Reflexión del Dia: 5 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente»caracteriza al codependiente como «reaccionarios», con sentimientos de ira, odio y amargura hacia nosotros mismos. El codependiente sufre por cualquier causa, se conduce en el drama y se hace víctima de cualquier situación. Actúa de manera colérica ante el entorno, generando pugnas y dificultades para el grupo donde se moviliza. Nuestros sentimientos se descarrilan con extrema facilidad.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

La mayoría de los codependientes son reaccionarios. Reaccionamos con ira, culpa, vergüenza, odio a nosotros mismos, preocupación, sentimientos heridos, gestos controladores, acciones solícitas, depresión, desesperación y furia. Reaccionamos con miedo y ansiedad. Algunos de nosotros reaccionamos tanto que nos resulta doloroso estar cerca de la gente, y torturante encontrarnos dentro de un grupo grande de personas. Es normal reaccionar y responder a nuestro medio ambiente. Reaccionar es parte de la vida. Es parte de interactuar, es parte de ser humano y de estar vivo. Pero nos permitimos irritamos tanto y distraernos tanto.
Pequeñeces, cosas mayores —lo que sea— tienen el poder de descarrilarnos. Y nuestra respuesta después de que reaccionamos a menudo no es la que más nos conviene.
Podemos haber empezado a reaccionar y a responder urgente y compulsivamente con patrones que nos lastiman. El solo hecho de sentir urgencia y compulsión es suficiente para herirnos. Nos mantenemos en un estado de crisis, fluyendo la adrenalina y tensos los músculos, listos para reaccionar ante emergencias que generalmente no son tales. Alguien hace algo, de modo que nosotros debemos hacer algo a la vez. Alguien se siente de determinada manera de modo que nosotros debemos sentirnos de otra determinada manera.
BRINCAMOS DENTRO DEL PRIMER SENTIMIENTO QUE NOS ATRAVIESA Y LUEGO NOS EMPANTANAMOS EN ÉL. Pensamos en el primer pensamiento que cruza por nuestra cabeza y luego elucubramos sobre él. Decimos lo primero que nos viene a la lengua y a veces nos arrepentimos. Hacemos lo primero que nos viene a la mente, generalmente sin pensarlo. Ese es el problema: reaccionamos sin pensar, sin haber pensado honestamente lo que necesitamos hacer y cómo queremos manejar la situación. Nuestras emociones y conductas controladas —disparadas— por cualquier persona o cosa en nuestro entorno. Indirectamente estamos permitiendo que los demás nos digan qué hacer. Eso significa que hemos perdido el control. Estamos siendo controlados.
Cuando reaccionamos abdicamos a nuestro poder personal, dado por Dios, para pensar, sentir y actuar de acuerdo con nuestro mejor interés

Reflexión: «La conducta reaccionaria del codependiente a menudo nace de un intento desesperado de controlar el entorno emocional, pero este enfoque tiene un efecto contraproducente. Al reaccionar impulsivamente ante los comportamientos y emociones de los demás, se perpetúa un ciclo de tensión y desequilibrio, tanto para uno mismo como para la relación. Este comportamiento no solo agota tu energía emocional, sino que también eclipsa tu capacidad para responder de manera más saludable y consciente. En el fondo, ser reactivo en lugar de proactivo mina la posibilidad de construir relaciones genuinas basadas en el respeto mutuo y el amor verdadero. Ser consciente de esta tendencia reaccionaria es el primer paso para romper el ciclo, permitiéndote actuar desde un lugar de autoconciencia y equilibrio emocional. (Alpha).

¿Te sientes identificado con esta reflexión? ¿Has vivido situaciones de reacciones sin sentido alguno? ¿Has buscado ayuda profesional? ¿Cuales han sido tus herramientas y te han sido de utilidad? Comenta aquí.

Meditación 5 de Septiembre… Dios está consciente de ti

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reitera la imperiosa necesidad de asumir que el sendero de curación de la codependencia pasa por Confiar en un Poder Superior a nosotros y que este va a ayudarnos a transitar este camino difícil hasta alcanzar la sanación.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.
Medita sobre esto:

Querido Dios, ¿Eres realmente invisible o es solo un truco? (Cartas de los niños a Dios).

A veces no podemos ver más de unos pocos pies frente a nosotros a lo largo del camino. El camino todavía está allí. Todo lo que tenemos que hacer es seguir caminando hasta que salgamos de la oscuridad hacia la Luz. Solo da un pequeño paso a la vez.
Entrégate a las circunstancias en tu vida. Siente tus sentimientos. Sé consciente de tu dolor y tu sufrimiento, si eso es lo que estás pasando. Pero recuerda que incluso cuando no puedes ver a Dios, Dios puede verte.
¡Y a Dios le importa!

«Dios, ayúdame a sentir tu presencia activa y amor en mi vida hoy».

Reflexión: «En el contexto de la codependencia, la afirmación ‘Dios está consciente de ti’ puede servir como un poderoso recordatorio de que no estás solo en tu lucha por encontrar equilibrio y sanación. A menudo, la codependencia nos hace sentir atrapados en una red de necesidades emocionales que parece inescapable. Sin embargo, esta expresión sugiere que hay una fuerza superior que es consciente de tu situación, tus desafíos y tu valor intrínseco. No tienes que llevar la carga tú solo; puedes encontrar consuelo y dirección al confiar en algo más grande que tú. En ese acto de fe, puedes encontrar la fuerza para comenzar a priorizarte a ti mismo y a sanar desde un lugar de amor propio y dignidad. Este concepto puede ser especialmente reconfortante si te encuentras en un ciclo de querer controlar todo, recordándote que hay aspectos de la vida y de la sanación que están fuera de tu control, pero no fuera del cuidado de un Ser Superior. (Alpha).

¿Has sentido durante las dificultades, la presencia activa de Dios? ¿Te ha dado esa presencia, paz y serenidad? Cuéntanos esa experiencia..