Aceptación no significa adaptación. No significa resignación ante el lamentable y mísero estado en que están las cosas. No significa aceptar o tolerar ningún tipo de abuso.
Significa, en el momento presente, que reconocemos y aceptamos nuestras circunstancias, incluyéndonos a nosotros mismos y a las personas en nuestras vidas, tal y como somos nosotros y ellas. Sólo desde tal estado poseemos la paz y la capacidad para evaluar esas circunstancias, hacer los cambios adecuados y resolver nuestros problemas. Una persona de quien se abusa no tomará las decisiones necesarias para detener ese abuso hasta que él o ella lo reconozcan. La persona debe entonces dejar de pretender que el abuso de alguna manera terminará mágicamente, dejar de pretender que no existe, o dejar de poner pretextos de por qué existe.
En un estado de aceptación somos capaces de responder con responsabilidad hacia nuestro entorno. En este estado recibimos el poder para cambiar las cosas que podemos cambiar. Los alcohólicos no pueden dejar de beber hasta que aceptan su impotencia ante el alcohol y ante su alcoholismo. Las personas con trastornos en su manera de comer no pueden solucionar sus problemas con la comida hasta que aceptan su impotencia ante la comida. Los codependientes no podemos cambiar hasta que aceptamos nuestras características codependientes, nuestra impotencia ante la gente, ante el alcoholismo y ante otras circunstancias que tan desesperadamente hemos tratado de controlar. La aceptación es la más grande paradoja: no podemos cambiar hasta que aceptemos la manera de ser que tenemos.
(Melody Beattie de su Libro Ya No seas Codependiente).
Día: 10 de junio de 2019
Meditación 10 de Junio… La importancia del dinero
No podemos darnos el lujo de permitir que nuestro enfoque en la vida sea el dinero.Eso no nos llevará a la abundancia que estamos buscando. Generalmente, ni siquiera llevará a la estabilidad financiera.
El dinero es importante. Merecemos que nos paguen lo que valemos. Se nos pagará lo que valemos cuando creemos que merecemos serlo. Pero a menudo nuestros planes fracasan cuando nuestra consideración principal es el dinero.
¿Qué es lo que realmente queremos hacer? ¿Qué nos sentimos impulsados a hacer? ¿Qué nos dicen nuestros instintos? ¿Qué nos sentimos guiados a hacer? ¿Qué estamos emocionados de hacer? Busque la forma de hacerlo, sin preocuparse por el dinero.
Considera los aspectos financieros. Establece límites sobre lo que necesitas recibir. Sé razonable. Espera comenzar desde abajo y trabajar. Pero si te sientes dirigido hacia un trabajo, ve por ello.
¿Hay algo que realmente no queremos hacer, algo que va en contra de nuestros valores, pero estamos tratando de forzarnos a nosotros mismos «por el dinero»? Por lo general, ese es un comportamiento que fracasa. No funciona. Nos hacemos miserables, y el dinero generalmente también sale mal.
Aprendí que cuando soy sincero conmigo mismo sobre el trabajo y lo que tengo que hacer, el dinero surgirá. A veces no es tanto como yo quiero; a veces estoy gratamente sorprendido, y es más. Pero estoy contento, y tengo suficiente.
El dinero es una consideración, pero no puede ser nuestra consideración principal si buscamos seguridad espiritual y paz mental.
«Hoy, voy a considerar el dinero, pero no permitiré que se convierta en mi principal consideración. Dios, ayúdame a ser sincero conmigo mismo y confía en que el dinero surgirá».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).