Reflexión del Dia: 3 de Enero

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» expresa que el codependiente es un reaccionario. Esa actitud perturba su salud física y emocional. El desapego es posible, solo que debe asumirse una conducta proactiva para lograr la serenidad.

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Reflexiona sobre esto:

Nuestras reacciones pueden ser el eslabón de una cadena de reacciones tal que a menudo los involucrados están irritados y nadie sabe por qué. Simplemente están irritados. Luego, todos están fuera de control y a la vez son controlados. A veces la gente se comporta de cierta manera para provocar que nosotros reaccionemos de otra. Si dejamos de reaccionar de esta cierta manera, la privamos de lo divertido que esto le resulta. Quedamos fuera de su control y le quitamos el poder que tiene sobre nosotros.
A veces nuestras reacciones provocan que los demás reaccionen de cierto modo. (Pero no necesitamos seguir haciéndolo, ¿o sí?) A veces el reaccionar estrecha nuestra visión en tal forma que nos quedamos varados reaccionando a los síntomas o a los problemas. Podemos estar tan ocupados reaccionando que no tenemos tiempo ni energía para identificar el problema real, y mucho menos para descubrir cómo solucionarlo. Podemos pasar años reaccionando ante cada incidente provocado por la bebida y la crisis resultante, ¡fallando completamente en reconocer que el verdadero problema es el alcoholismo! Aprende a dejar de reaccionar de maneras que no son necesarias y que no funcionan. Elimina las reacciones que te lastiman.

Mi Reflexión: El codependiente es reaccionario. ¿Puede dejar de hacerlo? ¡Claro que si! Es sano y necesario hacerlo, sino terminara hundido en la depresión, la angustia, la ira y la culpa. Desapegarse es la única vía para lograrlo. Hay maneras. Adscribirse a grupos de ayuda de Doce Pasos es una buena solución y Confiar en la Divinidad es una decisión acertada. (Alpha).

¿Estás asistiendo a reuniones de Doce pasos? ¿Te estás desapegando? ¿Confías en Dios y en su cuidado amoroso hacia nosotros? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 2 de Enero

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» planea la conducta negativa del codependiente a cualquier evento que le rodee. Reacciona de manera insana y eso responde a su baja autoestima.

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Reflexiona sobre eso:

«BRINCAMOS DENTRO DEL PRIMER SENTIMIENTO QUE NOS ATRAVIESA Y LUEGO NOS EMPANTANAMOS EN ÉL».

Pensamos en el primer pensamiento que cruza por nuestra cabeza y luego elucubramos sobre él. Decimos lo primero que nos viene a la lengua y a veces nos arrepentimos. Hacemos lo primero que nos viene a la mente, generalmente sin pensarlo. Ese es el problema: reaccionamos sin pensar, sin haber pensado honestamente lo que necesitamos hacer y cómo queremos manejar la situación. Nuestras emociones y conductas controladas —disparadas— por cualquier persona o cosa en nuestro entorno.
Indirectamente estamos permitiendo que los demás nos digan qué hacer. Eso significa que hemos perdido el control. Estamos siendo controlados.

Mi Reflexión: El codependiente suele reaccionar ante cualquier situación por muy tonta que resulte. Se enfrasca en emociones negativas que le hacen actuar y decir cosas que no siente realmente. Allí se desencadena una serie de conductas negativas que lo llevan a un torbellino del que le cuesta salir. Ese es el círculo vicioso insano en el que el codependiente le gusta estar. (Alpha).

¿Reaccionas frecuentemente a cualquier evento? ¿Cómo controlas tu actitud después? Comparte aquí tu experiencia

Reflexión del Dia: 1 de Enero

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» expone que el codependiente «reacciona» permanentemente ante cualquier evento que le ocurra. Es su forma habitual de «comportamiento insano».

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Reflexiona sobre esto:

La mayoría de los codependientes son reaccionarios. Reaccionamos con ira, culpa, vergüenza, odio a nosotros mismos, preocupación, sentimientos heridos, gestos controladores, acciones solícitas, depresión, desesperación y furia. Reaccionamos con miedo y ansiedad. Algunos de nosotros reaccionamos tanto que nos resulta doloroso estar cerca de la gente, y torturante encontrarnos dentro de un grupo grande de personas. Es normal reaccionar y responder a nuestro medio ambiente. Reaccionar es parte de la vida. Es parte de interactuar, es parte de ser humano y de estar vivo. Pero nos permitimos irritamos tanto y distraernos tanto.
Pequeñeces, cosas mayores —lo que sea— tienen el poder de descarrilarnos. Y nuestra respuesta después de que reaccionamos a menudo no es la que más nos conviene.
Podemos haber empezado a reaccionar y a responder urgente y compulsivamente con patrones que nos lastiman. El solo hecho de sentir urgencia y compulsión es suficiente para herirnos. Nos mantenemos en un estado de crisis, fluyendo la adrenalina y tensos los músculos, listos para reaccionar ante emergencias que generalmente no son tales. Alguien hace algo, de modo que nosotros debemos hacer algo a la vez. Alguien se siente de determinada manera de modo que nosotros debemos sentirnos de otra determinada manera.

Mi Reflexión: Las personas codependientes están llenas de sentimientos de rabia contra si mismos. Esto desencadena ansiedad, resentimiento, angustia y depresión. Puede evidenciarse en conductas autodestructivas que expresan una subestima personal. El codependiente vive «reaccionando» a todo y a todos. Es su habitual manera de expresarse. Plantéate para este nuevo año el desafío de cambiar hacia positivo. (Alpha).

¿Reaccionas ante cualquier situación? ¿Controlas tus emociones permanentemente? Comparte acá tu experiencia.

Reflexión del Dia: 29 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» expresa que el codependiente se apega a personas y problemas de su entorno. Se obsesiona y todo en aras de mantener el control de la situación.

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Reflexiona sobre esto:

Cuando un codependiente dice “creo que me estoy apegando a ti”. ¡Cuidado! Probablemente así es.
La mayoría de los codependientes están apegados a la gente y a los problemas en sus entornos. Por “apego” no quiero decir el sentimiento normal de que la gente le caiga a uno bien, le interesan sus problemas o se sienta en conexión con el mundo. Apegarse es involucrarse en exceso, a veces de una manera desesperadamente intrincada.
Sobreinvolucarnos de alguna manera puede mantenernos en un estado de caos; puede mantener a la gente que nos rodea en ese estado. Si concentramos toda nuestra energía en la gente y en los problemas, nos queda poco para dedicar el acto de vivir nuestra propia vida. Y ya hay bastante preocupación y responsabilidad en el ambiente. Si la tomamos toda nosotros, no queda nada para la gente que nos rodea. Esto nos hace trabajar en exceso a nosotros y quitarles bastante trabajo de encima a los demás. Y aún más, preocuparnos por la gente y por los problemas no funciona. No resuelve los problemas, no ayuda a los demás y no nos ayuda a nosotros mismos. Es energía desperdiciada.

Mi Reflexión: El apego afectivo o dependencia emocional es un problema realmente serio y complejo. El codependiente vive obsesionado por resolver los problemas de la persona a la que esta apegada en desmedro de su propia salud física y psíquica. Resulta difícil entender el control que sustenta esta relación insana, así mismo no tiene fácil solución. La persona apegada se obsesiona y hace compulsivo su control enfermizo. (Alpha).

¿Estás obsesionado con controlar a alguien? ¿Estás trabajando en recuperar tu paz? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 7 de Diciembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que de todas las características de la codependencia resalta la reacción permanente ante cualquier evento.

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Reflexiona sobre esto:

«Los codependientes desean ayudar. Yo sospecho que han ayudado. Pero probablemente murieron pensando que no habían hecho demasiado y se sentían culpables.»
“Es natural que tratemos de proteger y de ayudar a las personas que nos importan. También es natural que nos afecten los problemas de la gente que nos rodea y que reaccionemos a ellos. A medida que un problema se vuelve más serio y permanece sin resolverse, más nos afecta y más reaccionamos hacia él.”
La palabra «reaccionar» es importante aquí. Sea como sea que nos aproximemos a la codependencia, como sea que la definamos, y sea cual fuere el marco de referencia que elijamos para diagnosticarla y para tratarla, la codependencia es primordialmente un proceso de reacción. Los codependientes son reaccionarios.
Reaccionan en exceso. Reaccionan demasiado poco. Pero rara vez actúan. Reaccionan a los problemas, las vidas, los dolores y las conductas de otros. Reaccionan a sus propios problemas, dolores y conductas. Muchas reacciones codependientes son reacciones al estrés. No es necesariamente anormal, pero resulta heroico y un auténtico salvavidas aprender a no reaccionar y a actuar de maneras más sanas. Sin embargo, la mayoría de nosotros necesitamos que se nos enseñe a hacerlo.

Mi Reflexión: La codependencia asumida como una enfermedad psico afectiva está mayormente sustentada en que el codependiente «reacciona» a todo evento, desde algo complejo hasta mínimo. Difícilmente resuelva algo reaccionando, pero vive en compulsión, pretendiendo resolver situaciones sin lograrlo. En eso merma su psiquis y su parte física se compromete. (Alpha).

¿Eres un reaccionario permanente? ¿Cómo estás manejando tu problema de codependencia? Comparte aquí tus vivencias.

Meditacion 3 de Diciembre… Tal vez no se supone que se sienta bien

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la necesidad de mantenernos pacientes ante las dificultades de la vida, aun cuando refiere que de no poder adaptarnos hay que pedir ayuda al poder superior para buscar nuevos caminos que nos hagan sentir bien.

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Medita sobre esto:

Todas las noches durante meses, Laurie volvía a casa del trabajo, encendía su computadora y escribía y reescribía lo mismo: odio mi trabajo. Odio mi trabajo. Lo odio, lo odio, lo odio.
Durante seis semanas seguidas, Jonathan se quejaba a diario con sus amigos sobre su compañero de habitación: no lo soporto. Él me está volviendo loco. No me gusta.
Durante años, justo antes de quedarse dormida por la noche, Mindy calculó el número de años que pensó que sería hasta que su esposo muriera y ella estuviera libre de sus votos matrimoniales: solo quince años más, luego él se irá y puedo tener un vida.

Ninguna de estas tres personas estaba pasando por lo que llamamos una relación de «amor-odio» con su cónyuge, compañero de cuarto o trabajo. Los tres estaban involucrados en relaciones de odio y odio. Todos tenían una cosa en común: se sentían culpables de cómo se sentían. Laurie siguió tratando de hacerse como su trabajo; Jonathan se dio la vuelta tratando de llevarse bien con su compañero de habitación; Mindy continuó tratando de ser una mejor esposa.
Sea paciente consigo mismo si tiene momentos y momentos en los que no le gusta a alguien o algo, ya sea su trabajo, su compañero de cuarto, su hogar o su cónyuge. Pero si constantemente y descaradamente no le gusta a alguien o en algún lugar, tal vez es hora de seguir adelante.
Esté atento a los patrones en sus respuestas emocionales a su vida. Si constantemente respondes a algo o a alguien de una manera particular, considera la posibilidad de que esa persona, lugar o cosa haya dejado de ser útil en tu vida.

«Dios, concédeme la sabiduría para discernir cuándo mis sentimientos me instan a seguir adelante. Ayúdame a dejar ir mi culpa sobre cómo me siento y encontrar un camino con corazón.»

MI Reflexión: Son muchas las ocasiones en las cuales no sentimos estar en el camino y lugar correctos. Es momento de analizar si aquello que hacemos nos agrada, o es propicio dejarlo y probar en otro lugar. Lo más importante es sentir que hemos hecho un esfuerzo para adaptarnos, nos hemos llenado de paciencia para estar allí, pero si esto no nos llena hay que movernos y buscar nuevos horizontes. Pidámosle al poder superior su guía divina. (Alpha).

¿Pasas por dificultades para relacionarte bien en tu entorno? ¿Cómo lo enfrentas? Comparte acá.

Reflexión del Dia: 26 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que el codependiente reta la voluntad divina manteniendo una necesidad obsesiva de controlar a las personas y los eventos.

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Reflexiona sobre esto:

Cuando intentamos controlar a la gente y a las cosas que no tenemos por qué controlar, somos controlados por ellos. Abdicarnos a nuestro poder para pensar, sentir y actuar de acuerdo con lo que más nos conviene. A menudo perdemos el control sobre nosotros mismos. Con frecuencia, somos controlados no sólo por la gente, también por enfermedades tales como el alcoholismo, o las tendencias compulsivas en el comer y en los juegos de apuesta. El alcoholismo y otros trastornos destructivos son fuerzas poderosas. Nunca se debe olvidar que los alcohólicos y otras personas con problemas son expertos controladores. Encontramos la horma de nuestro zapato cuando tratamos de controlarlos a ellos o a su enfermedad. Perdemos la batalla. Perdemos la guerra. Nos perdemos a nosotros mismos, a nuestras vidas Como dice una frase de Al-Anón: Tú no lo provocaste; no lo puedes controlar; y no lo puedes curar. ¡Así que deja de tratar de hacerlo! Nos frustramos al máximo cuando tratarnos de hacer lo imposible. Y generalmente impedirnos que suceda lo posible Creo que asirse fuertemente a una persona o cosa, o forzar mi voluntad sobre cualquier situación elimina la posibilidad de que mi poder superior haga algo constructivo acerca de la situación, la persona o yo. Mi afán de controlar bloquea el poder de Dios. Bloquea la capacidad de otras personas para crecer y madurar. Impide que los sucesos ocurran de una manera natural. Me impide a mí disfrutar de la gente o de los eventos.

Mi Reflexión: En los codependientes la necesidad de controlar los eventos y las personas le sobrepasan y pierde la percepción de la realidad. En ocasiones pretende actuar como Dios. No puede parar esa necesidad y ello le dificulta disfrutar de la alegría, la serenidad y la felicidad. Solo, a través de la recuperación, desarrollando la confianza en su Poder Superior, será posible alcanzar un control de si mismo y de sus actos (Alpha).

¿Tienes necesidad de control sobre los eventos y las personas? ¿Compites con Dios en cuanto a actuar por ti mismo?. Comparte tu experiencia aquí.

Reflexión del Dia: 25 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea a su criterio el significado de la codependencia como un trastorno.

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Reflexiona sobre esto:

“Es natural que tratemos de proteger y de ayudar a las personas que nos importan. También es natural que nos afecten los problemas de la gente que nos rodea y que reaccionemos a ellos. A medida que un problema se vuelve más serio y permanece sin resolverse, más nos afecta y más reaccionamos hacia él.”

La palabra reaccionar es importante aquí. Sea como sea que nos aproximemos a la codependencia, como sea que la definamos, y sea cual fuere el marco de referencia que elijamos para diagnosticarla y para tratarla, la codependencia es primordialmente un proceso de reacción. Los codependientes son reaccionarios.
Reaccionan en exceso. Reaccionan demasiado poco. Pero rara vez actúan. Reaccionan a los problemas, las vidas, los dolores y las conductas de otros. Reaccionan a sus propios problemas, dolores y conductas.
Muchas reacciones codependientes son reacciones al estrés. No es necesariamente anormal, pero resulta heroico y un auténtico salvavidas aprender a no reaccionar y a actuar de maneras más sanas. Sin embargo, la mayoría de nosotros necesitamos que se nos enseñe a hacerlo.
Quizá alguna de las razones por las cuales los profesionales consideran enfermedad a la codependencia es porque muchos codependientes están reaccionando a una enfermedad tal como el alcoholismo.
Otra razón por la cual se le llama enfermedad a la codependencia es porque es progresiva. A medida que la gente a nuestro alrededor se enferma más, podemos empezar a reaccionar en forma más intensa aún. Lo que empezó como una pequeña preocupación puede disparar el aislamiento, la depresión, una enfermedad física o emocional, o fantasías suicidas. Una cosa lleva a la otra, y las cosas se empeoran. La codependencia puede no ser una enfermedad, pero puede enfermarte. Y también puede contribuir a que la gente a tu alrededor permanezca enferma.
Otra razón más por la que se le llama enfermedad a la codependencia es porque las conductas codependientes –como muchas conductas autodestructivas se vuelven habituales. Repetimos los hábitos sin pensarlo. Los hábitos cobran vida propia.

Mi Reflexión: La codependencia está catalogada como un trastorno psicoafectivo porque: a) es progresiva, deteriora nuestra parte emocional y llega hasta enfermarnos físicamente, b) es obsesivo-compulsivo el comportamiento de quienes la padecen, c) compromete las relaciones humanas, y d) aísla a las personas de la realidad. (Alpha).

¿Puedes catalogarte como codependiente? ¿Qué sientes al respecto? Si es así, ¿Te propones actuar en tu recuperación? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 22 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que el codependiente puede y debe manejar el proceso del duelo sin quedarse estacionado en la negación del hecho. Es saludable buscar y utilizar las herramientas que le permitan lograr la aceptación.

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Reflexiona sobre esto:

“Sólo recientemente hemos empezado a darnos cuenta de que negar la pena es negar una función humana natural y que tal negación a veces produce espantosas consecuencias”.

La pena, como cualquier emoción auténtica, va acompañada por ciertos cambios físicos y por la liberación de una forma de energía psíquica. Si esa energía no se gasta en el proceso normal de apesadumbramiento, se vuelve destructiva dentro de la persona. Incluso la enfermedad física puede ser el castigo por una pena no resuelta… Cualquier evento, cualquier percepción que contenga un sentido de pérdida para ti puede, y debe, hacernos vivir un duelo. Esto no significa una vida de tristeza incesante. Significa estar dispuestos a admitir un sentimiento honesto en vez de siempre tener que reír para huir del dolor. No sólo es permisible admitir la tristeza que acompaña a cada pérdida, es la opción sana.

Mi Reflexión: La persona en duelo tiende a maximizar el tiempo en negar este evento de pérdida. Lo recomendable es vivir cada etapa de forma individual. No significa ello que pase toda una vida en negación. Permitirse vivir cada pérdida es razonable, salir de esta fase para caminar hacia la aceptación es lo más sano. (Alpha).

¿Cuando tienes pérdidas importantes logras atravesar cada etapa? ¿Cuáles herramientas usas? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 17 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que la codependencia es un trastorno que puede llevar al codependiente al límite de insanidad. Estar obsesionado trastoca su psiquis y le incapacita para «deslastrarse» de este problema. Pierde el control sobre su vida danzando en un círculo vicioso de obsesión-compulsión imparable.

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Reflexiona sobre esto:

La obsesión no es un signo de amor o cuidado, sino un síntoma de una profunda inseguridad emocional y una necesidad de controlar variables externas para sentirse seguros interiormente.

La compulsión se traduce en pensamientos y comportamientos repetitivos que consumen la mente del codependiente, a menudo hasta el punto de descuidar sus propias necesidades y bienestar. Puede manifestarse en múltiples formas, como la necesidad de saber dónde está la otra persona en todo momento, qué está haciendo o sintiendo, o incluso intentar controlar sus acciones y decisiones para aliviar la ansiedad propia. Esta conducta es contraproducente; no solo desgasta emocionalmente al codependiente, sino que también puede resultar en una dinámica tóxica que aleja a la otra persona.

Melody Beattie argumenta que el primer paso para liberarse de la obsesión compulsiva es reconocerla y aceptarla como una señal de que algo no va bien. Luego, la tarea es redirigir ese enfoque hacia uno mismo. ¿Por qué existe esta obsesión? ¿Qué necesidades emocionales no están siendo satisfechas? ¿Cómo se puede obtener una sensación de seguridad y bienestar sin depender de otra persona?

Una vez que se hace este trabajo de autoconciencia, el siguiente paso es desarrollar herramientas y estrategias para manejar el comportamiento compulsivo, lo que a menudo implica el establecimiento de límites saludables y la práctica de técnicas de manejo del estrés como la meditación, el ejercicio o la terapia.

Mi Reflexión: La obsesión compulsiva en el contexto de la dependencia afectiva es una señal de alarma que no debe ignorarse. Según Beattie, la clave para superarla radica en cambiar el enfoque de controlar a otros a cuidar de uno mismo, estableciendo un sentido de autonomía y autoestima que no dependa de factores externos. (Alpha).

Trata de responder estas preguntas: ¿Estás obsesionado por alguien o alguna cosa en especial? ¿Cuál es tu conducta cuando estás obsesionado? Comparte tu vivencia con nosotros.