Meditación 23 de Febrero… Celebra tu abundancia



Celebra la abundancia que llega a tu vida. Muy a menudo, pasamos tanto tiempo en la etapa de «no hacer» que no sabemos qué hacer cuando nos dan la oportunidad de «hacerlo». Podemos acostumbrarnos tanto al sufrimiento, incluso podemos llegar a lo esperado, y nos sentimos culpables cuando nos dan las cosas buenas de la vida y cuando finalmente tenemos suficiente.
Es posible que nos hayamos condicionado a creer que para tener éxito y abundancia, debemos haber hecho algo mal. No estamos seguros de merecer esta felicidad recién descubierta.
¿Qué hacemos ahora que no tenemos que luchar para dar cada paso y rogarle a Dios por el dinero para pagar cada comida?
¡Celebrala! ¡Disfrútala!
La abundancia es un regalo del universo. Es importante aprender a ser un dador saludable y alegre. También es importante recibir alegremente.
Si te han dado mucho, se agradecido. Usa tu abundancia sabiamente Disfrútala. Compártelo con otros. Agradece los regalos en tu vida.
«Dios, gracias por los regalos.»
Actividad: haga un inventario de sus regalos. Esto está separado de la lista de gratitud de las cosas por las que nos esforzamos para estar agradecidos. ¿Cuáles son los regalos que has recibido? A veces nos ocupamos tanto tratando de obtener más, nos olvidamos de estar agradecidos por lo que tenemos.

(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).

Reflexión del Dia: 20 de Febrero



Paulatinamente comprendí que la voluntad de Dios era que yo aceptara mis circunstancias actuales, aunque el plan de Dios fuera diferente al mío. Pero aprendí también que la voluntad de Dios era que yo aprendiera a no ser víctima y a cuidarme a mí misma, sin importar lo que estuviera sucediendo. La voluntad de Dios significaba aprender a confiar en Dios y en mí misma.
Aprendí que la voluntad de Dios es que yo sienta y acepte mis emociones en vez de disculparme por sentirlas.
La voluntad de Dios a veces quiere decir poner mis límites y saber defenderme en vez de pedir a Dios que cambie a las personas que me lastiman.
A veces la voluntad de Dios significa que yo pida perdón. Siempre, estoy aprendiendo, significa que yo me acepte y me cuide.

Además de la disciplina de la oración matutina, rezo durante el día. A veces hablo de lo que me molesta. A veces grito pidiendo ayuda.
Pido guía y dirección cuando me siento insegura. Y entre más recuerdo agradecer, sin importar qué sucede, todo sucede mejor.
Rezar nos transforma. Oraciones de agradecimiento transforman nuestra vida y nuestras circunstancias. La gratitud convierte la energía negativa en positiva. Crea aceptación y realza lo mejor de cualquier circunstancia.

(Melody Beattie).
desapego de chopra1

Meditación 18 de Febrero… Trae tus ideales a la vida



Hay una historia zen sobre dos monjes caminando por una calle después de una fuerte lluvia. Al llegar a una esquina, se encontraron con una hermosa muchacha con ropa fina que no podía cruzar la calle fangosa sin ensuciarse.
«Aquí, te ayudaré», dijo un monje. Levantándola en sus brazos, la llevó al otro lado. Los dos monjes caminaron en silencio durante mucho tiempo.
«Hemos jurado el celibato y se supone que no debemos acercarnos a las mujeres». Es peligroso «, dijo el segundo monje a la primera. «¿Por qué hiciste eso?»
«Dejé a la niña de vuelta en la esquina», dijo el primer monje. «¿Todavía la llevas?»
A veces, podemos encontrarnos en una situación en la que nuestros ideales entran en conflicto. Ser amable y amar a otra persona puede estar en conflicto con nuestro valor de estar comprometidos y amarnos a nosotros mismos. Cuando un ideal se impone a otro, entonces usa tu juicio. Haz lo correcto por los demás. Haz lo correcto por ti mismo, también. Entonces deja pasar el incidente y sigue adelante.
Para los monjes en nuestra historia, la acción correcta generalmente significa no tener contacto con las mujeres. Sin embargo, al encontrarse con una persona varada en el camino, la acción correcta se convirtió en ayudar a los demás. Los ideales permanecen: Pensamiento correcto, acción correcta, habla correcta, pero el camino hacia esos ideales puede girar y girar a lo largo de la vida. Sea sensible y consciente de que está siguiendo una creencia ideal y no rígida.
«Dios, ayúdame a aprender cuando sea el momento de dejarte ir».

Actividad: En una actividad anterior, exploramos nuestras metas y la lista de sueños. Ahora, determinemos la ética y los ideales por los que queremos vivir, el código de conducta que queremos seguir. ¿Qué es lo más importante para usted, ya sea que sus sueños se hagan realidad y usted logre sus metas? Los ejemplos de ideales pueden ser mantenerse limpios y sobrios, honrar sus compromisos con los demás y honrar su compromiso consigo mismo. Muchas personas eligen valores espirituales adicionales, como la compasión, la honestidad, la tolerancia. Algunas personas eligen vivir según un ideal que llaman «Conciencia de Cristo», algo de «conciencia de Buda», algunos de los «Doce Pasos» y algunos de los Diez Mandamientos. Haga una lista de sus ideales y ponga esa lista con sus metas. Deja que estos ideales sean una luz que guíe tu camino y te permita vivir en armonía con los demás y contigo mismo.
(Melody Beattie de su Libro Mas del lenguaje del Adiós).

Reflexión del Dia: 17 de Febrero



El desapego implica “vivir en el momento presente” –vivir en el aquí y en el ahora–-. Permitirnos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho de cada día.
El desapego también implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios, en otras personas, en el orden natural y en el destino de las cosas en este mundo. Nos liberamos de nuestros pesares y preocupaciones y nos damos a nosotros mismos la libertad para disfrutar de la vida a pesar de nuestros problemas no resueltos. Confiamos en que todo está bien a pesar de los conflictos. Confiamos en que Alguien más grande que nosotros sabe, ha ordenado y se preocupa de lo que está sucediendo.
Entendemos que este Alguien puede hacer mucho más por resolver el problema que nosotros. De modo que tratamos de no estorbar su camino y dejar que Él lo haga. A su tiempo, sabremos que todo está bien porque vemos cómo las cosas más extrañas (y a veces, las más dolorosas) se solucionan de la mejor manera y en beneficio de todos.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
desapego de chopra1

Meditación 15 de Febrero… Límites saludables



Los límites son vitales para la recuperación. Tener y establecer límites saludables está conectado a todas las fases de la recuperación: crecer en autoestima, lidiar con los sentimientos y aprender a amarnos y valorarnos de verdad.
Los límites emergen desde lo más profundo. Están conectados a dejar de lado la culpa y la vergüenza, y a cambiar nuestras creencias sobre lo que merecemos. A medida que nuestro pensamiento sobre esto se aclare, también lo harán nuestros límites.
Los límites también están conectados a un tiempo más alto que el nuestro. Estableceremos un límite cuando estemos listos, y no un momento antes. Así lo harán los demás.

Hay algo mágico en alcanzar ese punto de estar listo para establecer un límite. Sabemos que queremos decir lo que decimos; otros también nos toman en serio. Las cosas cambian, no porque estamos controlando a otros, sino porque hemos cambiado.
«Hoy, confiaré en que aprenderé, creceré y estableceré los límites que necesito en mi vida a mi propio ritmo. Este momento solo tiene que ser correcto para mí».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).

Meditación 12 de Febrero… Deja que la aventura te consuma.



El espíritu de la aventura se posa sobre nosotros lentamente a veces. Al principio, cuando soplan esos viejos vientos de cambio, damos la espalda, luchamos y resistimos. Solo queremos que las cosas sigan igual. Poco a poco dejamos de lado la necesidad de controlar. Permitimos que las cosas cambien y nosotros cambiemos con ellas.
Aceptamos el cambio.
Luego doblamos una esquina y encontramos una maravillosa lección allí, y luego otra, y otra. Pronto nos encontramos ansiosos por dar el siguiente paso, ansiosos por ver lo que se encuentra hoy frente a nosotros. ¿A dónde llevará mi camino? ¿Con quién me encontraré? ¿Qué voy a aprender? ¿Qué maravillosa lección está teniendo lugar ahora?
¡Y la aventura comienza a consumirnos!

Los pasos que has estado tomando te han estado guiando lentamente por un camino con más asombro y bondad en cada giro del camino. Aprendiste a tolerar el cambio. Ahora aprende a abrazarlo.
La aventura no es algo que haces. La aventura es tu vida. Reconoce lo dulce que es . Que soplen esos vientos de cambio.
«Dios, ayúdame a cultivar un espíritu de aventura en mi vida».

(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).

Reflexión del Dia: 10 de Febrero



HABIENDO OBTENIDO UN DESPERTAR ESPIRITUAL, COMO RESULTADO DE ESTOS PASOS, TRATAMOS DE LLEVAR ESTE MENSAJE A OTROS CODEPENDIENTES Y DE PRACTICAR ESTOS PRINCIPIOS EN TODOS NUESTROS ASUNTOS. (Doceavo Paso de CoDA).
AYUDAR
Mi papel al ayudar no es hacer cosas por la persona a quien yo estoy tratando de ayudar, sino ser algo para él; no debo tratar de controlar o cambiar sus acciones sino, mediante la comprensión y el conocimiento, modificar mis reacciones.
Cambiaré mis reacciones negativas por positivas, mi temor por fe; el desprecio hacia lo que él hace por respeto hacia lo bueno que hay en él; la hostilidad por la comprensión; la manipulación o sobreprotección por libertad con amor, a fin de que él no se amolde a un estándar o imagen, y tenga la oportunidad para realizar su propio destino, sin importarme lo que él ha escogido ser.
Cambiaré mi dominio por estímulo; el pánico por la serenidad; la inercia de la desesperación por energía para mi crecimiento y para entenderme mejor.
Tenerse lástima a sí mismo obstruye la acción efectiva. Entre más doy rienda suelta a esto, más siento que la solución a mis problemas está en que los otros y la sociedad cambien y no en mí mismo. Así, me convierto en un caso sin esperanza.
Cuando miro el pasado con remordimiento, o trato de encontrar caminos para escapar a un futuro, y me mantengo allí con ansiedad y miedo por las posibilidades de lo que pueda suceder, estoy gastando toda mi energía, y esto me incapacita para vivir hoy. Vivir el hoy es la única forma de existencia.
«No pensaré en lo que los demás puedan hacer en el futuro, ni esperaré que ellos sean mejores o peores al pasar del tiempo, pues con tales esperanzas yo en realidad estoy tratando de crear. Amaré y dejaré que el otro sea.»
«Todas las personas siempre están cambiando. Si trato de juzgarlas, solamente lo hago en lo que yo pienso que sé de ellos, sin tomar en cuenta que hay mucho que no sé acerca de ellos.»
«Aceptaré los esfuerzos que los demás hagan para progresar y para tener muchos éxitos, de los cuales yo no tengo conocimiento.»
«Yo también siempre estoy cambiando» y puedo hacer que ese cambio sea constructivo si así lo quiero. Yo puedo cambiarme a mí mismo. a otros, sólo puedo amarlos.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Reflexión del Dia: 9 de Febrero



HABIENDO OBTENIDO UN DESPERTAR ESPIRITUAL, COMO RESULTADO DE ESTOS PASOS, TRATAMOS DE LLEVAR ESTE MENSAJE A OTROS CODEPENDIENTES Y DE PRACTICAR ESTOS PRINCIPIOS EN TODOS NUESTROS ASUNTOS. (Doceavo Paso de CoDA).
LLEVAR EL MENSAJE
Nosotros sabremos cuándo sea hora de comenzar a dar de nuevo. Prestándonos atención a nosotros mismos, aprenderemos formas sanas de llevar el mensaje.
Invitar a alguien a una junta es una manera poderosa de ayudar a otros. Ir a nuestras juntas y compartir cómo trabaja la recuperación para nosotros es otra forma de llevar el mensaje.
Este es un programa maravilloso, un programa milagroso. Parte del milagro de este programa es que tanta sanación se logra por medio del contar historias. A veces compartimos pedazos y fragmentos de nuestras historias; otras, contamos más. Al contar nuestra historia, ayudamos a otros y a nosotros mismos. Al escuchar a otros hablar, somos ayudados. Hablar de nosotros mismos, de lo que aprendemos, de lo que encaramos, lo que superamos, es una forma poderosa de llevar el mensaje.
Podemos permitirnos ser guiados. Cuando llevo el mensaje incidental o accidentalmente, suele ser más efectivo que
cuando me programo para reformar, convencer, o coaccionar a alguien para que se recupere. La forma más poderosa de ayudar a otros viene de ayudarnos a nosotros mismos. Cuando hacemos nuestro propio trabajo, sentimos nuestros propios sentimientos, cambiamos nuestras creencias, y cuidamos de nosotros mismos, cuando somos honestos y abiertos acerca de quienes somos y en qué trabajamos, afectamos a otros más de lo que podrían hacerlo nuestros bien intencionados gestos de ayuda. No podemos cambiar a otros, pero cuando nos cambiamos a nosotros mismos, quizá lleguemos a cambiar el mundo.
Cada vez que hacemos nuestro propio trabajo, o parte de ello, cada vez que damos un paso adelante, jalamos hacia adelante la conciencia colectiva del movimiento de recuperación.
Podemos descansar en la callada confianza de que ayudaremos grandemente a otros cuando hagamos nuestro propio trabajo y nos permitimos ser guiados.
Como sea que escojamos ayudar a la gente, podemos esforzarnos a llevar el mensaje de maneras que funcionan, para ellos y para nosotros. Podemos soltar nuestra necesidad de ayudar a la gente, cambiarlos, o mostrarles qué les conviene. En vez de eso, podemos enfocarnos en ayudar y cambiarnos a nosotros mismos y deslindar lo que mejor nos conviene a nosotros. Si surge una oportunidad de compartir algo de información o parte de nuestra historia, podemos hacerlo tranquilamente y sin un deseo de controlar. Si es necesario mostrar algo a la gente, podemos mostrarles solaz, poder en nuestra vida, y esperanza. Podemos mostrarles cuánto nos amamos, cómo manejamos nuestras emociones, y cómo rehusamos seguir siendo víctimas.
A veces es difícil soltar a las personas a quienes amamos y, a pesar de ello, adelantar en nuestro crecimiento y recuperación. Algunos de nosotros queremos tanto llevar con nosotros a nuestros seres amados en este viaje. Pero no podemos. Esa decisión no es nuestra. A la única persona a quién podemos llevar, de seguro, en este viaje es a nosotros mismos.
Así como cada uno de nosotros tenemos nuestro propio camino, así también lo tienen nuestros seres amados.

A veces suceden cosas maravillosas durante la recuperación. He observado situaciones en las cuales, después de cierto tiempo, una familia entera comienza la recuperación. También he visto casos en que esto no sucede, donde las personas han tenido que dejar atrás a sus familias y comenzar un viaje solitario hacia la salud.
Entiéndase esto, amigo mío: Jamás ayudamos a alguien ni tenemos una pizca de influencia positiva en ellos quedándonos con ellos en la oscuridad. Ignorarnos a nosotros mismos no nos beneficia, y no ayuda a otros.
Con frecuencia, cuando comenzamos la recuperación (y a veces, cuando ya la tenemos avanzada) queremos compartir nuestros descubrimientos al respecto con miembros de la familia. Queremos que ellos encuentren la misma salud, esperanza, libertad, y buenos sentimientos que nosotros estamos descubriendo.
Queremos compartir con ellos lo que hemos aprendido acerca del sobre-cuidado, la victimización, el controlar, manejar nuestros sentimientos, hacer nuestro trabajo de familia-de-origen, y cuidar de nosotros mismos. Queremos compartir nuestros nuevos descubrimientos acerca de las relaciones y cómo estamos aprendiendo a participar de manera diferente en éstas.
Queremos hablarles de cómo ciertos comportamientos son predicablemente autodestructivos y cómo los hemos justificado a todos sólo para aprender que esto es algo llamado codependencia. Queremos explicar que cuando cambiamos, nuestras relaciones con frecuencia lo hacían también.
Queremos contarle a la gente acerca de poner límites y ser dueños de nuestro propio poder.
Queremos compartir con los que amamos todas las ideas que nos aportan libertad y sanación.
Queremos llevarlos con nosotros en este viaje.

Tal vez encontremos que nuestro sueño entusiasta por compartir nuestra recuperación con nuestras familias acaba repentinamente cuando nos acercamos con nuestras nuevas ideas. Ante su negación, resistencia, y enojo hacia las ideas de recuperación podemos reaccionar con dolor y confusión. Quizá nos enganchemos en tratar de controlarlos, tratar de forzarlos a recuperarse, y sentirnos victimizados cuando eligen no aceptarlo. Tal vez nos preguntemos por qué no desean el maravilloso, sorprendente regalo que hemos encontrado.
Aprendemos a soltar esto. Aprendemos a soltarlos a ellos. No podemos dirigir la obra de recuperación de nadie más que la nuestra. No tiene importancia que nuestras ideas ayudarían a Mamá o Papá, hermano o hermana, Abuela o Abuelo. No interesa que hayamos encontrado algunas respuestas que ellos necesitan desesperadamente y que realmente les ayudaría a cambiar su vida para mejor.
No tiene la menor importancia.
Cálmate. Sé paciente. Modera tu entusiasmo por ayudar a que tu familia vea la luz. Pide guía y sabiduría para acercarte a miembros de tu familia. Cuando hables, habla de ti y de lo que aprendes, no de ellos y lo que necesitan aprender. El impacto más poderoso y positiva que podemos tener en nuestra familiar viene de llevar una vida sana y feliz.
Desapégate con amor cuando sea posible. Si no puedes desapegarte con amor, entonces desapégate ahora, maneja tus sentimientos, y permite que el amor llegue más tarde.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Reflexión del Dia: 8 de Febrero



HABIENDO OBTENIDO UN DESPERTAR ESPIRITUAL, COMO RESULTADO DE ESTOS PASOS, TRATAMOS DE LLEVAR ESTE MENSAJE A OTROS CODEPENDIENTES Y DE PRACTICAR ESTOS PRINCIPIOS EN TODOS NUESTROS ASUNTOS. (Doceavo Paso de CoDA).
LLEVAR EL MENSAJE
El Doceavo Paso dice que después de experimentar un despertar espiritual gracias a haber trabajado estos Pasos, tratamos de llevar este mensaje a otros. ¿Cuál es el mensaje? Uno de esperanza, amor, consuelo, y salud. Mejores relaciones y una mejor forma de vida, una que funciona.
Es un mensaje de amor a uno mismo, cuidado de uno mismo, de prestar atención a nuestros propios asuntos, y responsabilizarnos de nosotros mismos, ya sea que eso implique enfrentar nuestros propios comportamientos o ser dueños de nuestro poder para cuidarnos a nosotros mismos. También es un mensaje de que podemos permitir a otros ocuparse de sus propios asuntos y ser responsables de sí mismos.

Ahora estamos libres para deshacernos de la vergüenza y el auto-desprecio. Podemos amar a otros y permitirles que nos amen, aportando a sus vidas en formas constructivas y permitiéndonos recibir. Nuestro mensaje es que con el miedo y el controlar sale el tiro por la culata. No podemos controlar a otros, y no tenemos que permitir que nos controlen.
Ahora estamos libres, por fin, para sentir, para pensar, para tomar nuestras propias decisiones, y para responsabilizarnos por esas decisiones. Estamos libres para cambiar de parecer. Ahora podemos entender que seremos controlados por el pasado hasta que hagamos nuestro trabajo de historial y soltemos viejos sentimientos y creencias.
Nuestro mensaje es que somos personas merecedoras y dignas de ser amadas, y que necesitamos comenzar por amarnos a nosotros mismos.
No somos víctimas. Tenemos opciones, más de las que imaginamos, en cualquier situación.
Podemos quedarnos, podemos irnos, podemos cuidar de nosotros mismos en cualquier forma que necesitemos hacerlo, siempre y cuando no infrinja en los derechos de otros.
Podemos confiar en nosotros mismos y en nuestro Poder Superior que nos enseñará a hacerlo. ¿Cómo llevamos el mensaje? No tratando de rescatar. No por medio de controlar. No obsesionando. No convirtiéndonos en vigilantes o evangelizadores. No tratando de forzar a otros a ver la luz. No manteniéndonos de pie en la oscuridad y esperando que otros lleguen a nosotros en este viaje.
Llevamos el mensaje en formas más sutiles pero poderosas: por medio de hacer nuestro propio trabajo de recuperación y de convertirnos en una demostración viviente de esperanza, amor de uno mismo, cuidado de uno mismo, y salud. Aprender a dejar de ser víctimas, cuidar de nosotros mismos, y caminar por nuestro propio camino es un mensaje poderoso.
Un consenso general entre los que están recuperándose de la codependencia es que los grupos de Doce Pasos para la recuperación de la codependencia son, por naturaleza, menos orientados al servicio que los grupos de Doce Pasos para otras adicciones. Esto se debe a que para muchos de nosotros, dar demasiado servicio en el pasado y no tener suficiente cuidado de uno mismo es parte de lo que nos ha dañado: nos ha dañado sin ayudar a otros.
Muchos de nosotros sentimos la necesidad de retirarnos de ayudar a otros durante un tiempo, como parte de nuestra recuperación. Aunque nuestra meta en la recuperación es convertirnos en dadores sanos (dar con un sentido de alto autoestima, dar porque queremos, dar de una manera que no se sobrepasa, es compulsiva, o llena de culpa), tal vez necesitemos llegar al extremo de no dar durante un tiempo para poder encontrar el equilibrio y poder discernir la forma saludable de dar y cuidar.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Reflexión del Dia: 7 de Febrero



BUSCAMOS A TRAVÉS DE LA ORACIÓN Y LA MEDITACIÓN MEJORAR NUESTRO CONTACTO CONSCIENTE CON DIOS, COMO NOSOTROS LO CONCEBIMOS, PIDIÉNDOLE SOLAMENTE QUE NOS DEJASE CONOCER SU VOLUNTAD PARA CON NOSOTROS Y NOS DIESE LA FORTALEZA PARA CUMPLIRLA. (Onceavo Paso de CoDA).
SU VOLUNTAD PARA CON NOSOTROS
Este Paso nos da permiso de soltar nuestra necesidad de controlar y nuestros esfuerzos por controlar a otros y a nuestra vida. Podemos cumplir nuestro cometido poniendo metas, usando afirmaciones y practicando nuestros comportamientos fundamentales para la recuperación.
Podemos hacer nuestra parte mediante la oración y la meditación. Luego, podemos soltar y permitir que se nos guíe hacia la verdad, la salud, la curación, la felicidad, alegría, libertad y amor.
Podemos confiar en lo que sucede, aun cuando no parezca que podamos. O, como dijo un hombre: «Podemos confiar en Dios, aun cuando parezca que no.»
Hay días en que nuestras vidas parecen funcionar bien. Todo toma inmediata y milagrosamente su lugar. Otros rezamos «Que se haga tu Voluntad», y todos los eventos parecen desincronizados.
Nada parece estar bien.
Todos los días cuentan.
Sintamos los sentimientos cuando se producen. Amémonos y cuidemos de nosotros mismos cuantas veces durante cada día y cada hora como necesitemos amor, cuidado y aceptación.
Agradezcamos todo. Pidamos lo que necesitamos y deseamos.
Luego completemos el proceso diciendo: «Hágase tu voluntad».
Y confiemos en los resultados.
Este Paso puede acompañarnos a través de los mejores y los peores momentos. Puede llevarnos a través de los sentimientos difíciles y los placenteros. Nos puede llevar a cualquier lado que queramos ir. Trabájalo con frecuencia. Trabájalo tan pronto como sea posible en tu recuperación.
Si trabajamos los otros Pasos (admitir y aceptar nuestra impotencia, entregar nuestra vida y voluntad, limpiar nuestra casa) seremos un recipiente limpio, uno que es fácil de guiar.
Escuchemos. Escuchémonos a nosotros mismos. Escuchemos a Dios. Confiemos en lo que
escuchamos.
Antes creía que seguir la voluntad de Dios en mi vida significaba seguir una serie rígida de reglas, instrucciones y prohibiciones. Antes pensaba que seguir la voluntad de Dios significaba ser perfecta.
Ahora sé que eso es codependencia.
Con frecuencia, en mi vida, la voluntad de Dios es esa pequeña voz queda que llamamos instinto o intuición. Está dentro de nosotros, no en un libro de reglas. Pero es difícil oírla cuando estamos llenos de ruido y miedo.
A veces, cuando comenzamos a vivir así, confiando en nosotros mismos y en nuestro Poder
Superior, nos encontraremos cometiendo errores, haciendo tonterías, pensando que cumplimos con la voluntad de Dios.
Eso está bien. Podemos seguir moviéndonos en esta dirección de todas formas. Soltémoslo y sigamos trabajando el Paso. Sigamos escuchando y confiando en nosotros mismos y en Dios.
Trabajemos este Paso cuántas veces al día sea necesario para mantenernos centrados, aterrizados y equilibrados. Cuando sea hora de aprender una lección, aprendámosla.
Estemos quietos. Estemos callados. Pidamos guía. Luego, permitámonos avanzar con confianza.
Aprendamos a combinar el instinto con la razón y la emoción.
Cuando tengamos una duda, o estemos confundidos, paremos y preguntemos: ¿Qué necesito hacer para cuidarme a mí misma? Luego, escuchemos, y confiemos en lo escuchado.
Un hombre dijo: «Cuando me encuentro en una situación engorrosa, me pregunto, «¿Cuál es la cosa más llena de vida que puedo hacer en este momento? ¿Vivo de acuerdo a eso o vivo respondiendo a necesidades de otros?»
Este Paso nos dice que tenemos un camino, y que nadie puede interferir con él. No tenemos que aferrarnos tanto. La llave a nuestra felicidad no está con otros, como tampoco la llave a nuestra vida.
Nadie, ni una sola persona, nos puede detener o interferir con el bien y el amor que nos corresponde. Los otros no tienen ese poder en sus manos: está entre nosotros y nuestro Poder Superior.
Podemos amarnos incondicionalmente; podemos amar a otros incondicionalmente. Estamos libres para poseer nuestro propio poder y para hacer lo necesario para cuidarnos a nosotros mismos, con la fe y la confianza de que querernos, cuidarnos y darnos a nosotros mismos nos harán progresar en nuestro viaje.
Todo lo que necesitemos, vendrá a nosotros. Todo el bien que deseamos, el amor que queramos, el éxito, las amistades, la sanación, el cumplimiento de necesidades, grandes y pequeñas, vendrá a nosotros.

Este es el Paso donde decimos: «Enséñame lo que quieres que haga, luego ayúdame a hacerlo.»
Este es el Paso donde hablamos con Dios y permitimos que Dios nos hable, calmando nuestras almas y hablando con éstas. Pedimos a Dios que nos muestre qué necesitamos para cuidarnos a nosotros mismos, luego pedimos a Dios que nos ayude. Pedimos a Dios que nos ayude a responsabilizarnos de nosotros mismos.

Ya estamos en buenas manos. En el momento en que nos abrimos a una conciencia espiritual, hemos iniciado una cadena positiva de eventos que nos beneficiarán a nosotros, a nuestras vidas y a nuestras relaciones. Ya sea que recemos o meditemos al iniciar la mañana, durante una pausa en el trabajo, en la regadera, transitando por la ciudad, o en el automóvil, es nuestra elección.
Cuando se mejore nuestro contacto consciente con Dios, nuestra conexión con nosotros mismos y con los demás lo hace también. Encontraremos y mantendremos nuestro contacto con Dios, y con nosotros mismos.
Tomemos un tiempo para la meditación y la oración. No nos critiquemos por no hacerlo a la perfección. Soltemos nuestros temores acerca de si Dios nos escucha y si le interesa. Dios está allí, y cada uno de nosotros podemos contactar la conciencia espiritual.
Este Paso nos ayudará en tiempos difíciles y en tiempos buenos. Cuando nosotros no sabemos qué hacer, Dios sí sabe.
Podemos estar seguros que cada día estamos exactamente donde tenemos que estar y donde debemos estar.
Confiemos en Dios. Confiemos en nosotros mismos. Confiemos en nuestra vida. Dios jamás nos pide que hagamos algo para lo cual no nos prepara y equipa para hacer. Si debemos hacerlo, se nos dará la fortaleza. Esa es la parte fácil de este programa: Nunca tenemos que hacer más de lo que podamos. Nunca tenemos que hacer algo que no podamos hacer. Nunca tenemos que hacer algo antes de tiempo.
Y, cuando sea el momento, lo haremos.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).