Frase del Dia: 27 de Junio

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El Apego es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa cosa o persona, no es posible ser feliz.

(Thais Alonso).

Frase del Dia: 9 de Junio

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El apego corrompe, eso te lo dirá cualquier psicólogo que haya estudiado este campo. Para mí, es el principal motivo de sufrimiento en la historia de la humanidad. Si el apego corrompe, pierdes tu dignidad, tu respeto, tus valores más esenciales. También pierdes libertad, y no puedes decidir cómo te vas a mover. Pierdes tranquilidad porque una de las características del apego es el miedo a perder aquello que deseas. Finalmente, pierdes también la alegría. Tu mente está tan metida en invertir recursos que pierde la posibilidad de disfrutar la vida con muchas otras cosas, te absorbe.

(Walter Riso).

Frase del Dia: 6 de Junio

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El Apego es una vinculación mental y emocional (generalmente obsesiva) a objetos, personas, actividades, ideas o sentimientos, originada en la creencia irracional de que ese vínculo proveerá, de manera única y permanente, placer, seguridad o autorrealización. Léase bien: «permanente» (indestructible, eterno, inmodificable, arraigado). En consecuencia, la persona apegada estará convencida de que sin esa relación estrecha (adherente o dependiente) le será imposible ser feliz, alcanzar sus metas vitales o tener una vida normal y satisfactoria.
El pensamiento básico que agobia a los dependientes es el siguiente: «Sin mi fuente de apego no soy nada o muy poco» o «Sin mi fuente de apego no podré sobrevivir ni realizarme como persona». ¡Es imposible vivir con semejante lastre!

(Walter Riso).

Frase del Dia: 5 de Junio

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Lo que define el Apego no es tanto el deseo sino la incapacidad de renunciar a él en el momento oportuno, y podríamos decir que tal renuncia debe llevarse a cabo si el vínculo resulta dañino para la salud mental y/o el bienestar personal, del mundo y de la gente que nos rodea.

(Walter Riso).

Reflexión del Dia: ¿Soy Adicto a una persona?

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Es extremadamente corriente que una de las personas de una relación sentimental se haga adictiva a la otra persona. Stanton Peele, en su Libro «Love and Addiction», reconoció la naturaleza adictiva de algunas relaciones amorosas.
Repasando algunos estudios de adicción a las drogas, llegó a una conclusión común: que el elemento adictivo no está tanto en la sustancia (como el alcohol, el tabaco o un narcótico) sino en la persona que sufre la adicción. En las relaciones amorosas, este elemento adictivo toma la forma de una necesidad compulsiva de conectar y de mantenerse en conexión con una persona en especial. Pero, ¿acaso se trata siempre de una necesidad adictiva? ¿Por qué lo llamamos adicción? ¿Por qué no lo llamamos amor, preferencia o sentido del compromiso?
A menudo, hay mucho amor y compromiso en una relación adictiva. Pero, para amar y comprometerse de verdad, uno debe escoger libremente a la otra persona y uno de los síntomas de una adicción es que es un instinto compulsivo que, por definición, supone que esta libertad se ve limitada. El adicto al alcohol o a las drogas se ve conducido hacia la sustancia adictiva, aunque sepa que es mala para él. Y, cuando hay un fuerte elemento adictivo en una relación, el sentimiento es de «Tengo que conseguir a esta persona, tengo que mantenerme unida a ella, aunque la relación sea mala para mí».
¿Cuales son los indicios de que estamos adictos a esa persona?
El primer indicio es su calidad compulsiva.
El segundo es el pánico que uno siente ante la posible ausencia de la sustancia. Las personas que están en una relación adictiva pueden experimentar un pánico desbordante con el solo pensamiento de que se rompa la relación.
El tercer indicio es el síndrome de abstinencia. Una persona que acaba de terminar una relación adictiva puede sufrir: dolor físico (el pecho, el estómago y el abdomen son especialmente reactivos), llantos, desarreglos en el sueño (hay personas que no pueden dormir y otros que duermen demasiado), irritabilidad, depresión y el sentimiento de que no hay ningún sitio adonde ir y que no hay ninguna forma de terminar con la sensación desagradable excepto volviendo a la antigua sustancia (persona). El deseo puede hacerse tan intenso que, a menudo, derrota las mejores intenciones del sufridor y le conduce de nuevo al origen de su adicción.
El cuarto indicio de una adicción es que, después de un período de luto, normalmente hay un sentimiento de liberación, triunfo y logro. Esto se diferencia del lento y triste proceso de aceptación y curación que sigue a una pérdida no adictiva.
Debajo de estas reacciones, la similitud esencial entre los adictos, ya sea su adicción a una sustancia o a una persona, es un sentimiento de estar incompleto, de vacío, desesperación, tristeza y de sentirse perdido, que la persona cree que sólo puede remediar a través de su conexión con algo o alguien fuera de sí mismo. Dicho algo o alguien se convierte en el centro de su existencia y la persona esta dispuesta a hacerse mucho daño para mantener
su conexión con ella intacta.
¿Sufre usted de esta Adicción?
Si se siente profundamente infeliz en una relación amorosa y, sin embargo, permanece en ella, ¿cómo puede saber si su decisión de quedarse está basada en la preferencia y el compromiso o si sufre de adicción? Existen diversos síntomas que puede buscar en su interior para saber si sufre o no de adicción:

1. Aunque su propia opinión objetiva (y quizás la opinión de los otros) le dice que la relación es negativa para usted y no espera ninguna mejora, no toma ninguna medida efectiva para romper con ésta.
2. Se busca motivos sin pies ni cabeza para quedarse en ella y que no son lo suficientemente sólidos como para equilibrar los aspectos negativos de la relación.
3. Cuando piensa en acabar la relación, siente verdadero pavor y se engancha todavía más a ella.
4. Cuando toma medidas para acabarla, sufre un agudo síndrome de abstinencia, que incluye desarreglos físicos que sólo se alivian recuperando el contacto.
5. Cuando la relación se ha terminado de verdad (o fantasea con que realmente ha terminado), siente la pérdida, la soledad y el vacío de una persona eternamente exiliada -a menudo seguidos o acompañados por un sentimiento de liberación.

Si encuentra la mayoría de estos indicios, puede estar seguro de que está en una relación en la que los elementos adictivos se han convertido en tan importantes y tan dominantes que destruyen la capacidad de dirigir su propia vida. Y, de la misma manera que un alcohólico debe empezar su camino hacia la sobriedad admitiendo «Soy un alcohólico», usted debe empezar con el reconocimiento de que está apegado de verdad. Este es un paso esencial para comprender la base de su adicción, para ver cómo funciona y para ser lo suficientemente libre como para decidir si desea trabajar para mejorar la relación, aceptarla tal como es o, si no puede ni mejorarla ni aceptarla, romperla.
(Tomado del Libro CÓMO ROMPER CON SU ADICCIÓN A UNA PERSONA de Howard Halpern).

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Oración por la Serenidad

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¿Cuáles son las palabras?

Dios, dame la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar;
Valor para cambiar las cosas que puedo; y sabiduría para conocer la diferencia.
Viviendo un día a la vez;
Disfrutando un momento a la vez;
Aceptando dificultades como el camino a la paz;
Aceptando, como hizo Él, este mundo pecador tal como es, no como yo lo tendría;
Confiando que Él hará bien todas las cosas si yo me rindo a Su Voluntad;
Que yo sea razonablemente feliz en esta vida y sumamente feliz con Él para siempre en la próxima.
Amen

¿Qué significa?
Esta hermosa Oración fue escrita por un hombre llamado Reinhold Niebuhr en 1943. Las palabras tienen un significado especial para aquellos que están “buscando paz” en tiempos de agitación, desesperación o incertidumbre en sus vidas. Esta oración ha sido asociada con los Programas de Doce Pasos, ofreciendo fortaleza y calma mientras se persigue una vida más estable.
Primero, al decir estas palabras, estamos reconociendo la existencia de Dios y que Él es verdaderamente el único que puede traernos paz interior a pesar de las circunstancias caóticas. Su presencia maravillosa en nuestras vidas nos trae la serenidad que no podemos encontrar en ningún otro lugar. Hay un verso en la Biblia que dice que la paz de Dios sobrepasa todo entendimiento humano: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7). Hasta que permitamos que la “paz de Dios” entre a nuestra mente, nuestro corazón, y nuestra alma, nunca experimentaremos aquella paz suprema que desafía las circunstancias más severas de la vida.
Está Oración continúa hablando de aceptación, valor y sabiduría. Todo conlleva a pedirle y permitirle a Dios que nos dé estas cosas. En otras palabras, es rendirse a Él. La segunda parte nos recuerda que nuestra confianza debe estar en Dios para arreglar las cosas, reconociendo que generalmente no tenemos un control real sobre los sufrimientos en este mundo pecaminoso o las acciones de otros.

¡Confía en Él y vive un día a la vez, disfrutando de cada momento!


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Reflexión del Dia: ¡Recupero mi Poder!

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Me perdono y me libero.

Una fuerte dependencia de cualquier cosa exterior a mi es adicción.
Podemos ser adictos a las drogas, a los fármacos, al alcohol, al sexo, al tabaco; también puede tener adicción a culpar o juzgar a los demás, adicción a la enfermedad, a las deudas, a ser victima, a ser rechazado. No obstante, puede superar estas adicciones. Ser adicto es ceder mi poder a una substancia o a un habito.
Siempre puedo recuperar mi poder. ¡Este es el momento en que recupero mi poder!
Elijo adquirir el habito de saber que la vida esta aquí, para mi. Estoy dispuesta a perdonarme y seguir adelante. Tengo un espíritu eterno que siempre ha estado conmigo, y que esta presente en este momento. Me relajo, me libero, me acuerdo de respirar y voy dejando marchar los viejos hábitos mientras practico los nuevos.
(Louise L. Hay del Libro Meditaciones para sanar tu vida).

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Reflexión del Dia: Entendiendo el Poder Superior

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Una de las tantas excusas que escucho frecuentemente para justificar el no ir a los grupos de los doce pasos es, que se trata de un programa religioso. Cuando les pregunto de dónde sacaron esa idea la respuesta usual es: “dijeron que se trataba de un programa espiritual y eso a mí me suena a religión”, “además también hablan de un poder superior y yo no creo en el Dios que me pintan”.
Cuando las personas llegan por primera vez a este tipo de grupos, obviamente llegan con toda la sintomatología de la enfermedad. Parte de esa sintomatología es un mecanismo de defensa llamado distorsión. Entonces, no es raro que lo estén empleando en un principio dando explicaciones parecidas a las que mencioné anteriormente. Aún así, al pasar el tiempo e ir mejorando de su sintomatología continúan con peros en el área del poder superior. Por todo esto, es importante manejar unas aclaraciones al respecto y facilitar el proceso de entendimiento del poder superior.
Independientemente que cuando el Sr. Bill W. escribió los doce pasos, tenía la experiencia de previos programas donde se incluía la religión, la realidad es que dentro del manejo de las enfermedades el componente espiritual juega un rol importante. Es por esta razón que en los hospitales y clínicas encontramos que cuentan con una capilla o lugar de oración y no es raro ver deambular por los pasillos de estas instituciones a sacerdotes, pastores, rabinos, etc.
Meterme a tratar de definir que es espiritual es quererme meter en camisa de once varas, porque cada persona tiene su propio concepto, lo que sí puedo decir es que es importante tomar el área espiritual como aquella fuerza extra que se necesita cuando se enfrenta a un proceso difícil o largo hacia la sanación. En el caso de las adicciones por tratarse de un padecimiento crónico, el camino es arduo y constante a través de los años. Por lo tanto es bueno contar con esa fuerza extra.
Dentro del programa de los doce pasos se menciona “un poder superior”a lo que mucha gente sale a decir que no cree en un poder superior. No hay nada más lejos de la verdad que esto. Todo ser humano cree en algo superior. Lo que muchas veces pasa, es que no le pone el nombre de poder superior a lo que cree. Lo que sucede es que las personas toman este concepto en una forma concretista; lo cual no es raro, porque por el uso de substancias, existe pérdida de la abstracción. Posterior a abstenerse y ya no seguir afectando el cerebro con las substancias, el cerebro va sanando sólo y la persona vuelve a recuperar la abstracción. Pero mientras se da este proceso de sanación, no puede evitar pensar en forma concretista.
La realidad es que todo ser humano cree en algo superior pero su forma de visualizarlo es única y esto es lo que acarrea los problemas de entendimiento. Como cada quien lo visualice es un proceso interno propio y al ser propio le va dar sus toques individuales que lo hará único. Por esta razón cuando se enfrascan en discusiones de religión y espiritualidad nunca llegan a un acuerdo porque tratan de imponer su creencia única en otros. El no entender que muchos de nuestros procesos, conceptos o ideas son únicos, da una mala maña: la idea de que se tiene la verdad para los demás. En vez de compartir aspectos únicos expresándolos como parte de la experiencia de uno, se busca imponerlos en los demás. Las personas que entran a programa y ya tienen un camino andado en la creencia de Dios, no les cuesta mucho trabajo incorporar el concepto de poder superior. El problema lo van a presentar las personas que no han invertido tiempo en su fe (ejemplo, se dicen católicos pero no practican) o de plano dicen que no creen en un Dios o lo sienten como impuesto por los padres. Estas personas van a estar resistentes al concepto, manifestándose en incomodidad. Con el propósito de facilitar el proceso yo efectúo el siguiente ejercicio con ellos.
Primero es importante establecer que cuando se habla de un poder superior debe forzosamente reunir tres (3) características: omnipotente (todo lo puede), omnisapiente (todo lo sabe) y omnipresente (esta en todos lados). Por esta razón cuando algunas personas dicen que el grupo es su poder superior o hablan de un ser humano como su poder superior, se está cayendo en un error. Lo que sí pueden decir, es que el grupo o la persona es un reflejo del poder superior. Segundo, es establecer el hecho de que el ser humano siempre cree en algo, puede no estar estructurado o definido pero siempre se cree en algo, La forma de traer a la consciencia esta creencia es con la pregunta : “¿Cómo crees que se formó la tierra?” A la respuesta que den, se le va a encontrar las tres características del poder superior. Como ejemplo utilizaré la respuesta más frecuente. Mencionan que creen en la evolución o naturaleza. Cuando se les hace ver la cantidad de energía que hay detrás de estos procesos, se llega a la primera omnipotente; se les hace ver que se está dando en todos lados y en un presente, omnipresente y al hacerles la pregunta de “¿No crees que estos procesos son sabios? “Obtenemos la última, omnisapiente. Con esto les hago ver que si creen en un poder superior pero lo visualizan diferente y tienen que desarrollarlo.

Repitiendo, queda claro que el programa de los doce pasos no es un programa religioso, se trata de un programa de tratamiento en forma de grupos de auto ayuda, pero al igual que en cualquier otra enfermedad difícil o larga, las personas echan mano del área espiritual porque es una fuerza extra que necesitan.

Por otro lado, para creer en un poder superior se necesita de fe y la fe es una emoción, se siente. Pero la fe, es de esas emociones complejas y para sentirlas hay que trabajar en ellas. Entre más se trabaje, más se siente y si se deja de trabajar se deja de sentir. Por esta razón es que nos topamos con mucha gente que menciona que no siente fe y por lo tanto no echa mano del poder superior. Lo que siempre vamos a encontrar, es por qué no han trabajado en la emoción (de fe). Es como si esperaran que solita se forme. También no es exclusiva la fe del poder superior, se puede tener fe a varias cosas (ejemplo; un equipo de fútbol, un médico, a una relación, etc.). Trabajar en la fe, es importante porque trae consigo las siguientes sensaciones: confianza y serenidad. Al mismo tiempo que se trabaja en la fe de un poder superior, va a traer consigo la capacidad de introspección. Esto es muy importante porque la enfermedad, se llevó entre las piernas la capacidad de ser objetivo consigo mismo. Además permite la búsqueda de alternativas y ya sabemos que en los adictos es muy difícil que lo hagan, porque con la enfermedad, adoran el manejo de extremos resultando en rigidez y visón en túnel.

«El manejo del poder superior dentro de los doce pasos no se da de la noche a la mañana. Es un proceso que se da paulatinamente, siempre y cuando se trabaje en él. Que va ir de la mano de la rehabilitación, reflejando maduración».


(Dr. Francisco Cantu: http://www.bahiadeguerreros.org/).

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Reflexión del Dia: Soltar nuestras "esclavitudes"

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Soltar. Este es un secreto de la felicidad para esta vida y también para la otra. Soltar, ser libre, alcanzar la libertad de no estar atado a nada y de no ser esclavo de nada. Ni de posesiones, ni de seguridades, ni de costumbres.

No solo hay que soltar cosas o personas, sino también proyectos que no pudieron ser, estructuras mentales que nos condicionan, y hasta la idea que tenemos de lo que es la felicidad (puedo ser feliz «de otra manera»).
También hay que saber soltar los tiempos y la organización de la jornada. Solo así se hace posible «aflojar» de verdad la resistencia y las tensiones.
También hay que soltar los mecanismos que usamos para desplazar a Dios. Refugios que nos permiten vivir al margen de Dios, como si así pudiéramos ser mas libres.
Es cierto que es bueno ser vulnerable. Es parte de nuestra humanidad ser capaces de necesitar a otro y de pedir ayuda. Pero no es bueno convertirse en un miserable esclavo.
Tienes una inmensa dignidad, no te vendas por poco, no te arrastres indignamente. Eres imagen de Dios. Dios se refleja en ti, eres infinitamente amado por Dios, eres su hijo y por ti, el Hijo de Dios derramo su sangre preciosisima. No te revuelques en la basura por un objeto, por un placer, por un afecto.

Todo apego y obsesión por algo o por alguien te hace infeliz, convéncete, te hace infeliz. Porque «pretender un apego sin infelicidad es algo así como buscar agua que no sea húmeda. Jamas alguien ha encontrado la formula para conservar los objetos de los propios apegos sin lucha, sin preocupación, sin temor, y sin caer, tarde o temprano, derrotado».

Cuando aparecen síntomas de una esclavitud, de un apego, de algo que no queremos soltar-una tristeza, una melancolía, un corazón desganado- es bueno conversarlo con Jesús, y decirle: Bien. Lo vamos a tomar en serio Señor ¿Que tengo que soltar? ¿A que me estoy aferrando? ¿Que quieres desarmar o cambiar en mi? ¿Que es eso que yo no quiero permitir que toques? ¿Que tengo que entregar para ser fiel a mi dignidad?.
Entonces puedo decirle a Dios: Aquí estoy para empezar el camino. Se que es un llamado a la gloria, a crecer, a avanzar. Yo valgo mas que esta obsesión. Tu me quieres libre. Lo acepto. Es señal de que me estas tomando en serio. Vamos juntos. Dame tu gracia para entregarte esto que me esclaviza y para descubrir a donde me quieres llevar. Ayúdame a ver lo hermoso de este camino, para que alcance la feliz madurez a la que estoy llamado.

No olvides esto: Hemos sido creados por Dios con una inclinación a la felicidad, al amor y a la perfección celestial. Y en el fondo, cuando nos obsesionamos con algo, es porque pretendemos saciar con eso los deseos mas profundos que solo se sacian en el encuentro pleno y definitivo con Dios. El deseo humano es insaciable, «porque no se trata de cubrir necesidades reales con objetos reales, sino apetencias oceánicas con objetos simbólicos».

Se trata de un fenómeno desconcertante, este de la adicción, que polariza irracionalmente las energías psíquicas de un sujeto en torno a una nada, en detrimento de sus intereses mas serios y mas sólidos. Ello es indicio de que el ser humano no es un ser viviente solo practico, sino que ademas y con igual intensidad busca algo ideal o sobrehumano. El objeto deseado, por modesto que en si sea, es un símbolo de algo superior… Y esto, cuanto mas se consigue, mas se desea, pues se experimenta a la vez el gusto de obtenerlo y el disgusto de comprobar que nunca basta.

Soltar los apegos que nos obsesionan es volver a casa, es dejar de vagar sin sentido, es liberarse del desarraigo y apoyarse en el amor de Dios Por eso, aprender a soltar los apegos es el camino para liberarse del miedo al fracaso de los que vivimos aferrados a cosas exteriores, a personas, a proyectos. Ese miedo revela una de nuestras condiciones mas penosas y profundas: la de tener sentido de pertenencia, un sitio donde sentirnos seguros, cuidados, protegidos y amados. Somos huéspedes en la tierra y en la vida, peregrinos que para caminar necesitan estar ligeros de equipaje, sencillos, desprendidos.

(Fragmentos del Libro Para Liberarte de los Apegos y Obsesiones de Víctor Manuel Fernandez).
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Libérate de apegos y obsesiones


¿Cuales son las obsesiones que se apoderan de nuestro interior?
Víctor Manuel Fernandez, en su Libro “Para Liberarte de los Apegos y Obsesiones”, plantea que son varios los apegos que nos tienen anclados en el pasado, y que nos absorben y nos desgastan. Inicia enfatizando en la necesidad de reconocimiento y dice que si estamos obsesionados por nuestra apariencia personal, tendremos que “soltar” la imagen social. Si no lo hacemos no seremos felices, ni alcanzaremos la libertad. Nunca podremos “aflojarnos” por dentro si estamos pendientes del aprecio de los demás, o de su aprobación; porque si es así, no soportaremos ningún rechazo, ninguna opinión diferente, ninguna agresión, nada que contradiga nuestra necesidad interior. Este es un modo de agredirse a si mismo convirtiéndose en esclavo de la opinión ajena.
Una forma de autodesprecio consiste en someternos sin condiciones a las apreciaciones y juicios de los demás, sin tener en cuenta el precio que ello puede suponer. Esto conduce con frecuencia a la negación y destrucción de uno mismo y, a la postre, a exponerse al riesgo de convertirse en victima de sus posibles abusos. En este sentido, es conveniente reconocer que frecuentemente reaccionamos con exageración ante las criticas nimias de los demás, tomándolas demasiado en serio y olvidándonos de las cosas importantes de la vida, aquellas que tienen efectos profundos sobre nuestra vida a largo plazo. Al proceder de este modo, caemos en la trampa de asentarnos en nuestra negatividad, regulando nuestra vida a partir de los mensajes de los demás, muchas veces emitidos con escasa conciencia de lo que dicen y que, por nuestra parte, abultamos desproporcionadamente.
Por eso también hay que aprender a soltar, a soltar esa obsesión por nuestra imagen, por el que dirán, por los afectos ajenos. Para liberarte, tendrías que llegar a decir lo siguiente, con toda la sinceridad de tu corazón:
No quiero arrastrarme detrás de nada, no fui hecho para ser esclavo…
También plantea el apego o dependencia afectiva, señalando que resulta muy duro tomar la decisión de “soltar” cuando se trata de un ser querido, y en nuestro interior nos parece que el amor y la fidelidad nos exigen permanecer atados a esa persona. Pero una cosa es la evocación cariñosa y algo nostálgica, o el sereno y tierno recuerdo que nunca puede desaparecer si hemos amado a alguien, y otra cosa es una esclavitud interna, cuando, a causa de ese apego, dejamos de vivir, dejamos de crecer, nos anulamos y nos enfermamos. Pasa el tiempo y ya no somos capaces de disfrutar y de crear. Entonces no le hacemos honor alguno a ese ser querido que se fue, porque le declaramos el causante de nuestra anulación. En el fondo le declaramos culpable de habernos quitado la vida. En cambio, el mejor honor que podemos hacerle, es sacar energías de ese cariño, y entregarnos de lleno a la nueva etapa que la vida nos presenta, para producir algún precioso fruto. En realidad, cuando no quiero renunciar a algo que se termino, mas que esclavo de esa persona, me he convertido en esclavo de mi debilidad, de mis sentimientos y necesidades interiores. Pero mi ser es infinitamente noble y demasiado valioso como para que yo lo degrade y lo enferme a causa de esos sentimientos y necesidades.
No se trata de no tener deseos ni placeres. Todo lo contrario, se trata de aceptar con gratitud todos los placeres que nos hagan felices. Para ello, es necesario liberarse porque no estamos hechos para encerrarnos en algo, para clausurarnos, para enquistarnos en una forma de vida rígida. Estamos hechos para un permanente desarrollo, hasta alcanzar una sublime y profunda relación con Dios y una amistad cada vez mas bella y generosa con los demás. Aunque el cuerpo se debilita, se desgasta y se enferma, el ser humano es mas que la materia, y su vida interna esta llamado a un crecimiento incesante. Si nuestras fibras mas intimas están hechas para el dinamismo, entonces solo seremos lo que tenemos que ser si permanecemos abiertos al “cambio”, si estamos siempre dispuestos a terminar con algo para empezar una nueva etapa. Es como sentirse libres de todo peso en las espaldas, sin maletas en las manos, y sin estorbos, para poder caminar con agilidad, disfrutar del aire, avanzar y volar hacia un desarrollo sin fin.

Por eso, soltar algo que nos obsesiona no es solo sacarse un peso de encima y estar mas tranquilo y cómodo. Es mucho mas; nos lleva a una sensación bellísima de libertad interior, de amplitud, de expansión y apertura de todo el universo.


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