Reflexión del Dia: 18 de Junio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que solo hay una via sana y segura para alcanzar la liberación del apego emocional, y esa es el «desapego».

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Reflexiona sobre esto:
Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe. Significa que aprendemos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos in volvernos locos. Dejamos de crear un caos en nuestra mente y en nuestro medio ambiente. Cuando no nos hallamos reaccionando de un modo ansioso compulsivo, nos volvemos capaces de tomar buenas decisiones acerca de cómo amar a la gente y de cómo solucionar nuestros problemas. Nos liberamos para comprometernos y para amar de modo que podamos ayudar a los demás sin lastimarnos a nosotros mismos.

Mi Reflexión: La tarea más difícil para un dependiente es «desapegarse». Quien ha estado apegado, obsesionado gran parte de su vida, es «inentendible» tener que hacer esto. Siente que se despega de su «muleta» con la que ha caminado hace tiempo y se niega a hacerlo. Nadie dice que es fácil, solo que es terapéutico y debe hacerse. (Alpha).

¿Sientes como saludable desapegarte de esa persona, evento o cosa que te ata? ¿Has buscado ayuda profesional o grupos de ayuda de CoDA? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 16 de Junio

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que toda persona debe someterse a la voluntad de un ser superior que controla nuestras vidas.

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Reflexiona sobre esto:

La más emocionante idea que he descubierto en mi sobriedad y en mi recuperación de la codependencia es la magia de fijar metas. Las cosas suceden. Las cosas cambian. Cumplo con proyectos importantes. Cambio. Conozco gente nueva. Me encuentro a mí misma en lugares interesantes. Atravieso los tiempos difíciles con un mínimo de caos. Los problemas se solucionan. Mis deseos y necesidades se ven satisfechos. Los sueños se vuelven realidad.
Estoy extasiada de poder fijar metas, y espero que pueda transmitirles mi entusiasmo. No hay nada en el mundo como ir adonde uno quiere ir, obtener lo que queremos, solucionar un problema o hacer algo que quisimos hacer.
Muchos codependientes no conocen esta alegría. También es nueva para mí. Me pasé muchos años de mi vida sin molestarme siquiera en pensar qué quería y necesitaba, hacia dónde quería ir, y qué quería hacer. La vida tenía que ser soportable. Yo no pensaba que merecía cosas buenas. No pensaba que la mayoría de las cosas buenas estaban a mi alcance. No estaba tan interesada en mi vida, excepto como un apéndice de otras personas. No pensaba en vivir mi vida; estaba demasiado concentrada en los demás. Estaba demasiado ocupada reaccionando, en vez de estar actuando.
No estoy sugiriendo que podamos controlar todos los eventos de nuestra vida. No podemos. En muchas cosas no tenemos la palabra final; Dios sí la tiene. Pero creo que podemos cooperar con bondad. Creo que podemos planear, hacer peticiones, y empezar a poner en movimiento un proceso.

Mi Reflexión: El ser humano debe entender que no tiene capacidad para controlar nada ni a nadie, solo puede controlarse el mismo. Al aceptar esa limitación está comprendiendo que existe una voluntad superior y divina que maneja todo los procesos y eventos de nuestras vidas. Debemos entender que la rendición a esa Voluntad permite descargarnos y vivir más plenamente. (Alpha).

¿Aceptas la Voluntad de Dios en tu vida? ¿Asumir este actitud te ha cambiado positivamente? Comparte acá.

Reflexión del Dia: 14 de Junio


Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que el desapego es la herramienta básica para dejar ir aquello que nos hace depender.

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Reflexiona sobre esto:

Siento que el desapego puede volverse una respuesta habitual, de la misma manera que obsesionarse, preocuparse y ser controladores se han vuelto respuestas habituales en la práctica. Podremos no hacerlo perfectamente. Sin embargo, y al ritmo que sea, podemos practicar el desapego en nuestras vidas, y creo que eso es bueno para nosotros. Espero que puedan ser capaces de desapegarse con amor de la persona o de las personas de quienes se están desapegando. Creo que es mejor hacerlo todo con una actitud de amor. Sin embargo, por una multitud de razones, no siempre podemos hacerlo así. Si no puedes desapegarte con amor, en mi opinión es preferible desapegarse con enojo que permanecer apegados. Si nos desapegamos, estamos en una mejor posición para trabajar sobre (o a través) de nuestras resentidas emociones. Si estamos apegados, probablemente no hagamos nada más que estar siempre irritados.
¿Cuándo debemos desapegarnos? Cuando no podamos dejar de pensar, de hablar acerca de o de preocuparnos por alguien o por algo; cuando nuestras emociones estén en constante ebullición; cuando sintamos que tenemos que hacer algo acerca de alguien porque ya no podemos soportar la situación ni un minuto más; cuando estamos colgando de un hilo y sentimos que tal hebra está a punto de romperse; y cuando creemos que ya no podemos seguir viviendo con el problema con el que hemos estado tratando de vivir. ¡Es tiempo de desapegarnos! Aprenderán a reconocer cuándo es aconsejable desapegarse. Una buena regla a seguir es esta: cuando más necesitas desapegarte es cuando esto parece ser lo más lejano o lo menos posible de hacer.

Reflexión: Toma conciencia del desapego. El primer paso siempre es «ACEPTAR» que debemos y queremos desapegarnos de alguien o de algo. Aprende a ser responsable de ti mismo. La responsabilidad es un principio fundamental del desapego. Aprende a dar y no a recibir. Vive el presente y asume las pérdidas. (Adelaida Gómez). Escucha este video aquí

¿Estás dispuesto a ejercitarte en el desapego? ¿Estás en terapia de CoDA? Comenta aquí tu progreso.

Meditación 12 de Junio… No eres una víctima


Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reitera que mediante el victimismo el codependiente evita tomar decisiones, esperando a que otros resuelvan sus problemas. No se ocupa de su propio cuidado.

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Medita sobre esto:

¡Tú no eres una víctima!
¡Cuán profundamente arraigada puede ser nuestra autoimagen como víctima! ¡Cuán habituales son nuestros sentimientos de desdicha e impotencia! La victimización puede ser como una capa gris que nos rodea, tanto atrayendo aquello que nos victimará y causando que generemos sentimientos de victimización.
¡La victimización puede ser tan habitual que nos podemos sentir victimizados incluso por las cosas buenas que nos suceden!
¿Tienes un auto nuevo? Sí, suspiramos, pero no funciona tan bien como esperaba, y después de todo, cuesta tanto. ¡Tienes una familia tan agradable! Sí, suspiramos, pero hay problemas. Y hemos tenido momentos tan difíciles.
¡Bien, tu carrera ciertamente está yendo bien! Ah, suspiramos, pero hay un precio tan grande para pagar el éxito. Todo ese papeleo extra.
He aprendido que, si nos ponemos a pensar en ello, tenemos una capacidad increíble, casi increíble para encontrar la desdicha en cualquier situación, incluso en las más maravillosas de las circunstancias.
Los hombros doblados, la cabeza hacia abajo, arrastramos la vida tomando nuestros golpes.
Termina con eso. Quítate el manto gris de la desesperación, la negatividad y la victimización. Arrójalo; déjalo soplar en el viento.
No somos víctimas Es posible que hayamos sido victimizados. Es posible que nos hayamos permitido ser victimizados. Es posible que hayamos buscado, creado o recreado situaciones que nos victimaron. Pero no somos víctimas.
Podemos estar en nuestro poder. No tenemos que permitirnos ser victimizados. No debemos permitir que otros nos victimen. No tenemos que buscar la miseria en las situaciones más miserables o mejores.
Somos libres de soportar el resplandor de la auto-responsabilidad.
¡Establecer un límite! ¡Haz frente a la ira! ¡Dile a alguien que no, o detén eso! ¡Aléjate de una relación! ¡Pregunta lo que necesites! Toma decisiones y asuma la responsabilidad de ellos. Explora opciones ¡Date lo que necesitas! Párate derecho, dirige la cabeza y reclama tu poder. ¡Reclama tu responsabilidad!
Y aprende a disfrutar lo que es bueno.

«Hoy, me rehusaré a pensar, hablar, hablar o actuar como una víctima. En cambio, me haré cargo alegremente de mi responsabilidad y me concentraré en lo que es bueno y correcto en mi vida».

Reflexión: A través del miedo, la ansiedad o la tristeza, la víctima genera pena o lástima en la persona que lo escucha, quien acaba realizando acciones acorde a los deseos o supuestas necesidades de esa persona. Quienes recurren al victimismo, suelen mostrar en su discurso frases del tipo: “mira todo lo que tengo encima…”; “¿Por qué a mí?”; “No es justo…” y, cuando tienen que responsabilizarse de algo, recurren a sus estados emocionales y a sus circunstancias para no hacerlo”. (Psic. Pilar Conde).

¿Sientes que actúas desde el rol de víctima? ¿Estás dispuesto a dejar ir ese papel de tu vida? Comenta acá.

Meditación 11 de Junio… Vayamos hacia delante


Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refuerza la necesidad que tiene que asumir el codependiente para desapegarse de relaciones afectivas que le impiden crecer y cuidarse de si mismo.

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Medita sobre esto:

Por mucho que nos gustara, no podríamos traer a todo el mundo con nosotros en este viaje llamado «recuperación». No estamos siendo desleales al permitirnos seguir adelante. No tenemos porqué esperar a que los que amamos decidan cambiar también.
A veces necesitamos darnos a nosotros mismos permiso para crecer, aunque la gente que amemos no esté lista para cambiar. Podemos necesitar incluso dejar atrás a la gente en su disfunción o en su sufrimiento porque no podemos recuperarnos por ella. No necesitamos sufrir con ella.
No sirve de nada.
No nos sirve de nada quedarnos atascados porque alguien que amamos está atascado. El potencial para ayudar a los demás es mucho mayor cuando nos desapegamos, trabajamos en nosotros mismos y dejamos de tratar de forzar a los demás a que cambien junto con nosotros.
Cambiar nosotros mismos, permitirnos crecer mientras otros buscan su propio camino, es como tenemos el impacto más benéfico sobre la gente que amamos. Nosotros somos responsables de nosotros mismos. Ellos son responsables de ellos. Los dejamos ir y nos dejamos crecer a nosotros.

«Hoy afirmaré que es mi derecho crecer y cambiar, aunque alguien a quien ame pueda no estar creciendo y cambiando junto conmigo».

Mi Reflexión: Terminar una relación afectiva te da la oportunidad de comenzar a satisfacer tus propias necesidades. Esto es algo que no podías hacer antes; pero ahora, podrás dedicarte completamente a ti, sin necesidad de que sea otra persona la que defina cuan importante eres.(Alpha).

¿Estás sintiéndote muy apegado? ¿Has decidido romper con ese vínculo afectivo insano? Comenta aquí.

Meditación 7 de Mayo… Deja ir el miedo

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós ratifica que si bien la codependencia se fundamenta en el miedo como emoción negativa, no es menos cierto que puede ser abordada y sanada siempre y cuando el codependiente asuma su compromiso al respecto.

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Medita sobre esto:

El miedo es la médula de la codependencia. Nos puede motivar a controlar situaciones o a descuidarnos a nosotros mismos.

Muchos de nosotros hemos estado atemorizados durante tanto tiempo, que ya no clasificamos a nuestros sentimientos como miedo. Nos hemos acostumbrado a sentirnos alterados y ansiosos. Lo sentimos normal.
La paz y la serenidad pueden resultarnos incómodas.
En una época, el miedo puede haber sido apropiado y útil. Podemos habernos apoyado en el miedo para protegernos, en forma parecida a como los soldados en la guerra se atienen al miedo para ayudarse a sobrevivir. Pero ahora, en la recuperación, estamos viviendo la vida de manera diferente.
Es tiempo de darle gracias a nuestros viejos miedos por habernos ayudado a sobrevivir, luego, decirles adiós. Demos la bienvenida a la paz, la confianza, la aceptación y la seguridad. Ya no necesitamos tener tanto miedo. Podemos escuchar nuestros miedos sanos y dejar ir el resto.
Podemos crearnos una sensación de seguridad, ahora. Estamos a salvo, ahora. Hemos hecho el compromiso de cuidar de nosotros mismos.
Podemos confiar en nosotros mismos y amarnos.

«Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de tener miedo. Reemplázala con la necesidad de estar en paz. Ayúdame a escuchar mis miedos sanos y a despojarme del resto.»

Mi Reflexión: Si partimos de la premisa que el miedo sustenta la codependencia, obviamente debemos atacar la raíz para procurar sanar ese trastorno. Durante la recuperación se da énfasis a soltar los sentimientos negativos sustituyendolos gradualmente por nuevas y saludables emociones. Recuperarnos puede llevarnos parte de nuestra vida, pero los resultados son maravillosos. (Alpha).

¿Estás en la etapa del miedo, la vergüenza y la culpa como pilares de tus conductas? ¿Has pensado en buscar ayuda? Comparte aquí.

Meditación 30 de Enero… Ora por los que resientes

Melody Beattie, en su Libro Mas del Lenguaje del Adiós ratifica la importancia de mantenernos claros en cuanto a las emociones positivas que debemos plantearnos cada día. Podemos estar pensando en aquellas personas que casaron problemas en el pasado, solo que debemos dejar ir esos sentimientos de enojo y envidia para sanar.

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Medita sobre esto:

Mi historia favorita acerca de orar por aquellos a los que me molesta es una que dije en Playing It by Heart. Aquí está de nuevo:
Hace años, cuando vi el Stillwater Gazette, el diario familiar más antiguo que existe, sabía que quería trabajar allí. Podía sentirlo, en mis huesos y en mi corazón. Sin embargo, cuando entré a las oficinas para solicitar el puesto, el propietario no tuvo la misma sensación que yo. Tenía una vacante para un periodista, pero quería contratar a alguien más. Abigail, dijo, era la adecuada para este trabajo.
Oré por Abigail todos los días. Le pedí a Dios que la cuidara, la guiara y la bendijera rica y abundantemente. Oré por ella porque eso es lo que me habían enseñado a hacer, rezar por los que te molestan. A veces rezaba por ella tres cuatro veces al día. Recé por ella tanto porque me molestaba tanto.
Dios, odiaba a Abigail.
Durante los próximos meses, casi medio año, bajé al Gazette una vez a la semana, pidiendo ser contratada. Finalmente, conseguí un trabajo allí. Pero no era el que yo quería. Abigail, bendita sea su corazón, tenía el mío.
Obtuvo las mejores asignaciones de historia. Ella trabajó tan rápido y con tanta facilidad periodística.
Así que seguí orando, «Dios bendiga a Abigail», porque eso es todo lo que sabía hacer.
A lo largo de los meses, cuando obtuve mis tareas menores del editor, menos que Abigail, es decir, comencé a ver su trabajo. Ella escribía rápido y eficientemente. Tengo razón al punto. Ella era una buena entrevistadora, también. Empecé a esforzarme para escribir mejor y más rápido. Si Abigail puede hacerlo, yo también puedo hacerlo, me dije.
Mi enemigo comenzó a inspirarme. Durante las semanas y meses que pasaron, pasé más y más tiempo alrededor de Abigail. La escuché hablar. Escuché sus historias. Lentamente, mi enemigo se convirtió en mi amigo.
Un día, Abigail y yo estábamos tomando un café. La miré, la miré directamente a los ojos. Y de repente me di cuenta de que ya no odiaba a Abigail. Ella estaba haciendo su trabajo. Yo estaba haciendo lo mío.
Pronto, recibí una oferta de un editor para escribir un libro. Me alegré de no haber tenido el trabajo de Abigail; No hubiera tenido tiempo de escribir ese libro. Entonces, un día de junio de 1987, ese libro llegó a la lista de bestsellers del New York Times .
Años después, escribí la historia sobre Abigail en Playing It by Heart. El libro fue publicado. Regresé a Minnesota para hacer una firma de libros. Estaba en el baño de la librería, lavándome las manos, cuando una mujer se me acercó.
«Hola, Melody», dijo. La miré, confundida. «Es Abigail», dijo ella. Abigail no era su verdadero nombre; era un nombre que le había dado en la historia. Pero con esas palabras, me di cuenta de que había leído la historia. Sabía que era Abigail y sabía cómo me sentía.
Bromeamos sobre eso por unos momentos. Le pregunté cómo era su vida. Ella dijo que había dejado de escribir y se había convertido en esposa y madre. Dije que todavía estaba escribiendo, y mis años como esposa y madre fueron en su mayor parte.
Los resentimientos son cosas tan tontas. La envidia también es tonta. Pero esas tonterías pueden devorar nuestros corazones. A veces, las personas se ponen en nuestras vidas para enseñarnos sobre lo que somos capaces de hacer. A veces, las personas que percibimos como enemigos son realmente nuestros amigos. ¿Hay alguien en tu vida que estés gastando energía sintiéndote envidioso o resentido? ¿Podría esa persona estar ahí para enseñarte algo sobre ti que no conoces o para inspirarte a lo largo de tu camino? No sabrá la respuesta a esa pregunta hasta que obtenga la envidia y el resentimiento de su corazón.

«Dios, gracias por la gente a la que resiento y envidio. Bendícelos ricamente. Abre puertas para ellos, premialos con abundancia. Ayúdame a saber que mi éxito no depende de su fracaso; es equivalente a cuánto te pido que los bendigas.»

Mi Reflexión: En ocasiones mantenemos resentimientos y envidia para algunas personas que han estado en nuestra vida. Estas emociones negativas solo sirven para mantenernos «estancados» y no transitar hacia nuestra recuperación. Nada mejor que trabajar estas emociones desde el amor y el perdón. Rendirnos ante lo que Dios nos envía cada día, pensar que eso es lo que nos conviene que pase y seguir nuestro sendero espiritual hacia la sanación. (Alpha).

¿Sientes esas emociones con frecuencia? ¿Cómo las manejas? Comparte aquí.

Meditación 1 de Enero… El Año Nuevo

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la importancia de preparar nuestras actividades para este nuevo año. Es un ejercicio que nos guía en las metas que nos proponemos cumplir.

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Medita sobre esto:

Fija tus metas de Año Nuevo. Escarba dentro de ti y descubre lo que te gustaría que pasara en este año en tu vida. Esto te ayudará a hacer tu parte. Es una afirmación de que estás interesado en vivir plenamente la vida en este año que apenas empieza.
Las metas nos fijan una dirección. Ponen en juego una fuerza poderosa a un nivel universal, consciente y subconsciente. Las metas le dan dirección a nuestra vida.
¿Qué te gustaría que ocurriera este año en tu vida? ¿Qué quisieras hacer y qué quisieras lograr? ¿Qué bien quisieras atraer a tu vida? ¿En cuáles áreas particulares de crecimiento interior te gustaría avanzar? ¿De cuáles obstáculos, o defectos de carácter, te gustaría deshacerte?¿Qué quieres lograr? ¿Pequeñas y grandes cosas? ¿A dónde quisieras ir? ¿Qué te gustaría que te sucediera en el renglón de la amistad y del amor? ¿Qué te gustaría que sucediera en tu vida familiar?
Recuerda: con nuestras metas no estamos controlando a los demás, estamos tratando de darle una dirección a nuestra vida. ¿Qué problemas te gustaría ver resueltos? ¿Qué decisiones quisieras tomar? ¿Qué te gustaría que pasara en tu trabajo? ¿Qué te gustaría que pasara en tu interior y a tu alrededor?
Escríbelo. Toma una hoja de papel, dedica unas cuantas horas de tu tiempo y escríbelo todo, como una afirmación de ti mismo, de tu vida y de tu capacidad para elegir. Luego, déjalo ir.
Ciertamente ocurren cosas que están fuera de nuestro control. A veces, esos eventos son gratas sorpresas; otras, de naturaleza distinta. Sin embargo, todos ellos forman parte del capítulo en el que este año se convertirá tu vida y que añadirán una página más a tu historia.
El año nuevo está frente a nosotros, como un capítulo de un libro, esperando ser escrito. Podemos ayudar a escribir esa historia fijando nuestras metas.

«Hoy recordaré que hay una poderosa fuerza motivadora en el hecho de escribir metas. Haré eso ahora mismo, para este año que empieza, y de manera regular conforme lo vaya necesitando. No lo haré para controlar, sino como mi contribución para vivir mi vida».

Mi Reflexión: El comienzo de un nuevo año nos coloca en un escenario donde se hace indispensable «fijar metas» para alcanzar. Es momento para inventariar lo realizado y emprender nuevas actividades para seguir creciendo personalmente. Es un ejercicio positivo, enriquecedor y nos mantiene claros en los propósitos por cumplir. (Alpha).

¿Enumeraste tus metas venideras? Expresa tu experiencia al respecto.

Reflexión del Dia: 25 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» enfatiza que el codependiente se convierte en rescatador cuando cuida a personas que incluso pueden valerse por si misma. Es una conducta aprendida desde su niñez.

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Reflexiona sobre esto:

Rescatamos cada vez que tomamos las responsabilidades de otro ser humano, los pensamientos, sentimientos, decisiones, conductas, crecimiento, bienestar, problemas o destino de otra persona. Las acciones siguientes son una forma de Rescatar:

– Hacer algo que no queremos hacer.
– Decir que sí cuando queremos decir que no.
– Hacer algo por alguien aunque esa persona es capaz de hacerlo por ella misma y debería estar haciéndolo.
– Satisfacer las necesidades de la gente sin que nos lo hayan pedido y antes de que hayamos consentido en hacerlo.
– Hacer más de lo que en justicia nos toca hacer una vez que se nos ha pedido ayuda.
– Consistentemente dar más de lo que recibimos en una situación particular.
– Arreglar tos sentimientos de la gente.
– Pensar por los demás.
– Hablar en nombre de otra persona.
– Sufrir las consecuencias de la conducta de los demás en vez de que sean ellos quienes las sufran.
– Solucionarle a la gente sus problemas.
– Poner más interés y mayor actividad en una labor conjunta que los que pone la otra persona.
– No pedir lo que nosotros queremos, necesitamos o deseamos.

Mi Reflexión: El codependiente se vuelve un rescatador-cuidador muchas veces desde su infancia. Vive encargado del cuidado de otra(s) persona(s). Ese escenario se repite inclusive hasta su vida adulta. Se acostumbra y adapta a hacer lo de siempre. Es difícil desprenderse de tal responsabilidad y prefiere mantenerse en ese mismo rol. (Alpha).

¿Estás al cuidado de personas? ¿Eres un rescatador de alguien? Comenta tus vivencias al respecto.

Reflexión del Dia: 13 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que hay una sola vía para alcanzar la independencia emocional y esta es el desapego.

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Reflexiona sobre esto:

El desapego no es un alejamiento frío, hostil; no es una aceptación resignada y desesperante de todo aquello que la vida y la gente nos tire en el camino; no es una manera robótica de ir por la vida, absortos, y totalmente indiferente a la gente y a los problemas; no es una actitud de inocente dicha infantil; ni un desentendimiento de lo que son nuestras verdaderas responsabilidades hacia nosotros mismos y hacia los demás; ni una ruptura en nuestras relaciones. Tampoco es que retiremos nuestro amor y nuestra solicitud, aunque a veces estas formas de desapegarnos pueden ser las mejores a seguir, por el momento.
De una manera ideal, desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o problema con amor. Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano (y a menudo doloroso) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver.

Mi Reflexión: Cuando comprendemos con claridad la importancia de dejar ir las preocupaciones y desórdenes por estar apegado a personas o sustancias, adquirimos conciencia plena que es la mejor herramienta para la recuperación. El codependiente tiene que asumir ese compromiso sincera y honestamente. Allí radica su misión primaria. (Alpha).

¿Estás intentando desapegarte? ¿Lo has logrado? Comenta acá. <