Reflexión del Dia: 18 de Diciembre

8726296-Carefree-adorable-girl-with-arms-out-in-field-summer-freedom-andjoy-concept--Stock-Photo

Por una multitud de razones hemos perdido la fe en nuestra capacidad para pensar y razonar las cosas. Creer en mentiras, mentirnos a nosotros mismos (negación), el caos, el estrés, la baja autoestima y un estómago lleno de emociones reprimidas puede nublar nuestra capacidad para pensar. Nos confundimos. Pero no quiere decir que no podamos pensar.
Reaccionar en exceso puede deteriorar nuestro funcionamiento mental. La capacidad de decisión se ve obstaculizada al preocuparnos de lo que pensarán otras personas; al forzarnos a nosotros mismos a ser perfectos, y al decirnos que nos demos prisa. Creernos equivocadamente que no podemos hacer la elección “incorrecta”, que nunca tendremos otra oportunidad, y que el mundo entero espera esta decisión en particular. No tenemos que autofastidiarnos de esta manera.
Odiarnos, negarnos la posibilidad de tomar decisiones correctas, y luego echarnos encima una retahila de “debería de” cada vez que tratamos de tomar decisiones, tampoco ayuda a nuestro proceso de pensamiento.
No escuchar a nuestras necesidades y deseos, y decirnos que lo que deseamos está mal, nos esconde la información que necesitarnos para hacer buenas elecciones. Buscar una segunda opinión y los “qué tal si” tampoco ayudan. Estamos aprendiendo a amarnos, a confiar y a escucharnos a nosotros mismos.
Quizá hemos usado nuestras mentes en forma inadecuada, preocupándonos y obsesionándonos, y nuestras mentes están cansadas, hemos abusado de ellas y están llenas de pensamientos de ansiedad. También estarnos aprendiendo a detener estos patrones. Tal vez perdimos la fe en nuestra capacidad para pensar porque la gente nos ha dicho que no podemos pensar ni tomar decisiones correctas. Nuestros padres pueden haber provocado esto en forma directa o indirecta cuando éramos niños. Pueden habernos dicho que éramos tontos. O puede ser que hayan tomado todas las decisiones por nosotros. Quizá criticaron todas las elecciones que hicimos. O pueden habernos confundido negándonos o rehusándose a reconocer nuestra capacidad para pensar cuando señalábamos problemas en casa.
Podemos pensar. Nuestras mentes funcionan bien. Podemos desenmarañar las cosas. Podemos tomar decisiones. Podemos decidir qué queremos y qué necesitamos hacer y cuándo es tiempo de hacerlo. Y podemos tomar decisiones que incrementen nuestra autoestima.
¡Hasta tenemos derecho a tener nuestras opiniones! Y sí tenemos algunas. Podemos pensar apropiada y racionalmente. Incluso tenemos el poder para evaluarnos a nosotros mismos y a nuestros pensamientos, de modo que podamos corregir nuestra manera de pensar cuando se vuelve desastrosa o irracional.
Podemos evaluar nuestra conducta. Podemos tomar decisiones acerca de lo que queremos y necesitamos. Podemos averiguar en qué consisten nuestros problemas y qué podemos hacer para solucionarlos. Podemos tomar decisiones pequeñas y grandes. Podemos sentirnos frustrados cuando tratamos de tomar decisiones o de resolver problemas, pero eso es normal. A veces necesitamos llegar a frustrarnos para cambiar radicalmente de modo de pensar. Es parte del proceso.

Recuerden: no tienen por qué ser perfectas las decisiones tomadas. No tenemos que ser perfectos. Ni siquiera tenemos que ser casi perfectos. Podemos ser simplemente quienes somos. Podemos equivocarnos en nuestras elecciones. No somos tan frágiles que no podamos manejar el hecho de haber cometido un error. ¡No es para tanto! Es parte del vivir. Podemos aprender de nuestros errores, o sencillamente podemos tomar otra decisión.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
cropped-despertar-espiritual-1.jpg

También te podría gustar...

Deja un comentario