Reflexión del Dia: 30 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el codependiente es un controlador compulsivo. Esa conducta es aprendida, esconde una baja autoestima. En ocasiones no puede evitar comportarse de esa manera.

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Reflexiona sobre esto:

No necesitamos eliminar todas nuestras reacciones hacia la gente y hacia los problemas. Las reacciones pueden ser útiles. Pueden ayudarnos a identificar lo que nos gusta y lo que nos hace sentirnos bien.
Nos ayudan a identificar los problemas dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Pero la mayoría de nosotros reaccionamos demasiado. Y gran parte de las cosas a las que reaccionamos son tonterías. No son tan importantes, y no ameritan el tiempo ni la atención que les damos. Algunas de nuestras reacciones son respuestas a las reacciones que los demás tienen frente a nosotros. (Estoy furiosa porque él se puso furioso; él se puso furioso porque yo estaba enojada; yo estaba enojada porque pensé que él estaba enojado conmigo; pero no estaba enojado sino herido porque…)
Nuestras reacciones pueden ser el eslabón de una cadena de reacciones tal que a menudo los involucrados están irritados y nadie sabe por qué. Simplemente están irritados. Luego, todos están fuera de control y a la vez son controlados. A veces la gente se comporta de cierta manera para provocar que nosotros reaccionemos de otra. Si dejamos de reaccionar de esta cierta manera, la privamos de lo divertido que esto le resulta. Quedamos fuera de su control y le quitamos el poder que tiene sobre nosotros.
A veces nuestras reacciones provocan que los demás reaccionen de cierto modo. A veces el reaccionar estrecha nuestra visión en tal forma que nos quedamos varados reaccionando a los síntomas o a los problemas. Podemos estar tan ocupados reaccionando que no tenemos tiempo ni energía para identificar el problema real, y mucho menos para descubrir cómo solucionarlo. Podemos pasar años reaccionando ante cada incidente provocado por la bebida y la crisis resultante, ¡fallando completamente en reconocer que el verdadero problema es el alcoholismo! Aprende a dejar de reaccionar de maneras que no son necesarias y que no funcionan. Elimina las reacciones que te lastiman.

Mi Reflexión: El codependiente vive «reaccionando» a cualquier situación o problema. Eso lleva a perder el control sobre sus conductas y pierde el norte del verdadero problema. Puede que hasta le de importancia a situaciones tontas. Para el es su estilo de vida, así vive durante periodos de tiempo. Es oportuno recalcar que solo a través de la terapia en Doce Pasos de CoDA podrá salir de ese circulo vicioso y asumir responsabilidad de si mismo. (Alpha).

¿Estas reaccionando a cualquier evento? ¿estas pensado en entrar a la Terapia en Doce Pasos? Comparte tus experiencias aquí.

Meditación 30 de Noviembre… Desapego

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que la una manera de liberarnos de nuestros apegos a los demás es desapegandonos, convirtiéndonos en responsables de conducir nuestra vida, dejando a los demás libres para hacer lo que deseen hacer.

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Medita sobre esto:

Un día, mi hijo trajo a casa a vivir con nosotros a un hámster. Lo pusimos en una jaula. Poco tiempo después, el hámster escapó.
Durante los siguientes seis meses, el animal corría asustado y salvaje por toda la casa. Y lo mismo nosotros para atraparlo.
“Ahí está. ¡Agárralo!”, gritábamos cada vez que alguien veía al hámster. Mi hijo o yo dejábamos lo que estuviéramos haciendo, corríamos por toda la casa y nos lanzábamos sobre el animal con la esperanza de atraparlo.
Me preocupaba por él, aunque no lo viéramos. “Esto no esta bien”, pensaba. “No puedo tener a un hámster corriendo suelto por la casa. Tenemos que atraparlo. Tenemos que hacer algo”.
Un pequeño animal del tamaño de un ratón tenía en agitación toda la casa. Un día, mientras estaba sentada en la sala, vi al animal correr por el pasillo. En estado de frenesí, empecé a abalanzarme sobre él, como generalmente lo hacía, y luego me detuve.
No, me dije. Estoy harta. Si ese animal quiere vivir en los rincones y escondrijos de esta casa, voy a dejar que lo haga. Estoy harta de preocuparme por él .Estoy harta de perseguirlo. Esta es una circunstancia irregular, pero así es justamente como va a tener que ser.
Dejé que el hámster corriera sin que yo reaccionara. Me sentía un poquito incómoda con mi nueva reacción -no reaccionar-, pero me ceñí a ella de todas maneras.
Me sentí más a gusto con mi nueva reacción, no reaccionar. Al poco tiempo, estaba perfectamente en paz con la situación. Había dejado de pelear con el hámster. Una tarde, unas cuantas semanas después de que empecé a practicar mi nueva actitud, el hámster corrió cerca de mí, como lo había hecho tantas veces y apenas lo mire. El animal se paró en seco, volteó y me miró. Empecé a abalanzarme sobre él. Él empezó a correr. Me relajé.
“Muy bien”, dije. “Haz lo que quieras”. Y lo decía en serio. Una hora después, el hámster vino, se paró junto a mí y esperó.
Gentilmente lo levanté y lo coloqué en su jaula, donde ha vivido feliz desde entonces. ¿La moraleja de la historia? No te balances sobre el hámster. El ya está asustado, y tratar de atraparlo lo único que logra es asustarlo más y a nosotros nos vuelve locos.
¡El desapego funciona!

«Hoy me sentiré a gusto con mi nueva reacción de no reaccionar. Me sentiré en paz.

Mi Reflexión: Para el codependiente que pasa su vida apegado emocionalmente, la única salida valida para su recuperacion es el Desapego. Entendiendo que este es un proceso gradual, en el cual no dejamos de amar a las personas, solo que cambiamos nuestra percepción del papel que ellas deben tener en sus vidas. Entendemos que solo podemos cambiarnos a nosotros mismos, los demás quedan libres de actuar como desean hacerlo. Eso es liberador y nos enseña a valorarnos y responsabilizarnos de nuestra vida. (Alpha).

¿Estas teniendo un vinculo de apego afectivo? ¿Estas trabajando en desapegarte? Comenta tu vivencia.

Reflexión del Dia: 29 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el codependiente es un controlador compulsivo. Esa conducta es aprendida, esconde una baja autoestima. En ocasiones no puede evitar comportarse de esa manera.

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Reflexiona sobre esto:

Los codependientes son aquellas personas que consistentemente, y con gran cantidad de esfuerzo y energía, tratan de forzar que sucedan las cosas.
Controlamos en nombre del amor.
Lo hacemos porque “sólo estamos tratando de ayudar”.
Lo hacemos porque nosotros sí sabemos cómo deben hacerse las cosas y cómo deben comportarse las personas.
Lo hacemos porque nosotros estamos bien y ellos están mal.
Controlamos porque nos da miedo no hacerlo.
Lo hacemos porque no sabemos qué otra cosa hacer.
Lo hacemos para dejar de sufrir.
Controlamos porque pensamos que tenemos que hacerlo.
Controlamos porque no pensamos.
Controlamos porque solamente podemos pensar en controlar.
En última instancia quizá controlemos porque esa es la manera en que siempre hemos hecho las cosas.

Mi Reflexión: El codependiente actúa controlando a los demás, Así se acostumbramos. Así aprendió a relacionarse. El cree que es feliz, que esta bien ayudar a los otros de manera compulsiva. Resulta difícil explicar esta conducta, pero así reacciona el codependiente. (Alpha).

¿Tienes necesidad de controlar a las personas? ¿Te sientes bien haciéndolo? Comenta acá.

Meditación 29 de Noviembre… Mire su «nunca»

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que el codependiente debe aceptar el dolor como una leccion para aprender. Mostrarse vulnerable ayuda a enfrentar el sufrimiento.

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Medita sobre esto:

Ten cuidado con lo que dices que nunca volverás a hacer. Puede que esté construyendo un muro entre tu y lo bueno en su vida.
Me lastimó, así que nunca volveré a hablar con él. Ella me lastimó, así que nunca volveré a involucrarme con mujeres.
A veces, nuestros sentimientos de dolor pueden ser avisos precisos y confiables de que debemos alejarnos y permanecer alejados. Pero, por lo general, cuando decimos que nunca, es porque no queremos ser vulnerables y sentimos el dolor que se nos presentó.
Decir nunca puede ser una indicación de que hemos cerrado nuestros corazones.
¿Has construido una pared con tus «nunca»? Mira. Mira debajo. ¿Hay un sentimiento de dolor que necesitas sentir?
¿Te quemaste cuando tocaste la estufa caliente, así que nunca más te acercarás a una estufa?
Te perderás algunas comidas sabrosas.

«Dios, ayúdame a ser lo suficientemente vulnerable como para sentir mi dolor y aprender mi lección, en lugar de decir nunca y construir una gran pared.

Mi Reflexión: Los codependientes vivimos tantos sentimientos de tristeza y abandono que en muchas ocasiones queremos dejar de sentir que podemos salir adelante con nuestro problema. Es necesario, para sanar, que aceptemos el dolor y el sufrimiento como unos sentimientos que si bien lucen negativos, nos harán abrirnos y aceptarlos hasta buscar ayuda para recuperarnos. Ser vulnerables es positivo, alejarnos y encerrarnos no nos lleva a ninguna solución. (Alpha).

¿Evitas sentir dolor? ¿Enfrentas el dolor con optimismo para sanar? Comparte acá.

Reflexión del Dia: 28 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea la conducta autodestructiva que maneja el codependiente dentro del «circulo del Drama o de Karpman.». La autora advierte la necesidad de salir de ese circulo insano y detener el dolor.

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Reflexiona sobre esto:

El peor aspecto de ser cuidadores es que nos tornamos víctimas y así nos quedamos. Creo que muchas conductas autodestructivas serias —el consumo abusivo de productos químicos, los trastornos en la manera de comer, los trastornos sexuales— se desarrollan a través de este papel de víctima. Siendo víctimas, atraemos a los perpetradores. Creemos que necesitamos a alguien que nos cuide, porque nos sentimos desamparados. Algún cuidador por fin nos presentará a una persona o a alguna institución para que nos cuide mental, física, financiera o emocionalmente.
¿Por qué, se preguntarán, personas aparentemente razonables hacen este tipo de rescate? Por muchas razones. La mayoría de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de lo que hacemos. Creemos en verdad que estamos ayudando. Algunos creemos que tenemos que rescatar. Hemos confundido nuestras ideas acerca de lo que es ayudar y de lo que no lo es. Muchos estamos convencidos de que el rescatar es una obra de caridad.
Incluso podemos llegar a considerar cruel y duro de corazón hacer algo con tanta sangre fría como permitir a una persona que maneje y afronte un sentimiento legítimo, sufra una consecuencia, se desilusione al escuchar un “no”, se le pida que responda a nuestras necesidades y deseos y que en lo general se le considere responsable de si mismo o de sí misma en este mundo. No importa que ellos ciertamente paguen un precio por nuestra “ayuda”, un precio que será tan duro o más severo aún que cualquier sentimiento que pudieran enfrentar.

Muchos no entendernos de qué somos responsables y de qué no lo somos. Podemos creer que tenemos la obligación de estremecernos cada vez que alguien tiene un problema porque es responsabilidad nuestra actuar justamente así. En ocasiones al sentirnos responsables de tantas cosas, nos enfermamos de tal manera que rechazamos toda responsabilidad y nos volvemos totalmente irresponsables.
Sin embargo, en el centro de la mayoría de los rescates hay un demonio: baja autoestima. Rescatamos porque no nos sentimos bien con nosotros mismos. Aunque los sentimientos son temporales y artificiales, el hecho de cuidar nos da un estado temporal de sentimientos agradables, de autoestima y de poder. Tal y como un trago ayuda a un alcohólico a sentirse mejor momentáneamente, un rescate nos distrae temporalmente del dolor de ser quienes somos.

Mi Reflexión: Los codependientes nos convertimos en cuidadores muchas veces porque así lo hicimos desde la infancia y fue una conducta aprendida. Ser cuidadores-rescatadores nos ancla en una actitud de mártires o victimas que impiden que progresemos hacia la recuperacion. Aprendemos a movernos en el circulo de Karpman y allí nos regodeamos hasta sentir que somos victimados. Seguimos en ese circulo insano por mucho tiempo, ns desgastaos y nos sentimos infelices, abusados y mal tratados. Detener esta conducta autodestructiva es vitl para sentirnos bien, nos toca asumir una responsabilidad con nosoros mismos.(Alpha).

¿Eres un cuidador-rescatador? ¿Como trabajas este aspecto? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 27 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea el desapego como la herramienta clave para lograr salir de una dependencia emocional.

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Reflexiona sobre esto:

El desapego no es un alejamiento frío, hostil; no es una aceptación resignada y desesperante de todo aquello que la vida y la gente nos tire en el camino; no es una manera robótica de ir por la vida, absortos, y totalmente indiferente a la gente y a los problemas; no es una actitud de inocente dicha infantil; ni un desentendimiento de lo que son nuestras verdaderas responsabilidades hacia nosotros mismos y hacia los demás; ni una ruptura en nuestras relaciones. Tampoco es que retiremos nuestro amor y nuestra solicitud, aunque a veces estas formas de desapegarnos pueden ser las mejores a seguir, por el momento.
De una manera ideal, desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o problema con amor. Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano (y a menudo doloroso) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver.

Mi Reflexión: El codependiente vive parte de su vida apegado a personas y eventos. Eso lo transforma y pasa a vivir con dolor y sufrimiento. La estrategia clave para lograr salir de esa dependencia, es el Desapego. Debemos tener claro que esto no significa que dejemos de amar a los demás, ni que es fácil lograr este estado. Solo si comprendemos en esencia que significa desapegarse, podemos alcanzar nuestra paz y serenidad. (Alpha).

¿Estas apegado? ¿Como haces para desapegarte? Lo logras? Comparte tu vivencia.

Meditación 27 de Noviembre… Es nuestra lección

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que todos tenemos pruebas que superar en la vida. Hasta no conocer nuestro papel en la existencia tendremos sufrimiento.

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Medita sobre esto:

Cuando aprendes tus lecciones, el dolor desaparece. (Elisabeth Kübler-Ross, La rueda de la vida).

Algunas veces, esperamos y esperamos a que termine una situación dolorosa. ¿Cuándo dejará de beber? ¿Cuándo llamará? ¿Cuándo mejorará este aspecto financiero? ¿Cuándo sabré qué hacer a continuación?
La vida tiene su propia línea de tiempo. Tan pronto como recibimos la lección, el dolor se neutraliza y luego desaparece.
Y la lección es siempre nuestra

Examina tu vida. ¿Estás esperando que alguien o algo fuera de ti suceda para hacerte sentir mejor? ¿Estás esperando que alguien aprenda su lección para que el dolor se detenga? Si es así, intente girar hacia adentro.
¡Vea lo que realmente es la lección!

«Dios, por favor muéstrame lo que se supone que debo aprender ahora mismo.»

Mi Reflexión: La persistencia de dolos y sufrimiento en nuestra vidas puede ser una señal inequívoca que falta aprender las cosas que debemos aprender. No hay formulas magicas. Nada ni nadie de nuestro entorno puede vivir nuestra existencia. Cada quien tiene sus pruebas que superar y solo así, nos liberaremos del dolor. Mira en tu interior, allí están las respuestas. (Alpha).

¿Has logrado ir a tu interior a buscar las respuestas a tu sufrimiento? Comenta acá tus vivencias al respecto.

Reflexión del Dia: 26 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea
que el codependiente reta la voluntad divina manteniendo una necesidad obsesiva de controlar a las personas y los eventos-

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Reflexiona sobre esto:

Cuando intentamos controlar a la gente y a las cosas que no tenemos por qué controlar, somos controlados por ellos. Abdicarnos a nuestro poder para pensar, sentir y actuar de acuerdo con lo que más nos conviene. A menudo perdemos el control sobre nosotros mismos. Con frecuencia, somos controlados no sólo por la gente, también por enfermedades tales como el alcoholismo, o las tendencias compulsivas en el comer y en los juegos de apuesta. El alcoholismo y otros trastornos destructivos son fuerzas poderosas. Nunca se debe olvidar que los alcohólicos y otras personas con problemas son expertos controladores. Encontramos la horma de nuestro zapato cuando tratamos de controlarlos a ellos o a su enfermedad. Perdemos la batalla. Perdemos la guerra. Nos perdemos a nosotros mismos, a nuestras vidas Como dice una frase de Al-Anón: Tú no lo provocaste; no lo puedes controlar; y no lo puedes curar. ¡Así que deja de tratar de hacerlo! Nos frustramos al máximo cuando tratarnos de hacer lo imposible. Y generalmente impedirnos que suceda lo posible Creo que asirse fuertemente a una persona o cosa, o forzar mi voluntad sobre cualquier situación elimina la posibilidad de que mi poder superior haga algo constructivo acerca de la situación, la persona o yo. Mi afán de controlar bloquea el poder de Dios. Bloquea la capacidad de otras personas para crecer y madurar. Impide que los sucesos ocurran de una manera natural. Me impide a mí disfrutar de la gente o de los eventos.

Mi Reflexión: En los codependientes la necesidad de controlar los eventos y las personas le sobrepasan y pierde la percepción de la realidad.En ocasiones pretende actuar como Dios. No puede parar esa necesidad y ello le dificulta disfrutar de la alegría, la serenidad y la felicidad. Solo, a través de la recuperacion, desarrollando la confianza en su Poder Superior, sera posible alcanzar un control de si mismo y de sus actos (Alpha).

¿Tienes necesidad de control sobre los eventos y las personas? ¿Compites con Dios en cuanto a actuar por ti mismo?. Comparte tu experiencia.

Meditación 26 de Noviembre: Es hora de enojarse

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que tendemos a sentir enfado y no acertamos a saber como manejar este sentimiento. Lo mejor es interpretar las razones y actuar mejorando nosotros mismos.

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Medita sobre esto:

Ya es hora de que te enojes, sí, eso está enojado.
La ira puede ser una emoción tan potente y atemorizante. También puede ser un sentimiento que nos guía hacia decisiones importantes, a veces decisiones difíciles de tomar. Puede señalar los problemas de otras personas, nuestros problemas o simplemente los problemas que debemos abordar.
Negamos nuestra ira por una variedad de razones. No nos damos permiso para permitir que entre en nuestra conciencia, al principio. Comprende que no desaparece; se sienta en capas debajo de la superficie, esperando que estemos listos, seguros y lo suficientemente fuertes como para manejarlo.
Lo que podemos hacer en lugar de enfrentar nuestro enojo y lo que nos dice sobre el cuidado personal es sentirnos heridos, victimizados, atrapados, culpables e inseguros acerca de cómo cuidarnos a nosotros mismos. Podemos retirar, negar, poner excusas y esconder nuestras cabezas en la arena, por un tiempo.
Podemos castigar, desquitarnos, gimotear y preguntarnos.
Podemos perdonar repetidamente a la otra persona por comportamientos que nos lastiman. Podemos temer que alguien se vaya si tratamos con nuestra ira hacia él o ella. Podemos temer que tengamos que irnos si lidiamos con nuestra ira.
Podemos simplemente tener miedo de nuestra ira y la potencia de la misma. Es posible que no sepamos que tenemos un derecho, incluso una responsabilidad para nosotros mismos, de permitirnos sentir y aprender de nuestra ira.

«Dios,ayuda a que emerjan mis sentimientos de ira ocultos o reprimidos. Ayúdame a tener el valor de enfrentarlos. Ayúdame a entender cómo debo cuidarme con las personas a las que siento ira. Ayúdame a dejar de decirme a mí mismo que algo anda mal conmigo cuando las personas me victimizan y me siento enojado por la victimización. Puedo confiar en mis sentimientos para señalar los problemas que necesitan mi atención.»

Mi Reflexión: No siempre el sentimiento de enojo o enfado es negativo. Podemos aceptar este sentimiento y analizar las razones que motivan sentir ira. Es necesario interpretar por que nos enojamos tan frecuentemente. Llegar a la raíz del asunto puede conducirnos a cambios en nosotros y nuestra percepción de las conductas de los demás para con nosotros. Puede convertirse en un estimulador para saber cuales áreas deben ser atendidas, cuidando de nosotros mismos. (Alpha).

¿Sientes ira frecuentemente? ¿Has logrado analizar las causas? Comparte acá.

Reflexión del Dia: 25 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea
a su juicio la denominación de enfermedad de la codependencia.

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Reflexiona sobre esto:

“Es natural que tratemos de proteger y de ayudar a las personas que nos importan. También es natural que nos afecten los problemas de la gente que nos rodea y que reaccionemos a ellos. A medida que un problema se vuelve más serio y permanece sin resolverse, más nos afecta y más reaccionamos hacia él.”

La palabra reaccionar es importante aquí. Sea como sea que nos aproximemos a la codependencia, como sea que la definamos, y sea cual fuere el marco de referencia que elijamos para diagnosticarla y para tratarla, la codependencia es primordialmente un proceso de reacción. Los codependientes son reaccionarios.
Reaccionan en exceso. Reaccionan demasiado poco. Pero rara vez actúan. Reaccionan a los problemas, las vidas, los dolores y las conductas de otros. Reaccionan a sus propios problemas, dolores y conductas.

Muchas reacciones codependientes son reacciones al estrés. No es necesariamente anormal, pero resulta heroico y un auténtico salvavidas aprender a no reaccionar y a actuar de maneras más sanas. Sin embargo, la mayoría de nosotros necesitamos que se nos enseñe a hacerlo.

Quizá alguna de las razones por las cuales los profesionales consideran enfermedad a la codependencia es porque muchos codependientes están reaccionando a una enfermedad tal como el alcoholismo.
Otra razón por la cual se le llama enfermedad a la codependencia es porque es progresiva. A medida que la gente a nuestro alrededor se enferma más, podemos empezar a reaccionar en forma más intensa aún. Lo que empezó como una pequeña preocupación puede disparar el aislamiento, la depresión, una enfermedad física o emocional, o fantasías suicidas. Una cosa lleva a la otra, y las cosas se empeoran. La codependencia puede no ser una enfermedad, pero puede enfermarte. Y también puede contribuir a que la gente a tu alrededor permanezca enferma.
Otra razón más por la que se le llama enfermedad a la codependencia es porque las conductas codependientes –como muchas conductas autodestructivas– se vuelven habituales. Repetimos los hábitos sin pensarlo. Los hábitos cobran vida propia.

Mi Reflexión: La codependencia esta catalogada como una enfermedad psicoafectiva porque: a) es progresiva, deteriora nuestra parte emocional y llega hasta enfermarnos físicamente, b) es obsesivo-compulsivo el comportamiento de quienes la padecen, c) compromete las relaciones humanas y d)aísla a las personas de la realidad. (Alpha).

¿Puedes catalogarte como codependiente? ¿Que sientes al respecto? Comparte aquí.