Reflexión del Dia: Recuperarse es…

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Ciertamente recuperación significa extinguir cualquier incendio que flamee en nuestros hogares o en nuestras vidas hoy. Pero el núcleo de la recuperación es el proceso extensivo de reconstrucción, a veces, pesadisimo, para adquirir conductas nuevas. En la recuperación, dejamos de soportar la vida y empezamos a vivirla.
En la recuperación:

En vez de tratar de controlar a los demás obsesivamente, aprendemos a desapegarnos.
En lugar de permitir que los demás nos lastimen y nos usen, fijamos limites.
En vez de reaccionar, aprendemos a relajarnos y dejamos que las cosas caigan por su peso.
Reemplazamos la visión de túnel con una perspectiva.
Dejamos de preocuparnos y de negar las cosas y aprendemos habilidades constructivas para la solución de problemas.
Aprendemos a sentir y a expresar nuestros sentimientos, aprendemos a valorar lo que queremos y necesitamos.
Dejamos de castigarnos a nosotros mismos por los problemas, las tonterías y las locuras de las otras personas.
Dejamos de esperar de nosotros mismos la perfección, y dejamos de esperar que los demás sean perfectos.
Dejamos de reaccionar ante los poderosos sistemas disfuncionales por los que hemos sido afectados la mayoria de nosotros.
Adquirimos el arte de dejar de ser victimas.
Dejamos de cuidar compulsivamente de los demás y empezamos a cuidar de nosotros mismos.
Aprendemos a ser buenos con nosotros mismos, a divertirnos y a disfrutar de la vida.
Aprendemos a sentirnos bien en relación con lo que hemos logrado.
Dejamos de poner nuestra atención en lo que esta mal y empezamos a fijarnos en lo que esta bien.
Aprendemos a funcionar dentro de las relaciones.
Aprendemos a amarnos a nosotros mismos, para poder amar mejor a los demás.

La recuperación significa tratar con el paquete completo de conductas compulsivas autodestructivas. Pero no tratamos con estas conductas pensando que estamos mal por tenerlos. Nos dirigimos a nosotros mismos, y al proceso de recuperación, con un sentido de perdón y cierta gentileza hacia nosotros mismos. Empezamos a comprender que las conductas que hemos practicado han sido herramientas para sobrevivir. Hemos estado enfrentando situaciones difíciles. Lo hemos estado haciendo de la mejor manera que hemos podido. Nos hemos estado protegiendo a nosotros mismos.
Recuperación quiere decir adquirir, vivir por, y a veces vivir y recuperarnos a causa de principios espirituales. Aprendemos a hacer cosas intangibles como «desapegarnos y dejar hacer a Dios», «renunciar» y «aceptar» al tiempo que tenemos conductas mas tangibles tales como tomar decisiones y fijar limites.
(Melody Beattie de su Libro Mas Allá de la Codependencia).

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Reflexión del Dia: Soltar nuestras "esclavitudes"

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Soltar. Este es un secreto de la felicidad para esta vida y también para la otra. Soltar, ser libre, alcanzar la libertad de no estar atado a nada y de no ser esclavo de nada. Ni de posesiones, ni de seguridades, ni de costumbres.

No solo hay que soltar cosas o personas, sino también proyectos que no pudieron ser, estructuras mentales que nos condicionan, y hasta la idea que tenemos de lo que es la felicidad (puedo ser feliz «de otra manera»).
También hay que saber soltar los tiempos y la organización de la jornada. Solo así se hace posible «aflojar» de verdad la resistencia y las tensiones.
También hay que soltar los mecanismos que usamos para desplazar a Dios. Refugios que nos permiten vivir al margen de Dios, como si así pudiéramos ser mas libres.
Es cierto que es bueno ser vulnerable. Es parte de nuestra humanidad ser capaces de necesitar a otro y de pedir ayuda. Pero no es bueno convertirse en un miserable esclavo.
Tienes una inmensa dignidad, no te vendas por poco, no te arrastres indignamente. Eres imagen de Dios. Dios se refleja en ti, eres infinitamente amado por Dios, eres su hijo y por ti, el Hijo de Dios derramo su sangre preciosisima. No te revuelques en la basura por un objeto, por un placer, por un afecto.

Todo apego y obsesión por algo o por alguien te hace infeliz, convéncete, te hace infeliz. Porque «pretender un apego sin infelicidad es algo así como buscar agua que no sea húmeda. Jamas alguien ha encontrado la formula para conservar los objetos de los propios apegos sin lucha, sin preocupación, sin temor, y sin caer, tarde o temprano, derrotado».

Cuando aparecen síntomas de una esclavitud, de un apego, de algo que no queremos soltar-una tristeza, una melancolía, un corazón desganado- es bueno conversarlo con Jesús, y decirle: Bien. Lo vamos a tomar en serio Señor ¿Que tengo que soltar? ¿A que me estoy aferrando? ¿Que quieres desarmar o cambiar en mi? ¿Que es eso que yo no quiero permitir que toques? ¿Que tengo que entregar para ser fiel a mi dignidad?.
Entonces puedo decirle a Dios: Aquí estoy para empezar el camino. Se que es un llamado a la gloria, a crecer, a avanzar. Yo valgo mas que esta obsesión. Tu me quieres libre. Lo acepto. Es señal de que me estas tomando en serio. Vamos juntos. Dame tu gracia para entregarte esto que me esclaviza y para descubrir a donde me quieres llevar. Ayúdame a ver lo hermoso de este camino, para que alcance la feliz madurez a la que estoy llamado.

No olvides esto: Hemos sido creados por Dios con una inclinación a la felicidad, al amor y a la perfección celestial. Y en el fondo, cuando nos obsesionamos con algo, es porque pretendemos saciar con eso los deseos mas profundos que solo se sacian en el encuentro pleno y definitivo con Dios. El deseo humano es insaciable, «porque no se trata de cubrir necesidades reales con objetos reales, sino apetencias oceánicas con objetos simbólicos».

Se trata de un fenómeno desconcertante, este de la adicción, que polariza irracionalmente las energías psíquicas de un sujeto en torno a una nada, en detrimento de sus intereses mas serios y mas sólidos. Ello es indicio de que el ser humano no es un ser viviente solo practico, sino que ademas y con igual intensidad busca algo ideal o sobrehumano. El objeto deseado, por modesto que en si sea, es un símbolo de algo superior… Y esto, cuanto mas se consigue, mas se desea, pues se experimenta a la vez el gusto de obtenerlo y el disgusto de comprobar que nunca basta.

Soltar los apegos que nos obsesionan es volver a casa, es dejar de vagar sin sentido, es liberarse del desarraigo y apoyarse en el amor de Dios Por eso, aprender a soltar los apegos es el camino para liberarse del miedo al fracaso de los que vivimos aferrados a cosas exteriores, a personas, a proyectos. Ese miedo revela una de nuestras condiciones mas penosas y profundas: la de tener sentido de pertenencia, un sitio donde sentirnos seguros, cuidados, protegidos y amados. Somos huéspedes en la tierra y en la vida, peregrinos que para caminar necesitan estar ligeros de equipaje, sencillos, desprendidos.

(Fragmentos del Libro Para Liberarte de los Apegos y Obsesiones de Víctor Manuel Fernandez).
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