Reflexión del Dia: ¿Que es el Desapego?

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No significa que dejaré de cuidar. Significa que no lo puedo hacer por el otro.
No significa que debo alejarme de otra persona. Significa que no puedo controlar otra persona.
Es admitir que no tenemos poder, lo que significa que los resultados no están en nuestras manos.
Significa que no debo tratar de cambiar o culpar a otro, sino hacer lo mejor por mi misma.
Significa que no trataré de arreglar la vida de otro, sino que apoyaré todo cambio positivo.
Significa que no protegeré, permitiré que el otro enfrente la realidad.
Significa que no cantaletearé o discutiré, buscaré mis debilidades y trataré de corregirlas.
Significa que no criticaré al otro, trataré en convertirme en lo que he soñado ser.
Es no recriminar el pasado, sino crecer y vivir para el futuro.
Significa que no molestaré a otros con las expectativas que tengo de ellos, los aceptaré por lo que son.
Significa que no me colocaré en el medio, tratando de corregir lo que va a pasar, permitiré que otros afecten su propio destino.
Significa que no trataré de ajustar el mundo a mis deseos, aceptaré cada día como venga.
No es negar, sino aceptar.
Es amar más y temer menos.
(Melody Beattie).

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Reflexión: ¿Como me zafo de los mandatos de mis padres?

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Interrogante: En el fondo no se quien soy. Lo único que me sigue viniendo a la cabeza, cuando pienso en ello, es la expresión de mis padres: «¡No hagas eso!¡Haz lo otro!» y «¡Te vas a enterar de quien manda aquí!» ¿Puedes ayudarme?
Respuesta: Este es el típico caso de un niño adulto enfrascado en una lucha interminable con sus padres dentro de si mismo. Nadie gana y no hay posibilidad de llegar a saber algo mas sobre nosotros mismos y sobre como nos sentiríamos, pensaríamos y actuaríamos, si no llevásemos dentro a nuestros padres.
Existen formas de utilizar las voces internas que creemos oír para focalizar nuestra atención y dirigir nuestras energías. Resulta de utilidad separar cuidadosamente estas voces, una de otras. Son como cintas de cassette que reproducen mensajes para nuestros oídos internos y nos mantienen «pegados» al pasado. Las voces proceden de recuerdos, fantasías y la imaginación. Algunas se refieren al pasado, otras organizan nuestra vida actual y otras dirigen nuestras acciones futuras. Trata de identificar cada una de las voces.
Esta «la voz de nuestra madre»: cosas que nuestra madre decía o daba a entender a través de lo que hacia… e incluso lo que nuestra madre quería decir o habría dicho si…
Esta «la voz de nuestro padre»: cosas que nuestro padre decía o daba a entender a través de lo que nuestro padre hacia… y también lo que nuestro padre quería decir o habría dicho si… Están las voces de nuestros hermanos, hermanas, tías, tíos, sacerdotes, maestros, amigos, padres de amigos, etc. Hay tantas voces que nos resulta difícil distinguir unas de otras.
Una forma de empezar a trabajar con este dialogo interno consiste en hacer con unas cuantas hojas de papel y un bolígrafo. Empieza escribiendo los pensamientos que te vengan a la cabeza, tantos y tan rápido como puedas. No pasa nada si te dejas algunos.
Una vez que hayas llenado tres hojas con frases, oraciones y palabras, trata de identificar quien podría haber dicho que.
Oír las voces puede provocarte cierta vergüenza y culpa, pero hazlo de todos modos. Ha llegado el momento de que les respondas a esas voces. Deja que salgan tus sentimientos y anotalos también. Trabaja con las voces escribiendo lo que hayas logrado separar e identificar en tarjetas de 3×5 cm. Puedes barajarlas y ponerlas después en el orden que quieras. Empieza por descartar aquellas en las que no crees, las que ya no necesitas y las que ya no te sirven en tu vida de adulto. Puedes romperlas, quemarlas o tacharlas garabateandolas por encima con un rotulador negro. Hazlo con sentimiento.
Cuando las voces de los demás hayan sido identificadas y clasificadas, empieza a crear las tuyas propias. Para ello necesitas estar tranquilo. Utiliza una vela o cualquier otro recurso para focalizar la atención. Tranquilízate respirando hondo. Cuando te sientas calmado y relajado, escucha. Simplemente vacíate y escucha. La voz diminuta, humilde y tranquila que oyes es la tuya. Empieza a escuchar atentamente esa voz cuando te susurre. Te susurra en sueños, en ensoñaciones diurnas, siempre que estés tranquilo, en silencio y receptivo.
Reconocerás esa voz como tuya por su tono tranquilo. Las demás voces son escandalosas, estridentes y exigentes. Empieza a sentirte agradecida por tu propia voz y a respetarla. Tu voz es una parte vital de lo que tu eres. ¡Celebralo!.
(Dorothy May de su Libro Codependencia: La Dependencia Controladora.La Dependencia Sumisa).

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Superar la Codependencia

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Hay una inmensa sabiduría en la Oración de la Serenidad, de los Grupos de 12 Pasos y dice:

“Dios dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que sí puedo y
sabiduría para distinguir la diferencia”.

Lo que NO podemos cambiar es al otro, su conducta, sus pensamientos, sus sentimientos. Lo que podemos cambiar es a nosotros mismos, nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Pistas para superarla:
. Trabajar en sanar nuestros sentimientos: Los sentimientos son nuestra brújula interna, que nos indican necesidades y al cubrirlas llegamos a la plenitud.
. Educar la mente: si nos damos cuenta, la mayoría de las veces nuestra mente, nuestros pensamientos se encuentran en el futuro (temiendo o deseando algo que creemos va a suceder) o en el pasado (con resentimientos o añoranzas). Al poner la atención en nuestros sentidos, vivimos el presente. Cuidar al “monito borracho” de nuestra mente que va de pensamiento en pensamiento. La mayoría de las veces que sufrimos, lo hacemos gratis: existe sólo en nuestra mente, no en la realidad. Por ejemplo, tu hijo, marido, quedó en estar en casa a determinada hora y no ha llegado.
Tú empiezas a imaginar que le ha pasado lo peor y sufres tremendamente. Con cada pensamiento de sufrimiento tu cuerpo segrega cantidad de toxinas que te envenenan. Pasan las horas y él llega sano y salvo. Tu sufrimiento se cambia en coraje y todas esas horas de dolor fueron gratuitas: te lo imaginaste, pero no pasó en realidad.
Educar la mente, es aprender a observarla, a detenerla y a decidir qué clase de pensamientos decides tener y cuáles no.
. Creer en los hechos, no en las palabras: a menos que los hechos respalden que puedas creer en las palabras.
. Cubrir nuestras necesidades: Las necesidades que queremos que alguien nos cubra, sean materiales o afectivas, cubrirlas nosotros. Cuando queremos que alguien haga algo positivo, preguntarnos si no somos nosotros quienes lo queremos hacer.
. Poner a los demás y a nosotros mismos los límites que necesitamos: hay señales, como si de un semáforo rojo se tratara, que nos indican cuando necesitamos marcar límites: cuando nos sentimos victimados, abusados, enojados, cuando nos quejamos y lamentamos, es hora de marcar límites y de ver qué límites hemos traspasado.
. Escucharnos: escuchar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestros sueños, anhelos, gustos. Escuchar nuestro cuerpo. Observar cómo respondemos.
. Desarrollar la autoestima: trabajando en nuestras imperfecciones y potencializando los dones que tenemos.
. Crecer espiritualmente: Buscando constantemente la “magia” de la vida, descubriendo al Creador Supremo, viéndolo en mil cosas. Trabajando en las imperfecciones, limitaciones, en nuestra parte “oscura”.
. Cuidar de nosotros, sin importar qué suceda y con quién estemos: conocer y ejercer nuestros derechos personales. Somos la única persona con la que estaremos toda nuestra vida a cada instante, por lo tanto, somos a quien más necesitamos cuidar.
. Desapegarnos, desprendiéndonos del cuidado obsesivo por otros, para hacerlo por nosotros mismos: en el desprendimiento hay mucho amor y respeto; respeto a tu capacidad de crecer, a tu capacidad de manejar tus problemas,
al modo como quieres vivir tu vida, y amor, amor a tu única individualidad, amor a la esencia del ser que eres. En el desprendimiento cambiamos la energía hacia nosotros: Dejamos de meter la mano en responsabilidades de otros y empezamos a hacernos cargo de nuestras responsabilidades: explorar nuestros sentimientos, satisfacer nuestras
necesidades y luchar por nuestros derechos teniendo límites claros. El desprendimiento es el primer paso hacia la desvictimización, dejamos de ser víctimas de otros, de nosotros mismos, de nuestra historia personal, de la vida. Nos hace ver nuestra impotencia ante lo que no podemos controlar, para que recuperemos nuestro poder personal.

“Dejar ir” es permitir a los otros, que se hagan responsables de sus vidas.
”Dejar ir”, es no criticar y manejar a alguien, sino convertirme en lo que sueño ser.

(Tomado del Libro: LIBÉRATE DE SER REDENTORA de Berenice Sáinz Gómez)
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¡Un modo mejor!

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¿Qué es exactamente el desapego?
Primero, aclaremos lo que no es el desapego.

El desapego no es un alejamiento frío, hostil; no es una aceptación resignada y desesperante de todo aquello que la vida y la gente nos tire en el camino; no es una manera robótica de ir por la vida, absortos, y totalmente indiferentes a la gente y a los problemas; no es una actitud de inocente dicha infantil; ni un desentendimiento de lo que son nuestras verdaderas responsabilidades hacia nosotros mismos y hacia los demás; ni una ruptura en nuestras relaciones. Tampoco es que retiremos nuestro amor y nuestra solicitud, aunque a veces estas formas de desapegarnos pueden ser las mejores a seguir, por el momento.

De una manera ideal, desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o de un problema con amor. Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano ( y a menudo doloroso ) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver, de acuerdo con un manual titulado Desapego que ha circulado durante muchos años en los grupos Al-Anón.
El desapego se basa en las premisas de que cada persona es responsable de sí misma, en que no podemos resolver problemas que no nos corresponde solucionar, y que preocuparnos no nos sirve de nada. Adoptamos una política de no meter las manos en las responsabilidades de otras personas y en vez de ello, de atender a las nuestras.
Si la gente se ha fabricado desastres a sí misma, le permitimos enfrentar las consecuencias. Le permitimos a la gente ser como es en realidad. Le damos la libertad de ser responsable y de madurar. Y nos damos a nosotros mismos la misma libertad. Vivimos nuestra propia vida al máximo de nuestra capacidad. Luchamos para discernir qué es lo que podemos cambiar y qué es lo que no podemos cambiar. Luego dejamos de tratar de cambiar aquello que no podemos. Hacemos lo que podemos para resolver un problema, y luego dejamos de hacernos la vida de cuadritos.
Si no podemos solucionar un problema después de intentarlo seriamente, aprendemos a vivir con ese problema o a pesar de él. Y tratamos de vivir felices, concentrándonos heroicamente en lo que de bueno tiene la vida hoy, y sintiéndonos agradecidos por ello. Aprendemos la mágica lección de que sacarle el máximo provecho a lo que tenemos multiplica lo bueno en nuestras vidas.
El desapego implica – ” vivir el momento presente” – vivir en el aquí y en el ahora -. Permitimos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho a cada día.
El desapego también implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios, en otras personas, en el orden natural y en el destino de las cosas en este mundo. Nos liberamos de nuestros pesares y preocupaciones y nos damos a nosotros mismos la libertad para disfrutar de la vida a pesar de nuestros problemas no resueltos.
Confiamos en que todo está bien a pesar de los conflictos. Confiamos en que Alguien más grande que nosotros sabe, ha ordenado y se preocupa de lo que está sucediendo. Entendemos que este Alguien puede hacer mucho más por resolver el problema que nosotros. De modo que tratamos de no estorbar su camino y dejar que Él lo haga. A su tiempo, sabremos que todo está bien porque vemos cómo las cosas más extrañas ( y a veces, las más dolorosas) se solucionan de la mejor manera y en beneficio de todos.
Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe: Significa que aprendemos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos sin volvernos locos. Dejamos de crear un caos en nuestra mente y en nuestro medio ambiente. Cuando no nos hallamos reaccionando de un modo ansioso y compulsivo, nos volvemos capaces de tomar buenas decisiones acerca de cómo amar a la gente y de cómo solucionar nuestros problemas. Nos liberamos para comprometernos y para amar de modo que podamos ayudar a los demás sin lastimarnos a nosotros mismos.
Las recompensas que el desapego nos brinda son muchas: serenidad, una profunda sensación de paz interior, la capacidad de dar y recibir amor de una manera que nos enaltece y nos llena de energía, y la libertad para encontrar soluciones reales a nuestros problemas.
Encontramos la libertad para vivir nuestra propia vida sin sentimientos excesivos de culpa o responsabilidad hacia los demás. En ocasiones el desapego llega a motivar y a liberar a la gente que se encuentra a nuestro alrededor para empezar a solucionar sus problemas. Dejamos de mortificarnos por ellos y lo perciben, de modo que finalmente comienzan a preocuparse por ellos mismos. Cada quien atiende sus propios asuntos.
El desapego es una acción y un arte. Es un modo de vida. ¿ Cómo nos desapegamos? ¿Cómo separamos nuestras emociones, nuestra mente, espíritu y cuerpo de la agonía del involucramiento?
Lo mejor que podemos. Y, probablemente, un poco torpemente al principio. Un antiguo dicho de A A y de Al-Anón sugiere una fórmula de tres partes llamada honestamente, abiertamente y con voluntad de intentarlo.

Si nos desapegamos, estamos en una mejor posición para trabajar sobre (o a través) de nuestras resentidas emociones. Si estamos apegados, probablemente no hagamos nada más que estar siempre irritados.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
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¡El Amor te libera del Apego!

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¡El amor es lo único que te libera del apego!

Cuando amas todo, no sientes apego por nada. De hecho, hay que entender el fenómeno mismo del apego. ¿Por qué te aferras a algo? Porque temes perderlo. Quizás alguien te lo robe. Temes que quizás mañana no puedas disponer de lo que hoy dispones. ¿Quién sabe lo que ocurrirá mañana? Puede ocurrir cualquier cosa con la mujer o el hombre al que amas: podéis acercaros, podéis alejaros. Podéis volver a ser unos extraños o podéis uniros tanto que incluso decir que sois dos sería incorrecto; por supuesto que hay dos cuerpos, pero el corazón es uno solo, y la canción del corazón es una sola, y el éxtasis os rodea a ambos como una nube. Desaparecéis en ese éxtasis: tú no eres tú, yo no soy yo. El amor se vuelve tan total, el amor es tan grande y abrumador, que no puedes seguir siendo tú; tienes que abandonarte a ti mismo y desaparecer.
En esa desaparición, ¿quién va a estar apegado y a quién? Todo es. Cuando el amor florece completamente, todo simplemente es. No surge el miedo al mañana y, por tanto, no hay lugar para el apego, la dependencia, el matrimonio o cualquier clase de contrato, de atadura.
¡El amor es lo único que te libera del apego!, porque cuando amas no puedes siquiera pensar en otra cosa. Cuando amas todo no estás apegado a nada. Cada momento llega con nuevo esplendor, nueva gloria, nuevas canciones; cada momento te proporciona nuevos bailes que bailar Puede que cambie la pareja, pero el amor permanece.
El apego es el deseo de que nunca cambie la pareja. Por eso te comprometiste ante el juez, ante la sociedad, meras formalidades absurdas. Pero si te opones a esas formalidades, perderás respeto y honor ante las personas entre las que tienes que vivir.
¡El amor no conoce el apego!, porque el amor desconoce la posibilidad de perder la dignidad. El amor es el honor mismo, la respetabilidad misma; no puedes hacer nada en su contra. No estoy diciendo que no puedan cambiar las parejas; eso no importa: si cambian las parejas pero permanece el amor, fluyendo como un río, entonces el mundo tendrá mucho más amor del que hay hoy en día. Hoy en día es como un grifo: gota a gota. No es capaz de saciar la sed de nadie.
El amor necesita ser oceánico, no un goteo, un goteo del grifo de una fuente pública.
El amor es universal. Una vez que florece tu comprensión del amor, no hay lugar para el apego.Puedes seguir cambiando de pareja, pero eso no significa que estés abandonando a nadie.Puede que vuelvas otra vez con la misma pareja; no hay lugar para los prejuicios.
El hombre debería verse a sí mismo como un niño que juega en la playa a recoger conchas, piedras de colores, y disfrutando muchísimo, como si hubiera encontrado un gran tesoro. Si una persona puede disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, podrá vivir en libertad y dejará a los demás vivir en libertad; el mundo se podrá convertir en una nueva clase de mundo.

Entonces tendrá el don de la belleza, de la delicadeza; será muy luminoso y cada corazón arderá. Y una vez que conoces el fuego, las llamas siguen aumentando. Las llamas del amor crecen como crecen los árboles; las llamas del amor dan flores y frutos, como hacen los árboles.

(Osho de su Libro Amor-Libertad-Soledad).
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Reflexión del Día : El Amor de mi vida

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Nos enseñan desde pequeñitos que el amor llegará un día montado en un corcel, que es un príncipe, generalmente azul, lleno de hermosas cualidades y que cuando se presente no conocerás la tristeza porque de ahí en adelante todo será felicidad… ¿Mentira? Depende. Creo que todo es verdad, excepto en que quizá buscamos a ese príncipe en el lugar equivocado.
Deambulamos por la vida sintiéndonos infelices e incompletos. Esperamos que venga otro ser a completarnos y a darnos la tan ansiada felicidad y cuando creemos haberlo encontrado por fin, a poco andar nos sentimos decepcionados porque en realidad no era lo que anhelábamos. Seguimos buscando y a muchos se les va la vida en esa búsqueda y jamás encuentran ese gran amor. Y los que al fin lo encontramos, nos recriminamos por no haber sido capaces de verlo si estaba ahí… justo en la punta de nuestra nariz y no fuimos capaces de olerlo ni verlo.
El gran amor de nuestras vidas viene de nosotros hacia nosotros mismos y no es narcisismo sino la realidad de nuestra existencia terrenal.

Amarse va mucho más allá que mimar al cuerpo sino que es mimar al alma.
Amarse es la aceptación total.
Amarse es amar tus ojos, tu pelo, tu sonrisa, tu infancia, tu presencia y ausencia de cualidades, tus experiencias pasadas, tus aciertos, tus errores.
Amarse significa, primero conocerse, luego aceptarse en todo lo que somos, sin negar nuestras miserias y comprendiendo nuestra humanidad imperfecta.
Si me amo, no le entrego el poder a “otro” para que sea el dueño de mi felicidad.
Si me amo, mi alegría y mi tristeza no dependerán de los demás.
Si me amo, seré consecuente con mis actos.
Si me amo, procuraré ser feliz cada día de mi vida.

El amor es incondicional así que nuestro amor hacia nosotros mismos debe estar por sobre toda limitación humana.
¿Cuesta amarse? No resulta nada fácil este trabajo de aprender a amarnos a medida que nos vamos conociendo con nuestras luces y sombras…
«Tú no eres un ser incompleto… No necesitas la completación de otro porque tú lo tienes todo muy dentro de ti». Aprende a amarte. ¡Nunca es tarde para empezar a darnos aquello que siempre hemos anhelado!
Me® (Tomado de: http://mer-sanandoelalma.blogspot.com/).

Reflexión del Dia: Desprenderse es la Clave

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No entiendo que quiere decir «desprenderse». Desprenderse de que, pregunto?
Se produce un daño significativo cada vez que nos aferramos a personas, lugares o ideas que creemos que nos arreglaran la vida o a personas cuyas vidas nos sentimos impelidos a arreglar. Parece que nos gusta aferrarnos a nuestras ilusiones y delusiones(*), a las palabras hirientes que nos han dicho, a esas cosas que creemos que nunca nos abandonaran ni nos traicionaran, y sin embargo, nos traicionan una y otra vez. ¿Cuantas «próxima vez» puede haber?
Necesitamos desprendernos de muchas cosas, incluida la tensión de nuestros cuerpos, las ilusiones (imágenes mentales) románticas o de unos padres perfectos y las delusiones (creencias falsas) de que la vida siempre sera justa y de que nada malo puede ocurrirnos si cumplimos con nuestro deber.
Desprenderse, soltarse, es «lo contrario de aferrarse». Es una mano abierta en vez de un puño cerrado. Es alisar un ceño fruncido, para sustituirlo por una actitud serena. Es una confianza profunda, permanente, en un poder mas grande que el nuestro. Es un convencimiento profundo, seguro, de que no tenemos por que hacerlo todo nosotros mismos, y es permitir que otras personas tengan también su parte en los acontecimientos de nuestras vidas. Desprenderse significa «que Dios, tal y como nosotros Lo entendemos, dirige el mundo y que ciertas cosas no son asunto nuestro».
Desprenderse significa «liberarnos de la inversión en nuestro propio yo, de la idea de que somos omnipotentes». Yo, el importantisimo su Majestad el Bebe, el narcisista dentro de nosotros mismos, no dirige realmente el espectáculo. Desprenderse es «dejar libres todos los aspectos de nuestras vidas que realmente no podemos controlar de ningún modo». De lo contrario, no hacemos sino engañarnos a nosotros mismos.
Desprenderse significa «saber que ser humano es ser fiable y a veces débil y ser lo bastante humildes como para admitir esto y decir un simple lo siento». También significa «conocer nuestra propia fuerza y no olvidar nunca nuestra dignidad y nuestro propio valor como seres humanos.»
Cuando nos desprendemos, no renunciamos a nuestra responsabilidad, sino que reconocemos que no podemos controlar el resultado de todas las situaciones.
Desprenderse significa «pedalear nuestra propia bicicleta y dejar nuestro destino en manos de Dios».Desprenderse significa «poner nuestra energía en conseguir recuperarnos, en lugar de acumular rabia».
De hacer esto, lograremos aceptarnos a nosotros mismos en vez de abusar de nosotros, y paz, en vez de perfeccionismo. ¡Alivia tanto!
(*) Delusion viene a ser lo mismo que ilusión, pero mientras esta tiene un matiz de «ensoñación», la delusion tiene que ver con una convicción engañosa e ilusoria.
(Dorothy May de su Libro Codependencia. La dependencia controladora/la dependencia sumisa).

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Reflexión del Dia: El lado oscuro del control

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La vida es un cóctel de decisiones, elecciones, y pensamientos que determinarán nuestra libertad. Nuestros estados de ánimo no son solo sensaciones sino decisiones que establecemos a cada momento. Los acontecimientos pueden ser determinantes a la hora de estar bien o no, pero no dejan de ser consecuencias de decisiones que tomamos en un estado de libertad de elección: soy yo quien decide sentirme mal o bien, sólo yo tengo el control de mi vida y estoy autorizado a elegir lo que es mejor para mí. Es decir, eres tú quien a cada momento decidirás qué valor o estima le darás a cada palabra que recibas.
Si nuestro ojo está puesto en el afuera, serán los otros quienes decidan cómo hemos de sentirnos, pero si somos nosotros quienes estamos en control, sabremos cómo cuidarnos y elegir lo que nos conviene.
Sólo cuando puedas ayudarte a ti mismo estarás en condiciones de ayudar a los demás. Necesitas ser el dueño de tu mundo emocional. Tu bienestar no dependerá del trato que recibas de los demás, sino del que tú sepas darte.
Ninguna otra persona tiene el poder de hacerte sentir mal a menos que tú le des permiso para que lo haga.
Todos los sentimientos que creamos se originan dentro nuestro, pero así como nacen pueden ser modificados y, si no nos sirven, desechados.Odiar, amar, querer, respetar, son decisiones que nos pertenecen.Es parte de nuestra naturaleza, de nuestra creación, la libertad de elegir.

¡No convirtamos a los otros en formadores de nuestras emociones! ¡No le otorguemos tal poder! Hoy más que nunca mereces decidir ser feliz.

(Bernardo Stemateas de su Libro Gente Toxica).
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Reflexión del Dia: Recuperarse es…

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Ciertamente recuperación significa extinguir cualquier incendio que flamee en nuestros hogares o en nuestras vidas hoy. Pero el núcleo de la recuperación es el proceso extensivo de reconstrucción, a veces, pesadisimo, para adquirir conductas nuevas. En la recuperación, dejamos de soportar la vida y empezamos a vivirla.
En la recuperación:

En vez de tratar de controlar a los demás obsesivamente, aprendemos a desapegarnos.
En lugar de permitir que los demás nos lastimen y nos usen, fijamos limites.
En vez de reaccionar, aprendemos a relajarnos y dejamos que las cosas caigan por su peso.
Reemplazamos la visión de túnel con una perspectiva.
Dejamos de preocuparnos y de negar las cosas y aprendemos habilidades constructivas para la solución de problemas.
Aprendemos a sentir y a expresar nuestros sentimientos, aprendemos a valorar lo que queremos y necesitamos.
Dejamos de castigarnos a nosotros mismos por los problemas, las tonterías y las locuras de las otras personas.
Dejamos de esperar de nosotros mismos la perfección, y dejamos de esperar que los demás sean perfectos.
Dejamos de reaccionar ante los poderosos sistemas disfuncionales por los que hemos sido afectados la mayoria de nosotros.
Adquirimos el arte de dejar de ser victimas.
Dejamos de cuidar compulsivamente de los demás y empezamos a cuidar de nosotros mismos.
Aprendemos a ser buenos con nosotros mismos, a divertirnos y a disfrutar de la vida.
Aprendemos a sentirnos bien en relación con lo que hemos logrado.
Dejamos de poner nuestra atención en lo que esta mal y empezamos a fijarnos en lo que esta bien.
Aprendemos a funcionar dentro de las relaciones.
Aprendemos a amarnos a nosotros mismos, para poder amar mejor a los demás.

La recuperación significa tratar con el paquete completo de conductas compulsivas autodestructivas. Pero no tratamos con estas conductas pensando que estamos mal por tenerlos. Nos dirigimos a nosotros mismos, y al proceso de recuperación, con un sentido de perdón y cierta gentileza hacia nosotros mismos. Empezamos a comprender que las conductas que hemos practicado han sido herramientas para sobrevivir. Hemos estado enfrentando situaciones difíciles. Lo hemos estado haciendo de la mejor manera que hemos podido. Nos hemos estado protegiendo a nosotros mismos.
Recuperación quiere decir adquirir, vivir por, y a veces vivir y recuperarnos a causa de principios espirituales. Aprendemos a hacer cosas intangibles como «desapegarnos y dejar hacer a Dios», «renunciar» y «aceptar» al tiempo que tenemos conductas mas tangibles tales como tomar decisiones y fijar limites.
(Melody Beattie de su Libro Mas Allá de la Codependencia).

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Reflexión del Dia: ¡Saltar la barda hacia la Libertad!

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¿Que son Los Mandatos Parentales?

Son clases de estímulos negativos que quedaron grabados como creencias negativas incuestionables. Son mensajes más emocionales y no verbales que verbales. Se envían y se reciben en momentos de estrés y afectan a áreas específicas de la identidad y el comportamiento natural de la persona.

Cada familia se mueve dentro de sus propios puntos de referencia, dentro de su propia escala de valores y costumbres, y desea que los niños que traiga al mundo se adapten a su propia visión de la existencia. Entonces la familia se dedicará tesoneramente a REFORZAR todas las conductas, pensamientos y emociones del niño que se encuadren dentro de su ESQUEMA, y CASTIGARÁ o IGNORARÁ todas las que se aparten de el. Así poco a poco, los niños se harán una idea de QUÉ ES LO QUE SE ESPERA DE ELLOS, y comenzarán a amoldarse a los MANDATOS PARENTALES.
Sobre la base de las Creencias, Mandatos y Permisos que recibe un niño irá formulando una especie de Plan de Vida o Argumento. El Argumento de Vida es como una cinta grabada, que reproducirá la misma melodía cada vez que se la ponga.Esa cinta nos facilitará la MISMA REACCIÓN cada vez que se presente el MISMO ESTÍMULO, y además, nos llevará a elegir los estímulos que nos permitan utilizar esa cinta, dentro de un cierto margen de creatividad y libertad.
El máximo EXPONENTE DE LA LIBERTAD que tenemos,es nuestra CAPACIDAD PARA CAMBIAR nuestro argumento infantil, por otro que se adapte más a nuestras necesidades adultas. Nuestros programas, libretos o guiones de vida se pueden cambiar. Para eso deben darse dos condiciones:

1.- Que la persona tome conciencia de que algo en su vida no va bien, y está en sus manos modificar los aspectos desfavorables; que no es simplemente una “Víctima de las circunstancias”.
2.- Que desee cambiar, asumiendo plena responsabilidad.

Para modificar el Argumento o “guión de vida” hay que identificar los mandatos que hemos tomado de nuestros padres o figuras de autoridad, y que se han grabado en nuestro inconsciente como Creencias y siguen funcionando como bloqueadores o inhibidores de nuestro deseo. Cada mandato tiene su reverso, un PERMISO: de existir, de ser uno mismo, de lograr, de saber.

Para cambiar y desarrollarnos, debemos darnos permiso y revocar los mandatos grabados. Todo cambio implica mover estructuras quizás muy rígidas y que en cierta manera no son fáciles por estar demasiado acomodados en situaciones que consideramos ventajosas, los cambios nos generan emociones de miedo pero también de curiosidad y hay que empujar duro para vencer el miedo y atreverse a la curiosidad, así que adelante y actúe con valentía hacia su sanidad emocional. ¡Atrévete a «saltar la barda»!.

(Fragmentos del Documento “Los Mandatos Recibidos y Sostenidos” de Luis Berli y del Articulo de Lic. Luz Jeannette Rodríguez C.)
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