Siento que el desapego puede volverse una respuesta habitual, de la misma manera que obsesionarse, preocuparse y ser controladores se han vuelto respuestas habituales en la práctica. Podremos no hacerlo perfectamente. Sin embargo, y al ritmo que sea, podemos practicar el desapego en nuestras vidas, y creo que eso es bueno para nosotros. Espero que puedan ser capaces de desapegarse con amor de la persona o de las personas de quienes se están desapegando. Creo que es mejor hacerlo todo con una actitud de amor. Sin embargo, por una multitud de razones, no siempre podemos hacerlo así. Si no puedes desapegarte con amor, en mi opinión es preferible desapegarse con enojo que permanecer apegados. Si nos desapegamos, estamos en una mejor posición para trabajar sobre (o a través) de nuestras resentidas emociones. Si estamos apegados, probablemente no hagamos nada más que estar siempre irritados.
¿Cuándo debemos desapegarnos? Cuando no podamos dejar de pensar, de hablar acerca de o de preocuparnos por alguien o por algo; cuando nuestras emociones estén en constante ebullición; cuando sintamos que tenemos que hacer algo acerca de alguien porque ya no podemos soportar la situación ni un minuto más; cuando estamos colgando de un hilo y sentimos que tal hebra está a punto de romperse; y cuando creemos que ya no podemos seguir viviendo con el problema con el que hemos estado tratando de vivir. ¡Es tiempo de desapegarnos! Aprenderán a reconocer cuándo es aconsejable desapegarse. Una buena regla a seguir es esta: cuando más necesitas desapegarte es cuando esto parece ser lo más lejano o lo menos posible de hacer.
(Melody Beattie de su Libro Ya No seas Codependiente).
Día: 14 de junio de 2019
Meditacion 14 de Junio… Se quien eres
En recuperación, estamos aprendiendo un nuevo comportamiento. Se llama Sé quién eres. Para algunos de nosotros, esto puede ser aterrador. ¿Qué pasaría si sentimos lo que sentimos, dijimos lo que queríamos, nos volvimos firmes sobre nuestras creencias y valoramos lo que necesitábamos? ¿Qué pasaría si dejamos ir nuestro camuflaje de adaptación? ¿Qué pasaría si tuviéramos nuestro poder para ser nosotros mismos?
¿La gente todavía nos quiere? ¿Se irían? ¿Se enojarían?
Llega un momento en que estamos dispuestos y listos para correr ese riesgo. Para seguir creciendo y vivir con nosotros mismos, nos damos cuenta de que debemos liberarnos. Llegó el momento de dejar de permitirnos ser controlados por los demás y sus expectativas y ser fieles a nosotros mismos, independientemente de la reacción de los demás.
En poco tiempo, comenzamos a entender. Algunas personas pueden irse, pero la relación habría terminado de todos modos. Algunas personas se quedan y aman y nos respetan más por arriesgarse a ser quienes somos. Comenzamos a lograr la intimidad y las relaciones que funcionan.
Descubrimos que quienes somos siempre ha sido lo suficientemente bueno. Es lo que se pretendía que fuéramos.
«Hoy, seré dueño de mi poder para ser yo mismo».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).