Meditación 30 de Noviembre… Desapego

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que la una manera de liberarnos de nuestros apegos a los demás es desapegarnos, convirtiéndonos en responsables de conducir nuestra vida, dejando a los demás libres para hacer lo que deseen hacer.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Un día, mi hijo trajo a casa a vivir con nosotros a un hámster. Lo pusimos en una jaula. Poco tiempo después, el hámster escapó.
Durante los siguientes seis meses, el animal corría asustado y salvaje por toda la casa. Y lo mismo nosotros para atraparlo.
“Ahí está. ¡Agárralo!”, gritábamos cada vez que alguien veía al hámster. Mi hijo o yo dejábamos lo que estuviéramos haciendo, corríamos por toda la casa y nos lanzábamos sobre el animal con la esperanza de atraparlo.
Me preocupaba por él, aunque no lo viéramos. “Esto no esta bien”, pensaba. “No puedo tener a un hámster corriendo suelto por la casa. Tenemos que atraparlo. Tenemos que hacer algo”.
Un pequeño animal del tamaño de un ratón tenía en agitación toda la casa. Un día, mientras estaba sentada en la sala, vi al animal correr por el pasillo. En estado de frenesí, empecé a abalanzarme sobre él, como generalmente lo hacía, y luego me detuve.
No, me dije. Estoy harta. Si ese animal quiere vivir en los rincones y escondrijos de esta casa, voy a dejar que lo haga. Estoy harta de preocuparme por él .Estoy harta de perseguirlo. Esta es una circunstancia irregular, pero así es justamente como va a tener que ser.
Dejé que el hámster corriera sin que yo reaccionara. Me sentía un poquito incómoda con mi nueva reacción -no reaccionar-, pero me ceñí a ella de todas maneras.
Me sentí más a gusto con mi nueva reacción, no reaccionar. Al poco tiempo, estaba perfectamente en paz con la situación. Había dejado de pelear con el hámster. Una tarde, unas cuantas semanas después de que empecé a practicar mi nueva actitud, el hámster corrió cerca de mí, como lo había hecho tantas veces y apenas lo mire. El animal se paró en seco, volteó y me miró. Empecé a abalanzarme sobre él. Él empezó a correr. Me relajé.
“Muy bien”, dije. “Haz lo que quieras”. Y lo decía en serio. Una hora después, el hámster vino, se paró junto a mí y esperó.
Gentilmente lo levanté y lo coloqué en su jaula, donde ha vivido feliz desde entonces. ¿La moraleja de la historia? No te balances sobre el hámster. El ya está asustado, y tratar de atraparlo lo único que logra es asustarlo más y a nosotros nos vuelve locos.
¡El desapego funciona!

«Hoy me sentiré a gusto con mi nueva reacción de no reaccionar. Me sentiré en paz.

Mi Reflexión: Para el codependiente que pasa su vida apegado emocionalmente, la única salida valida para su recuperación es el Desapego. Entendiendo que este es un proceso gradual, en el cual no dejamos de amar a las personas, solo que cambiamos nuestra percepción del papel que ellas deben tener en sus vidas. Entendemos que solo podemos cambiarnos a nosotros mismos, los demás quedan libres de actuar como deseen hacerlo. Eso es liberador y nos enseña a valorarnos y responsabilizarnos de nuestra vida. (Alpha).

¿Estás teniendo un vínculo de apego afectivo? ¿Estás trabajando en desapegarte? Comenta tu vivencia.

Reflexión del Dia: 29 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el codependiente es un controlador compulsivo. Esa conducta es aprendida y esconde una baja autoestima. En ocasiones no puede evitar comportarse de esa manera.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Los codependientes son aquellas personas que consistentemente, y con gran cantidad de esfuerzo y energía, tratan de forzar que sucedan las cosas.
Controlamos en nombre del amor.
Lo hacemos porque “sólo estamos tratando de ayudar”.
Lo hacemos porque nosotros sí sabemos cómo deben hacerse las cosas y cómo deben comportarse las personas.
Lo hacemos porque nosotros estamos bien y ellos están mal.
Controlamos porque nos da miedo no hacerlo.
Lo hacemos porque no sabemos qué otra cosa hacer.
Lo hacemos para dejar de sufrir.
Controlamos porque pensamos que tenemos que hacerlo.
Controlamos porque no pensamos.
Controlamos porque solamente podemos pensar en controlar.
En última instancia quizá controlemos porque esa es la manera en que siempre hemos hecho las cosas.

Mi Reflexión: El codependiente actúa controlando a los demás, Así acostumbramos. Así aprendió a relacionarse. El cree que es feliz, que está bien ayudar a los otros de manera compulsiva. Resulta difícil explicar esta conducta, pero así reacciona el codependiente. (Alpha).

¿Tienes necesidad de controlar a las personas? ¿Te sientes bien haciéndolo, o por el contrario, vives irritado? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 28 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea la conducta autodestructiva que maneja el codependiente dentro del «círculo del Drama o de Karpman». La autora advierte la necesidad de salir de ese círculo insano y detener el dolor. No es fácil, pero tampoco imposible. Al sentir la necesidad de salir, y con el desarrollo de un trabajo personal eficiente, se logra.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

El peor aspecto de ser cuidadores es que nos tornamos víctimas y así nos quedamos. Creo que muchas conductas autodestructivas serias —el consumo abusivo de productos químicos, los trastornos en la manera de comer, los trastornos sexuales— se desarrollan a través de este papel de víctima. Siendo víctimas, atraemos a los perpetradores. Creemos que necesitamos a alguien que nos cuide, porque nos sentimos desamparados. Algún cuidador por fin nos presentará a una persona o a alguna institución para que nos cuide mental, física, financiera o emocionalmente.
¿Por qué, se preguntarán, personas aparentemente razonables hacen este tipo de rescate? Por muchas razones. La mayoría de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de lo que hacemos. Creemos en verdad que estamos ayudando. Algunos creemos que tenemos que rescatar. Hemos confundido nuestras ideas acerca de lo que es ayudar y de lo que no lo es. Muchos estamos convencidos de que el rescatar es una obra de caridad.
Incluso podemos llegar a considerar cruel y duro de corazón hacer algo con tanta sangre fría como permitir a una persona que maneje y afronte un sentimiento legítimo, sufra una consecuencia, se desilusione al escuchar un “no”, se le pida que responda a nuestras necesidades y deseos y que en lo general se le considere responsable de si mismo o de sí misma en este mundo. No importa que ellos ciertamente paguen un precio por nuestra “ayuda”, un precio que será tan duro o más severo aún que cualquier sentimiento que pudieran enfrentar.

Muchos no entendernos de qué somos responsables y de qué no lo somos. Podemos creer que tenemos la obligación de estremecernos cada vez que alguien tiene un problema porque es responsabilidad nuestra actuar justamente así. En ocasiones al sentirnos responsables de tantas cosas, nos enfermamos de tal manera que rechazamos toda responsabilidad y nos volvemos totalmente irresponsables.
Sin embargo, en el centro de la mayoría de los rescates hay un demonio: baja autoestima. Rescatamos porque no nos sentimos bien con nosotros mismos. Aunque los sentimientos son temporales y artificiales, el hecho de cuidar nos da un estado temporal de sentimientos agradables, de autoestima y de poder. Tal y como un trago ayuda a un alcohólico a sentirse mejor momentáneamente, un rescate nos distrae temporalmente del dolor de ser quienes somos.

Mi Reflexión: Los codependientes nos convertimos en cuidadores muchas veces porque así lo hicimos desde la infancia y fue una conducta aprendida. Ser cuidadores-rescatadores nos ancla en una actitud de mártires o víctimas que impiden que progresemos hacia la recuperación. Aprendemos a movernos en el círculo de Karpman y allí nos regodeamos hasta sentir que somos victimados. Seguimos en ese círculo insano por mucho tiempo, nos desgastamos y nos sentimos infelices, abusados y maltratados. Detener esta conducta autodestructiva es vital para sentirnos bien, nos toca asumir una responsabilidad con nosotros mismos.(Alpha).

¿Eres un cuidador-rescatador? ¿Cómo trabajas este rango de conducta insana? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 26 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que el codependiente reta la voluntad divina manteniendo una necesidad obsesiva de controlar a las personas y los eventos.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Cuando intentamos controlar a la gente y a las cosas que no tenemos por qué controlar, somos controlados por ellos. Abdicarnos a nuestro poder para pensar, sentir y actuar de acuerdo con lo que más nos conviene. A menudo perdemos el control sobre nosotros mismos. Con frecuencia, somos controlados no sólo por la gente, también por enfermedades tales como el alcoholismo, o las tendencias compulsivas en el comer y en los juegos de apuesta. El alcoholismo y otros trastornos destructivos son fuerzas poderosas. Nunca se debe olvidar que los alcohólicos y otras personas con problemas son expertos controladores. Encontramos la horma de nuestro zapato cuando tratamos de controlarlos a ellos o a su enfermedad. Perdemos la batalla. Perdemos la guerra. Nos perdemos a nosotros mismos, a nuestras vidas Como dice una frase de Al-Anón: Tú no lo provocaste; no lo puedes controlar; y no lo puedes curar. ¡Así que deja de tratar de hacerlo! Nos frustramos al máximo cuando tratarnos de hacer lo imposible. Y generalmente impedirnos que suceda lo posible Creo que asirse fuertemente a una persona o cosa, o forzar mi voluntad sobre cualquier situación elimina la posibilidad de que mi poder superior haga algo constructivo acerca de la situación, la persona o yo. Mi afán de controlar bloquea el poder de Dios. Bloquea la capacidad de otras personas para crecer y madurar. Impide que los sucesos ocurran de una manera natural. Me impide a mí disfrutar de la gente o de los eventos.

Mi Reflexión: En los codependientes la necesidad de controlar los eventos y las personas le sobrepasan y pierde la percepción de la realidad. En ocasiones pretende actuar como Dios. No puede parar esa necesidad y ello le dificulta disfrutar de la alegría, la serenidad y la felicidad. Solo, a través de la recuperación, desarrollando la confianza en su Poder Superior, será posible alcanzar un control de si mismo y de sus actos (Alpha).

¿Tienes necesidad de control sobre los eventos y las personas? ¿Compites con Dios en cuanto a actuar por ti mismo?. Comparte tu experiencia aquí.

Reflexión del Dia: 25 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea a su criterio el significado de la codependencia como un trastorno.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

“Es natural que tratemos de proteger y de ayudar a las personas que nos importan. También es natural que nos afecten los problemas de la gente que nos rodea y que reaccionemos a ellos. A medida que un problema se vuelve más serio y permanece sin resolverse, más nos afecta y más reaccionamos hacia él.”

La palabra reaccionar es importante aquí. Sea como sea que nos aproximemos a la codependencia, como sea que la definamos, y sea cual fuere el marco de referencia que elijamos para diagnosticarla y para tratarla, la codependencia es primordialmente un proceso de reacción. Los codependientes son reaccionarios.
Reaccionan en exceso. Reaccionan demasiado poco. Pero rara vez actúan. Reaccionan a los problemas, las vidas, los dolores y las conductas de otros. Reaccionan a sus propios problemas, dolores y conductas.
Muchas reacciones codependientes son reacciones al estrés. No es necesariamente anormal, pero resulta heroico y un auténtico salvavidas aprender a no reaccionar y a actuar de maneras más sanas. Sin embargo, la mayoría de nosotros necesitamos que se nos enseñe a hacerlo.

Quizá alguna de las razones por las cuales los profesionales consideran enfermedad a la codependencia es porque muchos codependientes están reaccionando a una enfermedad tal como el alcoholismo.
Otra razón por la cual se le llama enfermedad a la codependencia es porque es progresiva. A medida que la gente a nuestro alrededor se enferma más, podemos empezar a reaccionar en forma más intensa aún. Lo que empezó como una pequeña preocupación puede disparar el aislamiento, la depresión, una enfermedad física o emocional, o fantasías suicidas. Una cosa lleva a la otra, y las cosas se empeoran. La codependencia puede no ser una enfermedad, pero puede enfermarte. Y también puede contribuir a que la gente a tu alrededor permanezca enferma.
Otra razón más por la que se le llama enfermedad a la codependencia es porque las conductas codependientes –como muchas conductas autodestructivas– se vuelven habituales. Repetimos los hábitos sin pensarlo. Los hábitos cobran vida propia.

Mi Reflexión: La codependencia está catalogada como una enfermedad psicoafectivo porque: a) es progresiva, deteriora nuestra parte emocional y llega hasta enfermarnos físicamente, b) es obsesivo-compulsivo el comportamiento de quienes la padecen, c) compromete las relaciones humanas, y d) aísla a las personas de la realidad. (Alpha).

¿Puedes catalogarte como codependiente? ¿Qué sientes al respecto? Si es así, ¿Te propones actuar en tu recuperación? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 23 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea algunas características de los codependientes.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Algunas características de los Codependientes:

– Ser extremadamente responsables.
– Ser extremadamente irresponsables.
– Volverse mártires, sacrificando su felicidad y la de los demás por causas que no requieren sacrificio.
– Encuentran difícil sentirse cercanos a la gente.
– Se les dificulta divertirse y ser espontáneos.
– Tienen una respuesta completamente pasiva a la codependencia: lloran, se sienten lastimados, se sienten desamparados.
– Tienen una respuesta completamente agresiva a la codependencia: se muestran violentos, iracundos, son dominantes.
– Combinan respuestas pasivas y agresivas.
– Son vacilantes en sus decisiones y emociones.
– Lloran cuando sienten ganas de llorar.
– Siguen fieles a sus compulsiones y a la gente, aunque les hiera.
– Se sienten avergonzados de sus problemas familiares, personales o de sus relaciones.
– Se sienten confundidos por la naturaleza del problema.
– Encubren, mienten, y protegen el problema.
– No buscan ayuda por que se dicen a sí mismos que el problema no es tan grave en realidad, o que ellos no son suficientemente importantes.
– Se preguntan por qué el problema no se esfuma.

Mi Reflexión: Caracterizar al codependiente es difícil. Aún cuando la codependencia puede ser considerada como un trastorno psicoafectivo, tiene muchas características que llaman la atención a quienes tratan a estas personas. Unas de ellas es la necesidad de control, el abandono que tienen los codependientes por su paz, serenidad, libertad; y el retraso en buscar la ayuda profesional cuando se manifiestan las características que lo definen. (Alpha).

¿Tienes una o más de estas características? Si es así, ¿Has buscado ayuda profesional para abordar el tratamiento y mejorar este trastorno? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 22 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que el codependiente puede y debe manejar el proceso del duelo sin quedarse estacionado en la negación del hecho. Es saludable buscar y utilizar las herramientas que le permitan lograr la aceptación.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

“Sólo recientemente hemos empezado a darnos cuenta de que negar la pena es negar una función humana natural y que tal negación a veces produce espantosas consecuencias”.
La pena, como cualquier emoción auténtica, va acompañada por ciertos cambios físicos y por la liberación de una forma de energía psíquica. Si esa energía no se gasta en el proceso normal de apesadumbramiento, se vuelve destructiva dentro de la persona. Incluso la enfermedad física puede ser el castigo por una pena no resuelta… Cualquier evento, cualquier percepción que contenga un sentido de pérdida para ti puede, y debe, hacernos vivir un duelo. Esto no significa una vida de tristeza incesante. Significa estar dispuestos a admitir un sentimiento honesto en vez de siempre tener que reír para huir del dolor. No sólo es permisible admitir la tristeza que acompaña a cada pérdida, es la opción sana.

Mi Reflexión: La persona en duelo tiende a maximizar el tiempo en negar este evento de pérdida. Lo recomendable es vivir cada etapa de forma individual. No significa ello que pase toda una vida en negación. Permitirse vivir cada pérdida es razonable, salir de esta fase para caminar hacia la aceptación es lo más sano. (Alpha).

¿Cuando tienes pérdidas importantes logras atravesar cada etapa? ¿Cuáles herramientas usas? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 20 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que el codependiente sw acostumbra a reaccionar exageradamente ante cualquier situación, y que cree controlar la vida de los demás. Llego el momento de sanar.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Reaccionar casi nunca funciona. Reaccionamos demasiado aprisa, con demasiada intensidad y urgencia. Rara vez podemos hacer lo más adecuado cuando nos encontramos en ese estado mental, Resulta irónico que no se nos requiera para hacer las cosas en este estado mental. Poco hay en nuestras vidas que no podamos hacer mejor si permanecemos apacibles. Pocas situaciones —no importa qué tanto parezcan demandarlo pueden mejorarse si perdemos los estribos.
Entonces, ¿por qué lo hacemos?
Reaccionamos porque estamos ansiosos y temerosos de lo que está sucediendo, de lo que podría suceder y de lo que ha sucedido.
Muchos reaccionamos como si todo fuera una crisis porque hemos vivido tantas crisis durante tanto tiempo que la reacción a la crisis se ha convertido en un hábito.
Reaccionamos porque pensamos que no deberían estar sucediendo las cosas como suceden.
Reaccionamos porque no nos sentimos bien con nosotros mismos.
Reaccionamos porque la mayoría de la gente reacciona.
Reaccionamos porque pensamos que tenemos que reaccionar.
¡No tenemos que hacerlo!

Mi Reflexión: Los codependientes son reaccionarios ante cualquier situación. Esto es producto de la incomodidad que sentimos con nuestras conductas autodestructivas,en el fondo, no aceptamos actuar como lo hacemos, pero nos hemos habituado a hacerlo parte de nuestra vida. Cuando asumimos la recuperación estamos abriendo una opción sana cambiamos esa actitud. Comprendemos que el control y la reacción son ilusorios. (Alpha).

¿Tienes las características de ser reaccionario? ¿Has logrado iniciar el proceso de recuperación? Comparte aquí tu experiencia.

Reflexión del Dia: 13 de Noviembre

¿

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que en ocasiones de estar deprimido o ansioso es necesario buscar la ayuda de profesionales del área de la salud mental.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

A todos nos gusta sentirnos cómodos. Pero hacer algo nuevo, especialmente tomar una acción para cambiar, generalmente no se siente cómodo. Se siente incomodo y extraño.
En ocasiones, la depresión y la ansiedad pueden impedirnos realizar las acciones que queremos y necesitamos tomar. No tomar estas medidas puede aumentar nuestra depresión y ansiedad, y nos sentimos aún menos motivados para actuar. Este ciclo puede mantenernos atrapados.
Si la depresión y la ansiedad son tan graves que le impiden tomar medidas para vivir su vida, es posible que necesite buscar ayuda profesional y que tenga esos problemas bajo control. Eso en sí mismo es tomar acción.

Mi Reflexión: Los codependientes solemos vivir ansiosos, tristes, hasta deprimidos en algunos momentos de la vida. Salir de ese estado emocional no es fácil por si solo, es momento de tomar acciones y asumir buscar una ayuda profesional que permita resolver el cuadro anímico que le «entorpece» actuar con mayor disposición a cambiar. (Alpha).

¿Has vivido ciclos de depresión?¿Has solicitado ayuda profesional? Comenta tu vivencia al respecto.

Reflexión del Dia: 6 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que el codependiente puede y debe aceptar que su tarea principal es atender su recuperación, responsabilizándose de si mismo.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Algunos nos cansamos tanto del enorme peso —la responsabilidad total por todos los seres humanos— que podemos brincarnos los sentimientos de lástima y preocupación que acompañan a los actos de rescate y seguirnos con la ira o el enojo. Estamos enojados todo el tiempo; sentimos ira y resentimiento contra víctimas potenciales. Una persona con una necesidad o un problema provoca que sintamos la necesidad de hacer algo o nos sentiremos culpables. Después del rescate, no ocultamos nuestra hostilidad hacia este incómodo predicamento. Con frecuencia veo que esto les sucede a las personas que desempeñan profesiones de ayuda a los demás, Después de tantos años de rescatar —dando tanto y recibiendo tan poco— muchos profesionales de este tipo adoptan una actitud hostil hacia sus clientes. Pueden seguir con su trabajo y seguir “ayudando” a sus clientes, pero, según afirman algunos consejeros, abandonan por lo general su profesión sintiéndose profundamente victimados.
El cuidar como nana no ayuda, sólo provoca problemas. Cuando tomamos a la gente a nuestro cuidado y hacemos cosas que no deseamos hacer, ignoramos necesidades, deseos y sentimientos personales. Nos hacemos a un lado a nosotros mismos. En ocasiones estamos tan ocupados cuidando a los demás que dejamos nuestra vida entera en suspenso. Muchos cuidadores se sienten inquietos y abrumados; no disfrutan ninguna de sus actividades. Los cuidadores aparentamos ser muy responsables, pero no lo somos; pues no asumimos el compromiso de nuestra responsabilidad más alta: nosotros mismos.

Reflexión: El codependiente rescatador compulsivo maneja sentimientos diversos: ira, resentimiento, fastidio. Si bien desea ayudar a los demás, se hastía de esta situación y vive enojado, hostil, colérico. Llegó ese momento consciente que nos llama a la reflexión: debemos responsabilizarnos de nosotros mismos. Hacerlo no es fácil, pero iniciando nuestra recuperación, podemos gradualmente lograrlo. Esa liberación nos hará sentir dicha y gozo. (Alpha).

¿Has alcanzado la madurez suficiente para aceptar que debes cuidar de ti mismo? ¿Cómo sentiste ese llamado a responsabilizarte? Comparte tus experiencias al respecto.