¡El amor es lo único que te libera del apego!
Cuando amas todo, no sientes apego por nada. De hecho, hay que entender el fenómeno mismo del apego. ¿Por qué te aferras a algo? Porque temes perderlo. Quizás alguien te lo robe. Temes que quizás mañana no puedas disponer de lo que hoy dispones. ¿Quién sabe lo que ocurrirá mañana? Puede ocurrir cualquier cosa con la mujer o el hombre al que amas: podéis acercaros, podéis alejaros. Podéis volver a ser unos extraños o podéis uniros tanto que incluso decir que sois dos sería incorrecto; por supuesto que hay dos cuerpos, pero el corazón es uno solo, y la canción del corazón es una sola, y el éxtasis os rodea a ambos como una nube. Desaparecéis en ese éxtasis: tú no eres tú, yo no soy yo. El amor se vuelve tan total, el amor es tan grande y abrumador, que no puedes seguir siendo tú; tienes que abandonarte a ti mismo y desaparecer.
En esa desaparición, ¿quién va a estar apegado y a quién? Todo es. Cuando el amor florece completamente, todo simplemente es. No surge el miedo al mañana y, por tanto, no hay lugar para el apego, la dependencia, el matrimonio o cualquier clase de contrato, de atadura.
¡El amor es lo único que te libera del apego!, porque cuando amas no puedes siquiera pensar en otra cosa. Cuando amas todo no estás apegado a nada. Cada momento llega con nuevo esplendor, nueva gloria, nuevas canciones; cada momento te proporciona nuevos bailes que bailar Puede que cambie la pareja, pero el amor permanece.
El apego es el deseo de que nunca cambie la pareja. Por eso te comprometiste ante el juez, ante la sociedad, meras formalidades absurdas. Pero si te opones a esas formalidades, perderás respeto y honor ante las personas entre las que tienes que vivir.
¡El amor no conoce el apego!, porque el amor desconoce la posibilidad de perder la dignidad. El amor es el honor mismo, la respetabilidad misma; no puedes hacer nada en su contra. No estoy diciendo que no puedan cambiar las parejas; eso no importa: si cambian las parejas pero permanece el amor, fluyendo como un río, entonces el mundo tendrá mucho más amor del que hay hoy en día. Hoy en día es como un grifo: gota a gota. No es capaz de saciar la sed de nadie.
El amor necesita ser oceánico, no un goteo, un goteo del grifo de una fuente pública.
El amor es universal. Una vez que florece tu comprensión del amor, no hay lugar para el apego.Puedes seguir cambiando de pareja, pero eso no significa que estés abandonando a nadie.Puede que vuelvas otra vez con la misma pareja; no hay lugar para los prejuicios.
El hombre debería verse a sí mismo como un niño que juega en la playa a recoger conchas, piedras de colores, y disfrutando muchísimo, como si hubiera encontrado un gran tesoro. Si una persona puede disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, podrá vivir en libertad y dejará a los demás vivir en libertad; el mundo se podrá convertir en una nueva clase de mundo.
Entonces tendrá el don de la belleza, de la delicadeza; será muy luminoso y cada corazón arderá. Y una vez que conoces el fuego, las llamas siguen aumentando. Las llamas del amor crecen como crecen los árboles; las llamas del amor dan flores y frutos, como hacen los árboles.