Meditación 24 de Septiembre… Vamos a hacer un trato

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que duelo se asume de forma individual y el codependiente, para sumir la dura realidad, utiliza el regateo o «hacer un trato» con Dios para aceptar las perdidas.

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Medita sobre esto:

La relación simplemente no estaba funcionando, y lo deseaba tanto. Seguía pensando que si me hacía parecer más bonita, si solo intentaba ser una persona más amable y cariñosa, entonces él me amaría. Me di la vuelta para ser algo mejor, cuando todo el tiempo, quién era estaba bien. Sin embargo, no pude ver lo que estaba haciendo hasta que avancé y acepté la realidad. (Anónimo).
Una de las etapas más frustrantes de aceptación es la etapa de negociación. En la negación, hay dicha, enfado, hay una cierta sensación de poder. Al negociar, vacilamos entre creer que hay algo que podemos hacer para cambiar las cosas y darnos cuenta de que no existe.
Podemos hacernos ilusiones una y otra vez, solo para hacerlos trizas.
Muchos de nosotros nos volteamos para intentar negociar con la realidad. Algunos de nosotros hemos hecho cosas que parecen absurdas, en retrospectiva, una vez que hemos logrado la aceptación.
«Si trato de ser una mejor persona, entonces esto no sucederá. . . . Si me veo más bonita, mantengo una casa más limpia, bajo de peso, sonrío más. Déjate llevar, agárrate más fuerte, cierra los ojos y cuente hasta diez, grita, entonces no tendré que enfrentar esta pérdida, este cambio».
Hay historias de miembros de Al-Anón sobre intentos de negociar con el alcoholismo: «Si mantengo la casa más limpia, él no beberá… Si la hago feliz comprándole un vestido nuevo, ella no beberá… Si le compro un auto nuevo a mi hijo, dejará de consumir drogas».
Los niños adultos también han negociado con sus pérdidas: «Tal vez si soy el niño perfecto, entonces mamá o papá me amarán y aprobarán, dejarán de beber y estarán allí para mí de la manera en que yo quiero que lo hagan». Lo hacemos a lo grande, cosas pequeñas, intermedias, a veces locas, para alejar, detener o detener el dolor relacionado con la aceptación de la realidad.
No hay sustituto para aceptar la realidad. Ese es nuestro objetivo, pero en el camino podemos tratar de llegar a un acuerdo. Reconocer nuestros intentos de negociar por lo que son, parte del proceso de aflicción, ayuda a que nuestras vidas sean más manejables.

«Hoy, daré a mí mismo y a los demás la libertad de sufrir las pérdidas por completo. Voy a ser responsable pero me daré permiso para ser humano».

Mi Reflexión: Transitar el proceso de duelo es difícil para cualquier persona, para el codependiente puede ocasionar un desequilibrio importante que debe asumir. En el paso por las etapas del duelo el regateo es una fase que puede utilizarse y es efectiva, aun a sabiendas que usemoslos mecanismo que usemos, debemos aceptar la realidad y asumir la perdida completamente. (Alpha).

¿Has usado el regateo como mecanismo para aceptar la perdida durante el duelo? Comenta tus vivencias aquí.

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