Reflexión del Dia: 13 de Noviembre

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Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que en ocasiones de estar deprimido o ansioso es necesario buscar la ayuda de profesionales del área de la salud mental.

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Reflexiona sobre esto:

A todos nos gusta sentirnos cómodos. Pero hacer algo nuevo, especialmente tomar una acción para cambiar, generalmente no se siente cómodo. Se siente incomodo y extraño.
En ocasiones, la depresión y la ansiedad pueden impedirnos realizar las acciones que queremos y necesitamos tomar. No tomar estas medidas puede aumentar nuestra depresión y ansiedad, y nos sentimos aún menos motivados para actuar. Este ciclo puede mantenernos atrapados.
Si la depresión y la ansiedad son tan graves que le impiden tomar medidas para vivir su vida, es posible que necesite buscar ayuda profesional y que tenga esos problemas bajo control. Eso en sí mismo es tomar acción.

Mi Reflexión: Los codependientes solemos vivir ansiosos, tristes, hasta deprimidos en algunos momentos de la vida. Salir de ese estado emocional no es fácil por si solo, es momento de tomar acciones y asumir buscar una ayuda profesional que permita resolver el cuadro anímico que le «entorpece» actuar con mayor disposición a cambiar. (Alpha).

¿Has vivido ciclos de depresión?¿Has solicitado ayuda profesional? Comenta tu vivencia al respecto.

Reflexión del Dia: 6 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que el codependiente puede y debe aceptar que su tarea principal es atender su recuperación, responsabilizándose de si mismo.

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Reflexiona sobre esto:

Algunos nos cansamos tanto del enorme peso —la responsabilidad total por todos los seres humanos— que podemos brincarnos los sentimientos de lástima y preocupación que acompañan a los actos de rescate y seguirnos con la ira o el enojo. Estamos enojados todo el tiempo; sentimos ira y resentimiento contra víctimas potenciales. Una persona con una necesidad o un problema provoca que sintamos la necesidad de hacer algo o nos sentiremos culpables. Después del rescate, no ocultamos nuestra hostilidad hacia este incómodo predicamento. Con frecuencia veo que esto les sucede a las personas que desempeñan profesiones de ayuda a los demás, Después de tantos años de rescatar — dando tanto y recibiendo tan poco— muchos profesionales de este tipo adoptan una actitud hostil hacia sus clientes. Pueden seguir con su trabajo y seguir “ayudando” a sus clientes, pero, según afirman algunos consejeros, abandonan por lo general su profesión sintiéndose profundamente victimados.
El cuidar como nana no ayuda, sólo provoca problemas. Cuando tomamos a la gente a nuestro cuidado y hacemos cosas que no deseamos hacer, ignoramos necesidades, deseos y sentimientos personales. Nos hacemos a un lado a nosotros mismos. En ocasiones estamos tan ocupados cuidando a los demás que dejamos nuestra vida entera en suspenso. Muchos cuidadores se sienten inquietos y abrumados; no disfrutan ninguna de sus actividades. Los cuidadores aparentamos ser muy responsables, pero no lo somos; pues no asumimos el compromiso de nuestra responsabilidad más alta: nosotros mismos.

Mi Reflexión: El codependiente rescatador compulsivo maneja sentimientos diversos: ira, resentimiento, fastidio. Si bien desea ayudar a los demás, se hastía de esta situación y vive enojado, hostil, colérico. Llegó ese momento consciente que nos llama a la reflexión: debemos responsabilizarnos de nosotros mismos. Hacerlo no es fácil, pero iniciando nuestra recuperación, podemos gradualmente lograrlo. Esa liberación nos hará sentir dicha y gozo. (Alpha).

¿Has alcanzado la madurez suficiente para aceptar que debes cuidar de ti mismo? ¿Cómo sentiste ese llamado a responsabilizarte? Comparte tus experiencias al respecto.

Reflexión del Dia: 4 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que no podemos controlar a nadie. Eso le corresponde a cada persona. A nosotros mismos si podemos cambiarnos, modificando aquellas conductas negativas e insanas que hemos venido asumiendo por años.

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Reflexiona sobre esto:

El control es una ilusión. No funciona. No podemos controlar el alcoholismo. No podemos controlar las conductas compulsivas de nadie: comer en exceso, una conducta sexual exagerada, la apuesta compulsiva, ni ninguna otra de sus conductas. No podemos (y no es asunto nuestro hacerlo) controlar las emociones, la mente o las elecciones de nadie. No podemos controlar el resultado de los eventos. No podemos controlar a la vida. Algunos de nosotros apenas podemos controlamos a nosotros mismos.
A fin de cuentas las personas hacen lo que quieren hacer. Se sienten como se quieren sentir (o como se están sintiendo); piensan lo que quieren pensar; hacen las cosas que creen que necesitan hacer; y cambiarán sólo cuando estén listos para cambiar. No importa si ellos no tienen la razón y nosotros sí. No importa que se estén lastimando a sí mismos. No importa que nosotros podríamos ayudarles si tan sólo nos escucharan y cooperaran con nosotros. NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA.
No podemos cambiar a las personas. Cualquier intento de controlarlas es un engaño y una ilusión. Se resistirán a nuestros esfuerzos o redoblarán los suyos para probar que no podemos controlarlas. Podrán adaptarse temporalmente a nuestras demandas, pero cuando nos demos la vuelta regresarán a su estado natural. Y aún más, la gente nos castigara por obligarla a hacer algo que no quiere, o a ser como no quiere ser,
Ningún control será suficiente para efectuar un cambio permanente o deseable en otra persona. A veces podremos hacer cosas que aumenten la probabilidad de que la gente quiera cambiar, pero ni aun eso podemos garantizar o controlar.
Y esa es la verdad. Es una desgracia. A veces es difícil de aceptar, especialmente si alguien a quien amas se lastima a sí mismo o a sí misma y a ti. Pero así es. La única persona a la que puedes o podrás hacer cambiar es a ti misma. La única persona que te atañe controlar eres tú misma.

Mi Reflexión: Los codependientes somos controladores, cuidadores y tenemos la errónea creencia que somos capaces de «cambiar a las personas». Llegó el momento de comprender que el control es una «ilusión», que solo cada quien puede modificar sus comportamientos. No perdamos más nuestro tiempo en asumir tareas que no nos corresponden. Asumamos el compromiso de «cambiarnos nosotros mismos», haciéndonos más responsables de nuestro cuidado, cambiando aquello que debemos cambiar. Eso si esta bajo nuestro control personal. (Alpha).

¿Vives una situación donde controlas a otros? Comenta tus vivencias aquí.

Reflexión del Dia: 28 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el codependiente cede su control cuando reacciona impulsivamente, con ello también cede su derechos.

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Reflexiona sobre esto:

Podemos haber empezado a reaccionar y a responder urgente y compulsivamente con patrones que nos lastiman. El solo hecho de sentir urgencia y compulsión es suficiente para herirnos. Nos mantenemos en un estado de crisis, fluyendo la adrenalina y tensos los músculos, listos para reaccionar ante emergencias que generalmente no son tales. Alguien hace algo, de modo que nosotros debemos hacer algo a la vez. Alguien se siente de determinada manera de modo que nosotros debemos sentirnos de otra determinada manera.
«BRINCAMOS DENTRO DEL PRIMER SENTIMIENTO QUE NOS ATRAVIESA Y LUEGO NOS EMPANTANAMOS EN ÉL». Pensamos en el primer pensamiento que cruza por nuestra cabeza y luego elucubramos sobre él. Decimos lo primero que nos viene a la lengua y a veces nos arrepentimos. Hacemos lo primero que nos viene a la mente, generalmente sin pensarlo. Ese es el problema: reaccionamos sin pensar, sin haber pensado honestamente lo que necesitamos hacer y cómo queremos manejar la situación. Nuestras emociones y conductas controladas —disparadas— por cualquier persona o cosa en nuestro entorno.
Indirectamente estamos permitiendo que los demás nos digan qué hacer. Eso significa que hemos perdido el control. Estamos siendo controlados.

Mi Reflexión: Los codependientes son reaccionarios y actúan ante cualquier situación que se presente sin detenerse a analizar si en realidad vale la pena hacerlo. Ello conlleva a «ceder» nuestro control a los demás y con eso nuestros derechos. Pasamos a ser de controladores a controlados.(Alpha).

¿Reaccionas con frecuencia ante cualquier situación sin analizarla? Comenta acá.

Reflexion del Dia: 15 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» enfatiza 1ue 3l acto de dar de manera bondadosa es un bello ejemplo de amor a los demás, solo que si esto se asume como una obsesión, sacrificando la felicidad de uno, ya la conducta es enfermiza. Los codependientes somos cuidadores compulsivos. Hay que modificar ese comportamiento.

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Reflexiona sobre esto:

Para el codependiente, darse a los demás de manera desmedida significa entregarse de manera excesiva y desequilibrada a las necesidades, deseos y problemas de otras personas, a menudo a expensas de su propio bienestar. Esto puede manifestarse en diversas formas, como el exceso de sacrificio personal, la falta de límites claros, la sobreprotección o la compulsión por cuidar y rescatar a los demás.

Darse de manera desmedida puede surgir de un deseo profundo de ser amado, aceptado o necesario para los demás. El codependiente a menudo busca su propia validación a través de la atención y la satisfacción de las necesidades de los demás. Sin embargo, esto puede llevar a una pérdida de identidad personal, agotamiento emocional y una sensación constante de insatisfacción, ya que sus propias necesidades a menudo quedan en segundo plano.

La clave en la recuperación de la codependencia es encontrar un equilibrio saludable entre el apoyo a los demás y el autocuidado. Esto implica aprender a establecer límites claros, cuidar de sí mismo y entender que el amor propio es esencial para poder amar y cuidar genuinamente a los demás. Darse de manera desmedida, en última instancia, puede ser insatisfactorio y poco saludable tanto para el codependiente como para las personas a las que intenta ayudar.

Responde estas interrogantes: ¿Te obsesionas por ayudar a los demás? ¿Has detctado que necesitas ayuda profesional? ¿Estás recibiendo terapia en CoDA? Comparte acá tus experiencias.

Reflexión del Dia: 10 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que no hay que avergonzarse de ser un codependiente. Podemos sanar, si nos proponemos hacerlo. Debemos tomar una decisión y ejecutarla.

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Reflexiona sobre esto:

La vergüenza a menudo está relacionada con una baja autoestima. Las personas codependientes suelen tener una opinión negativa de sí mismas, y la vergüenza refuerza esta percepción negativa. Cuando se sienten avergonzadas, pueden creer que no merecen una relación saludable o el amor y la atención de los demás, lo que las mantiene atrapadas en patrones codependientes. La vergüenza puede hacer que las personas codependientes eviten la comunicación abierta y honesta. Temen ser juzgadas o rechazadas si expresan sus necesidades, deseos o emociones. Esto dificulta la resolución de problemas en las relaciones y perpetúa la codependencia, ya que no pueden abordar los problemas de manera efectiva.

La vergüenza puede llevar a las personas codependientes a negar sus propios sentimientos y necesidades, así como los problemas en sus relaciones. Pueden evitar enfrentar la realidad de la codependencia y seguir comportándose de manera disfuncional debido a la vergüenza de admitir que tienen un problema.

La vergüenza a menudo está relacionada con un deseo de ser perfecto para evitar la crítica y el rechazo. Las personas codependientes pueden esforzarse demasiado por ser todo para todos y nunca cometer errores. Este perfeccionismo es agotador y mantiene la codependencia, ya que nunca pueden alcanzar sus estándares autoimpuestos.

La vergüenza puede hacer que las personas codependientes dependan aún más de la aprobación y la atención de los demás para sentirse valoradas. Esto puede llevar a una dependencia emocional más profunda en sus relaciones, lo que perpetúa la codependencia.

La vergüenza puede llevar a las personas codependientes a sentirse culpables por sus propios sentimientos y necesidades. Pueden sentirse culpables por querer espacio, tiempo para sí mismas o establecer límites, lo que dificulta la creación de relaciones saludables.
Las personas codependientes a menudo sienten vergüenza de admitir que necesitan ayuda o de buscar apoyo externo, como terapia. Esto puede evitar que busquen el apoyo necesario para romper los patrones codependientes.

En resumen, la vergüenza puede ser un factor significativo que mantiene a las personas atrapadas en patrones codependientes. Es importante reconocer la vergüenza como un obstáculo en la recuperación y buscar ayuda profesional para abordarla de manera efectiva. Trabajar en la construcción de una autoestima saludable y en la superación de la vergüenza es esencial para romper los ciclos de codependencia y establecer relaciones más saludables y equilibradas.

¿Antes de iniciar la recuperación te sentías avergonzado? ¿Cómo te percibes actualmente con respecto a tu codependencia? Comparte tus experiencias acá.

Reflexión del Dia: 7 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» refiere como el codependiente puede y debe desarrollar la habilidad para detectar a tiempo que esta «reaccionando» ante sus relaciones y detener esa conducta.

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Reflexiona sobre esto:

Las relaciones personales del codependiente a menudo reflejan un desafío constante entre su profundo deseo de cuidar y rescatar a los demás, y su propia necesidad de sanación y crecimiento personal. Esta lucha interna puede llevar a relaciones desequilibradas, donde el codependiente tiende a dar en exceso, sacrificando sus propias necesidades y límites. Sin embargo, a través de la reflexión y la sanación, el codependiente puede aprender a establecer límites saludables, priorizar su propio bienestar y participar en relaciones más equitativas y enriquecedoras. Al encontrar el equilibrio entre el cuidado de los demás y el autocuidado, el codependiente puede experimentar relaciones más auténticas y satisfactorias, donde el amor y el apoyo fluyen de manera mutua y saludable.

¿Puedes detectar cuando estás experimentando reacciones negativas en tus relaciones? Comenta tus vivencias.

Reflexión del Dia: 6 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» refiere que los codependientes pasan su mayor tiempo responsabilizándose del cuidado de las otras personas, y todo esto evidencia una baja autoestima.

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Reflexiona sobre esto:

La necesidad imperiosa del codependiente de cuidar obsesivamente de la vida de los demás es como una prisión emocional que lo ata a relaciones tóxicas. En su afán por rescatar y controlar, el codependiente a menudo descuida su propia vida y bienestar. Esta necesidad de intervenir constantemente en la vida de los demás puede surgir de un deseo genuino de ayudar, pero con el tiempo se convierte en una carga insostenible que afecta negativamente su propia salud mental y emocional. La reflexión sobre esta necesidad de cuidar de los demás nos lleva a cuestionar nuestras motivaciones y nos invita a encontrar un equilibrio saludable entre el apoyo a los demás y el autocuidado. Al liberarnos de la obsesión por controlar la vida de los demás, podemos descubrir una mayor libertad, paz y la capacidad de construir relaciones más auténticas y enriquecedoras.

¿Te mantienes ocupado en cuidar a los otros? ¿Has pensado en iniciar tu recuperación para sanarte? Comenta acá tu vivencia.

Reflexión del Dia: 24 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que las reacciones permanentes que asumen los codependientes pueden y deben ser controladas por estos. Cuando asumimos responsabilidad de cuidarnos a nosotros mismos, asumimos una conducta saludable y detenemos los comportamientos insanos.

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Reflexiona sobre esto:

En la codependencia, a menudo nos encontramos atrapados en un ciclo de reacciones desmedidas ante las acciones y emociones de los demás. Nos volvemos hipervigilantes, anticipando las necesidades y deseos de los demás, y nos sumergimos en un estado constante de alerta, listos para satisfacer esas demandas. Esta actitud reaccionaria, aunque puede surgir desde un lugar de amor y preocupación, a menudo se convierte en una trampa emocional.

Melody Beattie nos insta a reflexionar sobre cómo esta actitud reaccionaria nos aleja de nuestra propia autenticidad y poder personal. Cuando vivimos para complacer a los demás o para evitar su desaprobación, sacrificamos nuestra propia identidad y felicidad. Nos convertimos en reflejos de las expectativas de los demás, en lugar de vivir nuestras vidas de acuerdo con nuestras propias necesidades y deseos.

La liberación de esta trampa comienza con la autoconciencia. Debemos aprender a reconocer cuándo estamos reaccionando de manera excesiva o poco saludable a las personas y situaciones. Esto implica prestar atención a nuestras emociones y patrones de pensamiento, y cuestionar por qué estamos tomando ciertas acciones.

La autoconciencia nos permite tomar una pausa antes de reaccionar y preguntarnos si nuestras acciones son coherentes con nuestros valores y metas personales. También nos ayuda a establecer límites saludables y a decir «no» cuando sea necesario, sin sentirnos culpables.

La clave para liberarse de la actitud reaccionaria es comprender que no somos responsables de las emociones y decisiones de los demás. Cada individuo es responsable de su propia vida y sus propias elecciones. A medida que nos liberamos de la necesidad de controlar o influir en los demás, encontramos una mayor sensación de libertad y autenticidad en nuestras relaciones y en nosotros mismos.

En última instancia, la codependencia es un viaje hacia el autoempoderamiento y la autenticidad. Al ser conscientes de nuestra tendencia a reaccionar de manera excesiva y aprendiendo a establecer límites saludables, podemos recuperar el control de nuestras vidas y encontrar un mayor equilibrio en nuestras relaciones. (Alpha).

¿Reaccionas exageradamente snte cualquier circunstancia? ¿Has probado detener este círculo enfermizo? ¿Cuáles han sido las herramientas? Comenta aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 18 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» explica que controlar es una ilusión, y el codependiente sustenta su comportamiento en «obsesionarse y preocuparse exageradamente por los otros, descuidando su cuidado». Aun cuando hayamos vivido problemas en el pasado el presente nos obliga a aceptar la recuperación como vía para alcanzar la independencia.

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Reflexiona sobre esto:

La noción de que podemos controlar a otras personas o situaciones es una de las ilusiones más destructivas en la codependencia afectiva. Esta creencia en el control puede manifestarse de muchas maneras, desde intentar cambiar el comportamiento de alguien hasta tratar de manejar sus emociones o decisiones.

El deseo de controlar se origina generalmente de un sentido profundo de inseguridad o vulnerabilidad. La persona codependiente puede creer que si pudiera controlar todo a su alrededor, se sentiría segura y amada. Sin embargo, esta es una ilusión. Beattie enfatiza que cada individuo es responsable de sí mismo, sus sentimientos, decisiones y acciones. No importa cuánto lo intentemos, no podemos tomar ese control por otra persona.

Al intentar ejercer control sobre otros, el codependiente no solo limita la autonomía y el crecimiento del otro, sino que también se desempodera a sí mismo. Este comportamiento consume tiempo y energía que podría utilizarse para el autocuidado y el autodescubrimiento, perpetuando así el ciclo de la codependencia. Además, en el proceso, se establece una dinámica de relación tóxica basada en el poder y la sumisión en lugar del amor y el respeto mutuo.

Melody Beattie sugiere que el antídoto a esta ilusión de control es el desapego con amor, donde se permite que los demás sean responsables de sus propias vidas y decisiones. Esto no significa no importarle o abandonar a la otra persona; significa liberar tanto a nosotros mismos como a ellos de la carga de nuestras expectativas y necesidades no satisfechas.

Reconocer que el control es una ilusión no es una señal de impotencia, sino todo lo contrario. Es un acto liberador que abre la puerta a relaciones más saludables y a un sentido más auténtico de sí mismo.

Responde para ti mismo estas interrogantes: ¿Tienes claro que controlar es una ilusión? ¿Has logrado desapegarte de las personas? ¿Cómo lo hiciste? Si deseas, comparte aquí con nosotros tus vivencias.