Reflexión del Dia: 26 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente»refiere que los codependientes solemos ser rescatadores cayendo en la llamada «trampa del salvador». Salir del triángulo de Karpman es urgente para quienes desean sanar.

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Reflexiona sobre esto:

El codependiente a menudo se encuentra atrapado en el rol patológico del «salvador», donde busca constantemente rescatar a los demás de sus problemas y dificultades. A primera vista, esto puede parecer un acto de amor y compasión, pero en realidad, es una trampa emocional que puede llevar al agotamiento y la disminución de la propia identidad.

El rescatador codependiente a menudo se sumerge en las vidas de los demás, priorizando sus necesidades y deseos sobre los suyos propios. En este proceso, pierde de vista su propio bienestar y felicidad, sacrificándolos en nombre de ayudar a los demás.

La reflexión profunda radica en comprender que el papel de salvador, aunque puede parecer noble, es insostenible a largo plazo. El rescatador codependiente necesita reconocer que no puede controlar ni solucionar la vida de los demás. Cada individuo es responsable de sus propias elecciones y aprendizajes.

Al liberarse de la trampa del salvador, el codependiente puede redescubrir su propia valía y permitirse establecer límites saludables. Aprende que no necesita salvar a los demás para ser amado o sentirse valioso. Más bien, encuentra el poder de apoyar a los demás desde un lugar de equilibrio y amor propio, lo que le permite construir relaciones más saludables y auténticas.

En última instancia, la reflexión sobre el rol patológico del codependiente como rescatador nos lleva a comprender que, para ayudar a los demás de manera efectiva, primero debemos cuidarnos a nosotros mismos. El autocuidado y el establecimiento de límites son actos de amor propio que nos permiten ser recursos más efectivos para los demás y vivir vidas más plenas y auténticas. (Alpha).

Te invito a reflexionar y tratar de responder estas interrogantes: ¿En cuántas ocasiones te has movido en ese triángulo del drama? ¿Has hecho consciente que es patológico caer en «la trampa del salvador»? Comenta aquí tus experiencias.

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