
Había pasado tantos años preocupándome e inquietándome, tratando de encontrarle el sentido y la razón de ser a las cosas, dada a intrigas y manipulaciones, surcando las crestas de los altibajos de las oleadas emocionales, que cuando a mi mente vino la calma y el sosiego, mi carne entró en trauma. El Señor se sirvió de esas experiencias para enseñarme una importante lección. Me demostró que muchos de nosotros tenemos adicciones emocionales. Al igual que muchos, me encontraba tan adicta a la preocupación que si no hubiera tenido de que preocuparme ¡Me habría preocupado porque no tenía nada de que preocuparme! Hay quienes están tan adictos a sentirse culpables, que si no han hecho nada de lo que tengan que sentirse culpables ¡Se sentirán culpables de no sentirse culpables!
De igual manera es posible volverse adicto al entusiasmo o a sentirse emocionado. Tal como el drogadicto que corre por todos lados buscando de donde sacar su próxima dosis para sentirse “iluminado” por las sustancias químicas, los que son adictos al entusiasmo corren por doquier en busca de un “pico” emocional. Hay personas que no saben como vivir una vida diaria normal y corriente. Otros están enfocados de una manera TAN COMPULSIVA a lograr metas trazadas que siempre andan en búsqueda de un nuevo reto o desafío. Tan pronto logran su objetivo se sienten aburridos hasta que encuentran otra meta que alcanzar. Un joven con esta última característica que trabaja para nosotros me comento un día:
— “Creo que al fin comienzo a comprender algo que me ha costado muchísimo entender”.
— “¿Y que es?” —pregunté.
— “Me parece que de una vez por todas comprendo que una gran parte de la rutina de una vida normal consiste en: LEVANTARSE Y ACOSTARSE, LEVANTARSE Y ACOSTARSE”.
Si nosotros los que nos enfocamos solo en alcanzar metas pudiéramos comprender esta verdad ¡Nos ahorraríamos a nosotros mismos y a todos los que nos rodean de muchos dolores de cabeza! Es posible que no todos seamos llamados a llevar a cabo una tremenda obra que estremezca el mundo entero. La unción de Dios viene para que hagamos grandes obras, pero también para brindarnos ayuda sobrenatural para gozar de la rutina de la vida diaria.
En calidad de creyentes somos llamados amar a Dios, a tener comunión con Él y con nuestro prójimo, a ser de bendición, no importa a donde vayamos, a traer un poco de gozo a la vida de los demás, a vivir en armonía con nuestro cónyuge, a criar a los hijos que Él nos da, y a seguir levantándonos y acostándonos, y hacerlo con plenitud de gozo en el Señor. El Salmo 100:2 nos dice: que debemos servir a Dios ¡Con alegría! Habrá días en los cuales Dios traiga momentos emocionantes, pero no podemos pasar la vida buscando esos picos emocionales.
Hay veces que mis reuniones son emocionantes, y cuando así se dan las cosas, me siento agradecida. Doy por sentado que el Señor pensaba que necesitaba ese poco de aliento para ayudarme a seguir adelante. Pero aun así debemos ser cuidadosos, porque el entusiasmo crea un deseo de sentir un entusiasmo aún mayor. Si no somos juiciosos iremos en pos del entusiasmo en vez de buscar la voluntad de Dios. Podemos comenzar a pensar que si un culto en la iglesia no resultó emocionante, que algo andaba mal. Puede que salga de una reunión sintiéndome muy satisfecha, aunque sin emocionarme.
Usted y yo tenemos que aprender a no permitir que las circunstancias externas afecten tanto nuestro interior. No todas mis reuniones son emocionantes. Comprar una casa nueva puede llegar a ocurrir solo una o dos veces en la vida. Raras veces alguien nos sorprende con un reloj de oro nuevo. Muchos días pasan sin grandes bombos ni platillos emocionales. Pero recuerde, que hemos sido ungidos con el Espíritu Santo para encarar como es debida la vida diaria y rutinaria.
Donde nos metemos en problemas es cuando no está pasando nada, así que queremos empezar algo. Si necesitamos de una cierta variedad en la rutina diaria. Pero tenemos también que aprender a ser guiados por el Espíritu Santo y no por nuestras adicciones emocionales. No todos los días es feriado. No toda comida es un banquete. No todo evento es una obra extravagante y fantástica. La mayoría del tiempo la vida sencillamente sigue un paso normal, regular, constante. Eso es lo que deberíamos hacer también nosotros. Deberíamos aprender a controlar las emociones y evitar los altibajos emocionales que no permitirán que disfrutemos del continuo contentamiento en el cual Dios quiere que vivamos.
(Joyce Meyer de su Libro Controlando sus Emociones).
http://www.youtube.com/watch?v=IoCPphLrGBc
http://www.youtube.com/watch?v=Dfwkd78QmeM
![]()
Categoría: DESAPEGO
Reflexión del Dia: El control es una ilusión

Controlamos en nombre del amor…
Lo hacemos porque “sólo estamos tratando de ayudar”.
Lo hacemos porque nosotros sí sabemos cómo deben hacerse las cosas y cómo deben comportarse las personas.
Lo hacemos porque nosotros estamos bien y ellos están mal.
Controlamos porque nos da miedo no hacerlo.
Lo hacemos porque no sabemos qué otra cosa hacer.
Lo hacemos para dejar de sufrir.
Controlamos porque pensamos que tenemos que hacerlo.
Controlamos porque no pensamos.
Controlamos porque solamente podemos pensar en controlar.
En última instancia quizá controlemos porque esa es la manera en que siempre hemos hecho las cosas.
¡El Control No funciona! No podemos controlar el alcoholismo. No podemos controlar las conductas compulsivas de nadie: comer en exceso, una conducta sexual exagerada, la apuesta compulsiva, ni ninguna otra de sus conductas. No podemos (y no es asunto nuestro hacerlo) controlar las emociones, la mente o las elecciones de nadie. No podemos controlar el resultado de los eventos. No podemos controlar a la vida. Algunos de nosotros apenas podemos controlarnos a nosotros mismos.
Para cada uno de nosotros, llega un tiempo para soltarse. Sabrás cuándo ha llegado ese tiempo. Cuando has hecho todo lo que se puede hacer, es tiempo de desapegarte. Maneja tus sentimientos. Enfréntate a tus miedos acerca de perder el control. Gana control sobre ti mismo y sobre tus responsabilidades. Dales a los demás la libertad para ser lo que son. Al hacerlo, te liberarás.
(Melody Beattie de su Libro Ya no seas Codependiente).

Reflexion del Dia: Libertad

Libérate de los apegos. (Budha).
Si no te aferras a nada, ¿cómo puedes ser infeliz? No te aferres a las cosas o a las personas porque ellas cambian, y muchas veces lo hacen en direcciones distintas a las que esperabas. Entrega amor por el amor mismo, por lo que te beneficia a tí, no por la recompensa que pudiera traer esa entrega. No te apegues a nada, ni tampoco te conviertas en un vagabundo; simplemente, vive tu propia vida. Se sabio en tu vivir.

Reflexión del Dia: Renuncia al control

Los codependientes son aquellas personas que consistentemente, y con gran cantidad de esfuerzo y energía, tratan de forzar que sucedan las cosas.
Controlamos en nombre del amor.
Lo hacemos porque “sólo estamos tratando de ayudar”.
Lo hacemos porque nosotros sí sabemos cómo deben hacerse las cosas y cómo deben comportarse las personas.
Lo hacemos porque nosotros estamos bien y ellos están mal.
Controlamos porque nos da miedo no hacerlo.
Lo hacemos porque no sabemos qué otra cosa hacer.
Lo hacemos para dejar de sufrir.
Controlamos porque pensamos que tenemos que hacerlo.
Controlamos porque no pensamos.
Controlamos porque solamente podemos pensar en controlar.
En última instancia quizá controlemos porque esa es la manera en que siempre hemos hecho las cosas.
No podemos controlar las conductas compulsivas de nadie. No podemos (y no es asunto nuestro hacerlo) controlar las emociones, la mente o las elecciones de nadie. No podemos controlar el resultado de los eventos. No podemos controlar a la vida. Algunos de nosotros apenas podemos controlamos a nosotros mismos. A fin de cuentas las personas hacen lo que quieren hacer. Se sienten como se quieren sentir (o como se están sintiendo); piensan lo que quieren pensar; hacen las cosas que creen que necesitan hacer; y cambiarán sólo cuando estén listos para cambiar. No importa si ellos no tienen la razón y nosotros sí. No importa que se estén lastimando a sí mismos. No importa que nosotros podríamos ayudarles si tan sólo nos escucharan y cooperaran con nosotros. ¡NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA!
Desapégate… Renuncia.
Para cada uno de nosotros, llega un tiempo para soltarse. Sabrás cuándo ha llegado ese tiempo. Cuando has hecho todo lo que se puede hacer, es tiempo de desapegarte. Maneja tus sentimientos. Enfréntate a tus miedos acerca de perder el control. Gana control sobre ti mismo y sobre tus responsabilidades. Dale a los demás la libertad para ser lo que son. Al hacerlo, ¡te liberarás!
(Melody Beattie de su Libro Ya no seas Codependiente).

Reflexión del Día: Lo difícil es aceptarlo

La Codependencia es una enfermedad que deteriora nuestro espíritu. Afecta nuestras vidas personales: nuestras familias, nuestros hijos, amigos y parientes; nuestros negocios y carreras; nuestra salud, y nuestro crecimiento espiritual. Es debilitante, y si se deja sin tratamiento, ocasiona que nos volvamos aún más destructivos con nosotros mismos y con los demás. Muchos llegamos al punto en el que tenemos que buscar el apoyo de otras personas.
Vivimos en los extremos en vez de vivir en equilibrio. Sufrimos nosotros y nuestras parejas, nuestros hijos y nuestros amigos a causa de nuestras conductas. Nuestras relaciones se estancan, se deterioran o se destruyen.
Llegamos a aceptar nuestra incapacidad de mantener relaciones sanas y nutritivas con nosotros mismos y con los demás. Comenzamos por reconocer que la causa radica en patrones destructivos que hemos tenido durante mucho tiempo en nuestra vida. Hemos encontrado que estos patrones entran en cinco categorías generales: patrones de negación, patrones de baja autoestima, patrones de conformidad, patrones de control y patrones de evasión.
¡Creemos que la recuperación comienza con un honesto autodiagnóstico! La prueba de fuego esta en concluir que se es Codependiente, luego, iniciamos el Camino de la recuperación, con altos y bajos, pero al estar claros, que así no se puede continuar «sobreviviendo», asumimos la responsabilidad de amarnos y desapegarnos de las falsas creencias de que somos «indispensables» en la vida de los demás, que todo gira a nuestro alrededor, y que nada puede hacerse bien si no participamos en ello. Dejamos de «batallar» con la necesidad de control que nos acompaña desde siempre, soltamos a las personas, nos desentendemos de la figura «heroica» que nos ha acompañado muchísimo tiempo. Nos damos cuenta que la vida es para disfrutarla sanamente, y que «podemos y merecemos» ser felices.

Reflexión del Día: Tomar Conciencia

Para sanar hay que tomar conciencia de los apegos y de las cosas que se están perdiendo a causa de esos apegos; es advertir todo lo que la vida me ofrece y yo no puedo disfrutar por culpa de ese apego; es reconocer el tiempo y las energías preciosas que gasto en tristezas y en lamentos interiores, cuando hay tanto y tanto para vivir.
Esta conciencia se vive como una liberación, como una feliz claridad interior que nos devuelve la libertad. Es bello contemplar como se desinflan nuestras esclavitudes al contemplarla con valentía. Esto implica tomar conciencia de todos los sentimientos que están unidos a un apego: el miedo de perder algo, el temor de quedarme sin eso que me obsesiona, una sensación de humillación o de baja autoestima. Este sentimiento debe ser reconocido tal cual es, en todos sus detalles: debe ser contemplado como quien mira algo desde fuera, hasta que uno perciba claramente lo inútil que es alimentar ese sentimiento dañino. Entonces puede surgir la decisión libre de renunciar a eso que nos entristece.
Nos hemos puesto la exigencia de ser aplaudidos, de poseer tanto dinero, de ser amados por tal persona, de tener tal cosa. Nos hemos apegado a eso y no “queremos soltar ese proyecto”. Esa exigencia es la causa de nuestros males. Pero no hay ninguna obligación de seguir alimentando tal exigencia. Muchas personas son felices sin eso. Entonces podemos imaginar nuestra vida feliz, serena y llena de fuerza, sin esa exigencia que nos trastorna. Y echarla lejos como si fuera una serpiente venenosa.
Una cosa es tener lo necesario para vivir, y cuidarlo. Otra es comenzar a ser poseídos por el deseo de los objetos, del dinero, de los títulos, de los afectos, y de todo lo que pueda ser acumulado. Eso es olvidar que el verdadero placer es fugaz, y que con retener las cosas no logramos ser mas felices. Eso que nos hizo felices ya paso.
Cuando uno no reconoce la fugacidad de las cosas y de los placeres, pierde su dignidad y comienza a venderse, a arrastrarse detrás de necesidades obsesivas. Hay que reconocer ese engaño y soltar, simplemente soltar. ¡Dejar ir, dejar pasar!
(Víctor Manuel Fernandez de su Libro Para Liberarse de los Apegos y Obsesiones).

Desapegarse sin anestesia

¿Cómo soltarse de todo aquello que nos quita energía y bienestar?
Si consideras que algo o alguien es indispensable para tu felicidad, tienes un grave problema: estás a la sombra de un amo. Y no me refiero al aire que respiras, la comida que te alimenta o el sueño que te repone, sino a muchas necesidades de las cuales podrías prescindir sin que tu supervivencia emocional y psicológica se viera afectada de alguna manera. No importa la fuente del apego, llámese fama, poder, belleza, autoridad, aprobación social, internet, juego, moda o pareja, la adicción psicológica hará que tu existencia sea cada día más insalubre: te arrodillarás ante ella, le rendirás pleitesía y vivirá en el filo de la navaja por miedo a perderla. Establecer una relación dependiente significa entregar el alma a cambio de obtener placer, seguridad o un dudoso sentido de autorrealización.
«No importa cual sea la fuente de tu apego, llámese fama, poder, belleza, autoridad, aprobación social, internet, juego, moda o pareja, la adicción psicológica hará que tu existencia sea cada día más insalubre : te arrodillarás ante ella, le rendirás pleitesía y vivirá en el filo de la navaja por miedo a perderla. Establecer una relación dependiente significa entregar el alma a cambio de obtener placer, seguridad o un dudoso sentido de autorrealización».
Cuantos más apegos dejes caer por el camino de la vida, más cerca estarás de encontrarte a ti mismo.
(Walter Riso de su Libro Desapegarse sin Anestesia).
Tener y Retener

Las realidades más grandes y más bellas,
tanto más las tendrás cuanto menos las poseas y retengas.
Si quieres tener el mar, ¡contémplalo!,
y abre tus manos en sus aguas y todo el mar estará en ellas.
Porque si cierras tus manos para retenerlo,
se quedarán vacías.
Si quieres tener un amigo peregrino,
déjalo marchar y lo tendrás…
porque si lo retienes para poseerlo, lo estarás perdiendo,
y tendrás un prisionero.
Si quieres tener el viento,
extiende tus brazos y abre tus manos y todo el viento será tuyo…
porque si quieres retenerlo te quedarás sin nada.
Si quieres tener a tu hijo,
déjalo crecer, déjalo partir, y que se aleje,
y lo tendrás maduro a su regreso…
porque si lo retienes contra su voluntad,
lo pierdes para siempre.
Si quieres tener el sol y gozar de su luz maravillosa,
abre los ojos y contempla…
porque si los cierras para retener la luz que ya alcanzaste,
te quedarás a oscuras.
Si quieres vivir el gozo de tener,
libérate de la manía de poseer y retener.
Goza de la mariposa que revolotea,
goza del río que corre huidizo,
goza de la flor que se abre cara al cielo.
Goza teniendo todo,
sin poseerlo, sin retenerlo.
¡Sólo así gozarás de la vida, sabiendo que la tienes sin poseerla,
dejándola correr sin retenerla!
(Tomado de: http://elixiresparaelalma.com.ar/)

Reflexion del Día: Dale espacio a lo nuevo
Por eso, soltar algo que nos obsesiona no es solo sacarse un peso de encima y estar mas tranquilo y cómodo. Es mucho mas. Nos lleva a una sensación bellisima de libertad interior, de amplitud, de expansión y apertura a todo el Universo.
Mas de una vez he sentido el dolor de renunciar a ciertas cosas: una bella amistad, un trabajo, un lugar. Quizá desgaste muchas energías, mucho tiempo y muchas ilusiones para conseguir algo que deseaba, y cuando eso termino sentí que quedaba con las manos vacías, a la intemperie.
Mas adelante reconocí que el sufrimiento era mas profundo de lo que yo creía. No quería renunciar al gozo que había vivido, porque no quería sentirme culpable de haber gastado mucho tiempo y fuerzas en algo pasajero, en algo que ya se acabo.
Por eso, luego descubrí que en realidad, si quería librarme del dolor, no debía culparme por lo vivido; solo debía abrirme a una nueva forma de felicidad. Simplemente debía aceptar lo vivido, como una parte de mi existencia, pero «soltándolo» para aceptar la nueva forma de vida que nacía.
Esta muy bien que me haya alegrado cuando conseguí eso que me hizo feliz. Aquel gozo y aquel entusiasmo fueron buenos para el alma y para el cuerpo. Aquello fue útil en su momento y valió la pena. Tuvo un sentido y un significado para mi vida. Pero eso no significa que deba ser eterno
Entonces acepte lo que Dios me pedía: Ahora se trata simplemente de liberar el corazón sin acumular el pasado en el interior. Dios y la vida necesitan ese lugar disponible para la nueva vida que me quieren regalar.
(Tomado del Libro Como Liberarte de los Apegos y Obsesiones de Víctor Manuel Fernandez).
Reflexion del Día… Los Demas
No corras desatinadamente intentando sanar a todos tus amigos. Haz tu propio trabajo mental y sánate a ti mismo.
Eso será más benéfico que ninguna otra cosa para quienes te rodean.
Dejo que los demás sean ellos mismos
No podemos hacer que los demás cambien. Sólo podemos ofrecerles una atmósfera mental positiva donde tengan
la posibilidad de cambiar si lo desean. No es posible hacer el trabajo por otra persona, ni tampoco imponérselo.
Cada persona está aquí para aprender sus propias lecciones, y no le servirá de nada que se las demos resueltas, porque tiene que pasar personalmente por el proceso vital necesario para aprenderlas.
Lo único que podemos hacer por los demás es amarlos y dejar que sean quienes son, saber que su verdad está
dentro de ellos, y que cambiarán cuando quieran hacerlo.
(Louise L. Hay de su Libro Pensamientos del Corazón).



