, sabré qué debo hacer y cuándo debo hacerlo. Cuidar de mí misma, usar mi propio poder, será (y es) una parte natural de ese fluir. Creceré y cambiaré como debe ser, cuando esté lista, en la medida en que quiera.
El Paso Once es mi favorito. Me ha llevado de la adicción a la sobriedad. Me ha llevado a través de la pobreza, el dolor y la desesperación. Me ha llevado a través del dolor de tocar fondo en mi codependencia. Me ha dado todo lo que he necesitado para comenzar la recuperación y continuar sanándome. Continuamente me lleva de la confusión a la claridad, de ser victimizada a manejar mi propio poder. Este Paso me ha llevado a tener una vida real, una vida que es mía, está llena y funciona.
Me lleva de donde estoy a donde me dirijo; me ayuda a confiar en ambos lugares. Me lleva a través de cada día. Si miramos fijamente el laberinto de nuestra vida, podemos fácilmente confundirnos con todos los caminos, corredores, puertas y opciones. Este Paso nos ayuda a enfocarnos en los detalles del camino presente, y nos permite caminar con confianza por el laberinto.
Dejarse llevar no significa que no meneemos el barco. Sólo significa que lo podemos hacer por fin. Al escucharnos a nosotros mismos y a Dios, sabremos cuándo es hora de hacerlo y tendremos el poder necesario. La discusión que tenemos de si podemos cuidar de nosotros mismos no es con Dios: es con nosotros mismos. Nuestro siguiente paso es decidir cuál es la mejor manera de cuidarnos y pedir ayuda a Dios.
Hay momentos para derrotarnos, momentos para soltar, momentos para rendirnos. Hay momentos para esperar y momentos para tomar acción. Hay momentos para ser tiernos y cuidadores, momentos para dar y momentos para recibir. Hay momentos para dar nuestra opinión, para ejercer nuestro poder y para cuidar de nosotros mismos. Al trabajar este Paso sabremos en qué momento nos encontramos.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Reflexión del Dia: 30 de Enero



CONTINUAMOS HACIENDO NUESTRO INVENTARIO PERSONAL Y CUANDO NOS EQUIVOCABAMOS LO ADMITIAMOS INMEDIATAMENTE (Décimo Paso de CoDA).
TAMBIÉN BUSCAR LO BUENO
Mientras estemos ocupados haciendo nuestro inventario, tal vez queramos mirar lo que estamos haciendo bien. El Paso Diez dice, «Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando (énfasis mío) nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.» No dice que debamos ignorar lo que hacemos bien o lo que está bien en nuestras vidas. Dice que continuamos haciendo nuestro inventario.
Cuando hacemos un inventario, podemos buscar muchas cosas. Podemos sacar los sentimientos de los que huimos. Podemos buscar la baja autoestima o un sentimiento de inadecuación.
Podemos buscar regresos a viejos patrones de pensar, sentir, o comportarnos. Podemos buscar aquellos comportamientos que verdaderamente nos incomodan, que hemos dirigido a otros, y podemos hacer las reparaciones inmediatas.
Pero una parte importante de nuestro inventario también puede enfocar lo que estamos haciendo bien y todo lo que está teniendo lugar dentro de nosotros y a nuestro alrededor que es bueno.
Esto no es una pérdida de tiempo. Es una parte importante de nuestra recuperación. Parte de nuestra codependencia es este fijarnos obsesivamente en lo que está mal, lo que no funciona, y lo que quizá hagamos mal. El comportamiento de recuperación con el que reemplazamos esa actitud es aprender a fijarnos y prestar atención a lo que está bien: qué sale bien y la visión positiva de cómo están funcionado las cosas bien en nuestra vida.
Quizá tengamos que esforzarnos tanto o más para fijarnos en lo que está bien como en descubrir qué hacemos mal.
Miremos sin miedo, con un ojo amoroso y positivo. ¿Qué hicimos bien el día de hoy? ¿Nos
detuvimos a manejar un sentimiento? Quizá lo hicimos torpemente, pero ¿lo hicimos? ¿Pensamos
una vez en algún Paso en medio de una crisis? ¿Hicimos algo de forma diferente hoy a cómo lo
habríamos hecho hace uno o dos años? ¿Aunque haya sido un poco diferente? ¿Extendimos la
mano a alguien y nos permitimos sentirnos vulnerables?
¿Comenzamos a tener sentimientos negativos o de vergüenza, nos hicimos conscientes de estos y los soltamos? ¿Hicimos algo agradable, tierno, y amoroso para nosotros mismos? ¿Hicimos algo para otra persona que nos hizo sentir bien?
¿Realizamos bien nuestrotrabajo? ¿Manejamos en forma positiva un día malo? ¿Practicamos la gratitud o la aceptación? ¿Nos arriesgamos, fuimos dueños de nuestro propio poder, pusimos un
límite, reforzamos un límite? ¿Hablamos honesta y abiertamente con alguien y sentimos que nos acercamos un poco más, reforzando la conexión entre nosotros y otro? ¿Fuimos dueños de nuestro poder en alguna forma que nos beneficiara? ¿Nos hicimos responsables de nosotros mismos en alguna forma en que no lo habríamos hecho antes?
¿Nos dimos tiempo para rezar o meditar? ¿Confiamos en Dios? ¿Hablamos con Dios y le soltamos
las cosas?
¿Permitimos que alguien hiciera algo por nosotros? ¿Comenzamos a engancharnos en los asuntos de otro, y luego practicamos el desprendimiento? ¿Continuamos con nuestra rutina diaria cuando lo que realmente queríamos hacer era quedarnos sentados con pensamientos obsesivos?
¿Nos escuchamos a nosotros mismos, confiamos en nosotros mismos, y vimos qué tan bien funcionó? ¿Nos mantuvimos firmes con alguien que quiso manipular o controlarnos? ¿Fuimos asertivos? ¿Nos nutrimos, en vez de criticarnos? ¿Practicamos el amor a nosotros mismos en alguna forma? ¿Fuimos a una junta, leímos una meditación, o pensamos acerca de un concepto de recuperación, aunque fuera por un breve rato?

Miremos lo que hicimos bien. Miremos lo que hicimos adecuadamente. Esforcémonos por alcanzar la autoconciencia, sin convertirnos en hipervigilantes. Si hicimos algo mal, aceptemos y manejemos eso. Pero también veamos lo que hicimos bien.
No importa dónde estamos, quienes somos, olo que estemos haciendo, aún en nuestros peores días (sobretodo en nuestros peores días), podemos encontrar por lo menos una cosa bien hecha, algo bueno en nosotros mismos y en nuestra vida en que meditar. Podemos encontrar algo que nos dé esperanza, algo que podamos anticipar. Podemos fijarnos realístamente en una visión de lo que es y lo que puede ser bueno en nuestra vida.
Hay espacio en la realidad y en la recuperación para «lo que está bien». Identificar lo negativo y los problemas nos ayudará a solucionarlos. Potenciando lo bueno nos ayudará a crecer, también.
Podemos decirnos a nosotros mismos, a otros y a Dios lo que apreciamos de otra persona, de nosotros mismos, y de la vida.
Podemos soltar nuestra necesidad de ser tan críticos de nosotros mismos y de otros. Podemos buscar lo que está bien.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Meditación 30 de Enero… Ora por los que resientes



Mi historia favorita acerca de orar por aquellos a los que me molesta es una que dije en Playing It by Heart. Aquí está de nuevo:
Hace años, cuando vi el Stillwater Gazette, el diario familiar más antiguo que existe, sabía que quería trabajar allí. Podía sentirlo, en mis huesos y en mi corazón. Sin embargo, cuando entré a las oficinas para solicitar el puesto, el propietario no tuvo la misma sensación que yo. Tenía una vacante para un periodista, pero quería contratar a alguien más. Abigail, dijo, era la adecuada para este trabajo.
Oré por Abigail todos los días. Le pedí a Dios que la cuidara, la guiara y la bendijera rica y abundantemente. Oré por ella porque eso es lo que me habían enseñado a hacer, rezar por los que te molestan. A veces rezaba por ella tres cuatro veces al día. Recé por ella tanto porque me molestaba tanto.
Dios, odiaba a Abigail.
Durante los próximos meses, casi medio año, bajé al Gazette una vez a la semana, pidiendo ser contratada. Finalmente, conseguí un trabajo allí. Pero no era el que yo quería. Abigail, bendita sea su corazón, tenía el mío.
Obtuvo las mejores asignaciones de historia. Ella trabajó tan rápido y con tanta facilidad periodística.
Así que seguí orando, «Dios bendiga a Abigail», porque eso es todo lo que sabía hacer.
A lo largo de los meses, cuando obtuve mis tareas menores del editor, menos que Abigail, es decir, comencé a ver su trabajo. Ella escribía rápido y eficientemente. Tengo razón al punto. Ella era una buena entrevistadora, también. Empecé a esforzarme para escribir mejor y más rápido. Si Abigail puede hacerlo, yo también puedo hacerlo, me dije.
Mi enemigo comenzó a inspirarme. Durante las semanas y meses que pasaron, pasé más y más tiempo alrededor de Abigail. La escuché hablar. Escuché sus historias. Lentamente, mi enemigo se convirtió en mi amigo.
Un día, Abigail y yo estábamos tomando un café. La miré, la miré directamente a los ojos. Y de repente me di cuenta de que ya no odiaba a Abigail. Ella estaba haciendo su trabajo. Yo estaba haciendo lo mío.
Pronto, recibí una oferta de un editor para escribir un libro. Me alegré de no haber tenido el trabajo de Abigail; No hubiera tenido tiempo de escribir ese libro. Entonces, un día de junio de 1987, ese libro llegó a la lista de best sellers del New York Times .
Años después, escribí la historia sobre Abigail en Playing It by Heart. El libro fue publicado. Regresé a Minnesota para hacer una firma de libros. Estaba en el baño de la librería, lavándome las manos, cuando una mujer se me acercó.
«Hola, Melody», dijo. La miré, confundido. «Es Abigail», dijo ella. Abigail no era su verdadero nombre; era un nombre que le había dado en la historia. Pero con esas palabras, me di cuenta de que había leído la historia. Sabía que era Abigail y sabía cómo me sentía.
Bromeamos sobre eso por unos momentos. Le pregunté cómo era su vida. Ella dijo que había dejado de escribir y se había convertido en esposa y madre. Dije que todavía estaba escribiendo, y mis años como esposa y madre fueron en su mayor parte.
Los resentimientos son cosas tan tontas. La envidia también es tonta. Pero esas tonterías pueden devorar nuestros corazones. A veces, las personas se ponen en nuestras vidas para enseñarnos sobre lo que somos capaces de hacer. A veces, las personas que percibimos como enemigos son realmente nuestros amigos. ¿Hay alguien en tu vida que estés gastando energía sintiéndote envidioso o resentido? ¿Podría esa persona estar ahí para enseñarte algo sobre ti que no conoces o para inspirarte a lo largo de tu camino? No sabrá la respuesta a esa pregunta hasta que obtenga la envidia y el resentimiento de su corazón.
«Dios, gracias por la gente a la que resiento y envidio. Bendícelos ricamente. Abre puertas para ellos, premialos con abundancia. Ayúdame a saber que mi éxito no depende de su fracaso; es equivalente a cuánto te pido que los bendigas.»

(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).

Meditación 28 de Enero… Estoy en el momento presente



A menudo, una de nuestras mayores preguntas, es «¿que sucederá?» Podemos preguntarnos esto acerca de nuestras relaciones, de nuestro trabajo, de nuestra recuperación, de nuestra vida. Es fácil enredarnos en pensamientos preocupantes.
El preocuparnos acerca de lo que va a pasar nos impide funcionar hoy de manera efectiva. Nos impide hacer hoy nuestro mejor esfuerzo. Nos impide aprender y dominar las lecciones de hoy. Permanecer en el presente, hacer nuestro mejor esfuerzo y participar plenamente el día de hoy es todo lo que necesitamos para asegurarnos de que lo que va a suceder mañana será lo mejor.
Preocuparse acerca de lo que ocurrirá mañana es hacer una contribución negativa al futuro. Vivir en el aquí y en el ahora es, con mucho, lo mejor que podemos hacer, no nada más para el hoy, sino para el mañana. Esto ayuda a nuestras relaciones, a nuestra carrera, a nuestra recuperación y a nuestra vida.
Las cosas saldrán bien si las dejamos. Si necesitamos concentrarnos en otro futuro que no sea planear, lo único que necesitamos es afirmar que éste será bueno.
«Rezo pidiendo fe en que mi futuro será bueno si vivo el hoy bien y en paz. Recordaré que quedarme en el presente es lo mejor que puedo hacer para mi futuro. Me concentraré en lo que está sucediendo hoy en vez de en lo que va a ocurrir mañana».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Reflexión del Dia: 26 de Enero



CONTINUAMOS HACIENDO NUESTRO INVENTARIO PERSONAL Y CUANDO NOS EQUIVOCABAMOS LO ADMITIAMOS INMEDIATAMENTE (Décimo Paso de CoDA).
CONTINUAMOS HACIENDO NUESTRO INVENTARIO PERSONAL
«Por la forma en que vives todo lo externo, me maravilla que alguna vez hayas tenido un mal día,» dijo alguna vez mi ex-marido.
Su comentario intentaba ser gracioso; también era una observación sagaz. Antes de la recuperación de la codependencia, yo tenía una capacidad insólita de sólo ver lo externo: qué hacían otros; qué no hacían; qué trataban de hacerme a mí; que me habían hecho; y qué tanto mejor me sentiría si estuvieran haciendo algo diferente.
Pensar así, que otros de alguna manera controlaban el camino de mi vida y que podían hacerme sentir mejor o diferente, era una ilusión. Y aprendí que era una ilusión por el camino difícil: tocando fondo en mi codependencia.
Si hemos hecho nuestro trabajo en los Pasos, hemos pasado ya de pensar así. Quizá volvamos a ello de vez en cuando, pero por lo menos ahora sabemos qué estamos haciendo, y sabemos que es una ilusión. Muchos de nosotros comenzamos nuestro viaje de recuperación gracias a lo que algún ser amado hacía o no hacía. Entramos a este programa por esa manera de pensar. Luego, el Primer Paso nos hizo poner los pies en la tierra de una nueva manera de pensar, una nueva manera de enfrentar la vida, a otros, y a nosotros mismos.
Para cuando llegamos al Cuarto Paso, ya estábamos mirando hacia adentro. Estábamos listos para comenzar a indagar en nuestra alma. Comenzamos a mirarnos a nosotros mismos y lo que sucedía con nosotros. Comenzamos a ver como respondíamos comúnmente a la vida, en vez de fijarnos en lo que sucedía con otros.
El proceso por el que atravesamos en los Pasos Cuatro y Cinco nos llevó a una gira de limpieza por nosotros mismos. Entregamos nuestra vida y voluntad al cuidado de Dios, tal como concebíamos a Dios. Luego, hicimos una limpieza del paquete que habíamos entregado.
Ahora, se nos ha dado este Paso, un Paso de mantenimiento, para ayudarnos a continuar con este proceso de mirar hacia adentro. Este Paso no nos pide que nos persigamos continuamente con cincel y martillo. No nos dice que tenemos que andar por la vida teniéndonos a nosotros mismos bajo un microscopio, hipervigilando todo lo que digamos o hagamos, esperando sin aliento para criticar y castigarnos a nosotros mismos.
Pero sí nos da permiso de continuar estando conscientes de nosotros mismos, y cuando estemos equivocados, admitirlo y manejarlo sin demora.

¿Cuáles son los «errores» que buscamos y admitimos inmediatamente?
Estamos buscando los daños que hacemos a otros, los daños que son fáciles de racionalizar y justificar. Hay que observar cualquier patrón personal de conducta que sea inferior a lo que razonablemente podemos esperar de nosotros mismos.
Esto puede incluir expresiones de enojo y rabia inapropiadas, conducta inapropiada cuando estamos enojados, guardar resentimientos, controlar, manipular, y usar a las personas, mentir, esperar que otros llenen el «hueco en nuestra alma,» o cualquier otro comportamiento que no alcanza nuestra propia aprobación.
¿Cómo sabremos cuando nos hemos comportado inadecuadamente? Si hemos hecho nuestra tarea, si hemos limpiado el tiradero de culpas merecidas e inmerecidas del pasado, si hemos trabajado estos Pasos lo mejor que podamos, sabremos.
El asunto llamará nuestra atención.
Habremos experimentado suficiente paz para poder reconocer la inquietud, y suficiente guía para saber cómo encontrar nuestro camino para salir de cualquier predicamento en el que nos encontramos. Sabremos y confiaremos que podemos soltar y permitir que se nos guíe al camino de conducta correcta, ya sea pedir disculpas o intentar un cambio de conducta con otra persona.
He aprendido que no puedo confiar sólo en los sentimientos para hacer este Paso. Puede ser que me sienta culpable cuando no he hecho nada malo. O puedo sentirme culpable acerca de hacer cosas que son buenas para mí: tales como jugar, divertirme, expresar mis sentimientos, y decir lo que quiero y necesito. A veces, no me siento culpable de comportamientos que legítimamente necesito corregir: me siento a la defensiva y protectora.
Este Paso nos pide que continuemos el proceso de usar nuestro intelecto, nuestra sabiduría, la sabiduría de la recuperación, para revisar e inventariarnos a nosotros mismos. Debemos confiar en nuestros sentimientos, pero también debemos usar nuestro intelecto, de manera que no nos perdamos en una ola de culpa inmerecida y actitudes defensivas.
Podemos pensar. Con nuestra nueva conciencia podemos mirarnos a nosotros mismos cada día y, con amor, dilucidar lo que necesitamos para cuidar de nosotros mismos.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Reflexión del Dia: 25 de Enero



REPARAMOS DIRECTAMENTE A CUANTOS NOS FUE POSIBLE EL DAÑO CAUSADO, EXCEPTO CUANDO EL HACERLO IMPLICABA PERJUICIO PARA ELLOS O PARA OTROS (Noveno Paso de CoDA).
LOS PASOS DE LOS TORNILLOS Y LAS TUERCAS
Ahora hemos terminado con los que muchos en recuperación llaman los Pasos de los tornillos y las tuercas. Con frecuencia nos encontraremos regresando instintivamente al Paso que necesitamos. Ve allí libremente cuantas veces sea necesario.
Ve cuando necesitas la sanación que éste, o cualquier otro Paso, tiene que ofrecer. Hay muchas cosas en la vida en las que no podemos confiar. Pero podemos confiar en estos Pasos, y siempre están allí para ayudarnos. No te preocupes de trabajar este Paso demasiado pronto: él te encontrará cuando estés listo. Te encontrarás en lugares, con personas, en circunstancias, y será el momento de cuidar de ti mismo con los demás.
Empezaremos a ver cómo nos hemos estado tratando inapropiadamente a nosotros mismos, también. Con frecuencia esta toma de conciencia es gradual. Recibimos intuiciones, las instrucciones para el cambio, y la oportunidad de hacer reparaciones, cuando estamos listos para manejarlas. Ten confianza de que el momento llegará. Confía en el proceso. Confía en los Pasos. Confía en lo que sucederá si los trabajas.
Escucha lo que dice El Libro Grande de Al-Anón. (página 78):
Debemos tener sentido común y tacto, ser considerados y humildes, sin ser serviles o rastreros. Como criaturas de Dios nos paramos en nuestros propios pies; no nos arrastramos ante nadie. Si nos esmeramos en esta fase de nuestro desarrollo, nos sorprenderemos de los resultados antes de llegar a la mitad del camino. Vamos a conocer una libertad y una felicidad nuevas. No nos lamentaremos por el pasado ni desearemos cerrar la puerta que nos lleva a él. Comprenderemos el significado de la palabra serenidad y conoceremos la paz. Sin importar lo bajo que hayamos llegado, percibiremos cómo nuestra experiencia puede beneficiar a otros. Desaparecerá ese sentimiento de inutilidad y lástima de nosotros mismos. Perderemos el interés en cosas egoístas y nos interesaremos en nuestros compañeros. Se desvanecerá la ambición personal. Nuestra actitud y nuestro punto de vista sobre la vida cambiarán. Se nos quitará el miedo a la gente y a la inseguridad económica. Intuitivamente sabremos manejar situaciones que antes nos desesperaban.De pronto comprenderemos que Dios está haciendo por nosotros lo que por nosotros mismos no podíamos hacer.
¿Son estas promesas extravagantes? No lo creemos. Están cumpliéndose entre nosotros -a veces rápidamente, a veces lentamente, pero siempre se realizarán si trabajamos para obtenerlas.
Los alcohólicos en recuperación fueron los primeros en ver cumplirse estas promesas como retribución de haber trabajado estos Pasos. Algunos creen que los alcohólicos tienen mayor inclinación que otros para trabajar estos Pasos, porque de ello depende sus vidas. Nosotros también podemos estar comprometidos a trabajar estos Pasos y recibir los beneficios en nuestra vida, porque nuestra vida, la calidad de nuestra vida, la calidad de nuestras relaciones, y la calidad del amor en nuestra vida, sí dependen de ello.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Meditación 25 de Enero… Aprecia tu pasado



Es fácil ser negativos acerca de nuestros errores e infelicidad pasados. Pero es mucho más sano que nos veamos a nosotros mismos y a nuestro pasado a la luz de la experiencia, de la aceptación y del crecimiento interior. Nuestro pasado es una serie de lecciones que nos hace avanzar a niveles más altos de vivir y de amar.
Las relaciones que establecimos, en las que permanecimos, o que dimos por terminadas, nos enseñaron lecciones que eran necesarias. Algunos hemos surgido de las más dolorosas circunstancias con grandes conocimientos acerca de quiénes somos y qué queremos.

¿Nuestros errores? Necesarios. ¿Nuestras frustraciones, fracasos y a veces nuestros tropiezos con el progreso y el crecimiento interior? Necesarios también.
En cada paso del camino, aprendimos. Pasamos exactamente por las experiencias que necesitábamos para convertirnos en lo que somos hoy. En cada paso del camino, progresamos.
¿Es un error nuestro pasado? ¡No! El único error que podemos cometer es confundir ese pasado con la verdad.
«Hoy, ayúdame Dios mío a alejar los pensamientos negativos que pudiera estar albergando acerca de mis circunstancias o de mis relaciones pasadas. Puedo aceptar, con gratitud, todo lo que el pasado me ha traído al día de hoy».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

Meditación 23 de Enero… Vendrán buenas cosas



No te preocupes por cómo vendrá el bien que ha sido planeado para Ti.
¡Vendrá!

No te preocupes, obsesiones, piensa que tienes que controlarlo, salir a buscarlo o enredar tu mente tratando de averiguar cómo y cuándo lo encontrarás.
¡Te encontrara!
Ríndete a tu Poder Superior cada día. Confía en tu Poder Superior. Entonces, quédate tranquilo. Confía y escuchate. Así es como el bien que deseas vendrá a ti.
Tu curación. Tu alegría Tus relaciones. Tus soluciones. Ese trabajo. Ese cambio deseado. Esa oportunidad te llegará , naturalmente, con facilidad y de muchas maneras.
Esa respuesta vendrá. La dirección vendrá. El dinero. La idea. La energía. La creatividad. El camino se abrirá a ti. Confía en eso, porque ya ha sido planeado.
Es inútil, un desperdicio y un gasto de energía, preocuparse por cómo llegará. Ya está ahí. Ya lo tienes. Está en su lugar. ¡No puedes verlo!
¡Te lo traerán o te lo traerán!

«Hoy me relajaré y confiaré en que el bien que necesito me encontrará. Ya sea a través de mis indicaciones, o de otras personas, todo lo que quiero y necesito me llegará cuando sea el momento adecuado».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).

Meditacion 22 de Enero…Pierde esas expectativas



Así que te encuentras con alguien, te enamoras, sales en citas y permites que tu mente cree una imagen exagerada de esa persona. Pronto descubres que él es tu alma gemela. No quieres vivir sin él; Él significa todo para ti. Y luego tropieza, alrededor de tres meses, quizás seis meses.
Él no cumple con sus expectativas.
Pierde el estado de alma gemela.
«Simplemente no eres la persona que pensé que eras», dices, saliendo por la puerta.
Por supuesto que no lo es. Es una persona, no un producto de tu imaginación. Aligerar. Que cada persona sea ellos mismos.
Cuando estamos con alguien, ya sea como amigo o como amante, una buena parte del éxito o el fracaso de la relación puede atribuirse a nuestras expectativas. Nos enojamos cuando esperamos que alguien se comporte de cierta manera y él o ella no. Nos sentimos engañados, mentidos y decepcionados. Aquí apilamos todas nuestras fichas en un determinado número, y cuando no lo hacemos, nos enojamos.
Pierde esas expectativas. Si disfrutas de la compañía de otra persona, disfrútala limpiamente y sin ninguna expectativa. Las personas son personas. Ellos tropezarán; volverán a levantarse, o no. No puedes controlarlos. Todo lo que puedes hacer es aprender de ellos, amarlos y disfrutar de su compañía cuando están cerca.
Abandona las expectativas. Permitir que las personas sean solo ellas mismas. Apreciarlos por quienes son. Deja que el amor que tienes por ellos se convierta en esa apreciación, en lugar de lo que esperas en lo que la escritora Natalie Goldberg llama «tu mente de mono».

«Dios, ayúdame a recordar que, cuando pierdo mis expectativas, puedo encontrar un verdadero amor».

(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).