Meditacion 31 de Marzo … Finanzas

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiósrecalca la importancia de solicitar guía divina para la provisión y manejo de las finanzas.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Tomar la responsabilidad económica de nosotros mismos es parte de la recuperación. Muchos de nosotros nos encontramos en duras situaciones económicas por una variedad de razones.
Nuestros conceptos de recuperación, incluyendo los Pasos, funcionan en cuestiones de dinero, y restauran la gobernabilidad de esa área de nuestra vida. Repara los daños, aunque eso signifique pagar una deuda de cinco mil euros, enviando cinco euros al mes.
Empieza donde estás, con lo que tienes. Al igual que pasa con otras cosas, la aceptación y la gratitud convierten en más lo que tenemos. Los asuntos de dinero no son un buen lugar para actuar «como si». No hagas cheques hasta que tengas el dinero en el banco. No te gastes el dinero hasta que lo tengas en la mano.
Si hay muy poco dinero para sobrevivir, usa los recursos adecuados de que disponemos sin vergüenza.
Fija metas.
Cree que mereces lo mejor, económicamente.
Cree que Dios se preocupa de tu economía.
Deja ir tu miedo y confía.

«Hoy me concentraré en asumir la responsabilidad por mi situación económica actual, no importa cuán abrumadora sienta y sea esa área de mi vida».

Reflexión: Confiar que un ser superior provee nuestras necesidades es vital para cambiar espiritualmente y transformar nuestra existencia. Parte de la recuperación nos lleva a alcanzar esta meta. De nosotros depende el uso racional de los recursos financieros con los que contemos. (Alpha).

¿Administras tus finanzas con criterios de racionalidad? ¿Estás en recuperación? Comparte tu vivencias al respecto.

Versículo Biblico del Dia: El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece (Isaías 40:29).

Reflexión del Dia: 29 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependienterecalca la necesidad de que el codependiente asuma una vida con mas color y alegría. Ya ha pasado muy malos tiempos, es momento de alcanzar paz y serenidad.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Vivir nuestra vida puede no ser tampoco un prospecto emocionante para algunos de nosotros. Tal vez hemos estado tan envueltos con otras personas que hemos olvidado cómo vivir y disfrutar de nuestras vidas.
Podemos sufrir un dolor emocional tan grande que pensamos que no tenemos vida propia; lo único que sentimos es nuestro dolor. Eso no es verdad. Somos más que nuestros problemas. Podemos ser más que nuestros problemas. No porque hasta ahora la vida haya sido tan dolorosa debe seguir lastimándonos. La vida no tiene que herirnos tanto, y no será así, si empezamos a cambiar. De aquí en adelante puede ser que no todo sean rosas, pero tampoco tiene por qué ser todo espinas. Necesitamos y podemos desarrollar nuestras propias vidas. Como dice un amigo mío: “Consíguete una vida”.

Reflexión: Para el codependiente es necesario desprenderse de todo sentimiento negativo que le impida desarrollar una vida plena.(Alpha).

¿Estás introduciendo cambios en tu vida? Comenta tus vivencias.

Lectura Bíblica sugerida: Señor, tu eres mi fuerza y mi fortaleza; ¡tú eres mi refugio en momentos de angustia! Las naciones vendrán a ti desde los extremos de la tierra, y dirán: Nuestros padres no tuvieron otra cosa que dioses falsos, que no sirven para nada (Jeremías 16:19).

Reflexión del Dia: 28 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea la necesidad que tiene el codependiente de dejar atrás un triángulo dramático insano en el que se mueve cumpliendo los roles de víctima, perseguidor y victimario.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Rescatamos cada vez que cuidamos de los demás. Al cuidar o rescatar podemos sentir uno o más de los siguientes sentimientos: incomodidad y malestar por el dilema de la otra persona; la urgencia de hacer algo; lástima; sentimiento de culpa; santidad; ansiedad; una extrema responsabilidad por esa persona o problema; miedo; la sensación de estar siendo forzado u obligado a hacer algo; una indisposición ligera o severa a hacer algo; mayor competencia que la persona a la que estarnos “ayudando”; u ocasionalmente resentimiento por haber sido colocados en esta posición. También pensamos que la persona a quien estamos cuidando está desvalida y es incapaz de hacer lo que nosotros hacemos por ella. Sentimos que temporalmente nos necesita.
No me refiero a actos de amor, de amabilidad, de compasión y de verdadera ayuda, a situaciones en las cuales legítimamente se desea y se necesita de nuestra ayuda y nosotros queremos darla. Estos actos son la sal de la vida. Rescatar o cuidar no lo son.
Cuidar de los demás parece un acto mucho más amistoso de lo que es. Requiere incompetencia por parte de la persona a quien estamos cuidando. Rescatamos “víctimas”, personas que creemos no son capaces de ser responsables de si mismas. Las víctimas en realidad son capaces de cuidar de sí mismas, aunque nosotros y ellas no lo admitimos. Generalmente nuestras víctimas están ahí esperando a un lado del triangulo a que nosotros hagamos el primer movimiento y brinquemos dentro del triángulo con ellas.

Reflexión: La codependencia hace que se convierta, quien la padece, en una persona rescatadora-cuidadora. Los demás se aprovechan de esa obsesión del codependiente para cuidar de personas que realmente no necesitan cuidados. Para salir de ese triángulo dramático insano se requiere asumir el compromiso de cambiar y dejar ir esa compulsión.(Alpha).

¿Eres un codependiente obsesivo-compulsivo? ¿Estás en recuperación? Comenta acá.

Lectura Bíblica sugerida: Tú, hijo mío, esfuérzate en la gracia que tenemos en Cristo Jesús (2 Timoteo 2:1).

Reflexión del Dia: 27 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependientereafirma la necesidad que el codependiente exprese abiertamente sus emociones,ello le ayudara a manejarse con las demás personas, y le relajara de sus sentimientos negativos.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Los sentimientos pueden no ser siempre un barril de felicidad, pero reprimirlos puede ser verdaderamente desastroso. Así que, ¿cuál es la solución? ¿Qué hacemos con estos incómodos sentimientos que parecen ser tanto una carga como un deleite?
Los sentimos. Podemos sentir. Está bien sentir nuestros sentimientos, Está bien que tengamos sentimientos, todos los que hay. Incluso está bien que los hombres sientan. No está mal que haya sentimientos. Estos no son inadecuados. No necesitamos sentirnos culpables acerca de tos sentimientos. Los sentimientos no son hechos; sentir una furia homicida es enteramente distinto que cometer suicidio. Los sentimientos no se deben juzgar como buenos o malos. Los sentimientos son energía emocional; no son rasgos de personalidad.
La gente dice que hay cientos de sentimientos diferentes, que van de un ligero desagrado a un verdadero malhumor, de la exuberancia al deleite, etcétera. Algunos terapeutas han reducido la lista a cuatro: furia, tristeza, alegría y miedo, Estos son los cuatro grupos de sentimientos primarios, y todos los demás son matices y variaciones de ellos. Por ejemplo, sentirse solo y “estar azotadísimo” caerían dentro de la categoría de la tristeza; la ansiedad y el nerviosismo serían variaciones del miedo; ver todo color de rosa y estar contento se catalogarían dentro de la alegría. Pueden llamarlos como quieran; lo importante es sentirlos.
Eso no significa que tengamos siempre que estar en guardia por un sentimiento o por otro. No significa que tengamos que dedicar una cantidad extraordinaria de nuestras vidas a revolcarnos en el estiércol emocional. De hecho, manejar nuestros sentimientos significa que podemos salir del estiércol. Significa que si sobreviene un sentimiento —energía emocional—, podemos sentirla. Nos tomamos unos momentos, reconocemos la sensación, y seguimos al siguiente paso. No censuramos. No bloqueamos. No nos escapamos. No nos decimos a nosotros mismos: “No sientas eso. Algo debe de estar mal dentro de mí”. No nos juzgamos a nosotros mismos por nuestros sentimientos. Los experimentamos. Permitimos que la energía pase por nuestros cuerpos, y la aceptamos como nuestra energía emocional, como nuestro sentimiento.
Decimos “está bien.”

Reflexión: Si bien los sentimientos no siempre son buenos, es saludable sentirlos y expresarlos con conductas apropiadas. El codependiente siente y reprime todo aquello que le hace sentir mal, alterado, ansioso. Es sano que aprenda a manifestarse abiertamente y eso le da tranquilidad, aunque al principio, sea difícil asumir ese nuevo comportamiento de franqueza. (Alpha).

¿Estás dando a conocer tus sentimientos y emociones? ¿Ese comportamiento nuevo te ofrece tranquilidad? Comenta acá.

Lectura Bíblica sugerida: El Señor ruge desde Sion y da su voz desde Jerusalén. Tiemblan los cielos y la tierra, pero el Señor es refugio para su pueblo y fortaleza para los hijos de Israel (Joel 3:16).

Meditacion 26 de Marzo… Aprende a decir «Yo soy»

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reafirma que el codependiente debe sentir la necesidad de cambiar sus sentimientos y emociones de baja autoestima por otras de creencia en sus capacidades y fortalezas como humano.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Escuchamos mucho acerca de llegar a ser completo. «Conviértase en un ser humano completo». «Comience el camino para volverse completo». «No encontrará el amor romántico hasta que sepa que está completo». Francamente, este tipo de comentarios a menudo me confundían. Pero luego decidí que la totalidad se relaciona directamente con el proceso de desapego y liberación.
Es admirable perseguir nuestros sueños y saber lo que queremos lograr; pero después de identificar qué es lo que buscamos, debemos dejarlo ir. Necesitamos saber en nuestros corazones y almas que estamos bien, ya sea que obtengamos lo que buscamos o no.
Otro amigo lo describió de esta manera. «Es el viejo budismo zen», dijo. «Cuando eres uno contigo mismo, la vida se vuelve mágica. Puedes obtener lo que quieras».
Las palabras más poderosas y mágicas que podemos decir en el lenguaje del adiós son estas: «yo soy».
Luego subimos un escalón aprendiendo a decir, estoy completo tal como soy.

«Dios, ayúdame a conocer el poder de las palabras ¡yo soy»!

Reflexión: La codependencia lleva a la persona apegada a desdibujar su conducta con estos apegos. Se siente menospreciado por los demás, su estima personal se quiebra y no cree ser capaz de alcanzar cambios que le favorecen. Esta percepción debe ser cambiada por una de seguridad en si mismo, en sus capacidades y talentos. Esto lo debe sentir y actuar.(Alpha).

¿Te sientes y actúas como una persona seguro de sí mismo? ¿Estás logrando cambios favorables en tu vida? Comenta acá tus percepciones al respecto.

Versículo Biblico del Dia: ¡Bueno es el SEÑOR! Es una fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que en él se refugian (Nahum 1:7).

Reflexión del Dia: 25 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente refiere que el codependiente tiene serios problemas de comunicación. Es una persona ensimismada, reprimiendo lo que siente y piensa. Durante la recuperación, el se torna más directo y franco en sus conversaciones.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

No es de extrañar que tengamos problemas de comunicación.
Hablar clara y directamente no es difícil. De hecho, es fácil. Y divertido. Empecemos por saber que está bien ser como somos. Nuestros sentimientos y pensamientos están bien. Nuestras opiniones cuentan. Está bien hablar acerca de nuestros problemas. Y está bien decir que no.
Podemos decir que no cada vez que así lo sintamos. Es fácil. Dilo ahora mismo. Diez veces. ¿Viste qué fácil fue? Por cierto, los demás también pueden decir que no. Se hace más fácil si tenemos iguales derechos. Cada vez que nuestra respuesta sea no, empecemos a responder con la palabra no en vez de decir, “no lo creo”, o “tal vez”, o cualquiera otra frase vacilante.
Digamos lo que queremos, y queramos decir lo que decimos. Si no sabemos qué queremos decir, quedémonos callados y pensemos sobre ello. Si nuestra respuesta es, “no lo sé”, digamos “no lo sé”.
Aprendamos a ser concisos. Dejemos de andarle dando vueltas a la gente. Lleguemos al punto y cuando lo hayamos hecho, detengámonos.
Hablemos acerca de nuestros problemas. No le somos desleales a nadie al revelar quiénes somos y sobre qué tipo de problemas estamos trabajando. Lo único que sí hacemos es fingir al no ser quiénes somos.
Compartamos secretos con amigos de confianza que no los usarán en contra nuestra ni nos ayudarán a sentirnos avergonzados. Podemos tomar decisiones apropiadas acerca de con quién hablar, qué tanto decirle y cuál es el mejor momento para hablar.
Expresemos nuestros sentimientos abierta, honesta, adecuada y responsablemente. Permitamos que los demás hagan lo mismo. Aprendamos las palabras: Yo siento. Permitamos que los demás digan estas palabras y aprendamos a escuchar, no a arreglar.
Podemos decir lo que pensamos. Aprendamos a decir: “Lo que pienso es esto”. Nuestras opiniones pueden ser diferentes a las de los demás. Eso no significa que estemos mal. No tenemos que cambiar nuestras opiniones, y tampoco la otra persona, a menos que alguno de nosotros lo desee.
Podemos incluso estar equivocados.

Reflexión: Para el codependiente resulta difícil mantener una comunicación fluida, sincera y franca. Está acostumbrado a reprimir lo que siente y piensa. Le cuesta decir las cosas, prefiere callar y guardarse todo para si mismo. Cuando empieza a adquirir confianza en si mismo se atreve a manifestar sus sentimientos y emociones más abiertamente. (Alpha).

¿Eres poco comunicativo con los demás? ¿Cómo lidias con esa situación? Comenta acá.

Lectura Bíblica sugerida: Señor, tu eres mi fuerza y mi fortaleza; ¡tú eres mi refugio en momentos de angustia! Las naciones vendrán a ti desde los extremos de la tierra, y dirán: Nuestros padres no tuvieron otra cosa que dioses falsos, que no sirven para nada (Jeremías 16:19).

Reflexión del Dia: 24 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependienterefiere que el codependiente juega varios roles, todos enmarcados en un triángulo de drama y dolor. Actúa como rescatador, perseguidor y víctima, todos le confinan en una profunda soledad y confusión.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Cerca de un año después de comenzar a recuperarme de mi codependencia me di cuenta de que aún estaba haciendo algo que me causaba dolor. Percibí que este patrón tenía algo que ver con el por qué muchas de las relaciones que establecía se agriaban. Pero no sabia qué era “eso” que estaba yo haciendo, de modo que no pude dejar de hacerlo.
Un soleado día, mientras caminaba por la acera con mi amigo Scott, me detuve, me volví hacia él y le pregunté: “¿Qué es esa cosa que los codependientes hacen una y otra vez? ¿Por qué nos seguimos sintiendo tan mal?”
Pensó un momento en mi pregunta antes de responderme. “Los codependientes son cuidadores de los demás, rescatadores. Rescatan, luego persiguen, y terminan siendo víctimas. Estudia el triángulo del drama de Karpman”, me dijo. El triángulo del drama de Karpman y sus papeles de rescatador, perseguidor y víctima son la obra y la observación de Stephen B. Karpman.
Lo que me dijo no tenía sentido, pero volví a casa, busqué en algunos libros de terapia que se estaban empolvando en mi librero y los estudié. Luego de un rato, la luz se hizo en mi cabeza. Vi. Comprendí. Y me sentí como si hubiera descubierto el fuego.
Eso era. Ese era mi patrón. Este es nuestro patrón. Esto es lo que hacemos repetidamente con nuestros amigos, familiares, conocidos, clientes o cualquiera que se encuentre a nuestro alrededor. Como codependientes, podernos hacer muchas cosas, pero este patrón es el que seguimos mejor y con mayor frecuencia. Esta es nuestra reacción favorita.
Somos rescatadores, quienes todo lo proporcionan. Somos grandes madrinas o padrinos del mundo entero. No sólo satisfacernos las necesidades de la gente, sino que las anticipamos. Arreglamos los asuntos de los demás, los enseñamos, nos afligimos por ellos, Les solucionamos, los atendemos. Y lo hacemos todo tan bien. “Tu deseo es un mandato para mí”, es nuestro lema. “Tu problema es mi problema.” Somos cuidadores.

Reflexión: El codependiente se mueve en un Triángulo insano (Karpman), jugando los roles de víctima perseguidor y rescatador. Estos papeles los ejecuta como parte del drama en que convierte su vida. Este escenario negativo le imposibilita ser feliz y estar sereno. Debe romper este triángulo y embarcarse en su recuperación, es así como alcanzara la paz y serenidad. (Alpha).

¿Te has movido en este triángulo patológico? ¿Cómo saliste de este? Comparte aquí tus vivencias al respecto.

Lectura Bíblica sugerida: No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia (Isaías 41:10).

Reflexión del Dia: 23 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que el codependiente como apegado obsesivo vive sosteniendo relaciones insanas con personas que él cree necesitan de su atención, aun cuando le traigan desazón y desaliento.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

El síndrome de la rana.

Hay una anécdota que circula en los grupos de codependencia. Va así: “¿Has oído hablar de la mujer que besó a una rana? Esperaba que la rana se convirtiera en un príncipe. No fue así, Ella se convirtió también en rana.”

A muchos codependientes les gusta besar a las ranas. Vemos tanto de bueno en ellas. Algunos de nosotros nos vemos crónicamente atraídos a las ranas luego de haber besado un número suficiente de ellas. Los alcohólicos y las personas con otros trastornos compulsivos son gente atractiva. Irradian poder, energía y encanto. Te prometen el mundo. No importa que lo que nos den sea dolor, sufrimiento y angustias. Las palabras que dicen se oyen tan bien.
Si no lidiamos con nuestras características codependientes, las probabilidades dictan que continuaremos siendo atraídos por las ranas y continuaremos besándolas. Incluso si lidiamos con nuestras características, podemos seguir inclinándonos por las ranas, pero podemos aprender a no saltar al estanque junto con ellas.

Reflexión: El codependiente vive su vida comprometiéndose en relaciones destructivas, personas que dependen de el y el de ellas. Eso llena su vida momentáneamente. Le mantiene vivo y util. En este tiempo su estima se compromete aun mas, y no puede «desmarcarse» de ese impulso obsesivo. (Alpha).

¿Eres un codependiente obsesivo? ¿Dedicas tu vida a satisfacer las necesidades de los demás? Comparte aquí tu experiencia al respecto.

Lectura Bíblica sugerida: ¡Inclínate a escucharme! ¡Ven pronto en mi ayuda! ¡Sé tú mi roca fuerte, la fortaleza que me salve! Ciertamente, tú eres mi roca y mi castillo; guíame; encamíname por causa de tu nombre (Salmos 31:2-3).

Reflexión del Dia: 22 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca la necesidad de mantener una comunicación fluida, sincera y honesta con los demás, en el marco del amor.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Podemos ser asertivos y sostenernos sin ser abrasivos ni agresivos. Aprendamos a decir: “Hasta aquí llego. Este es mi límite. No toleraré esto”. Y querer decir esas palabras.
Podemos mostrarnos compasivos y preocupados por los demás sin rescatarlos. Aprendamos a decir: “Parece que tienes un problema. ¿Qué necesitas de mí?” Aprendamos a decir: “Me da pena que tengas ese problema”. Luego desapégate. No tenemos que arreglarlo nosotros.
Podemos discutir nuestros problemas y sentimientos sin esperar tampoco que la gente nos rescate. Nos podemos conformar con que se nos escuche. Eso es, de todos modos, tal vez lo único que queríamos.
Una queja común que escucho por parte de los codependientes es: “¡Nadie me toma en serio!” Tomémonos a nosotros mismos en serio. Equilibremos eso con un sentido del humor adecuado y no tendremos que preocuparnos acerca de lo que cualquier otro haga o no haga.
Aprendamos a escuchar lo que la gente dice y lo que no dice. Aprendamos a escucharnos, al tono de voz que empleamos, a las palabras que elegimos, al modo como nos expresamos y a los pensamientos que cruzan por nuestra mente.
El habla es una herramienta y un deleite. Hablamos para expresarnos. Hablamos para que nos escuchen. Hablar nos permite comprendernos a nosotros mismos y nos ayuda a entender a los demás. Hablar nos ayuda a enviar mensajes a otras personas. A veces hablamos para lograr cercanía e intimidad. Quizá no siempre tenemos algo espectacular que decir, pero queremos tener contacto con la gente. Queremos tender un puente entre nuestras brechas. Queremos compartir y mantenernos cerca. A veces hablamos para divertirnos—para jugar, disfrutar, burlarnos y entretenernos—. Hay veces en que hablamos para cuidar de nosotros mismos, para que quede claro que no permitiremos que se nos insulte ni se abuse de nosotros, que nos amamos a nosotros mismos, y de que hemos tomado decisiones de acuerdo con lo que nos conviene más. Y a veces simplemente hablamos.
Necesitamos asumir la responsabilidad por la comunicación. Que nuestras palabras reflejen una elevada autoestima al igual que estimación por los demás. Seamos honestos. Seamos directos. Seamos abiertos. Seamos gentiles y amorosos cuando sea apropiado serlo. Seamos firmes cuando la situación exige firmeza. Pero, por encima de todo, seamos quienes somos y digamos lo que necesitamos decir.
En amor y dignidad, hablemos con la verdad —-así como la pensamos, la sentirnos y la sabemos— y la verdad nos hará libres.

Reflexión: El codependiente tiende a guardarse todo para si. Le cuesta socializar. Habitualmente usa palabras negativas, problemáticas, que perturban un mas una comunicación fluida y honesta. Debe asumirse un vocabulario, honesto, sincero, honesto y franco. (Alpha).

¿Te comunicas con franqueza y claridad? ¿Eres honesto cuando interactuas con los demás?

Lectura Bíblica sugerida:Tú, Señor, eres mi escudo y mi fuerza; en ti confía mi corazón, pues recibo tu ayuda. Por eso mi corazón se alegra y te alaba con sus cánticos. Tú, Señor, infundes fuerzas a tu pueblo; tu ungido halla en ti un refugio salvador (Salmos 28:7-8).

Meditación 22 de Marzo … Deja el papel de víctima

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reitera la necesidad que el codependiente quien vive ejerciendo el rol de víctima se deslastre de ese papel, asumiendo nuevas formas de actuar con determinación y coraje para sanar.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Está bien tener un buen día. Realmente está bien. Está bien que te esté yendo bien y que sientas que tu vida es gobernable y que vas por buen camino. Muchos de nosotros hemos aprendido, como parte de nuestra conducta de supervivencia, que la manera de obtener la atención y la aprobación que queremos es siendo víctimas. Si la vida es espantosa, difícil, ingobernable, demasiado dura, injusta, entonces, pensamos, los otros nos aceptarán, les agradaremos, nos aprobarán. Podemos haber aprendido esto por haber vivido y habernos relacionado con gente que también aprendió a sobrevivir siendo víctima.
Nosotros no somos víctimas. No necesitamos ser victimados. No necesitamos estar desvalidos y fuera de control para obtener la atención y el amor que anhelamos. De hecho, el tipo de amor que buscamos no se puede obtener de otra manera.
Podemos conseguir el amor que realmente queremos y necesitamos sólo cuando nos adueñamos de nuestro poder. Aprendemos que podemos pararnos sobre nuestros pies, aunque a veces nos sintamos bien al apoyarnos un poquito.
Aprendemos que la gente en quien nos estamos apoyando no nos está deteniendo. Está parada junto a nosotros. Todos tenemos días malos, días en que las cosas no van como nos gustaría, días en que sentimos tristeza y miedo. Pero podemos lidiar con nuestros días malos y con nuestros sentimientos más oscuros de manera que reflejan responsabilidad por uno mismo más que victimización. También está bien tener días buenos. Quizá no tengamos tanto de qué hablar, pero tendremos más qué disfrutar.
«Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de ser la víctima. Ayúdame a dejar ir mi creencia de que para ser amado y captar la atención necesito ser una víctima. Rodeame de gente que me ame cuando me adueñe de mi poder.Ayúdame a empezar tener días buenos y a disfrutarlos».

Reflexión: Para el codependiente que esta «cómodo» en su papel de mártir desde siempre, dejar ese rol es difícil, máxime cuando ha sacado provecho a ejercerlo. Pero si desea sanar, debe activarse ejerciendo la responsabilidad sobre su vida, responsabilizándose de él mismo y asi vivirá una vida plena, aunque al principio le resulte laborioso. Esa es la actitud saludable. (Alpha).

¿Estás actualmente en Terapia Doce Pasos CoDA? ¿Sientes que has mejorado? Comparte aquí tus vivencias.

Versículo Biblico del Dia: Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas» (Josué 1:9)