Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea la conducta autodestructiva que maneja el codependiente dentro del «circulo del Drama o de Karpman.». La autora advierte la necesidad de salir de ese circulo insano y detener el dolor.
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Reflexiona sobre esto:
El peor aspecto de ser cuidadores es que nos tornamos víctimas y así nos quedamos. Creo que muchas conductas autodestructivas serias —el consumo abusivo de productos químicos, los trastornos en la manera de comer, los trastornos sexuales— se desarrollan a través de este papel de víctima. Siendo víctimas, atraemos a los perpetradores. Creemos que necesitamos a alguien que nos cuide, porque nos sentimos desamparados. Algún cuidador por fin nos presentará a una persona o a alguna institución para que nos cuide mental, física, financiera o emocionalmente.
¿Por qué, se preguntarán, personas aparentemente razonables hacen este tipo de rescate? Por muchas razones. La mayoría de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de lo que hacemos. Creemos en verdad que estamos ayudando. Algunos creemos que tenemos que rescatar. Hemos confundido nuestras ideas acerca de lo que es ayudar y de lo que no lo es. Muchos estamos convencidos de que el rescatar es una obra de caridad.
Incluso podemos llegar a considerar cruel y duro de corazón hacer algo con tanta sangre fría como permitir a una persona que maneje y afronte un sentimiento legítimo, sufra una consecuencia, se desilusione al escuchar un “no”, se le pida que responda a nuestras necesidades y deseos y que en lo general se le considere responsable de si mismo o de sí misma en este mundo. No importa que ellos ciertamente paguen un precio por nuestra “ayuda”, un precio que será tan duro o más severo aún que cualquier sentimiento que pudieran enfrentar.
Muchos no entendernos de qué somos responsables y de qué no lo somos. Podemos creer que tenemos la obligación de estremecernos cada vez que alguien tiene un problema porque es responsabilidad nuestra actuar justamente así. En ocasiones al sentirnos responsables de tantas cosas, nos enfermamos de tal manera que rechazamos toda responsabilidad y nos volvemos totalmente irresponsables.
Sin embargo, en el centro de la mayoría de los rescates hay un demonio: baja autoestima. Rescatamos porque no nos sentimos bien con nosotros mismos. Aunque los sentimientos son temporales y artificiales, el hecho de cuidar nos da un estado temporal de sentimientos agradables, de autoestima y de poder. Tal y como un trago ayuda a un alcohólico a sentirse mejor momentáneamente, un rescate nos distrae temporalmente del dolor de ser quienes somos.
Mi Reflexión: Los codependientes nos convertimos en cuidadores muchas veces porque así lo hicimos desde la infancia y fue una conducta aprendida. Ser cuidadores-rescatadores nos ancla en una actitud de mártires o victimas que impiden que progresemos hacia la recuperacion. Aprendemos a movernos en el circulo de Karpman y allí nos regodeamos hasta sentir que somos victimados. Seguimos en ese circulo insano por mucho tiempo, ns desgastaos y nos sentimos infelices, abusados y mal tratados. Detener esta conducta autodestructiva es vitl para sentirnos bien, nos toca asumir una responsabilidad con nosoros mismos.(Alpha).
¿Eres un cuidador-rescatador? ¿Como trabajas este aspecto? Comenta acá.