Reflexión del Dia: 7 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» detalla el triangulo del Drama de Karpman, en el cual se mueve continuamente el codependiente practicando su rol como rescatador. Permite visualizar como pasamos de controladores a controlados, haciendo de la existencia algo incierto, sin disfrute alguno. Vivimos solo a través de rescatar a quienes creemos lo necesitan, sin detenernos a pensar que nos corresponde «cuidarnos y amarnos» como tarea primaria.

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Reflexiona sobre esto:

Déjenme ilustrar refiriéndoles un rescate. Una amiga mía estaba casada con un alcohólico. Cada vez que él se emborrachaba, ella manejaba por toda la ciudad, pedía la ayuda de sus amigos y perseguía despiadadamente a su marido hasta que lo encontraba. Por lo general ella se sentía benévola, preocupada y apenada por él —lo cual era una advertencia de que se aproximaba un rescate— hasta que lo llevaba de regreso a casa y lo metía en cama asumiendo la responsabilidad por él y por su sobriedad. Cuando él ponía la cabeza sobre la almohada, las cosas cambiaban. Asumió ella entonces el papel de perseguidor. No quería a este hombre en su casa. Esperaba que él se lamentara días enteros de lo enfermo que estaba. Él era incapaz de asumir sus responsabilidades dentro de la familia, y en general actuaba de manera lastimosa. ¡Había hecho esto tantas veces! De modo que ella lo atacaba, comenzando con uno que otro tijeretazo y al final con una explosión total. Él toleraba su persecución por breve tiempo y luego de ser una desamparada víctima se volvía un perseguidor vengativo. Entonces ella asumía el papel de la víctima. Lástima de sí misma, sentimientos de desamparo, de vergüenza y de desesperación se apoderaban de ella. Esta era la historia de su vida, se lamentaba. Después de todo lo que había hecho por él, ¿cómo podía tratarla de esta manera? ¿Por qué a ella siempre le pasaba esto? Se sentía víctima de las circunstancias, víctima de la indignante conducta de su marido, víctima de la vida. Nunca se le ocurrió que era también víctima de sí misma y de su propia conducta.

Reflexión: Los codependientes somos aquellas personas que nos caracterizamos por «rescatar» a quienes consideramos «víctimas», pero llego el momento que en lugar de asumir la responsabilidad por los problemas de alguien más, debemos guiarlo para que encuentre sus propias soluciones. Esto no solo es más saludable para ti, sino que también es más empoderador para la otra persona.(Alpha).

¿Cuántas veces has actuado como «rescatador»? ¿Cuáles emociones sientes durante esta experiencia? ¿Lograste salir de esa situación? ¿Cómo lo hiciste? Coméntanos tus vivencias y aquellas estrategias que usaste.

Reflexión del Dia: 6 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el codependiente debe asumir «desapegarse» cuando su vida se ha hecho ingobernable. Es saludable hacerlo a tiempo, no tiene otras opciones para sanar, solo «desapegarse».

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Reflexiona sobre esto:

¿Cuándo debemos desapegarnos? Cuando no podamos dejar de pensar, de hablar acerca de o de preocuparnos por alguien o por algo; cuando nuestras emociones estén en constante ebullición; cuando sintamos que tenemos que hacer algo acerca de alguien porque ya no podemos soportar la situación ni un minuto más; cuando estamos colgando de un hilo y sentimos que tal hebra está a punto de romperse; y cuando creemos que ya no podemos seguir viviendo con el problema con el que hemos estado tratando de vivir. ¡Es tiempo de desapegarnos! Aprenderán a reconocer cuándo es aconsejable desapegarse. Una buena regla a seguir es esta: cuando más necesitas desapegarte es cuando esto parece ser lo más lejano o lo menos posible de hacer.

Reflexión: En lugar de consumirte en las necesidades y deseos de otra persona, el desapego te invita a reinvertir esa energía en tu propio crecimiento y felicidad. En el proceso, creas el espacio para que la otra persona también lo haga. Por tanto, desapegarse con amor es liberar y ser liberado, permitiendo que cada uno busque su propia felicidad y plenitud, mientras sigue estando disponible en una capacidad más sana y equilibrada.(Alpha).

¿Has vivido situaciones de apego afectivo? ¿Has asumido el compromiso de desapegarte? ¿Cómo lo has hecho? ¿Te ha sido útil? Comenta aquí y comparte tus vivencias./em>

Reflexión del Dia: 5 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente»caracteriza al codependiente como «reaccionarios», con sentimientos de ira, odio y amargura hacia nosotros mismos. El codependiente sufre por cualquier causa, se conduce en el drama y se hace víctima de cualquier situación. Actúa de manera colérica ante el entorno, generando pugnas y dificultades para el grupo donde se moviliza. Nuestros sentimientos se descarrilan con extrema facilidad.

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Reflexiona sobre esto:

La mayoría de los codependientes son reaccionarios. Reaccionamos con ira, culpa, vergüenza, odio a nosotros mismos, preocupación, sentimientos heridos, gestos controladores, acciones solícitas, depresión, desesperación y furia. Reaccionamos con miedo y ansiedad. Algunos de nosotros reaccionamos tanto que nos resulta doloroso estar cerca de la gente, y torturante encontrarnos dentro de un grupo grande de personas. Es normal reaccionar y responder a nuestro medio ambiente. Reaccionar es parte de la vida. Es parte de interactuar, es parte de ser humano y de estar vivo. Pero nos permitimos irritamos tanto y distraernos tanto.
Pequeñeces, cosas mayores —lo que sea— tienen el poder de descarrilarnos. Y nuestra respuesta después de que reaccionamos a menudo no es la que más nos conviene.
Podemos haber empezado a reaccionar y a responder urgente y compulsivamente con patrones que nos lastiman. El solo hecho de sentir urgencia y compulsión es suficiente para herirnos. Nos mantenemos en un estado de crisis, fluyendo la adrenalina y tensos los músculos, listos para reaccionar ante emergencias que generalmente no son tales. Alguien hace algo, de modo que nosotros debemos hacer algo a la vez. Alguien se siente de determinada manera de modo que nosotros debemos sentirnos de otra determinada manera.
BRINCAMOS DENTRO DEL PRIMER SENTIMIENTO QUE NOS ATRAVIESA Y LUEGO NOS EMPANTANAMOS EN ÉL. Pensamos en el primer pensamiento que cruza por nuestra cabeza y luego elucubramos sobre él. Decimos lo primero que nos viene a la lengua y a veces nos arrepentimos. Hacemos lo primero que nos viene a la mente, generalmente sin pensarlo. Ese es el problema: reaccionamos sin pensar, sin haber pensado honestamente lo que necesitamos hacer y cómo queremos manejar la situación. Nuestras emociones y conductas controladas —disparadas— por cualquier persona o cosa en nuestro entorno. Indirectamente estamos permitiendo que los demás nos digan qué hacer. Eso significa que hemos perdido el control. Estamos siendo controlados.
Cuando reaccionamos abdicamos a nuestro poder personal, dado por Dios, para pensar, sentir y actuar de acuerdo con nuestro mejor interés

Reflexión: «La conducta reaccionaria del codependiente a menudo nace de un intento desesperado de controlar el entorno emocional, pero este enfoque tiene un efecto contraproducente. Al reaccionar impulsivamente ante los comportamientos y emociones de los demás, se perpetúa un ciclo de tensión y desequilibrio, tanto para uno mismo como para la relación. Este comportamiento no solo agota tu energía emocional, sino que también eclipsa tu capacidad para responder de manera más saludable y consciente. En el fondo, ser reactivo en lugar de proactivo mina la posibilidad de construir relaciones genuinas basadas en el respeto mutuo y el amor verdadero. Ser consciente de esta tendencia reaccionaria es el primer paso para romper el ciclo, permitiéndote actuar desde un lugar de autoconciencia y equilibrio emocional. (Alpha).

¿Te sientes identificado con esta reflexión? ¿Has vivido situaciones de reacciones sin sentido alguno? ¿Has buscado ayuda profesional? ¿Cuales han sido tus herramientas y te han sido de utilidad? Comenta aquí.

Reflexión del Dia: 4 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» nos hace comprender la necesidad de mantenernos en calma interior para asumir las decisiones que nos ayuden a salir de los problemas que creamos y enfrentamos como personas apegadas y guiadas por una necesidad enfermiza de «controlar» la vida de los demás.

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Reflexiona sobre esto:

Descubre que necesitas hacer para cuidar de ti mismo. Toma tus decisiones basándote en la realidad y tómalas en un estado de ánimo apacible. ¿Necesitas pedir disculpas? ¿Quieres olvidarte del asunto?
¿Necesitas hablar con alguien de corazón a corazón? ¿Necesitas tomar otra decisión para cuidar de ti mismo?
Cuando tomes tu decisión ten en mente cuáles son tus responsabilidades. No tienes la responsabilidad de que los otros “vean la luz” y no necesitas “enderezarlos”. Tienes la responsabilidad de ayudarte a ti mismo a ver la luz y de enderezarte. Si no te sientes en paz con alguna decisión, olvídala. No es tiempo para tomarla todavía. Espera hasta que tu mente esté consistente y tus emociones estén tranquilas.
Cálmate. No necesitas sentirte tan asustado. No necesitas sentirte tan frenético. Mantén las cosas en perspectiva. ¡Hazte la vida más fácil!

Reflexión: En la sanación de la codependencia, aprender a cuidar de uno mismo no es un lujo, sino una necesidad imperante. La codependencia nos enseña a poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras, a tal punto que descuidar nuestro propio bienestar se vuelve la norma. Sin embargo, la verdadera sanación solo puede comenzar cuando reorientamos ese cuidado hacia nosotros mismos. Al hacerlo, no solo ganamos una mayor estabilidad emocional y autoestima, sino que también creamos el espacio para relaciones más saludables y equitativas. Cuidar de ti mismo es el primer paso para romper el ciclo de la codependencia, pues nos permite establecer límites saludables y practicar la autoafirmación de una manera que enriquece nuestra vida y la de los que nos rodean. El autocuidado en este contexto se convierte en un acto radical de autoamor, esencial para desmantelar los patrones y creencias que sostienen la codependencia. Al cuidar de ti mismo, te das el permiso para ser una persona completa, y no solo un satélite en la órbita de alguien más. (Alpha).

¿Has asumido decisiones para cuidar de ti mismo en el sendero a la recuperación? ¿Cuáles herramientas te han funcionado? Comenta acá tus vivencias al respecto.

Reflexión del Dia: 3 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea las bondades de desapegarse, dejar que los demás asuman la responsabilidad de sus vidas, y nosotros aprender a amarnos, a aceptarnos tal cual somos, a despreocuparnos por aquello que no podemos cambiar ¡Liberarnos es la clave!

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Reflexiona sobre esto:

Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe. Significa que aprendemos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos in volvernos locos. Dejamos de crear un caos en nuestra mente y en nuestro medio ambiente. Cuando no nos hallamos reaccionando de un modo ansioso compulsivo, nos volvemos capaces de tomar buenas decisiones acerca de cómo amar a la gente y de cómo solucionar nuestros problemas. Nos liberamos para comprometernos y para amar de modo que podamos ayudar a los demás sin lastimarnos a nosotros mismos.
Las recompensas que el desapego nos brinda son muchas: serenidad, una profunda sensación de paz interior, la capacidad de dar y de recibir amor de una manera que nos enaltece y nos llena de energía, y la libertad para encontrar soluciones reales a nuestros problemas. Encontramos la libertad para vivir nuestra propia vida sin sentimientos excesivos de culpa o de responsabilidad hacia los demás. En ocasiones el desapego llega a motivar y a liberar a la gente que se encuentra a nuestro alrededor para empezar a solucionar sus problemas. Dejamos de mortificarnos por ellos y lo perciben, de modo que finalmente comienzan a preocuparse por ellos. ¡Qué gran plan! Cada quien atiende sus propios asuntos.

Reflexión: El desapego en la codependencia no es un acto de renuncia, sino más bien un acto de liberación. Al liberarnos de la necesidad compulsiva de controlar o ser validados por los demás, recuperamos nuestra propia autonomía y bienestar emocional. En el espacio que se crea, descubrimos que el amor verdadero no es una transacción de necesidades, sino una libre expresión de nuestra humanidad compartida. En el desapego, encontramos la libertad para ser quienes somos realmente, y en esa libertad, descubrimos el tipo de amor y conexión que siempre hemos buscado. Este tipo de desapego no es frío o indiferente, sino que es el medio por el cual se puede vivir de una manera más consciente y saludable, tanto para uno mismo como para los demás. (Alpha).

¿Has estado ejercitándote en la práctica del desapego? ¿Cuáles herramientas has utilizado para esto? ¿Sientes que has dado pasos positivos hacia el desapego? Coméntanos tus experiencias.

Reflexon del Dia: 2 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» hace especial mención a las reacciones que provoca en los codependientes el apego afectivo. La obsesión pasa a ocupar «todos los pensamientos» y se crea un remolino de «pensamientos compulsivos» que impide pensar en otra cosa que no sea el objeto de su apego ¡Se pierde el control, el poder y la serenidad!

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Reflexiona sobre esto:

Preocuparnos y obsesionarnos nos mantiene con tal maraña en la cabeza que no podemos resolver nuestros problemas. Cada vez que nos apegamos de esta manera a alguien o a algo, nos separamos de nosotros mismos. Perdemos contacto con nosotros mismos. Damos en prenda nuestro poder y nuestra capacidad para pensar, sentir, actuar y cuidar de nosotros mismos. ¡Perdemos el control!
Es horrible estar obsesionado con otro ser humano o con un problema. ¿Conoces alguna persona obsesionada con alguien o con algo? Esa persona no puede hablar de otra cosa, no puede pensar en otra cosa. Aunque parezca oírte cuando le hablar, sabes que no te escucha. Su mente está dando tumbos, va de aquí para allá en un interminable remolino de pensamientos compulsivos. Esta preocupada. Relaciona todo lo que le dices (aunque no tenga nada que ver) con el objeto de su obsesión. Dice las mismas cosas, una y otra vez, usando las mismas palabras o cambiandolas ligeramente. Lo que tú digas no sirve de nada. Aunque le digas que pare, no sirve de nada. Probablemente lo haría si pudiera. El problema es que no puede hacerlo (en ese momento). Pues está a punto de estallar con la discordante energía de que está hecha la obsesión. Tiene un problema o una preocupación que no sólo lo molesta y lo controla.

Reflexión: En la codependencia, la preocupación y obsesión por otros a menudo se disfrazan de amor o deber, pero en realidad, nos roban la oportunidad de vivir nuestras propias vidas de manera plena. Dejar atrás estas conductas no es un acto de abandono hacia los demás, sino un acto de fidelidad hacia uno mismo. Al liberarnos de la compulsión de controlar o ‘salvar’ a otros, nos damos el espacio para centrarnos en nuestra propia sanación, descubriendo en el proceso un sentido de paz y libertad que no sabíamos que era posible. Es fundamental entender que cada individuo es responsable de su propia felicidad y bienestar; soltar esta preocupación obsesiva permite que cada persona en la relación respire, crezca y, finalmente, florezca. (Alpha).

¿Has tenido apego por otra persona? ¿Has sentido estas manifestaciones? ¿Has salido de ese círculo obsesivo-compulsivo? ¿Cuales herramientas has utilizado?. Coméntanos aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 1 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» refiere que los codependientes tendemos a «entregar el control de nuestra vida a los otros,» abdicando nuestro poder. Cuando nos hacemos dependientes, entramos en un torbellino de emociones y sentimientos que nos llevan hasta la desesperación, la tristeza y desordenamos nuestra existencia. Toda relación que se sustenta en el control, y no en el amor está signada por el fracaso.

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Reflexiona sobre esto:

La dependencia emocional y el sentirse atrapados también pueden provocar problemas en relaciones que podrían salvarse. Si estamos en una relación todavía buena, podemos ser demasiado inseguros para desapegamos y empezar a cuidar de nosotros mismos. Podemos extinguirnos y asfixiar o alejar a la otra persona. Esa necesidad extrema se vuelve obvia para los demás. Se puede sentir, percibir. En última instancia, la dependencia excesiva de otra persona puede matar el amor. Las relaciones que se basan en inseguridad emocional y en una necesidad, en vez de sustentarse en el amor, pueden volverse autodestructivas. No funcionan. Una necesidad demasiado grande aleja a la gente y extingue el amor. Asusta a la gente y hace que se vaya. Atrae a la gente equivocada. Y no satisface nuestras verdaderas necesidades.
Nuestras necesidades reales se hacen cada vez mayores, al igual que nuestra desesperación. Fijamos nuestra vida en torno a esta persona, tratando de proteger así nuestra fuente de seguridad y de felicidad. Abdicamos a vivir nuestra propia vida al hacer esto. Y sentimos ira contra esa persona. Somos controlados por ella. Dependemos de esa persona. Finalmente nos enojamos y nos resentimos con la persona de quien dependemos y quien nos controla, porque le hemos dado nuestro poder personal y nuestros derechos.

Reflexión: «La sanidad en las relaciones cuando se es codependiente comienza con el reconocimiento de que tu valor no está anclado en cómo te perciben los demás, sino en cómo te percibes a ti mismo. La clave está en establecer límites saludables que protejan tu bienestar emocional, permitiendo al mismo tiempo la conexión genuina con otros. No se trata de evitar las relaciones, sino de entrar en ellas de una manera más consciente y menos compulsiva. Al priorizar tu propio crecimiento y bienestar, creas un espacio en el que las relaciones pueden prosperar sin convertirse en la fuente única de tu identidad o felicidad. El primer paso para cualquier tipo de sanación es el reconocimiento del problema, seguido por el compromiso continuo con el cambio y el autocuidado. Mantener la salud en las relaciones siendo codependiente es un proceso de aprendizaje constante, uno que se facilita al amarte y respetarte a ti mismo primero.(Alpha).

¿Has tenido ese tipo de relaciones difíciles de dependencia afectiva?¿Has logrado salir «airoso» de estas relaciones? ¿Cuáles herramientas usaste? ¿Dieron resultados positivos? Comparte aquí en los comentarios.

Reflexión del Dia: 31 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» nos hace reflexionar en cómo piensa y siente una persona codependiente con referencia a su capacidad de cuidarse responsablemente. La Autora describe que estos pensamientos negativos se forjan desde la niñez, cuando nadie nos demostró amor e interés en nosotros, lo que desencadenó la desconfianza de nuestro propio poder interior.

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Reflexiona sobre esto:

Muchos de nosotros aprendimos estas cosas porque en nuestra niñez, alguien muy importante para nosotros fue incapaz de darnos el amor, la aprobación y la seguridad emocional que necesitábamos. De modo que hemos ido por la vida de la mejor manera posible, todavía buscando vaga o desesperadamente algo que nunca tuvimos. Algunos de nosotros todavía nos golpeamos la cabeza contra el cemento, tratando de obtener este amor de las personas que, al igual que mamá o papá, son incapaces de darnos lo que necesitamos. El ciclo se repite una y otra vez hasta que lo interrumpimos y lo detenemos. Se le llama asunto inconcluso.
Quizá se nos ha enseñado a no confiar en nosotros mismos. Esto sucede cuando tenemos un sentimiento y se nos dice que es malo o inadecuado. O cuando confrontamos una mentira o una inconsistencia y se nos acusa de estar locos. Perdemos la fe en esa parte profunda e importante de nosotros que experimenta sentimientos inapropiados, detecta la verdad y tiene confianza en su capacidad para manejar las situaciones de la vida. Muy pronto, podemos empezar a creer lo que nos han dicho de nosotros mismos: que no servimos, que estamos locos, que no se puede confiar en nosotros. Vemos a la gente a nuestro alrededor —personas a veces enfermas, con problemas, fuera de control— y pensamos, “ellos están bien. Deben estarlo. Me lo dijeron. De modo que debo ser yo. Debe haber algo fundamental que está mal en mí”. Nos abandonamos y perdemos la fe en nuestra capacidad para cuidarnos.

Reflexión: Volver a creer en el amor propio cuando se ha vivido una infancia de abandono y falta de amor es un acto valiente y transformador. Reconoce que tu pasado no tiene que definir tu capacidad para amarte a ti mismo hoy. Aquello que te fue negado en la niñez no establece tu valor ni tus posibilidades en el presente. Al nutrir un amor propio resiliente, estás reescribiendo una historia de vida que te empodera en lugar de limitarte. Es como plantar una semilla en tierra que antes se consideraba estéril; con el cuidado y la atención adecuados, esa semilla no solo germina, sino que florece. En esa floración, descubres que el amor hacia ti mismo es el nutriente más poderoso para tu bienestar emocional y tu capacidad para establecer relaciones saludables. Recuerda que el amor propio no es un destino, sino un viaje constante de descubrimiento y aceptación. Aceptar este reto es el primer paso para liberarte del peso de un pasado doloroso. (Alpha).

¿Tienes esos pensamientos y sentimientos negativos sobre ti? ¿Has perdido la fe en tu capacidad de amarte? ¿Te sientes desamparado, consiguiendo algo de paz siempre que sea controlando la vida de los demás?. Comenta aquí tus vivencias./em>

Reflexión del Dia: 30 de Agosto

 

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que existe una sola vía para lograr sanar de esta enfermedad y es a través del «desapego». Has perdido tiempo negando esa verdad, te toca asumir que llego el momento de concretar esta práctica.

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Reflexiona sobre esto:

“Pero esto es tan importante para mí”, protestan muchos. “No me puedo desapegar”.
Si es tan importante para ti, yo sugiero que esa es la razón más importante para desapegarte. Escuché sabias palabras acerca del desapego de boca de niños chiquitos, de los míos. A veces mi hijo más pequeño, Shane, se queda abrazado a mi fuerte y largamente después de que le doy mimos. Me tambaleo. Pierdo el equilibrio, y me impaciento con él porque me sigue abrazando. Comienzo a resistírmele.
Tal vez lo hace para tenerme cerca más rato. Quizá sea una manera de controlarme. No lo sé. Una noche que hizo esto mi hija nos miró hasta que ella misma se sintió frustrada e impaciente.
“Shane”, le dijo, “hay un tiempo para soltarse”. Para cada uno de nosotros, llega un tiempo para soltarse. Sabrás cuándo ha llegado ese tiempo.
Cuando has hecho todo lo que se puede hacer, es tiempo de desapegarte. Maneja tus sentimientos. Enfréntate a tus miedos acerca de perder el control. Gana control sobre ti mismo y sobre tus responsabilidades. Dales a los demás la libertad para ser lo que son. Al hacerlo, te liberarás.

Reflexión: Para el codependiente, el desapego se siente como una contradicción a su esencia, como si soltar lo que lo ata significara perder una parte de sí mismo. Pero es en el acto valiente de soltar donde se encuentra la verdadera libertad: la libertad de ser, de amar y de vivir sin cadenas emocionales que limitan el potencial de una vida plena. Esta dificultad en el desapego no es una sentencia de por vida; es mas bien un obstáculo que, una vez reconocido y enfrentado, puede ser superado para alcanzar una versión más saludable y autónoma de uno mismo. (Alpha).

¿Sientes que es el momento de soltar lo que te mantiene apegado y sufriendo? ¿Has intentado desapegarte anteriormente? ¿Has logrado concretar el desapego? Coméntanos tus vivencias al respecto.

Reflexión del Dia: 29 de Agosto

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente»enfatiza que la clave es «cuidarnos responsablemente». Para llegar a esta meta, tenemos que pasar por un proceso gradual, que no es fácil, pero sí necesario para sanar. Postergarlo solo complica nuestra vida y no detenemos el sufrimiento.

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Reflexiona sobre esto:

Desapegate. Renuncia. A veces cuando hacemos esto el resultado que habíamos esperado sucede rápida, a veces milagrosamente. A veces, no sucede. A veces nunca sucede. Pero tú saldrás beneficiado. No tienes que dejar de ocuparte o de amar. No tienes que tolerar el abuso. No tienes que abandonar métodos constructivos, como la intervención profesional, para solucionar tus problemas. Lo único que tienes que hacer es poner tus manos emocionales, mentales, espirituales y físicas otra vez dentro de tus propios bolsillos y dejar a las cosas y a la gente solas. Déjalas estar. Toma cualquier decisión que necesites tomar para ocuparte de ti mismo, pero no las tomes para controlar a los demás. ¡Empieza a ocuparte de ti mismo!

Mi Reflexión: El desapego no es indiferencia ni abandono; es la liberación del anhelo de controlar lo incontrolable. Al soltar las cadenas de la dependencia emocional, nos damos permiso para ser plenamente nosotros mismos, y en ese espacio, hallamos nuestra verdadera libertad y paz. (Alpha).

¿Te ocupas de ti mismo? ¿Te sientes a plenitud cuando aceptas que eres el único responsable de tu cuidado? Cuáles herramientas utilizas para alcanzar la paz y sosiego? Comparte en los comentarios.