Quinto Paso Terapia (CoDA)

QUINTO PASO.
“ADMITIMOS ANTE DIOS, ANTE NOSOTROS MISMOS Y ANTE OTRO SER HUMANO LA NATURALEZA EXACTA DE NUESTRAS FALTAS”.

Fue en el quinto paso donde se nos dio la oportunidad de transformar la culpa y vergüenza con humildad.
En el primer paso admitimos nuestra impotencia; en el segundo paso llegamos al convencimiento de que nuestra voluntad estaba fuera de control , con el tercer paso pusimos nuestra voluntad al cuidado de Dios, el cuarto paso nos guió para anotar nuestros dilemas. El quinto paso nos da la oportunidad de hacer un acto de FE, ahora expondremos nuestros más profundos secretos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano .

ADMITIMOS ANTE DIOS, ANTE NOSOTROS MISMOS Y ANTE OTRO SER HUMANO:

La mayor parte de nosotros hemos pasado la vida atemorizados y a menudo defendiéndonos ante la idea de exponernos. “Si realmente supieras quien soy, no me querrías”, esto puede ser nuestro caso colectivo de vergüenza ahora en este paso, se nos pide que dejemos nuestros escudos protectores .

Muchos de nosotros nos resistíamos y esta resistencia se manifiesta de diferentes formas, pasivamente: “Algún día lo haré”, RABIA: “mi vida es asunto mío y de nadie más”, TEMOR: “Esta organización es definitivamente un culto”, o algunos creíamos que habíamos trabajado demasiado y estábamos cansados “¿Qué no fue suficiente con el inventario que hice”?

Por la sugerencia de amigos de CoDA que ya habían dado este paso, decidimos tomar el riesgo de abrirnos de la manera más segura, con nuestro Poder Superior. Admitiendo en primera instancia ante Dios, nos hace ver que el primer
elemento de nuestra recuperación es espiritual. Sin darnos cuenta la mayoría de nosotros hemos vivido con una resaca de tensión constante que amarga nuestra energía y alegría. En la medida en que nos rebelamos, aquello que venimos escondiendo desde hace tanto tiempo, comenzamos a experimentar los sentimientos que por mucho tiempo contuvimos. Fue
incómodo pero no incontrolable, algunos de nosotros nos sorprendimos de la vergüenza que sentíamos con solo admitir ante nosotros mismos nuestras faltas. Alentados por otros miembros de CoDA sobrepasamos esta sección del quinto paso y eventualmente, la presión del peso de lo que llevamos encerrado dentro, comenzó a aligerarse. Esta auto admisión se convirtió en el vehículo de la auto aceptación .

La mayoría de nosotros elegimos compartir nuestro cuarto paso con un compañero de CoDA, confiable y comprensivo, alguien que lleve en el programa el tiempo suficiente para haber practicado sino todos, la mayoría de los doce pasos. También fue impactante sacar este inventario con alguien que, en nuestra opinión estuviese viviendo el programa. Otros escogieron alguien que los escuchara, un terapeuta, un consejero, un clérigo, en tanto tuvieran conocimiento de los programas de doce pasos y el propósito del quinto paso. También es recomendable no escoger un familiar, compañero de trabajo o el foco de nuestra obsesión. Pedimos el tiempo suficiente a la persona que nos ha de escuchar y escogimos el lugar que sintiéramos más seguro.

Antes de este paso, pedimos a nuestro Poder Superior que nos guiara, y le expresamos nuestro deseo de ser honestos y abiertos. Después de haber dado este paso compartimos los sentimientos que nos provocó el haberlo dado, sobre todo en las áreas más incómodas. La mayoría sentimos un gran alivio. Otros preguntábamos cuando se quitarían mágicamente
todos nuestros dolores. Otros de nosotros no sentimos nada y estuvimos desilusionados.

Ansiosos de cambio, muchos de nosotros tuvimos que ser advertidos del propósito de este paso que es únicamente admitir nuestros defectos de carácter, las acciones a tomar vendrán después. Se nos recordó que esto era un proceso. Funcionó sin importar como nos sintiéramos. El poder de la honestidad nos va sanando por sí solo.

En este momento me daré el reconocimiento por hacer los que me cuesta más trabajo. Descansaré sabiendo que mi Poder Superior está presente y me está aceptando como soy. Se que he adelantado en mi propósito de recuperación abriendo mi ser y mi corazón a mi compañero ser humano.

Actividad sugerida:

1.- Despues de orar pidiendo la ayuda de Dios, busque una persona para compartir su codependencia, el testimonio del Paso Uno. Si siente confianza y esta convencido de que la persona puede guardar su confianza proceda con el Paso Cinco.

2.- Arregle una cita de por lo menos una hora, y con toda libertad, comparta la naturaleza concreta de toda la lista de sus fallas y pecados. Si es necesario arregle otra cita para terminar; no deje de hacerlo.

3.- Lectura bíblica sugerida: Lucas 15,11-24 (El Hijo Prodigo).

11 »Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—. 12 El menor de ellos le dijo a su padre: “Papá, dame lo que me toca de la herencia.” Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. 13 Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia. 14 »Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. 15 Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. 16 Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. 17 Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! 18 Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros.” 20 Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. »Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. 21 El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo.”[a] 22 Pero el padre ordenó a sus *siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23 Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. 24 Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Así que empezaron a hacer fiesta.

Tomado de Codependientes Anónimos (CoDA) y el Libro Co-dependencia ¿Es posible recuperarse? de M. Joan Gerards).

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