Vivo en el Ahora

Las viejas cintas de mi infancia solían dirigir mi vida. Las mayorías de las personas tienen grabadas en su interior 25.000 horas de cintas parentales. Muchas de estas viejas cintas contienen una gran cantidad de mensajes negativos, criticas y «deberías». Ahora elijo borrarlas y volverlas a grabar con mensajes nuevos y positivos.
Escucho mis pensamientos mas íntimos, y cuando percibo alguno que me hace sentir mal, le doy la vuelta. Así grabo mensajes positivos encima de los negativos. No hay que escuchar obedientemente las viejas tonterías; graba encima de ellas.

Se que soy una persona capaz, que merezco vivir. De veras creo que merezco una vida maravillosa. Estoy aquí por un propósito. Tengo el poder de «cambiar las cintas». Estos viejos mensajes negativos no son la verdad de mi Ser.

Que tus Padres te graben una cinta diciéndote que eres una persona maravillosa. ¡TE LO DEBEN!

(Louise L. Hay de su Libro Meditaciones diarias para sanar tu vida)

Me dispongo a cambiar

Cuando estamos dispuestos a crecer, el crecimiento se produce de modos maravillosos.

Mi crecimiento espiritual puede llegarme de formas extrañas. Mediante un encuentro casual o un accidente, una enfermedad o la perdida de un ser querido. Algo en mi interior me impulsa a seguir, o me impide enérgicamente continuar viviendo como antes. Esto varia de persona a persona. Crezco espiritualmente cuando acepto la responsabilidad de mi vida, que me da el poder interior necesario para hacer los cambios que preciso. No se trata de cambiar a los demás . Crece espiritualmente aquella persona que esta dispuesta a abandonar el papel de victima, perdonar y empezar una nueva vida. Nada de esto sucede de la noche a la mañana. Es un proceso que se va desplegando. Amarme me abre la puerta, y estar dispuesta a cambiar me ayuda.

(Louise L. Hay de su Libro Meditaciones para sanar tu vida).

Mi Amor es poderoso

El Amor hace girar mi mundo.

Me trato como a una persona profundamente amada. Toda clase de acontecimientos vienen y van , pero a través de todos ellos, mi amor por mi es constante. Amarse no significa ser vanidoso ni engreído. Las personas vanidosas o engreídas esconden mucho odio hacia si mismas encubierto por frases como «Yo soy mejor que tu». Me amo a mi misma sencillamente valorando el milagro de mi propia Ser. Cuando me amo de verdad no puedo hacerme daño, ni hacérselo a otras personas. Creo que la respuesta para la paz mundial es el amor incondicional , y hemos de empezar aceptándonos y amándonos a nosotros mismos. Ya no espero a hacer perfecta para amarme.

Me acepto exactamente tal como soy aquí y ahora.

(Louise L. Hay de su Libro Meditaciones para sanar su vida.

Aceptación

Acepto todas las partes de mí misma…

Lo más importante del proceso de sanarnos o de integrarnos en un todo es aceptarnos totalmente a nosotros mismos, con todas nuestras múltiples partes. Aceptémonos cuando actuamos bien y cuando no lo hacemos tan bien, cuando nos asustamos y cuando demostramos nuestro amor, cuando nos comportamos tontamente y cuando nos mostramos brillantes e ingeniosos, cuando fracasamos y cuando ganamos. Todo esto son distintas facetas de nosotros mismos. La mayoría de nuestros problemas provienen de que rechazamos partes de nosotros mismos: no nos amamos total e incondicionalmente.

Que la mirada que echamos sobre nuestro pasado no sea de vergüenza. Miremos al pasado viendo en él la riqueza y la plenitud de la Vida. Sin esta riqueza y esta plenitud no estaríamos hoy aquí. Cuando nos aceptamos totalmente nos convertimos en seres íntegros y sanos.

Si no te amas total, entera y plenamente, es porque en algún momento aprendiste a no amarte. Pero puedes desaprenderlo.

Empieza a ser amable contigo ahora mismo.

Afirmacion: Mírate en el espejo y di:
«Me amo y me acepto exactamente tal como soy» ¿Qué es lo que te viene a la mente? Observa cómo te sientes. Quizá sea esto el centro de tu problema».

(Louise L. Hay de su Libro Pensamientos del Corazón).

Dejo marchar la necesidad de ser perfecta

Cuando estoy preparada para dejar marchar una vieja costumbre, aparece como un problema. Estoy aprendiendo a identificar mis problemas como mensajeros provenientes de un lugar profundo de mi interior que anhela ser amado. Le pido al Universo que me ayude a dejar marchar el temor, y me permito tener una nueva comprensión. Estoy aprendiendo a ser amable con mis hábitos y creencias negativas. Antes solía decir: «Quiero librarme de eso»; ahora se que he creado todos mis hábitos para un propósito determinado. De modo que dejo marchar los viejos hábitos con amor y encuentro maneras mas positivas de satisfacer esas necesidades.

Todos mis nuevos hábitos me apoyan positivamente.

(Louise L. Hay de su Libro Meditaciones para sanar su vida).

Somos energía…


Viajamos interminablemente a través de la eternidad. Tenemos una vida tras otra. Lo que no resolvamos en una vida, lo resolveremos en alguna otra.

¡La muerte no existe! Nuestro espíritu nunca puede sernos arrebatado, porque es nuestra parte eterna. Ningún razonamiento puede arrebatárnoslo. Ningún malestar puede arrebatárnoslo. No existe muerte que nos lo pueda arrebatar, porque el espíritu es eterno. Es la parte de nosotros que permanece para siempre.

Todas las personas que han abandonado el planeta están todavía aquí en pura esencia y puro espíritu. Siempre han estado y siempre estarán. Es verdad que no volveremos a encontrarnos con su cuerpo físico, pero cuando abandonemos el nuestro, nuestros espíritus se conectarán. No hay pérdida.

No hay muerte. No hay otra cosa que un reciclar de energías… un cambio de forma. Cuando nos conectamos con nuestro espíritu, vamos más allá de todas las mezquindades. ¡Nuestro entendimiento es tan grande! Nuestro espíritu —nuestra alma, la esencia misma de nuestro ser— está siempre a salvo, siempre fuera de peligro y siempre vivo. Y así es.

(Louise L. Hay de su Libro Pensamientos del Corazón).

mujer-hada-en-la-isla-bajo-el-cielo-púrpura- (1)