Debido a que usted nunca pudo convertir a su(s) progenitor(es) en los seres atentos y cariñosos que usted ansiaba, reacciona profundamente ante la clase de hombres inaccesibles a quien puede volver a intentar cambiar, por medio de su amor.
Quizá su lucha haya sido con uno solo de sus padres, quizá con ambos. Pero lo que haya estado mal, haya faltado o haya sido doloroso en el pasado es lo que usted esta tratando de corregir en el presente. Ahora comienza a ser evidente que ocurre algo muy nocivo y frustrante.
Sería bueno que trasladáramos toda nuestra compasión, nuestro apoyo y comprensión a relaciones con hombres sanos, hombres con quienes hubiera alguna esperanza de satisfacer nuestras propias necesidades. Pero no nos atraen los hombres sanos que podrían darnos lo que necesitamos. Nos parecen aburridos. Nos atraen los hombres que reproducen la lucha que soportamos con nuestros padres, cuando tratábamos de ser lo suficientemente dignas, útiles, buenas, cariñosas e inteligentes para ganarnos su amor, la atención y la aprobación de aquellos que no podían darnos lo que necesitábamos debido a sus propios problemas y preocupaciones. Ahora funcionamos como si el amor, la atención y la aprobación no tuvieran importancia a menos que tratáramos de obtenerlo de un hombre que también es incapaz de dárnoslo, debido a sus propios problemas y preocupaciones.
(Robin Norwood de su Libro Mujeres que Aman demasiado).