Somos energía…


Viajamos interminablemente a través de la eternidad. Tenemos una vida tras otra. Lo que no resolvamos en una vida, lo resolveremos en alguna otra.

¡La muerte no existe! Nuestro espíritu nunca puede sernos arrebatado, porque es nuestra parte eterna. Ningún razonamiento puede arrebatárnoslo. Ningún malestar puede arrebatárnoslo. No existe muerte que nos lo pueda arrebatar, porque el espíritu es eterno. Es la parte de nosotros que permanece para siempre.

Todas las personas que han abandonado el planeta están todavía aquí en pura esencia y puro espíritu. Siempre han estado y siempre estarán. Es verdad que no volveremos a encontrarnos con su cuerpo físico, pero cuando abandonemos el nuestro, nuestros espíritus se conectarán. No hay pérdida.

No hay muerte. No hay otra cosa que un reciclar de energías… un cambio de forma. Cuando nos conectamos con nuestro espíritu, vamos más allá de todas las mezquindades. ¡Nuestro entendimiento es tan grande! Nuestro espíritu —nuestra alma, la esencia misma de nuestro ser— está siempre a salvo, siempre fuera de peligro y siempre vivo. Y así es.

(Louise L. Hay de su Libro Pensamientos del Corazón).

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